DESEOS PROHIBIDOS?TERMINADO

Autor: rake
Género: + 18
Fecha Creación: 16/11/2010
Fecha Actualización: 31/05/2011
Finalizado: SI
Votos: 32
Comentarios: 89
Visitas: 197663
Capítulos: 56

 

TERMINADO

FIC RECOMENDADO POR LNM CON 4 VOTOS!!!

 Si eres perseverante,los deseos se hacen realidad y aqui está la prueba que lo confirma.

Leer este fic que os aseguro que acabará por encantaros.

VOTAR Y COMENTAR MUCHAS GRACIAS.

 

 

                      

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Capítulo 45: El adios

No se movieron mucho durante la siguiente pieza de baile y en la que la siguió hicieron poco más que permanecer de pie a la luz de las velas,mirándose a los ojos.Entonces él la estrechó entre sus brazos,agachó la cabeza y la besó.Un beso prometedor,un beso que terminaría en el adiós.

Bella no quería que todo aquello concluyera en eso,pero apartó el pensamiento porque nunca volverían a tener una noche como aquélla y no quería aguarla.Las cosas no podían terminar de otra forma,pero hasta que eso ocurriera,ella era suya y él suyo.

Edward le pasó un brazo bajo las rodillas,la cogió en brazos y la apretó contra su pecho.La música continuó sonando y los lentos compases los siguieron por todo el salón,como incitándoles a que se quedaran,pero aquel beso había provocado en Bella el deseo contrario.

El lacayo abrió la puerta y Edward la atravesó con ella en brazos.Ya no habría secretos en aquella casa,pensó Bella mientras él recorría el pasillo y subía la escalera que conducía a su ala del edificio.Y había dejado de importarle.Que lo supieran los criados.Que lo supiera toda Inglaterra.Aquella noche estaba donde quería estar.El que no pudiera quedarse allí,era algo de lo que se preocuparía en otro momento.

Un lacayo abrió la puerta del dormitorio de Edward y la cerró en cuanto entraron.Los recibieron unas velas encendidas,el aroma de orquídeas y una cama abierta.A Bella se le encogió el corazón al ver que Edward se había ocupado hasta de los más pequeños detalles.

Todo por ella.Siempre le había gustado que la agasajaran,pero aquello era demasiado,demasiado de él y no lo suficiente de ella.Ésa era su última noche,de los dos.Una noche que ambos debían recordar.No quería que él recordara todo lo que le había dado y tuviera la sensación de que ella no le había correspondido.

La depositó en el suelo sin decir una palabra,sin que fuera necesario.Se desnudaron el uno al otro;él estuvo desnudo y preparado mucho antes de terminar de quitarle a ella toda la ropa.Llevaba muchas capas,muchas más prendas que él,pero por fin se las quitó todas y no quedó nada entre ellos.Edward cumplió su promesa y le deshizo el recogido,dejando libre y suelta su larga melena.

Ella se alojó entre sus brazos como si aquél fuera su sitio natural y lo besó antes de que pudiera hacerlo él.Oyó un gemido sofocado y sintió la vibración de su pecho contra el de ella.Sus dedos le recorrieron la nuca y se perdieron entre su pelo mientras él la abrazaba con fuerza.

Edward ladeó la cabeza para poder besarla mejor y la hizo retroceder hasta la cama.Pero ella no quería meterse en ella aún.Ofreció resistencia y él se detuvo.Le besuqueó la barbilla.

—¿Qué haces?—inquirió él.

—Hoy soy yo quien tiene planes—contestó Bella con una voz seductora que apenas parecía la suya.

Le recorrió el cuello con los labios y bajó sus manos hasta los hombros.Él le puso suavemente las manos en la espalda.

—¿Qué planes?

—Algo que jamás creo que me propusieras por miedo a que no me gustara—respondió,deslizándose por su cuerpo hasta quedar de rodillas delante de él.Levantó la vista para mirarlo y pudo ver el anhelo,el deseo,la pasión que ardía en sus ojos.

Bella recogió con sus labios la humedad de Edward.Él experimentó un espasmo y le agarró la cabeza con las manos,buscando sujeción en su cuero cabelludo.

—Te quiero—susurró ella.

Edward oyó resonar aquellas palabras por todo su ser y vio cómo,con la más dulce de las sonrisas,ella lo satisfacía.Echó la cabeza hacia atrás mientras su cuerpo se tensaba y el placer se apoderaba de él.Había planeado cada instante de la noche,pero no había previsto aquello.No supo si fueron las palabras de Bella o sus acciones lo que lo llevó a ponerse de rodillas,pero de pronto se encontró allí,abrazándola,intentando ponerse en pie y llevarla hasta la cama.La besó apasionadamente.No poder estar dentro de ella empezaba a parecerle un tormento.Deslizó la mano entre sus cuerpos,entre los muslos de ella y descubrió que sin duda estaba preparada para recibirlo:caliente,húmeda y dispuesta.Se introdujo en su interior y ella levantó las caderas para que pudiera adentrarse más.

Siempre era así.El desarrollo de los acontecimientos se desencadenaba de manera natural.Sencillamente,sucedía.Caricias,besos…Él le veía el rostro a la luz de las velas y el asombro de su gesto siempre lo sorprendía,como si la maravillara constantemente,fueran cuales fuesen las sensaciones que despertara en ella.A él le ocurría lo mismo.Con Bella todo era mejor.El placer era mayor,más intenso,como si sus terminaciones nerviosas fueran especialmente sensibles al tacto de ella.

Se apoderaba de él como ninguna otra mujer lo había hecho jamás.Edward se deleitaba en aquel dominio,se revolcaba en él y deseaba que no cesara jamás…pero eso era imposible.No podía escalar otra montaña si nunca descendía de la primera.Pensó que jamás se cansaría de alcanzar nuevas alturas con ella abrazada,mientras su cuerpo se agitaba al ritmo del suyo,se tensaba,se contraía…

Bella jadeaba,chillaba,gritaba su nombre,lo abrazaba con fuerza.El placer alcanzó su cénit y lo desató por completo;entre espasmos,descargó su cálida simiente en el interior de ella y entonces la vio pegada a él,sacudida por una cascada de temblores.

Con la respiración entrecortada,se apartó un poco y la miró.

—¿Estás bien?—preguntó.

Una espléndida sonrisa le invadió el rostro mientras asentía con la cabeza y levantaba los brazos para acariciarle la cara.

—Por un momento he pensado que no iba a vivir para contarlo.

—A mí me ha pasado lo mismo—confesó él.

Ella rió y los músculos que lo sostenían en su interior se contrajeron y le transmitieron su latido.

—¿Cómo se te ha ocurrido hacer lo de antes?—le preguntó,cuando remitieron las risas.

—No sé—contestó ella negando levemente con la cabeza—.Quería que supieras lo especial que eres para mí.Jamás tendré con otro lo que tengo contigo.

Él le besó la frente,la nariz,la barbilla.

—No soy tan egoísta como para no desear que tengas esto con otro.

Pero mientras lo decía supo que él tampoco tendría jamás con otra mujer lo que tenía con Bella.

Capítulo 44: Baile de gala Capítulo 46: Las cartas

 


 


 
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