De niñera a Mamá. (+18)

Autor: caro508
Género: + 18
Fecha Creación: 06/11/2010
Fecha Actualización: 08/11/2010
Finalizado: SI
Votos: 12
Comentarios: 22
Visitas: 77457
Capítulos: 21

La vida de Bella Swan cambia radicalmente. En busca de trabajo como niñera, encuentra algo más.... una pequeña necesitada de amor. Luego de algunos sucesos ella comprende que no puede dejarla sola... donde comienza un nuevo desafío; encontrar al padre.


Hola, es mi primera vez que hago esto, esta historia no es mía, le pertenece a Pam3.C.S., yo solo la subo con su autorización, es una de  mis favoritas espero les guste...

Dis: "Los personajes son propiedad de Sthep. Meyer, tan solo  la historia es de Pam3.C.S."


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Capítulo 8:

Edward Pov

Sentí mi teléfono sonar, según yo…lejos, pero el sonido cada vez se acercaba más. Gemí y abrí un ojo para encontrarme con la luz parpadeante de la pantalla de ese maldito aparato. Lo tomé, descolgué y lo puse entre mi hombro y oreja.

- Gracias por quitarme minutos de sueño mamá.- gruí con voz pastosa

- Deberías levantarme un altar. Estoy segura que con el ajetreo del acomodo del departamento, ni siquiera se te ocurrió activar la alarma

- Claro que la activé. Está puesta a las seis y media.- rebatí como niño pequeño

- ¿Y porque faltando diez minutos para las siete aun tienes pegadas las sábanas?

Me incorporé de un salto en la cama, y al mismo tiempo tuve que apoyarme para no caer. Obviamente el vivir lejos de casa, me pasaba factura el primer día.

- ¡Gracias mamá! Eres la mejor.- dije corriendo de un lado a otro

- Lo sé.- contestó ella pagada de si misma.- Tu papá, hermana y yo te deseamos toda la suerte del mundo mi amor. Un beso

- Los quiero.- dije y corté la llamada

Luego de una ardua batalla por ver quien se duchaba primero, golpes y gritos por la demora de los baños y un sin fin de peleas idiotas, típicas mañaneras cuando se anda a contra tiempo, salimos del departamento corriendo.

A las ocho de la mañana estábamos paseándonos de un lado a otro fuera de la oficina del director del hospital, donde nos darían horarios y se nos asignarían diversas labores. Observé a Tanya, la única que parecía estar en un sauna. Totalmente relajada y sentada a la espera de nuestro turno.

- ¿Tomaste o fumaste algo?.- inquirí al verla mirarse las uñas distraídamente

- No.- dijo simplemente

- ¿Acaso no tienes el estómago revuelto como si quisieras expulsar hasta el desayuno del mes pasado?.- ese comentario era claramente de Jasper

- ¡Jesús! Son tan exagerados.- dijo exasperada.- Sólo deberán poner en práctica sus conocimientos

- ¿Y si no lo hacemos bien?

- Edward.- estaba a punto de perder la paciencia, así que tomó aire y cerró los ojos.- ¿Por qué mejor no me dicen de una vez quien era la mujer de ayer?

Bastó que dijera eso para que Jasper y yo dejáramos de deambular como leones enjaulados de un lado a otro. Tanya había estado preguntando desde que habíamos dejado el aeropuerto por la mujer a la que llevaban detenida, pero nos habíamos hecho los desentendidos del tema. Al parecer esta no sería la excepción y ella estaba comenzando a interpretar las señales. En este momento, el silencio sepulcral.

- ¡Ok! ¡Ok!.- se levantó con sus manos en alto.- No me digan nada, pero esa es una prueba de la gran amistad que tenemos.- fue irónica

- Tenlo por seguro que no te gustaría saber.- negó divertido Jasper

- Jasper.- silbé.- ¡Cállate!

- ¡Si. Jasper! ¡Cállate!.- imitó mi voz Tanya.- Par de idiotas.- masculló y se alejó

Jasper se acercó a mí y me hizo una seña para caminar en dirección contraria a Tanya

- ¿No te ha picado la curiosidad por saber el motivo de tanto alboroto?.- se refería a esa mujer y el aeropuerto. Negué.- ¿Seguro? ¿Ni un poco? ¿Una milésima?

- ¡Está bien! ¡Si!.- sonrió triunfante.- Sólo un poco.- puntualicé

- Vale.- no me creía.- ¿Y si nos damos una vuelta por allí?

