De niñera a Mamá. (+18)

Autor: caro508
Género: + 18
Fecha Creación: 06/11/2010
Fecha Actualización: 08/11/2010
Finalizado: SI
Votos: 12
Comentarios: 22
Visitas: 77461
Capítulos: 21

La vida de Bella Swan cambia radicalmente. En busca de trabajo como niñera, encuentra algo más.... una pequeña necesitada de amor. Luego de algunos sucesos ella comprende que no puede dejarla sola... donde comienza un nuevo desafío; encontrar al padre.


Hola, es mi primera vez que hago esto, esta historia no es mía, le pertenece a Pam3.C.S., yo solo la subo con su autorización, es una de  mis favoritas espero les guste...

Dis: "Los personajes son propiedad de Sthep. Meyer, tan solo  la historia es de Pam3.C.S."


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Capítulo 11:

Bella Pov

Fui a casa para dejar a Jacob en mi departamento y poder recoger algunas prendas de ropa, además de mis artículos personales. No sabía cuanto tiempo íbamos a estar como huéspedes del Hospital. Alice había dicho que serían los días en que estuvieran listos los exámenes de ADN, pero del mismo modo podían extenderse hasta que comenzaran los trámites de reconocimiento de Estefanía por su padre biológico. Luego que las pruebas ya fuesen realizadas.

Tuve que explicarle a mi pequeña que nos quedaríamos a dormir en el hospital, porque me sentía un poquito mal, sin embargo con lo astuta que era, su pregunta fue ¿Pod qué entonces me sacan sangde a mi y no a ti? Le expliqué, que solo era porque tendría que quedarse conmigo, y en caso que ella enfermara. Mi diminuta enfermera comprendió y se puso alerta de inmediato. Comenzó con las labores de doctora que Sue le había enseñado… Estaba nerviosa por estar aquí. El padre de Alice nos había facilitado una habitación privada. Ángela y Ben, se habían ofrecido para reemplazarme, si es que me agotaba estando acá. Pero no tuvieron que esperar mi respuesta verbal. Mi rostro ya lo había hecho.

No me separaría ni un solo segundo de mi bebé, si es que era posible. Me deslicé de costado en la cama, era pequeña, pero estábamos tan acostumbradas a dormir pegaditas, que era lo de menos. Mi bebé estaba fascinada observando su dibujos animados favoritos, acostada y ajena a todo el revuelo que se formaba a su alrededor.

- Tengo sueño Bella.- bostezo haciendo una pequeñita "O" con su hermosa boquita

- Entonces duerme bebé.- la arropé, pero ella tiró las ropas hacia atrás y se sentó a observarme.- ¿Qué pasa Fifi?

- ¿Cómo te sientes?.- puso sus manitos en mi frente, como días atrás en Forks

- Un poquito mejor.- admití, aunque más bien lo decía en relación a mi mejoría por la tranquilidad de estar cumpliendo mi meta con ella

Fifi se paró de la cama y corrió por la habitación con sus piececitos descalzos. Al menos no debía preocuparme por eso. La habitación, a diferencia de mi departamento, estaba alfombrada totalmente. Se paró en seco al centro de la pieza, y con su dedito en la barbilla comenzó a buscar minuciosamente por todo el lugar

- ¿Qué buscas Fifi?.- dije parándome de la cama para ir donde ella

- Es que no alcanzo.- gimoteó golpeando con su piececito en el piso de frustración

- ¿Qué es lo que alcanzas?.-

La puerta se abrió y quedé con el corazón en la boca. El Doctor Cullen, Edward, hizo su ingreso con su radiante bata blanca. Nos miró con una ceja alzada, intrigado seguramente por encontrarnos a las dos de pié y como gatitos perdidos. Vi a mi niña mirarme con esos ojitos traviesos y atravesar la habitación con pasito rápido hasta situarse frente a Edward.

- ¿Qué pasa pequeña?.- preguntó él y se acuclilló a la altura de ella

- Necesito alcanzad la ventana.- indicó hacia ella. Los dos la miramos sin entender nada

- ¿Por qué quieres llegar a la ventana bebé?.- curiosee

- Pod favod.- le puso su mejor carita de perrito mojado a Edward y estiró sus bracitos a él

- Sus deseos son órdenes para mí.- señaló él y la cargó hacia donde ella pedía

Verlos así, me convenció lo que faltaba. Que Fifi sería la niña feliz que buscaba que fuera. Sabía que era sólo una corazonada, pero tenía la fuerza para decirme que ellos eran más que un Doctor y una niña cualquiera. Los miré detenidamente y sin que fueran alucinaciones mías, estaba convencida que había similitudes en ellos… Pero quizás era sólo lo que yo quería ver.

