Sin Medir las Consecuencias (+18)

Autor: Pampita
Género: + 18
Fecha Creación: 27/01/2012
Fecha Actualización: 07/03/2012
Finalizado: SI
Votos: 25
Comentarios: 66
Visitas: 89292
Capítulos: 18

"Sin medir las consecuencias" es una historia donde Edward y Bella estan juntos en una noche de Alcohol y festejos... Bella, sin recordar nada, termina odiando a Edward por sus actitudes machistas y orgullosas. Cada uno toma su lado creyendo no volverse a ver, pero las consecuencias de esa noche aparecen en sus vidas...

 

FINLIZADO!!!

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Capítulo 9: Juntos - BPOV

Bella POV

-     Que te dijo? – Dijo Rose

-     Pues vendrá a Seattle – Dije cerrando mi móvil.

-     Como lo tomo? – Pregunto Alice.

-     Pues… por supuesto me pregunto si era de el. Yo me enoje y dijo que se había referido a que si estaba segura que estaba embarazada, pero lo conozco y seguro piensa que lo estoy engatusando o algo…

 

Me sentía muy mal. Me tire en la cama y cerré mis ojos. No se en que momento me quede dormida. Alice y Rose seguro salieron para sus casas, asique yo solo dormí.

 

Me desperté a la mañana, y mi estomago se revolvió apenas, lo cual si consideramos mi estado en las ultimas semanas, era algo bastante bueno. Me fui al baño para asearme, lavar mi cara. Me fui a la cocina, tome unas galletas que Alice y Rose me habían comprado que según me dijeron eran especiales para las nauseas, y me senté en la sala con uno de los libros que me trajeron a sentarme a leer.

 

Cada información que salía de esos libros era totalmente nueva. Me explicaba que podía hacer, que no podía hacer mientras estuviera embarazada. Me decía que sufriría cambios de humor, que estaría más sensible y que mi apetito sexual decaería o aumentaría, de acuerdo a la persona. Porque este libro me hablaba de sexo? Refunfuñando, totalmente enojada con el libro, lo cerré y en cuestión de segundos, estaba totalmente dormida de nuevo.

 

Comencé a soñar que Edward me llamaba por teléfono y me decía que no vendría. Me decía que negaba que ese hijo fuera suyo, y que nunca querría algo con alguien como yo… Me desperté exaltada, y lagrimas traicioneras caían por mi rostro. Porque me pondría mal que Edward no se haga cargo? Porque lloraba? Porque era un manojo de nervios emocionalmente inestable?. Tocaron la puerta casi imperceptiblemente, y fui a abrir. Estaba con una bata solamente, pero seguro seria el portero del edificio, ya que no llamaron desde abajo. Abrí la puerta casi de par en par, y Edward estaba parado allí, luciendo increíblemente hermoso. Traía en sus manos un paquete con un moño, y me miro con sus ojos penetrantes… Recordé mi sueño, y cuando lo vi parado allí, sentí alivio, pero no se porque extraña razón, comencé a llorar.

 

Edward traspaso la puerta sin necesidad que le de permiso, y rodeo sus brazos en mi espalda.

 

-     Tranquila – Dijo sereno en un susurro – No llores por favor…

 

Yo solo podía sollozar mas fuerte, por lo que me aferre fuertemente a el, impregnándome su aroma en mis fosas nasales. Sentí la puerta cerrarse, mientras Edward me guiaba en su abrazo hacia la sala, donde nos sentamos aun abrazados porque no podía dejar de llorar. El acariciaba tiernamente mi cabello.

 

-     Shh… - Decía – No llores. Le harás mal al bebe…

 

Su voz era tan dulce, que no pude rastrear nada malo en ella. Acariciaba mi cabello tiernamente y comenzó a tararear una canción. No se en que momento me quede dormida.

 

Desperté luego en mi habitación. Me levante rápidamente porque quería ver donde estaba Edward. Fui hacia la cocina y lo vi allí, cocinando. Estaba con su camisa arremangada, con una sartén en la mano moviendo algo en su interior. Se giro para verme cuando escucho que me acercaba, y me dedico una hermosa sonrisa.

 

-     Espero tengas hambre, el libro que compre dice que tienes que comer mas ahora…

-     Gracias – Dije sentándome en la mesada al lado de donde el estaba cocinando.

 

El removía los huevos que había allí, y les tiraba condimentos extraños. Nos quedamos callados por unos segundos, asique rompí el silencio.

 

-     Como estuvo tu vuelo? – Pregunte.

-     Bien, Gracias – Dijo riendo.

 

Saco el contenido de la sartén y lo dividió en dos platos que llevo a la mesa. Me corrió la silla para que me siente a su lado, y comenzamos a comer. Primero en silencio, y luego el hablo.

