LA BODA DE MI MEJOR AMIGO (+18)

Autor: cary0605
Género: Romance
Fecha Creación: 05/04/2013
Fecha Actualización: 23/03/2014
Finalizado: NO
Votos: 32
Comentarios: 40
Visitas: 51393
Capítulos: 18

Edward y Bella han sido amigos desde hace años y prometieron casarse cuando ella cumpliera 25 años. Ellos se han distanciado por dos años y falta un mes para que se cumpla esa promesa, pero de repente Edward esta a dos semanas de casarse con Victoria. Con la ayuda de los chicos Bella planeará como detener la boda de su mejor amigo. ¿Logrará frenarla?

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 12: ROMPIENDO EL COMPROMISO

Aviso: Los personajes de esta historia no me pertenecen, son propiedad de Stephanie Meyer. Si eres menor de edad lees bajo tu responsabilidad, este fic puede contener lenguaje y situaciones adultas, ya saben, la que avisa no traiciona.

**Gracias a mi beta Jime Cullen Salvatore por betear este capítulo (Betas FFTH)

 


Capítulo 12: Rompiendo el compromiso.

-¿Terapia de pareja?- pregunto Tanya atónita, en ese momento creo que los sonidos se extinguieron y que las  voces cesaron, ahora si estábamos en problemas, o por lo menos Edward lo estaba.

¿Cómo salíamos de este enredo?

-Claro- dijo Charlotte ajena al tono de la rubia- Sabes que siempre he sido como Cupido con una botella de tequila en vez de flechas.

-¿Ellos son pareja?- pregunto una voz ronca, el marido de Kate, había dejado de mirarnos y paso a sonreírnos.

¿Nos sonreía? ¿Por qué sonreía?

Yo no tenía ganas de sonreír, es más, nadie más sonreía, a excepción de Charlotte y ahora Garrett.

-Eso es lo que acabo de decir- contesto Charlotte con tono de obviedad- ¿Quieren sentarse con nosotros?

-No creo que suena buena idea- hablo Riley que aún nos miraba con mala cara, parecía muy sereno con su brazo en la cintura de Tanya, pero se podía ver claramente que estaba disgustado.

-¿Y por qué no?- pregunto Tanya mirándolo con el ceño fruncido.

-Sería genial- contesto Kate arrastrando a su esposo a acomodarse en los sofás que aún quedaban libres, era increíble que cupiéramos todos.

Éramos doce. Íbamos a ser solo tres y ahora éramos doce.

Y no podía decir quien estaba más incómodo, si Edward o Riley. Los demás se hallaban relajados, era una situación tan rara.

El shock inicial se había esfumado.

-Deberíamos irnos- le susurré a Edward lo más bajito posible, su brazo aún estaba en torno a mi cintura y me sostenía más fuerte de lo normal.

Me dio un apretón que entendí como afirmación.

-Nosotros…- empecé a decir, pero Tanya me acobardo con su mirada.

-Así que cuéntenos, ¿Van a casarse?- pregunto con una sonrisa irónica mirándonos fijamente.

No dije nada, ¿Qué podría decir? Esto se había salido de control, Edward fingiendo que éramos pareja, yo aceptando la dichosa terapia con Charlotte y ahora las futuras cuñadas de Edward nos habían descubierto.

Incluso nuestros amigos parecían querer ser invisibles, no decían nada, y se los agradecía con el alma.

-Tanya no seas brusca- reprocho su hermana- Estaban en una sesión de terapia con Charlotte, es obvio que no han estado muy bien, no seas molesta.

-Kate, yo les debo una explicación- dijo Edward por fin abriendo la boca.

Por esta vez no me enojaría si declaraba que yo solo era su amiga, lo cual era cierto, aunque yo deseara ser algo más, esta era nuestra realidad y era hora de despertar de la burbuja que se había creado esta noche.

-No hay nada que explicar- respondió Tanya sin dejarlo terminar.

-Hemos entendido a la perfección.- dijo Kate y al igual que su esposo momentos antes, nos sonrió.

Algo andaba mal, pero no sabía qué.

-¿Ustedes se conocen?- pregunto Charlotte confundida.

-Nuestras familias han sido enemigas empresariales por años- contesto Tanya con un suspiro sorprendiéndome- Pero eso no significa que nosotros no podamos ser buenos conocidos.

¿Ah?

Estaba más confundida que nunca, y al parecer Edward también porque su ceño fruncido parecía que permanecería permanente por mucho tiempo.

-No pongas esa cara Edward- se rio Kate.-Sabemos guardar secretos, no es necesario que la familia se entere que fraternizamos con el “enemigo”- dijo haciendo comillas en el aire.

-Yo…- comenzó a decir Edward nuevamente pero fue cortado por Tanya.

-Es la verdad, no le diremos nada- dijo con un ademan de su mano como si esto no fuera importante.

Estas rubias eran de armas tomar, me preguntaba si el ser rubias les daba poderes especiales, Rose era igual que ellas, pero ahora sorprendentemente estaba callada, quizás aun en shock, no podía culparla, yo estaba igual.

