De niñera a Mamá. (+18)

Autor: caro508
Género: + 18
Fecha Creación: 06/11/2010
Fecha Actualización: 08/11/2010
Finalizado: SI
Votos: 12
Comentarios: 22
Visitas: 77459
Capítulos: 21

La vida de Bella Swan cambia radicalmente. En busca de trabajo como niñera, encuentra algo más.... una pequeña necesitada de amor. Luego de algunos sucesos ella comprende que no puede dejarla sola... donde comienza un nuevo desafío; encontrar al padre.


Hola, es mi primera vez que hago esto, esta historia no es mía, le pertenece a Pam3.C.S., yo solo la subo con su autorización, es una de  mis favoritas espero les guste...

Dis: "Los personajes son propiedad de Sthep. Meyer, tan solo  la historia es de Pam3.C.S."


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Capítulo 10:

Bella Pov

Retumbé, junto a las murallas de la pequeña oficina. Luego del portazo ensordecedor que la rubia, Rosalie como sabía se llamaba, había dado. Miré al tal Emmet, y su rostro no ayudaba en nada a componer mi estado de nervios en colapso. Si él, que era su novio le temía. No quería saber lo que esperaba para mí ¡Fifi! Ese hermoso apodo me repetí una y otra vez, para darme valor ante los chispeantes ojos azules de la rubia chica.

- Empiecen. A. Hablar. Ya.- pronunció todas y cada una de las palabras con rabia

- Bebé…- se adelantó el grandulón

- ¡Bebé una mierda, Emmet!.- gritó la chica y luego se giró a mí. Temblé.- ¿Quién es la tal Victoria? ¿Y que tiene que ver este soquete con ella?

- Bueno…- su fúrica mirada me hizo intentar hilar bien mis ideas.- Ella… No sé la relación con él.- indiqué a Emmet.- Tengo sólo una vaga información y por eso estoy aquí

- Yo…yo creo que esto es un error.- comenzó a asentir con efusividad el chico

- Emmet.- Rosalie siseó su nombre.- Si quieres seguir usando tu amiguito de ahí abajo.- apuntó su entrepierna.- Es mejor que empieces a hablar, desde ahora

Si me hubiesen dado a elegir el lugar en el que me gustaría estar en este momento. Hubiera seguido en el mío. El tal Emmet, estaba sudando frío y lo único que podía oír, era el paso de saliva en su garganta. Miré a la rubia, quien tenía sus brazos en jarra, y golpeaba rítmicamente con su fino zapato en el frío suelo.

- La…la conocimos hace años…- comenzó el chico.- Cuando…hicimos ese viaje a Washington, para celebrar el paso a nuestro segundo año de Universidad

- El viaje en el que fuiste tú y los otros cuatro idiotas. Ese viaje que hiciste cuando nosotros recién estábamos comenzando una relación

¡Oh. Mierda! Ahora sí que podía ver la cabeza del chico rodando a mis pies.

- Algo así.- musitó.- Rose, no estábamos comenzando nada. Tú aun no terminabas con el otro idiota.- sacó la voz

- ¡Perfecto! Escúdate en todo para lanzarme la bomba ¿Qué pasó con esa mujer? ¿Y quien es?

- Una chica que atendía un café...- afirmó aclarando su garganta.- …Y bailaba

- ¡Una Stripers!.- le corrigió Rosalie

- Algo así…- murmuró Emmet

- ¡Y te acostaste con ella!.- le increpó

- A-algo…así…- admitió Emmet

- ¡Deja de decir algo así!.- rugió la chica. Se volteó nuevamente hacia mí. Tragué en seco.- ¡Ahora quiero que tu me expliques el resto!.- me apuntó

- Yo…- mierda, aterrada era quedarse corto.- Victoria está presa. La han acusado de múltiples cargos y por lo que sé…pasará varios años en la cárcel. Aunque…quizás no…- recordé lo dicho por el abogado amigo de Ben

- ¡No me digas que tienes que ver también en eso Emmet McCarty!.-

- ¡No!.- se defendió Emmet con un grito.- Te juro bebé que nunca más la vi. Nunca más. Tienes que creerme

- ¡Emmet. Cállate!.- no tuvo que repetirlo dos veces. Parecía un perrito amaestrado.- Si él dice que no tiene nada que ver. Y por el bien de su hombría, espero esté diciendo la verdad.- quise reírme al ver al chico tapar sus partes.- ¿Qué tiene que ver esa mujer con que tú estés aquí?

