La era del vampiro

Autor: JennIb
Género: Sobrenatural
Fecha Creación: 10/09/2011
Fecha Actualización: 14/07/2015
Finalizado: NO
Votos: 3
Comentarios: 15
Visitas: 27525
Capítulos: 20

En este mítico mundo hay tres tipos de personas:

quienes juran que han precenciado una de esas manifestaciones, quienes se asocian con personas con necesidad de una hospitalizacion psiquiatrica. quienes creen en aqueyos mitos de alguna forma solo por que leyeron un libro que los conmovio con cada linea y los hizo creer de cierta forma que no eran un simple folclor. y quienes solo lo asocian con una explicacion a sucesos inexplicables; simple folclor.

yo, personalmente no me incluyo en niguna categoria. soy quien agrega la cuarta categoria, mezcla de las ultimas tres a las creencias del mundo mítico y, quien se reconoce como primer, y unico miembro. ¿lo que soy?, no estoy segura. ¿lo que fui?, se manifiesta confuso ante la revelacion de una simple mentira creada por mi madre para "protegerme". ¿lo que seré?, la pregunta mas tentadora a buscar una respuesta: una chica que buscara huir de la secta cuyo objetibo solo es  acecinarla e intenta buscar a su propio amor, huir con el y ser feliz. o quizas debo dejar que la lógica de la idea me haga refleccionar y entender que; aunque pueda elegir, no soy capaz de hacerlo.

"el destino esta escrito" una frase que solo habia leido una vez en esos libros que no me parecian mas que folclor y que siempre me habia parecido irrelebante ahora se convertia en el principio y el fin del todo... el destino estaba escrito, Bah, la eternidad esta escrita, y ¿quien es capaz de vivir una eternidad?, un vampiro, pero esa no es la cuestion; ¿que vampiro puede sobrevivir a la eternidad?: aquel que tiene una razon para aquello, aquel que es como steven...

 

 

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Capítulo 5: amenaza

 

scarlett evans

 

Dani y yo teníamos deportes con el mismo profesor. Nos dirigimos a los vestidores para cambiarnos, el llego primero al gimnasio y me espero ahí, no sabía con quien además de con Dani compartía esa clase, me hubiera gustado que fuera con sari, pero no había tenido oportunidad de preguntárselo como se lo había preguntado a Peny, la diferencia entre ambas era que con Peny estaba confirmado, pero no con sari.

Entre en el gimnasio para encontrarme con dan, pero me encontré con alguien que nunca me hubiera esperado.

El cabello rizado claro de mi profesor era inconfundible. Dan me miro cuestionándose mi cordura por que no le quitaba la vista de encima a mi profesor, me resultaba difícil pensar en él como mi profesor, cuando siempre había sido diferente.

-Erick…- murmuré con timidez intentando llamar su atención. El me miro sorprendido.

-¡Rachel!- exclamo-. Me alegra que tus clases de deportes sean conmigo-

-a mi mas. Me alegra verte, Tío-

-a mi mas, sobrina- el no era mi tío, pero era el mejor amigo de mi padre y había convivido lo suficiente con él como para dejar de verlo como el mejor amigo de mi padre y que se abriera paso en mi vida como mi tío adoptivo.

Últimamente no lo había visto, ni a él ni a serena, con quien la historia había sido parecida, porque la llamaba Tía.

-me hubiera gustado mucho ir a verte a rehabilitación, pero tus padres nos pidieron a serena y a mí que no habláramos absolutamente de nada de eso-

-no, ya no tienes que ocultarlo, pero sería agradable que no mencionaras los motivos-

Erick me sonrió y me obsequio un abrazo.

- en verdad me alegra mucho verte- murmuré y le devolví el abrazo. Conforme pensaba en su llegada a la escuela (por que antes había estudiado ahí) entendía por qué ahora zac estudiaba en esa escuela.

-¡hey!, profesor- de inmediato identifique la voz y me separe de mi tío.

-¿Qué pasa, Zac?- le pregunto su padre.

-te buscan en la oficina principal- mi tío suspiro.

-te veo luego, sobrina- se despidió.

El salió por la puerta  trasera. Una vez que se fue mire al frente, zac permanecía ahí mirando a su padre, al igual que yo. En el momento en el que gire mi rostro nuestras miradas se encontraron por una decima de segundo, luego aparto la mirada y se fue al encuentro de scarlett.