- Olvídalo. No me meteré en esos lugares nunca más

- No jodas Edward.- exclamó hastiado

- Jasper, éramos adolescentes.- expliqué como si hablara con un niño pequeño.- Creo que hemos madurado ¿Verdad? Además ahora lo pienso y fue realmente enfermo

- ¡No te quejaste!.- me apuntó.- Nadie se quejó

- Ni con eso. No voy a volver ahí.- finalicé

- Yo sí. Creo que necesito….- pero su comentario quedó paralizado y su vista fija tras mío

- Buenos días.- me giré al oír la voz de una chica.- ¿Son ustedes los residentes?

- Si, somos nosotros.- respondí al ver a mi amigo sin palabras ¡Por primera vez!

- ¿Acaso no eran tres?.- inquirió desconcertada ojeando una lista en sus manos.- Edward Cullen, Jasper Whitlock y Tanya Denali

- ¡Aquí estoy!.- gritó Tanya y corrió hacia nosotros

- Muy bien. Entonces…- nos observó a los tres.- ¿Tú eres…?

- Edward Cullen.- me presenté

- Tanya Denali.- continuó mi amiga, pero el tercero no respondía…Tanya se encargó

- ¡Auch!.- se quejó del certero golpe en su nuca.- Soy…soy…Jasper

- Entiendo.- dijo la chica mirándolo extrañada.- Soy Alice B…

- ¡Encantado!.- la interrumpió, tomando su mano y agitándola efusivamente

- Suéltala. La dejarás sin mano.- sisee entre dientes

- ¡Lo siento! ¡Lo siento!.- se disculpó. Nos miramos con Tanya y volteamos los ojos

- Ehm. No te preocupes.- lo tranquilizó la chica.- Síganme por favor

Íbamos a seguirla, cuando Jasper nos jaló a ambos de un brazo con fuerza y nos dejó frente a él. Podía apostar lo que diría, y estaba seguro que Tanya también

- ¡Me enamoré!.- chilló en tono bajo. Ambos bufamos

- ¿Otra vez?.- lo acusó Tanya con tono cansino

- ¡Esta vez es de verdad!.- besó sus dedos y los elevó al cielo como juramento

- Jasper.- palmee su hombro.- Vienes repitiendo el mismo rezo desde que bajamos del avión

- ¿De verdad?.- asentimos.- Pues olviden eso ¡Esa es mi chica!.- apuntó adelante

- Ok. Ayer era "La Bella de la Bestia". Hoy es ella ¿Y mañana?.- se burló Tanya

- La chica del aeropuerto está buena.- reconoció.- Pero era Edward el que babeaba por ella. Ahora si me disculpan.- hizo una reverencia.- El amor me llama

- Está loco.- expresé divertido

- No lo creo.- miré incrédulo a mi amiga.- Al menos en el hecho que babeabas por la chica de ayer. ¡Bestia!.- rió y siguió a Jasper

Me quedé de pié con una sonrisa en los labios. No podía negar que la chica de ayer era preciosa y que en repetidas ocasiones durante el resto del tiempo su rostro se había manifestado en mi memoria. Pero… ¿Babeando? ¡No! ¡Claro que no! ¿O sí? En todo caso…era una posibilidad en una en un millón volverla a ver… ¡Imposible!

Luego de la reunión con el Director, se nos habían asignado nuestros respectivos "Jefes", es decir, cada uno estaba bajo la tutela de un Doctor en la especialidad. Nos presentaron a casi todo el personal, se nos dieron las identificaciones y especificaciones importantes y la hora de la verdad llegó.

- Muy bien chicos. Ahora llegarán sus Superiores a cargo y podrán en su compañía, tener un mayor conocimiento de lo que deberán realizar. Como les he explicado, los primeros meses sólo serán de observación y luego ellos los irán adentrando más en su trabajo ¿Alguna consulta?

Negamos al unísono, al momento en que suaves golpes en la puerta anunciaron la llegada de los que serían nuestros Supervisores. El Dr. Brandon se levantó y abrió la puerta. Me imaginaba y creo que mis compañeros igual, por sus expresiones, a unos señores con canas y plagados de arrugas… Pero los tres Doctores, no pasaban los treinta…y por poco nuestras edades.