-Esto parece una película de mafiosos- se rio Charlotte nerviosamente mientras tomaba otro trago de su tequila. –Esto de las familias enemigas, y que ustedes finjan nos haberse encontrado esta noche.

-Loti, creo que es hora de que nos vallamos, se nota que estas un poco mareada- hablo Peter que no había dejado de darnos miradas nerviosas, obviamente se daba cuenta que la tensión podía cortarse con un cuchillo.

-No quiero irme- refunfuño ella.- Quiero quedarme con mis nuevos amigos que por cierto están muy callados.

-Sí, bueno, nosotros, solo veníamos a ver qué Bella estuviera bien y que tú no fueras un psicópata- dijo Emmett nerviosamente.

¡Oh genial! Lo prefería callado y en shock.

-¿Por qué pensaban que mi Peter era un psicópata?- pregunto Charlotte francamente ofendida y pellizcándole una mejilla a Peter- Él es la persona más buena que conozco.

-Mmm gracias- dijo Peter sonrojándose haciendo reír a algunos, yo por mi parte solo alcancé a sonreír.

-¿Por qué pensaban que era un psicópata?- repitió Charlotte a nuestros amigos, y parecía que nadie le iba a responder- ¿Y bien?

-Bella iba a venir a verlo y…- el pobre Emmett era el que intentaba contestar, y francamente estaba interesada en su respuesta, no les creía su excusa de que solo pasaban por aquí- Y ella estaba molesta con Edward y no queríamos que metiera la pata, y…

-Emmett- corte sus balbuceos.

-¿Entonces venías a ver a otro tipo cuando estas con Edward?- pregunto Tanya con una mueca de fastidio.

-¡Dios no!- ¿Por qué todo el mundo pensaba que andaba con dos tipos a la vez?- Venía a conocer a Charlotte, Peter quería presentármela y con Edward…

-¿Por eso querías que viniera?- me interrumpió Charlotte mirando a Peter.

-¿Entonces no estás con él?- esta vez fue Kate que señalaba a Peter, y empezaban a fastidiarme, entre tantas interrupciones, no podíamos explicar lo que estaba pasando aquí.

-Por supuesto que no está con Peter- me defendió Alice- Ella siempre ha estado con Edward.

-¡Alice!- gritamos Edward y yo.

-Basta Charlotte, es hora de irnos- dijo Peter levantándose, ¿Qué nos habíamos perdido?

-No eres divertido.-dijo ella accediendo y levantándose.-Quisiera quedarme chicos, pero la ley ha hablado.

-Ustedes también deberían irse- dijo Edward de mala gana mirando mal a sus hermanos.

-No Edward, hay cosas que explicar- dijo Alice también enojada.

-Exacto, yo tengo cosas que explicar, no ustedes- gruño Edward.

-Vámonos- dijo Rosalie viendo que ninguno se movía, tomo a Emmett del brazo y se encamino a la salida.

Alice y Jasper parecían estar indecisos

-¿Quieres que te llevemos Bella? –pregunto Jasper, el me conocía y sabía que estaba sumamente nerviosa, se lo agradecí porque realmente no quería estar presente, pero aun así dudaba.

¿Debería irme también? ¿Sería menos incómodo para Edward si yo lo dejara arreglar las cosas a solas?

-Los dejo a solas- dije soltando el poco aire que me quedaba.

-Tú te quedas- Tanya me fulmino con la mirada.

Alice parecía querer replicar, pero Jasper no la dejo. –Te estaremos esperando en el hotel.

Y así sin más se marcharon.

-¿Hoy estas en tus días?- le pregunto Kate de manera divertida a su hermana- Estas siendo más perra de lo normal.

-No es hora de bromas, Edward le está siendo infiel a nuestra hermana- le dijo al borde de la histeria.

-Victoria no es una blanca paloma y lo sabes- contesto Kate como si nada- Discúlpala Bella, ella está un poco sorprendida eso es todo.

-Kate, no es lo que piensan, no estoy engañado a Victoria- contesto Edward- Fue un mal entendido y decidimos seguirle la corriente a Charlotte que es un poco entusiasta.

-¡Oh!- Kate dejo de sonreír, esta chica era rara, ahora parecía decepcionada.- ¿Bella?

¿Qué me estaba preguntando? Esta era una noche irreal, nada encajaba bien.

-Solo somos amigos- ofrecí a modo de respuesta.

-Yo pensé que ustedes…- dijo Kate señalándonos a ambos- Bueno, nada, ya no importa.

-Victoria merece a alguien que la ame- Tanya miraba con desdén a Edward.-No un matrimonio por conveniencia.

Así que yo tenía razón, Edward se casaba por conveniencia. Quería gritar de frustración y alegría. De frustración porque Edward podría habernos ahorrado el drama y confiar en mí, y de alegría porque no todo estaba perdido, aun había una pequeña posibilidad para nosotros.

-Tanya, estos son asuntos de la familia, no puedes ventilarlos en frente de…- le reprocho Riley para luego darme una mirada desafiante- extrañas.

-No te permito que le hables de esa manera- gruño Edward de manera amenazante.