No pude seguirlo con la mirada, scarlett se percato de que trataba de hacerlo y esa mirada amenazante suya se encontró con la mía.

Era hora de salida, ya no tenía que quedarme  para hacer exámenes pero lo hubiera preferido.

-¡oye, niña!- mire hacia atrás. El rostro cínico de la rubia scarlett me miro con esa sonrisa de superioridad  con la que la recordaba, porque siempre me la dedicaba.

-te dejaron salir del manicomio ¿he?- dijo sonriendo- debo decir que me da gusto verte ¿Por qué no habías hablado conmigo?- inquirió con falsa inocencia. Trato de sujetarme un mechón de cabello, pero no se lo permití y gire mi rostro.

-no tengo nada que hablar contigo, scarlett. Y si no te molesta quiero ir a casa-

-ah… claro- adopto una pose deductiva frunciendo los labios-, no tienes nada que hablar conmigo pero si con mi novio-

-¿novio?- no supe si lo dije o lo pensé, pero luego me di cuenta de que lo primero era lo sucedido.

-zac. El es bastante guapo, supongo que lo notaste en la cafetería ayer, pero ya que zac me quiere a mi no quise decir nada. Recibí informes de que el te abrazo ayer en el estacionamiento, así que voy a intervenir con palabras antes de que tenga que hacerlo con acciones- tragué saliva con dificultad y apreté el tirante de mi mochila en mi hombro izquierdo. Su voz se volvió más dura-, no te acerques a zac-

-no…- su barbilla bajó y su mirada amenazadora me envolvió desconcertada incitándome a seguir hablando. Seguí hablando con los dientes apretados y sin mirarla a los ojos, era demasiado cobarde- no puedes prohibirme hablarle-

-¿y a él? ¿Puedo obligarlo a dejar de hablarte?-

-el no… hará lo que tú le digas- yo aún hablaba con los dientes apretados y sin mirarla.

-pero tu si, Rachel. ¿El sabe donde estuviste estos últimos seis meses? ¿Crees que a él le haría gracia saberlo?- de nuevo adopto su pose donde simulaba pensar-, me pregunto por qué tus padres se esforzaron tanto en mantenerlo en secreto, ¿será que tu se los pediste? ¿Será que no quieres sentirte avergonzada por que el chico al que quieres te rechace por tu falta de cordura?- apreté aún más los dientes, pero esta vez si la miré  a los ojos.

-no me importa, díselo, el no me interesa- mentí.

-¿segura? Pues debería hacerlo, así ya no tendríamos de que hablar-  emprendió una marcha hacia su frente, pero de mis labios salió el eco de mis pensamientos.

-no-

Ella  volvió frente a mí.

-no sabes mentir. Creo que por lo visto… no vas a volver a acercarte a mi novio- hizo un énfasis en mi novio -¿verdad?-

Asentí de forma casi imperceptible. Scarlett sonrió con satisfacción y luego palmeo mi brazo.

-te veré luego, querida-

 

En la cena mamá y papa estaban muy contentos y me habían estado alabando porque Erick les había mencionado que lo había visto, me había puesto muy feliz al recordarlo,  e incluso me había olvidado un poco de scarlett.

 

Entré en clase de matemáticas, el antiguo profesor había sufrido un accidente, pero no habían querido darnos más detalles, incluso, la profesora suplente a la que se le habían transferido todos los alumnos del profesor (cuyo nombre no conocía) tampoco había dado informes de él, pero se corría el rumor de que había muerto. A ningún alumno nos cuadraba la repentina muerte de un profesor de a lo mucho veintinueve años, y mucho menos una desaparición. Pero preferíamos no entrometernos.  La nueva profesora, la señora Dolores era una mujer aislada, a sus aproximados treinta años no parecía importarle nada más que su profesión por que era demasiado atenta a los alumnos, la había visto en todas las ocasiones en las que la miraba atenta a mí, y probablemente no solo a mí.
No quería entrar en mi siguiente clase, no podía ocultar que tenía cierto miedo a la amenaza de scarlett, no quería que zac supiera de aquello porque, si ahora ya habíamos discutido, sería peor si se enteraba de que le había estado ocultando las razones. A pesar de que no había hablado con él en mucho tiempo, no olvidaba que lo que él mas odiaba y le resultaba difícil de olvidar, eran las mentiras.

