Te quiero y lo siento, pero no me arrepiento

Autor: AinaCullen13
Género: Romance
Fecha Creación: 29/05/2012
Fecha Actualización: 27/03/2013
Finalizado: SI
Votos: 21
Comentarios: 77
Visitas: 58826
Capítulos: 28

Isabella Swan o Bella, como solían llamarla; Una chica sencilla de ultimo curso, dispuesta graduarse y a vivir su vida. 

Edward; un chico guapo, popular y adinerado, con una sola meta: conquistar a Isabella.

Ambos solo tenían algo en comun un accidente en su pasado, que en su momento había estropeado lo más importante que habían tenido.

Alcohol + Juego + Apuestas = la receta que aparentemenete arruinará la vida de Isabella Swan y le dará al pasado el pase para exigir las respuestas que en ese tiempo no se habían dado.

 


 

Hola chicas, este es mi primer fic, por eso les pido que no sean muy duras. Me he esforçado mucho y lo he hecho con mucho cariño para ustedes lindas. Espero que les guste.

Besos, desde España de vuestra amiga Aina :)

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 2: Tengo un plan

Edward:

El sábado me levanté pensando en como iba a hacer para conquistar a Bella y rápido. Había pensado en los consejos de mi madre, pero sinceramente eso era lo que yo llevaba tiempo haciendo y no había funcionado así que tenia que buscar la manera de que todo fuese sobre ruedas.

Como no tenía nada mejor que hacer, dediqué la mañana a mis trabajos pendientes.

Después de comer me pase la tarde jugando con la Wii para matar el tiempo.

A las 7 empecé a prepararme. Me vestí con un pantalón de jean y una camiseta blanca con mi chaqueta de cuero negra.

A las 8:15 llegó Jasper.

-Hola Jazz.

-Hola Ed, siento llegar tarde.

-No pasa nada ¿Vamos?

-Vamos

El camino lo pasamos en un cómodo silencio. A penas llegamos nos pusimos a jugar con algunas de las maquinas y a beber.

-Vamos a jugar al póker Ed- me dijo Jazz.

Me giré y seguí la dirección de su mirada. Al fondo, en una mesa había un grupo de hombres jugando a cartas.

-Vale, vamos- contesté.

Cuando nos acercamos un poco pude distinguir mejor los rasgos y vi a quien menos me hubiese esperado aquí.

-Sr. Swan ¿Qué hace usted aquí?

Estaba bastante bebido.

-Anda, pero si eres tu, Edward ¿Qué tal chico?

-Muy bien señor.

-Eh, me apuesto 10.000$ a que no me ganáis.

-Aceptamos.

-Ed ¿Estas seguro?- me susurró Jasper mirando de reojo al padre de Bella.

-Segurísimo.

_______________

Pasaron las horas y yo ya estaba tan bebido que no me acordaba ni de mi nombre. De lo último que fui vagamente consciente fue de Jasper arrastrándome fuera del casino.

_______________

Escuchaba voces a mí alrededor y estas cada vez se iban haciendo más fuertes, como si se estuviesen acercando. Me dolía mucho la cabeza. Cuando abrí los ojos la luz me hizo daño, así que los volví a cerrar.

-No entiendo que tan importante conversación tienes pendiente con él que llevas aquí des de las 8 de la mañana- decía una voz aguda a mi alrededor.

-Cosas nuestras, Alice- esa era la voz de Jasper.

-Por favor Jazz, cuéntame- protestó Alice.

-No, enserio Al, cuando Ed despierte, si él quiere, que te lo cuente.

-Esta bien, esta bien pero que sepas Jazz que no es justo- contestó Alice.

A continuación escuche un portazo. Decidí levantarme así que llevé una mano a mis ojos, para hacer de sombrilla, y los abrí.

-Buenos días bello durmiente- se burló Jasper en cuanto me vio.

-No te metas conmigo, tengo una resaca de mil demonios, me siento mareado y confundido. Pero sobre todo confundido. ¿Qué era eso tan importante que tenias que hablar conmigo?- dije sentándome en la cama, la cual ahora me daba cuenta que era mi cama así que estaba en mi habitación.

-Pues verá usted, que ayer en el casino nos encontramos a cierta persona que hizo una apuesta y que ahora debe mucho dinero a otro alguien.

-Te recuerdo que estoy confundido. No me acuerdo de nada de lo que pasó ayer. Bueno salvo que nos encontramos al Sr. Swan y nos invitó a jugar al póker.

-Ya, pero no solo te invitó a jugar querido amigo, sino que apostó 10.000$ a que no le ganabas y…lo hiciste, le ganaste, así que se podría decirse que ahora no solo eres rico por herencia.

