Te quiero y lo siento, pero no me arrepiento

Autor: AinaCullen13
Género: Romance
Fecha Creación: 29/05/2012
Fecha Actualización: 27/03/2013
Finalizado: SI
Votos: 21
Comentarios: 77
Visitas: 58830
Capítulos: 28

Isabella Swan o Bella, como solían llamarla; Una chica sencilla de ultimo curso, dispuesta graduarse y a vivir su vida. 

Edward; un chico guapo, popular y adinerado, con una sola meta: conquistar a Isabella.

Ambos solo tenían algo en comun un accidente en su pasado, que en su momento había estropeado lo más importante que habían tenido.

Alcohol + Juego + Apuestas = la receta que aparentemenete arruinará la vida de Isabella Swan y le dará al pasado el pase para exigir las respuestas que en ese tiempo no se habían dado.

 


 

Hola chicas, este es mi primer fic, por eso les pido que no sean muy duras. Me he esforçado mucho y lo he hecho con mucho cariño para ustedes lindas. Espero que les guste.

Besos, desde España de vuestra amiga Aina :)

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Capítulo 15: Sr. Ideas en apuros

Bella:

Wow fue lo primero que pensé cuando vi nuestro piso.  Era luminoso, amplio, bonito y bien ventilado. Solo el pensar lo que habría costado me daba dolor de cabeza.

-¿Te gusta?- me preguntó.

-Es…no tengo palabras- lo medité por un momento- perfecto.

-Me alegro de que pienses así, a partir de ahora viviremos aquí. Además esta cerca de la universidad. Cuando nos graduemos, si quieres podremos mudarnos a una casa.

Le sonreí. Era tan atento conmigo, se fijaba en que, hasta el último detalle estuviera perfecto. Me preguntaba como pude haber sido tan tonta. En realidad él no había cambiado nada, seguía siendo mi dulce y lindo príncipe. Era yo que estaba tan ciega, que no lo veía.

Me acerqué a él y dejé un casto beso en sus labios.

Ese día nos lo pasamos colocando las cosas en sus sitios. Cualquiera diría que era un trabajo pesado y aburrido, pero entre besos y caricias robadas nos divertimos mucho.

Al día siguiente me levanté un poco desorientada ya que, al principio, no reconocí el lugar. Cuando hice memoria y me di cuenta de donde estaba, sonreí como tonta.

Me lavé la cara para quitar las lagañas.

Las 10:45, había dormido mucho.

Fui a la cocina para servirme un tazón de cereales, no pensaba perder la costumbre. Estaba a medio camino, cuando sonó mi móvil.

-¿A quien demonios se le ocurre llamarme a estas horas?- me pregunté en voz alta, irritada por la interrupción.

Volví a la habitación para coger el dichoso teléfono.

Edward estaba en la cama, tumbado bocabajo, con los brazos cruzados bajo su cara y con la manta tapándole solo de cintura para abajo. Su pelo era un caos, más desordenado aún de lo normal, dándole un aspecto sexy. Sus fracciones denotaban paz y tranquilidad.

Hermoso, era la palabra adecuada para describirlo y aún se quedaría corta.

MI móvil volvió a sonar, sacándome de mis ensoñaciones y dándome cuenta de que me había quedado embobada miándolo.

Tonta me repetí mentalmente eres una tonta.

Salí de la habitación para no despertarle y atendí a la llamada.

-¿Diga?- contesté con voz aun un poco pastosa.

-Hola caramelita- dijo la melodiosa voz de Ian del otro lado de la línea.

-Hola Ian- saludé sonriendo ligeramente, Ian nunca podía molestar.

-Oye, ¿sabes? Tu voz se oye cansada ¿Qué has estado haciendo, eh?- preguntó sugestivamente. Ya me lo imaginaba sacudiendo las cejas arriba y abajo y sus orbes celestes brillando con picardía.

-Nada- contesté recalcando la palabra- mal pensado- murmuré sabiendo que me oiría.

Soltó una carcajada.

-¡Pero tranquila fiera!- exclamó- estás casada, ¿No me digas que aun eres pura?- preguntó incrédulo.

-¿Me has llamado a la 11 de la mañana, para hablar de mi vida sexual?

-No. En realidad, necesito tu ayuda- contestó un poco más serio.

-¿Mi ayuda? Vaya, y yo que creía que este día nunca llegaría. Pensaba que el de las ideas eras tú- me burlé.

-Y lo soy. Tampoco te emociones, solo necesito el punto de vista femenino- dijo muy pagado de si mismo.

-¡Gracias, eh!- exclamé sarcástica- yo también te quiero.

-Jajaja, no sufras cariño, si sabes que te quiero y eres única- dijo volviendo a su tono cariñoso de siempre.

-Eso esta mejor. Entonces… ¿Cuál es tu problema?- pregunté curiosa.

-Es mejor que te lo cuente en persona. ¿Podrías venir ahora a casa?

-Claro. Hasta ahora- me despedí.

-Adiós caramelita- y colgó.

Sentía mucha curiosidad. ¿Ian con algún problema? Vamos era Ian, el Sr. Ideas.

