De niñera a Mamá. (+18)

Autor: caro508
Género: + 18
Fecha Creación: 06/11/2010
Fecha Actualización: 08/11/2010
Finalizado: SI
Votos: 12
Comentarios: 22
Visitas: 77463
Capítulos: 21

La vida de Bella Swan cambia radicalmente. En busca de trabajo como niñera, encuentra algo más.... una pequeña necesitada de amor. Luego de algunos sucesos ella comprende que no puede dejarla sola... donde comienza un nuevo desafío; encontrar al padre.


Hola, es mi primera vez que hago esto, esta historia no es mía, le pertenece a Pam3.C.S., yo solo la subo con su autorización, es una de  mis favoritas espero les guste...

Dis: "Los personajes son propiedad de Sthep. Meyer, tan solo  la historia es de Pam3.C.S."


+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 12:

Edward  Pov

Luego de haber conversado con Alice, había pasado la tarde absolutamente solo. No era que me molestara la compañía de nadie, pero necesitaba de una u otra manera, internalizar bien toda la noticia ¡Era padre! Y no sólo eso, sino que de una niña de cuatro años, con una madre digna de la horca y ni siquiera tenía los medios como para ofrecerle un futuro mejor que el presente o pasado que había tenido que vivir. Aun me faltaban algunos meses por recibirme, y no se trataba de llegar y pedir aplazar las situaciones como si de adquirir un producto se tratara…

Emmett y Rose habían tenido que volver a California. Rose se había disculpado por no poder estar conmigo para enfrentar todo lo que venía, pero si retrasaban un día más su regreso, posiblemente allí creyeran que aun estaba tratando de revivir a su abuela, la cual llevaba más de diez años bajo tierra. Pero mi amigo Emmett lo había dispuesto así…

Entré silencioso a la habitación de Bella y Estefanía. Ambas dormían plácidamente, mientras yo me carcomía el cerebro analizando cómo hacer mejor las cosas y aún después de varias horas, no encontraba respuesta… Había hablado con una Psicóloga amiga, le había explicado la situación y al mismo tiempo solicitado su ayuda. Su recomendación había sido, ir paso a paso. No decirle a la niña de un momento a otro que yo era su padre…

También me había recomendado otro camino a seguir. El cual había desechado al mismo instante en que le oí pronunciar esa palabra… Sabía que no sería fácil, pero ¿Quién dijo que algo era regalado en este mundo? Y darla en adopción no era, ni sería una opción para mí…

- ¿Edward?.- un suave zarandeo me extrajo de mis cavilaciones

- ¿Eh?

- Llevo hablándote más de cinco minutos.- explicó Bella

- Lo siento. Mi imaginación estaba volando.-

- ¿Te sientes bien?

- Si.- ella aun no sabía nada, y pensé que este sería el momento.- Sólo estaba planificando mi vida de ahora en adelante. Con una hija, las cosas cambian.- su rostro pasó de la confusión al esclarecimiento

- ¿Eres…?.- asentí a su pregunta no formulada

Fue una reacción espontánea, pero mi cuerpo reaccionó como si lo hubiese anhelado todo el tiempo. Me encontraba atrapado agradablemente en unos pequeños brazos alrededor de mi cuello. Y no pude negarle la voluntad propia a los míos de hacer lo mismo, atrayéndola por la cintura hacía mi… ¡Era tan cálida! Tan reconfortante estar así…

- Te felicito.- musitó con la voz amortiguada en mi camisa y una nota de tristeza. Me separé para comprobar lo que creí. Sus ojos estaban húmedos

- ¿Qué pasa? ¿Bella?.- inquirí frenético al no saber la causa

- ¡Oh! No te preocupes. También se llora de felicidad.- susurró emocionada.

- Pensé que llorabas por la mala suerte de Fifi. Al tocarle un papá como yo.- bromee, logrando hacerla sonreír

- No seas bobo. Estoy feliz por ella y por ti… No sé que era, pero algo me decía que eras tú, y creo que no pudo haber sido mejor.- sus palabras me asombraron y no pude evitar preguntar

- ¿Por qué? ¿Por qué piensas que no pudo haber sido mejor?

