Sin Medir las Consecuencias (+18)

Autor: Pampita
Género: + 18
Fecha Creación: 27/01/2012
Fecha Actualización: 07/03/2012
Finalizado: SI
Votos: 25
Comentarios: 66
Visitas: 89286
Capítulos: 18

"Sin medir las consecuencias" es una historia donde Edward y Bella estan juntos en una noche de Alcohol y festejos... Bella, sin recordar nada, termina odiando a Edward por sus actitudes machistas y orgullosas. Cada uno toma su lado creyendo no volverse a ver, pero las consecuencias de esa noche aparecen en sus vidas...

 

FINLIZADO!!!

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Capítulo 5: Mi diosa- EPOV

Edward POV

Estaba sobre ella, mi cuerpo estaba en total contacto con el suyo. Mis manos se pasearon por su cuerpo de manera deseosa. Ella gemía mi nombre con cada beso que le daba. Mi mano subió por su costado de la pierna acariciándola. Sus manos tocaban mi pecho, y abrieron mi camisa de un golpe. Ella solo rio cuando lo hizo, y me tomo del cuello y me volvió a tirar sobre ella. Su lengua se metía en mi boca, y luego la mía se metía en la de ella. Ambas manos se reconocían, y mientras ella desprendía mi cinturón, yo saque su remera, dejándola desnuda de la parte de arriba para mí. Para sacar su remera, tuvo que dejar de lado la tarea de desvestirme, y cuando tire la prenda a un lado, ella se desplomo sobre la cama con sus brazos al costado de su cuerpo. Me miro con sus ojos cargados de lujuria, y mi miembro se tenso al extremo que pensé que me vendría en ese preciso instante, sin siquiera tocarla. Me pare para sacar mi pantalón ante la atenta mirada de ella, que me seguía viendo de la misma manera. Apurado quería sacarme todo, pero como siempre pasa, el pantalón se me trabo con los zapatos, y tuve que luchar para sacármelos un poco, pero ella en vez de reírse o decir algo, solo me seguía con la mirada. Cuando quede desnudo, me arrodille en la cama, y saque las prendas que quedaban sobre ella, dejándola totalmente desnuda. Ella recorrió con su mirada todo mi cuerpo y se detuvo en mi erección, y relamió sus labios. No pude contenerme, y me deje caer sobre su cuerpo para besarla ferozmente. Sentí cuando su pecho desnudo hizo contacto con el mio, y me posicione en su entrada dispuesto a penetrarla, pero quería primero volverla tan loca como ella lo hacia con migo. Jugué con mi miembro en su intimidad, lo frote sobre ella ganándome unos gemidos de placer que me hacían tensar más a mí. Acaricie sus piernas, y ella la levanto y la apoyo en mi hombro sin dejar esa mirada seductora que tenia con migo que me volvía loco. Bese su tobillo, bese sus piernas, mordí sus muslos, succione su ingle, lamí su intimidad haciéndola gemir audiblemente mi nombre… Supe que había nacido para oír esos gemidos…

 

-     Edward, hazme tuya ahora! – Dijo de manera urgente.

 

No pude desobedecerla aunque quisiera, y me posicione en su entrada penetrándola. No fue abrupta la penetración, pero tampoco lenta. Fue justa para el momento y la temperatura que sentíamos… Ella gimió en mi hombro, y mordió apenas este con la primera estocada. Me gusto, debo decir. Continué moviéndome sobre ella, y sentirla, sus gemidos, sus jadeos, la manera que decía mi nombre retorcida de placer, me hacia contenerme para no acabar todo en ese momento. Mi miembro estaba al máximo de su potencial, sentía inclusive dolor por la excitación, y mi cuerpo me pedía liberarme. Quería darle todo el placer que se pudiera, por eso espere, espere hasta que llegue a su clímax, el cual alcanzo en tres ocasiones. No pude contenerme cuando me giro para cabalgarme, y comenzó a restregarse en mí y sus pechos se movían al compás de nuestro baile. Sus ojos se clavaron en mi cuando gimió mi nombre, pude sentir el liquido de su liberación escurriéndose por mi miembro, y no lo soporte, y me vine furiosamente, gimiendo su nombre.

