Te quiero y lo siento, pero no me arrepiento

Autor: AinaCullen13
Género: Romance
Fecha Creación: 29/05/2012
Fecha Actualización: 27/03/2013
Finalizado: SI
Votos: 21
Comentarios: 77
Visitas: 58836
Capítulos: 28

Isabella Swan o Bella, como solían llamarla; Una chica sencilla de ultimo curso, dispuesta graduarse y a vivir su vida. 

Edward; un chico guapo, popular y adinerado, con una sola meta: conquistar a Isabella.

Ambos solo tenían algo en comun un accidente en su pasado, que en su momento había estropeado lo más importante que habían tenido.

Alcohol + Juego + Apuestas = la receta que aparentemenete arruinará la vida de Isabella Swan y le dará al pasado el pase para exigir las respuestas que en ese tiempo no se habían dado.

 


 

Hola chicas, este es mi primer fic, por eso les pido que no sean muy duras. Me he esforçado mucho y lo he hecho con mucho cariño para ustedes lindas. Espero que les guste.

Besos, desde España de vuestra amiga Aina :)

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 7: No te escaparas

Edward:

Flashback

-¿Qué pasa, de que te ríes?- pregunté frustrado y confundido.

Paró de reír y me miró seriamente.

-Edward, hace un par de días que decidí aceptar tu propuesta, básicamente porque no había otra salida. Pero había un problema- siguió mirándome fijamente a los ojos con seriedad.

-¿Cuál?- pregunté entre curioso y enfadado, no me gustaba que me hiciese dar tantas vueltas para decirme a donde quería llegar.

-Pues que si me casara contigo así sin más de la nada de un día para otro y la famosa deuda de mis padres contigo, milagrosamente fuera anulada, se darían cuenta de que es demasiada casualidad- me explicó con cara de “es obvio”.

-Sigo sin comprender- dije algo desesperado.

-Pues que por eso mismo he diseñado un plan- siguió explicando.

-Y… ¿Se puede saber cual es?- pregunté dudoso.

-Claro, es más, vas a participar en mi plan- dijo muy segura.

-Y a ver ¿Por qué tendría que hacerlo?- pregunté irritado por lo segura que estaba de que la iba a ayudar.

-Porque si quieres que nos casemos esto es necesario- contestó.

-Está bien, cuéntame- le exigí más que pedí.

-Le he dicho a Alice que estoy enamorada de ti. Así se empeñará en hacer de casamentera y juntarnos. Seremos “novios” lo que queda de curso y nos graduemos. “Casualmente” en la comida que darán mis padres para celebrar mi graduación me pedirás que me case contigo, y yo como buena novia gritaré que si y me echaré a tus brazos sonriendo como tonta.

Yo me quedé muy sorprendido, nunca creí que se le ocurriese pensar en esos detalles. Y más con tanto teatro.

-¿Y todo eso lo has pensado tu sola?- le pregunté con un poco de burla.

-Claro idiota, a diferencia de algunos yo pienso antes de hacer las cosas y no las hago así como así por un simple capricho o un impulso- dijo echando humo por las orejas.

-Hey, tranquila, lo digo porque estoy gratamente sorprendido- le dije para tranquilizarla.

-Bueno, entonces, ¿Qué dices?- me preguntó tendiéndome la mano para que la estrechara.

-¿Se puede saber porque no quieres darme una oportunidad de verdad?- le pregunté molesto, preferiría mil veces esperar un tiempo para casarnos y que ahora solo fuera mi novia, pero queriéndome.

Agitó la mano que tenía colocada delante de mí para que la estrechara en señal de que no pensaba contestarme. Cuando lo hice sonrió maliciosamente, se levantó pero entes de irse añadió:

-Porque yo ya amo a alguien.

Se giró y se fue. Yo me quedé en mi silla estático y roto. Un dolor en el pecho me embargó y sentí una punzada de celos. Lo único que pude hacer fue levantarme, pagar la cuenta e irme a casa.

Fin de flashback

Su última frase había calado en lo más hondo de mi corazón hasta hacerlo pedacitos.

Casi todo a mi alrededor estaba roto y tirado en el suelo, ya que cuando llegué a mi habitación tuve un arranque de celos e ira y lo tuvieron que pagar mis muebles, libros y CD’s.

