LA BODA DE MI MEJOR AMIGO (+18)

Autor: cary0605
Género: Romance
Fecha Creación: 05/04/2013
Fecha Actualización: 23/03/2014
Finalizado: NO
Votos: 32
Comentarios: 40
Visitas: 51384
Capítulos: 18

Edward y Bella han sido amigos desde hace años y prometieron casarse cuando ella cumpliera 25 años. Ellos se han distanciado por dos años y falta un mes para que se cumpla esa promesa, pero de repente Edward esta a dos semanas de casarse con Victoria. Con la ayuda de los chicos Bella planeará como detener la boda de su mejor amigo. ¿Logrará frenarla?

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Capítulo 11: TERAPIA DE PAREJA

Aviso: Los personajes de esta historia no me pertenecen, son propiedad de Stephanie Meyer. Si eres menor de edad lees bajo tu responsabilidad, este fic puede contener lenguaje y situaciones adultas, ya saben, la que avisa no traiciona.

**Gracias a mi beta Jime Cullen Salvatore por betear este capítulo (Betas FFTH)

 


Capítulo 11: Terapia de pareja

-A mí también me duele que mi amigo le sea infiel a su novia, y más me duele que le sea infiel conmigo.

Esa fue mi despedida, esperaba que me detuviera pero no lo hizo, y quizás era lo mejor, Edward había sobrepasado los límites.

Un gran nudo amenazaba en estallar en mi garganta.

El descenso en el ascensor fue en silencio, y así lo fue también el camino hacía el estacionamiento.

Peter se detuvo frente a un flamante BMW plateado, no conocía el modelo, no es que yo supiera mucho de autos.

Sin decir nada me acomode en asiento de copiloto mientras Peter guardaba mis maletas en el baúl.

Con un gran suspiro Peter se acomodó en su asiento -Bella.

No le conteste, no quería hablar, si lo hacía, me pondría a llorar.

-Bella- intento de nuevo Peter.

Seguí en silencio, abrase mis rodillas y mire por la ventanilla del coche ignorándolo.

-Si sigues en silencio, no sabré a donde llevarte- dijo con voz tranquila. –No es que me esté quejando por estar encerrado contigo en mi auto dentro del estacionamiento.

-Al aeropuerto- apenas dos palabras y ya sentía que me raspaba la garganta.

-Okey- dijo encendiendo el auto- Aunque si me lo preguntas me parece una total estupidez que huyas.

-No te estoy preguntando-. Trague con fuerza el nudo que tenía.

-Igual pienso que es una estupidez.

No le respondí, prefería seguir mirando los edificios pasar.

-Te estas comportando de una manera infantil- esta vez decidió atacarme- ¿En serio vas a dejarle el camino libre a la bruja pelirroja?

Ni aunque me provocará le contestaría, necesitaba paz.

-Ya sabías que Edward era un idiota, no entiendo por qué te sorprendes a estas alturas del juego.

-La vida no es un juego- quizás así se callara.

-Claro que sí- contesto animado por mi abandono al mutismo - Y tu querida Bella estas eligiendo perder.

-No pierdo nada.- estaba empezando a enfadarme, aunque eso era bueno, mucho mejor que echarme a llorar.

-Estás perdiendo la oportunidad de ser feliz.

-Puedo ser feliz sin Edward.- le respondí a él pero trataba de convencerme a mí misma de eso.

-¡Aja!- dijo Peter haciendo una rápida maniobra para estacionarse en doble fila, algo que nos traería problema si no nos movíamos pronto.- Admites que Edward es tu felicidad.

-Yo no dije eso- esta vez sí lo mire pero solo para fulminarlo con la mirada.

-Por favor, ¿Dónde está la chica que lloraba borracha porque quería que Edward la amara?

-Yo no estaba borracha- perfecto, había conseguido enfadarme- Ni tampoco lloré.

-Ese no es el punto, no puedes huir solo porque tuviste una pequeña discusión con el idiota.

-Me dijo que era una cualquiera- mastique las palabras con amargura.

-Porque estaba celoso- dijo mirándome como si lo que decía era lo más obvio del mundo.

-No lo defiendas- dije apretando más mis brazos alrededor de mis piernas, no me importaba estarle manchando el asiento con mis zapatillas, se lo merecía.

-Él parecía estar a punto de darme una paliza ahí mismo, y eso que solo dormimos juntos, es obvio que a él le importas.

A lo lejos escuchamos las bocinas de los autos.

-Piensa que soy capaz de acostarme con su vecino estando de novia con otro.

-¿Tienes novio?- me miro inquisitivamente.

-Agggh- grite frustrada con ganas de tirarme el cabello de pura frustración.-Sabes que no es cierto.

-Okey, mal chiste- se disculpó- ¿Y con quien se supone que estas?

-Victoria le dijo que salgo con James.

Esta vez la bocinas eran más fuertes, teníamos varios autos haciendo fila tras nuestro.

-Una verdadera jugadora- asintió.

-¿Estas de su lado?- mi voz sonó totalmente indignada.

-Por dios, no dije eso- ahora también sonaba indignado-Estas sacándolo todo de quicio.

-No me grites.

-Lo haré si es necesario- dijo apuntándome- Estas cometiendo un error y lo sabes, estas huyendo como una cobarde.

-¿Conoces la palabra dignidad?

-Pues con la dignidad tan alta no vas a llegar a ningún lado.

Unos nudillos en la ventana cortaron nuestra discusión.

¡Oh mierda!

Un policía de tránsito estaba con cara disgusto esperando a que Peter bajara la ventanilla.

-Señor está deteniendo el tráfico- dijo el oficial ofuscado- Por lo que veo su auto está en perfectas condiciones, así que no veo porque no está moviéndose.

-Vera oficial, yo…-Peter estaba pálido y balbuceaba, nada bueno para nuestra defensa, fijo su vista en el oficial leyendo su placa- Oficial Carter, yo, este…

-La señorita no está usando el cinturón de seguridad, y usted menos, déjeme ver su licencia- extendió su mano.

-Yo…- Peter seguía balbuceando mientras rebuscaba en sus bolsillos- Yo…

-Déjeme adivinar- dijo sonriendo el oficial- ¿No tiene licencia de conducir?

-Es su culpa- dijo Peter apuntándome descaradamente.

-¿Yo?- mi grito fue histérico, tal fue la sorpresa que deje de abrazar mis rodillas dejándolas caer para sentarme correctamente.- ¿Por qué es mi culpa?

-Tú saliste corriendo como niña chiquita llorando y pataleando, no me diste tiempo de agarrar mi billetera.

-Que dejes tu billetera en cualquier parte no es mi culpa- declare ofendida por haberme llamado niña llorona.

-Claro que sí.

-Cálmense los dos- dijo el oficial –No es momento de pelas, y usted sea más caballero y no insulte a la señorita.

-Podrías aprender de él- le dije, el oficial Carter era mi nuevo mejor amigo desconocido.

-Eso no quita que usted no esté usando el cinturón- espeto severo, pero me sonrió, quizás se compadeció de mis ojos rojos del reciente llanto.

Inmediatamente me abroche el cinturón de seguridad, no necesitábamos más problemas.

-En cuanto a usted- miro nuevamente a Peter- Parece que necesita una multa por no saber tratar a las damas, estacionar donde no debe, viajar sin cinturón de seguridad y no llevar su permiso de conducir.

-Pero, pero, pero, no es mi culpa- se defendió Peter- Mire, le voy a explicar, ayer prácticamente me bañe en la lluvia, y me encontré con que mi vecina se había peleado con su mejor amigo o novio o ya no sé qué son, y estaba a punto de salir al aguacero, como buen caballero que soy, no se lo permití, la obligue a volver al departamento, luego se fue la luz y quedamos encerrados, pase la noche consolándola porque su tipo paso la noche con su respectiva prometida, nos quedamos dormidos en el sillón, ¿Y a que no adivina que paso?

