Otro dia mas de trabajo para Helen, el jefe de cocina estuvo muy exigentes con ellos hoy, nada le pudo salir bien , y ante los ojos de su líder y compañeros quedo como una completa inepta , que debió optar por otra carrera antes que la de gastronomía.

El restaurant donde trabajaba era de mediana categoría, pero con trabajar ahí unos años podría entrar en cualquier lugar. Deseaba viajar por el mundo, vivir de su pasión, conocer lugares distintos en cualquier parte del mundo, y sobretodo visitar esos sitios de los cuales tenia visiones constantes, lugares donde ella pensó haber estado en alguna vida pasada , ya que los sueños eran repetidos y de vez en cuando alguna alucinación que se proyectaba ante ella de la nada , sentía que si iba a esos puntos del mundo obtendría alguna respuesta.

Hace meses todo esos acontecimientos comenzaron a formar parte de su vida cotidiana, las tenía constantemente , sobre todo las imágenes de gente con ojos rojos, y un ángel de alas negras ,llego al punto de pensar que se estaba volviendo en esquizofrénica .Visito al psicólogo que no la ayudo mucho , simplemente le receto algunas pastillas que ella jamás tomaría.

-un día pesado-la voz de su compañero Billy la saco de sus pensamientos- el jefe cada vez más difícil, no se qué busca de nosotros.

-es su trabajo exigirnos-le dijo ella mientras sacaba la mochila del locker- ¿iras a clases mañana?-los dos iban juntos a clases de lengua francesa, a Helen le interesaba adquirir conocimiento de otros idiomas antes de viaja- tenemos examen -por el gesto que hizo Billy  fue obvio que se le había olvidado.-.

-carajo!-bufo-lo olvide completamente- me sentare junto a Seth , aunque ya varias clases que viene faltando ¿sabes si le ocurrió algo?-Helen negó con la cabeza mientras se giró hacia la puerta de salida.

-llámalo –le dijo ella-tal vez a ti si te responda- Billy sintió inquietud en el tono de Helen.

Siempre pensó que Seth era su amigo pero este último tiempo la abandono sin darle explicaciones, justo cuando más lo necesitaba.

La enfermedad de su padre la angustiaba, aunque los médicos decían que mejoraría ella tenía el mal presentimiento que los días estaban contados para aquel hombre que le dio la vida. Rezo día y noche por la salud de él pero todo aquello parecía inútil, nadie la escucho, la poca fe que le quedaba se estaba acabando, aun así muy en el fondo tenía la esperanza de que ocurriese un milagro.

Camino las tres cuadras que la separaban su trabajo de su hogar, llego entrada la noche.

-hola –le saludo Rogelio el viejo portero de su edificio- tendrá que subir por las escaleras señorita Helen, el ascensor esta averiado-le informo con una cálida sonrisa muy común en aquel hombre.

miro los escalones y maldijo vivir en el  octavo piso, subió uno por uno deteniéndose en algunos de a ratos tomando aliento para continuar. Escucho el ruido de unos tacones a sus espaldas, se giró para ver cuál de sus vecinas seria, pero la mujer que apareció no era nadie a quien ella hubiera visto antes, sin embargo algo fraternal golpeo su corazón.

Ella era alta de un metro setenta, cuerpo voluptuoso, labios carnosos y un cabello castaño que le llegaba después de los hombros, lo que más le impacto de ella fue la mirada penetrante, sus ojos color chocolate estaban fijos en Helen como inspeccionando algo en ella, paso junto a Helen sin una pizca de cansancio, no le hablo simplemente siguió su camino.

Helen llego a su piso al momento de introducir la llave vio  como la puerta del departamento que antes estaba vacío se abría de par en par, y ahí estaba de nuevo esa mujer que la intimido con la mirada, pero ya no era solo ella sino que estaba  acompañada de un hombre… un hombre al que Helen juraría haber visto antes .Se sintió atemorizada ante aquellas dos presencias, introdujo  la llave en la ranura y entro a su casa sin mirar atrás.

Todo estaba en silencio y con las luces apagadas .reviso la habitación de su hermano Embry, pero este no  se encontraba, seguramente había salido con sus amigos. No podía culpar que quisiera divertirse un poco, era una adolescente después de todo, en busca de su personalidad, la época en que todos quieren enamorase tener amigos y nada de obligaciones.

Camino a la habitación de sus padres, se acercó y vio a su padre descansar, y como cosa de siempre checo si aun respiraba, tenía tanto temor en su interior que su padre se fuera sin que ella de alguna manera pudiera despedirse.

-Hija?- le hablo su madre del otro lado de cama.

-Si mama soy yo , solo vine a ver como se encontraban , ya me iba a mi cuarto a dormir ha sido un día muy cansador-su madre continuo acostada-¿Cómo se siento hoy?-se refería su padre.

-bien, ya sabes con algunos dolores pero es como algo normal, no me dijo nada ya sabes cómo es, pero no puede ocultar su rostro de agonía cada vez que le dan esos retorcijones terribles.

Helen tomo un vaso de leche caliente antes de retirase a su cuarto, el cansancio la venció ni bien toco la cama y nuevamente esos sueños extraños poblaron su mente. Todo aquello la estaba volviendo loca.