Te quiero y lo siento, pero no me arrepiento

Autor: AinaCullen13
Género: Romance
Fecha Creación: 29/05/2012
Fecha Actualización: 27/03/2013
Finalizado: SI
Votos: 21
Comentarios: 77
Visitas: 58838
Capítulos: 28

Isabella Swan o Bella, como solían llamarla; Una chica sencilla de ultimo curso, dispuesta graduarse y a vivir su vida. 

Edward; un chico guapo, popular y adinerado, con una sola meta: conquistar a Isabella.

Ambos solo tenían algo en comun un accidente en su pasado, que en su momento había estropeado lo más importante que habían tenido.

Alcohol + Juego + Apuestas = la receta que aparentemenete arruinará la vida de Isabella Swan y le dará al pasado el pase para exigir las respuestas que en ese tiempo no se habían dado.

 


 

Hola chicas, este es mi primer fic, por eso les pido que no sean muy duras. Me he esforçado mucho y lo he hecho con mucho cariño para ustedes lindas. Espero que les guste.

Besos, desde España de vuestra amiga Aina :)

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 26: Aquí empezó, aquí lo voy a terminar

Chicas a lo mejor deberían preparar un par de pañuelos, yo lloré en este capi. En los grandes vacios negros haced clik porque son mis recomendaciones musicales. Y si ya veis el video en si mejor, es que a mi al principio no me salia solo era un espacio negro.


Bella:

No soporté más ver a esa estúpida besándolo y me levanté para irme.

Cogí mi camioneta, con la que habíamos venido Ian y yo y me fui de ahí.

Mis lágrimas no tardaron en hacer que el maquillaje se fuera a la porra. Conduje a lo máximo que dio mi amado cacharro sin rumbo fijo, dejándome guiar por mis instintos.

De repente me di cuenta de que mi gasolina se estaba acabando.

-Mierda- murmuré.

En unos metros no dio a más y se paró.

-Joder- aporreé el volante y un sollozó se escapó de mi pecho.

Bajé sin más remedio del coche.

Al ver donde estaba me quedé congelada.

La Push.

Pero no cualquier lugar de La Push, era donde mi hermano había tenido el accidente. Nunca habíamos vuelto aquí. Habíamos hecho varias visitas a La Push, pero nunca habíamos visitado de nuevo este sitio.

Lo único que se oía era el viento y las olas del mar.

Más lágrimas se acumularon en mis ojos, haciendo distorsionada mi visión.

Caminé hasta cruzar la carretera y llegar al pie de la playa. Era el lugar exacto desde donde había presenciado la muerte de mi ser mas querido.

Me senté allí, de la misma manera en la que lo había hecho 11 años atrás. Me rodeé las piernas mis brazos y apoyé la cabeza en mis rodillas.

La silueta de Edward y mi hermano jugando ahí, se apareció frente a mí como un fantasma.

Mi pecho se oprimió y otro sollozó escapó en medio de silenciosas lágrimas.

Lo recordaba tan nítidamente y había pasado tanto tiempo…

Aquel día estaba feliz y solo pensaba en que nos divertiríamos jugando con la arena en la playa. No hubiera imaginado, ni en mis peores pesadillas, que eso pudiera llegar a ocurrir.

Hasta hoy día me preguntaba porque a él. Nunca había hecho nada, era el ser más inocente y bueno sobre la faz de la Tierra, aunque siempre hubiera tenido pinta de matón.

Una débil sonrisa se dibujó en mis labios, al recordar como espantaba admiradores míos, enseñándoles los músculos. Era divertidísimo de ver, todos huían y no es volvían a acercar a mí.

Me giré a la playa.

Las olas arremetían contra la arena serenas, con un ritmo pausado. Era un lugar hermoso, sin duda.

Recordé como un millón de veces, antes de ese día, habíamos venido aquí a pasear o recoger conchas y como luego Alice nos hacía collares.

Respiré aire profundamente.

Aquí había comenzado toda esta pesadilla.

Aunque mirándolo de otra manera, la verdadera pesadilla la había creado yo. Cuando me había separado de mi familia, cerrándome en mi burbuja. Cuando había hecho tanto daño a Edward.