- Es una corazonada.- dijo simplemente con un rubor exquisito en sus mejillas

- Yo también la tuve.- me sinceré.- Fifi es una copia exacta de mi hermana Liz

- ¿Tu familia lo sabe?.- cuestionó suavemente luego de unos minutos

- Llegan por la mañana.- expliqué.- Sólo les dije que necesitaba su presencia acá. Mamá poco menos creía que había tenido un accidente y lo único que quedaba era mi cabeza hablando con ella.- ambos reímos.- Pero la tranquilicé diciéndole que no era nada malo

- ¿Cómo… como crees que lo tomen?.- expresó con cautela

- Puedes estar tranquila que Fifi no se quedará sin padre tan prontamente.- la miré divertido.- Estoy seguro que bien, aunque será embarazoso propinar todos los detalles, y te aseguro que de eso no me escapo

Bella me sonrió para luego quedar en estado pensativo por largo rato. Momento en el cual me dediqué a observarla de manera detallada. Desde la primera vez que la había visto, disfrazada de ese personaje, había notado su belleza… Pero estos días que habíamos compartido, esa belleza había sido doblemente resaltada… No era como el común de las chicas. El sólo hecho de haberse hecho cargo de una niña que no era nada suyo, en vez de dar media vuelta e irse, lo demostraba…

Entendía a la perfección, la adoración que esa niña acurrucada esa cama y que era mi hija, le profesaba… Yo también lo hacía, pero de una forma agradecida… Tenía miedo al mañana, pero agradecía el haberme cruzado con Bella Swan en el camino. Gracias a ella, ahora había una pequeña que dependía de mí… Había una razón de peso para sentirme más participe de este mundo…

- ¿Cómo te sientes con todo esto?.- consultó luego de su largo silencio

- Asustado.- intenté sonreír, pero sólo logre una mueca nerviosa.- Quisiera que hubiera un libro donde te enseñaran como ser papá

- Los padres que esperan la llegada de su bebé luego de nueve meses, tampoco tienen una guía.- me confortó

- Pero al menos ellos están más preparados.- rebatí su punto.- No se encuentran de un día para otro que serán padres en menos de dos días, y menos de una bebé que ya tiene cuatro años

- Creo que te equivocas.- la miré atento.- Entiendo que te sientes en plena desventaja con alguien que tiene nueve meses por delante para hacerse la idea que su vida dará un vuelco permanente. Pero estoy segura, que llegan al término de los nueve meses con las mismas inseguridades que desde el primero… El verdadero cambio se produce, cuando la personita que creaste recae en tus brazos…

- ¡Vaya!.- exclamé fascinado.- Nunca lo había pensado así

- Puedo hacerte una pregunta.- me pidió Bella y por su rostro me asemejaba que sería algo incómodo. Igualmente asentí.- ¿Tu… quieres… esto?.- me tomó un minuto entender sus palabras

- ¡Claro que si!.- afirmé con vehemencia.- No tiene relación que esté asustado, con que me quiera librar de mis responsabilidades Bella.- la cual botó una bocanada de aire en respuesta

- Entonces eso es lo importante.- declaró

- ¿Qué esté asustado?.- volví a bromear con ella

- Si.- ratificó para dejarme en la duda.- Si no tuvieras miedo, no me confiaría que fueras a ser un gran papá… El temor nos indica que estamos dispuestos a hacer algo, lo único que nos preocupa realmente, es hacerlo mal. Pero ese no será tu caso. Lo sé

Dejé transcurrir unos segundos. Necesitaba entablar el tema realmente importante para ella y para mí, pero sobre todo para Fifi. Decidí que tenía que ser ahora y solamente ahora, aprovechando que estábamos solos y que ya nos habíamos insertado en temas profundos…

- Bella ¿Qué harás ahora? Digo… Ehm. Yo… tu… Fifi…- ¡Perfecto! Ahora me había vuelto idiota

- Buscaré un nuevo trabajo.- desplegó sin ánimo y como forzándose a decir eso

- Bella…

- No te preocupes Edward. Mira, lo único que quiero pedirte… es poder visitar a Fifi de vez en cuando…- hizo una pausa.-…Y sólo quiero que nuestro distanciamiento sea paulatino

"Quiero que nuestro distanciamiento se paulatino"…

.

