LA BODA DE MI MEJOR AMIGO (+18)

Autor: cary0605
Género: Romance
Fecha Creación: 05/04/2013
Fecha Actualización: 23/03/2014
Finalizado: NO
Votos: 32
Comentarios: 40
Visitas: 51395
Capítulos: 18

Edward y Bella han sido amigos desde hace años y prometieron casarse cuando ella cumpliera 25 años. Ellos se han distanciado por dos años y falta un mes para que se cumpla esa promesa, pero de repente Edward esta a dos semanas de casarse con Victoria. Con la ayuda de los chicos Bella planeará como detener la boda de su mejor amigo. ¿Logrará frenarla?

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 2: LA LLAMADA

Aviso: Los personajes de esta historia no me pertenecen, son propiedad de Stephenie Meyer.


La llamada

Siempre era la misma conversación, los dos sentados en el jardín trasero de mi casa, acostados sobre el césped, disfrutando uno de los pocos días soleados que Forks ofrecía.

-Algún día me casaré contigo- me dijo de repente como si estuviera hablando del clima de hoy.

-¿Por qué?- le pregunte totalmente confundida.

-¿Y por qué no?- contesto frunciendo el ceño -¿No quieres casarte conmigo?

-Si quiero casarme contigo, pero… las parejas se separan, no quiero que nos separemos como mis papas.- Aun dolía saber que nunca más estarían juntos como antes.

- Tú me quieres, yo te quiero, no nos separaremos- sonrío haciéndome sonreír también.

-¿Cuándo nos casaremos? Solo somos niños, creo que no se puede- lo cual me parecía totalmente injusto, ¿Por qué no podíamos casarnos si nos queríamos?

Edward se quedo pensando un buen rato, no me atreví a distraerlo, me gustaba observarlo, creo que era mi pasatiempo favorito desde que lo conocí hace 4 años.

-Cuando cumplas 25 nos casaremos- me miraba expectante por saber mi respuesta.

-¿Por qué tiene que ser en mi cumpleaños?- Refunfuñe.

-No te gusta celebrar tu cumpleaños, si nos casamos ese día, tendremos celebración doble, y podre darte regalos, no podemos ignorar nuestro aniversario.

Mi boca se abrió y parecía que no volvería a cerrarla, o por lo menos no por mi propia cuenta, estaba bastante sorprendida, tal parecía que Edward ya lo había pensado con antelación, pero si era sincera conmigo misma, me gustaba la idea, de casarme en mi cumpleaños, así pasaría desapercibido. Un aniversario es distinto, se celebra de a dos.

-Solo te casas conmigo para darme regalos- me reí.

-No es solo por eso - me miro seriamente - Yo te quiero Bella.

-Yo también- conteste bajito y totalmente roja, mientras parecía que mi corazón competía con un tren a alta velocidad.

Me levante abruptamente de mi sueño, o más bien recuerdo, ¿era normal soñar con recuerdos?, ¿no se supone que los sueños o pesadillas eran situaciones raras y desconocidas?

Este sueño me acosaba desde hacía varias semanas, aunque no era precisamente "acosar" la palabra correcta, ya que había tenido una infancia feliz junto a Edward, y atesoraría cada recuerdo en mi corazón, aunque ya no éramos tan unidos como antes, él siempre sería mi mejor amigo y sobretodo siempre sería mi único amor, pero no era un sentimiento reciproco, yo nunca ocuparía otro lugar en su corazón, para él solo era su mejor amiga, su confidente, su apoyo, casi una hermana me atrevía a pensar.

Decidí dejar los pensamientos deprimentes, ya había superado este amor platónico que sentía por él. Era hora de levantarme y empezar el día. Por inercia busque mi celular para ver la hora, eran las 6 de la mañana, aun me quedaba media hora más antes de dejar la cama, pero algo en mi celular además de la hora capto mi atención, hoy era Martes13 de agosto, faltaba un mes exacto para cumplir 25, eso era lo que mi inconsciente trataba de decirme, ¿que se acercaba mi boda?, mejor dicho, que se acercaba mi cumpleaños, ya que los planes de boda quedaron enterrados hace bastante.

