Mi viaje hasta Seattle fue algo cansado, papa se había encargado de comprarme un asiento de primera clase para que fuera comoda, pero de cualquier manera el dolor en mi espalda era insoportable.

Al bajar del avión pude sentir como el frio calaba en mis huesos, era algo casi insoportable, por fortuna me había preparado con una abrigadora chamarra de pluma de ganso.

-Debbie- exclamo mi tío Sam cuando me vio llegar con mi maleta

-hola, hace un poco de frio, ¿creen que nos podamos ir ya?- dije mirando a los chicos, junto a tío Sam estaban Quil, Jake y Embry

-claro- tío Sam me ayudo con mi maleta y después camine al lado de los chicos, llevaban una chamarra muy delgada

-¿Cómo diablos es que no tienen frio?- les dije antes de abrazarlos

-es cosa de…- dijo Jake sonriendo, lo interrumpí antes de que acabara

-sí, cosa de lobos. Bah, basura… quiero verlos quemándose en Carolina del Norte- me subí en el asiento copiloto del auto de tío Sam, desde ahí le marque a papa, ya eran las 9, esperaba que aun estuviera despierto.

-¿bueno?-

-papa, llegue bien, no quería que te preocuparas-

-gracias por avisar, avísale a John también, se quedo algo preocupado por tu salud- agradecí haber hablado con mi papa y con Jonathan sobre ocultar mi embarazo, no quería que mis tíos o alguien de la manada se dieran cuenta aun, así que para referirnos a él solo decíamos “mi salud”-

-claro, ahorita le hablo. Te quiero-

-también yo- corte la llamada y después le marque a Jonathan, me contesto al segundo timbrazo

-hola amor, ¿Qué tal el viaje?-

-vengo muerta, me duele mucho la espalda. Solo quería avisarte que estoy bien-

-gracias, ya sabes las reglas-

-comeré bien, lo prometo, lo último que quiero es que mama y David se presenten un día en casa y me obliguen a comer, así como lo hacen tu y papa- fingí voz molesta, lo escuche reír

-es por su bien señorita McGregor y si para que estés bien tengo que llamar a todo el ejercito, entonces lo hare. Descansa mi vida, cuídate-

-tú también descansa. A por cierto, le deje dicho a papa que te llevarías a lobito a tu departamento-

-¿Qué?-

-es tu hijo, tienes que cuidarlo-

-ese perro no es mi hijo-

-entonces ¿quieres que me quede con la custodia?-

-sí, yo no quiero bañar a ese perro apestoso-

-John, iras por lobito, lo bañaras, le darás de comer y limpiaras las gracias que dejara en tu alfombra. Si no lo haces…-

-¿Qué harás? ¿Es un reto Thompson?- hacia mucho que no me decían Thompson, era extraño escucharlo

-no es reto, si no lo haces entonces prometo no regresar jamás, y eso significa no estar a mi lado cuando…-

-ok, ya entendí… mujeres… eres una berrinchuda, ¿lo sabías?-

-este último mes me lo has dicho cerca de 1000 veces, papa otras mil y creo que en la escuela me decían lo mismo-

-tengo una cena importante, te dejo-

-está bien, ve por lobito-

-claro, claro… perro apestoso- dijo esto último en un susurro que alcance a oír

-te escuche-

-está bien amor, adiós-

-adiós- colgué y seguí con mi estúpida sonrisa. Los chicos bromearon sobre mi exagerada vestimenta, me estaba muriendo de frio.

Al llegar a casa vi que había mucha gente en ella, de seguro toda la manada estaría ahí, junto con los Cullen. Los Cullen, si Edward venia con ellos el secreto de Jonathan se vendría abajo.

Jared, Paul, Collin, Zac, Brady, Seth, Leah, John, Alick, Renesmee, Claire, Kim, Rachel, tía Emily, Karla y Marie estaban en casa, pero ningún Cullen además de Renesmee, estaban ahí.