 

-     Ya tienes un medico que te atienda?

-     No – Dije removiendo la comida.

-     Cuando te enteraste? – pregunto.

-     El día que te hable. En realidad me hice como cinco pruebas de embarazo el día que Rose vino de L.A… Hacia mucho que me sentía mal, pero descarte un embarazo porque la verdad era imposible, o al menos eso creía…

 

El solo rio, pero no ladinamente. Solo rio.

 

-     Pero ayer fui al medico y me confirmo, por eso te hable luego de la cita…

-     No quiero sonar impertinente, ni que te enfades con migo, pero me gustaría saber como te tomaste la noticia…

 

Se estaba preocupando por mi? No entendía bien que pasaba…

 

-     Pues no muy bien Edward. No estaba en mis planes un embarazo. Mi vida en este momento esta complicada. Entre la universidad y mi trabajo, apenas tengo tiempo para mí.

-     Estas en la universidad?

-     En realidad solo estoy preparando mi tesis. No tengo que cursar, pero tengo que hacerla.

 

Estaba sentada al lado de Edward, intentando analizarlo. Si bien los últimos días que había pasado con el había aprendido mucho del verdadero Edward, me era extraño tenerlo hoy frente a mi, y estar en esta situación a su lado.

 

-     Come, te hará bien – Dijo señalando mi plato.

 

Tome un bocado en el tenedor, pero fue muy mala idea. Sentí como descendió por mi garganta y se posiciono en mi estomago, donde comenzó a molestar…

 

-     Y donde trabajas? -  me pregunto.

 

No podía contestarle. Estaba haciendo control mental para retener la comida y no devolverla…

 

-     Te encuentras bien? – Pregunto al ver que no contestaba.

 

Solo pude salir corriendo de su lado y me metí al baño rápidamente donde me abrace a la tasa y comencé a devolver todo en mi estomago. Sentí las manos de Edward acariciando mi espalda, pero lo aleje.

 

-     Vete, no es necesario que veas esto! – Dije enojada.

 

Pero el no se alejo.

 

-     Estamos juntos en esto. Todo lo haremos juntos – Dijo el ayudándome a incorporarme.

 

Ambos nos quedamos sentados en el piso, yo apoyada sobre la pared, el agarrándose su pierna sin apoyar su espalda a nada.

 

-     Comiste algo antes? – Pregunto

-     Unas galletas – Dije cerrando los ojos.

-     Tienes algo en el estomago?

 

Me quede pensando unos minutos. La verdad que no tenia nada en mi estomago desde hace bastante tiempo.

 

-     No – Dije

-     Pues probaremos alimentarte con otra cosa – Dijo levantándome del suelo, y llevándome de la cintura hacia la cocina.

 

Abrió los estantes, y saco unas galletas. Luego abrió la heladera y saco un vaso de leche de allí. No soy de tomar leche, asique se ve que Alice y Rose la habían comprado para mi. Se acerco a mí con unas galletas en un plato y el vaso de leche entregándomelos.

 

-     Gracias – Dije agarrándolos.

 

Se sentó a mi lado en el sillón de la sala y comenzó a hablarme mientras comía las galletas.

 

-     Bella – Dijo – Se que empezamos con el pie izquierdo, pero creo que es hora de dejar eso atrás no te parece?

-     Si – Dije riendo.

-     Pues… estoy contigo para lo que necesites, estoy contigo en lo que decidas hacer. Me gustaría tener este niño si tu estas de acuerdo.

 

Por un momento me enojo que pensara que seria capaz de deshacerme de el, pero antes de explotar me calme.

 

-     No abortare, de eso estoy segura – Dije mirándolo serio.

-     Pues tampoco te pediré que lo hagas – Dijo.

 

Me relajaron esas palabras.

 

-     Pues… estamos muy separados… Tú vives en Seattle, yo en L.A…

-     Si – Dije..

-     Pues… tenemos que pensar bien las cosas, pero me gustaría estar contigo en esta etapa, que es cuando mas necesitaras de alguien… Mis negocios están en L.A., pero si me lo permites, puedo tomarme un tiempo hasta amoldarnos mejor y venir a estar aquí contigo.

 

Me había dejado helada. Quería pasar mas tiempo con migo?

 

-     Es decir, buscando médicos, haciendo las pruebas, los ultrasonidos… - Dijo

-     Claro – Dije yo en un susurro.

 

Nos quedamos nuevamente en silencio. No sabia que decir, asique solo dije lo primero que se me vino a la mente.

 

-     Puedes quedarte aquí, si quieres… Lo único te pido, aun no se lo digo a mis padres, por lo que te pido no lo hagamos muy público…

-     De acuerdo – Dijo con una sonrisa.

