Te quiero y lo siento, pero no me arrepiento

Autor: AinaCullen13
Género: Romance
Fecha Creación: 29/05/2012
Fecha Actualización: 27/03/2013
Finalizado: SI
Votos: 21
Comentarios: 77
Visitas: 58835
Capítulos: 28

Isabella Swan o Bella, como solían llamarla; Una chica sencilla de ultimo curso, dispuesta graduarse y a vivir su vida. 

Edward; un chico guapo, popular y adinerado, con una sola meta: conquistar a Isabella.

Ambos solo tenían algo en comun un accidente en su pasado, que en su momento había estropeado lo más importante que habían tenido.

Alcohol + Juego + Apuestas = la receta que aparentemenete arruinará la vida de Isabella Swan y le dará al pasado el pase para exigir las respuestas que en ese tiempo no se habían dado.

 


 

Hola chicas, este es mi primer fic, por eso les pido que no sean muy duras. Me he esforçado mucho y lo he hecho con mucho cariño para ustedes lindas. Espero que les guste.

Besos, desde España de vuestra amiga Aina :)

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 10: ¿Quieres ser mi novio?

Edward:

Después de uno de los días más aburridos de cole de mi vida me dirigí a casa en mi adorado volvo.

Alice aún no había llegado, porque no vi su Porshe, así que me puse a hacer mis deberes.

Después de unos veinte minutos de intentos fallidos por concentrarme en mis tareas, oí como un coche se estacionaba. De inmediato tiré mi lápiz y bajé casi corriendo las escaleras.

Alice venia entrando a casa bastante desganada, algo muy poco común en ella, por lo que de verdad me preocupe.

-Hola, peque- la saludé.

-Hola Ed.

-¿Qué te pasa?

-Nada- respondió desganada subiendo las escaleras. La seguí.

Entró en su habitación e intentó cerrar la puerta, pero se lo impedí poniendo mi pie. Ella bufó hastiada.

Se encaminó a dentro y yo la imité, cerrando la puerta detrás de mi.

-Al, nunca te había visto así, siempre hemos confiado el uno en el otro, puedes contarme lo que sea cariño- le dije dulcemente acariciando su cabello.

Ella asintió, se giró y se sentó en su cama. Al ver que yo seguía sin reaccionar palmeó a su lado para que me sentara.

-Ed…- suspiró- me gusta un chico- confesó.

Instantáneamente me tense mierda pensé.

-Y es que, a él le gusta otra chica- siguió hablando al ver que yo no decía nada- no sé que hacer.

-¿Quién es el cabrón?- dije enrabiado.

-Es…bueno, creo que eso no tiene mucha importancia- dijo secamente.

-Si que la tiene- la presioné.

-Es…Jasper- admitió.

Lo que más me sorprendió fue que no me sorprendiese. De cierta forma siempre supe que esos dos sentían atracción el uno por el otro. Desde pequeños siempre se pasaban el rato juntos y tenían una relación parecida a la que yo tenia con Bella.

Bella….Que estará haciendo ahora mismo pensé.

-¿No vas a decir nada?- me sacó de mi ensoñación.

Entonces se me vino a la cabeza una pregunta muy importante.

-¿Quién se supone que es la chica que le gusta a Jasper?- le pregunté.

Se quedó en silencio. Por su rostro pasaron varias expresiones: rabia, odio, amor, tristeza, decepción, pena y maldad. Dios como me gustaría poder leer la mente pensé.

-Lydia- dijo en un susurró mirando a la nada.

-Y… ¿Por qué piensas eso?- le pregunté.

-No lo pienso, lo sé- replicó segura- ¿No viste como la miraba?- otra vez esa tristeza cruzó por su rostro.

Empecé a sentir instintos asesinos hacia Jasper por hacer sufrir así a mi hermanita.

De repente sentí como sus ojos se humedecían y de ellos empezaban a brotar finas lágrimas de dolor. Me limité a abrazarla y consolarla acariciando su pelo.

-Todo va a estar bien peque, tranquila- la intenté calmar.

No sirvió para nada, siguió llorando en mis brazos hasta quedarse dormida.

