Te quiero y lo siento, pero no me arrepiento

Autor: AinaCullen13
Género: Romance
Fecha Creación: 29/05/2012
Fecha Actualización: 27/03/2013
Finalizado: SI
Votos: 21
Comentarios: 77
Visitas: 58833
Capítulos: 28

Isabella Swan o Bella, como solían llamarla; Una chica sencilla de ultimo curso, dispuesta graduarse y a vivir su vida. 

Edward; un chico guapo, popular y adinerado, con una sola meta: conquistar a Isabella.

Ambos solo tenían algo en comun un accidente en su pasado, que en su momento había estropeado lo más importante que habían tenido.

Alcohol + Juego + Apuestas = la receta que aparentemenete arruinará la vida de Isabella Swan y le dará al pasado el pase para exigir las respuestas que en ese tiempo no se habían dado.

 


 

Hola chicas, este es mi primer fic, por eso les pido que no sean muy duras. Me he esforçado mucho y lo he hecho con mucho cariño para ustedes lindas. Espero que les guste.

Besos, desde España de vuestra amiga Aina :)

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Capítulo 14: Luna de sirope de chocolate

Edward:

A la mañana siguiente en cuanto me desperté me di cuenta de donde y con quien estaba. Casi me parecía un sueño que ya estuviéramos casados y que hubiéramos hecho el amor.

Lo que si me pareció sorprendente fue que Bella aún fuera virgen. ¿Si le amaba a él, sabiendo que al casarnos seguramente tendríamos sexo, no hubiera sido lógico que se entregara a él, para que su primera vez fuera especial?

Bueno, de todos modos daba igual, no había quien la entendiese. La quistión es que se había entregado a mí y no a ese.

Fui a la cocina para preparar el desayuno. Unos días antes le había dicho a la encargada de mantenimiento que llenara la nevera variadamente.

Cuando abrí la nevera lo primero que mis ojos divisaron fueron los huevos. Sonreí como tonto al acordarme de cual era su desayuno favorito.

Flashback

Sentía un olor delicioso llegar a mi nariz. No sabía de qué se trataba, pero debía de estar para chuparse los dedos, porque olía exquisito.

Con mucha pereza me levanté de la cama para averiguar el origen de ese olor.

Caminé con los ojos cerrados hasta la cocina. Ni siquiera me hacia falta mirar, me sabía la ubicación de cada habitación, puerta o ventana de mi casa de memoria.

Oía algo parecido a unas risas y cuanto más me acercaba más nítido se hacia el olor.

De repente sentí que alguien se acercaba a mí. Volví a oír risitas y sentí una respiración cerca de mi rostro.

Cuando abrí los ojos me encontré con los orbes achocolatados de mi princesita, la cual me miraba divertida.

-Buenos días, dormilón- me dijo sonriendo y besando una de mis mejillas.

-Buenos días princesita- repetí el gesto.

Soltó una risita y se fue a sentar. Cuando destapó mi campo de visión, pude ver que los chicos estaban sentados desayunando. Todos, excepto Em, seguro que estará durmiendo pensé.

-Hola Ed- saludaron casi al unísono.

En ese momento entraron Esme y Reneé.

-Hola mi niño- me dijo mamá.

-Buenos días Eddy- dijo Reneé revolviéndome el cabello.

-Buenos días- contesté con la voz aún un poco pastosa.

-Ven a desayunar- me ofreció Alice, corriendo una silla entre ella y Bella.

Acepté gustoso y me fui a sentar con ellos.

Entonces me fijé en que había gofres con sirope de chocolate y zumo de naranja.

Mi estomago gruño en anticipación.

-Jajaja, si que tenías hambre Eddy- bromeó Rose.

Todos empezamos a reír a carcajadas y yo me sonrojé.

-¿Por qué hacéis tanto ruido?- se quejó un somnoliento Emmet, apareciendo en la cocina.

-¡Buenos días, osito!- chilló Bella corriendo a abrazarlo.

-Buenos días linda- le dijo besando sus mejillas- ummm… ¿Eso que huelo son gofres?- preguntó haciendo que todos volviéramos a reír.

-Si, ven a desayunar cariño- le dijo Reneé maternalmente, que ya estaba sentada junto a Esme en la mesa.

Nos sentamos a desayunar y entre bromas y risas tuvimos un delicioso desayuno.

-¿Sabes?- me preguntó retóricamente Bella, después de desayunar mientras jugábamos a la Wii- A partir de hoy  los gofres son mi desayuno favorito.

Fin de Flashback

Sentí pasos procedentes de la habitación.

En unos segundos Bella estaba entrando a la cocina.

-Ummm…huele delicioso- elogió relamiéndose los labios- Gracias.

-De nada, después de todo, de vez en cuando le puedo hacer el desayuno a mi esposa- le sonreí. Esperaba que ella hiciera una mueca o algo así, pero en vez de eso me devolvió la sonrisa.

-¡Gofres con sirope de chocolate!- exclamó cuando los serví en la mesa- Son mis favoritos.

-Ya lo sé, no lo he olvidado- dije mirándola a loa ojos. Ella captó lo que quería decir y por sus ojos pasó una chispa de melancolía.