-Tranquilos chicos- intercedió Garrett- No pasa nada.

-Debes de ser honesto con nuestra hermana- pidió Kate dirigiéndose a Edward- Nosotros no diremos nada, te corresponde a ti.

-No hay nada que confesar, me casare con Victoria porque quiero, no por conveniencia- dijo Edward con voz claro que no dejaba lugar a las dudas.

-Piénsalo bien Edward, un matrimonio no es un juego- dijo Kate a modo de despedida, y así como llegaron, se fueron sin decir más nada.

En la mesa solo quedamos Edward y yo, la noche se había ido a pique en menos de dos horas.

El tenso silencio fue interrumpido por un carraspeo.

-La cuenta- dijo el mozo entregándole una factura a Edward.

Sin querer, solté una risita nerviosa.

-El tequila fue para nuestra terapia de falsa pareja, así que supongo que es justo- dijo también conteniendo una sonrisa, mientras le pagaba al mozo.

Era infantil sentirme decepcionada por la manera en que dijo “falsa pareja”, pero bueno, mis emociones estaban revolucionadas y confusas, así que sí, me merecía estar afectada.

Edward tomo mi mano y nos llevó hasta la salida.

Afuera estaba frio, pero nada comparado con mi estado de ánimo, por unos cuantos segundos había tenido esperanzas de que Edward se casara con Victoria por algo relacionado a la empresa, pero como siempre Edward se encargó de matarlas antes de que florecieran.

Temblé un poco soltándome de su mano, no quise ser brusca, pero Edward lo sintió así.

-¿Qué pasa?

-Tengo que buscar un taxi- conteste sin mirarlo.

-No seas ridícula, yo te llevaré- dijo tomando mi mano otra vez llevándome al estacionamiento.- Es muy tarde para irte sola.

En eso tenía razón, así que no me queje.

Pero cuando llegamos al estacionamiento, una pareja discutía, y eran unas voces muy familiares, ¿era posible que hubiera más drama esta noche?

Al parecer si porque Charlotte y Peter se gritaban mutuamente.

-No puedo creer lo que hiciste- gritaba ella, pasándose repetidamente una mano por la boca, ¿la habría besado?- Estoy con Diego.

-Entonces déjalo- grito el agarrándola por la cintura.

-¿Para qué?- se sacudió furiosamente- ¿Para qué mañana o pasado te folles a cualquiera que pase por la esquina?

¡Santa mierda! ¿Ella había dicho eso?

-No deberíamos estar escuchando esto- me dijo Edward en voz baja.

-Pero, yo quiero saber- susurré.

-No es nuestro asunto- me dijo llevándome casi a rastras de manera disimulado a su coche que estaba bastante lejos de la pareja

-Dame una oportunidad- le dijo más calmado, al parecer nos habíamos perdido de otras frases.

Pero Edward tenía alma de aguafiestas y no me dejo escuchar su respuesta.

-¿Crees que le dará una oportunidad?- le pregunte mientras él abría la puerta del coche para mí, como siempre.

-Yo creí que ellos ya estaban juntos- me dijo sorprendiéndome, espere los pocos segundos que le tomo rodear el coche y subir él también.

-¿Por qué pensabas que ellos estaban juntos?

-Tú misma los viste, cualquiera pensaría que ellos tienen algo- me dijo con obviedad mientras encendía el coche.

En eso le daba la razón, cualquiera pensaría que ellos eran algo más, pero no era así.

-¿Y por qué decidiste fingir que éramos pareja?- tenía muchas dudas esta noche, y el trayecto a mi hotel era demasiado corto como para saciar mi curiosidad.

-Creí que venías a una cita con él, y que Charlotte apareció de repente- dijo con voz tímida- No podía dejar que ella supiera que tu habías estado con su novio, se nota que es un poco intensa, quizás incluso sea vengativa.

No sabía si golpearlo por haber pensado mal de mí, o agradecerle por querer defender mi honor, con Edward siempre estaba confundida.

-Solo para dejar en claro, ya sabes que con Peter solo somos amigos, ¿verdad?- le pregunte no queriendo volver a lo mismo, creí que ya habíamos solucionado ese tema.

-Y también sé, que solo has estado conmigo- dijo de manera petulante y dándome una sonrisa presumida.

¡Agghh! Decidido, quería golpearlo, y lo hice, no tan fuerte como se merecía, pero era lo justo, por suerte estábamos detenidos en un semáforo.

-No seas violenta- me dijo sobándose el brazo, volvíamos a estar en marcha, por un momento estuvimos en silencio, hasta que me di cuenta que aparcaba.

-¿Dónde estamos?

-Vamos a cenar, y no acepto una negativo por respuesta- dijo mirándome fijamente.

o-o-o-o-o-o

La cena gracias al cielo careció de dramas o preguntas incomodas, fue como tener una tregua, incluso me acompaño hasta la puerta de mi habitación.

Lastimosamente, Edward no podía pasar mucho tiempo sin arruinar las cosas.

-¿Puedo quedarme contigo?

-No- suspire cansinamente.

-Bella, no lo arruines- dijo como si nada.