De pronto volví a enfocar bien mi vista en ellos. Y pude percatarme con la profundidad que el miraba a mi pequeña bribona. Un sentimiento fuerte se apoderó de mi estómago al observarlo detallar cada parte de la carita de Fifi.

- Acuéstate Bella.- me pidió mi niña, que de un momento a otro estaba delante de mí en los brazos de Edward aún

- ¿Así está bien?.- cuestioné cuando hice lo que me indicaba ella

- Sip.- se bajó apresuradamente y sin mediar aviso, puso sus manitos en mi rostro. Dejé salir mi risa sin esperar.- ¿Ves? Está mejod.- le informó Fifi a Edward.- Mamá Sue me dijo que tenía que haced eso

- ¿De verdad te sientes mal Bella?.- preguntó preocupado Edward. Y mi rojo enfurecido apareció

- Ahora estoy bien. Gracias.- le guiñé un ojo para que entendiera que era por Fifi. Pero cuando me dí cuenta de mi gesto tan concienzudo, me sentí arder.- Vamos a dormir bebé

- Buenas noches Doctod.- estiró su boquita hasta que alcanzó la mejilla de Edward, cuando éste se agachó a su altura

- Que duermas bien.- se despidió acariciando los cabellos de Fifi

- Buenas noches Bella. Te quiedo mucho.- un sonoro beso fue mi recompensa

- Buenas noches cielo. Te adoro

Mi pequeña se acomodó acurrucada como un bebé a mi costado y poco a poco comenzó a entregarse a los brazos de Morfeo y acompasar su respirar. Miré de soslayo a Edward, que estaba sentado frente a la cama y pendiente de todos los movimientos de Fifi, que ya cesaban totalmente. Luego de un momento, se levantó sin emitir ruido y se posó frente a la ventana. Estuvo un buen tiempo allí, observando sin observar. Pues, su vista se veía perdida en la oscuridad de la noche.

- Estefanía está muy acostumbrada a ti.- comentó de pronto, fijando nuevamente su cuerpo hacia nosotras

- Yo también con ella.- admití sonriendo a mi dormida pequeñita

- ¿Qué va a pasar cuando todo esto se resuelva?.- inquirió sentándose al borde de la cama nuevamente

- Ella encontrará una familia que se preocupe realmente por ella. Y será una niña feliz

- ¿Y tú?.- lo miré sorprendida por su pregunta. Aquí lo que más importaba era Fifi, lo demás era detalle. Sin embargo, su preocupación me alegró sin quererlo

- Mi único deseo desde que la conocí…- sonreí.- Era que ella conociera lo que era una familia. Que ella tuviera la oportunidad de ser querida como se lo merece…

- Puedes estar tranquila.- murmuró mirándome fijamente.- Sea Jasper, Emmet o yo… ella tendrá lo que debió tener siempre. Y no me refiero simplemente a lo material

- ¿Ya se lo confiaste a tu familia?.- sonrió algo incómodo y despeinó aun más su cabello

- Aun no.- hizo una graciosa mueca como disculpándose.- Quiero hacerlo cuando los resultados estén listos. Lo hemos hablado los tres, y vamos a esperar a tener las pruebas concluyentes.- asentí con comprensión

- Estoy de acuerdo contigo.- admití

- ¿Por qué Estefanía dijo que estabas enferma? ¿Y quien es Mamá Sue?