Un, dos, tres. Era ahora o nunca. Así terminara sin un cabello castaño en mi cabeza. Tenía que soltar la bomba en este momento

- Victoria tiene una hija de cuatro años.- solté de sopetón.- Una hija…que no tiene un padre. Y que…hipotéticamente serías tú.- indiqué al chico que estaba cada vez más pálido

- ¡Santa mierda!.- exclamó atónito

- ¡¿Qué?.- bramó la rubia.- ¡¿Tienes una hija?

- ¡No! O sea, ¿Si?.- me preguntó a mí.- Es decir, algo así

No terminó de volver a repetir la tonadita del "algo así" cuando un libro, bastante grueso, fue a parar directamente a su muy gran cabeza.

- ¡Ouch!.- se quejó del no envidiado dolor

- ¡Como es que tienes una hija y no me lo habías dicho! ¡Y no vuelvas a pronunciar el algo así!

- Rose. Bebé. Tranquila.- pidió aun sobando su cabeza.- Chica.- se dirigió a mí.- ¿Cómo puedes estar segura que esa hija o hijo es mío?

- Por eso estoy aquí.- inspiré hondo.- Yo trabajé en esa casa un par de meses. Esa mujer, no tiene el derecho a llamarse madre. La niña pasa la mayor parte del tiempo sola y la bruja esa, no se preocupa en nada de ella.- expliqué.- Fue detenida por diversos delitos, incluso la prostitución infantil…No quiero que mi pequeña siga en ese mundo… Por eso busqué por todos lados a su papá… Una amiga de Victoria te nombró. Y por eso estoy aquí

- ¡Dios. Santo. Emmet! ¡¿Con qué clase de mujer te revolcaste?.- sermoneó la chica

- Rose. Fue un momento de… debilidad.- se excusó.- No iba a acostarme con ella para casarme

- Por lo que sé. Ella tenía una idea muy distinta de eso…- dije contradiciendo sus palabras.- Creo… que ella, lo que quería…era retenerte

- ¿Y como nunca te buscó?

- No tenía mayores referencias mías….- indicó. Y nos observó a ambas como sopesando sus próximas palabras.- Además que…

- ¿Además qué…?.- hablamos las dos al mismo tiempo. Apremiándolo a que continuara

- Hay un detallito…- acentuó sus palabras gesticulando con sus dedos algo pequeño

- Empieza a relatar ese detallito.- ironizó Rosalie

- Quizás…yo…no…- inspiró y expiró fuerte.- Quizás yo no sea el padre de esa niña

Sentí el crujir de mi mandíbula y mi corazón ¿Cómo era eso? ¿Es que acaso mi pequeña no podría tener un poquito de paz? Yo venía con la idea de dejarla en manos de alguien que pudiera sacarla de la basura en la que esa mujer la tenía ¿Y ahora él salía con eso? Me dejé caer en la silla tras de mi. Las fuerzas se me estaban comenzando a agotar, y no podía hacerlo. Ella dependía de mí…

- No te derrotes.- me enfiló Rosalie con voz dura.- Creo saber más de lo que me gustaría de todo ese gran detallito que este idiota está nombrando.- caminó como una fiera hasta posarse frente a Emmet.- ¿Acaso me equivoco?

- N-no… s-se…- Emmet se encogió como un capullo en su lugar

- ¡Oh. No! ¡Claro que sabes a lo que me refiero!.- rió de forma siniestra.- ¿Cullen y los otros idiota tienen algo que ver con el detallito?

- Alg…- al parecer entendió no volver a repetir esa frase.- Sip. Fox y Sthepen no.- contestó como un niño regañado

- ¡Me imaginaba! Tienes diez minutos para hablar con el director y buscar alguna excusa para ausentarnos por unos días del trabajo.- Emmet iba a replicar, pero la mano de ella lo paró.- Iremos juntos. Y por Dios Santo que si esa niña llega a ser de uno de ustedes tres… ¡Que Dios los ampare! ¡Porque serán los únicos hijos que engendraran!