No sabía que iba a hacer ahora.

Mi plan inicial era hacer que se casara conmigo y enamorarla poco a poco. Con la convivencia surge el amor, o por lo menos eso creen los orientales.

Pero esto lo cambiaba todo.

Por una parte sentía que debía dejarla que hiciera su vida y que fuera feliz con el maldito suertudo del que estuviera enamorada.

Pero había otra parte de mí que me decía a gritos que no podría vivir sin ella y que tenía que luchar y pelear por su amor hasta mi último aliento.

Y claro, como no es para menos y soy un maldito egoísta escuché a la segunda voz, a la que me decía lo que yo quería oír.

Intenté ordenar un poco el basurero en el que se había convertido mi habitación. Tiré todo lo que estaba totalmente roto y puse en sus sitios las cosas que habían sobrevivido a mi ataque de ira.

Cuando todo estuvo más o menos decente me di una ducha para refrescarme y limpiarme los restos de lágrimas secas.

En cuanto terminé me metí a la cama y me quedé dormido enseguida. Mis últimos segundos de conciencia pasó por mi mente lo que haría a partir del día siguiente.

Mi próximo objetivo: enamorar a Isabella Swan

Dificultad: máxima

Tiempo disponible: hasta el infinito y más allá (ya que se iba a casar conmigo)

Técnica: ser el novio y marido más comprensivo y maravilloso del mundo.

Bella:

Estaba en mi cuarto meditando lo que había pasado hacía unas horas.

Tenía dos cosas en mente ahora:

1.       Matar a Alice por haberle contado a su hermano que a mi me “gustaba”.

No era porque realmente me molestara que él se enterara de eso, sino que ella le había contado. Se suponía que era mi mejor amiga y me había traicionado. Tendría que hablar muy seriamente con ella.

2.       Seguir con mi plan.

Ahora que estaba en marcha no podía parar. Iba a ser mi venganza y la disfrutaría.

_______________

Los días siguieron pasando y realmente yo quedé muy sorprendida. Esperaba que Edward se pusiera histérico preguntándome todo el rato que quien era o como a pesar de todo el caballero que era me dejaría ser feliz con mi “amado”. Pero no. No hizo ninguna de las anteriores. Para él, fue como si nunca hubiésemos hablado de un supuesto chico que me gustaba. Simplemente ignoraba ese hecho.

Obviamente había aceptado mi plan, ya que por otro lado no le quedaba otra opción.

Este sábado iba a ser nuestra “primera cita”.

Ya había hablado con Alice sobre el tema de su hermano y, ella me había jurado que no le había dicho nada, que seguramente nos habría escuchado hablando o algo. Cuando le mencioné, distorsionándola un poco, nuestra conversación del lunes, chilló emocionada porque decía que al fin seríamos cuñadas. Esta de mas decir en que insistió, por no decir me obligó, en maquillarme, vestirme y peinarme ella.

También había decidido volver a la mesa de Ian. Alice me había dado su bendición, alegando que ya tenía a su hermano en el bote y que, dado a esto, podía disfrutar un poco de mis amigos también. Ian por su puesto me recibió con los brazos abiertos y sus amigos también. Aunque para ser sinceros no nos habíamos distanciado con esto del cambio de mesa, siempre seguimos siendo mejores amigos a pesar de todo. Me hacía mucha gracia cuando Danny intentaba ligar, muy poco disimuladamente, conmigo, piropeando y coqueteándome, Ian gruñía y le enviaba puñales por los ojos a través de una mirada envenenada. En esos momentos se me venía a la cabeza la frase si las miradas matasen…

En cuanto a mis padres ya se habían relajado. Tras prometerle solemnemente a Edward que me casaría con él aceptó quitar la deuda desde ahora. Cuando les dije que iba a salir con Edward no sospecharon, dado que se suponía que yo aún no sabía nada de la apuesta ni la deuda, porque no se animaron a decírmelo. Todo lo contrario. Se alegraron mucho por mí y estuvieron realmente contentos de que fuera Edward, ya que las dos familias se llevaban geniales.

Y a fin de cuentas aquí estaba yo. Vestida, lista y guapa esperando por mi “amor”.