- Pasa que hace unos días atrás estuve con una fuerte gripe y ella intentaba bajar mi temperatura de esa forma. Lo hizo viendo como Mama Sue, que es la esposa de mi padre, ponía paños helados en mi frente.- expliqué sonriendo a la par de él.- Mi padre, y su familia viven en Forks. De por sí, los vidrios viven congelados

- Y el chico que ha estado aquí… ¿Es… tu novio?.- carraspeó luego de realizar la pregunta

- ¿Jacob?.- asintió desviando la mirada.- El es mi medio hermano

Estuvimos platicando unos minutos más, hasta que el primer bostezo emitido por mí, para mi vergüenza, nos indicó que era hora de dormir. Me pidió que cualquier necesidad que tuviéramos, no dudara en llamarlo. Y como si fuese un deseo hecho realidad, tuve su número de móvil en el mío… Mis últimos pensamientos estuvieron dirigidos a ese día en el aeropuerto. Definitivamente la vida da muchas vueltas y como siempre decía Sue, el destino te depara variadas sorpresas… Nunca me imaginé volver a verlo, y menos pensar que nuestros caminos estarían tan unidos…

Tres días pasaron y nosotros seguíamos aquí. Fifi ya se me comenzaba a desesperar, ni siquiera los dibujos animados estaban siendo de su agrado. Por suerte, Jasper había hecho su buena obra del mes y la llevaba continuamente a la guardería infantil o a la sala donde estaban los bebes que se mueven, como había expresado impresionada mi pequeña Fifi. No daba crédito a que los bebés fueran tan pequeños. Había salido con su pregunta del millón, luego una de sus visitas "Yo quiedo uno igual ¿Cómo lo hago?" Emmet fue nuevamente golpeado, por comenzar solemnemente a dar sus clases de sexualidad… Edward había llegado esta mañana con una muñeca muy similar a un bebé, incluso lloraba y hacía un sin fin de cosas, así que gracias a ello había pausado su curiosidad.

- ¡Podríamos hacer una apuesta!.- gritó de un momento a otro Emmet

- ¿Apuesta sobre qué?.- siseó Rosalie y estaba segura que no era nada bueno

- Le mataran unas cuantas neuronas más.- me susurró Edward a mi lado, haciendo que me estremeciera por su cercanía

- ¿Por qué?.- no alcancé a preguntar cuando un fuerte golpe resonó en la habitación

- ¡Es que eres estúpido Emmet!.- bramó Rosalie y abalanzándose a Emmet

- Porque su apuesta tiene relación a los exámenes.- volvió a susurrar

- ¡Ey! Hay niños presentes ¡No a la violencia!.- solicitó Jasper tomando a Rose por la cintura

- ¡Holaaaa!.- canturreó Tanya, a quien había conocido oficialmente hacia dos días.- ¿Quién es la víctima?.- preguntó divertida apuntando hacia Rose que aun estaba hecha una furia

- Bobo Emmet.- respondió Fifi divertida

- No sé para qué pregunté.- suspiró dramáticamente Tanya.- ¿Cómo estás pequeña grande Fifiona?.- apodo que le había dado

- Aquí.- respondió ella, encogiéndose de hombros. Estaba aburrida, pero no lo expresaba

- ¿Te apetece ir a la guardería?.- a mi bebé le brillaron los ojitos.- Tu amiguito Tiger, ha estado preguntando por ti

- ¿Bella puedo id?.- no pude negarme ante esa ilusionada carita

- Claro mi amor. Anda.- corrió a tomar la mano de Tanya y salieron de la habitación

- ¿Qué pasa si llego a ser le padre de esa pequeñuela?.- nos distrajo Emmet con su pregunta. Rascaba ansiosamente su nuca.- Debería ponerme en plan de padre celoso ¿Verdad? Si, eso es. Iré a dejarle unas cuantas cosas claras a ese Tigre

- ¡Es Tiger, Emmet!.- le corrigió Rose enfadada

- Si, como sea.- agitó su mano el grandote.- Gatito, tigre, león o lo que sea.- sacó y pecho y se arregló su ropa.- Debe saber las reglas de juego.- y salió rápidamente por la puerta

- Ok. Iré a controlar que mi novio mantenga conciencia que es 25 años mayor que ese niño.- declaró Rose bufando, para salir detrás de Emmet.

Con Edward, no pudimos más que reirnos de todo. Había aprendido a conocer en algo las personalidades de cada uno y estaba convencida que Emmet, era capaz de medir fuerzas con ese niño, para dejarle en claro quien mandaba. Iba a comenzar a ordenar la habitación,. Cuando un detalle llamó mi interés. Jasper estaba sentado en el sofá, mirando fijamente el piso. Sus cejas a momentos parecían una sola, cuando fruncía su ceño demasiado. Y sus labios hacían extrañas muecas. Miré a Edward, al parecer trataba de descifrar igualmente, lo que pasaba con su amigo.