Con un simple “si” ahora mismo podría estar felizmente casada, celebrando pascua con mi familia.

Aún me acordaba de ese día. Ese en el que había marcado mi destino para siempre.

Flashback

Otra vez en la oscuridad de mi cuarto, tumbada en mi cama con la mirada perdida en algún punto del techo. No quería despertar de ese estado. Simplemente ya todo me daba igual, desde que él no estaba más conmigo.

Oí un ruido proveniente de la ventana. Bufando me tuve que levantar a ver que demonios pasaba.

Cuando estuve a poca distancia, vi que era Edward que estaba tirando piedrecitas.

-¡Eh! ¿Qué quieres? Vas a romper la ventana- chillé una vez la abrí.

Tenía un enorme ramo de rosas rojas en sus manos.

-Tengo que decirte algo Bella. ¿Puedes bajar?- se le notaba nervioso.

Rodé los ojos y de mala gana bajé.

-¿Qué?- dije poniendo mis manos en la cintura.

-Yo….yo- me miró a los ojos. Me cogió una de las manos, obligándome a quitarla de mi cintura. Sentí esa corriente eléctrica tan conocida-  Bella, yo debería haberte dicho esto antes, pero no me atrevía, bueno…yo…yo…te amo… ¿Quieres ser mi novia?

Juro que mi corazón se paró. Lo miré a los ojos. Mi príncipe azul me estaba diciendo que me amaba. Sentí unas ganas enormes de chillar que si y tirarme a sus brazos, pero recordé…

Recordé que por su culpa mi hermanito no estaba conmigo, que él era un asesino.

Solté su mano de golpe, sintiendo un vacío enorme.

-Antes muerta- diciendo esto volví a subir a mi cuarto.

Fin de flashback

Si tan solo no hubiera sido tan rencorosa y le hubiera dicho que si, como me moría por hacerlo.

Nada tenía sentido, nada de lo que había hecho. Había estado tan ciega…

Levanté mi mirada. El sol empezaba a ponerse, dándole fin a otro día y comienzo a la noche. Era un paisaje tan bonito. Los colores rojizos y amarillentos del atardecer, las serenas olas, los imponentes acantilados…

Una idea fugaz cruzó mi mente.

¿Por qué no?

Si ya todo daba igual, nada me importaba.

Tampoco era que nadie me fuera a echar de menos.

Mis padres, a lo mejor. Pero aprenderían a vivir sus vidas con ello, como lo hicieron con la muerte de mi hermano.

Ian, aunque no lo quisiera admitir, yo en su camino era una piedra. A él ni si quiera le gustaba la televisión y aun así trabajaba en ello, solo por mí. Si yo no estuviera, él ahora mismo estaría con Lydia, sacándose el titulo de algo en la universidad.

Mis fans…en un par de meses encontrarías a otro ídolo y se olvidarían  de que si quiera existí.

A nadie le importaría.

Me levanté de la fría arena y me adentré en el bosque. Caminé unos pocos minutos y en un abrir y cerrar de ojos, ya me encontraba en el más alto de los acantilados.

El viento soplaba con mucha más fuerza ahí arriba y el romper de las olas era más amenazador. Me acerqué al borde.

Empecé a tararear nuestra canción.

Me acordaba que de pequeños a los dos nos había encantado esa canción y la habíamos denominado como la nuestra. American mouth de Flightless bird.

Cerré los ojos, disfrutando de la brisa.

Extendí los brazos a la altura de mis hombros.

Respiré hondo.

Era irónico, aquí había empezado, aquí acabaría.

Extendí un pie dejándolo colgando al borde.

-¡No! ¡Bella!- oí que gritaba alguien.

Fue demasiado tarde, yo ya había puesto fuera el otro pie.

Estos dos últimos años empezaron a pasar como un fashback.

Flashback

-Hola hermosa- susurró ese cerca de mi oído.

-Piérdete- escupí intentando zafarme, intento en vano, porque no sirvió para nada.

-Oh, vamos ¿Ni siquiera me saludas?- preguntó acercando sus labios a los míos.