-buenas noches- dije sonriente al entrar, Seth corrió hacia mí, me abrazo y comenzó a dar vueltas conmigo en el aire –basta Seth, no estoy bien-

-Seth Clearwater, baja Debbie en este instante- dijo la autoritaria voz de mi tía Emily, Seth me puso en el piso y levanto las manos en son de paz, estaba mareada así que me tambalee un poco, Embry me tomo por la cintura para mantener mi equilibrio

-gracias- le dije sonriendo, me sonrió de vuelta y me quede como piedra con su sonrisa

-¿Qué te sucede?- pregunto mi tío Sam

-un cuadro de anemia, ya está pasando, estaba peor-

-imagino como estabas, si así te vez mal- dijo Jared, me hizo reír y camine hacia el

-no sabes las ganas que tengo de golpearte-

-ven a cenar Debbie, para que te acuestes a dormir- dijo Emily tomándome del brazo

-no tengo hambre Emily-

-hace unas horas tú papa marco, dijo que por nada del mundo permitiera que dejaras de comer, que es por tu salud, así que te he preparado una deliciosa pasta, además de postre hice pay de piña-

-mi padre- suspire –está bien, vamos- caminamos hacia el comedor, los chicos nos siguieron después. Jamás habíamos utilizado todo el comedor completo, era enorme solo para mis tíos, Claire y yo.

Casi al terminar de cenar Embry se levanto de su lugar y se fue hacia el baño corriendo

-eso me suena a embarazo- murmuro Jared cuando regreso

-a solo que el hijo que Kim espera sea mio- dijo Embry burlándose, Jared le torció la boca y después abrazo a Kim

-creo que me voy a dormir ya, estoy cansada y me duele la espalda- dije poniéndome de pie

-¿quieres un masaje cariño?- dijo Emily poniéndose de pie también

-te lo agradecería-

-no, eso es solo una excusa para dejarnos lavando los platos- dijo Quil sonriendo y fingiendo molestia

-exacto, yo voy a darle un masaje a Debbie y ustedes pueden lavar los platos- casi todos los chicos se pusieron de pie y comenzaron a despedirse, al último solo quedaron Jake, Quil, Embry, tío Sam, Claire y Renesmee. Tía Emily me llevo a mi habitación y después de darme un gran masaje me dejo sola.

Estaba tiritando de frio y mi vientre estaba congelado por lo que comenzó a dolerme de una manera espantosa. Baje a la sala donde aun estaban mis tíos y los chicos.

-tía Em., ¿puedes venir?- dije desde la escalera, todos me miraron y vi sus caras de espanto

-¿te sientes mal?- dijo mi tía poniéndose de pie y avanzando hacia mi

-ven por favor- camine de vuelta hacia mi cuarto, me acosté y me acurruque en posición fetal

-¿Qué sucede?- dijo acariciando mi cabello

-cólicos, tengo frio, ¿podrías darme otra manta?-

-claro, te traeré también un té caliente y una pastilla-

-no, no puedo tomar pastillas- dije recordando las palabras de Jonathan, “no auto medicarse”

-está bien, voy por tu manta y por tu te- salió de la habitación y yo me quede en la misma posición, me dolía moverme solo un poco.

Escuche que la puerta se abrió y espere a que tía Emily apareciera con mi té y con una manta, pero me sorprendí al escuchar la voz de Embry

-hola, me ha dicho Emily que tienes frio. Aquí está tu té- con mucho cuidado me senté en la cama para tomar la taza en la mano

-gracias, ¿y mi manta?- pregunte sonriendo

-sobre eso, vine yo personalmente, soy más calientito que una manta- me moví un poco en la cama para que se sentara a mi lado. Paso un brazo por mis hombros y me acerco a él, su cuerpo junto con el té hicieron que poco a poco entrara en calor.

Cuando termine mi taza de té se la di a Embry para que la pusiera en la mesita de noche, apago la luz y después me acosté a su lado y coloque una mano en su pecho

-¿estás mejor?-

-sí, creo que si-

-Debbie, yo quería preguntarte si… ¿podemos ser amigos?- levante mi cara para encontrarme con sus profundos ojos chocolates

-¿amigos?... sí, creo que sí. No le veo el problema, me agrada estar cerca de ti y lo sabes-

-y para mi es difícil estar lejos de ti- aspire su perfume y me deje llevar por un grandioso estado de inconsciencia, junto a él.

