Te quiero y lo siento, pero no me arrepiento

Autor: AinaCullen13
Género: Romance
Fecha Creación: 29/05/2012
Fecha Actualización: 27/03/2013
Finalizado: SI
Votos: 21
Comentarios: 77
Visitas: 58820
Capítulos: 28

Isabella Swan o Bella, como solían llamarla; Una chica sencilla de ultimo curso, dispuesta graduarse y a vivir su vida. 

Edward; un chico guapo, popular y adinerado, con una sola meta: conquistar a Isabella.

Ambos solo tenían algo en comun un accidente en su pasado, que en su momento había estropeado lo más importante que habían tenido.

Alcohol + Juego + Apuestas = la receta que aparentemenete arruinará la vida de Isabella Swan y le dará al pasado el pase para exigir las respuestas que en ese tiempo no se habían dado.

 


 

Hola chicas, este es mi primer fic, por eso les pido que no sean muy duras. Me he esforçado mucho y lo he hecho con mucho cariño para ustedes lindas. Espero que les guste.

Besos, desde España de vuestra amiga Aina :)

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Capítulo 1: ¿Un día más?

Bella:

-Bella baja a desayunar- gritaba mamá desde la planta baja.

-Si, voy mamá- le contesté para calmarla, aunque sabia que mi consuelo no duraría mucho, seguramente en cinco minutos subiría a regañarme si no bajaba.

Me estaba arreglando frente al espejo mi pelo. Me había vestido con un pantalón de mezclilla, negro y ajustado junto con una camiseta de color azul cielo. Las nubes en el cielo y la histeria de mi madre indicaban que seria un día como cualquier otro pero, no se porque, estaba muy nerviosa, tenia un mal presentimiento.

Cuando bajé las escaleras mi madre estaba acabando de poner el desayuno.

-Hija, ¿Por qué tardabas tanto?- preguntó con un matiz de molestia en su voz.

-Lo siento mamá es que me estaba terminando de arreglar- me excusé- ¿Papá ya se ha ido?

-Si, hace 15 minutos que salió.

-Ah…Ok- le sonreí y empezamos a desayunar, mientras charlábamos de trivialidades.

Me llamo Isabella Swan, aunque, como no me gusta, todos los que me conocen me llaman Bella. Vivo en Forks, una pequeña ciudad en Washington, con mis padres, Reneé y Charlie.

Reneé es muy hermosa, tiene el cabello rubio, ondulado y corto, los ojos azules y una muy bonita figura. Su carácter es muy explosivo, es apasionada y caprichosa pero también muy comprensiva y cariñosa. Dado a esto a veces parezco yo la madre y ella la hija, aunque también por la misma razón somos, a parte de madre e hija, amigas.

Charlie es un hombre de complexión fuerte, de ojos color café y pelo marrón, corto y rizado. Él es un poco más cerrado conmigo que mamá, pero sin embargo también me quiere mucho y yo a él.

Estoy en mi último año de instituto, en realidad solo faltan 3 meses para graduarme y estoy deseando que llegue el momento.

Mi mejor amiga se llama Alice. Es una chica muy hermosa, a pesar de su aspecto de duende. Tiene el pelo negro, corto y cada punta de este señala en una dirección diferente. Sus ojos son verdes. Es un poco más bajita que yo y muy delgada. Pero su aspecto engaña mucho, cuando se lo propone, da miedo. Es muy hiperactiva y una compradora compulsiva.

Me dirigía al instituto en mi amada camioneta. Puede que sea vieja pero yo la adoro. Es una Chevy roja.

Cuando llegué al instituto estacioné el auto y fui corriendo a la puerta de la entrada para no mojarme, estaba lloviendo ¡Que sorpresa! (Nótese el sarcasmo). Estaba caminando por los pasillos hacia mi primera clase, cuando unos fuertes brazos me aprisionaron contra la pared.

-Hola hermosa- susurró ese cerca de mi oído.

¡Ah si! Se me había olvidado un punto clave del porque mi amor hacia la graduación. Ese punto clave tiene nombre propio. A si que sin más dilaciones señoras y señores les presento a Edward Cullen. He de admitir que es un chico realmente guapo. Pelo cobrizo desordenado, ojos esmeralda, alto y musculoso. Pero de todos modos es un pesado.

-Piérdete- escupí intentando zafarme, intento en vano, porque no sirvió para nada.