No debería entristecerme, al fin y al cabo, solo teníamos diez años cuando prometimos casarnos en mi cumpleaños número 25, era de locos pensar que sería real. Pero muy en el fondo, yo lo creí, y espere con ansias mi cumpleaños 25, aunque con cada año que pasaba mis esperanzas iban menguando poco a poco, no era tonta, Edward me veía casi como una hermana, y siempre me lo hizo saber.

Hubo un tiempo donde mis esperanzas crecieron a límites insospechados, cuando salía con Jacob, mi mejor amigo sufría ataques de celos constantemente, hasta que un día me aclaro que sus celos eran más que comprensibles, porque eran celos de amigos, antes de salir con Jacob, pasaba todo mi día con él y ya casi no nos veíamos, y según él debía comprenderlo, sobra decir que lo entendí perfectamente, Edward nunca se fijaría en mi y debía aceptarlo.

Y por supuesto que lo hice, lo acepte y apoye como buena amiga que era, aunque sea a la distancia, hace dos años que Edward se había mudado a Nueva York siguiendo a su novia Victoria Denali, el jura que fue amor a primera vista, y debió serlo, la conocimos una noche y un semana después recibí su llamada diciendo que no podía evitar escuchar a su corazón, y este le decía que debía irse tras Victoria, mi amigo no era de actuar por impulsos, siempre analizaba cada paso que daba. En ese momento supe que lo había perdido, esa llamada me confirmaba que se había enamorado de verdad.

-¡Basta!- me reprendí en voz alta, parecía que hoy sería un día para recordar y eso estaba prohibido para mí, no quería deprimirme otra vez.

Volví a mirar mi celular, mis ojos se abrieron de par en par, ya eran las 7, iba media hora tarde, salte de la cama en un intento de ir más rápido, mala idea, me enrede con las sabanas y termine en el piso, ¡simplemente genial! Ahora iba tarde y adolorida.

Me di una ducha rápida, y desayune unas tostadas casi crudas. Debía estar en la Editorial a las 8 en punto, misión imposible en Phoenix, ya que todos teníamos el mismo objetivo: llegar temprano al trabajo.

Para mi suerte, lo cual es raro, conseguí un taxi apenas salí del edificio, llegando así a las 7:58 a mi trabajo.

Entre a la sala de juntas casi corriendo y sin tropezar, toda una hazaña, considerando que llevaba zapatos con tacones aguja, era eso o aceptar la ira de Alice todo el día. Prefería los zapatos y por mucho.

-¡Gracias por acompañarnos señorita Swan!- se rio Marcus, era una suerte que él me viera como una hija perdida, o si no, hubiera sido despedida varias veces.

-Me quede dormida- mentí mirando hacia otro lado.

-Si claro, y yo me visto mal- dijo Alice irónicamente causando que los demás rieran.

-¿Saliste anoche Bella?- pregunto Emmett meneando las cejas. –Debería decírselo a Edward, no creo que le guste que su Bella este llegando tarde al trabajo por quedarse dormida.

-No te atrevas- refunfuñe, ¿desde cuándo mi vida era discutida en la sala de juntas?

-Bueno, antes de que mi junta se convierta en un patio de vecinas ¿empezamos?

Todos asentimos, por fin algo de orden.

-Además no queremos que Edward regañe a Bella- se rio mi jefe, la sal exploto en carcajadas sonoras, los regaños de Edward eran bien conocidos en la editorial.

¿En serio? Hasta mi jefe se reía de mí, definitivamente hoy no sería un buen día.

Hoy teníamos evaluación editorial, incluso almorzamos allí hablando de los manuscritos que merecían ser publicados, y algunos no tanto, en otro momento me habría apasionado hablando, y escuchando sobre los relatos que llegaban pidiendo una oportunidad para ser publicados, sobre todo uno en particular que trataba sobre el amor entre un vampiro y una humana.