POV EMBRY

Después de que llamo y dijo que vendría me sentí mucho mejor, ya habían pasado algunas semanas desde que había decidido ser feliz, lo merecía, era una chica genial y parecía que su novio la quería. Verla sonreír era lo mejor que podía existir, hace 4 semanas había comenzado una seria relación con Mellissa, claro, la relación se basaba casi en puro sexo.

Ahora estaba feliz, éramos amigos, estar cerca de ella era todo lo que pedía. Ser su amigo como lo era Seth, o Cullen, poder tener llamadas por teléfono los fines de semana, visitarla en vacaciones…

-¡Demonios!- deje a Debbie en la cama y corrí hacia el baño, mi estomago estaba revuelto de nuevo. Llevaba cerca de un mes en la misma situación, comía algo y después lo vomitaba, ya había perdido dos kilos.

Enjuague mi boca y regrese a donde estaba ella, aun dormía. Me acosté a su lado y la vi acostarse sobre mi pecho.

-Embry- susurro de pronto, aun estaba dormida, sonreí solo un poco, ella soñaba conmigo –no, no puedes… es mio Embry, te odio- me quede helado por sus palabras, era solo un sueño, pero ¿Por qué me diría que me odiaba? Algo muy malo debía estar soñando

-Debbie- la moví solo un poco, pero logre que se despertara – ¿estás bien amor?- aun no se me quitaba esa maldita posesividad para con ella

-sí, estoy bien- se limpio unas lágrimas que corrían por sus mejillas -¿Por qué me has despertado?-

-estabas hablando dormida-

-que novedad. No te asustes, según papa todas las noches hablo dormida-

-¿y siempre dices que me odias?- dije en voz muy baja, tomo mi cara entre sus manos y beso mi frente

-no lo sé, nunca quiere decirme que es lo que digo-

-no me gustaría que me odiaras por todo lo que paso, se que fui un idiota, pero solo quiero ser tu amigo, por mi eso está bien-

-escúchame bien Embry, no te odio. Mi subconsciente es malo- me dio la espalda y se acostó, la abrace por la cintura y la acerque a mí. Nos quedamos profundamente dormidos hasta el amanecer.

Cuando desperté me encontraba completamente solo, y como era costumbre no había señal del sol. Baje al comedor, Emily, Claire y Debbie estaban preparando el desayuno

-buenos días- dije aun tallándome los ojos, me acerque y bese sus mejillas

-hola Embry, ¿Cómo dormiste?- me pregunto Emily, como si no supiera que me sentía mejor ahora que Debbie estaba aquí

-bien… Debbie golpea fuerte- dije sonriendo

-¿te golpee?- pregunto sonriendo –lo siento Embry, en verdad-

-no hay problema, ¿Dónde está Sam?-

-se fue con Seth y Quil a arreglar un poco los acantilados- dijo Claire sin dejar de quebrar huevos

-¿iremos hoy? ¿Por qué no me lo dijeron?-

-te lo hemos estado diciendo desde el jueves, ¿Dónde tienes la cabeza?-

-lo siento, creo que los alcanzare-

-¿no vas a desayunar?-

-no, no se me antojan los huevos- Salí de la casa de Emily y comencé a caminar hacia los acantilados.

Los chicos estaban terminando de poner la lona que nos serviría como techo

-chicos- dije en forma de saludo

-Embry, ¿Qué tal dormiste?- dijo Sam bajando del árbol

-bien, gracias. ¿Les ayudo en algo?-

-ya hemos terminado-

-creo que iré por Mellissa, le agradara venir hoy a La Push-

-Embry, no creo que sea la ocasión para traerla. Debbie está aquí y no quiero que sufra-

-no sufrirá Sam, somos amigos-

-sabes que no la vez como amiga, si Debbie y Mellissa llegan a toparse no solo sufrirá Debbie, también Mellissa lo hará ya que sea como sea toda tu atención está en Debbie-

-¿entonces no puedo traerla?-

-tráela la próxima semana. Vamos a casa, Emily iba a preparar algo rico para desayunar- caminamos tras los chicos hasta la casa de Sam

 Claire y Emily estaban platicando con Nessie, Debbie no se encontraba con ellas.