-No, no lo arruines tú- dije exasperada- Por esta noche ya fue suficiente

-Exacto, merecemos relajarnos.

En ese momento una puerta se abrió precipitadamente dejando ver a una anciana con cara de disgusto.

-Si no se callan, llamare a conserjería- dijo cruzándose de brazos- ¡Entren!

-¿Qué?- pregunte indignada, lo único que faltaba, ahora una anciana estaba en el drama.

-Dije que entren- parecía que su cara iba a quemarse de tan roja que estaba, ¿acaso los neoyorkinos estaban acostumbrados a meterse en la vida de los demás?

A punto de la ofuscación, cogí mis llaves del bolso y abrí bruscamente la puerta, obviamente Edward ni corto ni perezoso entro antes de que le estrellara la puerta en la cara, por lo menos la anciana había recibido el mensaje con el portazo que di.

-Odio Nueva York- refunfuñe dejándome caer en la cama de manera poco elegante,

¡A la mierda la elegancia!

-¿Por qué?- pregunto Edward sentándose en la cama, tomo uno de mis pies y suavemente me quito uno de los zapatos asesinos, estaba demasiado frustrada como para zafarme.

-Todos en esta ciudad son unos entrometidos, los vecinos, policías de tránsito, las psicólogas, y ahora hasta las ancianas- alce las manos con frustración, y él me compenso masajeando el pie descalzo.

-¿Policías de tránsito?- pregunto curioso sacándome el otro zapato y repitiendo el masaje.

-Peter le conto una patética historia con tal de zafarse de una multa esta mañana- me reserve la parte donde admitía que la patética historia era la nuestra.

El no contesto y siguió masajeando mis pies, primero uno y luego el otro, era algo tan relajante, solté un suspiro entrecortado, era tan bueno como lo recordaba.

-¿Mejor?-

-Mucho mejor- conteste con los ojos cerrados totalmente relajada, ya ni recordaba porque no había querido dejarlo entrar.

Soltando mis pies, se recostó a mi lado y permaneció quieto unos minutos.

Y como para demostrar que él era especial en arruinar momentos, lo sentí acercarse hasta que sentí su respiración sobre mi rostro, alcance a moverme lo suficiente como para que besara mi cabello.

-¿Qué estás haciendo?- quise gritarle, pero ya no podía, esta noche se había llevado mis fuerzas y parecía que me habían drenado por completo.

-Quiero besarte- sus ojos estaban brillantes, conocía esa mirada -Acabamos de reconciliarnos, tenemos que celebrar.

Diciendo esto, volvió a acercarse, pero lo detuve.

- ¿Quieres sexo de reconciliación?- le pregunte con la voz más dura que pude reunir.

-¿Ese tono significa que no vamos a celebrar?- pregunto confundido.

-¿Tu qué crees?- le dije de forma irónica.

-Digo que no te entiendo- dijo ofuscado- Antes siempre nos reconciliábamos así.

-Que palabra tan peculiar la que acabas de decir, eso era antes- dije haciendo énfasis en la última palabra.- No volvamos a lo mismo Edward.

Al ver que él no decía nada, decidí hacerlo entrar en razón, por más que me costara, no lo dejaría jugar conmigo.

-Edward, acabas de decirle a tus cuñadas que no le eres infiel a Victoria, y ahora así como si nada quieres acostarte conmigo.

-¿Tú no quieres?- pregunto sorprendiéndome, y como no iba a ser la única sorprendida le dije la verdad.

-Si quiero- y antes de que su sonrisa creciera termine lo que iba a decirle.-Pero no va a pasar, ¿Me entiendes?

-No- contesto, era obvio que si entendía, pero lo cachondo no lo haría admitirlo, él era un especialista en meterse en mis pantalones cuando menos lo esperaba.

-Cuando estaba con Jacob, ¿Te deje besarme siquiera?

-¿Eso quiere decir que estas con Jacob?- pregunto casi gruñendo, esta vez no iba a dejar que sus celos desviarán la conversación.

-No, él que está en una relación eres tú- le dije exasperada arrodillándome en la cama con la espalda bien erguida, no era una posición intimidatoria, pero bastaba en estos momentos.

-Y ya te dije que a mí no me importa, Victoria esta con quien desea, tengo el mismo derecho.

-Puedes ejercer ese derecho con quien quieras, pero no conmigo- negué con la cabeza haciendo una mueca, esa relación era insana, ¿Qué pareja sabía que ambos eran infieles antes del matrimonio y seguían con los planes de boda?

O quizás yo era muy chapada a la antigua.

-Pero yo te deseo a ti- dijo el también enderezándose en la cama, alzo una mano y me acaricio la mejilla- Solo a ti.

¡Fuerza Bella! Me alenté a mí misma.

-Eso no cambia nada- le dije poniendo mi mano sobre la que él tenía en mi mejilla.-Ya no voy a acostarme contigo.

Sus ojos me miraban desconcertados, buscando que me retractara.

-¿Nunca más?

-No mientras estés con Victoria - asevere mirándolo fijamente.