-Ya…como para olvidarlo- dijo mordiéndose el labio inferior y rascándose la nuca.

-Ven siéntate.

Nos sentamos y desayunamos en silencio. Parecía pensativa, aunque de vez e cuando levantaba la mirada y me sonreía.

Esa tarde fuimos a dar un paseo por la isla. Fotografiamos mariposas y flores, que según ella eran hermosas. Yo me dedicaba a mirarla a ella y asentir.

Día 2

-¿Me pones crema en la espalda?- me preguntó tendiéndome el bote.

-Claro.

Estábamos en la playa tomando el sol.

Tome el bote de crema que me había tendido y ella se giró para quedar tumbada de espaldas en la hamaca. Sin apenas darme cuanta se desabrochó el sujetador del bikini y apartó las tiras para que le echara crema también en esa zona. Fui extendiéndola lentamente disfrutando de cada toque de mi piel contra la suya. Me tomé la libertad de echarle también en las piernas y a ella no pareció importarle en absoluto. Cuando terminé mi erección realmente dolía.

-¿Me podrías abrochar el bikini?- pidió aún de espaldas.

Dirigí mis manos al cierre, pero a penas sin darme cuenta, en vez de abrochárselo, en un movimiento reflejo se lo quité.

Esa tarde hicimos el amor en la hamaca hasta romperla.

Día 3

-Esto es….Edward, es hermoso- comentó embelesada sin despegar sus ojos del paisaje que se extendía ante nosotros.

La había llevado a una cascada que había cerca de la casa.

-Lo sé- dije. Aunque lo había visto un montón de veces en vacaciones familiares, aún me parecía tan hermoso, que casi rozaba lo irreal.

-Es tan bonito…

De pronto tuve una idea.

-También puede ser divertido- afirmé mirándola con una sonrisa maligna.

-¡Oh no! ¿En qué estas pensado?- preguntó asustada, retrocediendo en la manta de picnic en la que estábamos sentados.

Me levante aún con la sonrisa en mis labios. Ella me imitó para luego ir retrocediendo.

-Edward- me miró con miedo. Empecé a acercarme- ¡No!- chilló, cuando vio que quería cogerla, empezó a correr y yo detrás de ella.

-¡Ven aquí!- exigí.

-No hasta que me digas que es lo que quieres hacer- me dijo mientras aceleraba.

-Algo- la arrinconé entre un árbol y mi cuerpo tapándole el paso- muy- me acerqué a ella con la respiración acelerada, igual que la suya, por la carrera- divertido- concluí cogiéndola en brazos al estilo novia.

Me acerqué al borde del agua y salté.

En ningún momento la solté, ni podría haberlo hecho, Bella se aferraba a mi cuello como si le fuera la vida en ello.

Cuando caímos al agua, sentí que estaba un poco fría, pero igualmente estando con Bella yo siempre sentía calor de más.

Empezó a reírse mientras se deshacía de mi agarré y se ponía delante de mi.

-Vale, eso ha sido muy divertido- admitió.

Me uní a sus risas.

Sin darnos cuenta nos fuimos acercando, hasta que nuestros rostros quedaron a milímetros. Me rodeó el cuello con sus brazos y yo puse mis manos en su cintura. Se fue acercando poco a poco y estampó sus labios con los míos. Los movía suave y lentamente. Era un beso dulce, lleno de amor.

A estas alturas me habría atrevido a decir que, aunque fuera en un mínimo grado, mi esposa me quería. Me lo decía en silencio con sus besos y caricias.

Pero yo quería que ella me lo dijera.

Día 4

Los besos y caricias se habían hecho comunes entre nosotros y ya casi parecíamos una pareja normal. Cada día que pasaba estaba más seguro de mi teoría. Dejaba que la besara y me correspondía, disfrutaba de mis caricias, dejaba que la abrazase, hablábamos animadamente, se reía de algunas de mis bromas, con las que antes me hubiera asesinado con la mirada. En fin, que yo estaba feliz.

Hoy fuimos otra vez a la playa y lo volvimos a hacer en el agua.

Día 5

Ya solo nos quedaba 1 día de luna de miel, así que optamos por quedarnos todo el día en la cama amándonos.

Solo esperaba que siguiera siendo así conmigo, cuando saliéramos de este paraíso tropical y nos mudáramos a nuestro nuevo piso.


 

Bueno chicas espero que les esté gustando la historia. Ya falta poco para la confesión ¿Perdonará Edward a Bella? para saber eso tendran que seguir leyendo. Aunque para que se termine la historia todavia queda mucho y hasta voy a hacer una segunda parte.

Me gustaria proponeros algo. Ultimamente me han estado rondando por la cabeza dos titulos para la continuacion. Uno seria "Recuerdame" (Que no tiene nada que ver con la peli) o "El enemigo de mi enemigo es mi amigo". La cosa seria asi, vosotras en los comentarios me escribis cual os gusta mas y porque y yo sumo cuantos votos tiene cada uno para tomar una decision.

Espero que participeis y me ayudeis a decidir.

Seguid comentando, votando y leyendo mis lindas amigas.

Besos de Aina la peque. ;)

Capítulo 13: ¡Bendita cremallera! Capítulo 15: Sr. Ideas en apuros

 
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