De no haber estado atenta a todos los movimientos de Emmet. Hubiera estado segura que un tornado había atravesado la habitación, pero no… era Emmet, que había salido como un vendaval de la oficina. Rosalie se quedó de pié mirando hacia donde había desaparecido Emmet. De pronto se volteó hacia mí y quise enterrarme en la silla o salir al estilo Emmet…sin embargo, su semblante de a poco se suavizó

- ¿Cómo se llama la niña?.- su voz ya no era filosa

- Estefanía. Tiene cuatro años recién cumplidos y es un amor de personita..- no pude evitar detallar a mi bebé

- Aunque todo esto esté tan revuelto. De verdad espero que uno de las figuras estrellas de mis amigos sea el padre.- anunció para mi sorpresa.- ¡Vamos! ¡No soy una bruja!.- garantizó ante mi mirada, supongo yo.- Seré Pediatra en un tiempo no muy lejano. Y ningún niño, se merece tener una madre como ella. Según lo que haz dicho

- Me…me alegro que pienses así…- agradecí.- Yo…también quiero un futuro mejor para ella.- asintió a mis palabras

- ¿Dónde está ella ahora?.- la miré de reojo. No sabía si avalaría mi actuar, esperaba que sí

- Ella…está fuera.- informé con un hilo de voz. Y antes que hablara, me adelanté.- Sé que no tengo derecho para tomarme atribuciones en torno a ella.- aclaré.- Pero…yo la quiero…y no podía soportar saber que la dejarían en un orfanato mientras se encontraba a su padre

- ¿Ella saber que su supuesto padre está aquí? ¿Qué haz venido en su búsqueda?.- preguntó rápidamente

- No… No quiero crearle falsas esperanzas.-

En ese momento volvió a entrar Emmet con una sonrisa radiante, que al mirar las facciones de su novia, se recompuso y adoptó una seriedad, que estaba segura. Ni el mismo podía creerse

- Estamos autorizados. Maté a tu abuela.- indicó a su novia

- ¿No pudiste matar a tu familia?.- le increpó y no pude evitar bufar. Llamando la atención de los presentes.- Está bien. De todos modos, la familia de Emmet es más cuerda que él

- Ok.- respondí, sin saber muy bien que contestar

- Por la salud mental de esa niña y por el resguardo de tu idiotez sobrenatural.- se refirió a Emmet.- Te advierto que la niña está allí afuera.- apuntó la salida.- Ella no sabe si tiene la gracia o desgracia que seas su padre. Así que intenta no decir nada…- de pronto quedó pensativa.- Mejor aun. No digas nada

...

Salimos del lugar los tres. Rosalie en el camino me informó que nos trasladaríamos hacia la casa de cada uno en su auto, para recoger sus cosas y luego dirigirnos al aeropuerto. Argumentó que debería hacer unas respectivas llamadas. Yo aun estaba un tanto perdida sobre quienes podían ser los otros supuestos padres ¡Es que esa mujer no tenía vergüenza! Al salir por las puertas dobles, pude ver a mi bebé entretenida con Jacob. Me vió y sonrió como siempre, al mismo tiempo que como acto reflejo, yo le devolvía la acción. Corrió en mi dirección y abrí mis brazos para ella. Sus bracitos se enrollaron en mi cuello y me giré hacia mis dos acompañantes, que me observaban con expresiones que no supe reconocer muy bien

- Bebé.- la llamé y desenterró su carita de mi cuello.- Te presento a… unos amigos. Emmet y Rosalie

- Hola.- saludaron los dos a tiempo

- Hola. Soy Estefanía Swan.- volvió a presentarse ella. Ambos me miraron extrañados

- Ehm. Yo soy Isabella Swan.- volví a presentarme. Sus caras eran todo un poema, debido a los apellidos.- Ella, se adjudicó mi apellido.- expliqué encogiéndome de hombros

- ¡Ey!.- exclamó Emmet. Tomando toda la atención.- Eres igual a… ¡Auch! ¡Rose! ¡Déjame costillas para mi vejez!.- se lamentó al ser golpeado nuevamente por Rose

- Y te aseguro que si no es lo único que quieres para tu vejez. Cierra el pico.- le siseó para que Fifi no oyera. Mi niña comenzó a reírse fuertemente

- Edes un bobo.- señaló a Emmet, agregando las risas de todos los demás

- ¡Oh. Si. Bebé!.- la secundó Rosalie.- Al parecer, tienes mejor futuro que el que creía

- Bella ¿Dónde te habías metido? Y…¿Qué haces con es niña aquí?.- cuestionó Phil llegando a mi lado y notablemente molesto. Fifi escondió nuevamente su carita en mi cuello