-Pero voy a casarme con ella- dijo en voz baja, en ese momento baje mi mano, esperando que el también quitara la suya de mi mejilla.

-Exacto- hice una mueca cuando él lo hizo, mi mejilla ardía por la pérdida de su tacto.

-¿Me estas pidiendo que la deje?- pregunto sorprendido esperando por mi respuesta.

¡Sí! Quise gritarle, pero no lo hice.

-Solo estoy diciendo que no voy a acostarme con alguien que está con alguien más.- desvié mi mirada, esperando que no viera el dolor en mis ojos, pero Edward no me dejo, sino que cogió mi barbilla devolviéndome la mirada.

-No puedo dejarla Bella- me dijo con la mirada triste.

Esa mirada me desarmo, otra vez la esperanza crecía, esa que me decía que Edward no se casaba con ella por decisión propia.

-No quiero que te cases- le dije antes de arrepentirme, ahora no importaba la dignidad tal como dijo Peter.- No lo hagas.

-Bella- susurro Edward abrazándome.

-Vuelve conmigo a Phoenix- le dije soltando las lágrimas que no quería derramar, pero ya era demasiado tarde.-Antes éramos felices.

-Mi Bella- dijo abrazándomemás fuerte.-No llores, por favor.

-Entonces di que volverás conmigo a Phoenix, que regresaras a nuestro departamento, que haremos nuestro siempre pospuesto viaje a Italia, que volveremos a pelear cada vez que dejes tirada la ropa en el baño, y  que luego haremos el amor para reconciliarnos, di que todo será como antes- dije balbuceando contra su cuello.

Él me dejo llorar contra su cuello sin decir nada, seguí esperando su respuesta, pero no hablo, ni siquiera para consolarme.

¡Era tan estúpida!

Le había soltado todo a bocarrajos sin detenerme a pensar en su situación, él estaba por casarse y quería una noche de sexo nada más.

Trate de tomar aire y de juntar la dignidad que había tirado por el piso, mañana le reclamaría a Peter, la dignidad si importaba cuando era lo último que te quedaba.

Di un suspiro e intente separe de él, aunque Edward no me dejo, él me seguía abrazando.

-Quiero volver contigo a nuestro departamento en Phoenix, quiero viajar contigo a Italia, quiero pelear contigo cuando dejes las cortinas abiertas en la mañana, y quiero hacer el amor contigo para reconciliarnos una y otra vez.- dijo susurrando en mi oído causándome escalofríos.

No daba créditos a mis oídos, ¿Estaría soñando? ¿Edward dijo lo que acaba de decir? ¿Él iba a regresar conmigo?

Una oleada de felicidad me traspaso haciendo que mi corazón brincara de pura emoción, quería gritar, saltar, correr, reír, llorar, todo a la vez.

Pero había algo más primordial que quería hacer, más bien que necesitaba, separándome lo suficiente para que hubiera distancia suficiente para mirar sus ojos, esos ojos verdes que me perdían, pero ahora estaba bien, quería perderme en ellos, y también quería algo más.

Algo vacilante me acerque a su rostro, nuestros alientos se mezclaban, y cerrando la distancia lo bese.

Al principio fue un beso lento, solo nuestros labios se rozaban, era un beso delicado que fue cobrando fuerza a medida que pasaban los segundos, estábamos tan apretados en nuestro abrazo que podía sentir cada parte de su cuerpo, pero quería estar más cerca, me monte a ahorcajadas rodeándolo con mis piernas haciendo que el vestido se subiera más de la cuenta, pero no me importaba.

Edward tampoco se quedó quieto, una mano voló a mi nuca y la otra a mi muslo descubierto, eso solo aumento los pinchazos de calor que sentía, su lengua batallaba con la mía sin descanso, yo no me dejaría ganar, así que lo bese con más fuerza presionándome más en su pecho si eso era posible.

Y fue posible porque terminamos perdiendo el equilibrio, cayendo en la cama, yo encima de él y me gustaba estar así, me sentía poderosa, lástima que tuvimos que cortar el beso, lo que solo causo que nos riéramos.

-Solo tenías que decir que querías estar arriba- dijo acariciando mis piernas.

-Manos quietas- le dije riendo golpeando sus manos que ya ascendían pretendiendo acariciar mis nalgas.

-Oye- dijo haciendo un puchero, pero aun así término su cometido, dejando sus manos en mi culo- Y se van a quedar ahí un buen rato, mis manos lo han extrañado.

-Si tanto insistes- le dije dándole un beso rápido, pero quería ponerme seria en el asunto, así que le pregunte lo que me estaba carcomiendo  - ¿Cuándo se lo vas a decir?

-¿Qué cosa?

-No te hagas el gracioso- dije mordiéndole la barbilla causando su risa- ¿Cuándo vas a cancelar la boda?

Y con eso la burbuja hizo ¡Plop! estallando en nuestras caras.

Edward se tensó, hizo una mueca, y dejó caer sus manos que según él iban a estar en mi culo por un buen tiempo.

¿Acaso había entendido mal lo que había dicho antes?

-¿Edward?- pregunte asustada.

-No voy a cancelar la boda- dijo mirando a la pared.