Sólo esa frase me había coartado cualquier intento por retenerla de la forma que fuera al lado de la niña y el mío… Ella era libre de tomar sus decisiones, y aunque quisiera, lamentablemente no contaba con un sueldo para ofrecerle siquiera cuidar a Fifi, pagando por sus servicios. Una forma menos rebuscada para no dejar que se marchara así como así… Mientras mis padres y mi hermana me hablaban animadamente de las cosas ocurridas durante mi ausencia, yo tenía mi cabeza puesta en ella… Buscaba y rebuscaba la forma de impedir que se escabullera como aquella vez en el aeropuerto, cuando creí no verla más… No era amor, eso era obvio… y si era totalmente sincero, mitad era por Fifi…y mitad era por mí…

- Es un lindo departamento.- expuso mi madre al entrar al lugar que compartíamos con Jasper y Tanya.- Se nota la mano de una mujer en ella.- gran razón

- Bien Edward. Hemos viajado por solicitud tuya ¿Qué es eso tan importante que quieres compartir con nosotros?.- mi padre siempre directo

- ¿Versión corta o larga?.- inquirí tratando de alivianar mis nervios

- ¡Uh-hu! Algo me dice que la metida de pata que tuviste esta vez, no es simple.- canturreó mi hermana

- Liz, deja que tu hermano hable.- pidió mi madre.- Además estoy segura que lo que sea, no es grave. Edward siempre ha sido un correcto chico ¿Cierto amor?.- palmeó mi mejilla cariñosamente… me quedé mudo, lo que alertó a mi padre

- ¿Vas a dejar la carrera?.- me sorprendí de sus conjeturas

- ¡No! Saben de sobra que esto he querido ser siempre.- contesté con seguridad

- ¡Uf! Ok ¿Entonces?.- apremió nuevamente Carlisle. Miré a todos y tras dar un largo suspiro cargado de ansiedad, hablé

- Son abuelos y eres tía.- indiqué a mi hermana.- Tengo una hija de cuatro años, llamada Estefanía. Me he enterado hace un día solamente y no hay necesidad de dudar, porque las pruebas de paternidad fueron concluyentes.- expulsé todo de una vez. Me miraban como si me hubiera salido un cuerno en medio de la frente

- ¡¿Qué?.- escuché un coro de gritos

- Lo… que dije…- carraspee para aclarar mi garganta, que de un momento a otro estaba seca

- Calma.- se levantó mi padre y comenzó a pasearse.- ¿Me haz dicho que tienes una hija de cuatro años y hace un día te enteras?.- repitió las mismas palabras dichas por mí, quise rodar los ojos, pero por la cara que mostraba… no era buena idea

- Exactamente como lo haz planteado.- tajé sin más

- ¿Y la madre? ¿Dónde está? ¿Quién es?.- volví a tragar saliva antes las preguntas de mi hermana

- La madre se llama Victoria… Ella… ehm…está en… ¿La cárcel?

- ¡¿Qué?.- volvieron a gritar

- ¡Edward Anthony Cullen! ¡Comienza a explicar paso a paso toda esta situación! Antes que me olvidé que eres mayor de edad, te tome y siente en mis piernas y te dé nalgadas hasta que me fastidie.- amenazó mi siempre tranquila madre…¡antes!

- Te aconsejo que tomes en serio las palabras de mamá.- susurró Liz a mi lado.- Creo que empezaste a relatar con el pié izquierdo ¡Arréglalo!.- asentí

Y así di paso a contar todo lo que mi reciente abrupta declaración llevaba consigo. Y cuando digo todo, es ¡Todo! Cada vez que pretendía dejar una parte de la narración fuera, era como si mi madre pudiera leerme la mente… Bastaba sólo una mirada de advertencia, para que retomara mi exposición sin saltarme detalle… Mi cara ardía de la vergüenza en algunos puntos, en los cuales mis padres parecían querer arremeter contra mi persona y Liz abría la boca como un pez… Para el final de la historia, tenía el cuerpo acalambrado y la cara agujereada por las miradas recibidas…

- ¡Wow! ¿En serio tu eres mi hermano?.- Liz fue la primera en hablar

- Edward.- llamó mi padre con ese tono que pocas veces oía.- ¿Qué piensas hacer?