- Estoy haciendo lo correcto.- dije firme.- Y ahora debo irme. Despídeme de mamá y Helena.- le di un beso en la mejilla.- No te preocupes ¿Si? Sé lo que hago.- asintió no muy convencido

- Espero que sepas lo que haces hija.- tocó los cabellos de mi bebé y se marchó

El viaje de vuelta a Washington, fue todo un caso. Emmet no perdió oportunidad para buscar hacer morisquetas a mi bebé, que reía fascinada al encontrar un payaso, como ella le había denominado. No pude evitar sentir un pequeño remezón en mi interior al observar la escena. Sus risas serían una hermosa realidad que podría vivir hasta un poco tiempo más. Jacob al parecer, presentía mis emociones, porque a cada instante su mirada se cruzaba con la mía y me intentaba infundir valor, a través de una cálida sonrisa.

Luego de despedirnos de Emmet y Rosalie, para encontrarnos al día siguiente en el Hospital de Alice. Nos fuimos a mi departamento con Fifi y Jacob. Ángela y Ben, corrieron hasta nosotros para ponerse al día de todo lo que había pasado en estos últimos tiempos. Mi bebé se durmió en brazos de Ben, tras jugar hasta quedar agotada. Mientras nosotros platicábamos con Ángela

- Entonces…- suspiró Angie.- Mañana por fin se sabrá la verdad

- Pero… ¿Queda la realización del test de paternidad? ¿Verdad?

- Así es… Ellos se iban a contactar con las otras personas. Al parecer uno de ellos es…

- ¿Cómo está eso?.- inquirió Angie totalmente confundida

- No se bien…- admití.- Creo que…hubo una jugada de tres.- Ben estalló en risas

- Esa es la suerte de un rico.- se carcajeó

- Por tu bien, espero que seas siempre pobre.- increpó Angie a su novio. No pude más que reírme de ellos dos.- Hablando en serio. Compartiste con el primer supuesto padre ¿Qué opinión tienes?.- indagó mi amiga

- Si él resulta ser el padre. Creo que todo el camino pedregoso que he recorrido haciéndome cargo de mi pequeña princesa. Ha valido la pena.- declaré con convicción

- Y… ¿Cómo estás tú?.- cuestionó Ben mirándome fijamente, apoyado por mi amiga que asintió en aprobación

- Me siento bien conmigo misma.- señalé bajando mi mirada

- ¿Después?.- fue el turno de Ang

- Después ella será feliz con su nueva familia.- intenté ahogar el nudo en mi garganta.- Y yo…yo rezaré siempre porque ella sea la niña más feliz del mundo

- Sabías que algún día ella se iría Bella.- comenzó Ben.- O ¿Acaso tenías las esperanzas de quedarte con ella?.- me quedé en silencio durante un largo rato. Lo cual dio a entender mi postura

- Bella. Eso no era posible.- me reprendió cariñosamente ella.- Fifi se iría tarde o temprano y tú no podías hacer nada. Ni contra su madre, contra el padre en caso que apareciera o…contra lo que decidiera la ley en torno a ella

Me paré abruptamente de mi silla. Estaba totalmente convencida de eso, pero mi corazón no quería entenderlo tan simple como se expresaba con las palabras. Estefanía había pasado de ser mi forma de ganarme la vida a mi propia vida y…no podría olvidarla tan fácilmente. Me situaba en cuando dormíamos juntas y su aroma impregnaba mi ambiente, era esa exquisita fragancia que me acostumbraría fácilmente a hacerlo mi predilecto…aunque ya lo era.

Angie y Ben se marcharon pronto. Entendían a la perfección, que lo más anhelado por mí en estos momentos. Era pasar todo tiempo, minuto y segundo que me quedara, al lado de mi bebé. Me acosté a su lado, y como siempre ella parecía un imán, acoplándose a mi costado como un pequeño ratoncito buscando calor.