-¿En serio?- pregunté incrédulo, lo que se suele esperar después de una noche de juerga es haber perdido dinero no haberlo ganado ¡Y en que cantidad!

-¿Te mentiría yo? Sinceramente me ofendes- protestó haciendo un gesto dramático.

-Vamos deja de hacer el tonto.

-Mejor bajemos a desayunar, tu madre esta preocupadísima, y la verdad, no me extraña para nada por como te vio ayer lo raro es que aun no le haya dado el infarto.

-¿Por qué? ¿Qué hice?

-Bueno…más que lo que hiciste, lo que dijiste.

-¿Qué dije? ¡Dilo!- espeté sin paciencia, me estaba hartando de no saber nada.

-Bueno cosas como No Bella, no me dejes yo te quiero, ¿Qué tiene ese que no tenga yo? Y…- dijo haciendo una pobre imitación de mi voz.

-¿Y?

-Lloraste

-¿Lloré?

-Como un bebé asustado- se echó a reír

-¿Y ahora que te pasa?

-Es que si hubieras visto tu cara.

-Bueno, bueno, no te pases.

_______________

-Eddy cariño- corrió a abrazarme mi madre cuando ya estábamos abajo- ¡pero que hiciste¡

-Lo siento mucho, mamá.

-Estas castigado que lo sepas- sentenció poniéndose seria.

-Esta bien.

-Ahora a desayunar.

Desayunamos y me pasé el día entero en casa, por dos razones:

  1. Estaba castigado
  2. Tenia que desarrollar mi plan

Estaba sentado en el jardín de casa pensando en mi plan cuando se me acercó el duende.

-Hola Ed

-Hola duende

-Me lo vas a contar ¿Verdad?- dijo haciendo pucherito

Realmente me lo plantee pero al final me decidí por, mejor no decirle nada.

-La verdad es que tampoco era nada importante, Jasper es un exagerado- le resté importancia. Tampoco le estaba mintiendo solo le estaba ocultando información.

-No te creo, Jasper no hubiera venido des de tan pronto para decirte una tontería- buen punto pensé.

-Hermanita si no me quieres creer no me creas, pero es tu problema. Te digo que es algo que no tiene importancia, eso no cambia nada…

Entonces se me ocurrió… ¡Bingo! ¡Había dado con el plan perfecto!

Bella:

Me pasé el viernes por la tarde y el sábado haciendo mis tareas Realmente no tenia ganas de nada.

Era domingo por la mañana. Mis padres se habían ido a casa de unos amigos y no volverían hasta la noche. Estaba desayunando en la cocina mi habitual tazón de cereales cuando sonó el timbre.

-¡Voy!- grité

Cuando abrí la puerta me encontré con un Ian muy arreglado. Vestía unos jeans desgastados y una playera verde con rayas blancas. En sus manos llevaba un enorme ramo de margaritas y en sus labios una sonrisa deslumbrante.

-Ian- grité y me lancé a sus brazos.

-En serio, me encanta como me recibes caramelita- dijo sonriendo

-Pasa- le dije apartándome de le entrada dándole paso.

-Te informo caramelita, nos vamos a la playa- enarqué una ceja- no me mires así ¿De verdad creías que ibas a pasar un domingo en casa haciendo, lo que sea que hacías, mientras yo esté aquí?- suspiré.

-Ya me parecía a mi raro que aun no hubieras invadido mi casa.

-Lo que tu digas, pero cámbiate.

-A sus órdenes gatito- hice un gesto militar con la mano, a lo que él se carcajeó.

Subí las escaleras hacia mi habitación. Revolví mi armario hasta que encontré algo que ponerme que además de hacer de ropa hoy me serviría de chiste. Me vestí, aprovechando que hacia sol, con una camiseta sin mangas verde con rayas blancas y un jean corto desgastado. Me dejé el pelo suelto, me puse unas gafas de sol y unas chancletas negras.

Cuando bajé las escaleras Ian silbó.

-Vaya caramelita vamos a conjunto, pero a ti te queda mucho mejor- me guiñó el ojo y salimos.

Nos subimos al mercedes negro de Ian y arrancó.

-¿Vamos a La Push?- pregunté curiosa

-Si, y tengo planeado todo un día de picnic en la playa para nosotros.

Cuando llegamos paseamos, comimos unas magdalenas que había preparado y fruta, paseamos más, charlamos y tras prometerle que repetiríamos la salida me llevó a casa y se marchó.

Entré en casa. Estaba bastante cansada aunque me lo había pasado realmente bien, había sido agotador.

Cuando entré, sin apenas hacer ruido, escuché unos gritos provenientes del piso de arriba. Decidí subir a ver que pasaba. Venían del cuarto de mis padres así que, como estaba la puerta entreabierta, me asomé sin que me vieran.