Pero mi mente estaba en otro lado, estaba en nueva York precisamente.

En un momento el parloteo se detuvo, no quedaban mas manuscritos por revisar.

¿Cuánto habría pasado desde que habían terminado de hablar?

-Eso es todo por hoy- dijo Marcus levantándose. –El último en salir que avise a Ángela para que cierre la sala.

Se escucharon saludos de despedidas, y solo quedaron en la sala tres personas: Alice, Jasper y Emmett.

-¿Qué pasa Bella?- me pregunto Jasper, el era el que mejor conocía los sentimientos de las personas, el debería haber estudiado psicología o algo, pero agradecía tenerlo a mi lado, era un buen amigo.

-Falta un mes para mi cumpleaños- susurre con voz entrecortada.

Ellos no dijeron nada, pero entendieron esa frase a la perfección, habían lidiado conmigo cuando Edward se fue con Victoria, conocían mis sentimientos y sabían que este mes sería una piltrafa con apariencia humana.

-Hace mucho que no nos juntamos los seis para relajarnos, podríamos hacerlo esta noche- propuso Emmett siendo el primero en hablar.

-No estoy de ánimos Em.

-Claro que sí, es mas llevaremos pizza y películas- dijo Alice inmediatamente apegándose al plan de Emmett.

-Le hablare a Rose, para que traiga a ese rubio adicto al trabajo- le respondió Emmett.

-Chicos, enserio, no…

-Bella, te hará bien despejarte un poco, déjate consentir por nosotros- hablo Jasper, y luego me susurro bastante evidente- No creo que Alice y Emmett acepten un no por respuesta.

-Está bien, los espero esta noche- conteste resignada pero sonriendo, Jasper tenía razón, tenía que despejarme, mientras más rápido acabe el día, mucho mejor.

-Sonríe pequeña, esto no durara por siempre- se despidió Emmett.

-Jasper puedes ir a casa, yo me quedare un rato con Bella- él asintió, le dio un beso casto en los labios y se despidió.

Inesperadamente Alice me abrazo un buen rato, y le devolví el abrazo con fuerza, esta mañana había estado triste, pero parecía que a medida que avanzaba el día, la tristeza aumentaba, me preguntaba si a medida que avanzara el mes hasta mi cumpleaños el dolor aumentaría aun más, era patético, pero así me sentía.

Alice me soltó, y me sonrió –No te agobies amiga, la idiotez tiene cura y mi hermano necesita una buena dosis para abrir los ojos, y cuando lo haga se dará cuanta cuanto te ama.

-Sabes que no es así- susurre.

-Claro que lo sé, ¿Cuándo me he equivocado?

-Mmmm, déjame pensar- medite un rato sonriendo.

-Esa no cuenta- se apresuro a decir, y eso que yo ni siquiera había abierto la boca.

-Te equivocaste sobre lo sentimientos de Jacob, pensaste que él me quería solo como amiga, y no fue así.

-Ahora son amigos, ¿no?

-Sí, pero antes fuimos novios- le recordé sonriendo.

-Admito que me equivoque un poquito con el tiempo, pero ahora él es feliz con Leah y a ti te quiere como una amiga- dijo sonriendo descaradamente- Técnicamente no me equivoque.

-Puede ser, pero esta vez estas equivocada Alice, Edward no me ama y no lo hará.

-¿Quieres apostar?- levanto una mano para que yo la tomará.

-¿Que apostaríamos?

-Apuesto a que te casaras con Edward cuando cumplas 25, si es así, iras un año completo sin chistar de compras conmigo.

-Eso es un golpe bajo, sabes que me duele este tema, y no pienso apostar contigo- refunfuñe

-Si tan segura estas, ¿Por qué no aceptas?, si ganas, será al revés, te dejare libre de compras un año entero.