- Cuando seas grande…estoy segura que te acordarás de mí.- susurré con mi cara escondida en sus rizos de oro.- Yo nunca te voy a olvidar. Siempre serás la bebé que robó mi corazón…el mismo que llevarás contigo donde quiera que vayas… Porque aunque yo no te haya tenido dentro de mi guatita, te siento más dentro de mí que nunca…

A la hora indicada estábamos Jacob, Fifi y yo en el hospital. Nos dirigimos automáticamente al despacho de Alice, pues ella aun no estaba enterada de nada y era primordial que supiera los últimos acontecimientos. Rosalie y Emmet, llegarían minutos más tarde. Lo que me dejaba un tiempo razonable para platicar con Alice y exponer los nuevos giros que estaba dando todo, al tener el presunto padre en cuerpo y alma

- Pase.- indicó su voz desde el interior del despacho

- Permiso.- murmuré y me adentré. En cuanto me vió supe que estaba en problemas

- Bella ¡Por Dios! Te das cuen…- su discurso se detuvo y su vista se enfocó más allá de mí.- ¿Es ella?.- susurró sólo para mi.- asentí

- Sé que he cometido errores, pero son justificados. Escúchame.- pedí cuando la vi en posición de interrumpirme

- Te escucho.- nos indicó tomar asiento y así lo hicimos. Jacob unas sillas más allá con Fifi

- Lo encontré.- me limité a decir. Su rostro me indicó que había captado el mensaje

- ¿Cómo? ¿Dónde?.- apremió

- Por casualidades y milagros de la vida.- suspiré.- En California. Es médico residente allí. Llegará en cualquier momento

- Eso quiere decir que…¿Está dispuesto a someterse a las pruebas y hacerse cargo legal de la niña?

- Algo así…- rodé los ojos, recordando a Emmet.- Ellos me han dicho que se contactarían con otras…personas…

- ¿Otras personas? ¿Con qué fin?

- Creo que…hay algo más en todo esto…

Justo en ese momento volvieron a tocar la puerta. Alice se levantó y abrió. La cabellera rubia brillante que se asomó, me indicó que ya habían llegado. Luego de las presentaciones y que Emmet, decidiera hacer su show particular a Estefanía, bajo la atenta y prolija mirada de Alice. Decidimos esperar a los otros participantes a la reunión.

Por prescripción de Alice. Jacob llevó a mi bebé fuera de la oficina.

- Isabella me ha comunicado que estás dispuesto a realizarte el test de ADN.- afirmó Alice

- Estoy absolutamente seguro que no soy el papá de esa hermosa cachorrita, pero si es necesario. Me haré todo tipo de exámenes

- ¿Cómo es que asumes tan prontamente ese hecho?.- entrecerró sus ojos hacia él

- Conocí a la niña. Es un amor, y de hecho en eso es muy parecida a mi.- arregló su camisa en forma vanidosa.- Pero ella es una copia exacta de alguien que conozco

- Es decir.- trató de interpretar Alice.- Que las personas que estamos esperando. Uno de ellos, sería el padre biológico según tus predicciones

- ¡Apuesto mi trasero!.- golpeó la mesa, haciéndonos saltar a todas

- ¡Emmet!.- lo regañó su platinada novia

- Creo que es lo mejor de mi cuerpo.- le susurró…según él, sólo para ella

La cultural charla que estábamos sobrellevando, volvió a quedar interrumpida por el rítmico golpeteo anunciando la llegada de más personas. Aparentemente, eran aquellos que esperábamos, porque Rosalie bufó en reconocimiento del toque y Emmet, sonrió de oreja a oreja. La puerta se abrió y un revoltijo de palabras, proclamaciones y exclamaciones quedaron en el aire

- ¿Tú?

- ¿Ustedes?

- ¿Cullen y Whitlock?

- ¿Se conocen?

- ¿Bella de la Bestia?

Ok. Ante esta última no pude evitar rodar mis ojos ¿Es que nunca se olvidaría de esa bochornosa situación? Pero luego de eso, mi autocontrol en relación a mi sonrojo se hizo añicos, cuando mis ojos se cruzaron con esos hechizantes destellos verdes ¡Era él! Su rostro encrispado en una confusión total, dio paso a una hipnotizante sonrisa ladina.

- Bien.- anunció Alice.- Creo, por lo que he notado. Que todos nos conocemos de algún modo u otro.- asentimos en su dirección.- Ahora bien ¿Saben ustedes dos qué hacen aquí?