-Oh, vamos ¿Ni siquiera me saludas?- preguntó acercando sus labios a los míos.

-Enserio, ¿Porque no entiendes de una maldita vez que no voy a salir contigo?- Puso cara de dolor por un momento y después se alejó bruscamente.

-Serás mía aunque sea lo ultimo que haga- sentenció antes de darse la vuelta e irse.

Podría decirse que era algo así como mi acosador personal, pero él no se molestaba en seguirte a escondidas y guardar las apariencias, él era así de directo conmigo.

Bufando por la escenita que me había tocado soportar esa mañana me fui a mi primera clase.

Milagrosamente, llegaba tarde.

-Señorita Swan que honor que haya decidido acompañarnos hoy- soltó con sarcasmo el profesor, cuando entré al aula.

-Lo siento profesor no volverá a ocurrir.

Caminé lo más deprisa que pude hacia mi sitio. Como no tenía esta clase con Alice me sentaba con una chica muy amable llamada Angela Weber. Era muy alta y delgada. Su cabello largo y castaño, casi siempre lo llevaba atado en una coleta. Tenía los ojos marrones y llevaba gafas. Siempre vestía informal y discreta. Era simpática, amable, divertida, inteligente, discreta, sencilla y no le gustaba llamar la atención, cosa que me encantaba de ella.

-Hola Bella ¿Por qué has llegado tarde?- saludó con una sonrisa mientras me sentaba.

-Cullen…- solté como si fuera una palabrota y mirando al frente. Inmediatamente soltó una pequeña carcajada en respuesta, ella conocía mi pesadilla. Bueno, para ser sinceros casi todos. De ahí la razón por la que Jessica Stanley me odia. Porque esta coladita por Edward. Y no es que me importe, digo, a él lo regalaría con lacito y todo y en cuanto a Jessica tampoco me cae muy bien que digamos, a si que…

Edward:

Me llamo Edward Cullen y no tengo mote fijo. Algunos me llaman Ed, otros Eddy y a los que no les caigo bien Cullen. Tengo 18 años. Vivo en Forks, en una gran casa/mansión con mi familia. Mis padres, Esme y Carlisle y mi hermana Alice.

Estaba dirigiéndome a clases cuando la vi en el pasillo. Si ella. De la chica de la que estoy enamorado, mi ángel, mi amor, mi cielo, mi todo…Era la chica más hermosa del universo. Tenía el cabello castaño, ondulado y le llegaba hasta un poco más abajo de los hombros. A simple vista no se veía, pero a la luz del sol tenia reflejos caoba. Sus ojos eran de color marrón chocolate y de una profundidad asombrosa, parecía que si los mirabas, mirabas dentro de su alma. Tenía un cuerpo de diosa. Y ese era mi sueño y lo único que deseaba. Que ella me quisiese, pero no. Siempre la he amado desde pequeños, entonces éramos los mejores amigos puesto que yo era un cobarde y no me atrevía a decirle lo que sentía. Pero un día cayó en depresión por la muerte de su hermano y después de recuperarse no volvió a hablarme. Me agarré de valor, cortesía de los consejos de mi hermana, y le dije lo que sentía. Pero no salió exactamente como esperaba. Ella me rechazó, pero no con delicadeza, a lo bestia. Y desde entonces mantengo un objetivo: conquistar a Bella Swan. Empecé a insistirle cada vez con más frecuencia hasta, sin darme cuenta, convertirme en un acosador.

Me acerqué lo suficiente sin que me viese y en un momento que estaba distraída, la aprisioné contra la pared.

-Hola hermosa- susurré en su oído.

-Piérdete- escupió intentando zafarse.

-Oh, vamos ¿Ni siquiera me saludas?- pregunté acercando mis labios a los suyos.

-Enserio, ¿Porque no entiendes de una maldita vez que no voy a salir contigo?- eso fue un golpe bajo y si ella realmente creía que yo me rendiría y me conformaría ante un simple “no”, estaba muy equivocada.

-Serás mía aunque sea lo ultimo que haga- sentencié hecho una furia dándome la vuelta para marcharme.

Realmente no lo entendía ni si quiera me quería dar una oportunidad y ya me rechazaba. Era una sensación de impotencia frustrante. Además ella era la única chica que no quería salir conmigo, las demás suspiraban cuando pasaba. Pero como que me llamo Edward Cullen que Isabella Swan seria mi novia, mi esposa y posteriormente la madre de mis hijos.

