DESEOS PROHIBIDOS?TERMINADO

Autor: rake
Género: + 18
Fecha Creación: 16/11/2010
Fecha Actualización: 31/05/2011
Finalizado: SI
Votos: 32
Comentarios: 89
Visitas: 197659
Capítulos: 56

 

TERMINADO

FIC RECOMENDADO POR LNM CON 4 VOTOS!!!

 Si eres perseverante,los deseos se hacen realidad y aqui está la prueba que lo confirma.

Leer este fic que os aseguro que acabará por encantaros.

VOTAR Y COMENTAR MUCHAS GRACIAS.

 

 

                      

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Capítulo 55: Celebración

Fue una noche de celebración.Un montón de mesas rodeaba la casa de Edward,donde había vivido su madre.A partir de entonces,la mujer viviría con Nessy y Cayo para que su hijo mayor y su esposa pudieran pasar algún tiempo a solas.

Bella estaba deseando que llegara ese momento.Pero primero el pueblo entero les estrechó la mano y les deseó lo mejor.

Emmett fue el primero de la cola:tomó a Bella por la cintura,la inclinó hacia atrás y le plantó un beso en la boca.Ella se rió cuando por fin la enderezó.

—Supongo que te pasa eso en la boca siempre que te cruzas con una chica bonita—lo reprendió ella.

—No,sólo cuando mi hermano se casa con una mujer a la que apruebo de verdad.—Le dio un beso suave en la mejilla—.Hazlo feliz.

—Lo haré—prometió ella—.Y voy a empezar a buscarte esposa.

—No,gracias—replicó horrorizado—.El matrimonio no es para mí.

Las niñas de Nessy le dieron un beso a su tía Bella y a ella le encantó su nuevo título:tía Bella.Se preguntó por qué se había propuesto alguna vez ser duquesa.En aquel momento,le resultaba tan insignificante.

Bailó con Edward,Alec,Emmett y dos docenas de hombres más.Rió,brindó y disfrutó al ver a su marido mirarla como si no existiera ninguna otra mujer.

Cuando los pies no le aguantaban un solo baile más,Edward la tomó en brazos.

—¿Nos llevamos la fiesta dentro?—le susurró.

Aunque oía los gritos y los vítores de los que aún no se habían ido,se limitó a abrazarse a Edward y apoyar la cabeza en su hombro mientras él la metía en la casa y subía la escalera con ella hasta la habitación que compartirían a partir de aquella noche.

Alguien había abierto la cama y había dejado una lámpara encendida,su madre probablemente.

—¿Quieres que vaya a buscar a Jessica?—le preguntó mientras la dejaba en el suelo.

—No.—Jessica se había ido con Bella,igual que Alice y aunque ninguna de ellas ganaría lo que ganaba trabajando para una condesa,ambas parecían preferir quedarse con ella.Bella no podía estar más contenta porque no habría sabido prescindir de ellas—.Puedes desnudarme tú.

—No sé si puedo esperar tanto tiempo—respondió Edward estrechándola en sus brazos—.Casi me he vuelto loco teniéndote tan cerca sin poder llevarte a la cama durante todo este mes de preparativos para la boda.

Antes de que Bella pudiera responder que a ella le había pasado lo mismo,que había sido una locura,él la besó e impidió que dijera nada…y ya nada le parecía importante.Lo único que importaba era lo que se apoderaba de su interior.Parecía que hubiese transcurrido una eternidad desde la última vez que había sentido el cuerpo robusto de Edward contra el suyo.De pronto lo deseaba y quería gritar de gozo,porque él despertaba en ella sensaciones que antes de conocerlo le eran ajenas,porque su tacto era mágico.

Incluso a través de las múltiples capas de ropa,podía sentir el calor de sus manos masculinas,la impaciencia,la potencia que la haría alcanzar alturas ilimitadas.

—¡Ay,Bella,cuánto te he echado de menos!—le dijo mientras le recorría el cuello con los labios.

—Señora Cullen—lo corrigió ella con voz ronca.

—¿Cómo?

—Que soy la señora Cullen.Llámame así.Sólo una vez.

Él se apartó para poder mirarla a los ojos.Le acarició el rostro con los dedos enguantados.

—Te quiero,señora Cullen—dijo.

—Y a mí me encanta ser la señora Cullen—añadió ella con los ojos llorosos.

—Estupendo,porque tengo previsto que seas la señora Cullen muchísimos años. —Se quitó los guantes y los tiró al suelo—.Vamos a ver si soy capaz de sacarte de todo esto.

Poco después, Bella se encontraba tumbada en la cama,completamente desnuda.