- Mis queridos Doctores todos.- sonrió amable Gino Brandon.- He aquí sus Supervisores.- indicó a los recién llegados.- Y he aquí sus aprendices, casi colegas.- apuntó a nosotros.

- Muchos Gusto.- parecían coordinados

- Igualmente.- y nosotros no nos quedábamos atrás

- Bien Liam.- llamó a uno.- Este es la carpeta con los datos relevantes de la Señorita Tanya Denali.- se giró hacia mi amiga.- Liam Gray. Será tu supervisor

¿Podía tener una sonrisa más grande mi querida amiga? La respuesta ¡No!

- Amanda.- se dirigió a la única chica. Miré de reojo a Jasper, que cruzaba hasta los pelos porque su nombre fuera el de a continuación.- Edward Cullen. Amanda Martin, será tu supervisora

Nos brindamos un leve asentimiento. Además que podía escuchar como Jasper bufaba indignado. Al parecer el amor de hace un rato atrás se le había pasado…o quizás no, viendo la cara que nuevamente tenía al ver a Alice asomar su cabeza desde la puerta.

- ¿Se puede?.- preguntó tratando de no interrumpir

- ¡Claro Alice! Pasa.- le indicó el Director

- Me tendré que ausentar por unas horas, pero volveré luego. Vendrá una chica a preguntar por mí. Su apellido es Swan, por si viene y aun no regreso.- explicó

La mandíbula de Jasper estaba a punto de azotar el suelo. Por lo que me vi en la obligación de allegarme a su lado y darle un pequeño golpe. Reaccionó algo aturdido, lo cual me causó gracia, pero sólo a mí. La mirada asesina que estaba enviando el que sería Supervisor de mi amigo, claramente me señaló que… ¿O Jasper era hombre muerto? ¿O debería volver a replantearse ser Médico? Porque de ésta, no pasaba…

- Adiós.- murmuró la chica, trayéndome de regreso

- ¡Y bien!.- frotó sus manos.- Riley Wells. Será el supervisor de Jasper Whitlock.- por lo visto él estaba ajeno a todo…

…Y todo el mundo igual. Tanya, no despegaba un ojo del tal Liam y él…lo mismo. Jasper miraba como un gato a un pescado la puerta por donde la chica había desaparecido. El tal Riley, podría haber estado metiendo el cuerpo de Jasper en un cajón si sus miradas mataran. Y Amanda...Amanda…pues ella no perdía detalle de mí ¡Me esperaba un largo año! ¡Muy largo!

- Creo que es todo por hoy.- determinó Amanda, una vez dentro de su consulta

- Lo creo.- reafirmé

- ¿Edward?.- me giré hacia ella.- Si quieres. Puedes dejar tus cosas aquí.- indicó el entorno.- Trabajaremos juntos, así que pasarás la mayor parte del tiempo en este lugar

- Gracias Doctora Martin

- Puedes decirme Amanda, solamente.- señaló.- La formalidad la dejaremos para otras ocasiones

- Esta bien Amanda

- ¿Edward?.- ya me estaba incomodando la situación.

Hacía cinco minutos estaba con la mano puesta en la puerta y ella seguía llamándome cada vez que hacía amago de dejar el despacho. Volví a poner mi atención en ella

- ¿Podríamos salir un día de estos?.- propuso. Mi cara debió reflejar desconcierto, porque se apresuró a explicar mejor.- ¡Digo!...como una forma de conocernos más y de bienvenida

- ¡Claro!.- no quise sonar grosero al haberme negado de buenas a primeras.- Ahora te dejo

- Si. Que estés bien. Nos vemos mañana.- asentí y salí

Ok ¿Era mi impresión o ella estaba tratando algo abiertamente? Era lo único que me faltaba. Además ¡Venía recién ingresando! ¿No hubiera sido un poco menos notorio si la invitación se hubiera realizado en unas semanas más?.

- ¿Por qué esa cara? ¿Tan malo ha sido? No creo más que lo mío.- comentó Jasper, llegando a mi lado

- Analizando qué sería peor ¿Qué te pasó a ti?

- Estoy desorientado.- hizo muecas con su boca.- ¿Estamos como secretarias o residentes de medicina?.- elevé ambas cejas.- Al menos yo creo que estoy como secretaria

- Mínimo secretario Jasper.- me burlé.- Bueno, creo que si esa es la definición de malo. Yo tengo a una doctora con las hormonas alborotadas.- exhalé aire ruidosamente

Una muy sonriente Tanya apareció en el pasillo, agitando su mano hacia alguien que no alcanzábamos a ver por nuestra ubicación. Llegó a nuestro lado, nos tomó a ambos del brazo y nos arrastró fuera del edificio.

