Te quiero y lo siento, pero no me arrepiento

Autor: AinaCullen13
Género: Romance
Fecha Creación: 29/05/2012
Fecha Actualización: 27/03/2013
Finalizado: SI
Votos: 21
Comentarios: 77
Visitas: 58824
Capítulos: 28

Isabella Swan o Bella, como solían llamarla; Una chica sencilla de ultimo curso, dispuesta graduarse y a vivir su vida. 

Edward; un chico guapo, popular y adinerado, con una sola meta: conquistar a Isabella.

Ambos solo tenían algo en comun un accidente en su pasado, que en su momento había estropeado lo más importante que habían tenido.

Alcohol + Juego + Apuestas = la receta que aparentemenete arruinará la vida de Isabella Swan y le dará al pasado el pase para exigir las respuestas que en ese tiempo no se habían dado.

 


 

Hola chicas, este es mi primer fic, por eso les pido que no sean muy duras. Me he esforçado mucho y lo he hecho con mucho cariño para ustedes lindas. Espero que les guste.

Besos, desde España de vuestra amiga Aina :)

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Capítulo 19: Esto no tiene sentido

La última parte de este capitulo (el punto de vista de Bella) leanlo escuchando la cancion de "Nadie te va a amar como yo" aqui les dejo el link http://www.youtube.com/watch?v=c3VbZyfx3uY, me inspiré en esa cancion para escribirlo, espero que les guste y disfruten besos.


Ian:

Y ahí me quedé viendo como mi hermanita echaba a correr tras su amado. En otro momento me hubiera parecido gracioso como iba a trompicones debido a los tacones, ahora mismo no me hacía ni puñetera gracia.

Estaba jodido, tenía que hablar con Lydia, no podía escaparme más.

Así que arrastrando los pies entré al local otra vez. Le pedí a Bruno que me sustituyera haciendo de Dj y me dirigí a la silla donde estaba sentada Lydia.

-Hola- saludé un poco tembloroso.

Estaba preciosa con un vestido verde oliva y eso me ponía aún más nervioso.

-Hola- saludó de igual manera.

-Yo… ¿Podemos hablar?- pregunté.

-Claro- contestó rápidamente.

-Vamos fuera- la conduje fuera, donde antes lo había ensayado con Bella. Nos apoyamos en el coche y carraspee preparándome para empezar la caída libre, donde era todo o nada.

-Yo quería decirte algo muy importante para mí- empecé- si no lo dije antes, fue porque tenia miedo, pero sé que debo arriesgarme así que allá voy- suspiré- Lydia, tu me gustas desde el primer momento que vi tus ojos. Bueno…gustarme es quedarme corto, me encantas, te amo- le confesé al fin.

Esperé una respuesta, aunque ella no dijo nada. Se quedó en silencio con la mirada perdida en la nada.

-Pero a ella también la quieres. ¿Cierto?- preguntó agriamente sin mirarme.

-¿Ella? ¿Quién es ella?- pregunté confundido.

¿A quien demonios se refiere, si yo solo tengo ojos para ella? Pensé.

-Bella, es obvio que la quieres mucho- dijo aún con tono amargo.

-Pero solo es mi amiga- aclaré.

-¿De verdad?- preguntó esperanzada, ahora sí, mirándome a los ojos.

-De veras, a la única que amo es a ti. Bueno a ella también, pero solo como a una hermanita- nos abrazamos y nos quedamos en esa posición por tiempo indefinido.

Al separarnos nos quedamos con los rostros muy cerca. Nos fuimos acercando más y más hasta que nuestros labios se unieron en un beso lleno de amor.

-Yo también te amo- me confesó al separarnos.

Nos volvimos a besar. Esta vez fue un beso demandante y apasionado.

Esa noche, aunque parezca demasiado precipitado, nos necesitábamos el uno al otro así que hicimos el amor en mi coche.

Lydia:

Hacia días que recibía cartas de un tal admirador secreto. Me parecían realmente románticas, pero no eran de la persona que yo quería. Él ya amaba a alguien. Aunque lo negasen, entre ellos había una conexión especial.  

Hoy era la fiesta que daba Alice, aunque no éramos las mejores amigas nos llevábamos bien y también me había invitado.

Me había puesto un vestido verde oliva y no me había maquillado.

Total, ¿Para qué? Pensé si de todos modos solo tiene ojos para ella, da igual cuanto me arregle.