-¿Qué pasó?- pregunto el oficial Carter, que para mi sorpresa escuchaba atentamente a Peter.

-¡ZAZ! Nos encontró su amigo, y se armó la de Dios santo y todos sus ángeles, él muy imbécil pensó que aquí mi inocente vecina- Peter me dio golpecitos consoladores en el hombro- se había acostado conmigo, y le dijo que era una cualquiera.

-¡No!- dijo horrorizado el oficial que ya se había recargado el coche para escuchar la historia.

-Siiii, lo hizo, ¿Puede usted creer tal desfachatez cuando el imbécil había pasado la noche con otra?

-Es un carbón- asintió el oficial, para mi asombro, él estaba más interesado en lo que Peter contaba que en las protestas de los autos que cada vez eran más tras nuestro.

-Eso mismo pensé yo, así que defendiendo el honor de la señorita le di un puñetazo, claro que ella ya le había dado una merecida cachetada.

-Yo habría hecho lo mismo- contesto el oficial Carter.

-Y usted comprenderá que no podía dejarla ahí- la expresión de Peter era de una falsa tristeza.-No tuve tiempo de buscar mi billetera, creo que iba a deshidratarse en lágrimas.

-Por supuesto, pero no entiendo- fijo su mirada ahora más amable en mí- ¿Usted y el imbécil son algo?

-Bueno- conteste totalmente sonrojada, no estaba en mis planes relatar más cosas de mi vida privada a otro extraño, con Peter bastaba y sobraba- Somos amigos.

-Amigos mis calzones- gruño Peter dándole un golpe al volante- Vera amigo mío, resulta que el señor ofendido esta por casarse en unos días, cuando ha estado manteniendo relaciones con la señorita desde los dieciséis años, incluso prometió casarse con ella, y ahora le pide que sea su dama de honor.

-¡PETER!- grite horrorizada, ¿Por qué le contaba esto al Oficial?

-No te apenes Bella, estamos en confianza con el Oficial Carter.

-Oficial Fred Carter a sus órdenes- no tenía idea porque se presentaba, pero mi vergüenza aumentaba a límites escalofriantes.

-Y como Bella ama al cabrón, vino a detener la boda, lo cual es una gran idea porque estoy seguro que el imbécil la ama, ¿Usted qué dice?

-No sabría que decirle- contesto Fred dándome una mirada de pena- Tiene una vida complicada.

-Claro que es complicada, pero ella no debería de huir, ¿Verdad?

-Exacto señorita, debería quedarse y enfrentar sus problemas, no evadirlos, ¿Qué pasará en veinte años cuando se cuestione porque no lo hizo?

Francamente me había quedado muda, no sabía si por el consejo del Oficial, o porque Peter ventilaba mis problemas al primero que se cruzaba.

-Parece que está de acuerdo con usted Oficial- dijo Peter sonriendo.

-Me alegro haber ayudado- dijo este sonriendo- Pero que no se repita señor, una más y le aseguro que le pondré la multa del siglo.

-Si, por supuesto- asintió Peter repetidas veces- Muchas gracias por su ayuda.

-Que tenga buen día señorita, y animo- palmó el auto en señal de despedida.

Peter arranco otra vez.

-Nos salvamos por muy poco.

-No puedo creer que le hayas contado mi vida a un extraño- le dije de manera cortante.

-Fue por una buena causa- dijo encogiéndose de hombros- Todo lo que se necesita para triunfar en Nueva York es una buena historia.

-Podrías haberle contado como te dejaron plantado en el altar.

Peter resoplo casi riendo.

-Eso pasa todos los días, lo tuyo es más impresionante, por cierto, ¿A dónde te llevo?

-Al hotel Liberty- conteste resignada, el oficial tenía razón, debía enfrentar mis problemas, no interrumpiría la boda, pero si asistiría y así cerraría este capítulo en mi vida.

o-o-o-o-o-o

-Entonces- dijo Rosalie recostada en mi cama- Explícame otra vez porque vas a salir con otro tipo.

-No es una cita- recite aburrida observándola a través del espejo, Alice me tenía cautiva alisando mi cabello-Voy a conocer a su mejor amiga.

-Solo tú podrías encontrar a otra persona con una historia igual a la tuya en una ciudad tan grande como Nueva York- se río Emmett que mantenía abrazada a Rosalie, ¿Debía preocuparme por dejarlos usar mi cama? Quien sabe que harían ellos estando solos.

-No es lo mismo- refunfuñe.

-Claro que sí, amigos que quieren ser más que amigos- contesto Alice pasando el cepillo suavemente por mi cabello- Es el destino.

-Sigo sin entender porque vas a una cita con él- Rosalie seguía preguntando.

-¿Qué tiene de malo que salgo con ese tipo? – aporto Jasper apoyado en la pared observando como Alice se ocupaba de mí. –Edward es un idiota, Bella puede salir con quien quiera.

-Por última vez- dije quitando la mano de Alice de mi cabello, aunque no duro mucho para que volviera a la carga- No es una cita.

-Claro que no es una cita, Bella aún no está lista para salir con alguien más- eso era una sorpresa viniendo de Alice, teniendo en cuenta que era la más entusiasmada en que saliera con Peter esta noche- Solo saldrá a divertirse, ¿Qué hay de malo en eso?

-¿Te estas escuchando enana?- Emmett también estaba extrañado- Primero nos prohíbes ir a hablar con Edward y ahora incitas a Bellita a que salga con un desconocido.

-¿Qué les prohibiste hacer?- me gire bruscamente para evitar que me mintiera, Alice estaba actuando muy raro hoy, demasiado comprensiva para ser ella misma.

-Jazz y Emmett querían hablar con Edward y hacerle entrar en razón- era tanta la sinceridad que desprendían sus ojos que no la cuestione- No los deje porque aún no es el momento.

-¿De qué hablas?- no deje que mirara a otro lado- El plan se acabó, Edward puede casarse con Victoria, no me ama, y nunca lo hizo.

-Si piensas que voy a dejarlo casarse con esa arpía estas muy equivocada- Alice ya no sonreía- Puedes elegir participar o no, pero no me pidas que vea como arruina su vida y no haga nada.

-Ella tiene razón Bella- dijo Emmett sentándose- Esa boda es un error, he escuchado cosas, y puedo decirte que Edward no se casa por voluntad propia.

-¿Qué escuchaste?- pregunte interesada.

-Mi papá se quejaba con el abuelo, ya sabes que nuestra familia esta enemistada con los Denali, pero el abuelo apoya la boda, cuando él es el que siempre ha despotricado contra esa familia.

-No entiendo- dije más para mí misma que para los demás.

-Nosotros menos- Alice levanto sus manos con exasperación, lo que causo que Jasper la abrazara para calmarla, cada vez que los veía, deseaba tener una relación como la de ellos, siempre estando cuando el otro lo necesitaba y viceversa, era algo difícil de ver y convivir con parejas que nadaban en amor.

Pero algo no encajaba con lo que Emmett y Alice decían.

-Espera un momento, quieres decir que solo me estabas usando para evitar la boda y salvar a tu hermano de un matrimonio arreglado- dije casi gritando, me sentía traicionada, sola no podría haberme animado a tal cosa, y ella lo sabía, empecé a caminar como leona enjaulada en medio de la habitación.

-¡No!- grito Alice indignada- ¿Cómo puedes pensar eso?

-Calmémonos un poco- Jasper apaciguando las cosas como siempre- Están peleando por un malentendido.