- ¿Y a ti qué te pasa?.- se sentó junto a él

- ¿Perdí mi sex-appeal?.- miró a Edward con una interrogante profunda en sus ojos. Quise reírme, pero tapé mi intento con una tos

- ¿Qué? ¿De qué demonios estás hablando?.- no me pasó desapercibido los centímetros que Edward con disimulo se corrió de su amigo

- ¡Vamos Edward! ¡El sex-appeal! ¡Mi atractivo! Ya sabes

- ¿No crees que eso deberías preguntárselo a una mujer?.- habló algo perplejo Edward

- ¿Y no te dice algo tu pequeño cerebro, del por qué estoy preguntándoselo a un amigo, en vez de una mujer?

- ¿Qué tus tendencias sexuales están variando?.-

- ¡Hombre! ¡Claro que no! Pero no encuentro nada de malo en consultarlo con un amigo. Si tu me preguntas a mí, yo te encuentro sexy.- lo intenté, pero no pude evitar soltar una carcajada amortiguada por la ropa de mi pequeña que llevé a mis labios. Edward en cambio, dio un salto en su asiento para poner la mayor distancia entre ellos y Jasper, seguía esperando su respuesta como si nada

- En serio. Esto es incómodo y raro Jasper.- el aludido sólo se encogió de hombros y siguió su faena pensativa

- Creo que mi encanto ha desaparecido. Me siento como desierto. Como un camino llano. Como un capullo de rosa marchito. Como si fuer…-

- Creo que entiendo ¿A quien no pudiste ligarte esta vez?.- cuestionó divertido Edward. Y Jasper no ocultó su descontento

- ¿Podrías reemplazar la palabra ligarte por algo más sentimental?.- pidió ofuscado y dramáticamente herido.- Esto no es algo carnal. Va más allá.- gesticulaba con su manos

- Bien ¿Quién no ha correspondido a tus sentimientos?.- la burla en la voz de Edward era clara, más Jasper esta vez no lo notó

- Alice.- suspiró

- ¿Alice?.- dijimos los dos al mismo tiempo

- Si, si. Esa misma Alice. La bajita, abogada, inteligente, sexy, con todo bien puesto. Y el amor de mi vida.- me acerqué y me senté frente a ellos. Edward me miró divertido y se giró a Jasper

- ¿Qué le dijiste y qué te dijo?.- fue directo

- Quería… internarme más con el asunto de Fifi.- comenzó.- Y… cuando creí que era el momento… Le dije que me había hecho esperar demasiado tiempo…-

- ¿Llegó tarde a su encuentro?.- cuestionó Edward

- ¡No idiota!.- lo cortó.- Que se había tardado en llegar a mi vida.- un largo suspiro expiró melancólico.- Y eso fue todo. Se rió de mi y me dijo que a lo que llegaría de verdad tarde era a una sesión de gimnasio. Y se fue

Puedo poner las manos al fuego. Que tanto Edward y yo intentamos por todos los medios de no reírnos de su relato… pero nuestro propósito falló garrafalmente, cuando con una sola mirada entre ambos, soltamos la más sonora carcajada. Jasper movió su cabeza reprobatoriamente y murmuró varias cosas por lo bajo. Luego de varios minutos, en que las lágrimas corrían por mis ojos e intentaba tomar profundas respiraciones para no seguir con mi ataque, literalmente. Me controlé, al igual que Edward

- Amigo.- palmeó su hombro.- No creo que hayas perdido… tu sex-appeal. O lo que sea.- dijo rápidamente.- Sólo creo que debes cambiar tus tácticas de conquista

- Jamás le había dicho algo así a una chica.- le rebatió Jasper

- Tienes razón. Esta vez haz sido más sutil que otras.- se estremeció con algún pensamiento.- Quizás solo… ¿Te apresuraste?...