- ¡Ha sido un perfecto día!.- canturreó una vez dentro del taxi

- Discrepo contigo.- refutó Jasper

- ¡Bah! Creí que te habías enamorado.- le encaró divertida.- ¡Eso haría el día de cualquiera perfecto!.- enfatizó al última palabra

- ¿Eso te ha ocurrido a ti?.- averigüé

- No creo que eso pueda decirlo ahora mismo.- movió sus manos en el aire.- Pero Liam es… ¡Es mi alma gemela!.- vocifero soñadoramente

- ¡Y el mío es una pesadilla!.- la imitó Jasper

- ¡Ah! ¡Entiendo el porqué de eso!.- informó. Tanto Jasper como yo, la miramos interrogante.- Es por Alice

- Ahora que recuerdo. Te asesinaba con la mirada horas atrás.- comenté

- ¡¿Y como no lo noté? ¡¿Qué tiene que ver Alice?

- Tu supervisor fue su "amigovio".- remarcó comillas aéreas.- Terminaron hace un año o algo, pero el tipo sigue al acecho

- ¡Que suerte tengo!.- exclamó sarcástico Jasper

- Yo que tu.- tomé la palabra.- Esta vez me mantengo lejos de los problemas de falda Jazz.- bufó en desacuerdo

- Además te puede traer más problemas de lo que quisieras tener en poco tiempo. Alice es la hija de Gino Brandon.- anunció Tanya como si se tratara del clima

- ¡¿Qué?.- gritamos lo bastante fuerte para que el chofer nos mirara feo por el retrovisor

- Lo que dije. El apellido de Alice es Brandon. Es abogada y se encarga de los asuntos judiciales referidos al Hospital

- Estoy jodido.- expresó derrotado

- ¡Ah! También tengo noticias para ti.- me señaló Tanya

- ¿Qué cosa? Si es por Amanda. No pienso meterme con ella, aunque sus arranques hormonales me atrapen contra la espada y la pared.- aseguré tajante

- ¡Oh! Esa información es nueva.- palmeó mi rodilla.- La verdad sé poco de ella. Lo único que Liam me ha dicho es que está soltera y en busca.- me miró enarcando su ceja.- Pero esa no es mi noticia. Vi a la "Bella de la Bestia". La chica de aeropuerto

- ¡¿Qué?.- volví a gritar.- ¡Lo siento!.- me excusé al ver nuevamente la cara de pocos amigos del chofer

Por suerte habíamos llegado a nuestro destino, porque sospechaba que otro grito más y nos hubiera hecho bajarnos en cualquier parte.

- ¿Dónde la viste?.- volví a mi ataque cuando descendimos del taxi

- En el Hospital.- se encogió de hombros

- Pero… ¿No puedes decirme algo más específico?.- exigí

- Podría…- señaló.- Pero estaba con Liam viendo unas fotos de su familia y cuando volví la vista. Ella ya había desaparecido. Y luego nos vinimos

- Es decir que cuando nos veníamos ¿Ella estaba allí?.-

- Ajá.- contestó. Y pude ver como Jasper observaba mi postura detalladamente

- Tanya.- le habló.- Corre. Edward tiene en estos momentos instintos asesinos

Y sin más quedé solo en la entrada del departamento.

Maldita mi suerte. Había estado preguntándome si algún día la volvería a ver, mi respuesta había sido auto contestada ¡No! ¡¿Y ella había estado a pasos míos? ¡Mi suerte era como Jasper! ¡Jodida!


Be.-

...

- Bella.- llamó cauteloso Ben.- No creo que sea buena idea estar aquí.- indicó cuando estábamos fuera de la casa de la bruja

- Hagamos algo.- razoné.- Tu te quedas aquí y yo entro a buscar la famosa carpeta

- ¡¿Estás loca?.- me gritó.- ¡Bella! ¡La dueña de esta casa está detenida! He visto películas y estoy seguro que la casa está repleta de cámaras secretas ¡Podrían inculparnos por ingresar a la evidencia!