Yo iba a matar a Jasper, nadie hacia sufrir a mi pequeño duende.

Jasper:

Tenia que admitir que había sido bastante cruel de mi parte hacerlo de ese modo, pero tenia que verificar si yo le gustaba.

Durante años había estado enamorado de Alice, pero me daba la sensación que yo a ella no le importaba en absoluto. Por eso,  en cuanto vi a Lydia, se me ocurrió probar si ella sentiría celos si yo coqueteara con otra chica.

Y funcionó. Me encantaba celosa. Ella había tratado a Lydia con toda la frialdad del mundo, lo que confirmaba mis dudas. Yo le gustaba igual que ella a mí.

Era por esa razón que hoy me dirigía a su casa. Iba a sorprenderla.

Llevaba un ramo de rosas rojas y una caja de bombones. Sin embargo la manera en la que la iba a citar no era la mejor, pero estaba seguro que con lo protector que era Carlisle con su hija, ni en broma la dejaría salir con alguien a estas horas.

Cuando estuve frente a su casa la rodee hasta llegar al jardín trasero, donde estaba la ventana de ella.

Todas las luces estaban apagadas por lo que supuse que estarían dormidos. Perfecto, así hay menos riesgo de que nos descubran pensé.

Busqué con la mirada algo con lo que llamar su atención. Solo encontré piedras, así queme agaché y cogí una. Apunté bien para no darle al vidrio, sino que al marco y lancé la piedra.

Nada.

Cogí otra y también la lancé.

Nada.

Volví a tirar otra.

Nada.

Otra más.

Nada

Y otra.

Nada.

Cuando ya me estaba desesperando, noté que alguien estaba abriendo la ventana.

Esperaba que fuera Alice así que con mis regalos uno en cada mano puse mi mejor sonrisa, esperando que mi amada apareciera por esa ventana.

Me sorprendió mucho ver quien estaba en la ventana, que definitivamente no era Alice.

-¿Edward?- pregunté en un susurro.

-No, papa Noel ¿A ti que te parece?- contestó sarcástico.

-¿Qué haces ahí?- pregunté haciéndole caso omiso a su desagradable comentario.

-No, querido amigo. La pregunta es ¿Qué haces TU ahí?- volvió a preguntar con ese tonito- ¿Y que es eso?-preguntó al reparar en lo que llevaba en mis manos.

-Es…algo para una chica- contesté- una muy especial- sonreí como tonto.

-¿Eso era para Alice?- preguntó con menos arrogancia en su voz, con su ceño fruncido.

Por un momento temí que reaccionara como hermano celoso y me echara igual que haría Carlisle, pero de todos modos era mejor que supiera la verdad.

-Edward ¿te importaría bajar para que hablemos?-más que pedir casi suplique.

Solo asintió.

Oí como cerraba la ventana de nuevo y bajaba las escaleras.

En cinco minutos venia saliendo por la puerta trasera.

-Puedes empezar- dijo fríamente.

Nos sentamos en un banco que tenían en el jardín. Eso me trajo muchos recuerdos, porque de pequeñas Alice, Rose y Bells solían jugar ahí con las muñecas mientras nosotros jugábamos al escondite, aunque yo en realidad me dedicaba a admirar a mi duendecita.

-Edward…yo lo siento tío, pero estoy enamorado de tu hermana- le confesé.

Cerré los ojos esperando el golpe, pero solo oí un suspiro nostálgico. Los volví extrañándome con mi vista. A mi lado estaba sentado un Edward que en vez de estar enfurecido, celoso y con ganas de golpearme estaba nostálgico mirando a la nada.

Me quedé viéndolo extrañado.

-No me mires así, Jazz- que me llamara por mi apodo me tranquilizó a lo mejor hoy no van a haber modificaciones en mi rostro pensé- ya lo sospechaba.

Me sorprendí y mucho, ¿Acaso tan obvio era?

-Siempre ha habido una relación especial entre vosotros- hizo una pausa y se levantó de golpe- ¿A que estas esperando? Ve a por ella- me animó.

Y seguía sorprendiéndome.

Me levanté.