- Bella ¿Cómo me encuentras? Soy capaz de derretir el chocolate con una mirada ¿Verdad?.- me preguntó serio y totalmente abocado a mi respuesta

- Yo… pues… sí… creo que sí.- dije titubeante

- Ok. No me respondas. Ya sé que los ojos de Bella de la Bestia están en este otro.- apuntó hacia Edward y quise enterrar mi cabeza bajo tierra

- ¿Qué…? Yo…- intenté decir algo, pero mi cabeza no conectaba las ideas

- Jasper.- le habló Edward. Que tenía una tonalidad bastante igualada a la mía

- ¿Qué?.- se defendió el rubio, como si hubiese contado un cuento de niños.- No he dicho nada del otro mundo. Y menos mentiras ¡Tu también te fijaste en ella Eddie!- se paró despreocupadamente y avanzó a la puerta de salida.- Me alegro por ustedes. Ojala en un futuro cercano sea un amor consumado. Y la Bella y la Bestia queden juntos y tengas Bellitas y Bestiecitas.- miró melancólico el lugar.- Yo seguiré vagando hasta el final de mis días. Mi hija será lo único que me quede. Seguiré en espera de mi duende encantada. Adiós

Si alguien me hubiera preguntado alguna vez ¿Cuál es la situación más bochornosa que había vivido? Hubiera dicho mi presentación en la universidad. Un día tenía que exponer un tema y lo único que se vio en la pantalla, fue mi patética imitación de Moulin Rouge, una noche de copas con Ángela… ¡Que equivocada estaba! Ciertamente… ésta, era la peor.

Edward me miró con una forzada y avergonzada sonrisa. Su pelo estaba siendo testigo directo de su nerviosismo. Y mis manos, tampoco estaban muy cómodas con los apretones poco suaves que le estaba brindando. Nos paramos al mismo tiempo e intentamos decir algo, sin embargo, cada cual salió en caminos diferentes.

- Creo…- aclaró su garganta.- Creo que iré a dar mi vuelta de rutina.- se apresuró a decir

- ¡Si. Claro!.- la actuación definitivamente no era mi fuerte.- Yo… yo ordenaré todo aquí.-

Como sincronizados, caminamos nuevamente al lado opuesto. Nos encontramos al centro de la habitación y con un suave beso nos despedimos. Al sentir cerrar la puerta me tiré como un verdadero desplome sobra la cama. Y ahogué un grito en la ropa que todavía sostenía entre mis manos ¿Tan evidente era mis miradas? Y… ¿Sería cierto la otra parte?... Un click resonó en mi cabeza y me percaté de un detalle ¡Ninguno de los dos había negado o afirmado nada! Pero… ¿El que calla, otorga no? ¡Uhgh!


Ed.-

...

Estaba sentado frente a una taza de café, que se consumía de tal manera, que parecía estar rota. Hoy, era el día en que sabríamos los resultados de las pruebas. Desde ayer, había dado solo un par de vueltas por la habitación de Fifi y Bella. La oportuna idiotez desatada por Jasper, hacía que cada vez que estuviera frente a esa puerta. Mi cara comenzara un proceso irrevocable de incendio espontáneo. Sin embargo, no podía más que pensar en las palabras de Jasper hacia ella ¿Sería cierto que ella también había puesto su atención en mí? Al menos estaba claro que el chico que la acompañaba de un lado a otro, era su medio hermano, pero… eso no me decía nada.

Suspiré frustrado nuevamente. Siempre me había costado un tanto las relaciones, pero parecía que esta vez, era aumentado. Recordé a Kate, y al mismo tiempo que su imagen llegó a mí, le deseché. No tenía ya rabia contra ella, pero no sería cínico. No guardaba los mejores elogios hacia ella.

- Hola Edward.- di un respingo en mi asiento, derramando mi café.- ¡Oh lo siento!

- No te preocupes.- tomé un paño y comencé secar todo

- Al parecer estabas bastante abstraído ¿Alguna… chica?.- levanté mi rostro para observar su cara. Exactamente como lo pensé, su voz iba directamente proporcional a la cara de poco simpatía sobre su pregunta

- No. Sólo estaba pensando Amanda.- traté de ser educado

- ¿Y no hay posibilidad de acceder a esos pensamientos?.- la chica era obstinada

- Ninguno.- contesté con una sonrisa amable

- Edward.- tomó asiento frente a mí.- Sé que no tengo por qué meterme. Pero creo que hemos entablado una linda amistad.- contuve las ganas de elevar una ceja.- Y bueno… aquí en los pasillos las noticias vuelan…

- ¿De qué se trata?.- inquirí, aún teniendo claro su duda

- La chica de la habitación privada.- dijo directamente.- ¿Es algo tuyo?