-Enserio, ¿Porque no entiendes de una maldita vez que no voy a salir contigo?- Puso cara de dolor por un momento y después se alejó bruscamente.

-Serás mía aunque sea lo ultimo que haga- sentenció antes de darse la vuelta e irse.

______________

-¿Sabes lo que has hecho? ¿Y ahora que vamos a hacer? No hay más remedio que vender la casa. Y dime a ver como le vas a explicar eso a tu hija- chillaba desesperada Reneé.

-No sabes cuanto lo siento, no sabia lo que hacia- decía mi padre desde la cama, donde estaba sentado con la cara entre sus manos.

-Que lo sientas no va a hacer que no nos arruinemos- sollozaba mi madre.

______________

-¡¿Que?!

-Es muy sencillo, veras, tu quieres algo que yo tengo y yo quiero algo que tu tienes, bueno, yo te quiero a ti, más bien dicho. Así que haremos un intercambio.

-¿Qué clase de intercambio?- pregunté irritada.

-Primero contéstame a algo, ¿Ya te has entrado de la cagada de tu padre?- preguntó divertido.

-Bueno, algo sé. ¿Y tu como lo sabes?

-Porque su deuda es conmigo. Mira te propongo algo. Si te casas conmigo, yo anulo la deuda- dijo tan tranquilo.

-A ver como te lo digo…amm…NI LO SUE-ÑES- contesté separando las silabas.

-Tu misma si cambias de opinión ya sabes donde estoy.

______________

-Hola- saludé en cuanto estuvo frente a él.

-Hola- me devolvió el gesto con mucha más alegría mientras levantaba la mirada del libro que estaba leyendo  y lo guardaba.

-Como te dije antes tengo que hablar contigo- comencé a explicar. Él hizo un gesto con las manos para que continuase- es…sobre la boda- proseguí casi en un susurro, me avergonzaba mucho la manera en la que me estaba vendiendo en cuerpo y alma por unos malditos 10.000$.

-Dime- dijo rápidamente para que siguiera. Veía la ilusión brillar en sus ojos.

-Acepto- dije en un hilo de voz.

______________

-Hola- saludó algo receloso, mirando extrañado a Bruno- creí que íbamos a estar solos, no te voy a violar, no hace falta que te traigas guardaespaldas- dijo sentándose.

Eso me enfadó.

-Bruno no es mi guardaespaldas- dije mirándolo furibunda.

En eso llegó la camarera, muy guapa debo añadir.

-¿Puedo ofrecerte algo?- preguntó enroscándose el cabello en el dedo e ignorándonos a Bruno y a mi. De repente sentí unas ganas incontrolables de cogerla del pelo y arrancarle esa melena rubia de bote.

-Si, un café por favor- dijo, mirándome aún a mi a los ojos, haciéndole caso omiso al coqueteo de la chica, la cual se fue frustrada a por su pedido.

-¿Y entonces quien es?- preguntó algo burlón.

-Es… él es mi…- la camarera regresó interrumpiéndome.

-Que lo disfrutes- dijo dejando el café en la mesa, para después darse la vuelta e irse.

-¿Decías?- me animó a seguir, tomando un sorbo de su café.

-Novio- acabó Bruno, al ver que yo estaba un poco atascada- soy su novio.

______________

-¿Te gusta?- me preguntó.

-Es…no tengo palabras- lo medité por un momento- perfecto.

-Me alegro de que pienses así, a partir de ahora viviremos aquí. Además esta cerca de la universidad. Cuando nos graduemos, si quieres podremos mudarnos a una casa.

Fin de flashback

Sentí el frío del agua calar en mis huesos.

El agua se coló en mis pulmones.

Una sonrisa torcida, un cabello broncíneo y unas esmeraldas se colaron en mi mente.

Una débil sonrisa se extendió en mis labios y caí en la dulce inconsciencia. Fue solo ahí cuando dejó de dolerme el pecho, dejé de sentir.


Ohhh...espero que les haya gustado chicas. ¿Morira Bella? Para saberlo tendran que leer el proximo capi y si lo quieren comenten.

Capítulo 25: Mi novia Capítulo 27: Nota de autora

 
14439815 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10757 usuarios