La era del vampiro

Autor: JennIb
Género: Sobrenatural
Fecha Creación: 10/09/2011
Fecha Actualización: 14/07/2015
Finalizado: NO
Votos: 3
Comentarios: 15
Visitas: 27531
Capítulos: 20

En este mítico mundo hay tres tipos de personas:

quienes juran que han precenciado una de esas manifestaciones, quienes se asocian con personas con necesidad de una hospitalizacion psiquiatrica. quienes creen en aqueyos mitos de alguna forma solo por que leyeron un libro que los conmovio con cada linea y los hizo creer de cierta forma que no eran un simple folclor. y quienes solo lo asocian con una explicacion a sucesos inexplicables; simple folclor.

yo, personalmente no me incluyo en niguna categoria. soy quien agrega la cuarta categoria, mezcla de las ultimas tres a las creencias del mundo mítico y, quien se reconoce como primer, y unico miembro. ¿lo que soy?, no estoy segura. ¿lo que fui?, se manifiesta confuso ante la revelacion de una simple mentira creada por mi madre para "protegerme". ¿lo que seré?, la pregunta mas tentadora a buscar una respuesta: una chica que buscara huir de la secta cuyo objetibo solo es  acecinarla e intenta buscar a su propio amor, huir con el y ser feliz. o quizas debo dejar que la lógica de la idea me haga refleccionar y entender que; aunque pueda elegir, no soy capaz de hacerlo.

"el destino esta escrito" una frase que solo habia leido una vez en esos libros que no me parecian mas que folclor y que siempre me habia parecido irrelebante ahora se convertia en el principio y el fin del todo... el destino estaba escrito, Bah, la eternidad esta escrita, y ¿quien es capaz de vivir una eternidad?, un vampiro, pero esa no es la cuestion; ¿que vampiro puede sobrevivir a la eternidad?: aquel que tiene una razon para aquello, aquel que es como steven...

 

 

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Capítulo 11: eclipse total al corazon

espero les guste:

 

La mire tratando de reprimir la reacción, pero no lo logre y abrí los ojos como platos.

-te vez hermosa- murmure.

Sonrió con emoción y sus ojos brillaron llenos de alegría. Agacho un poco la cabeza para ubicar el primer escalón y bajo corriendo los escalones. Le extendí los brazos apenas un poco, un segundo después ya me estaba abrazando por el cuello con fuerza. Sonreí  ante su reacción, me hacia tan feliz saber que si le importaba. Le devolví el abrazo son ser exactamente consiente.

-estaba preocupada por ti- murmuro decaída. No soportaba escucharla triste. Agradecí por un momento no verla a los ojos para no enfrentarme a lo que había provocado.

-todos han estado preocupados por mi- respondí. Ella se separo de mí para mirarme a los ojos

-¿qué paso finalmente? ¿Se trata de una ruptura?-

-no, solo fue una torcedura- una dolorosa torcedura.

Escuche una canción desde el salón. Note que ella también la escucho por que se encogió de hombros y se mordió el labio.

-¿bailas conmigo?- le ofrecí mano. Un matiz rojo apareció en sus mejillas y pasó sus manos tras su espalda.

-no sé bailar-

-yo puedo hacerte bailar- se mordió el labio pensativa, y finalmente sus indecisos dedos rozaron mi mano, cerré mi mano en torno a ellos y la atraje hacia mí. Ella tenso sus músculos cuando estuvo a centímetros de mí. Le sonreí buscando inspirarle un poco de confianza, pero seguía mordiéndose el labio, esta vez por la timidez. Me incline para susurrarle algo al oído.

-mírame- suspiro y levanto la mirada tímidamente. La apreté más contra mí haciendo uso de la mano que tenía en su cintura. Ella alargo la espalda una vez que lo hice. Tome su mano izquierda y la subí hasta mi hombro. Seguí sonriéndole para que se mostrara menos tímida, pero no pasó. Tome su mano derecha y la acomode en la mía.

Bajo la mirada. Use mi mano izquierda para levantarle el rostro.

-mírame- repetí. Ella soltó el aire por la nariz, hasta ese momento no supe que contenía la respiración.

Comencé a dirigirla un par de pasos.

-siente la música- ella hizo una mueca con los labios-. ¿La sientes?- inquirí. Ella asintió.

Lo hacía muy bien. Había comenzado lentamente para que comprendiera los pasos, y ya que lo tenía, comencé un poco más rápido. Ella lo capto y siguió lo mejor que pudo. Una arruga se formo entre sus cejas, estaba concentrada.

-dijiste que no sabias bailar-

-no este ritmo-

-¿bailas ballet?- ella asintió. Le dedique una mirada perspicaz. Ella lo noto y se desconcertó. Tomamos el verdadero y rápido compás, y sin previo aviso ni advertencia intente hacerla dar una vuelta. Ni siquiera bacilo. No era la vuelta correcta, era claramente ballet, pero había dado la vuelta.

-cielos, no hagas eso- se quejo. Pero en ese momento supe lo que era capaz de hacer bailando, y no era nada insignificante.