-Bella tu amas a Edward, ¿cierto?- pregunto Alice más calmada.

Solo asentí, aun sentía la ira bullir muy dentro.

-Y Edward te ama a ti, punto, no más discusiones- zanjo el tema- Si tanto lo amas querrías ayudarlo, ¿cierto?

-Sí.

-Entonces no comprendo tu enojo- ella simplemente se encogió de hombros.

-Creí que estabas ayudándome a mí.

-Y eso es lo que hago, ayudándote, lo ayudo a él- sus ojos no soltaban los míos- Comprendo ahora que estés enojada por lo que te dijo, pero seamos sinceras, cualquiera pensaría mal por lo que Edward vio.

-Una imagen vale más que mil palabras- dijo Rosalie que se había mantenido callada por un largo tiempo- Y eso es lo que vas a darle a Edward.

-Ahora yo no entiendo- quería estar de acuerdo con Emmett, pero solo me traería más discusiones.

-Es bastante sencillo, Alice tiene razón, por muy cabezota que sea Edward ¿Qué clase de amigos seríamos si lo dejáramos meter la pata con esto? – como nadie le contesto, ella siguió hablando- Estamos seguros, o casi seguros, de los sentimientos de Edward hacia Bella, tiene que haber una manera de despertarlos.

-No pienso seguir con esto, él ya eligió- proteste aun dolida por lo que había pasado, me había permitido tener esperanzas de que Edward me amara, y ahora esas mismas esperanzas se habían convertido en espinas que se clavaban muy dentro de mi ser.

-Que se joda Edward si no ve lo estupenda que eres, más que la tal Vicky- dijo ella enojada- Pero aun así, lo amas demasiado como para darte por vencida.

-Creo que Bella ya ha soportado suficiente desplantes de Edward- gracias al cielo Jasper estaba de mi lado.

-Gracias- le dije fervorosamente.

Tenía ganas de recostarme un momento, descansar mis músculos de tanta tención, pero eso arrugaría mi vestido, y tendría que soportar otra hora de reproches de Alice.

-Jasper tiene razón- acepto Alice sonriéndome amablemente- Por eso no me opongo a que salgas a divertirte con alguien más, pero solo por favor, ayúdanos un poco más.

-¿Ayudar en qué? – esto me estaba dando mala espina.

-Nada que no quieras hacer- sonrió Alice mirando a Rosalie- Solo sal y diviértete.

-¿Qué están planeando?- Emmett le pregunto.

-¿Siempre tengo que estar planeando algo?- pregunto Alice con falsa indignación.- Solo quiero que Bella tenga una noche libre.

-¿Y nosotros que haremos?- pregunto Emmett suspirando- Ya me aburrí de estar encerrado, quiero salir.

-Nosotros también saldremos- Alice respondió alzando sus cejas de manera cómica- Es más, si te aburres con tu cita, podemos ir en tu rescate.

-No es una cita, seré como la tercera rueda entre Peter y Charlotte.

-Si si si, -dijo la enana rodando los ojos- ¿En dónde era que iban a verse?

- En el Plunge Bar and Lounge.

-Parece más un trabalenguas- se rio Emmett.

-Bueno, basta de charlas, es la hora- Alice tomo un respiro gracioso- Y recuerda diviértete.

o-o-o-o-o-o

-Gracias- le dije al taxista antes de bajarme.

El Plunge Bar and Lounge más que un bar, era una discoteca mezclada con un restaurant y con toques de un bar, todo un combo de luces violetas, claramente solo venían jóvenes a este lugar.

Trate de caminar despacio hasta sección del bar, estos zapatos eran demasiados altos para mi gusto, aunque ya no tenía problemas para caminar con ellos gracias a Alice y sus clases de como caminar en tacones, aun así, había demasiadas personas que iban y venían.

Camine un poco más hasta que llegue a uno de los sillones donde Peter me esperaba, en cuanto me vio, dejo su baso en la mesa y se acercó a saludarme. Verlo vestido tan informalmente me pregunte si mi vestido era demasiado. Aunque la culpa era mía, tenía veinticuatro años y Alice aun me ordenaba que vestir.

-Bella, esta preciosa- me abrazó a modo de saludo, su halago hizo que me sonroje, pero con tantas luces violetas era imposible que lo él viera, y cuando iba a responderle un carraspeo nos separó.

-¿Puedo acompañarlos en su cena?- conocía esa voz a la perfección, pero me negaba a creer que estuviera justo aquí y justo ahora.

El enojo que se había disipado antes, ahora volvía a reunirse con más fuerza esta vez, no podía creerlo, Edward no tenía derecho a inmiscuirse en mi vida.

-¿Qué haces aquí?- le pregunte rechinado mis dientes.

Casi parecía arrepentido, lo vi abrir la boca para oír que carajos hacia aquí, cuando una chica menuda paso rápidamente entre nosotros y se arrojó a Peter.

-¡Peter!-dijo riendo la chica mientras lo abrazaba, ella llevaba el pelo muy corto pero le quedaba bien, siempre creí que ese corte no le favorecía a algunas chicas, pero a ella le quedaba mas que bien.

-Loti- contesto Peter emocionado, así que esta era la famosa Charlotte.-Te extrañe.

-Pero si nos vimos ayer- Loti se soltó para sonreírle.

-Aun así es mucho tiempo- contesto él olvidándose de nosotros.

Yo también me olvide un poco de Edward, Peter y Charlotte eran adorables juntos, y eso que solo los había visto juntos un minuto, quizás menos, pero la alegría que irradiaban daban ganas de sonreírles.

Su burbuja estallo tan fácil como se habían encerrado en ella ya que Charlotte se percató de nuestra presencia. - ¿Y ellos quiénes son?

-Mucho gusto- dijo Edward de repente dándole la mano, parecía que también estaba absorto viéndolos interactuar, o quien sabe qué pensaría, últimamente ya no podía leerlo como antes -Edward Cullen y ella es mi novia Bella Swan.

¿QUÉ?

Creo que mis ojos se abrieron hasta más no poder en ese momento

Pero lo que más me asombro fue la respuesta de Peter. -Él es mi vecino y su prometida.

El mundo se había vuelto loco hoy y yo no me había enterado, ¿Qué les pasaba?

Pero estaban muy equivocados si creían que yo les seguiría la corriente, lo más seguro era la indiferencia en estos momentos, quizás así Edward se iría, y me aseguraría de no volver a ver a Peter.

-Francamente no lo conozco- dije lo más neutral que pude- Peter debe estar confundido.

-Solo esta estresada por la boda- Edward aporto rápidamente.

¿Qué rayos le pasaba? ¿Se había drogado antes de venir?

-Disculpa, ¿Estás perdido? ¿Quizás tienes fiebre?- dije palpándole la frente, esperaba que entendiera la indirecta y se largara de aquí.- No somos las personas que buscas.

-Bella, amor, no seas así- dijo con fingida tristeza tomándome de la mano y sentándonos en los sillones donde Peter había estado.

Yo ni siquiera pude protestar, me había congelado con la palabra "amor", ¿Cuántas veces había soñado en estos dos años que él me llamara así? Y ahora lo decía así por que sí.

Pero no podía flaquear en estos momentos, algo andaba mal.

-¿Entonces ustedes son novios o no?- pregunto Charlotte mirándonos fijamente.

-Por supuesto- contesto Edward demasiado rápido para una persona normal, no estaba entendiendo nada, ¿Qué le pasaba?- Tengo como probarlo, mira esto.

Soltó mi mano para rebuscar entre sus bolsillos, saco su billetera para mostrarle lo que tenía dentro.

