Te quiero y lo siento, pero no me arrepiento

Autor: AinaCullen13
Género: Romance
Fecha Creación: 29/05/2012
Fecha Actualización: 27/03/2013
Finalizado: SI
Votos: 21
Comentarios: 77
Visitas: 58839
Capítulos: 28

Isabella Swan o Bella, como solían llamarla; Una chica sencilla de ultimo curso, dispuesta graduarse y a vivir su vida. 

Edward; un chico guapo, popular y adinerado, con una sola meta: conquistar a Isabella.

Ambos solo tenían algo en comun un accidente en su pasado, que en su momento había estropeado lo más importante que habían tenido.

Alcohol + Juego + Apuestas = la receta que aparentemenete arruinará la vida de Isabella Swan y le dará al pasado el pase para exigir las respuestas que en ese tiempo no se habían dado.

 


 

Hola chicas, este es mi primer fic, por eso les pido que no sean muy duras. Me he esforçado mucho y lo he hecho con mucho cariño para ustedes lindas. Espero que les guste.

Besos, desde España de vuestra amiga Aina :)

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 22: O ella o yo

Bella:

-¿No lo ves? ¿Acaso no entiendes que me importa porque te amo? Bella tú para mi no eres solo una amiga…Eres mi hermana y me pides que me quede quieto, viendo como mi hermanita, con sus caprichos, destroza su vida- dijo un poco más calmado.

Sus palabras me llenaron de ternura. ¿Cómo podía ser que una criatura tan pura me tuviera en tanta estima? Desde luego yo no lo merecía.

-Ian, pero…yo- intenté decir, pero puso un dedo en mis labios y me hizo callar.

-Lo sé cariño, sé que te duele. Pero para eso estoy yo aquí, siempre te voy a proteger. Aunque ahora no te lo parezca, esto es lo correcto. Todavía no has entrado a la universidad ¿Qué harás con tu vida? Esta es una gran oportunidad y lo haremos juntos. ¿De acuerdo?- preguntó cariñosamente.

Me acerqué a él y lo abracé por la cintura. Me correspondió del mismo modo y acarició mi cabello. En esa posición asentí, a sabiendas que él lo notaria. Lagrimas de dolor empezaron a surcar mis mejillas, hasta empapar su camiseta.

-Lo siento- sollozaba cada un tiempo.

Lydia:

Últimamente había notado un poco raro a mi novio, pero prefería no darle mayor importancia. Seguro que era por lo que le estaba pasando a Bella, había oído que Edward y ella estaban peleados e Ian se preocupaba demasiado por ella.

Esa noche habíamos quedado en un parque. Teníamos que vernos a escondidas, porque nuestros padres no sabían todavía de nuestra relación.

Cuando mis padres se quedaron dormidos sigilosamente me escapé.

-Hola amor- saludé besándolo en los labios.

-Hola- su tono no me gustó. Era ese en el que tenia que conectar mi alarma roja.

-¿Qué te pasa?- me senté a su lado en el banco.

-Nada…- intentó escaparse. Lo miré con una ceja alzada- Bueno…tenemos que hablar- asentí para que continuara, pero esto me olía muy mal- me voy- dijo mirando a la nada.

Se me paró el corazón.

-¿Qué?- pregunté con voz ahogada.

-Lo siento Lydia, pero debo hacerlo. Debo marcharme- finalizó levantándose.

-¿Por qué?- le cogí del brazo, deteniéndolo.

-Lo siento- dijo con voz ahogada- siempre te amaré- me acarició la mejilla, la cual estaba  inundada en lagrimas.

-¿Cuándo te vas?- pregunté en un susurro.

-Hoy, a las 8 am sale mi avión.

Me levanté y le abracé.

-Quédate, por favor, yo te amo- le supliqué.

Nos quedamos mirando a los ojos por tiempo indefinido. En ellos vi dolor. Acerqué mis labios a los suyos y lo besé.

Ese beso no fue igual a los otros, era un beso de despedida. Sentí otras lagrimas acompañando a las mías. Pasé mis brazos por su cuello e intenté acercarlo más a mí y profundizar el beso, pero suavemente me alejó.

-No hagas esto más difícil- me pidió- adiós.

No pude decir nada más. Me quedé allí viendo como el amor de mi vida se alejaba de mí. Lagrimas de dolor surcaban mis mejillas hasta morir en mis labios, los cuales estaban sellados. No podía decir ni hacer nada.