Continuamos bailando así, hasta que el coro de la canción comenzó y la intensidad de la música aumento. Bailamos en un círculo chico, y al igual que la última vez; sin previo aviso la hice dar una vuelta, ella trato de darla lo más adecuadamente posible a la música, pero fue repentino y su práctica en ballet le gano y volvió a ser claramente ballet. Quería seguí provocándola para saber a cuanto llegábamos. Un poco antes de que terminara la vuelta la forcé a hacer un levantamiento. Ella tenía bastante práctica, aún sin saber lo que haría aligero su peso y me pareció que me leyó la mente por que fue perfecto.

-eres maravillosa- murmure. Ella sonrió. En cuanto sus pies tocaron el suelo volví a hacerla dar una vuelta. Fue asombroso como continuo dando media vuelta y quedando de espaldas a mí. Entendí perfectamente lo que pretendía y la tome de la cintura para levantarla de nuevo.

Debió pensar que estaba tomándome desprevenido cuando lo hizo porque de nuevo me dejo que la dirigiera.

-no te detengas- la regañé- haz lo que sepas hacer- Jamás había bailado con una bailarina tan experimentada en el colegio militar; yo era por mucho el mejor bailarín cuando el colegio de señoritas le pidió a los cadetes ayudarlas con las practicas de ballet. Nos daban clases de baile para bailar vals, pero tuvimos que aprender mucho más cuando el señor Rogers decidió que ellas no tenían por qué limitar sus prácticas de ballet debido a nuestra inexperiencia. Me vi obligado a dominar algunos pasos para que Rogers no me reprendiera, eso no se me dificulto. De hecho, ni siquiera jennette Mouse, la mejor bailarina de toda la escuela me seguía el paso. Y ahora se me estaba dificultando seguírselo a Rachel. Me asombro lo maravillosa bailarina que era, y me frustro  al mismo tiempo.

En cuanto toco el piso se transformo, era como si estuviera bailando con una profesional, como si mi tímida amiga ya no estuviera y ahora fuera solo una bailarina en una presentación.

Seguimos bailando con el paso básico para movernos de un lado a otro.

Levanté su mano totalmente vertical y la hice dar vueltas. Fue asombroso como adivino lo que pretendía y se detuvo frente a mí para dejarse caer hacia atrás cuando sintió mi brazo en toda su cintura para ayudarla. Había escuchado muchas veces a madame Elyce regañar a sus estudiantes por una extensión insuficiente y falta de gracia con los brazos, pero estaba seguro de que si hubiera visto a Rachel en ese momento hubiera llorado por tanta perfección. Se incorporo con la misma gracia con la que se dejo caer y dio una vuelta por iniciativa propia para quedar dándome la espaldar y hacer uno de esos pasos con los que madame Elyce también hubiera llorado. Se inclino y levantó la pierna izquierda de modo que su cuerpo formara la perfecta “T”.

En ese momento no podía estar más impresionado con ella.

Después todo fue absolutamente natural, como si compartiéramos la misma mente y supiéramos exactamente qué hacer, cómo y cuándo.

El ultimo coro de la canción comenzó, en ese momento fue lago increíblemente espontaneo lo que hice. Me sentí más que atrapado por el momento y de pronto ya no me preocupe por seguir disimulándolo todo, era un momento perfectamente adecuado. La revelación era clara en mis sentimientos, la amaba; amaba a esa hermosa chica que tenía en mi presencia. No me preocupe en pensar sobre sus sentimientos hacia mí, porque en ese momento fue tan espontaneo, que ni siquiera di la orden a mi cuerpo de acercarla tanto a mí para besarla en los labios.

Las últimas notas de la canción estaban sonando, pero aquello no podía importarme menos.

Ella no sentía lo mismo por mí, pero yo no quería que me rechazara en ese momento; aceptaría que me abofeteara las veces que quisiera después, pero ahora no quería que se separara de mi. Apenas nuestros labios se unieron traslade una de mis manos hasta su nuca para que no pudiera separarse de mí. Técnicamente estaba obligándola a besarme, y fue algo cruel que no me preocupara. Rachel estaba sorprendida, eso lo tenía claro porque su cuerpo estaba tenso, en ese momento supe que había sido un completo error. Coloco sus manos en mi pecho e intento separarse de mí, una vez comprendí el error la deje separarse. Ahora tenía miedo de su reacción, por dentro estallaba de felicidad, pero por fuera tenía miedo de lo que aquello pudiera provocar. Rachel me miro completamente sorprendida. Pareció indecisa entre dos cosas, pero por poco tiempo porque, como ya lo veía venir me dio una fuerte bofetada. No podía quejarme, ni quería hacerlo, había valido la pena. Ni siquiera le tome importancia al ardor en mi mejilla, sabía que estaba dispuesta a irse, la conocía perfectamente y sabia que esa sería su reacción. Pero no quería que lo hiciera. Me desespere, quería decir algo para que se quedara y me dejara explicarle, pero supe que el tiempo se me agotaba cuando retrocedió un paso y solo pensé en simplemente pedírselo y ser sincero.

