-Debes estar bromeando Gabriel – le reprochaba Lucil-es una mujer debilucha a simple vista se nota, no podrá con… yo tendré que estar detrás de su culo siempre para que no la maten, ¿acaso no había otra compañera para mí?

Ambos miraban a través de la ventana de Helen  quien dormía con el ceño fruncido, como si estuviese teniendo pesadillas. Lucil se encontraba sobre el lomo del imponente arcángel que tenía sus alas extendidas, ocho pisos más abajo se encontraba el suelo , pero a Lucil no le tenía miedo a las alturas , además  hace bastante tiempo que se acostumbró a volar  en la  espalda de Gabriel.

-no te muevas tanto –se quejó este-me arrancas las plumas.

-no la quiero, busca otra persona con más aptitudes físicas esta mujer no mata ni a una mosca con las alas rotas.

-sabes que no puedes elegir, ella nació para ser una de ustedes, trae consigo vidas pasadas igual que tú. Debemos hablar con ella pronto y ver si le interesa formar parte de nuestras legión, o ¿acaso esperaras a que esta humana muera y vuelva a reencarnar dentro de 50 años, y debes tomarte la molestia de esperar a que llegue a su edad adulta para poder …

-sí, sí, si ya entendí-se dio por vencida – es solo que esperaba una persona distinta, digamos que estoy decepcionada.

-ella será igual de fuerte que cualquier cazador, después del entrenamiento será tan fuerte y ágil como tú-rio-tal vez hasta te supere.

Helen dormía dándole la espalda la ventana de su balcón, luego de salir de sus pesadillas y sueños incomprensibles para ella, sintió que alguien la observaba, tal vez eran imaginaciones suyas , ya qué quíen podría espiarla desde su ventana en el octavo piso ¿el hombre araña? Rio internamente por aquel pensamiento absurdo, sin embargo el temor a voltear y ver a alguien en su ventana  la paralizo por unos minutos.

Después de tomar el suficiente coraje, lentamente se volteo, para su tranquilidad no había nada, solo la leve brisa del viento que hacia danzar sus cortinas color rojo. Se paró al mismo tiempo que encendió la luz de su lámpara que reposaba en su mesita de noche.

Camino al balcón y observo a su alrededor, y cuando estaba dispuesta a entrar, creyéndose una completa demente por pensar que alguien la espió desde su ventana, algo en el en el suelo llamo su atención , no podía distinguir que era ya que la escasa luz no se lo permitía, se agacho lentamente y la recogió , una pluma negra , tan negra como la misma noche sin luna.

Capitulo tres.

-tenemos que aplazar la boda-Helen trataba de convencer a su prometido –mi padre no se siente bien, ya sabes que tiene sus recaídas-este la observaba desde el umbral del cuarto de ella-

-pero ya es la tercera vez-protesto el joven.

Sam y Helen llevaban muchos años de noviazgo y se amaban con la locura del primer dia.Él un joven alto de contextura delgada pero con músculos definidos, su piel era morena casi blanca, pero seguía teniendo rastros de sus antepasados africanos, dueño de una importante mueblería, quería casarse con Helen, ella era la mujer de su vida, ambos correspondían mutuamente a sus  sentimientos.

-por favor –ella lo miro con un brillo en los ojos, cosa que siempre hacia para convencerla-mi sueño es que  papa me lleve de la mano al altar como toda mujer desea, no me prives de eso , tampoco a él, estos días le cuesta mucho levantarse de la cama

El joven pensó unos segundos, no deseaba otra cosa en este mundo más que Helen sea su esposa como Dios manda, pero debía entender  su sufrimiento.

-está bien-se rindió ante la mujer que adoraba – dentro de tres meses…

Ella corrió hacia sus brazos y lo beso con pasión, no había más nada que decir, simplemente un beso para agradecer  lo tolerante y compresivo que era aquel hombre con ella.

-Vayan a un hotel –les grito Embry quien accidentalmente vio aquella escena.

Los enamorados rompieron su abrazo ante aquella interrupción.

La noche trascurrió normal, nada nuevo que contar, a las once los tres jóvenes se sentaron frente al televisor a ver una película.

-has visto a la vecina nueva?-le dijo Embry a su hermana- esta para comérsela-Helen lo reprendió con la mirada.

-si-contesto- a ella y su compañero, son un poco extraños, o al menos eso pienso yo, algo así como intimidantes.

-tal vez sean traficantes-bromeo Sam- uno nunca sabe la clase de gente que te rodea.