- Lo siento mucho Amanda, pero creo que ese tipo de cosas no tienen por qué ser de conocimiento público.- me levanté de mi silla para retirarme

- Sé que es privado Edward. Pero debes estar conciente que tienes a la mitad de la población femenina de este lugar suspirando por ti en los pasillos…- una sonrisa coqueta asomó en sus labios.- Y bueno… me incluyo.- expuso sin tapujos

- No quiero ser grosero.- dije delicadamente.- Pero espero que no siga siendo así. No me gustaría que la mitad de la población femenina quedara sin aire por mi culpa.- repetí sus palabras en tono bromista.- Y más, sin oportunidad alguna. No me gusta relacionar mi trabajo con mi vida privada

- Pienso que estás siendo demasiado tajante. Y una persona no debe cerrarse a ninguna oportunidad. Yo...- su charla quedó interrumpida por el golpeteo en la puerta

Hice un asentimiento en su dirección y me dirigí en pocos y largos pasos hacia la puerta. Alice estaba recargada al costado de ella. Miró hacia tras de mí y saludó a Amanda, quien le devolvió el saludo sin ocultar su molestia por su presencia. Totalmente opuesta a mi, que quería poco menos realizarle un baile de agradecimiento.

- Ehm… ¿Interrumpo?.- preguntó cautelosa

- No.- me apresuré a contestar cuando vi a Amanda dispuesta a correr a Alice de la sala

- Bien.- dije ésta, no muy convencida.- Edward. Te necesito en mi oficina. Los chicos ya están allí

- Ahora voy.- cerré la puerta y me dispuse a buscar mis cosas

- ¿Tengo que entender que nuestra plática ha concluido?.- el tono mordaz de Amanda, me instó a dejar las cosas claras sin arrepentimientos

- Nuestra plática terminó.- concluí.- Si no te ha quedado claro lo que he dicho. No es mi problema, pero creo que he sido lo suficientemente detallista para darte a entender que mis supuestas acosadoras no tienen lugar para mí

Sin más, salí de allí. Sabía que con esto prácticamente me estaba tirando a las fauces hambrientas de los cocodrilos. Mal que mal, ella era mi superior y podía reprobarme o aprobarme a su antojo. Pero jamás había dejado que alguien me amedrentara, cuando mi razón estaba por sobre la de otros y esta no sería la excepción. Kate, había intentado de un modo no muy grato embaucarme, y ya estaba entrenado en las artes de las manipulaciones.

...

Los saludos en la oficina de Alice fueron rápidos. Y un puñado de papeles sobre la mesa, me indicó que el día había llegado. Bella y Fifi estaban junto a Tanya y Rose en la guardería.

- Bien chicos. Con la premura que le hemos otorgado a este caso en particular, tengo los exámenes en mi poder y antes que llegaran los he revisado.- su mirada no indicaba nada en particular

- Ok. Necesito saber, sino quedaré sin uñas y Rose volverá a golpearme.- sonreímos ante las palabras de Emmet. A pesar de que se podía sentir un ambiente tenso

- No me explayaré mucho. Lo único que quiero recordarles, es que estos resultados no son como si fuera un examen universitario u otra cosa. Se trata de la vida de una niña pequeña que no lo ha pasado bien. Estos resultados implican derechos y deberes. Los cuales tiene que ser pensados, y no realizados al azar.- tomó una pausa para mirarnos a los tres.- Con esto papeles chicos. Ustedes comienzan un antes y un después. Ya no sólo es su vida la que deberán manejar; sino también la de una niña pequeña.

- Creo que los tres estamos concientes de eso.- expuso Jasper, con una seriedad pocas veces vista.- Aunque cabe destacar que creo estar seguro quien es el padre

- ¿Si? ¿Y por qué no me lo dijiste antes? ¡Maldito ricitos de oro engreído!.- bramó Emmet apuntándolo

- Entonces creo que no dilataré más la situación.- finalizó Alice.- Lo que tenga que hablar, lo haré directamente con el padre.- suspiró, leyó nuevamente el papel y concluyó.- Los resultados nos arrojan un 99.9 % de probabilidad que tú Edward, eres su padre

- Lo sabía.- musité con una mezcla se sensaciones en la boca del estómago

- ¡Ridículos sabelotodo!.- refunfuñó Emmet, de brazos cruzados

- He escuchado a dos de ustedes decir que tenían la seguridad que sabían quien era el progenitor de Estefanía ¿Cuál es la razón?