-Rachel, espera, no quería ofenderte, lo siento- la tome de la muñeca para impedir que se fuera, pero se soltó de mi agarre con rudeza. Su rostro era una maraña de emociones. Se veía tan hermosa furiosa, no me percate de que había sonreído.

-¿te volviste loco?- pregunto tartamudeando un poco.

-principalmente loco, si. Pero…- no sabía cómo decirlo, jamás lo había dicho, era una frase completamente nueva que iba a salir de mis labios. Ni siquiera sabía si iba a poder pronunciarla, quizá era un pensamiento tonto porque todo el mundo decía aquella frase todo el tiempo, y muchas personas lo hacían sin sentirlo. ¿Entonces porque a mí se me complicaba tanto? Recordé las palabras de Rachel tiempo atrás: “procurare que la próxima vez que vaya a mentir sea espontaneo para hacerlo bien” así que simplemente lo deje salir- te amo-

Ella abrió los ojos como platos. Ya no estaba molesta, ahora estaba sorprendida.

Avanzo lo que retrocedió para quedar más cerca de mí.

-¿Qué?-

-estoy enamorado de ti. Me deje llevar, lamento si te ofendí- ella negó con la cabeza. Una chispa de esperanza apareció entre toda la atmosfera de tención, entonces en su transparente rostro supe que ahora estaba sorprendida y alagada. Ella sentía lo mismo por mí. Aquello me arranco una sonrisa.

-tu… sientes lo mismo por mi- deduje. Ella se sonrojo.

-he hecho un buen trabajo disimulando- la abrace sin ser consiente en un principio. Nuestros rostros quedaron tan cerca que la tentación de besarla fue mas fuerte que al principio.

-si te beso ahora ¿me garantizas que no me golpeas de nuevo?- ella rio. Una risa nerviosa que muchas veces había escuchado en ella cuando estábamos juntos. Claro que ahora sabia porque.

-no- mire hacia arriba frustrado. Entonces encontré el perfecto pretexto para volver a besarla.

-mira arriba- ella lo hizo y contemplo el muérdago sobre nosotros.

-¿te arriesgas arriesgarte?- ni siquiera lo pensé, la respuesta era sumamente obvia.

-toda mi vida-

Acerque su rostro al mío y la bese. Esta vez supe que no me golpearía porque poso una de sus manos en mi nuca y formo un amarre en mi cabello. Entreabrió los labios para profundizar el beso, no vacilé en absoluto.

Podía besarla por siempre, pero, si por siempre empezaba esa noche terminaría demasiado pronto porque mi perfecta bailarina tenía que volver en algún momento a su casa.

Se separo unos centímetros de mis labios para tomar un poco de aire. Yo hacia mi mejor esfuerzo para no separarme de ella, pero ella no aguantaba tanto, no es que lo supiera.

El hueco se cerró y selló. Sentí un inusual clic por dentro, ahora sabía que era ese pequeño hueco:

Me había arrepentido un millón de veces por haber sido tan grosero con ella en el estacionamiento cuando volvimos a encontrarnos, y en su momento había justificado aquello; luego me había sentido absolutamente estúpido por haberlo hecho y me arrepentí como nunca. Y ahora volvía a justificarlo porque ahora sabía porque me había sentido tan enojado.

Estaba herido por que había pensado que yo no le importaba a ella tanto como ella a mí: la había amado desde un principio, pero no lo sabía.

Sonreí ante aquello. Volví a tomar su rostro entre mis manos y le di un corto y suave beso en los labios. La atraje a mi pecho para abrasarla. Estuvimos un rato así, abrasados.

-¿Zac?- me llamo.

-¿si?-

-¿es oficial?-

-¿el qué?- ella se separo de mí.

-¿estamos juntos?- entendí perfectamente a lo que se refería. Pero si no le quedaba claro seguro era por scarlett, pero a decir verdad no éramos novios, ella solo me había dicho que podíamos intentar. Luego le diría que no estaba interesado. Quizás no así de drásticamente.

-si no te has arrepentido, si- ella me dio una palmada en el brazo.

-jamás-

-entonces es oficial- de pronto recordé (por alguna razón) a Ryan Connor. Había ido muchas veces a su trabajo en estos últimos días por una tarea de Erick, y habíamos congeniado. A veces iba a verlo y charlábamos un momento en su oficina, siempre y cuando tuviera tiempo libre. Últimamente habíamos hablado de Rachel y por alguna razón, el había dicho que prefería a los chicos alejados de ella. Quizás el sabia (incluso mejor que yo) lo que sentía por Rachel. Hice una mueca de miedo. ¿Cómo esperaba decírselo a Ryan y salir ileso de aquello?

Decidí disfrutar ese momento con ella. Ya otro día me preocuparía porque esta vez si me rompieran la pierna y no fuera Boris quien lo hiciera.

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Capítulo 10: burdamente culpable Capítulo 12: puntos suspensivos

 
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