-¡Wow! ¿Puedes aguantar tanto tiempo sin sesiones de Barbie Bella?- le pregunte riéndome, pero ella solo me fulmino con la mirada con su mano aun levantada- Esta bien acepto.

Tome su mano y así cerrando nuestro trato, con esta apuesta le sacaba un poco el hierro a la situación, yo sabía que Alice lo hacía para alegrarme un poco, y lo estaba consiguiendo, un año sin compras era un milagro.

-Estaremos en tu departamento a las diez, ¡no te duermas!- se despidió.

-o-

La tarde paso muy lenta para mi gusto, intente mantenerme ocupada para no dejarme llevar por mis pensamientos, limpie mi departamento, hice la colada, prepare un pastel para el postre, y ordene mi armario, aunque este estuviera en perfecto estado, aun eran las seis.

Decidí tomar una laaaarga ducha, eso ayudaría.

Mala decisión, mi cuerpo estaba ocupado, pero no mi mente, el olor a frezas que despedía mi champú me llevo a recordar mi primer encuentro con Edward, me había mudado a Forks porque extrañaba a Charlie, quería vivir con él, claramente no había pensado en las consecuencias, fue un gran cambio en mi vida, era nueva en la escuela y no conocía a nadie.

-Flash Back-

Me senté en el único asiento libre que había, junto a un niño de cabello broncíneo que estaba concentrado en un libro, de pronto se giro y me dijo –Hueles a fresas.

Enrojecí furiosamente causando que él se riera.

-Me llamo Edward Cullen, ¿y tú?.

-Be-be-lla Swan- tartamudee casi ininteligiblemente.

-Fin del Flash Back-

-Aassh- sisee de dolor, por estar distraída en mis recuerdos, me había entrado espuma en los ojos, hoy no era mi día. Termine de bañarme rápidamente, esto de distraerme no estaba funcionando.

De pronto recordé que no había nada mejor que una buena lectura para distraerme, había traído a casa el manuscrito que más me intereso a pesar de mi distracción en el consejo editorial de hoy.

La historia entre Anthony y Marie me atraía mucho, así que me vestí con mi viejo pijama para estar cómoda, me recosté en el sillón y comencé a leer.

Devoraba capítulo a capítulo, para una romántica nata como yo, leer este tipo de historias era una adicción, pero aún así Edward no abandono 100% mi mente.

Cuando leí como ambos se confesaban sus sentimientos, me pregunte ¿Por qué no podía enamorarme de alguien que también me quisiera? O mejor aún, ¿Por qué Edward no era como Anthony? Yo también quería un vampiro en mi vida, Marie era sin dudas una chica con suerte.

Me disponía a seguir leyendo cuando mi timbre sonó varias veces seguida.

-¡Mierda!- me levante rápidamente, aun estaba usando mi pijamas, el tiempo había pasado demasiado rápido, ¡misión cumplida!

Les abrí la puerta y salí corriendo a mi habitación sin siquiera saludarlos.

Me puse lo primero que encontré, un jean desgastado y una camiseta suelta, aunque eso matara del disgusto a Alice, no íbamos a salir, no necesitaba combinar mi ropa. Guarde mi celular en mi bolsillo y volví a la sala, Jasper y Emmett estaba abriendo las cajas con las pizzas.

-Ey, apareciste!- Se rio Emmett acompañado por las risas de Jasper.

-Hola- reí saludándolos.

Alice venía saliendo de la cocina trayendo los platos y su mirada lo decía todo, mi ropa no había pasado su evaluación.

Rosalie hizo su aparición trayendo los vasos –Hola Bella, disculpa la invasión a tu cocina, ya sabes cómo es Alice, no puede estar quieta.

-No hay problema- le sonreí- Alice es una fuerza imparable de la naturaleza.

-Ja- ja que graciosas- dijo de falso mal humor.

- ¿Y James?- Pregunte confundida. –Creí que también venía.