-¿No vas a… ósea ¿No vas a enfadarte o golpearme o algo por el estilo?- pregunté confundido.

-Hombre, si me lo pides así…-levantó su puño para golpearme.

-¡No! De verdad que no es necesario- cogí su puño y lo bajé otra vez a su costado.

-Vale- contestó secamente, girándose para marcharse- Ah- volteó bruscamente como si acabara de acordarse de algo de vital importancia- esto por hacer llorar a mi hermanita- y me golpeó.

Me senté mareado por el golpe durante unos cinco minutos aproximadamente.

De repente vi como una silueta se acercaba.

-Jasper- susurró.

Alice venia vestida con un hermoso vestido amarillo sin mangas.

También traía algo cuadrado en su mano, algo que no logré identificar.

-Hola- dijo cuando estuvo sentada a mi lado

-Hola- susurré.

-Yo…Edward me dijo que habías venido a verme- sonó más como una pregunta que una afirmación.

-Si…yo…quería decirte-carraspee- algo.

-Ahhh…bueno, pues…tu dirás- se rio nerviosamente.

-Alice- me arrodillé frente a ella- yo debí decirte esto hace mucho pero tenia miedo a que no me correspondieras, y si me correspondieras tu padre y tu hermano me rompieran la cara y no me animaba pero…Alice, yo…yo…te amo- dije al fin.

Ella se quedó como en un estado de shock. No me respondía nada y eso me estaba empezando a poner nervioso a lo mejor no me quiere ¿Y si no siente lo mismo? ¡Ay dios mio que diga algo porque me va a dar un ataque de nervios! pensé.

Al darme cuenta de que no podía decir nada, rompí el silencio.

-Sé que a lo mejor tu no sientes lo mismo, pero…-intenté decir, pero no pude continuar porque estampó sus labios con los míos.

Sus labios se movían en perfecta sincronía con los míos, diciéndome en silencio que ella también me amaba. Su sabor era el más dulce que hubiera podido degustar nunca.

Cuando nos separamos nos quedamos con nuestras frentes unidas mirándonos a los ojos.

-Yo también te amo- dijo y quise saltar de la alegría. A ver, una cosa era que yo lo supiera, pero otra era escucharlo de sus hermosos labios y que me lo confirmara.

Seguimos mirándonos a los ojos durante no se cuanto tiempo más, hasta que me acorde de los regalos que había traído para ella.

-Esto…esto era para ti- le dije cogiendo el ramo y los bombones de el banco, que era donde lo había dejado cuando me había arrodillado frente  a ella.

-Gracias- dijo sonriéndome. Los cogió y olió el ramo de rosas cerrando sus ojos. De repente pareció acordarse de algo y los volvió a abrir- Yo también tengo algo para ti- extendió la mano y cogió el objeto cuadrado, que había dejado a su lado- Edward dijo que lo necesitarías- dijo dándomelo.

Cuando entró en contacto con la piel de mi mano me di cuenta de que era una bolsita de hielo. Capullo pensé seguro que ahora mismo te estas partiendo el culo a mi costa.

-Jasper…creo que aquí falta algo- dijo mirándome con una ceja alzada.

-¿El que, amor?- pregunté confundido, yo ya estaba completamente feliz.

-¿Quieres ser mi novio?- me preguntó.

Solté una carcajada. Esta es mi Alice siempre adelantada a los hechos pensé.

Ella me imitó estallando en carcajadas. Cuando nos calmamos asentí.

-¿Y tu? ¿Quieres ser mi novia?- pregunté.

Asintió divertida y nos abrazamos.


 

Ohhh...¡que lindos! ¿Verdad? Quise hacer un capitulo un poco diferente porque tanto Edward y Bella me estaba mareando. En el sigueinte capi volveremos a nuestros tercos protagonistas. En mi opinion el capi 11 es como el principio de todo, cuando lo lean ya veran a que me refiero, es muy lindo.

Espero que sigan leyendo y porfis comenten y voten.

Besos de la peque :) ;)

Capítulo 9: Una mirada fue suficiente Capítulo 11: Pelear conmigo misma es inútil

 
14439800 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10757 usuarios