Mis primeras clases fueron normales como todos los días. Hasta se me hacían aburridas. Cuando ya era la hora del almuerzo me dirigí a la cafetería. Al recorrer el lugar con la vista divisé un nuevo grupo de chicos sentados al fondo. No presté mucha atención y me dirigí a la mesa donde estaban sentados mis amigos. Alice, Jasper y Rose. Jasper y Rosalie Hale eran hermanos mellizos. Los dos eran rubios y de ojos azul cielo. Jasper era bastante fuerte y alto y Rosalie tenía cuerpo de modelo.

-Eh, ¿Quiénes son esos?- les pregunté señalando a los chicos que había visto al entrar, cuando estuve cerca.

-No se, pero son guapísimos- respondió Rose mirando embelesada hacia la mesa del fondo. Como respuesta a su comentario Jasper la fulminó con la mirada y esta vez ella repitió el gesto y siguió dándoles un festín a sus ojos.

-Rose tiene razón- apoyó Alice, que estaba en el mismo estado que Rosalie.

-Lo que pasa es que vosotros no entendéis- siguió Rose.

-Yo tengo literatura con uno de ellos, se llama Bruno- informó Jasper.

-Ah sí y… ¿Tiene novia?- dijo Rose prestando verdadera atención a la respuesta de Jasper. A lo que yo solté una carcajada.

-¿De que te ríes?- gruñó ella.

-De lo colgada que estas- seguí carcajeándome.

-Si, mira quien habla Don amo a Bella- con eso yo me puse serio y la fulminé con la mirada.

-Pues hermanito, hoy no es tu día de suerte- se burló Alice.

-¿Por qué?- pregunté curioso.

-Gírate, ya veras- dijo en medio de una carcajada.

Desconfiado y a la vez dudoso giré lentamente en mi silla y la imagen que vi me llenó completamente de ira. Uno de los chicos nuevos estaba abrazando muy efusivamente a Mi Bella y a esta no parecía incomodarle en absoluto. El chico tenía el cabello rubio largo y los ojos azules. Un gruñido se escapó de mi pecho.

-¿Celoso Eddy?- se burló Rose.

-Ja ja ja, muy graciosa- dije con sarcasmo.

-Mira y aprende, él ha conseguido en un minuto lo que tu no en tres años- admiró Jasper.

-Vale ya dejad de machacarlo, bastante tiene el pobre con lo que tiene- medio salió en mi defensa Alice, ya que su último comentario no lo considero de mucha ayuda.

En eso sonó el timbre y tuvimos que volver a clases. Sin embargo no presté atención, estaba sumido en mis pensamientos. Pensaba en lo que había dicho Jasper. “Mira y aprende, él ha conseguido en un minuto lo que tu no en tres años.” Y lo que más me fastidiaba de todo es que tenía razón. Tenia que tener mucho cuidado con ese chico.

Bella:

 

El resto de la mañana había pasado normal no había vuelto a ver a Edward, lo cual era un alivio.  Había hecho una presentación oral, en la cual, reconozco que al principio estaba muy nerviosa, pero al final salió muy bien y me pusieron buena nota.

Estaba yendo hacia la cafetería con Angela. Me tenía que sentar con ella ya que Alice se sentaba con su hermano y yo ni en broma iba a hacerlo también.

 

-¿Me estas escuchando?- decía Angela mientras chasqueaba sus dedos delante de mi cara.

 

-Eh… no, lo siento- me sonroje.

 

Ella soltó una carcajada y siguió.

 

-Decía que ¿Por qué no aceptas salir con Cullen? Al fin y al cabo es guapo, inteligente y parece realmente interesado en ti.

 

-Veras Ang, es por…un asunto…digamos familiar.

 

-¿Familiar?- preguntó.

 

-Aja- asentí.

 

-¿Qué pasa, no le cae bien a tus padres? O ¿Es una disputa familiar general a lo Romeo y Julieta?

 

Me reí de su pregunta.

 

-Digamos…general.

 

Ya habíamos llegado a nuestra mesa habitual. Con nosotras se sentaban, también, Jessica Stanley, Mike Newton y otros dos chicos de los que no recuerdo el nombre.

 

Estaba comiendo mi manzana cuando de repente una flor apareció delante mio. Pero no cualquier flor, sino una margarita. Solo había una persona que me regalaba estas flores.