Así que sin más me vestí con una camiseta roja con el logo de “chupa chups”, unos shorts tejanos y unas converse negras. Me peiné y dejé mi pelo suelto.

Antes de salir le dejé una nota a Edward para que no se preocupase.

Cogí las llaves de mi camioneta y salí en dirección a la casa de Ian.

Ian:

-Tío, ¿Quieres decirnos de una puñetera vez, que es lo que pasa?- dijo Danny impacientándose.

-¡Te he dicho que vamos a esperar a Bella!- casi le grité, se lo había repetido como un millón de veces ya.

Bufó sonoramente.

Pasados unos 5 minutos, oímos pasos y vimos a Bella entrando por la puerta medio abierta del garaje, por lo que se tuvo que agachar.

-Hola chicos- nos saludó.

-Hola- contestamos.

-¡Aleluya! Al fin nos dirá que demonios le pasa- exclamó Danny, mirando teatralmente al cielo.

Esta vez fue mi turno de bufar.

-Esta bien chicos, no os peleéis.  Ya estoy aquí, empieza a contar que me tienes intrigada. ¿Sabes? Hasta el hambre se me pasó con la curiosidad que sentí, después de tu llamada- dijo sentándose en la silla que quedaba libre.

-De acuerdo. Hermanos y hermana estábamos reunidos hoy aquí para…- un golpe en mi nuca detuvo la broma.

Bella me miraba furibunda.

-Lo siento, caramelita. Pero es que con esto de tu boda estoy inspirado- dije carcajeándome.

-¿Quieres ir al grano? Repito, no he desayunado por venir a ver que leches querías.

Asentí.

-Todos sabéis que me gusta Lydia- dije a lo que todos asintieron excepto Bella.

-No, a ti no te gusta Lydia. Tu estas enamorado de ella, son cosas diferentes- dijo cruzándose de brazos.

-Lo que sea, ¿Qué pasa?- dijo Bruno restándole importancia.

-Pues que ahora también es mi vecina- todos abrieron los ojos desmesuradamente con la duda brillando en ellos.

-¡¿Qué?!- preguntaron casi al unísono.

-Pues si, se ha comprado la casa de al lado- confirmé.

-Pero… ¿Ella sabía donde vivías?- preguntó Bella.

-No- contesté secamente- ¿Cómo quieres que sepa donde vivo?

Se encogió de hombros.

-El caso es que la he visto salir y entrar a la casa varias veces.

-Puede que sea la casa de algún familiar suyo y haya venido a visitarlo- comentó Danny encogiéndose de hombros.

-No lo creo.

-¿Y cual es el núcleo de la quistión?- preguntó Bruno confundido- es tu vecina ¿Y que? Eso nos lo podrías haber dicho por teléfono, Facebook o la próxima vez que nos vieras en vez de citarnos a todos- se quejó.

-Lo siento gatito, pero tiene razón. Yo he tenido que conducir desde Seattle hasta aquí, sin desayunar- apoyó Bella.

Danny solo asintió.

-Pues quiero pedirle salir pero de manera original- aclaré- y quiero consejos, ¿Algún voluntario?

Danny levantó la mano.

-¿Danny?

-Pero necesito alguien que haga de Lydia- dijo.

Todos giramos a ver a Bella.

-Vale, vale- dijo levantando las manos en señal de rendición.

-Bien y…acción- dije.

Carraspeó.

-Mira nena, cuando te vi en clases me gustaste tanto que ya no se me levanta con nadie más. Así que… ¿Qué tal si tu y yo vamos un momentito al baño?- dijo enroscándose un mechón del cabello de Bella en su dedo índice.

Bella abrió los ojos desmesuradamente y estalló en carcajadas.

-Creo que no hace falta que te diga lo que te habría contestado Lydia- dijo respirando hondo en un intento de calmarse- Si mi marido te viera…-dijo negando con la cabeza.

-Calla, que si por tu marido fuera, te encerraría en un cuarto para que ningún hombre pusiera los ojos sobre ti- dijo Bruno, a lo Bella volvió a reír acompañada por mi, esta vez.

Y era verdad Edward, según había visto, a veces era muy celoso.

Después de recuperarnos del ataque de risa nos quedamos pensando en silencio un rato.

-Tengo una idea- dijo al fin Bella.


 

Uhhhh ¿Que idea se le habrá ocurrido ahora a bella? Tranquilas lindas que bella ya no va a ser mala.

Adoro vuestros comentarios, pero aun nadie a respondido a mi propuesta. Os pedí que me dijerais que titulo os gustaba mas para la segunda parte de esta historia "Recuerdame" o "El enemigo de mi enemigo es mi amigo" estare esperando ansiosa que comenteis y me deis vuestra opinion.

Gracias por leerme y seguid hacendolo que en el cap 20 los tortolitos ya hablan y las cartas quedan sobre la mesa.

Besos de vuestra amiga Aina :) :P

Capítulo 14: Luna de sirope de chocolate Capítulo 16: No me esperes para comer

 
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