 

Ella se tiro arriba de mi pecho, y beso y mordisqueó mis pezones en lo que intentaba recobrar mi respiración. Sin salir de mi interior, se removió de nuevo. No puedo creer la sensación que eso produjo en mí. Una vez que yo terminaba, la fiesta se acababa, eso me paso siempre, pero con ella era distinto. Ella tenía totalmente el control, y me fascinaba…

 

Se movió varias veces arriba de mí, y mientras mi miembro se tensaba nuevamente, ella gemía en una cuarta liberación. Me incorpore y bese sus senos. Los tome entre mis manos llevándolos a mi boca, mientras ella tiraba su cabeza hacia atrás. Aproveche esa acción para morder su cuello, dejando una marca en el, pero a ella pareció no dolerle si no disfrutar, porque gimió cuando lo hice. Mi miembro estaba en su máxima erección nuevamente, se sentía dolorosa, como antes lo cual era extraño, pero no había nada extraño en ella, quien me llevaba a este extremo. La deseaba, por dios como la deseaba, pero no su cuerpo. A ella, completa. Tenia que poseerla, tenía que tenerla, pero para mí. Ella comenzó a acelerar sus movimientos sobre mí, y yo comencé a acompañarlos con mi cadera.  Ella gimió nuevamente, y en un arrebato de placer, tiro su cabeza hacia atrás, y apretó sus senos con sus manos, los cual estaban totalmente erectos. No lo pensé demasiado y me incorpore casi instintivamente para darle lo que deseaba, y me lleve sus senos a mi boca. Primero uno, luego el otro. Sus gemidos me descontrolaron, asique me deje llevar y mordí sus pezones, haciendo que gimiera mas fuerte, alcanzando su orgasmo. No se como me controle para no terminar nuevamente… Estaba tan sexy, tan mujer que no quería que nunca terminara…

 

Ella se quedo quieta unos segundos mirándome. De repente salió de mí, dejándome sobre la cama. Iba a protestar, pero vi que se agacho y tomo algo del piso. Se giro y camino de manera gatuna de nuevo hacia mí. Se sentó nuevamente a horcadas sobre mi, pero solo haciendo contacto con mi sexo, sin introducirme en ella. Ella tomo mi mano y la levanto hacia el cabecero de la cama. Sus pechos quedaron a la altura de mi rostro, y no alcance a ver que hacia con migo, porque solo tome su pecho con mi boca y lo volví a morder. Ella gimió, y cuando se incorporo de nuevo, pude sentir que no podía mover mis manos. Gire mi cabeza hacia arriba, y vi que estaba esposado a la cama. Quise mover mis manos para asegurarme si estaban agarradas, y no pude moverlas. Me había esposado muy bien debo decir… la mire al rostro y ella soltó una risita cómplice y me mostro que en sus manos estaba la llave, y las llevo a sus labios, donde las mordió y las dejo allí. Tomo con sus manos mi miembro, y lo masajeo para arriba y abajo firmemente, mientras me miraba a los ojos. Su mano se sentía casi tan bien como su intimidad. Luego paso su pierna por arriba mio cabalgándome nuevamente, y comenzó a jugar con su mano en mi miembro en su entrada. Ponía la punta en su entrada, y lo sacaba. Volvía a hacerlo introduciéndolo un poco en su interior, y ella se hacia para atrás…

 

-     No me tortures – Dije casi imperceptiblemente.

 

Ella pareció escucharme, porque puso la punta en su entrada y comenzó a presionar hasta que mi miembro se introdujo por completo haciéndome gemir. Ella comenzó a moverse sobre mí, pero esta vez, se sentó en mí, mostrándome como mi miembro se introducía en ella. Ella se levantaba y volvía a caer sobre mí. Yo me sentía desfallecer en cada tope… Quise zafarme, necesitaba tocarla. Ella se quedo quieta y yo la mire a los ojos queriendo descifrar que haría. La vi mirarme con sus ojos chocolate cargados de deseo, y saco las llaves de sus labios. Pensé que me desataría, pero metió un dedo a su boca, y comenzó a descender por su pecho, mientras me miraba sensualmente. Yo seguí el camino que hacia este dedo, que primero paso por el canal de sus senos, luego se fue al pezón izquierdo, luego al derecho. Mi miembro estaba tesándose más y más en su interior, pero ella aun seguía sin moverse. Su dedo continuo bajando, y toco sus pliegues. Ella tiro la cabeza para atrás y gimió cuando su mano toco su clítoris. Comenzó a masajearlo, y yo estaba volviéndome loco. Mi pecho comenzó a gruñir literalmente. Mi cadera comenzó a levantarse, pero ella hacia fuerza para mantenerme quieto. Mi miembro latía en su interior, mientras ella se masajeaba completa llegando a su orgasmo… Era perversa, pero me encantaba su perversidad…

 

-     No aguanto Bella. Necesito tocarte…

 

Ella se tiro arriba mio, y desato las esposas, liberándome. No la deje hacer absolutamente nada, solo la tumbe en la cama y comencé a penetrarla salvajemente. Ella gemía, mejor dicho gritaba mi nombre. Sentí su orgasmo cuando comenzó a respirar entrecortadamente, y yo quería seguir haciéndola sentir todo lo que ella me había hecho sentir a mi, pero termine acabando en su interior furiosamente.