Sentí mis piernas flaquear y me caí de rodillas al suelo. Me fui tumbando y me quedé allí sollozando y llorando.

_______________

El frío que sentía me hizo reaccionar. Abrí mis ojos lentamente, topándome con una densa oscuridad.

Hice memoria para acordarme de donde estaba.

De repente llegaron varias imágenes a mi mente y recordé porque estaba ahí. Un sollozo escapó de mi pecho

Me levanté a duras penas y me dirigí a casa. Estaba embarrada, mojada y despeinada, pero no me importaba, las incomodidades físicas no eran nada comparado con lo que sentía por dentro.

¿Por qué? Era la pregunta que inundaba mi mente. Me había dicho que siempre me amaría, entonces si me seguía queriendo… ¿Por qué?

No lo sabía. Silencio era la única respuesta que recibía a esa pregunta.

Sin darme cuenta si quiera, estaba en el porche de mi casa. Solo el canto de los grillos se oía. Lo demás era silencio y oscuridad.

Antes de girar la perilla una idea cruzó mi mente.

Me había dicho que su avión despegaba a las 8 am, seguramente desde Seattle. Miré mi reloj de muñeca. Las 6:30 am, tenía tiempo.  Necesitaba respuestas, así que sin pensármelo dos veces entré a la casa, cogí las llaves del coche de mi padre y me fui.

Si me iba a dejar, tendría que decirme porque.

Ian:

Sabía que estaba haciendo lo correcto. Aunque se me partiese el corazón no iba a dejar que mi hermanita se consumiera, la quería demasiado para permitir eso y si con eso tenía que dejar a mi corazón, lo haría.

-Todo saldrá bien- le susurraba al oído, mientras la tenía abrazada por la cintura.

Estábamos en el aeropuerto facturando para, en una media hora, subir al avión que nos llevaría a nuestras nuevas vidas.

Aunque sinceramente no sabía si esas palabras reconfortantes eran para ella o me intentaba convencer a mi mismo.

De repente oí un grito con mi nombre. Me giré arrastrando a Bella conmigo.

Mi corazón se saltó un par de latidos.

Lydia estaba en la entrada del aeropuerto, con la ropa mojada y toda llena de barro.

Se acercó a paso acelerado. Bella y yo solo mirábamos atónitos.

-Lo sabía- murmuró- Era por ella ¿Verdad?- dijo más alto.

-¿Qué?- pregunté confundido.

¿No iba a comenzar con eso de que Bella y yo estábamos juntos, no?

-¿Vas a dejarme por ella?- volvió a preguntar dolida.

-Lydia cuantas veces tengo que decirte que Bella es mi hermana, no es como una rival. Es solo que…- intenté explicarle, pero me interrumpió.

-¡No vuelvas a decirme esas chorradas!- esta vez gritó, haciendo que varias personas a nuestro alrededor se giraran a vernos- Deja de decir que solo es una amistad. Si te vas no voy a esperarte. Tienes que elegir Ian. Es ella- dijo señalando con despreció a Bella- o soy yo- concluyó mirándome expectante por una respuesta.

 -Lydia…- suspiré pesadamente.

-Ian vete con ella, no debes hacer esto- me susurró Bella- sé feliz.

La miré a los ojos. En sus orbes chocolates solo vi a mi hermanita, a esa chica que me había cautivado desde el momento que la había visto, esa dulce niñita a la cual le habían hecho demasiado daño, como una frágil muñequita de porcelana a la que el dolor y el peso de los años había roto. No podía, ni quería, ni iba a dejarla.

Di un paso y me acerqué a Lydia. Ella sonrió triunfante, esperando que la eligiera a ella.

-Lydia…yo lo siento mucho, pero no puedes pedirme que elija entre mi familia y tu- con esas palabras volví a retroceder.

Con mi brazo rodeé los hombros de Bella, la cual me miró con cara de desaprobación, y dejando a Lydia atrás con cara de desconcierto abordamos ese avión.


jajajja ya ven chicas solo la quiere como una hermanita. Alguien tenia que haber, no? son demasiados lios de faldas.

Este capi se lo dedico a todos esos amigos que estan para los buenos y los malos momentos y en concreto a una amiga que tengo yo, que se llama Claudia que siempre mantiene mis pies en la tierra.

Comenten y voten si quieren los siguientes capis chicas.

Besos desde España de vuestra amiga Aina :)

Capítulo 21: ¿4, 5 o 6? Capítulo 23: Sonrisas falsas

 
14439836 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10757 usuarios