- No.- respondieron los chicos del aeropuerto

- ¿Ustedes no les informaron nada?.- enjuició a Rosalie y Emmet

- ¿No les mencionaste absolutamente nada?.- fue el turno de Rosalie nuevamente para arremeter contra Emmet

- Ehm. La impresión mía fue fuerte. Quería no ser el único.- puso su mejor cara de niño travieso

- Dejémoslo ahí.- pidió Alice.- Bien chicos. Tomen asiento. Creo que será una larga conversación

Una hora más tarde. Emmet estaba totalmente divertido viendo las caras descompuestas del par de chicos, blancos como la cal, que estaban a pasos más allá. Mientras Alice seguía relatando punto por punto toda la historia de Victoria y la pequeña Estefanía. En algunas ocasiones, debía intervenir yo. Para esclarecer más puntos que quedaban a la deriva. En cuanto lo hacía, dos pares de ojos estaban encima prácticamente de mí. Pero sólo uno conseguía hacer que tartamudeara como una pre-escolar en su lección de lectura primera.

- Quisiera saber sus impresiones. Luego de todo lo que les he señalado.- requirió Alice

- Mierda, mierda y más mierda.- contestó Jasper. Bajo todas las miradas en él.- ¿Qué? Esa es mi impresión.- se defendió

- ¿Tú Edward?.- olisqueó Rosalie

- Estoy aun intentando procesar todo.- suspiró y pasó su mano por sus cabellos. Una acción que tal parecía estaba arraigada en él cuando se pasaba bajo tensión

- Chicos. Sé que esto es difícil de asimilar de la noche a la mañana.- habló Alice.- Pero tienen que comprender que estamos bajo una situación bastante complicada. La madre de la niña no es una persona apta para tener la custodia de ella.- explicó amablemente.- Ahora bien. El test de paternidad estará resuelto en cuatro días a más tardar. Es un tiempo breve, y ustedes deben adoptar las medidas necesarias para asimilar todo en este corto tiempo

- ¡Jesús! ¿Al menos la niña ya no usa paños?.- preguntó Jasper

- No.- respondí rápido.- Y come cualquier tipo de alimentos

- ¿Desde cuando está contigo?.- fue el turno de los ojazos

- D-desde hace un tiempo. La cuido hace unos meses.- contesté al rojo vivo ¡Odiando los genes de Renée!

- Teniendo en cuenta los datos que necesitaban saber. Quiero entender ahora yo ¿Cómo es que uno de ustedes es el padre? Lo pregunto porque la chica a la cual entrevistamos, solo mencionó a Emmet McCarty

Los tres se miraron significativamente y con una vergüenza palpable. Sus ojos se abrían a la par de sus bocas, incitando al otro a responder la pregunta. Me podía hacer una idea de por qué les costaba tanto desenfundar sus intimidades

- Viendo que a los tres se les enrolló la lengua ahora y no en ese tiempo. Hablaré yo- tomó la palabra Rosalie.- La señorita, que poco tiene de ese título.- se apresuró a aclarar.- Tenía el menú de servicios particulares…

- ¿Podrías ser más explícita?.- solicitó Alice. Observando las caras de los aludidos

- Los tres se acostaron con esa zorra.- fue directa y precisa. Dejándome con la boca abierta y en llamas a los tres varones

- Veo.- articuló incómoda Alice.- Un famoso trío

- ¡No!.- gritaron los tres

- Soy un busquilla de aventuras.- comentó Jasper con una risita.- Pero tampoco soy un pervertido

- ¿Entonces?.- incitó Alice

- Pagamos el…¿Paquete completo?.- indicó Emmet.- Pero por separado

- Pero los tres tuvieron relaciones con ella la misma noche.- aventuró afirmando Alice

- Si.- susurraron los tres cabizbajos de bochorno

- Bien. Creo que tengo las ideas claras. Cualquiera de ustedes podría ser el progenitor de Estefanía.- pronunció Alice.- Espero que para la próxima vez, sean más cuidadosos con sus relaciones. Sobre todo teniendo en cuenta que serán Médicos en pocos meses y supongo que tiene claridad en la propagación de ETS.- todos asintieron

- ¿Qué pasará con la madre de la niña?.- averiguó Rosalie

- Ella está siendo procesada. De ahí que los presione en cierto modo para que asimilen lo que acontecerá una vez que las pruebas de paternidad estén listas. ¿Ustedes tienen pareja, casados, hijos?

- ¡Soltero, sin hijos y sin novia!.- vociferó Jasper con energía

Mis ojos se fueron en forma inconciente hacia Edward. Y del mismo modo que los ubiqué en el, desvié mi mirada a un punto en la pared. Pues sus ojos estaban clavados en mi persona, haciendo que me estremeciera por la fuerza que emitían esos dos luceros relucientes.