- Hasta lo que yo sé. Aquí no ha habido ningún crimen.- rodé los ojos

- De todas formas.- siguió con su teoría

- Voy a entrar.- dije decidida y comencé a caminar. Poco avancé cuando Ben volvió a tomarme por el brazo

- ¿Y si mejor llamamos a la policía?.- bufé exasperada

- Si llamamos a la policía, ellos se llevarán esa carpeta. No obtendré nunca el nombre del padre de Fifi y ella irá a un orfanato ¡No!

Ben asintió, aun sin estar totalmente convencido de estar haciendo lo correcto ¡Yo tampoco! Pero era la única forma de ayudar a mi bebé. Observé a todos lados, por si se veía algo extraño. La verdad era que Ben me había contagiado su paranoia, pero la entrada y casa estaban en total penumbra. Nos internamos por fin en ella y decidimos desplazarnos a obscuras. Subimos la escalera y nos dirigimos apresurados a la habitación de la bruja.

- Busca rápido Bella.- me apremió Ben

- Estoy buscando.- dije enfadada. Su apuro, me ponía más nerviosa

- ¿La tienes?.- volvió a insistir

- ¡No!.- grité

- ¡Sht!.- me calló en forma histérica

Estaba por perder las esperanzas. Cuando mi mano palpó una protuberancia con las similitudes de una carpeta. La saqué y la guié a la luz que se colaba por la ventana. Ese era el papel que envolvía la carpeta. Y dentro estaba mi objetivo.

- ¡La tengo!.- grité

Como si los nervios que nos carcomían fueran pocos. El repique de mi móvil hizo presencia en el peor de los momentos

- ¡Ahh...!.- bramamos al mismo tiempo

- ¿Bueno?.- contesté en susurros

- ¿Bella?.-

- ¿Phil?

- ¿Por qué hablas así?

- Porque estoy en casa de la bruja. Vine a…

- ¡¿Qué? ¡¿Te volviste loca? ¡¿Qué jodidos hace ahí?

- ¡Wow! Calma.- pedí asombrada por su forma de gritarme

- ¡¿Calma? ¡Sal inmediatamente de ahí!

- Pero…

- ¡Bella! ¡Esa casa será allanada en busca de pruebas! ¡¿Quieres hacerle compañía a tu jefa?

Como Ben había estado escuchando los alaridos ensordecedores de mi padrastro. Tomó mi mano y entre trompicones me hizo salir por la parte trasera de la casa. Aún podía sentir a Phil murmurar una sarta de insultos por mi falta de tino e irresponsabilidad, pero estaba más concentrada en no saludar de beso al suelo con la velocidad que Ben llevaba.

- Yo…yo…no…saltaré…por…ahí.- intenté pronunciar por la falta de aire

- ¡Oh. Sí! ¡Si lo harás!.-

- ¡No puedo!.- dije como demente al ver la muralla que según Ben, debía saltar

- ¡Si puedes! ¡Y es mejor que te sujetes porque soy capaz de hacerte aterrizar con la cabeza!.- gruñó

Me tomó de la cintura y me sentó de un solo impulso en lo alto. Observé hacia abajo y no estaba en mis planes morir tan joven y dejar a mi bebé sin encontrar su padre. Así que comencé a negar repetidas y vertiginosas veces

- ¡Salta!.- ordenó Ben

- ¡No puedo!.- me quejé

- ¡Mierda!.- refunfuñó y se trepó a mi lado.- Muy bien. A la cuenta de tres vamos a saltar juntos. Uno, dos.- y estuve de rodillas en el piso

- ¡Dijiste que a la cuenta de tres!.- lo golpee con la carpeta

- Por eso no lo hice así.- sonrió y me ayudó a levantarme.- Eres mujer y eres histérica

Estuve a punto de responder, pero me mordí la lengua. Precisamente no era yo la que estaba alterada a rayar en la histeria dentro de la casa ¡Hombres! ¡Supuestamente. El sexo fuerte! ¡Si. Claro!

- Estoy fuera.- informé a Phil. Al recordar que estaba aún al teléfono

- ¡Te quiero mañana mismo donde Alice Brandon! ¡Y no protestes!.- se adelantó

Mientras iba en el taxi, miraba alternadamente la calle y la carpeta en mis manos. Phil, Ángela y Ben. Me habían prohibido siquiera mirarla más de la cuenta. Llegué a las puertas del Hospital y comencé a internarme. Pregunté por la chica y me indicaron su oficina, además que ella ya había dado la orden que me dejaran pasar y me indicaran su despacho. Phil debía haber movido sus palillos

Por los pasillos divisé a varias personas. Pero mi vista quedó fija en un par de médicos riendo y ojeando unos papeles. La chica se me parecía mucho a…la chica del aeropuerto. Agudicé mi vista e intenté acercarme…

- ¿Señorita?