Definitivamente Edward se había vuelto loco, me estaba asustando.

-Aww, ¡Que adorables!- dijo Charlotte tomando la billetera de Edward para verla más de cerca- ¿Estos son sus hijos?

-¿Qué?- grite asustada, esto estaba yendo demasiado lejos, ¿Ahora iba a inventar que teníamos hijos?

-No- se rio el traidor de Peter- Son ellos mismos, estos niños están muy grandes para ser sus hijos.

-Ah, eso explica porque se parecen tanto a ellos- asintió Charlotte para ella misma y luego se rio- Lo lamento Bella, ya no puedes seguir haciéndole la ley del hielo a tu novio.

-Dame eso- le pedí de manera poco educada, ¿pero quién podía culparme?, estaba al borde de la locura, necesitaba un rayo de realidad para no salir corriendo.

Charlotte se encogió de hombros y me dio la billetera de Edward. Y en cuanto vi a lo que se referían, un nudo se instaló en mi garganta.

Dentro de la billetera había una pequeña foto que tenía sus buenos años, era casi borrosa por lo vieja que era, pero en ella se podían ver dos niños pequeños, ella sonreía enseñando sus dientes disfrazada con un vestido rojo representando a una niña Picapiedra*, y él niño también sonreía pero estaba más ocupado sosteniendo su falso rifle que prestando atención a la foto.

No pude seguir mirando la pequeña fotografía, levante la vista fijándola a la de Edward que me miraba de manera expectante.

-¿Recuerdas ese día?- me pregunto bajando su vista a la fotografía.

Solo teníamos nueve años en ese entonces. ¿Cómo olvidarlo la primera vez que dormimos juntos?

-No cumpliste tu promesa- respondí haciendo una mueca.- Fue la primera de muchas.

Flash Back

-¡Niños!- nos regañó Esme- Quédense quietos para la foto.

-Es culpa de Ed- me defendí riéndome- Te ves muy gracioso.

-El casco es muy grande- se quejó Edward mirando a su mamá en busca de ayuda.

-¡Oh tesoro!- se carcajeo Esme ajustándole el casco.-Ahora si estense quietos.

Volvimos a pegarnos para la foto esbozando una gran sonrisa.

-Se me está cayendo el rifle- me dijo Edward entre dientes aun sonriendo.

Estaba por contestarle pero el Flash de la cámara nos segó a ambos.

-Son tan lindos- dijo Esme sonriente revolviendo mis cabellos, ya que los de Edward estaban protegidos por el casco.-Ahora Alice y Emmett.

-No somos lindos, ellos lo son- se quejó Edward apuntando a sus hermanos- Nosotros somos fuertes, Bella es una mujer pica piedras y yo un soldado del ejército.

Emmett estaba embutido en un traje de osito y Alice vestida de hadita eran ahora los que posaban a regañadientes.

-Vamos Bells- dijo Edward tomando mi mano mientras arrastraba su rifle con la otra, salimos a hurtadillas al porche, pero la huida no duro mucho.

-Niños- volvió a regañarnos Esme que venía con Alice y Emmett en cada mano- No hay apuro.

Lo cinco subimos al auto y nos encaminamos a la ciudad, la casa Cullen estaba más alejada del pueblo, así que se necesitaba un auto para ir hasta el centro del mismo.

Todas las casas estaban adornadas fantasmagóricamente, las personas se habían esmerado en este Halloween, mi papá me había dejado venir con los Cullen después de una larga insistencia por parte de Edward.

En cuanto aparcamos, Edward abrió la puerta y se bajó rápidamente manteniéndola abierta para mí- Vamos bella dama picapiedra.

Me reí fuerte por como Edward lo dijo, a veces era tan tonto.

-Edward estate quieto- dijo Esme.

-Pero mamá, Alice y Emmett caminan muy despacio- se quejó Edward- ¿Puedo ir solo con Bella?

-No- respondió ella.

-Por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor- repitió una y otra vez, a veces Edward podía ser muy convincente cuando quería- Por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor.

Esme no dijo nada, parecía estar considerándolo.

-Prometo cuidar de Bella y no dejarla sola en ningún momento, y solo iremos por esta calle, por favor, por favor, por favor, por favor.

-Este bien- dijo a regañadientes porque los gemelos estaban inquietándose.- Pero ten cuidado y no te adelantes mucho, los estaré vigilando desde atrás, ¿okey?

-Pero mamá- volvió a quejarse.

-Eso o nada.

-Bien- dijo enojado, tomo mi mano y nos llevó un poco más adelante- Podrías haberme ayudado a convencerla.

-Es que no se- dije intimidada de tantos esqueletos- Me da miedo ir sin ningún adulto.

-Para eso estoy yo, para defenderte, además, ya te prometí que no voy a dejarte sola nunca- contesto como si fuera obvio, avanzamos un poco más y tocamos la primera puerta.

-Dulce o truco- dijimos a coro a la señora Weber.

-Aww que adorables- nos dijo ella dándonos unos chocolates.

Seguimos puerta por puerta con nuestras calabazas llenándose cada vez más de dulces, cuatro casas más atrás, Esme nos seguía con los gemelos.

-Edward ya no me queda espacio- le dije cuando vi que quería seguir.

-Solo una casa más- me suplico- Me dijeron que la casa de Yorkie tienen chocolates extra grandes.

-Pero ni siquiera han adornado- le dije espiando la sombría casa que estaba un poco más lejos, seguimos caminado hasta que llegamos.-Edward, la casa me da miedo- agarre su mano más fuerte, no quería seguir avanzando.

-Mira, espérame aquí, yo pediré para los dos, ¿sí? No tardare nada- al ver mi cara de espanto replico rápidamente- Serán solo dos minutos, quizás menos.

-Bueno- acepte, no quería que pensara que lo necesitaba en todo momento, yo también era fuerte y valiente como él.

-Ya vuelvo- dijo y se encamino a la puerta del señor Yorkie.

Me quede ahí esperando, los segundos pasaban y cada vez tenía más miedo, la calle parecía más oscura que antes, no veía a los demás niños, me di la vuelta para buscar a Esme con la mirada, pero no la vi.

Estaba comenzando a desesperarme, Edward dijo que no se tardaría y estaba segura que ya había pasado el suficiente tiempo como para que volviera.

Y de repente se aparecieron tres chicos sin disfraces, pero con grandes mascaras horrorosas, no se veían muy grandes, pero si más que yo.

-Parece que la niña está sola- se burló uno, su mascara era la un zombie arrugado que le brotaba sangre de los ojos.

-N-o no, n-o estoy sola- conseguí decir, mi garganta estaba seca- Mi amigo está conmigo, él ya viene.

Los tres estallaron en carcajadas.

-Pobrecita, tiene un amigo imaginario- dijo otro riendo, su risa era horrible, mas que su mascara de calavera.

-Edward no es imaginario- les grite enojada, ¿Quién se creía para decir que Edward no existía?

-Lo que tú digas- dijo el tercero con tono aburrido, su mascara era de una momia vieja, no asustaba como los otros, pero aún así yo estaba temblando, ¿Dónde estaba Edward?

-Como no tienes amigos, no vas a necesitar esto- dijo el cara de zombie quitándome mi calabaza llena de dulces, la vació en su morral y la arrojo lejos- Gracias niña.

-Eso es mío- dije llorando, ya no quedaba nada en mi calabaza.

-Ya no- se mofo el de la mascara de calavera.

-¡Bella!- oí la voz de Esme que se acercaba corriendo.

-Vámonos- ordeno el cara de zombie y así como aparecieron de repente, se echaron a correr desaparecieron de mi vista.