Me senté en mi respectivo lugar. Por dentro había sonreído porque pensaba que zac no había asistido a la escuela, pero la sonrisa interior se desvaneció cuando noté que yo solo había llegado temprano y casi se ve substituida por una sonrisa física cuando lo vi dirigirse hacia mí.

-hola- me saludo. Me encogí en mi asiento y traté de no mirarlo cruzando los brazos y mirando hacia el lado opuesto a él. Probablemente estaba desconcertado.

De nuevo la chica voluntaria nos repartió una hoja, pero esta vez, era un cuadro dividido en dos, por lo visto debíamos clasificar las características, seguramente krishna estaba poniendo a prueba nuestro desempeño anterior.

Zac tomo entre sus manos la hoja y la analizo.

-voy a llamarte la próxima vez que quiera estar solo- bromeó

-¿ahora si quieres hablar?-

-solo dos palabras- por primera vez en todo ese momento lo mire a los ojos indicándole que continuara –lo siento-

-¿Qué?-

-lamento haber sido tan descortés. Pero quiero hablar y disculparme oficialmente-

-pues ahora soy yo quien no quiere hablar-

-¡ay, vamos!- exclamo- ¿ahora vas a victimizarte poniendo de pretexto que yo actué mal primero? Voy a decirte que está demasiado visto y que es muy típico de una historia de adolecentes-

-¿y?-

-que no voy a dejarte hacerlo, voy a insistir -

-¿Qué quieres?-

-quiero que sepas que lo lamento, tenía que haber confiado en ti y no debí pensar que de pronto tu… solo quiero que sepas que soy un idiota por haber sido grosero sin una razón… no es que piense que exista una razón para serlo, pero lo lamento de verdad- busque su mirada y supe que no mentía, pero al meditar sus palabras me encontré con algo que encajo de pronto a la perfección; ¿Por qué de pronto estaba tan arrepentido? ¿Por qué usaba las tres palabras del “enterado y arrepentido”’? sería posible que la razón del “tenía que haber” fuera precisamente que si estaba enterado de todo. No era posible que el supiera a menos que su padre se lo hubiera dicho.

-¿Erick te lo dijo?-

-no… bueno, solo dijo que habías tenido problemas y habías estado en rehabilitación-

-wow… - murmure- es increíble que tenga que explicártelo todo para que me creas, ¿debía decirte todo lo que había sido mi vida para que confiaras en mi? Porque el amigo que dices que fuiste hubiera confiado en mí.

-yo hubiera confiado en ti si me lo hubieras pedido-

-¿debía hacerlo?-

-yo lo hubiera preferido, te repito que hubiera confiado en ti- me incline hacia adelante y me apoye con los codos en la mesa y los brazos extendidos.

-el hubiera no existe-  murmure con frialdad.

El tomo mi mano y entrelazo sus dedos con los míos.

-pero si el perdón-

Me miro directamente a los ojos y sentí que casi me desmayaba cuando me dedico una sonrisa. Una corriente eléctrica me recorrió desde el estómago hasta cada parte de mi cuerpo, fue en el último momento donde recordé que su mano sujetaba la mía, su sonrisa me había hecho olvidar incluso de eso.

Le devolví la sonrisa y respondí al apretón que su mano me dio.

-también el rencor- traté de bromear. El se dio cuenta y su sonrisa se amplio.

-¿hablaremos de todos los sentimientos que nos rodean?- sentí por su mano como había dado un pequeño sobresalto y por lo tanto como se arrepentía.

-depende de la variedad de los ámbitos- me sentí incomoda, por que más que en esos dos ámbitos en los que seguramente el había pensado estaba ese que últimamente me llegaba a cada parte de mi ser cuando pensaba en él, ese sentimiento caracterizado por mariposas en el estómago.

-ya comenzaste a bromear, ya me perdonaste ¿verdad?-

-no, sigo molesta-

-de acuerdo- su mano soltó la mía y se cruzo con la otra en su pecho. Al instante sentí el frio del clima -. ¿Qué quieres que haga?-entonces una nueva idea llego a mi cabeza, había encontrado la manera perfecta de repeler la amenaza de scarlett.

 

 

 

Capítulo 4: ¿que demonios le pasa ahora al destino? ¿es que quiere jugar? Capítulo 6: repelente para víboras

 
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