- ¿Si?.- le respondí al guardia

- Por aquí por favor.

Tuve que seguir mi camino sin poder salir de mis dudas. El guardia se detuvo de un momento a otro y lo miré sin entender. Hasta que fijé mis ojos en el nombre que rezaba la placa colgada en la puerta y una diminuta chica al lado de ésta.

- ¿Isabella Swan?.-

- Si. Soy yo ¿Alice Brandon?.- asintió, dejándome pasar a su oficina

- Supongo que te esperabas poco menos una rubia de dos metros.- afirmó. Dude en decirle que si o morderme la lengua.- Seguro que sí, pero…Ésta soy yo.- sonrió cálida

- Bien.- dije sin saber que contestar

- Ok. Cuéntame tu versión de los hechos. La verdad es que Phil me contó algo ¿Es tu padre verdad?

- No. Phil es mi padrastro, pero tenemos una excelente relación

- ¡Oh! Me alegro. Es difícil oír eso hoy en día. Y se ve que te adora- volvió a sonreír

- Yo igual.- respondí

- Bien. Phil me contó a grandes rasgos el tema en cuestión. Así que necesito la versión oficial

Comcencé a relatarle todo. Desde el mismo día en que había llegado a trabajar a esa casa y todo lo que había visto y oído. Alice infundía una confianza digna de alabar, y me encontré conversando como si grandes amigas fueramos. Me escuchó en forma atenta y sin interrupciones en ningún momento, mas que para ahondar en alguna información que haya relatado superficialmente. Al cabo de cuarenta minutos por lo que vi en el reloj adosado a la pared, llegué al momento cúlmine de mi historia. La hazaña llevada a cabo la noche anterior o la real estupidez, como lo había llamado Phil, fue lo último.

- Esa mujer te aseguró saber quien era el padre.- afirmó y me di cuenta que quizás me había expresado mal

- No. En realidad ella dijo que podía darme una información confidencial que me llevaría a él

- Ok. No le creo.- zanjó. Quedé bloqueada

- Pero…ella odia a su ex marido.- expliqué

- Ella puede decir que está dispuesta a matarlo con sus propias manos, pero…- negó frunciendo los labios.- Ella puede estar coludida con él Isabella. Y puede perfectamente querer esa carpeta para deshacerse de ella o en el mejor de los casos, en su beneficio...buscar la forma de inculpar a Victoria y de paso buscar su propia venganza. Donde James quedaría libre de todo.- esclareció.- ¿Sabes lo que contiene esa carpeta?.- negué.- Abrámosla entonces

Se la di y la abrió en forma presurosa. Mi mandíbula desencajó de su lugar y mis ojos se abrieron como platos. Era un tipo álbum de fotografías, como las familiares. Con la diferencia que las fotos que acá se exhibían, eran todas y cada una de chicas menores de edad. Además de papeles, con los que creí serían los datos de las mismas. En algunas fotos salían acompañadas de James y otras personas y en poses y vestimenta que definitivamente eran para mayores o peor aún, debían estar prohibidas.

- ¡Dios mío!.- susurré impactada

- Espero que Dios nos ayude en este momento Bella. Ella no puede salir libre y esa pequeña no puede estar con un monstruo como ella. Estoy segura que a Estefanía le espera un futuro parecido al de estas chicas.- mi corazón se oprimió

Pensé en mi bebé y cuando su madre le hablaba de cuidar su figura. Ella la había conservado porque le serviría con el tiempo. Cuando fuera adolescente ¡Mi bebé preciosa!

En tanto ella se movía por todos lados como un torbellino en la espaciosa oficina. Me explicó que sacaba copias a las pruebas que teníamos en las manos. Cuando terminó me miró expectante. Seguramente esperando que expresara lo que mi reflejo mostraba

- Pero… Si la mujer me engañó. Estamos perdidas…- dije desanimada

- Eso lo veremos ahora mismo.- se levantó como resorte y tomó sus cosas.- ¡Vamos! ¿Piensas quedarte ahí o buscar una solución a todo esto?

- Si.- me paré y la seguí.- Pero… ¿Dónde vamos?