En cuanto Esme llego corriendo con los gemelos a cada lado que se movían como marionetas siendo llevados por ella, los soltó y se arrodillo frente a mí.

-¿Estas bien?- dijo limpiando mis lágrimas, sus ojos paseaban de arriba abajo viendo si estaba herida.

-Se llevaron todo- le dije sollozando.

-No llores- me consoló, pero no dijo más nada porque Edward también apareció corriendo.

-Bella, mira, conseguí dos de los súper chocolate Jumbo del señor Yorkie, tuve que rogarle para que me diera uno con maní para ti- su entusiasmo fue bajando hasta que se dio cuenta que estaba llorando- ¿Por qué lloras?

-¿Dónde estabas?- le gruño Esme- Te dije que no te adelantaras.

-¿Qué tienes Bella?- dijo queriendo agarrar mi mano como siempre lo hacía, pero no lo deje- ¿Qué pasa?

-Me dejaste sola- le dije llorando de nuevo

-Tranquila Bella- dijo Esme limpiando mis lágrimas con su pañuelo, era en estos momentos cuando extrañaba a mi mamá.

-Quiero ir a mi casa.- le dije sollozando.

-Sí, mi niña, ahora vamos. –Esme peino mis cabellos queriendo consolarme, a nuestro lado pasaban niños disfrazados corriendo mientras reían mostrándose sus dulces unos a otros.

-Bella- Edward susurró, pero su madre estaba enojada con él y no lo dejo continuar.

-Edward prometiste que cuidarías de Bella- lo regaño nuevamente- Vamos, es hora de irnos, toma la mano de Emmett.

-Pero Bella- dijo Edward no haciendo caso, luego vio mi calabaza vacía tirada a un lado de la calle. -¿Qué paso?

-Edward Anthony Cullen ya desobedeciste demasiado- ella tomo mi mano y la de Alice -Emmett toma la mano de Bella.

Él lo hizo y Edward tomo la otra, así caminamos en silencio hasta el auto.

Cuando estuvimos nuevamente en los asientos traseros, Edward quiso hablarme, pero yo estaba tan enojada y triste con él, no quería que me hablara.

-Bella, háblame, ¿Que paso?

-Me dejaste sola- le conteste más calmada, ya no estaba llorando, pero sentía como si tuviera tierra en la garganta.- No cumpliste tu promesa.

Él no contesto

-Ellos dijeron que eras un amigo imaginario y se llevaron todos mis dulces- volví a tener ganas de llorar, nos había costado tanto recoger todos esos dulces, y ahora yo no tenía nada.

-¿Quiénes fueron?- pregunto enojado, pero solo me encogí de hombros no quería volverle a hablar nunca más, estaba decidido, nuestra amistad terminaría aquí y ahora, no quería amigos imaginarios- Bella, perdóname, no pensé que eso pasaría.

No dije más nada hasta que llegamos a mi casa. Parecía que papá había estado ansioso porque apenas el auto se detuvo, abrió la puerta, el aún estaba sonriendo cuando Esme me llevo ante él.

Él había querido llevarme a recorrer las calles en busca de dulces, pero yo quería ir con Edward, había sido una mala idea, el próximo año iría con papá, Edward ya no era mi amigo, eso me hizo sollozar otra vez.

-¿Que pasó Bella?- pregunto Charlie cargándome en sus brazos.

Esme estaba explicándole que unos niños me habían quitado mis dulces cuando Edward se bajó corriendo del auto y vino hasta nosotros.

-Señor, es mi culpa, yo falte a mi promesa- dijo Edward y para mi sorpresa estaba llorando- Perdóname Bella, no volveré a dejarte sola, nunca más, perdóname.

Sus lágrimas solo me hacían querer llorar más, así que solo me abrace más fuerte a papá sin mirarlo.

-Bella- sollozo otra vez.

-Lamento tanto lo que paso Charlie- dijo Esme frotando mi espalda.

-No hay problemas- sabía que Charlie estaba enojado pero no lo demostró- Yo llevare a Bella adentro, necesita calmarse.

-Claro, si necesitas algo, llámenos- dijo Esme despidiéndose.

-No me voy hasta que Bella me hable- Edward se rehusaba a irse plantándose en el suelo.

-Jovencito, no creo que Bella quiera hablar en estos momentos, mañana será un nuevo día y estarán bien- Charlie se dio la vuelta y entramos a casa.

o-o-o-o-o-

-Bella, despierta- alguien me estaba zarandeando- ¡Bella!

-¿Qué hora es?- pregunte tratando de ver quien era. -¿Edward?

-¿Me perdonas?- fue lo que dijo, él estaba parado a un lado de mi cama.

-¿Qué haces aquí?- pregunte confundida viendo alrededor tratando de ver si estaba en mi cuarto.

Eso parecía, todo estaba muy gris, parecía que todavía no había amanecido del todo, aunque en Forks era difícil saberlo cuando el sol permanecía oculto tras las nubes todos los días, mi traje de niña picapiedra estaba tirado en el piso, mis dibujos estaban pegados en la pared y Edward estaba mirándome fijamente con su calabaza en las manos.

-Mira, te traje esto- dijo sin contestarme, alzo su calabaza y la vació en mi cama, cada caramelo y chocolate estaba pegado en notas de colores que decían, PERDONAME, LO SIENTO, NUNCA TE DEJARE SOLA, ¿ME PERDONAS?, AMIGOS X SIEMPRE.

-¡Wow!- me asombre viendo que cada dulce tenía un mensaje - ¿Tu hiciste todo esto?

-Pase todaaaa la noche haciéndolos, no sabía si ibas a querer hablarme -se encogió de hombros sonrojado y sonriendo, quizás era porque le estaba hablando de nuevo- ¿Me perdonas?

-Eres un tonto ¿Sabes?- me reí haciéndole un lugar en mi cama para él, aún era muy temprano y parecía que tenía mucho sueño, sus ojos siempre verdes y brillantes estaban opacos y rojizos ¿Quién lo había traído?

-¿Me perdonas?- volvió a preguntar y sin vacilar se recostó a mi lado era obvio que ya lo había personado pero él insistía en preguntar.

-Sí, pero no lo vuelvas a hacer, tuve mucho miedo anoche- le dije bajito, no quería que piense que era una miedosa, pero era la verdad.

-Esta vez lo prometo de verdad- dijo bostezando, pude notar que aun tenía puesto su pijama, eso era raro- No dormí anoche.

-Yo tampoco- le confesé- Tuve pesadillas.

-Entonces podemos dormir un rato- dijo poniéndose de costado y juntando sus manos para formar una almohada- son las seis y media.

-¿Quién te trajo tan temprano?- acomode las mantas para taparnos, varios chocolates estaban entre nosotros.

-Mi papá, pero con la condición de que cumpla mi castigo desde mañana- volvió a bostezar, ya está cerrando sus ojos.

-¿Por qué te castigaron?- le pregunte

-Porque mantuve despiertos a Emmett y a Alice recortando cartulina para las tarjetas- me contesto balbuceando, ya estaba casi dormido.

Quise pedirle perdón, ahora él estaba castigado porque yo no quise hablarle anoche, que tonta había sido al pensar que ya no quería que Edward fuera mi amigo, mañana le diría que siempre íbamos a ser amigos a pesar de las peleas, pero lo haría mañana, yo también tenía mucho sueño, menos mal que mi cama era bastante grande para los dos, ni siquiera nos rozábamos y podíamos dormir a nuestras anchas, no sabía si Edward daba patadas, esperaba que no, suspire y me di vuelta, era hora de dormir no de pensar como decía mi papá.

Fin del Flash Back

-Sé que no lo hice, por eso llevo esta foto conmigo, para recordarme cumplirla- me contesto.