-Presente mi bella dama- dijo levantando la mano también saliendo de la cocina.-Buscaba el abridor para las cervezas.

-Menos mal, ya tenía sed- dijo Jasper abriendo una de las botellas.

-Y hambre- acoto Emmett que ya comía una porción.

-Emmett, no hables con la boca llena- se escucho al unisonó, tanto Alice como Rosalie lo tenían bien controlado.

-Me libero de mamá, pero tengo a mi hermana y a mi novia regañándome- se quejo haciendo pucheros.

-Siempre es lo mismo contigo- lo acuso Alice con el dedo- Desde que estábamos en el útero de mamá me robabas la comida, por tu culpa soy la más pequeña.

-Aun si no fuéramos mellizos, seguiría siendo pequeña Alice- se burlo Emmett.

-Mira a Rose y Jasper son mellizos también y tienen la misma altura- Alice abrazaba a Jasper- Lógicamente mi Jazz era un caballero que compartía la comida con Rosalie cuando eran embriones, no como tú.

Mientras ellos discutían sobre la educación y los buenos modales, y no se que cosas más sobre mellizos, James me paso su brazo por mis hombros, dándome un apretón cariñoso.

-¿Cómo has estado Bella?

-Bien- mentí, él era el único que no conocía mis pesares, después de todo, solo hace dos años que se había unido al grupo.

-Lo dejare pasar por hoy- me conocía bastante bien, claro, exceptuando la parte que concernía a Edward, él era el mejor amigo de Victoria, y eso era suficiente como para no confiarle mis sentimientos.

-Chicos! Esto es para relajarnos, no para dar clases de modales en la mesa- Jasper puso orden cuando vio que Alice no estaba dispuesta a ceder en su afán de echarle la culpa a Emmett sobre su altura.

-Eso, estamos aquí para pasar un buen rato, no para reproches de enanas resentidas- se defendió Emmett otra vez causando risas.

La cena y paso entre chistes y conversaciones amenas, obviamente la cerveza pronto se acabo.

-Voy por más- avise mientras iba a la cocina donde estaba el refrigerador, saque las tres que quedaban y las lleve haciendo esfuerzos por no tirarlas.

James me vio y se levanto a ayudarme, tomando dos.

-Gracias, no creí que llegaran sanas a la mesa.

-Solo evito un desastre- se rio

De pronto mi celular empezó a vibrar en mi bolsillo, deje la cerveza en la mesa, para atender, quizás si hubiera visto el identificador, me hubiera preparado mentalmente para esto.

-Hola.

-Bella por fin contestas, me estaba desesperando.

-¿Edward?- pregunte sorprendida, los demás se callaron al escuchar ese nombre.

-Si, quien más podría ser- se río. -Tengo algo que contarte, no aguanto más.

-¿Qué?

-Voy a casarme con Victoria- dijo totalmente emocionado.

-¿Qué?- grite, me apoye en la mesa, y quise tomar asiento, necesitaba sentarme, las piernas no me respondían, pero mi cerebro no estaba colaborando en esta situación, me senté casi por inercia en la mitad de la silla, provocando que me cayera.

-¿Bella estás bien?- James se había levantado nuevamente a ayudarme, tomo mi mano y me levantó.

Me aclare la garganta y asentí.

-Bella, bella, BELLA!- grito Edward- ¿estás ahí?

-Sí, disculpa, solo me sorprendí y caí, ya sabes es clásico de mi- intente hacer una broma.

-¿Qué hace James en tu departamento a esta hora?- casi me gruño- Y no lo niegues, lo escuche perfectamente.

-¿Qué?- volví a preguntar.

-Repito, ¿Qué hace James contigo a estas horas? ¿Estás saliendo con él? Y no me mientas, sabes que sabré si mientes.

-Edward basta! James esta aquí, pero no estoy saliendo con él, ¿contento?

-Es muy tarde, no deberían estar solos en tu departamento- volvió a decir.

Suspire frustrada y puse el celular en altavoz -Chicos! Saluden a Edward.