Esa frase fue lo suficiente para que me impulsara a salir de aquí.

¿Pero a donde iba a huir?

Esta era mi habitación, yo no tenía por qué irme, él tenía que irse.

-Vete- le dije con los dientes apretados, me levante de su cuerpo asqueada por lo que acabábamos de hacer.

-Bella, no, yo…- dijo también levantándose, quiso acercarse, pero levante una mano para que se detuviera.

-Sal de aquí.

-Déjame explicarte al menos.

-¡No!- grite enfurecida, malditas lagrimas que querían volver a aparecer- Ya paso el tiempo de explicaciones.

-No me iré- dijo tozudamente.

Estaba a punto de llorar otra vez, y no iba a dejarlo ver mis lágrimas tres veces en un día, no señor.

Abrí la puerta dejándola abierta para él, camine hacia el baño y me encerré en él.

Esperaba que entendiera la indirecta, no saldría de aquí hasta que él se fuera.

-Bella, no me voy a ir- dijo Edward a través de la puerta- Necesitamos hablar cara a cara.

No le conteste, me concentre en observar a la Bella en el espejo, solo veía a una chica con el rímel corrido, mi cabello estaba alborotado y mis labios rojizos a causa de los besos, másallá de eso, yo misma podía ver impresa la decepción en mi cara.

-Bella- golpeo repetidas veces en la puerta, aunque no tan fuerte, y una íntima parte de mí se lo agradecía no quería que la anciana se quejara en mi contra.

Tome una de las cremas que tenía y empecé a desmaquillarme muy despacio, masajeando mis mejillas y tomando aire a grandes bocanadas para así evitar llorar más por él.

-Te estas comportando de una manera muy infantil- dijo y pude sentir que estaba frustrado.

No le conteste otra vez, quería que captara el mensaje y se fuera.

Una vez desmaquillada, me lave la cara utilizando mucha agua, y se sintió tan bien, que decidí tomar una ducha y tardaría lo suficiente para darle a Edward tiempo a que se fuera.

Antes de encender la ducha, escuche un portazo.

Bien. Edward se había ido.

Era lo mejor, él no tenía derecho a decirme todas esas cosas y luego decir que no cancelaría la boda.

Él dijo que quería volver conmigo a Phoenix.

Técnicamente no dijo que volvería, pero dijo que quería, con eso bastaba para mí.

¡Aghh! Lo que más me molestaba era mi reacción, era tan idiota y tan estúpida que solo necesite un poco de palabras dulces de Edward y ya había caído en sus brazos, ¿En qué me convertía eso?

Daba gracias al cielo por no haberle confesado mis sentimientos totalmente, habría quedado más en ridículo, si es que eso era posible.

Deje de pensar y me metí bajo la lluvia de la ducha, eso ayudaría a despejarme.

o-o-o-o-o-o

Cuando vi que mis pies y manos competían con las pasas de tan arrugadas que estaban decidí que era hora de salir.

Me calce una de las batas de baño que proporcionaba el hotel, era blanca y acolchonada.

Al abrir la puerta del baño me quede estancada.

Edward estaba acostado en mi cama, tenía el ceño fruncido.

Estaba molesto. ¿Con que derecho se atrevía a estar molesto?

Había sido bastante ingenua si pensaba que Edward se iría así como así. Solo se había asegurado de cerrar la puerta haciéndome creer que se iba.

-¿Por qué no te has ido?

-Te dije que teníamos que hablar- gruño impaciente- No sabía que te habías acostumbrado a huir cada vez que las cosas se ponían difíciles.

-Habla- Me cruce de brazos enojada.

-Ven aquí conmigo.-estiro su mano.

-Aquí estoy bien- conteste seca, no pensaba volver a dejar mis emociones al descubierto.

-Como quieras- dijo exasperado- Quiero recuperar nuestra antigua vida, todo lo que dije antes es verdad.

Si pensaba que con eso volvería a caer, estaba muy equivocado, apreté más los brazos en torno a mi cuerpo, tenía que concentrarme en quedarme quieta y segura en mi lugar.

-No puedo cancelar la boda- su mirada me atravesaba, pero no deje que me afectara.-Kate tenía razón, es un matrimonio por conveniencia.

Solté un suspiro relajándome un poco, solo un poco.

-Continua.

-¿No te basta con eso?

-Si eso es todo lo que tienes que decir, puedes irte- y era la verdad, necesitaba que dijera algo más.

-Es necesario que me case con Victoria, por la empresa, no por mí- explico con cautela.

-¿La quieres?- me atreví a preguntarle.

-Le he tomado cariño.

-¿Quién te está obligando a casarte?- pregunte curiosa, por fin Edward estaba hablando conmigo, era un avance.

-No puedo contestar eso.

-¿Te casas por dinero?- volví a intentar con otra.

-Eso tampoco lo puedo contestar- dijo cansinamente.

-¿Qué puedes decirme entonces?- gruñí un poco fastidiada con la situación.

-En realidad, nadie debe saberlo, te estoy contando esto porque no soporto herirte.- en ese momento se levantó para descruzar mis brazos.- Ven, siéntate.