 

-     Átame Edward – Dijo con mucho deseo en su voz.

 

No podía creer como esas simples dos palabras me hicieron sentir… Tome las esposas de su mano, y se las puse en las muñecas, tal y como lo había hecho ella con migo. Cuando me separe de ella, vi sus ojos nuevamente. Vi como ella me acariciaba con su mirada recorriendo mi cuerpo. Se veía tan angelical, pero tan demoniaca a la vez… Era una mezcla perfecta entre inocencia y morbo… Queriendo devolverle la tortura, comencé a besar sus piernas, mientras subía por ellas… esquivé totalmente su intimidad, y bese sus senos y su hombro… Comencé a succionar en diferentes partes de su cuerpo sabiendo que dejarían marcas, pero quería marcarla como mía. Descendí hacia su intimidad, cuando la pierna de ella comenzó a acariciar mi entrepierna… No sabía como lograba hacerlo… Hundí mis labios en sus pliegues, haciéndola gemir de placer. De sus labios salía mi nombre en un susurro contenido, y fue igual de placentero que los gemidos o los gritos. La hice llegar a un orgasmo introduciendo mis dedos en su húmeda cavidad, mientras mi lengua jugaba con su clítoris.  Cuando me separe de ella para mirarla, ella tenía sus ojos clavados en mí. Mi mano nunca dejo de jugar son su sexo, y clavando su mirada en mi comenzó a gemir… De la nada, hizo fuerza con sus brazos, y se incorporo de la cama, aun con las esposas puestas. Mi mano dejo de tocar su intimidad, porque ella se alejo de mí, y cuando quise acercarme a ella, puso su pie en mi pecho. Su cabeza estaba apoyada en el respaldar de la cama, y sus manos estaban en su nuca, donde estaban las esposas. De la nada, paso su brazo por arriba de su cabeza, y se giro en la cama poniéndose en cuatro sobre esta, dándome una espectacular vista de su trasero y su intimidad. Ella se giro para verme, porque no me acercaba a ella… Estaba tan excitado con lo que venia que no podía creer mi asombro y me quede mirándola…

 

-     Follame Edward – Dijo seductoramente.

 

No pude hacer mas que obedecer,  asique me arrodille en la cama y la tome por la cadera mientras la penetraba de una sola estocada, haciéndonos gemir de placer a ambos. Mis manos ayudaban al movimiento de sus caderas en cada penetración, atrayéndola hacia mí y alejándola. Ella gemía en cada estocada, y se sentía como la gloria… mis manos viajaron de sus caderas a sus hombros, ayudándome de la misma manera. Ella se encorvaba, y yo sentía que terminaría en cualquier momento. Quería que ella también tuviera su orgasmo, asique mis manos fueron hacia sus senos y los tomaron, mientras mi pecho hacia contacto con su espalda. Ella giro su rostro mirándome apenas, y mis labios se unieron a los suyos en la medida de lo posible, ya que el vaivén y el movimiento lo hicieron imposible. Sentí un gemido con mi nombre. Ella había llegado a su orgasmo, y en segundos yo me libere, descargándome en su interior nuevamente.  Ella se dejo caer sobre la cama, y yo me fui con ella. Se quedo boca abajo sobre las sabanas, y yo igual sobre la almohada, queriendo recobrar mi aliento. Su cabello cubría su rostro, por lo que lo corrí apenas en una caricia, y pude ver sus ojos cerrados. Acaricie su cabello, deposite un tierno beso en ellos, y pude sentir como su respiración se acompasaba dejándola dormida.

 

-     Duerme mi Bella – Dije acariciando su espalda.

 

Busque las llaves de las esposas en el piso, ya que pude ver que alrededor de sus muñecas se estaba poniendo rojo. Desate estas, las tire a un costado, y ella se acomodo en la cama. Yo me acosté a su lado y comencé a velar su sueño… Ella era lo mejor que me había pasado hasta este momento. Desperté unas horas mas tarde, cuando escuche que de sus labios se escapaba mi nombre. Ella estaba suspirando y llamándome en sueños, y yo solo acaricie su espalda y la cubrí con las sabanas.

 

-     Aquí estoy – Dije mientras besaba su hombro.

 

Ella sonrió.

 

-     No te vayas – Dijo

-     No lo hare – Dije yo en una sonrisa.

 

Mi pecho se inflo de alegría. Ella me quería a su lado. Ella me pedía que no me fuera, y por primera vez, quería cumplir con ello. Me dormí nuevamente sintiendo una extraña sensación en mi pecho… no sabia bien que era, pero esta niña me tenía loco, y no quería apartarme de su lado.

 

Capítulo 4: Vegas!! EPOV Capítulo 6: Amargo despertar - EPOV

 
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