Helen ignoro la conversación hueca de aquellos dos hombres, se sumergió nuevamente en sus pensamientos, visualizó a ese ángel con alas negras de sus pesadillas, y recordó aquella pluma que sin explicación lógica apareció en su balcón. No pudo evitar relacionar todo eso.

Entrando la madrugada luego de que Sam se despidiera de ella, se encamino nuevamente a su cuarto, pero algo la llamaba, como un magnetismo inexplicable sintió que debía salir al pasillo, era algo idiota hacer caso a aquello, de igual manera lo hizo, salió y miro a ambos lados , no vio nada “estás loca “ se dijo en voz baja a sí misma. Escucho el rechinar de la puerta de alado al abrirse, y ahí estaba de nuevo esa mujer, con imponente presencia, parecía una amazona.

-hola –le saludo Lucil-¿quieres pasar? –le invito.

Helen observo a Lucil de arriba abajo, algo le decía en su interior que esa mujer no era como cualquier otra, y el hombre que vio junto a ella tampoco, un debate interno comenzó, ¿debía arriesgarse? No conocía a esas personas, tal vez eran asesinos, o como dijo Sam unos traficantes, pensó unos segundos mientras la mirada filosa de Lucil estaba sobre ella esperando que le diera alguna respuesta

-te prometo que no mordemos-bromeo Lucil tratando de romper el hielo-

Una voz en su interior le decía que entre, mientras que otra le advertía que al entrar allí su n vida cambiaria para siempre.

Gabriel quien yacía sobre el sillón donde podía observar la escena, llamaba a Helen con su mente, algo que los arcángeles pueden hacer desde el día que el todopoderoso los creo. Sabía que Helen era una mujer temerosa de la gente que no conocía, y Lucil en lugar de inspirar confianza, daba un temor al cualquiera que estuviera en su presencia. Se levantó y camino hasta la puerta posicionándose junto a Lucil.

--pasa –le dijo con voz dulce mientras le sonreía amablemente –nadie te hará daño, solo queremos hablar contigo-Helen lo miro desconfiada, pero por alguna razón no se movió de su lugar-sé que hay cosas en tu vida que no comprendes, yo tengo esas respuestas… sobre tus sueños-la mujer quedo boquiabierta ¿Cómo podía saber aquel hombre desconocido sobre los sueños que la atormentan día y noche.

Temerosa camino hacia ellos, entro en aquella casa observando cada detalle que le indicara que esas personas eran malas o asesinos, lo que fuera que le alertara para salir huyendo de ese lugar.

-toma asiento-la invito Lucil con su voz de mando, típico en ella-

Lucil y Gabriel se sentaron juntos en el sillón grande, mientras que ella se posiciono frente a ellos en el pequeño.

-como sabes de mis sueños?-Helen hizo memoria para darle algún indicio o pista de como esos dos se enteraron de sus sueño, a pocas personas se lo dijo , Seth y su psicóloga .

-Sueñas con vidas pasadas –le hablo Gabriel- te vez en otros tiempos con otras formas, tienes en tu mente imágenes de  vidas que alguna vez viviste.

-eso es estúpido nadie tiene vidas pasadas, es invento de gente…

-escucha sin interrumpir-le ordeno Lucil, Helen la  fulmino con la mirada ¿Quién se creía esa mujer para hablarle de ese modo?

-sé que esto que te digo suena estúpido como tú dices, pero ¿acaso le encuentras otra explicación a lo que te sucede?-Helen rio incrédula ante lo que le decía ese hombre imponente y atractivo.

-supongamos que te creo-prosiguió- porque tengo esas vidas pasadas?, porque mi alma reencarna una y otra vez y en lugar de eso no se va al cielo o al infierno o donde sea que vayamos después de morir…?

-porque tú eres igual que yo-Lucil encendió un cigarrillo, Helen la miro incrédula ante lo que dijo ¿Cómo podría parecerse ella a esa mujer que inspiraba miedo? – eres una cazadora.

-cazadora?¡Ja!-se burló sarcástica- me parece que fue un error entrar aquí “cazadora” es lo más loco que eh oído en mi vida , yo no cazo ni una mosca…

-eres una elegida-volvió a hablar Gabriel- tu no vas a ir a ninguna parte después de morir, tu alma reencarnara hasta el fin de los tiempos, o hasta que la misión que tenemos se cumpla, créeme-todo parecía salido de un cuento de ficción ¿ella una cazadora? ¿de qué?