Edward POV

Ya me encontraba en el centro comercial, porque había visto el mensaje que Bella me había mandado y pensé que necesitaría ayuda para pasar la tarde con  el demonio de Tasmania y el correcaminos…

Estaba totalmente perdido en el centro comercial cuando alguien se estrelló contra mi pecho rodeando mi cuello con sus brazos y estampando sus labios contra los míos… me asusté al principio pero después me relaje, pues pensé que era Bella. Mi sorpresa fue que cuando abrí los ojos no estaban aquellos ojos grises que hacían que me derritiera, a cambio estaban unos negros que me miraban con maldad…

-¿Así que besas a la gente y ni siquiera te fijas si es tu noviecita?- preguntó la odiosa de Jessica mientras me soltaba- Besas muy bien Edward- dijo mientras yo seguía en shock. Cuando volteé vi a mi hermana y a mi cuñada con sus  bocas completamente abiertas y con miradas llenas de rabia… y ahí estaba mi novia, mi Bella, mis ojos no podían creer lo que veían ella estaba ahí parada con sus ojos y mejillas llenos de lágrimas, lágrimas que caían por mi culpa, sentí que el pecho se me ponía chiquitico… no sé cómo permití que esto pasara, ¿cómo no me había fijado si era o no mi Bella la que había saltado a mi cuello en ese momento?

Bella se veía completamente destrozada… traté de ir detrás de ella, pero mi hermana y mi cuñada se me atravesaron…

-ASI QUE PARA ESTO VIENES AL CENTRO COMERCIAL- gritó Alice en mi cara

-NO LO PUEDO CREER DE TI EDWARD, PENSABA QUE TU NO ERAS COMO LOS DEMÁS CHICOS… PENSABA QUE AMABAS A BELLA- gritó también Rosalie, de verdad que ambas estaban muy molestas y les daba la razón… ¿Cómo pude permitir que Bella llorara por mi culpa? La única mujer que amo y la hago llorar… eso definitivamente no está nada bien.

-Permiso chicas, tengo que hablar con ella- dije con un  nudo en la garganta

-¿Cómo se te ocurre hacerle eso a mi mejor amiga Edward?- dijo Alice con gesto molesto- Edward, Bella se fue llorando, ni siquiera nos dijo a donde iba y además, ¿que le vas a decir? ¡que fue un accidente!- terminó mi hermana gritando

No sé en qué momento pasó pero sentía que las lágrimas bajaban por mis mejillas, había hecho llorar a Bella y eso no me lo iba a perdonar jamás, necesitaba hablar con ella, pero ni Alice ni Rosalie dejaban de gritarme en la cara cosas que yo ya sabía…

-Si fue un accidente- les dije con lágrimas en mis ojos- pensé que había sido Bella la que se había agarrado de mi cuello, nunca pensé que la loca de Jessica sería capaz de hacer algo así, de verdad, créanme, fue un accidente, un malentendido…- les dije a las dos chicas que parecía que se habían dado cuenta que lo que había pasado no había sido mi culpa, sino la de la loca de Jessica Stanley…

-Edward, no sé si creerte… te veías muy cómodo besando a la culebra esa- dijo Alice con veneno en su voz, pero tristeza en sus ojos- le hiciste mucho daño a mi amiga, no importa lo que yo decida, si perdonarte o no, es suya la decisión final hermano- dijo ya más calmada…

-Tengo que llamarla- tomé mi celular y comencé a llamar a Bella, el teléfono repicaba y  repicaba, pero nadie agarraba- por favor ustedes sigan llamándola, tengo que ir a ver si está en su casa, necesito arreglar las cosas…

-Edward- me llamó Rosalie- en esto no te pienso ayudar, Bella es mi amiga y tu acabas de hacer que ella salga llorando, lo siento, pero la voy a apoyar a ella, no a ti- dijo mientras su mirada iba al suelo y luego iba a la mía… No le pude contestar nada, ella tenía razón. Pero tenía que hablar con ella de todas formas, me negaba a perder al amor de mi vida por esta estupidez que había cometido hoy.

Manejé a todo lo que daba el carro hasta su casa, pero cuando llegué su carro no estaba ahí. Una desesperación inimaginable cruzó mi pecho y mi mente… ¿Y si se había ido del pueblo? ¿Y si no la volvía a ver?... no podía permitir que eso pasara…

Seguí manejando por el pueblo hasta que se hizo de noche, en ningún lado encontraba señales de Bella, no la veía y la ´nica imagen que tenía de ella en mi cabeza era esa donde estaba llorando por mi culpa, totalmente destrozada por mi culpa.

Golpeé con rabia el volante del Volvo y me dirigí de nuevo a su casa, esperaba que ya hubiese llegado y así fue… afuera de la casa estaba el Bugatti que hace menos de un mes mi hermana le había regalado a mi Bella, como regalo de cumpleaños y como regalo de victoria. En el estacionamiento no estaban los carros de Reneé ni de Charlie, por lo que metí el Volvo y me bajé corriendo.