-Hola Edward- dijeron a coro mis amigos, exceptuando Emmett que grito. –Hola Eddyyyyy!

-No estamos solo papá- le gruñí irónicamente.

-Bien, disculpa, ya sabes que no me gusta que lleves hombres a tu departamento, podrían aprovecharse.

-Edward, no soy una niña, puedo cuidarme sola.

-No, no puedes, confías rápidamente en las personas, eso no es bueno- me regaño.

-¿Llamas para reclamarme sobre mi vida privada?- gruñí enojada, esto era el colmo.

-Lo siento, me he desviado del tema- su tono de voz cambio a uno más relajado- Voy a casarme con Victoria.

-¡Qué bien!- dije en tono bajo, ¿Qué más podía decirle? Si lo que quería era arrojar el celular y romper a llorar. Había tenido razón, entre mas avanzo el día, mas empeoro.

Hace dos año cuando me llamo para decirme que se mudaba a Nueva York con Victoria creí que lo había perdido, cuan equivocada estaba, esta vez, con esta llamada lo había perdido realmente.

-¿Solo bien?- dijo disconforme. –Yo diría glorioso, maravilloso, perfecto.

-Te felicito- probé decirle en voz baja, ¿Qué mas quería de mí?

-Bella necesito que estés feliz por mí, así sabré que esto es lo correcto, por favor- pidió con voz dulce.

Eso simplemente era imposible, yo no podía estar feliz, ¿Qué estaba mal conmigo? Era su amiga, debía apoyarlo y ser feliz por él.

-Me has soltado la noticia sin anestesia- me excuse- Créeme estoy feliz por ti, me alegra que hayas encontrado a tu media naranja.

¿En serio Bella? ¿Media naranja? Cuando ridículo sonaba eso… Ni que fuéramos frutas.

-Se lo pedí hace dos horas, quería que fueras la primera en saberlo- dijo otra vez emocionado- Y te tengo otra noticia.

-¿Qué?- volví a preguntar a estas alturas, esa palabra ya estaba gastada.

-Quiero que seas la dama de honor de Victoria- contesto eufórico.

-¿Qué?- grite asustada.

Esto me sobrepasaba, ¿Estaría en una de esas pesadillas donde no sabes que estás soñando y por eso todo es más aterrador? Tenía toda la pinta de ser así.

-No Edward, no pienso hacerlo, estás loco, eso sí que no- Me pare y empecé a caminar como león enjaulado en el comedor, a estas alturas ya les había dado un show a mis amigos que me miraban con caras asombradas sin saber qué es lo que estaba pasando, necesitaba estar sola, así que me disculpe con la mirada y me encerré en mi habitación.

-¿Por qué no?- se enojo de nuevo, me imagine que estos momento estaría pellizcando su nariz y frunciendo el ceño -Ya hable con Victoria y acepto, no puedes hacerme esto, no seas egoísta.

¿Ahora yo era la mala de la película?

-Has decidido eso sin consultarme- me enoje- sabes que odio ser el centro de la atención- balbucee lo que me pareció más coherente.

-Ah, es por eso- suspiro relajándose- No serás su única dama de honor, también lo serán Alice e Irina.

¿Quién diablos era Irina? Pero algo más en esa oración llamo mi atención, de pronto vi rojo, estaba furiosa.

-¿Cómo que Alice será otra dama de honor? ¿Ella ya sabía de esto?- le pregunte con voz contenida, casi me rechinaban los dientes.

-¿Es que no escuchas lo que te digo?- se rio- Eres la primera persona que lo sabe, todavía no hable con Alice, pero estoy seguro que no tendrá problema.

-¿Puedo pensarlo?- le suplique, tenía que encontrar la manera de negarme, ahora no estaba pensando coherentemente.

-No hay tiempo, la boda será en dos semanas- y volvió a sorprenderme, quizás deberías pellizcarme así despertaría de esta pesadilla- Me caso el 27.