Ambos nos sentamos en mi cama, pero mantuve mi distancia.

-¿Por qué decidiste que sea tu maldita dama de honor?- pregunte con rabia, eso era lo que más me dolía.

-¿No es obvio?- al ver que yo negaba, dio un suspiro- Estoy por casarme, te necesitaba conmigo.

-¿Y por qué todo el show de que amas a la pelirroja?- pregunte más entusiasmada con lo que me estaba contando.- Podrías haber confiado en mí desde un principio.

-Es una boda, se supone que debe haber amor- dijo encogiéndose de hombros.-Tiene que ser creíble, pero me lo has puesto muy difícil últimamente.

-¿Yo?- pregunte inocentemente, quería reírme, el plan había dado resultado después de todo.

Él se río al ver que me hacía la tonta.

-Te recuerdo que nosotros íbamos a casarnos, era muy difícil tener dos prometidas a la vez- dijo como quien no quiere la cosa.

-¿Ca-sa- sar- nos?- tartamudee, abriendo mis ojos al máximo.

-No pongas esa cara, hemos estado comprometidos desde que teníamos diez años- dijo acariciando mi mejilla.- Es por eso que no me parece mal estar contigo, lo nuestro  es correcto.

¡Santa mierda! Iba a morir, mi corazón no podía soportar tanta felicidad, era imposible, pero cierto.

-Creí que te habías olvidado- le dije cerrando los ojos por su caricia.

-Claro que no- dijo riéndose- Siempre quise casarme contigo Bella.

-¿Y el amor?- pregunte temerosa mirándolo fijamente.

-¿Qué quieres decir?- Él continuaba acariciando mi mejilla, sabiendo que eso ayudaba a calmarme.

-¿Nos casaríamos sin amor?- carraspee.

-Estoy a punto de casarme sin amor Bella, el amor no es un requisito para el matrimonio- dijo tenso y note que estaba incomodo.- Puede que tú y yo no nos amemos, pero si nos casáramos, estoy seguro que funcionaría para siempre.

 ¡Auch! Él no me amaba, era algo que ya sabía, pero que me lo confirmara en la cara era doloroso.

¿Me conformaría con un matrimonio sin amor?

Quizás si me esforzara, podría lograr que me amara con el tiempo, después de todo, mi amor había estado oculto mucho tiempo.

-¿Sabes? No hace falta que te cases con ella, podemos idear algo para la empresa. –le dije también acariciando su mejilla- Siempre hemos salido adelante los dos.

-Es necesario- me dijo tirando de mi brazo para así abrazarme.

-¿Cuánto tiempo durara tu matrimonio?- era increíble que estuviera preguntando esto, él hablaba de casarse conmigo, y yo preguntaba cuando se divorciaría de ella y eso que todavía no estaban casados.

¡Esto era cosa de locos!

-No lo sé- dijo apretándome más fuerte para que no escapara de su abrazo, lo cual era justo lo que quería hacer, ósea que toda esta conversación no servía de nada, él iba a casarse de todas formas y quizás su matrimonio durara años.

-Vas a casarte con Victoria por conveniencia y esperaras no sé qué cosa por no sécuánto tiempo para divorciarte de ella y así casarte conmigo porque me lo prometiste hace años, ¿Eso resume la situación?- le pregunte separándome de sus brazos.

-Algo así- dijo.

¿Alguna vez algo será fácil entre nosotros?

Habíamos tenido años de felicidad cuando éramos más jóvenes, ahora solo teníamos lluvias de complicaciones.

-¿Bella?

-Creo que deberías irte, es tarde, y tu prometida estará preocupada.

-Sabes que no vivo con ella- me dijo de forma casual.

-Aun así es tarde, tengo sueño, hoy ha sido un día muy duro.

- Y ya te explique que tú también eres mi prometida.- dijo haciendo caso omiso a mi petición.

Me frote las sienes tratando de menguar el dolor de cabeza que se me avecinaba, mis emociones estaban en una montaña rusa, hasta yo me compadecía de ellas. Pero primero había que solucionar algo, aunque era algo que me arrepentiría era lo correcto.

-Es mejor que rompamos nuestro “compromiso”- le dije haciendo comillas.

-¿Por qué?- su expresión sería graciosa si yo tuviera ganas de reír, pero no era el caso.

-En un futuro cuando te divorcies de Victoria, si es que algún día lo haces, veremos qué pasa entre nosotros, no puedes estar con dos mujeres  a la vez, no es justo para ella ni para mí.- quise aplaudirme por mi serenidad.- Desde ahora seremos solo amigos Edward.

-¿Cómo antes?-pregunto sonriendo, mi serenidad se estaba yendo por el inodoro con esa sonrisa petulante.

-No Edward, amigos normales, tú por tú lado, y yo por él mío.- dije señalándonos a ambos.

-¿Es decir que no tendremos nuestro sexo de reconciliación?- pregunto cómo quien no quiere la cosa, pero se retractó al ver mi expresión- Solo bromeaba.

-¿Solo piensas con la cabeza de abajo?– pregunte realmente fastidiada- Los amigos no se besan, y mucho menos follan después de una pelea.