—Siempre supe que eras un hombre inteligente—dijo.

Al momento,él,cuya ropa se quitaba más fácil y rápidamente que la de ella,estaba tumbado a su lado.Ella le puso la mano en el pecho desnudo,lo oyó respirar profundamente y sintió cómo los músculos se le tensaban y vibraban.Edward cubrió la mano de ella con la suya y se la llevó a los labios,sin dejar de mirarla.

—Tenemos toda la vida para tomárnoslo con calma.Te necesito,Bella y te necesito ya.

Nada,ni siquiera la lectura,la hacía sentir tan poderosa como la desesperación de aquella súplica.Jamás se había sentido más querida,más imprescindible,más deseada.Era una sensación potente y embriagadora.Sin embargo,ella lo necesitaba con la misma vehemencia.

—Yo también te necesito,Edward.

La urgencia de su voz,la disponibilidad de aquel cuerpo musculoso la hicieron pensar que Edward saciaría sus deseos primero y luego se ocuparía de los de ella.Sin embargo,parecía que una vez expuestas sus necesidades y conocidas las de ella,había logrado contener su fuego.

Él le recorrió el costado con la mano,bajó por el muslo,por la pantorrilla y volvió a subir,siguiendo el recorrido con la vista.Sus ojos se encontraron con los de ella,le dedicó una sonrisa,un beso.La presión de los labios de Edward contra los suyos fue breve pero prometedora.Le rozó con la boca la mejilla,la barbilla y le recorrió lentamente el cuello.

Con un gemido profundo,Edward le acarició el cuello con la lengua.Ella se volvió un poco y pegó su cuerpo al de él para instarlo a que acelerara.

—No tan deprisa,querida—le susurró.

Ahora que estaba tan cerca,que podía regalarse con su cuerpo,Edward no parecía tener prisa por terminar el festín.Ella le acarició el pelo,la mejilla.Al día siguiente lo vería afeitarse y al otro y al otro.Sin remordimientos,sin vergüenza de que nadie averiguara lo que hacían,lo vería despertar,peinarse,vestirse.Podrían compartir,abiertamente y en público,todas esas cosas de su vida que antes habían compartido en secreto.

Ya no habría más secretos,ni entre ellos ni a su alrededor.Podrían ser francos y sinceros y saberlo resultaba increíblemente liberador.

Las manos de Edward obraron su magia en los pechos de Bella,cubriéndolos,amasándolos,resiguiéndolos.Le encantaban las caricias mediante las cuales él volvía a familiarizarse con su cuerpo.Edward acercó la boca al pecho de Bella y dibujó en él círculos con la lengua,reproduciendo un recorrido que ya conocía bien.Cerró la boca sobre el pezón turgente y lo chupó con suavidad.

—Edward—dijo ella,clavándole los dedos en el cuero cabelludo para evitar que se moviera mientras disfrutaba del tacto áspero de su lengua.

Le besó la parte inferior del pecho,el canal entre ambos y pasó al otro pecho. Ella le acarició los hombros y la espalda,le recorrió las pantorrillas con los pies. Luego le besó el cuello,el pecho.La excitaron sus gemidos,su respiración entrecortada,la tensión de sus músculos y su piel cubierta de sudor.

¿Cómo había podido pensar él que ella renunciaría a todo aquello por un ducado?

Se convirtieron en una maraña de brazos,piernas y cuerpos que se deslizaban unos sobre otros.Se tocaban,se tentaban…ahora…no,aún no…un poco más…no aguanto más…

Cuando sus cuerpos se fundieron,fue como si jamás se hubieran separado.Y al mismo tiempo fue algo nuevo y distinto.Aquéllos no eran momentos robados,momentos disfrutados en secreto.Eran sus momentos,los primeros de los muchos que disfrutarían en noches futuras.

Cabalgaron juntos en la ola de la pasión y cuando alcanzaron la cresta,ella pensó que nunca había experimentado nada tan extraordinario.

Bella tardó en volver en sí y notar el peso del cuerpo de Edward sobre el suyo. Le encantaba su tacto.Le encantaba todo de aquel hombre.

Edward salió de ella y se le acercó,abrazándola fuerte mientras le acariciaba el brazo distraídamente.

—He echado esto de menos—dijo él con dulzura—.Abrazarte.Tenerte cerca.

—Estoy muy contenta,Edward.Jamás pensé que lo estaría.No tanto.

Se incorporó un poco,se inclinó sobre él y lo besó.Ya era la señora Cullen y nunca había valorado tanto un título.

Capítulo 54: La boda Capítulo 56: Unos años más tarde

 


 


 
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