-¿y Debbie?- pregunte al entrar

-está en su recamara, se sintió mal y la lleve ahí- dijo Nessie sonriéndome un poco, subí por las escaleras y la escuche reír, toque la puerta para no interrumpir en algo importante

-¿se puede?- pregunte aun desde afuera

-pasa Embry- entre y la vi recostada en la cama, traía su cabello suelto y hablaba por teléfono –Nathan, tengo que dejarte, tengo visitas-

-“siempre hay alguien interrumpiendo, si no es papa es tu novio… soy un hermano muy celoso”-

-eso me gusta, adiós-

-“adiós hermana”- corto su llamada y se sentó en la cama

-me dijo Nessie que te sentiste mal-

-sí, un poquito. Aun estoy débil-

-vamos a ir a los acantilados, ¿ya desayunaste algo?-

-no tengo hambre-

-iré a buscar algo para desayunar los dos- le di un beso en la frente y después baje a la cocina. Emily nos sirvió huevos revueltos, pan tostado con mermelada, jugo de naranja, café y hot cakes. Regrese al cuarto de Debbie, estaba recostada de lado y miraba hacia la ventana –Emily quiere que engordemos- le dije sonriendo, me sonrió y vi caer una lagrima de sus ojos -¿Qué ocurre?- deje la charola de la comida sobre el tocador y me senté a los pies de la cama

-¿me abrazas?- como si necesitara preguntarlo. La tome del brazo y la acerque a mí, comenzó a sollozar un poco mas fuerte

-ya amor, estás bien-

-¿y tú? ¿Cómo estas tu Embry?- dijo intentando contener sus sollozos

-contigo aquí, mejor que nunca. Me has hecho falta Debbie-

-Embry, prométeme que pase lo que pase, haga lo que haga, jamás dejaras de ser mi amigo- ¿podría soportar ser su amigo aun cuando ella se casara con otro? ¿Cuándo tuviera hijos y la viera feliz con su marido?

-lo prometo mi amor, siempre voy a estar a tu lado, para apoyarte en todo. Ahora tienes que comer, tienes que estar fuerte-

-claro- fui por la comida y la deje sobre la cama, comenzamos a comer entre risas y platicas. Sobre su papa, su novio y ¿su hermano? Me explico que tenía un hermano llamado Nathan, era un año mayor que ella y vivía en Phoenix con su mama. Nos terminamos todo, teníamos hambre y por primera vez no me dieron nauseas. Emily entro a la recamara pues ya teníamos que irnos, tome a Debbie de la mano y salimos tras los chicos.

-Debbie, me has prometido un salto de acantilado- dijo Paul pasando un brazo por los hombros de Debbie.

-¿quieres que me mate? Estoy muy débil Paul, no creo que sea conveniente. Tal vez la próxima vez que venga- respondió ella

-¿aun tienes miedo?-

-Paul, déjala en paz- dijo Rachel halando a Paul. Se lo agradecí, no me gustaba el contacto que tenia con mi chica. Embry, ella no es tu chica- me recordó mi voz interna

Poco a poco fueron llegando los demás chicos, traían cerveza y Emily había traído comida, así que todo estaba completo

-Nessie, ¿y Jasper?- pregunto Debbie, a quien aun tenía tomada de la mano

-toda mi familia se mudo a Alaska, tal vez vengan a visitarme en navidad-

-cuando hables con él, dile que lo extraño-

-claro, yo se lo digo-

Era extraño ver a Nessie y a Debbie tener una plática, ellas no solían hablar mucho. Debbie había cambiado mucho en estos últimos dos meses, se veía más tranquila, ya no había rastro de aquella chica temperamental de la que me había enamorado. Aun la amaba, más que a mi vida, solo que había comprendido que ella quería ser feliz, y no estar atada a mí por una estúpida magia.