-Pero las parejas que rompen un compromiso de buenas manera generalmente se despiden de una manera más física- dijo meneando las cejas.

Solté un suspiro exasperado y decidí otra táctica.

-¿Recuerdas la última vez que lo hicimos?-

-Cariño, he sido célibe por más de dos años, he recordado cada uno de nuestros encuentros- dijo acercándose más a mí.

-Pues esa fue nuestra despedida- le digo sonriendo.

¡Ja! Esa no se la esperaba.

-No eres divertida- dice malhumorado.

-Pues ya ves, así se comportan los amigos- digo encogiéndome de hombros.

-Ya que solo somos amigos, me quedaré- dice muy tranquilo quitándose su chaqueta.

-¿¡Que!? no no no, así no funciona la cosa de solo amigos, tu duermes en tu cama y yo en la mía.

-¿Tienes miedo de no resistir la tentación?– me pregunta sonriendo a modo de reto mientras se desabrocha la camisa.

-Aghh, no creo que los amigos se comporten así- digo exasperada yendo hacia el armario en busca de mi pijama- Pero ni pienses que vas a dormir desnudo.

Se carcajea un largo rato mientras voy al baño a cambiarme.

Lamentablemente no tuve mucho de donde elegir, la mayoría de mis pijamas son indecentes gracias a Alice.

¡Oh bueno! Ahora somos solo amigos, sin ninguna culpa me pongo el camisón blanco con el pequeño culote a juego.

Cuándo regreso, ya está tumbado muy tranquilamente con los brazos bajo su cabeza., puedo ver su pecho desnudo y a juzgar a la pila de ropa a un lado de la habitación él está en bóxer.

-Wow, me gusta tu pijama- dice observándome más de lo necesario.

-No pensaba dormir en compañía- me defiendo mientras me acuesto de mi lado.

-¿Podre abrazarte?- pregunta- Los amigos si se abrazan.

-Dudo que mantengas tus manos para ti mismo- hago una mueca, espero que yo me quede de mi propio lado, por suerte la cama es bastante grande para los dos- Ahora, ve a tu lugar.

-Puff- resopla Edward- Buenas noches Bells.

-Buenas noches Edward- le digo dándole la espalda.

o-o-o-o-o-o

Unos ruidos incesantes estaban molestando, quería abrir los ojos, pero no podía, y tampoco quería, estaba tan cómoda.

Pero los ruidos seguían, y sentí que algo me apretaba el culo. O mejor dicho una mano.

¡Mierda!

Parpadee tratando de enfocar la vista, solo para darme cuenta de que estaba recostado sobre el pecho de Edward ¿Qué había hecho?

Por lo menos yo estaba vestida, ¿Qué más había pasado anoche?

Trate de recordar.

Una serie de imágenes me llegaron rápidamente. Los ruidos molestos seguían, eran dos celulares que peleaban para saber quién sonaba más fuerte.

Oh cierto, ahora era solo la amiga oficial de Edward. ¿Y por qué él me estaba manoseando?

Y como para dar más énfasis a mis pensamientos, su mano volvió a pellizcarme el trasero.

-¡Edward!- le grite zafándome, debería haberme caído por el movimiento brusco, pero estábamos en el centro de la cama, los dos nos habíamos movido en la noche buscándonos.

Ya sabía yo que esto de ser amigos normales no funcionaría.

-¡Qué manera de despertarme! –dijo refunfuñando- ¿Es así como se despiertan los amigos?

Los celulares seguían sonando.

-Muévete- le digo mientras salgo de la cama a buscar los benditos aparatos, el mío estaba en mi bolso y el suyo en sus pantalones de anoche, se lo lanzo esperando por su bien que lo atrape.

En la pantalla de mi celular veo que es mi padre.

-Hola papá- le digo encaminándome hacia el baño-

-¿Qué pasa Victoria?- oigo a Edward contestar antes de encerrarme en el baño.

-¿Me puedes explicar cómo es eso de que vas a casarte con Edward?- me grita desde el otro lado de la línea.

¿Seguía dormida? ¿Había escuchado bien?

-¿De que estas hablando?- pregunto cautelosamente.

-Me acaba de llegar una invitación de boda, mejor dicho a tu boda con Edward.

-¿Queeeeeeee?- grito- ¿Cómo es eso posible?

-Yo soy el que hace las preguntas jovencita- dice Charlie muy enojado.

¿Y ahora qué había pasado?

No salíamos de un lio cuando ya entrabamos a otro.

Al otro lado de la puerta Edward también gritaba.

Al parecer a su noviecita también le había llegado la invitación de nuestra  dichosa boda.

¡Qué manera de empezar el día!


 

Hola, Como están?? Que tal les pareció el capitulo?? Gusto? No gusto? Matamos a Edward? A Bella?

Alguien se imagina que paso con las invitaciones???

Espero sus reviews ;)

Saludos a todas.

Cary0605

Capítulo 11: TERAPIA DE PAREJA Capítulo 13: NOS VEMOS EN LA BODA

 
14445763 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10762 usuarios