-Te libero de esa promesa- le dije recomponiéndome del momento nostálgico- Al fin y al cabo ya la rompiste muchas veces.

-¿Y bien?- interrumpió Charlotte no dejando que Edward dijera algo- ¿Son o no son novios?

-Loti- la amonesto Peter.

-Si- contesto Edward tomando mi mano- Pero estamos pasando un momento un poco difícil.

-¡Basta Edward!- retire mi mano bruscamente. -No sé lo que te propones, pero por tu bien, quiero que desaparezcas de mi vista, nadie te invito.

-¡Auch! Detecto mucha tensión chicos- dijo Charlotte chasqueando la lengua -Lo que ustedes necesitan es charlar, quizás debamos dejarlos solos, ¿Vamos a bailar Peter?

Mire rápidamente a Peter, prácticamente amenazándolo con la mirada, más le valía no dejarme a solas con Edward.

-No creo que sea buena idea Loti- le dijo empujándola cariñosamente con el hombro -Si los dejamos solos se destriparan.

-Bueno, entonces, ¿qué les parece si hacemos terapia de pareja?- Charlotte estaba aplaudiendo como una niña que se acaba de despertar en navidad.

-¿Terapia de pareja?- preguntamos al unísono Edward y yo.

Esta chica estaba loca, ¿Terapia de parejas?, pero si ni siquiera éramos pareja, ella creía que sí, pero no era verdad.

-Claro, yo soy psicóloga, puedo darles una mano en su relación- justo en ese momento pasaba un camarero- ¿Podría traernos una botella de tequila?

-Claro- contesto este educadamente, perdiéndose en la masa de gente y luces violetas.

-¿Es legal lo que vas a hacer?- se rio Peter mirándola, me gustaría tomarle una foto para demostrarle que él si sentía algo por ella, tenía esa típica sonrisa de idiota enamorado.

Charlotte resoplo y agito su mano como si beber en medio de una sesión de terapia fuera algo de todos los días.

-No voy a cobrarles tontito- dijo ella pellizcando juguetonamente la nariz de Peter haciéndolo reír, ¡Oh por dios! Estos dos eran muy azucarados**, no solo Peter sentía algo, Loti también-Así que no estamos realmente en una sesión, y podemos beber, eso les ayudara a soltarse.

Si no fuera porque creía que la chica estaba loca, me burlaría por la cara de atontado que tenía Peter, es más incluso diría algo para ver como reaccionaban ante preguntas incomodas.

-Aquí tienen- dijo el camarero, dejando la botella de tequila junto a los pequeños vasitos y limones cortados en trozos.

-Entonces, empecemos- dijo ella mientras Peter servía la bebida- ¿Cuándo se conocieron?

-Cuando teníamos cinco años- respondió Edward totalmente compenetrado en la terapia.

-¡Edward!- grite esperando que se callara, ¿Es que yo era la única cuerda en estos momentos? ¿Él iba a simular que necesitábamos terapia de parejas? ¿Por qué? ¿Qué lograba con todo esto?

-Bella, necesitamos esto, últimamente las cosas han estado raras entre nosotros- dijo mirándome fijamente, como queriendo decir algo, pero ¿qué? No lo sabía. ¿Debería seguirle la corriente?, no es como si fuera una real sesión de terapia, así que no había necesidad de decirle que no éramos pareja, ¿O sí? Ya estaba confundida.

-Por favor- dijo suavemente.

¡Agh! Malditos ojos hipnotizadores, me hacían caer tan fácilmente, casi hasta me sentía tentada de seguir su juego.

-Bien- murmure a regañadientes- Nos conocimos cuando yo iba a visitar a mi papa en Forks, después me mude definitivamente cuando tenía ocho.

-Valla, tus padres son separados- dijo Loti haciendo una mueca- ¿Qué sintieron cuando se conocieron?

-No lo sé, no recuerdo- le dije sinceramente.

-Me hieres Bella- dijo Edward horrorizado- Yo sentí que era alguien especial, ella olía a fresas, mi fruta favorita.

-¿Fresas?- interrumpió Peter recibiendo un ¡cállate! Por parte de Charlotte.

-Es mi/su champú favorito- contestamos los dos a la vez.

-Aww, son adorables, hasta contestan igual.- dijo ella contenta por los supuestos avances, creo- Ahora ¡Salud! ¡Por ese primer encuentro con olor a fresas!

Ella y Peter y levantaros sus shot*** esperándonos, pero no estaba segura, no quería emborracharme como anoche.

-Vamos Bella, se que tienes resistencia- me incito Peter haciéndome sonrojar, maldito traidor, él sabía que yo no aguantaba la bebida pero aun así me retaba.

-¿A que te refieres?- la Pregunto Charlotte mirándolo, incluso ya había comenzado a bajar su vaso.

-¡Salud!- se apresuro a decir Edward no dejando contestar a Peter, los demás le seguimos la corrientes brindando, hice una mueca cuando el tequila quemo mi garganta, pero fui la única, los demás lo tomaron como agua.

-¿Cuándo empezaron a ser novios?- pregunto Charlotte viéndonos fijamente, sus ojos azules parecían mas serios ahora.

¿Qué le contestaba ahora? Mire a Edward en busca de ayuda, después de todo, él había tenido la idea de aparentar ser una pareja.

-Mmm, a los quince, pero desde antes ya estábamos juntos- dijo pensativamente o queriendo aparentar que pensaba, quizás quería formar bien la historia ficticia antes de contestar- Ya sabes, yo estaba muy celoso del idiota de Jacob.

-Oh si, él interfería en cada una de mis citas, nunca llegue a darle un beso a Jacob- le dije de manera acusatoria.

-Así que eres un chico posesivo Edward- Charlotte lo miro de mala manera- Bella no es de tu propiedad, ¿Sabes?

-Ella es mi Bella- fue su respuesta, podía ver que estaba enfurruñado, su ceño fruncido lo delataba, ese siempre había sido el lema de Edward "Mi Bella", para todo, esa era su respuesta.

-No, no, no, puede que estén por casarse, pero Bella es una persona, no una cosa a la que tú puedas decir mío, mío, mío- dijo nuestra psicóloga, aunque era difícil verla de ese modo cuando ella llevaba puesto un vestido estampado de leopardo rojo, no era muy profesional que digamos, pero esta tampoco era una sesión de terapia real, así que ¿Quien era yo para decidir que debía vestir una psicóloga?

-¿Ves? Charlotte tiene razón- dije más que contenta, por fin podía decirle sus verdades en la cara- Apuesto a que ahora llegaste de improvisto porque pensaste que tenía una cita con Peter, ¿Verdad?

-¿Una cita conmigo?- pregunto Peter riéndose- Dios, no, Loti me mataría si tuviera una cita sin decirle.

-Exacto- dijo ella asintiendo.- El no tiene permiso para salir con cualquier puta que le abra las piernas.

La crudeza de sus palabras me sorprendieron, aunque ahora pensándolo bien ¿Cómo Peter elegía a sus victimas? ¿Charlotte se las elegía? Que par más raro.

-Así que eres una chica posesiva Charlotte- la remendó Edward, quería reírme por la imitación, pero no me parecía correcto.

-Claro que soy posesiva, Peter ya ha sufrido suficiente como para que venga cualquier chica a jugar con su corazón- y de pronto fijo su mirada en mí, me estaba advirtiendo sobre algo ¿a mí?- Además, la psicóloga soy yo, más respeto.

Eso hizo que la tensión desapareciera debido a nuestras risas.

-¿Han sido novios desde siempre?- pregunto nuevamente volviendo a la carga.