 

Pude soportar bien la leche y las galletas, y cuando estábamos allí, trajo el paquete que tenia arriba de su bolso y me lo entrego. Yo solo me sonroje. Abrí el paquete, y dentro había una agenda para la mama… Era azul, tenia el dibujo de un niño dentro de la panza de su mama.

 

-     Puedes anotar en el como te sientes todos los días… - Dijo tiernamente.

-     Gracias! – Dije con una sonrisa.

-     Y hoy no tienes mucho para contar solo que te la pasaste vomitando y durmiendo… También que hoy vine a verte… - Dijo bajando su mirada.

 

No podía creer. Quien estaba frente a mi era otro Edward…

 

-     Abre el otro – Dijo con una sonrisa.

 

Abrí el segundo paquete, y dentro estaba el más hermoso de los peluches sonajeros que vi en mi vida… Era una jirafa y se veía hermosa… Acaricie la cabeza, y le di un beso. No podía creer como ese elemento podría llenarme de tanta ternura… Y allí estaban las lágrimas traicioneras que brotaron nuevamente…

 

Edward me abrazo para calmarme, y yo aproveche para sentir su perfume e inundarme de el… Era la verdad muy lindo tenerlo con migo… Me quede dormida en sus brazos nuevamente, y por primera vez en mucho tiempo me sentí segura…

 

Desperté exaltada, y Salí corriendo al baño para abrazarme a la tasa nuevamente. Edward estaba a mi lado acariciando mi espalda.

 

-     Tenemos que ir al medico – dijo

-     No, estoy bien – Dije – ya pasara.

-     No lo creo Bella… no puedes mantener el alimento en tu estomago… necesitamos ver que este todo bien…

-     Bueno… mañana buscare médicos para ver si encuentro el mio – Dije.

-     De acuerdo – Dijo el. Yo me quedare contigo para acompañarte.

-     Estas seguro que quieres quedarte? Si no puedo pedirle a Alice o Rose…

-     Prefiero estar yo… no te parece? – Dijo

-     Ok – Dije con una sonrisa. Me agradaba que haya decidido quedarse.

 

Edward durmió en mi sillón, mientras que yo dormía en mi habitación. A la mañana siguiente iríamos a buscar médicos.

 

Me desperté con gritos provenientes de la sala, y Salí corriendo a ver que pasaba. Allí estaban Alice, Rose y Edward en el sillón. Se ve que se sorprendieron de verlo… De golpe, levantarme tan rápido me había hecho mal, y sentí deseos de devolver, por lo que fui corriendo al baño. Segundos más tarde, Edward estaba acariciando mi espalda. 

 

Cuando me incorpore en el baño, me quede sentada en el piso como siempre, y abrí los ojos para ver a Alice y Rose paradas en la puerta mirándonos. Edward estaba tirado en el piso a mi lado en bóxers…

 

-     Mejor? – pregunto.

 

Yo solo asentí.

 

-     Te ayudo? – dijo estirando su mano.

 

Me ayudo a levantarme y me llevo a la sala. Me dejo allí, y fue a buscar algo a la cocina. Me había sentado en algo duro, era uno de los libros de maternidad. Seguro Edward estaba leyéndolo. Edward apareció a mi lado con un vaso de leche y unas galletas que dejo sobre la mesa pequeña frente a mí, y me pidió permiso para pasar a mi baño y cambiarse.

 

-     Claro Edward, no tienes que preguntar – Dije.

 

En cuanto el entro al baño, Alice y Rose atacaron con muchísimas preguntas…

 

-     Cuando vino?

-     Que te dijo?

-     Porque esta tan amable?

-     Se pelearon?

 

Me quede mirándolas. No sabía que pregunta responder primero…

 

-     Tranquilas… Llego ayer, me dijo que quiere estar con migo durante el embarazo. No nos peleamos, al contrario, hicimos las pases por todo lo que paso y estamos conociéndonos…

 

Las chicas me miraban atentas, y no podían creerlo.

 

-     Tiene un cuerpazo! – Dijo Rose riendo.

-     Si no? – Dije riendo.

 

Edward apareció nuevamente en la sala, y saludo a Alice y Rose amablemente. Las chicas, especialmente Rose, pregunto por los muchachos, a lo que Edward respondió que estaban bien, extrañándolas. Dijo eso también mirando a Alice quien se puso en extremo colorada. Alice por su parte, no estaba pasando el mejor de los momentos. Jared estaba posponiendo cada vez más el casamiento, y Alice se deprimía más y más… La visita de Edward, y la manera en la que el le hablaba de Jasper, seguramente ayudando a su amigo, la hacían flaquear…

Capítulo 8: Enamorado - EPOV Capítulo 10: Hospital BPOV

 
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