DESEOS PROHIBIDOS?TERMINADO

Autor: rake
Género: + 18
Fecha Creación: 16/11/2010
Fecha Actualización: 31/05/2011
Finalizado: SI
Votos: 32
Comentarios: 89
Visitas: 197682
Capítulos: 56

 

TERMINADO

FIC RECOMENDADO POR LNM CON 4 VOTOS!!!

 Si eres perseverante,los deseos se hacen realidad y aqui está la prueba que lo confirma.

Leer este fic que os aseguro que acabará por encantaros.

VOTAR Y COMENTAR MUCHAS GRACIAS.

 

 

                      

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Capítulo 25: Corazon a salvo

El edificio ardió durante horas.Bella estaba en lo cierto:la residencia de los estudiantes era irrecuperable,de modo que se concentraron en salvar la escuela y en mojar el césped,los árboles y los setos que había entre ambos.También regaron el edificio de la escuela.Y cuando ya no se podía hacer nada más,se quedaron hasta ver extinguidos los últimos rescoldos.

Edward encontró a Bella en un rincón apartado,sola y con un cubo en la mano.La había visto colaborar con los habitantes del pueblo tan pronto como se habían llevado a los niños para acostarlos.A aquellos cuyas familias no vivían cerca,los habían acogido los padres de sus compañeros.Al día siguiente,Edward ayudaría al director a convertir una de las aulas en un dormitorio provisional hasta que pudieran construir otra residencia para los alumnos.

Sin embargo,en aquel momento,Edward no pensaba en todo el trabajo que habría que hacer en los próximos días,sino que empleaba las escasas energías que le quedaban en recorrer el césped pisoteado hasta donde se encontraba Bella.

—¿Cómo ha ocurrido?—le preguntó ella en voz baja cuando por fin se encontraron.

—Uno de los niños mayores ha confesado que estaba usando una vela bajo la sábana para leer.Por lo visto,se quedó dormido con la vela encendida.Tiene algunas quemaduras pero se pondrá bien.

Le quitó el cubo de los dedos entumecidos.

—Vamos,tienes que regresar a la casa.

Ella se volvió hacia él,más furiosa de lo que la había visto nunca.Le pegó en el hombro,en el pecho.

—¡Has entrado en el edificio en llamas!

Él la sujetó por las muñecas.

—He sido uno de los primeros en llegar.

—¡Podías haber muerto!

Bella se desmoronaba como lo había hecho el edificio,de adentro hacia afuera y a Edward le sorprendió que aún siguiera en pie.Empezaron a rodarle lágrimas por las mejillas.

—Emmett no me ha dejado entrar.Estaba tan asustada.¿Y si no hubieras podido encontrar la salida?A veces estás tan disperso,tan perdido en tus malditos libros,que no eres consciente de la realidad.

—Sé perfectamente lo que es un incendio.

—Yo no habría podido salvarte.

—¡Ay,Bella, mi chica valiente!—La cogió en brazos y sintió el contacto de su mejilla empapada en lágrimas sobre su hombro desnudo,un bálsamo para las quemaduras que había sufrido.

—Te llevo a casa.

—Bájame,puedo andar—dijo ella.

—Yo también.

—Eres un conde.Deberías pedirle a un criado que me lleve.

—No me cuesta nada llevarte en brazos y me gusta.

—Estoy muy cansada,Edward.

—Lo sé.Le diré a tu criada que te prepare un baño antes de acostarte.

Todos seguían despiertos y conmocionados cuando llegaron a casa.Sabía que habían estado en el incendio,pero no se habían quedado tanto rato como él.

Emmett subió la bañera a la habitación de Bella mientras Edward la dejaba sentada en la cama.No sabía si estaba aturdida o simplemente exhausta.Le ordenó a la criada que  ayudara a la condesa a darse un baño y le prometió que volvería con un bálsamo cuando hubieran terminado.

Mientras esperaba,decidió lavarse él también.Estaba en la cocina cuando entró Emmett.

—Tu condesita estaba desatada esta noche.

—Ya me ha dicho que ha intentado entrar en el edificio.

—Así es.Me ha costado contenerla.Casi es preferible no enfadarla,¿no?

—Sí,es preferible.

—No recordaba que acostumbraras a entrar en edificios en llamas medio desnudo.

Aunque Torterra era una comunidad pequeña,tenía asignada a algunos hombres en concreto la tarea de apagar los incendios,para poder saber siempre quién se encargaba de todo y con quién se podía contar.Al oír las campanas,Edward que había sido uno de ellos,había reaccionado a la costumbre.

—¿No tienes nada que decir?—preguntó Emmett.

—Estaba ocupado.

—Lo sé—replicó Emmett sonriendo—.Irina ha traído tus zapatos.Por lo visto,se te han olvidado cuando has cogido la ropa a toda prisa.Siempre ha sido una chica muy complaciente.

—Que su visita quede entre nosotros,¿de acuerdo?

—Por supuesto.Como la tuya a su casa.

Edward estaba agotado y no le apetecía aguantar el humor irritante de su hermano.Sacó el frasco de bálsamo del armario donde lo guardaba su madre y salió de la cocina.

—Tu condesa ha estado asombrosa…No pensé que fuera a ayudar.

Edward miró a su hermano por encima del hombro.

—Tiene buen corazón,Emmett,pero se lo guarda para sí misma,como si temiera que nadie más fuera a saber cuidarlo.

—Pues cuida bien del tuyo,hermano.

Capítulo 24: El incendio Capítulo 26: Caricias

 


 


 
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