-¡BELLA, BELLA!- grité cuando llegué al patio trasero y vi que estaba sentada en el techo con su frente en sus rodillas. Apenas levantó su rostro vi que no había dejado de llorar, no importaba que estuviera oscureciendo, la chispa que antes podía ver en sus ojos a cualquier distancia había desaparecido por completo, dejando paso solo a unos ojos vacíos, a unos ojos completamente tristes.

-vete- dijo en voz suficientemente alta como para que yo la escuchara- no quiero verte, no quiero ver a nadie, vete… -dijo mientras volvía a poner su frente en sus rodillas. Podía notar como su pequeño cuerpo se estremecía por el llanto y no lo soportaba.

-Por favor Bella, ¡mírame!- terminé gritando, no aguantaba esa escena, ella llorando y yo sin poder abrazarla. Ella levantó su cara y ahora era una donde la tristeza se reflejaba en sus ojos pero no había ninguna expresión en él…

-¿Y qué me vas a decir?- dijo en tono carente de emoción-  Mira… Cullen- dijo y me miró seria, la forma como no pudo decir mi nombre me dolió en lo más profundo de mi ser- en este momento no quiero escuchar a nadie, te agradecería que te fueras de mi casa ya- terminó y pude ver como unas lágrimas salían de nuevo de sus ojos, los cuales estaban totalmente irritados a causa del llanto.

-Bella, por favor déjame explicarte, te he estado buscando toda la tarde- le dije y sentí que yo también estaba llorando- ¡POR FAVOR BELLA, DEJAME EXPLICARTE!- grité y vi que la máscara de seriedad de su cara cambiaba por una de asombro y luego pasaba a una de confusión, para terminar arrugando su frente y comenzar a llorar de nuevo, pero esta vez como nunca la había visto llorar… De verdad le había dolido en el alma lo que había visto en el centro comercial y no me lo iba a perdonar hasta que ella volviera a sonreírme de la manera que tanto amaba.

-Ed… Cullen, vete por favor… N…No tienes nada que explicarme, todo quedó claro en el centro comercial- dijo entre sollozos- ya ví que tu no me quieres, que la quieres a ella, espero que sean felices, mucha suerte… dijo y volvió a esconder su rostro entre sus manos y sus rodillas.

Ella había dicho que yo prefería a Jessica sobre ella… ¿estaba loca o que?

-Bella no me has dejado hablar- dije en un intento de parecer tranquilo.

-No me importa lo que tengas que decir Cullen- dijo aun con sus manos en su rostro- total, tú y yo ya no somos nada ¿no?- terminó y sentí que el mundo se me iba encima…

-No, no, ¡NO!- terminé gritando- Bella todo lo que viste fue un malentendido, ella no es nada para mí, a la única que amo eres tú y eres la única con la que quiero estar- le dije esperando que levantara su rostro ante mis palabras, pero no lo hizo.

-Cullen, por favor, vete de mi casa- me dijo con indiferencia…

-Bella, llámame por mi nombre- le dije y ella levantó su rostro- te dije que fue un malentendido mi amor…

-¡Nunca más en tu vida me vuelvas a decir así, Ed… Tú!- dijo y de sus ojos no paraban de caer lágrimas al igual que de los míos…

-¡TE ESTOY DICIENDO LA VERDAD!- le grité, ya no aguantaba la indiferencia con la que me estaba tratando, necesitaba saber que era lo que de verdad pasaba en la cabeza de Bella, nunca había deseado tanto en mi vida poder tener la capacidad de leer la mente como en éste momento- TE AMO MÁS QUE A NADIE EN ESTE MUNDO- le dije con lo que me quedaba de aliento…

-SI ME AMARAS TANTO COMO DICES NO HUBIERAS BESADO A JESSICA, LA HABRIAS ALEJADO, NO SABES COMO ME SIENTO EN ESTE MOMENTO EDWARD- me gritó y vi que le dolió pronunciar mi nombre- NECESITO QUE TE VAYAS, QUE ME DEJES PENSAR… -gritó llorando mientras se levantaba y entraba a su cuarto… no podía creer lo que pasó, Bella me había dicho que necesitaba pensar y yo me había quedado como un inútil, no pude decir nada para que dejara de llorar, para que la sonrisa se adueñara de su carita…

No pude hacer más nada que sentarme en la grama de la casa de Bella, mientras comenzaba a llover… de repente sentí algo que halaba mi pantalón, era Orión, quería que jugara con él, pero no me podía levantar de donde estaba, estaba destrozado por la imagen de Bella llorando… y se me ocurrió una idea para que por lo menos leyera lo que sentía…