Se recargo en mi hombro y cerró los ojos

-¿te sientes mal?- le pregunte, comenzaba a ponerse pálida

-un mareo, solo eso, creo que la altura de este lugar me afecta un poco-

-¿quieres ir a casa?-

-sí, por favor- cuando nos pusimos de pie su celular comenzó a timbrar… -hola-

-“hola amor, ¿Cómo estás?”- pregunto la voz de su novio tras el celular

-bien-

-“¿Qué haces?”-

-vine con los chicos a los acantilados-

-“Grace, me prometiste que no lo harías, ¿de qué manera tengo que decirte que es peligroso? ¿Acaso quieres morirte?”-

-John, solo es un día de campo con mis amigos, ¿Qué tiene de malo eso?-

-“que te conozco Grace, y sé que no podrás contenerte. Eres tan inmadura, caprichosa e irresponsable que no te interesa lastimar a otra personita”- sus lagrimas comenzaron a caer, la abrace para que no perdiera el poco equilibrio que tenia, Seth tomo el celular de su mano y hablo por ella

-John, soy Seth, en verdad la has lastimado. Escucha, ella se siente mal desde anoche, no sé qué es lo que tenga, los chicos y yo insistimos en que viniera, Emily no quería-

-“yo… lo siento Seth, es solo que me preocupa. ¿Puedes comunicarme con ella?”-

-Debbie, John quiere hablar contigo-

-pues yo no quiero, soy una inmadura ¿no? Así que no hablare con él. Tía Emily, me voy a casa, quiero descansar- me halo por el brazo y me llevo con ella por el bosque, deje que me guiara, seguramente se perdería y se enfurecería con ella misma. Pero no fue así, con mucha facilidad encontró el camino a casa, ya sus lagrimas se habían ido, solo quedaba una mueca de molestia. Al entrar a casa la deje en su recamara y baje a ver un poco de televisión, necesitaba darle su espacio.

Tal vez sería más fácil que ella regresara conmigo ahora que estaba molesta con su novio. Ya había salido de la escuela, no tenía que regresar mas a Aspen. Podíamos empezar una vida, juntos, no como mi novia, no, eso ya no era suficiente, quería que fuera  mía, mi mujer en toda la extensión de la palabra, vivir juntos en nuestra propia casa, tener hijos, muchos hijos…

-Embry- la escuche gritar, corrí hacia su recamara lo más rápido que pude, abrí la puerta y la encontré tirada en el piso

-¿Qué ocurre amor?-

-me duele el estomago- me dijo en un susurro, la tome en brazos y la lleve a su cama, la cubrí con las mantas y después me acosté a su lado para que no tuviera frio. Según Emily estos dolores eran cosa de mujeres, así que no le pregunte nada. Puse mi mano en su vientre para que estuviera más calientita, la mire sonreír

-¿Cómo te sientes?-

-mejor, gracias-

-si nos vamos a pasar toda esta semana acostados, creo que al menos tendríamos que tener algo en que entretenernos, ¿no lo crees?- bien, y el pervertido que llevo dentro salía a la luz

-Embry…-

-no lo tomes a mal, a lo que me refiero es que en mi casa tengo videojuegos, puedo ir por ellos-

-espera a que lleguen los chicos, no quiero que me dé frio-

-claro- de pronto, un maldito antojo. No sé porque diablos me daban, ¿en verdad Mellissa estaba embarazada y no quería decirme nada? Bueno, aunque también podía ser Marize, habíamos terminado solo hace tres meses –voy a ver si Emily tiene queso para nachos-

-te acompaño, también quiero- nos levantamos y caminamos hacia el comedor. Como no encontramos queso para nachos, Debbie se puso a preparar un poco de chocolate caliente, la abrace por la espalda ya que su estomago aun le dolía un poco –hace años que no preparo chocolate-

-espero que no me envenenes-

-oye, yo si se cocinar-

-y te creo, aquella lasaña te quedo deliciosa- dije acariciando su estomago

-lo sé, ahora ya no puedo cocinar-

-¿Por qué?-

-hay dos muchachas en casa, ellas se encargan de eso- giro su cabeza un poco para verme y nuestras caras quedaron solo a centímetros

-¿Qué pasa aquí?- pregunto una voz masculina desde la puerta de la cocina…

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ok, es todo por hoy... sorry chicas, soy mujer de negocios y no dispongo de mucho tiempo... ya falta poco para que todo esto termine :( no se si seguire escribiendo algo parecido a esto, la verdad...

besitos... Annaris