-Sí, no hay nadie más que nos interese- dijo seguro de sí mismo, es más estaba sonriendo. ¿Con que así estaba la cosa? No se lo pondría tan fácil.

-¿Y qué me dices de Victoria?- A ver qué contestaba don seguro de sí mismo.

-¡Uh! Tenemos una tercera en discordia- dijo sorprendida, ahora la mirada de hielo azul era para Edward- Háblame de ella.

-Es una bruja pelirroja, manipuladora, arpía, mentirosa, falsa, deshonesta, y podría seguir toda la noche si pudiera- le conteste tomando un trago de tequila, era lo mejor para calmarme y Peter lo sabía porque mi vaso había sido llenado previamente.

-Ella no es así- dijo Edward defendiéndola, ¡Claro! Él no podía ponerse de mi lado ni siquiera de manera ficticia, después de todo, ¿Que esperaba? Ella era su prometida, no yo.

-Detecto problemas en el paraíso, ¿Qué es Victoria para ti Edward?- pregunto Charlotte suspicazmente.

Rayos, la chica era buena, sabía qué era lo que tenía que preguntar.

-Ella es, mmm, es- tartamudeo Edward- Es mi amiga, solo una amiga.

-¿Estás seguro?- Charlotte no le creía para nada, y como no hacerlo, si estaba mintiendo.- Entonces, ¿Te has acostado alguna vez con esta tercera en discordia?

¡Wow! ¿Esas preguntas hacía a las parejas que ella trataba? Si era así, pobre de aquellos infieles que terminaban en su consultorio, nadie podía mentir bajo la mirada de Charlotte.

-Yo, yo…- y aquí se acababa la mentira de nuestra falsa relación, no es como si pudiéramos seguir mintiendo, o quizás Edward quería que simuláramos que yo era una cornuda consiente y que no me importaba que se acostara con otra cuando supuestamente estábamos a días de casarnos.

-Sinceridad ante todo Edward- dijo Charlotte de manera brusca, parecía que estaba enojada de que mi supuesto novio me haya engañado, y volví a preguntarme ¿Sería ella así de cruda en una terapia verdadera?

-No, no me he acostado con nadie más que con Bella- dijo sorprendiendo a toda la mesa, si mi boca pudiera abrirse más de lo estipulado, creo que competiría con los cocodrilos.

Y lo dijo mirándome a los ojos, no a Charlotte, sino a mí, eso era lo más desconcertante, porque sabía que estaba diciendo la verdad, había veces en las que podía detectar cuando él era sincero, y este era uno de esos momentos.

Edward no se había acostado con Victoria, pero ¿cómo?, yo conocía la libido de Edward, era casi insaciable, antes apenas y podíamos quitarnos las manos de encima, y ahora resultaba que él había vivido como un monje dos años. Era de no creer, pero le creía.

-Me alegro, parece que han resuelto uno de sus problemas, a juzgar por la cara de Bella, ella pensaba que si la habías engañado, ¿no es cierto?

No le dije nada, aún estaba en shock.

-Vamos, alégrate Bella, el chico solo ha estado entre tus piernas- dijo sonriéndome y recomponiéndose de la sorpresa, pero yo estaba todavía desconcertada- Brindemos porque aún hay chicos decentes que solo se acuestan con una sola chica.

-¿Entonces soy indecente?- le pregunto Peter a nuestra psicóloga dudando si beber o no.

-Claro que lo eres, con esa filosofía de naranjas y manzanas- dijo haciendo una mueca de asco, pero esto es por la parejita feliz, ¡A brindar!

-¡Salud!- brindamos los cuatro, esta vez casi ni sentí el ardor en mi garganta.

Vagamente me preguntaba quien había aprendido de quien a la hora de brindar por cosas estúpidas, quizás Peter de Charlotte o al revés, los dos eran muy parecidos.

-Sigamos- dijo Loti poniéndose seria- ¿Bella has tenido más novios aparte de Edward?

Supuse que era la pregunta justa, Edward había confesado que solo había estado conmigo, era mi turno del momento incomodo, aunque no era incomodo, yo tampoco me había acostado con otro, aunque Edward lo dudará.

-Solo a un chico llamado Jacob hace tiempo.- por lo menos este era un dato verdadero al cien por ciento. Y eso me trajo a la mente a mi amigo, debería llamarle para ver como iban las cosas con mi futuro ahijado o ahijada, quería ser una buena madrina, después de todo, ¿Quién sería el padrino? ¿Seth? Seríamos los padrinos más disparejos de la historia.

Mi momento de divagación termino cuando Edward hablo. ¿Solo yo era tan débil a la bebida que con tres shot de tequila ya divagaba con cualquier cosa?

-¿Y qué me dices de James?- Edward me la devolvió, sabía que no se iba a quedar tan tranquilo, y más con la revelación que había hecho.

-¿Ahora tenemos un cuarto en discordia?- pregunto asombrada, y no la culpaba, después de todo nuestra relación amigos con derecho era complicada hasta para mí misma,

-Estos chicos están jodidos- dijo Peter que ya conocía la verdadera historia, pero aún así aportaba sus comentarios-Realmente deberían ver a un verdadero psicólogo.

-Tú cállate- le gruño Edward enojado, y supe que quería sacarle en cara lo de esta mañana, pero por alguna razón no lo hacía. Quizás al igual que yo pensaba que había algo entre ellos y no quería decir nada respecto a nuestra noche, aunque no había pasado nada, Edward creía que sí. Debía aclarárselo con calma, quizás así dejara su cantaleta de "Bella la puta que se acuesta hasta con el vecino"

-Háblenme de James.- nos dijo esta vez a los dos.

-Es un amigo solamente- conteste siendo sincera, tendría que haber hablado con James antes, quizás su ayuda a detener la boda hubiera sido algo sensato, pero ahora no servía de nada, si por mi fuera que Edward se casara mañana. Bueno, no así, pero yo no iba a detenerlo. Punto.

-¿Así que ahora te acuestas con todos tus amigos?- pregunto malhumorado.

-¿Vas a seguir con eso?- pregunte cansinamente, sorprendentemente no me afecto que me dijera eso, quizás al estar tranquila esta vez y en paz conmigo misma, no me afectaban sus declaraciones -Ya te dije que para mí, él es solo un amigo, nada más.

-¿Por qué esa acusación tan grave Edward?- pregunto Charlotte rápidamente no queriendo que nos desviemos de la terapia, ella nos mantenía centrados sin escaparnos por la tangente- Están a punto de casarse y le preguntas eso, ¿Cómo piensas que se siente Bella?

-Herida, así me siento, desconfías de mí y me duele Edward, me conoces, sabes que sería incapaz de hacer algo así- le dije con el corazón, quizás esto era lo que debía haberle dicho esta mañana, bueno, la verdad es que a una siempre se le ocurre que decir cuando la discusión ya paso.

-Eso es Bella, dile lo que sientes.- me apoyo Charlotte.

-Edward, más allá de todo esto- y me refería a nuestro falso noviazgo, esperaba que lo entendiera- somos amigos, verdaderos amigos, nos conocemos desde hace casi veinte años, ¿Me creerías capaz de mentirte y acostarme con otro en tu propio departamento?

El me miraba fijamente, al igual que yo lo había hecho cuando confeso que no se había acostado con Victoria, él buscaba la verdad en mis ojos.

-No, tu no me mentirías, ella sí, pero tú no- dijo sonriendo finalmente- ¡Oh dios! Soy un idiota.

-Lo eres- correspondí a su sonrisa, y sin darme cuenta, él se aproximó atrapándome en un abrazo estrangulador.

-Perdóname, por favor, una vez más, perdóname, - dijo contra mi cuello- Cuando te vi con Peter en el sofá, vi todo rojo, y creí lo peor, y Victoria diciéndome cosas sobre ti, yo, yo, lo siento.