Me deje caer en la cama, totalmente agotada -¿Por qué tanto apuro?-

-La amo, me ama, Victoria no quería esperar más- me conto emocionado, claramente el amor lo volvió irracional.

No conteste nada, ¿Qué podía decirle? ¿Yupi?

-Por favor Bella, te necesito aquí conmigo, que sostengas mi mano y digas ¡Tu puedes hacerlo Edward!- me pidió en voz avergonzada.

-Estoy asustado- susurró casi imperceptiblemente- Te necesito aquí.

Sus palabras me desarmaron, el me necesitaba, y estaba asustado, no podía culparlo ¿Quién no estaría asustado por casarse con esa mujer?

-Está bien- conteste con pesar, sabía que iba a arrepentirme

-¿En serio?

-Seré tu dama de honor- bromeé.

-Muy graciosa- se rio, amaba hacerlo reír- Te veré pasado mañana.

-¿Ahora quien es el gracioso?- me reí también.

-No es broma, ya compre tu pasaje, sale el jueves 15 a las nueve de la mañana, y no lo compre en primera clase, porque sé que no aceptaras, por favor di que vendrás, por favor, por favor, por favor- hablo rápidamente, sabiendo que lo interrumpiría si se callaba.

-Edward, te estás pasando, ¿qué diablos pasa contigo?- gruñí- ¿Qué es eso de que viajare en menos de dos días a Nueva York?

-¿Eso significa que aceptas?- volvió a emocionarse.

-¿Y qué pasa con mi trabajo? ¿Qué le diré a mi jefe?- la idea de ver a Edward en menos de dos días sonaba muy apetecible.

-Por esa razón no compre tu pasaje para mañana, y sabes que Marcus no tendrá problemas en darte estas dos semanas libres.

-No puedo aprovecharme del cariño que me tiene Edward.

-Nunca tomas vacaciones, ni siquiera para visitarme- me acusó- Puedes darte el lujo de pedírselo.

En eso tenía razón, me tenía atrapada, no tenía más excusas.

-Está bien, nos vemos el jueves- sonreí internamente, quizás yo era bipolar, un momento estaba enfadada con él, y luego feliz por volver a verlo.

-Te estaré esperando en el aeropuerto Bells, gracias por aceptar, te quiero- se despidió.

-Yo también- susurré.

-Adiós- colgó.

Seguía recostada en la cama, tome una almohada y tape mi rostro para poder gritar sin contenerme, después de todo mis amigos seguían en el comedor. Tome un largo respiro y salí de mi habitación.

Cuatro rostros me miraban expectantes esperando que hablara. Faltaba una persona.

-¿Y James?

-Recibió una llamada de un paciente, y ya sabes cómo es ser médico, no podemos decirles que no- contesto Rosalie.

Asentí, él no sabía que aún estaba enamorada de Edward y no comprendería que estuviera a punto de desmoronarme, me senté, tratando de ordenar mis pensamientos, había tanta información para comprimir, tantos sentimientos y emociones que no quería exponer.

Tome mucho aire y lo expulse casi graciosamente.

-Edward, se va a casar con Victoria en dos semanas, seré la dama de honor de esa bruja, corrección seremos damas de honor de la bruja, tú también estas en la lista Alice, mañana debo aprovecharme de la bondad de Marcus y pedirle vacaciones por dos semanas para acompañar a Edward hasta el día de su boda ya que el jueves temprano viajare a Nueva York- solté todo sin detenerme.


Hola^^

¿Cómo han estado? ¿Qué les pareció el capítulo de hoy? Levanten las manos quien quiere golpear a Edward (¬.¬)/

¿Qué dicen? ¿Merezco comentarios? Espero que si porque me está gustando esto de poder escribir lo que quiero sin sentirme atada.

-Y eso es todo por hoy!

Cary0605

Capítulo 1: PREFACIO Capítulo 3: CINCO RAZONES

 
14445868 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10762 usuarios