Así que simplemente me había dejado el pelo suelto y me había puesto unas sandalias azules, a juego con la cinta que tenia el vestido.

Efectivamente en casi toda la fiesta estuvieron juntos. Cuando ya era muy tarde y me disponía a irme, me di cuenta de que Ian venía hacia mí.

Nervios, fue lo que sentí.

-Hola- me saludó.

Lo noté nervioso.

-Hola- le respondí.

-Yo… ¿Podemos hablar?- me pidió.

-Claro- contesté rápidamente.

-Vamos fuera- Me condujo fuera y nos apoyamos en su coche.

-Yo quería decirte algo muy importante para mí- empezó a decir- si no lo dije antes, fue porque tenia miedo, pero sé que debo arriesgarme así que allá voy- suspiró- Lydia, tu me gustas desde el primer momento que vi tus ojos. Bueno…gustarme es quedarme corto, me encantas, te amo- me confesó dejándome helada.

¿Seria verdad?

¿Yo le gustaba?

¿Me amaba?

¿Pero…?

¿Y ella?

¿A ella también la quería?

¿Nos quería a las dos?

¿O…?

¿Había una mínima posibilidad de que debiera creerle cuando me decía que Bella para él solo era una amiga?

Me quedé pensando en todas esas preguntas que inundaron mi mente.

Me miraba expectante, como si esperara una respuesta.

-Pero a ella también la quieres. ¿Cierto?- pregunté dejando entrever mis celos.

-¿Ella? ¿Quién es ella?- preguntó visiblemente confundido.

¿Encima tienes el descaro de preguntarlo? Pensé.

-Bella, es obvio que la quieres mucho- dije con tono amargo.

-Pero, solo es mi amiga- dijo muy seguro.

-¿De verdad?- pregunté esperanzada, de verdad me encantaría creerle.

-De veras, a la única que amo es a ti. Bueno a ella también, pero solo como a una hermanita- nos abrazamos y nos quedamos un buen rato así.

Al separarnos nos quedamos con los rostros muy cerca. Nos fuimos acercando más y más hasta que nuestros labios se unieron en un beso lleno de amor.

-Yo también te amo- le dije.

Nos volvimos a besar. Esta vez fue un beso demandante y apasionado.

Aunque pareciera indebido y precipitado, esa noche hicimos el amor en su coche.

Bella:

-¡Espera!- le gritaba. No había manera de que se parará a escucharme- ¡Déjame explicarte!- le seguí chillando, aunque ni puto caso me hacía, seguía caminando apresuradamente.

Vi que llegó hasta su coche, se montó y arrancó dejándome e la calle con frío, despeinada y desesperada.

________________

Metí la llave en la cerradura y abrí la puerta. ¡Maldito Edward! Por su culpa había tenido que coger un taxi, en el que el conductor me miraba lascivamente, cosa que me tuvo tensa durante todo el trayecto.

Estaba agotada así que decidí ir a nuestra habitación, dispuesta a quitarme el puñetero vestido, darme una ducha y meterme en la cama para dormir hasta que me pareciera que mi vida tenía sentido. Dejé el bolso desganada en el sofá y me adentré a nuestra habitación.

Volví a recuperar vitalidad al darme cuenta que Edward estaba allí.

Pero… ¿Estaba haciendo las maletas?

¿Para que demonios estará este haciendo las maletas? Pensé.

-¿Qué haces?- le pregunté.

Paró de repente, sorprendido por mi presencia, ya que no me había visto porque estaba de espaldas a la puerta.

-Bella…-se sentó en la cama con su cara entre las manos- no puedo más- dijo en un sollozo.

Se me partió el alma de verlo así.

-Yo…lo siento Bella- empezó a disculparse.

Levantó el rostro y pude ver que estaba llorando.

-Sé que le quieres a él y no te voy a seguir atando a mi…no puedo seguir haciéndonos esto. Si tu no me amas, esto no tiene sentido- dijo reanudando su anterior tarea- me voy- sentenció- puedes quedarte el piso y mi abogado te man- lo corté cogiéndolo del brazo, haciéndole girar.

-Edward, yo te amo- dije apresuradamente.


Uhhh...al fin se confesó ¿Que dirá Edward? pues para eso tendran que esperar al proximo capi y si quieren que lo suba ya saben que tienen que comentar chicas.

Un gran abrazo para todas y todos los que me leen de Aina la peque. Wink

Capítulo 18: Una última vez Capítulo 20: ¿Siempre?

 
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