Alice como siempre, era un genio y me había dejado guapísima.

Llevaba un vestido rojo ajustado con unas cintas negras enrolladas un par de capas debajo del busto. Unos zapatos que daba miedo solo con verlos. Si esta noche no me caí tendría que empezar a creer en los milagros. Mi pelo estaba suelto, cayendo en suaves hondas sobre mis hombros. Me había maquillado muy suave solamente dando unas pocas sombras negras en mis ojos y un poco de pintalabios, según Alice, para comerme a su hermano esta noche a besos.

Me fastidiaba mucho que me hubiera robado mi primer beso, ahora mi primera cita, dentro de poco mi primera (y probablemente última) boda y seguramente más adelante mi primera vez…

Pero no tenía otra opción. Por alguna razón el destino quería que yo fuera infeliz, o quizás en otra vida había matado a alguien y ahora me lo estaban haciendo pagar.

Me sentía muy nerviosa para ser sinceros.

Delante de mí tenía a una Alice con los ojos iluminados admirando su trabajo. Detrás, el espejo, en el que, momentos antes, había estado mirando el resultado de dos horas de sufrimiento y tortura a manos del duendecillo de mi amiga. Se limpió teatralmente una lagrima y se abalanzó sobre mí para abrazarme, con cuidado de no estropear nada de su “obra maestra” como ella lo llamaba.

-Oh, Bella estas preciosas. A mi hermano le va a dar un paro cardiaco cuando te vea- dijo cuando terminamos el abrazo.

-Gracias, Al de verdad que me encanta pero…no podríamos prescindir de los tacones- le pedí poniendo cara de corderito degollado.

Me dedicó una mirada envenenada y negó con la cabeza.

-Ni lo sueñes- dijo tajante sin dar lugar a discusión.

Iba a protestar pero entonces sentimos la bocina de un auto.

-Ahhhhh, que ilusión vamos a ser cuñadas- parloteaba Alice emocionada más para ella que para mí.

Decidí bajar a despedirme de mis padres e irme ya. Total cuanto antes empiece antes terminará.

-Hija…estas…estas…estás preciosa- alabó mi madre en cuanto me vio.

-Gracias mama- le contesté dedicándole una tímida sonrisa.

Ella se acercó a mí abriendo sus brazos para que le abrazara, cosa que hice gustosa.

-Me parece mentira que ya estés tan mayor y que de verdad ya vayas a salir con chicos, pronto ir a la universidad…- dio un largo suspiro- te quiero hija.

Le sonreí.

-Y yo a ti mami- y nos volvimos a fundir en una abrazo- bueno me tengo que ir.

Salí de la casa y me encontré a Edward apoyado en su volvo.

No se puede negar que estaba guapísimo. Iba con traje, pero con su pelo rebelde y desordenado dándole un toque sexy al conjunto.

-Hola hermosa- me saludó rodeando mi cintura con su brazo para acercarme a su cuerpo y darme un beso en la comisura de los labios. Yo no hice nada para detenerle como lo hubiera hecho en otras ocasiones. Al revés. Le devolví el gesto y le sonreí. Después de todo mis padres estarían mirado por la ventana, si más no mi madre seguro, era una cotilla. Aunque debo admitir que no fue tan malo como esperaba. Todo lo contario, sentí una corriente eléctrica, como la última vez que nos besamos, solo que menos intensa.

Nos subimos a su coche y Edward arrancó enseguida. Creo que tenía miedo a que me escapara. Solté una carcajada mental por ese pensamiento.


Este capi lo subí gracias a esos 3 comentarios nuevos y porque se lo prometí a mi Yari. Sigan comentando y votando porfis chicas.

Maya la verdad yo opino igual que tu, Bella es una cabrona, pero ya se arrepentira. Es mas queria agradecerte tu sincero comentario porque me dio una idea. Te dedicaré el capitulo que me inspiraste. 

Gracias a ti tambien por tu comentario zairamicaelaruth1998, estoy muy deliz de que te guste mi historia.

Besos desde España lindas =)

Capítulo 6: Pinchando mi burbujita de amor Capítulo 8: Me llamo Lydia

 
14439803 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10757 usuarios