- A ese Club.- me atraganté con mi propia saliva

- ¿Qué? Ella…ella…no dirá nada y como tu…como tu dices, lo más seguro es que me haya visto la cara de idiota

- Pues ahora mismo veremos si ella es tan lista como se cree o es más idiota que nosotros.

Dos horas después nos encontrábamos fuera del local, claro que ahora vestidas normalmente ¡Cosa extraña! Pero estaba mas nerviosa que cuando vestía como personaje de Disney u hombre o algo parecido. Por lo visto me estaba acostumbrando a andar de incógnito. Alice no perdió tiempo y bajó apresurada del automóvil. La envidié por su habilidad de caminar prácticamente con zancos. Tocó un portón contiguo a la entrada del local

- No digas nada Isabella. Déjame hablar a mí.- susurró

- Bella.- corregí y ella mi miró como si tuviera un tercer ojo.- Me gusta que me digan Bella

- ¡Oh! Perfecto. Alice.- dijo y ahora fue mi turno de mirarla raro.- No tengo apodo, así que llámame Alice… ¡Era una broma!.- explicó luego de unos segundos y tuve que sonreír por cortesía.- Bueno, por eso soy abogada. De humorista hubiera muerto de hambre

En ese momento el mismo hombre que me había dirigido ese día al cuarto de Heidi abrió la puerta.

- ¿Qué quieren?.- ok, de humor tampoco tenía nada él

- Necesito hablar con Heidi Volterra.- exigió Alice con un tono de voz que no dejaba lugar a protestas

- No hay nadie aquí y menos con ese nombre.- aseguró. Pero unas risas femeninas provenientes del local, dijeron lo contrario

- Veamos.- fingió pensar.- Estoy aquí por las buenas y pidiendo hablar con Heidi de la forma más civilizada. Pero ya que te niegas a cooperar lo podríamos hacer por el camino difícil

- ¿Y como sería eso?.- rió el tipo para mirarnos despectivamente

- Que mi tamaño no te haga fiar.- sonrió ella de forma altanera.- Recuerda que lo bueno viene en frasco pequeño, pero el veneno también. Y te aseguro que mi veneno es letal

¿Era esta chica la misma cordial del Hospital? Tuve que mirarla detenidamente para convencerme que era ella y no una hermana gemela u otra persona con su cara.

- He dicho que no está…-

- Te corrijo. Haz dicho que no había nadie con ese nombre aquí. Nunca haz dicho que no está. Así que si me permites.- trató de empujarlo para pasar, pero el tipo lo impidió

- Mira… pequeña Liliputiense.- se jactó de ella.- Da media vuelta y vete. Antes que te tome y te meta dentro de un frasco para patatas pequeñas

- Ok. Te di la posibilidad de escoger.- advirtió.- Soy abogada y estoy tras el caso de Victoria Harrison. Sé que ella trabajó aquí y no me cabe la menor duda que este lugar está relacionado con los cargos que se le imputan.- al mastodonte casi se le salían los ojos.- Tengo pruebas y puedo pedir orden de allanamiento para este lugar. Tu escoges ¿Puedo hablar con ella o no? ¡Ah! Y...- se echó hacia atrás para ver la patente del local en la muralla.- Este local no cuenta con autorización para funcionar como Night Club ¿Nos entendemos?

El tipo murmuró algo por lo bajo, pero la dejó pasar. Nos adentró por un corredor que al final del pasillo conectaba con el Club. Nos hizo esperar ahí, hasta que unos minutos mas tarde Heidi Volterra hizo acto de aparición con una cara de odio contenido.

- ¿En que les puedo ayudar?.- se esforzó por parecer amable

- Tengo poco tiempo. Asi que buenas tardes.- comenzó Alice.- Usted ha pactado algún tipo de trato con mi cliente aquí presente.- me indicó. Heidi me miraba entrecerrando sus ojos.- Una información por la carpeta que sostengo aquí

La claridad asomó las facciones del rostro de la mujer. Me miró con ganas de estrangularme y tuve que encogerme en mi lugar por la fuerza de su inspección.

- Así que la cara de mosca muerta era una fachada.- rió oscuramente.- Pues te informo que así como tu haz querido engañarme. Yo igual lo he hecho. No sé absolutamente nada del padre de esa mocosa de mierda

Quise abalanzarme sobre ella por haber llamado así a mi bebé, pero Alice tomó mi brazo disimuladamente y me oprimió leve.