-¿Sabes lo que has hecho? ¿Y ahora que vamos a hacer? No hay más remedio que vender la casa. Y dime a ver como le vas a explicar eso a tu hija- chillaba desesperada Reneé.

-No sabes cuanto lo siento, no sabia lo que hacia- decía mi padre desde la cama, donde estaba sentado con la cara entre sus manos.

-Que lo sientas no va a hacer que no nos arruinemos- sollozaba mi madre.

Se me partía el alma velos así. Quería correr y abrazarlos pero no podía o me descubrirían. Solo los había visto así de mal una vez, cuando…

¡Basta Isabella no pienses en ello! Me gritaba mi vocecita interior.

Me preguntaba que estaría pasando.

-Pues que remedio, habrá que vender la casa. La semana que viene hablaremos con Isabella- decía mi padre.

-Pero sabes, no es justo que por tu culpa le pase esto, me pase esto, nos pase esto…-seguía sollozando mi madre.

No lo aguanté más y me fui a mi cuarto. Intenté dormir, pero se me venían a la cabeza las palabras de mis padres. Vender la casa. No podíamos hacer eso. Simplemente no podíamos. Esta casa la compraron mis padres su primer año de casados. Aquí nací y crecí yo. Definitivamente no podíamos. Y a parte de la casa el enojo de mis padres. Ya les costó salir de una depresión una vez, no sabía si lo aguantarían una segunda. Tenía que hacer algo como fuera. Y con ese pensamiento me dejé caer en los brazos de Morfeo.

_______________

Habían pasado dos días desde esa pelea de mis padres. Sinceramente como actores hubieran muerto de hambre. Aunque no hubiera escuchado nada, me habría dado cuenta del inminente distanciamiento que había entre ellos y la depresión en la que estaban.

Sin mucho ánimo yo tampoco agarre mis cosas y me fui a la escuela. Milagrosamente hacia días que Edward no me acosaba, pero esa era otra. Si él estaba tranquilito sin decir nada no podía significar nada bueno. Después de la calma viene la tormenta.

-Hola caramelita- me saludó Ian cuando entré al aula. En clase de cálculo me sentaba con él.

-Hola gatito- intenté sonreírle pero acabó siendo una mueca.

-Eh, ¿Qué te pasa?- preguntó realmente preocupado, lo que me enterneció. Ian era tan bueno conmigo.

-Como me conoces- suspiré- problemas familiares.

-¿No confías en mí?- espetó dolido

-No, no es eso.

-¿Entonces?

-Es que en realidad yo tampoco debería saberlo.

-Y… ¿Cómo lo sabes?- preguntó con curiosidad.

-Digamos que mis padres en sus conversaciones privadas no usan un tono muy bajo.

Soltó una carcajada.

-O sea, dicho de otra forma que los espías-  yo me sonrojé.

-No es eso…

Levantó las cejas

-Bueno puede que un poco- admití a lo que él volvió a reír.

En eso el profesor entró y pidió que prestáramos atención. La clase fue fluida aunque no entendí casi nada.

-Gatito, ¿Me podrías ayudar con esto, no lo he acabado de entender?

-Claro, Bells, ¿Quieres que venga esta tarde a tu casa?

-Eso estaría genial, gracias- le di un beso en la mejilla y nos dispusimos a salir.

Cuando crucé la puerta algo me agarró del brazo. Perdón algo no, alguien.

-Vaya, ya decía que tardabas demasiado- le dije con sarcasmo.

-Bueno, hola a ti también, yo bien y ¿tu?- me contestó con el mismo tono.

-Al grano Cullen- le dije.

-Quiero hablar contigo…a solas- miró con furia en los ojos a Ian que hasta ahora había observado la escena.

-Por enésima vez no voy a salir contigo. Y suéltame- le dije zafándome.

-No se trata de eso ¿Podrías escucharme un minuto?- me volvió a preguntar.

Le di una mirada significativa a Ian, a lo que él asintió.

-¿Estas segura?- preguntó dudoso mirando a Edward con rabia.

-Si tranquilo- lo besé en la mejilla.

Creí oír un gruñido, pero no hice mucho caso.

-Te espero en la cafetería entonces- yo me limité a asentir.

-¿Que quieres Cullen?- pregunté impaciente.

-¿A que ha venido eso?- peguntó

-¿El que?

-El beso.

-Eso no te incumbe.

-¿Es tu novio?- insistió.

-¿Qué quieres?

-Pues visto así muchas cosas.

-Al grano- espeté con impaciencia.

-Está bien…cásate conmigo.

 

 

Capítulo 1: ¿Un día más? Capítulo 3: Entre la espada y la pared

 
14439709 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10757 usuarios