- Fifi es la copia exacta de mi padre y mi hermana. Sobre todo de ella.- sonreí al recordar días pasados, la primera vez que la ví

- Entiendo ¿Tus padres y familia saben de todo esto?.- cuestionó ella

- No. Estaba esperando esto para hablar con ellos

- Algo totalmente razonable.- expuso en apoyo.- Bien, creo que es hora que conversemos solamente los dos. Hay cosas que quisiera tocar contigo

- Intenta que Emmet no diga ninguna estupidez delante de la niña.- le pedí a Jasper cuando comenzaron a ponerse de pié para abandonar la oficina

- ¡Si claro! ¡Siempre Emmet! Hasta con la niña de mis ojos te quedas tú.- salió alegando mi amigo, seguido por un Jasper aun desanimado y una Alice pendiente de sus movimientos.

- Bueno Edward. Primero que todo ¿Qué te parece todo esto?

- No es nuevo.- admití.- Del hecho que cuando la ví, supe que teníamos un vínculo más allá del que hasta ahora habíamos llevado a cabo.- sonreí.- No te mentiré que me asusta un poco todo esto. Como bien dijiste, soy por ahora, responsable solamente de mí. Y a partir de este momento, se agrega alguien más a la ecuación

- Te entiendo

- Pero no por eso, es una obligación que tome con molestia o desagrado. Estefanía es una niña preciosa, y uno ya la quiere en el momento que interactúas con ella.

- Te apoyo totalmente. A pesar de que su madre es una vil mujer, por guardar un poco la compostura de todos los insultos que podría darle. Estefanía es totalmente opuesta. Es una niña, si. Pero a pesar de eso, la calidad que envuelve a la niña, es absolutamente superior a esa mujer

- ¿Qué pasará con ella? ¿Qué debo hacer ahora? Estoy algo nervioso.- confié.- No sé muy bien qué pasos a seguir y como actuar

- Es normal Edward.- me calmó.- Lo primero, es que hables con tu familia y le comentes del nuevo integrante que se suma a la descendencia Cullen.- sonrió intentando aligerar el ambiente.- Lo segundo y casi primero a la vez, es que reconozcas legalmente a Estefanía como tu hija. Esto lleva a los tercero y más complejo.- suspiró pesadamente.- Entablar lo antes posible el juicio sobre la tuición de la niña. Que espero, sea el total para ti

- ¿Qué pasará con esa mujer?

- Lamentablemente Edward. Con esa mujer, nos estamos moviendo en un terreno corrupto y amoral. Por lo que he sabido. Ella aun no es trasladada a un centro de reclusión como es debido. Y las pruebas están siendo tomadas muy vagamente en cuenta.

- ¿Quedará libre?

- Intentaré por todos los medios que no sea así. Aun tengo en mi poder unas pruebas que podrían ser concluyentes.- afirmó para luego ponerse de pié y sentarse más cerca de mí.- Ahora Edward. No podrás sacar a Estefanía de la ciudad, mientras el juicio se lleve a cabo

- Lo sé. De hecho mi cabeza no hace más que pensar en posibles soluciones para realizar las mejores decisiones. Estoy terminando mi carrera y ahora más que nunca me urge hacerlo, pero la pista se me pone complicada

- Quiero pedirte un favor personal. Y que también servirá para que un modo u otro, la carga no sea tan difícil llevarla.- asentí, dándole a entender que siguiera.- No alejes a Bella de Fifi abruptamente.- iba a intervenir, pero ella me pidió que guardara silencio.- Conozco a Bella hace poco tiempo, pero ella le ha entregado mucho más de lo que le brindó su madre en cuatro años. Esa niña, se ha convertido en el centro de todo para ella. Y gracias a ella, tu sabes hoy que tienes una hija. Y la niña está totalmente encariñada con ella.- me expuso algo que se notaba a simple vista.- Creo que será recomendable que un Psicólogo atienda en cierto modo el caso. Pero tu mayor apoyo en este momento, está en esa muchacha de cabellos marrones que ha dejado todo para ayudar a una niña que no lleva su misma sangre, pero que siendo sinceros... tienen un corazón unido...

...

Continuará...

Capítulo 10: Capítulo 12:

 
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