- Estoy segura que no estamos yendo en la misma sintonía.- negó Alice

- Estoy de acuerdo.- asintió ella.- Ahora si me permiten. Tengo que prepararme para mi show de esta noche

- ¿Es tu único trabajo?.- interrogó Alice y me guiñó para aclararme que sabía lo que hacía

- Si ¿Y eso que?.- Alice chasqueó la lengua

- Entonces no creo que quieras perderlo

- Me están aburriendo. Salgan inmediatamente por donde vinieron.- comenzó a caminar, pero la voz de Alice la detuvo

- Puedo cerrar el local. Puedo pedir una orden del juez, y la policía puede encargarse de cerrar el local por el vínculo que te une al principal inculpado. Eres su esposa ante la ley y el juez puede creer que estás en completo conocimiento de los delitos que se le inculpan. Además de agregar a la pena, la ilegalidad de este Club o Café

- ¡Tú…!.- rugió Heidi hacia mí, pero Alice la frenó

- Cuida como le y me hablas.- miró sus uñas relajadamente.- Tengo pruebas

- Yo…- Heidi sabía que mas decir en su defensa o para librarse de esto

- Y la carpeta la tengo en mis manos y encierra de manera brutal a tu marido.- extendió la carpeta hacia ella.- Y no creas que rompiéndola se termina todo. Hay copias.- sonrió triunfal

La mujer extrajo las fotografías y cada una que pasaba, su cara adquiría un tono más fuerte todavía. Estaba segura que en cualquier momento, su cabeza expelería humo y se fundiría de la ira. Terminó de verlas y lanzó un ruidoso bufido, seguido por un gruñido gutural. Al menos si me mataba, no moriría sola...pensé cuando creí que sería mi fin por los dardos que me envió

- ¡¿Qué mierda quieren?

- Datos.- apuntó Alice.- Los datos que conoces del paradero del padre de Estefanía

- ¡Yo no sé nada! ¡Maldita sea! ¡Y maldita tú!.- me indicó con su larga uña

- Y seguimos con la terquedad ¿Vas a cooperar o te quedarás sin trabajo, sin marido, sin libertad y con todo tu personal en contra?

Heidi se tiró el pelo con fuerza. Inspiró como búfalo varias veces y luego se giró hacia Alice

- Sé que tenían entre dieciocho o diecinueve años. Estudiaban Medicina. Estaban por una semana en un viaje de placer, en sus vacaciones. Eran cinco amigos

- ¿Qué más?.- instó Alice. Heidi le envió una mirada envenenada, pero prosiguió su discurso

- Vivían en California. No recuerdo todos sus nombres, pero sí el que Victoria quería engatusar. Pues vio sus documentos

- Características y nombre.- apremió.- Y quiero la verdad. Tú sabes que de tus palabras depende tu marido y toda tu vida.- observó alrededor

- Tez blanca, alto, musculoso, pelo oscuro y rizado. Y su nombre es Emmett McCarty. Eso es todo y no sé más. Ahora déjenme en paz.- gritó y se fue

...

Salimos del Club y nos subimos en silencio al auto de Alice. Frenó en un café (café, café esta vez) y entramos ahí. Pedimos dos Moka y esperé impaciente por sus palabras.

- Bella.- habló cautelosa.- Debes traer a Estefanía

- Está bien. Estaremos bien en mi departamento.- reflexioné. Sin embargo, Alice me miró con ¿pena?.- ¿Qué ocurre?

- Estefanía no podrá quedarse contigo Bella.- jadee asustada.- Ella deberá estar bajo la custodia de un Centro de Menores

- ¿Centro de Menores?.- repetí en un susurro.- ¿Por cuánto? Pero...¡No quiero dejarla sola!.- dije al borde de las lágrimas

- Lo siento Bella, pero es el procedimiento. Deberá estar durante todo el proceso o hasta que demos con su padre o algún familiar que pida su custodia.- suspiró y prosiguió.- No sé si podrás verla. No eres familiar y es la única forma que no te veas envuelta en esto.- me miró con disculpa.- Como si nunca la hubieras conocido

Y en ese instante supe que Estefanía...se llevaría mi corazón con ella... No podría soportarlo...

En todo este tiempo, ella formaba parte de mi vida ¡Por siempre!

...

Continuará...

Capítulo 7: Capítulo 9:

 
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