DESEOS PROHIBIDOS?TERMINADO

Autor: rake
Género: + 18
Fecha Creación: 16/11/2010
Fecha Actualización: 31/05/2011
Finalizado: SI
Votos: 32
Comentarios: 89
Visitas: 197675
Capítulos: 56

 

TERMINADO

FIC RECOMENDADO POR LNM CON 4 VOTOS!!!

 Si eres perseverante,los deseos se hacen realidad y aqui está la prueba que lo confirma.

Leer este fic que os aseguro que acabará por encantaros.

VOTAR Y COMENTAR MUCHAS GRACIAS.

 

 

                      

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Capítulo 37: Las visita

Llegaron un miércoles en todo tipo de vehículos.Cincuenta miembros de la élite londinense.Trajeron consigo criados,criadas,cocheros,lacayos,caballos,vestidos,equipajes,risas,chismorreos y expectativas.

De forma incomprensible para Edward,Bella se encargó de todo y lo hizo a la perfección.Les dio la bienvenida y se los presentó uno por uno,con pequeñas indicaciones que le permitieran recordarlos.

—Milord,seguro que recuerdas a lady Leah,la hija del conde de Seattle… Bailaste con ella en el baile del duque de Kimburton.

¡Cielo santo!¿Cómo podía recordar tantos detalles?Él no se acordaba de nada.Aun con todo,ofreció la respuesta esperada.

—Naturalmente.Nos complace que nos visite.

Así transcurrió la mañana,saludando a personas que no recordaba y observando asombrado cómo Bella les daba la bienvenida,les presentaba a los sirvientes que se encargarían de atender sus necesidades,pedía que se les mostraran sus habitaciones y que se trasladara a ellas su equipaje.No entendía cómo podía estar al tanto de todo.

Alice la seguía a todas partes con listas de cosas que debía comprobar,pero Bella nunca las consultaba.Edward sabía que,aunque su lectura había mejorado mucho,todavía no estaba preparada para usarlas sin encontrar escollos.De modo que prescindía de las listas;lo hacía todo de memoria.

Extraordinario.Absolutamente extraordinario.

Hubo un momento en que él le preguntó si podía anotarse los nombres de los invitados en un trozo de papel y prendérselo de la solapa con un alfiler,o del vestido de ella.Bella rió ante la ocurrencia.

—Tranquilízate,Edward.No es difícil recordar los nombres de los invitados.Imagina que son tus alumnos.

—Con mis alumnos tenía una gráfica de los asientos y podía hacer trampa para saber quién era quién.

—¡Qué gran idea!—exclamó con un destello en la mirada—.Le pediré a Alice que te pase la disposición de los invitados durante las comidas para que así puedas hacer trampa también con ellos.

Hubo un momento de pánico cuando una duquesa se mostró insatisfecha con su alojamiento y una dama de menor rango tuvo que mudarse para contentar a la anciana.Edward pensó que no le costaría recordar quién era la duquesa y se propuso evitarla en la medida de lo posible.

Después se produjo otro instante de decepción cuando llegó una misiva del príncipe de Gales comunicándoles que no podría asistir y enviándoles sus disculpas.

Luego llegaron el duque y la duquesa de Vulturi y su presencia no pudo complacer más a Edward.

—¡Por fin unas caras conocidas!—dijo mientras los saludaba.

Eran una pareja bien parecida:él con su pelo oscuro y sus ojos grises,ella con sus asombrosos ojos violetas y su cabello de reflejos platino.

—Habéis organizado una buena reunión—dijo el duque.

Alec había heredado el título recientemente,tras la muerte de su hermano mayor.Edward se había sentido identificado inmediatamente con el joven porque,al igual que él,no esperaba convertirse en noble.

—Es una auténtica locura—confesó Edward—.No sé cómo se las apañan los aristócratas.

La duquesa sonrió entusiasmada.

—Ésta es mi primera fiesta rural.Me encanta estar aquí.

Tenía una voz dulce y cantarina.Había llegado de Tejas hacía sólo unos meses y a diferencia de su marido,estaba enamorada de la etiqueta y el protocolo.Sin embargo,no era ninguna esnob y a Alec le agradaba mucho su compañía.

—Tengo entendido que Bella ha organizado muchísimas actividades.—Se acercó y bajó la voz—.Al menos eso espero,porque no tengo ni idea de cómo hablar con toda esta gente.Seguramente no haré otra cosa que trastabillarme.

—Si yo puedo apañármelas,tú lo harás estupendamente—le contestó su esposa apretándole el brazo con un gesto tranquilizador.

—Quizá podrías prestarle tus libros—dijo Alec,luego miró a Edward—.Tiene muchísimos libros sobre etiqueta.Uno lo ha escrito ella misma.Ya le he dicho que debería intentar que se lo publicaran.

—Yo sería el primero en comprar un ejemplar—comentó Edward.

—Bella parece estar en su elemento—añadió Alec,mientras miraba hacia donde la condesa se encontraba saludando a otros recién llegados.

—Me asombra todo lo que es capaz de hacer—confesó Edward—.Yo no podría.

—Yo no tengo ninguna intención de hacerlo—aclaró Alec.

—Sin embargo,yo tengo previsto tomar apuntes para saber lo que hay que hacer cuando tengamos invitados en Vulturi—intervino Tanya.

Bella se acercó a ellos con una sonrisa de complacencia en los labios.

—Bueno,creo que ya han llegado todos y todos están instalados.Debemos cambiarnos para el almuerzo,querida—le dijo a Tanya—.Si necesitas algo,házmelo saber.

Lo dijo,en un tono sincero que,a juicio de Edward,Tanya muy probablemente agradeció.Durante buena parte de la temporada social habían estado enemistadas,porque ambas se disputaban la atención del duque.Había ganado Tanya y a Edward le parecía que Bella se lo había tomado muy bien.No entendía por qué al duque no le había preocupado la posibilidad de no tener descendencia cuando inicialmente se había prometido a Bella,pero eso ya no importaba.Lo importante era que el duque y su esposa estaban locamente enamorados y eso se veía en cada mirada que se dedicaban.

Intercambiaron algunas ocurrencias antes de que Bella se ofreciera a ayudar a Tanya a seleccionar el atuendo adecuado para el primer almuerzo campestre.Alec las observó mientras se dirigían hacia la escalera y cuando ya estaban lejos se volvió hacia Edward.

—¿Qué le has hecho a la condesa?

—¿Disculpa?

Alec ladeó la cabeza pensativo.

—Bella siempre me ha parecido un tanto…distante,fría.Desde que la conozco,jamás la había visto tan agradable.

—Entonces sólo puedo decir que no la conocías bien—contestó Edward con una sonrisa de satisfacción.

Capítulo 36: Confianza Capítulo 38: Su conde

 


 


 
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