- Yo también soy soltero y sin hijos.- admitió Edward, aun con su vista en mí

- Bien. Pero de igual forma me gustaría que hablaran del tema e hicieran participe de esto a su familia. Tarde o temprano tendrán que afrontarlo y así como me preguntaban por Victoria. Ella está siendo investigada, pero lamentablemente si no se le logra comprobar ningún delito. Ella quedará libre de todo cargo y como creo sucederá. Arremeterá para volver a adquirir la custodia de la niña

Nadie dijo nada. A pesar de las diversas personalidades que demostraban cada uno de los chicos sentados frente a mí, estaba segura que mi pequeña quedaría en buenas manos. Sorprendida me encontraba al no escuchar ninguna réplica por parte de ellos. Cualquier otro hombre, hubiera rehuido a sus obligaciones, a pesar de ser un hecho pasado y falto de raciocinio extremo. Pues ellos habían actuado guiado por las hormonas adolescentes, mas que nada.

- ¿Qué pasará con Fifi? Digo…mientras estén las pruebas y se lleve a cabo todo este lío judicial.- cuestioné con preocupación por mi bebé

- Tranquila Bella. Siendo que los resultados estarán dentro de unos pocos días. Conseguiré con mi padre un diagnóstico médico falso, que indique hospitalización para la niña por los días que sea necesario.- explicó, dando un poco de paz a mi corazón afligido por ella

- Está bien.- Alice me observó detenidamente unos instantes y luego prosiguió

- Puedes quedarte con ella aquí Bella.- mi amplia sonrisa no se hizo esperar ante sus palabras.- Como también me gustaría que ustedes, en su calidad de médicos se acercaran a ella. Es recomendable que tengan un acercamiento con ella, de tener que optar a su custodia futuramente

- Yo puedo pedir mi turno para esta noche.- miré a Edward en cuanto las palabras abandonaron su boca.- Claro…si eso…es bueno…- balbuceó

- Sería perfecto Edward.- Alice estuvo de acuerdo

- Y a mi me gustaría poder involucrarme más con el tema legal de todo esto. Si es que fuera posible.- se apresuró Jasper.- Si es que pudieras darme unos minutos de tu tiempo.- se dirigió a Alice

- No creo que eso sea posible. Señor Whitlock.- emitió una voz ronca desde la puerta.- La Señorita Alice, tiene planes más relevantes que la salida con un niño residente

- Siento tener que contradecirte Riley.- el tono de Alice era de temer.- Pero como bien ha dicho el Señor Wihlock. Es importante que tenga una reunión con él

- ¡Yes!.- gritó extasiado Jasper, captando todas las miradas.- Yes, my friendo. We're in the streets again.- cantó para disimular su metida de pata por lo visto

Salí de la oficina con dirección a la guardería, que era el lugar donde me esperaba mi bebé. Caminé por los pasillos, preguntando cada tanto la sala exacta a la que debía dirigirme. Cuando estaba por abrir la puerta, una mano en mi brazo me hizo darme vuelta asustada. Mi respiración se atascó cuando vi que era Edward quien aventuraba mi atención.

- Siento haberte asustado…- murmuró avergonzado.- Yo…quería saber cómo haríamos para acercarme a ella

- La verdad es que no lo sé.- contesté.- Creo que siguiendo los consejos de Alice. Como su médico

- Ella se asustará cuando le digan que debe quedarse en un hospital.- sonrió en forma cálida

- Eh…sí. Claro.- hablé un tanto perdida aun en esa sonrisa

- ¡Bella!.- me giré al oír esa hermosa vocesita a mis espaldas.- Mida.- me mostró un papel con dibujos

- Es precioso princesa.- me agaché para tomarla

- ¿Yo también me veo precioso?.- dijo irónico Jacob, al que parecía habían tomado de rehen los niños y habían intentado dibujar sobre su cara

- ¡Oh. Si! Te ves divino.- contesté divertida. Un carraspeo, me recordó quien estaba con nosotros

- Mira bebé.- tomé e Fifi en brazos y me voltee.- El...es el Doctor...Edward Cullen

- Hola Doctod.- saludó mi bebé agitando su manita

- ¡Cristo!.- susurró Edward en shock, mirando a mi pequeña…

Continuará…

 

Capítulo 9: Capítulo 11:

 
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