Yo lo abrase aun mas fuerte si era posible.

-¿Qué Peter qué?- pregunto Charlotte interrumpiendo nuestra reconciliación.

-Es una historia muy graciosa Loti- se rio Peter nerviosamente- Me quede atrapado con Bella en el departamento de Edward, y a la mañana siguiente él nos encontró, pero juro que no pasó nada.

-¡Oh!- ella hizo un mohín- Supongo que te creo.

Pero vi que trato de esconder una mueca cuando tomo de un solo golpe su shot de tequila.

-En serio Loti, no forme parte de su ensalada frutal de naranjas y manzanas- quise alivianar las cosas entre ellos, al fin y al cabo les debíamos esto.

-Claro, no pasa nada.- dijo suavemente- Entonces, ¡Salud por las reconciliaciones!

-¡Salud! –y esta vez Edward y yo brindamos fervorosamente riéndonos.

No era una reconciliación completa, debíamos hablar mas detenidamente, sin luces violetas, ni tequilas, ni falsas psicólogas, solo nosotros dos.

-¿Qué reconciliación?- pregunto una voz a nuestras espaldas. ¿Alice?

Creo que casi escupí mi tequila por la sorpresa de ver a mis amigos aquí. Los cuatro.

-¿Qué hacen aquí?- les pregunto Edward.

-Estábamos de paso y decidimos entrar- dijo Emmett con falsa sorpresa.

Y así como así se sentaron en nuestra mesa, los sillones eran tan amplios, que aun así quedaba espacio para más personas.

-Viendo que van a quedarse- dijo Edward taladrándolos con la mirada aun con un brazo en mis hombros, y por mi estaba bien, me negaba a soltarme de él, así que cruce un brazo pos su cintura- Los presentare, ellos son mi vecino Peter y su novia Charlotte.

-¿Novia?- vi que Charlotte le susurro a Peter en oído, ¿En qué momento se habían apegado tanto? El solo le sonrió encogiéndose de hombros, pero no lo negaron. Parecía que esta noche era para fingir ser pareja.

-Mucho gusto- salto Alice- Soy Alice, y este es mi gemelo Emmett, somos los hermanos de este gruñón, este rubio guapetón es mi novio, y ella es su gemela Rosalie que es novia de Emmett.

A medida que los presentaba los iba señalando, parecía que estaba en éxtasis al ver como Edward y yo estábamos abrazados.

Esperaba que no pensara que yo volvería al plan "Detengamos la boda de Edward", lo mas importante era salvar nuestra amistada, y ella debía entender que para él solo éramos amigos,

-Wow!- se sorprendió Loti- Tienes cuatro cuñados Bella.

-¿Cuñados?- pregunto Rosalie frunciendo el ceño, aun así sonreía.

-Claro, ya sabes, ustedes están saliendo con los hermanos de Edward, - dijo Charlotte señalando a los gemelos Hale- así que técnicamente también son cuñados de Bella.

¿Este era el momento donde decíamos que no éramos pareja y que por lo tanto ellos no eran mis cuñados? Estaba bastante confundida, el tequila tenía ese efecto en mí.

-Cierto, cuñados- se rio Alice mirándome fijamente, su sonrisa me asustaba- Yo adooooro a mi cuñada.

Alice estaba que saltaba de alegría, ¿Sera que ella pensaba que con Edward estábamos juntos? Esto era todo un lío de parejas que no son parejas.

-¿Entonces ya se reconciliaron?- tanteo Emmett.

-Sip, con mi ayuda y mi súper terapia de parejas, estos dos tortolitos están listos para casarse, solo necesitan hablar más seguido.- Charlotte se veía orgullosa, pero algo capto su atención y levanto su mano saludando a alguien.

-¿A quién saludas? – pregunto Peter estirando la cabeza para ver quién era.

-A unas compañeras del trabajo- le contesto- Mira ahí vienen.

-Entonces si ya están bien, ¿Podemos volver a la normalidad?- pregunto Alice y juro que sus ojos brillaban ¿Quería llorar?- Es mas, esta noche, podemos celebrar que estamos los seis juntos, por fin las cosas son como deberían haber sido siempre.

No quería arruinar el momento, pero tampoco era justo que se hiciera ilusiones.

Y justo en ese momento, dos parejas se asomaron, ellas rubias y elegantes agarrando fuertemente a sus maridos.

Yo los conocía y Edward también.

Fue espeluznante ver como las cuatro sonrisas que portaban desaparecieron a la vez en el momento en que sus ojos se posaron en Edward que curiosamente no había sacado su brazo de mi cintura, ¿Debía hacerlo yo?

Quise que la tierra me tragara.

¿Este era el único bar de Nueva York? ¿Por qué estaban aquí?

¿Victoria también aparecería?

Creo que nuestras reacciones asustaron a nuestros amigos porque no paraban de lanzarnos miradas interrogativas

-Charlotte, que gusto verte- fue el saludo de una de las rubias, si no me equivocaba, era Kate Denali, que había tenido la delicadeza de dejar de observarnos, no así su marido, ni su hermana Tanya, ni el marido de esta.

Mierda, mierda y más mierda.

¿Y ahora?

-Siempre tan educada- se rio Loti- ¿Y ese milagro que han salido sin Irina?

-Prefirió quedarse en casa con Laurent- respondió sin dar más detalles, fijo su mirada en la mesa y vio el tequila, -¿y eso? ¿Estás en medio de una sesión de terapia ilegal?

-Me conoces tan bien- se rio Charlotte sin darse cuenta de que las otras tres personas no dejaban de observarnos como animales de circo.- Si, estoy en medio de terapia de parejas con mis nuevos amigos Edward y Bella.

-¿Terapia de pareja?- pregunto Tanya atónita, en ese momento creo que los sonidos se extinguieron y que las voces cesaron, ahora si estábamos en problemas, o por lo menos Edward lo estaba.

¿Cómo salíamos de este enredo?


Hola :)

¿Qué tal el capitulo? ¿Les gusto? ¿No les gusto? ¿Que tal la casi reconciliación? Bella ahora esta fuera del plan: "Detengamos la boda de Edward" lol… ¿Qué opinan? ¿Cuánto le durara no intentarlo de nuevo? ¿Qué opinan de Loti y Peter?

Aclaraciones:
*Picapiedra: 
Caricaturas animadas sobre la prehistoria que daban en la TV, y la familia era cavernícola, o algo así, yo los veía cuando era muy chiquita.

**Azucarados: Que son dulces, melosos, cursi, etc.

***Shot: Personalmente nunca he tomado tequila, no es muy común en Argentina, pero así le dicen aquí a los tragos de tequila, no se si en otros lados también le dicen así, pero lo aclaro por las dudas ;)

Y eso es todo por hoy, lamentablemente estaré fuera casi un mes, mi notebook murió y yo tengo que volver a mi vida universitaria, es decir, en otra ciudad donde no tengo computadora, y debido a mi notebook muerta no puedo hacer nada, y tengo el ultimátum de que si no apruebo tal materia mis padres no me compraran otra notebook, ¡Que horrible!

Aun así, quizás me tome un día para escribir algo en algún lado, y sino se puede, tendrán noticias mías en el Facebook del grupo , ¡Gracias al cielo que la tecnología permite que entremos al Facebook desde un celular!

En fin eso es todo por hoy, espero sus reviews que siempre me alegran el día.

Nos leemos pronto.

Saludos

Cary0605

Capítulo 10: ¿LAS MENTIRAS DE BELLA? Capítulo 12: ROMPIENDO EL COMPROMISO

 
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