 

Me gire y ahí estaba.

 

-¡Ian!- chillé emocionada a la vez que me lanzaba a sus brazos.

 

-Vaya Bells, tengo que irme más a menudo si cada vez me vas a recibir así- dijo riendo por mi actitud, yo me sonrojé- Sigues igual de hermosa, me encantas cuando te sonrojas.

 

-Tu siempre tan tierno.

 

-Bueno…hace un año que no te veo, dime ¿Qué has estado haciendo en mi ausencia?- dijo tomando asiento a mi lado.

 

-No mucho, ya sabes mi monótona y aburrida vida. Mejor cuéntame tú que seguro que tienes cosas más interesante que contar- dije levantando las cejas de manera sugestiva.

 

-Pues la verdad este último año no he hecho gran cosa. Te he echado mucho de menos caramelita.

 

-Yo también a ti gatito- me volvió a abrazar, cuando nos separamos continué- sin embargo…

 

-Sin embargo…- hizo un gesto con las manos para que continuase.

 

-No te creo una palabra.

 

-¿Del que?

 

-De que no has hecho gran cosa, tu siempre haces algo, eres incapaz de quedarte cinco minutos quieto, vas a estarlo todo un año- le acusé.

 

-¿Me estas llamando mentiroso?- se hizo el ofendido

 

-No, te acuso de egoísta.

 

-¿Egoísta?

 

-Si, no quieres compartir tus momentos divertidos- me crucé de brazos haciéndome, ahora yo, la ofendida.

 

Entonces los dos estallamos en carcajadas. Así seguimos hablando durante todo el almuerzo hasta que sonó el timbre. Tener a Ian aquí iba a ser genial.

 

Edward:

 

Cuando salí del instituto me dirigí rápidamente a casa en mi volvo. Esme estaba en la cocina preparando cacao.

 

-Hola cariño- saludó

 

-Hola mamá- contesté sin mucho animo

 

-¿Te pasa algo?- ella siempre tan intuitiva, suspiré.

 

-No lo entiendo mamá.

 

-¿El que cariño?- preguntó realmente confundida.

 

-A las mujeres.

 

En ese momento entró mi padre por la puerta.

 

-Bueno hijo, ni tú ni nadie- dijo riendo.

 

-Carlisle- le reprochó mi madre.

 

-Bueno, bueno, yo solo decía- dijo levantando las manos en señal de rendición.

 

-Cuéntame hijo- dijo dulcemente mi madre.

 

Me senté junto a ella en una de las sillas del comedor y empecé a contarle.

 

-Bueno…veras, desde hace tiempo estoy enamorado de una chica…

 

-¿Estas enamorado?- me interrumpió.

 

-Si…

-¿Y? ¿Qué problema hay?- preguntó confundida.

-Ella no me hace caso, es más me odia y no se porque

-¿Se lo has dicho, que te gusta

-Como un millón trescientas mil veces- bromee yo.

-Bueno hijo, yo opino que tendrías que tener pequeños detalles con ella, pero sin agobiarla. Y, también, darle tiempo es verdad que las mujeres somos un poco complicadas- me sonrió y me abrazó.

En ese momento sonó el teléfono y mi padre lo cogió.

-Diga…aja…es para ti- me dijo tendiéndome el teléfono

-¿Diga?

 

-Hey Ed ¿Qué tal?- era Jasper

 

-Bien, ¿tu?

 

-Genial, oye llamaba para recordarte que mañana por la noche vamos al bar.

 

-Si a las 8 ¿No?

 

-Exacto, ¿Te paso a buscar?

 

-Si, si no hay problema.

 

-Bueno, entonces hasta mañana.

 

-Adiós- colgué.

 

Casi se me había olvidado mañana, aprovechando que era sábado íbamos a ir a divertirnos un poco. Con ese pensamiento me fui a dormir.

Bella

Edward

Carlisle

Esme

Reneé

Charlie

Rosalie

Ian

Jasper

Alice

 


 

Hola lindas, este ha sido el primer capitulo del fic, tranquilas aun tengo muchos más.

De verdad quiero saber sus opiniones y si encuentran algun fallo diganmelo tranquilas que no me ofendo, se aceptar críticas.

Así que comenten y voten amigas, porfis.

Capítulo 2: Tengo un plan

 
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