- ¡Carlisle!.- gritó mi madre.- ¡Te haz dado cuenta de todo lo que ha dicho Edward y tu lo único que le preguntas es qué piensa hacer!.- estaba realmente molesta

- ¿Y qué quieres mujer?.- increpó él.- Las cosas ya están hechas, no es como si se pudiera volver el tiempo atrás. Lo importante ahora, es ver las acciones a seguir.- cortó.- Edward. Repito mi pregunta ¿Qué es lo que vas hacer?

- Afrontar mis responsabilidades.- puntualicé firme

- Es lo menos que puedes hacer. Esa pequeña no tiene culpa de las irresponsabilidades de los adultos que la trajeron al mundo

- Mama ¡Por favor!.- acoté un tanto molesto.- Hablas de mí como si fuera lo peor del mundo.- elevé mis brazos.- Y si entramos en comparaciones, creo que la madre me gana por lejos

- Siento mucho tener que contradecirte Edward.- discutió mi padre.- Pero creo que cargas con una cuota de responsabilidad bastante amplia en este sentido. Desde temprana edad creo que tenías conciencia que teniendo relaciones con una mujer son protección puede tener consecuencias.- reprendió sutilmente.- El hecho que hayas jugado al hombre mayor por una noche, teniendo en cuenta lo anterior, te hace partícipe de una situación con iguales culpas

Me quedé en silencio luego de las palabras de mi padre. Aunque intentaba convencerme en mi fuero interno que la razón estaba de mi lado, no podía negar que el discurso impuesto, me llegaba de forma innegable. Yo también tenía culpa en esto…

- Sin embargo estoy dispuesto a tomar parte total de mi responsabilidad en esto. He compartido con Estefanía, y aparte de ser una niña que cala hondo. Es también una personita que necesita de afecto y una verdadera familia. Y estoy dispuesto a dársela, aunque sea sólo con un compartimiento…- hablé concluyente

- ¿Y tus estudios? ¿Qué pasará con todo esto? Hijo, nosotros no podemos por más que quisiéramos estar a tu lado, dejar todo allá

- Tengo intenciones de hacer las cosas bien, pero también sé que por más que así sea, no resuelvo todo… Pero…buscaré un trabajo media jornada, cuando no tenga turnos… Pondré a Fifi en un jardín pre-escolar… Con el dinero que gane, más lo que recibo por la residencia y con lo que…ustedes me envían…- dije no muy seguro de seguir percibiendo eso.- Saldré adelante…

Miré a los tres con seriedad. Quería infundir todo el valor que pudiera en mis palabras, aunque por dentro estuviera aterrado hasta las masas. Porque hablar, era muy distinto al actuar… Mi madre fue la primera que advertí con una nueva perspectiva, y no me equivoqué… Se levantó de su asiento y apresuró su paso hasta estar frente a mi y estrecharme en sus brazos… Una sensación placentera recorrió mi cuerpo, era lo que había necesitado desde el primer día y hasta hace un minuto atrás, creía haber perdido ese derecho.

- Vamos a apoyarte en todo hijo.- señaló con cierta emoción

- Gracias mamá.- la volví a abrazar, queriendo absorber toda su calidez

- También cuentas conmigo Ed.- apretó mi mejilla mi hermana, y aunque siempre había odiado eso. Hoy la hubiese dejado hacerlo mil veces

- Gracias peque.- le devolví apretando su diminuta nariz, cosa que a ella igual le desagradaba. Pero esta vez frunció la nariz y sonrió

El único que no decía nada era mi padre. Aun estaba de pié en el mismo lugar que se había mantenido por toda la conversación. Mi madre y Liz, quedaron expectantes igual que yo… Nos miró un segundo y se volteó a mirar a la calle… Mentiría, si dijera que quise ponerme a llorar como un mariquita. Era mi padre y esperaba realmente, que fuese el primero y quizás único en no juzgarme…

- Así que soy abuelo….- susurró sin girarse y los tres nos miramos sin entender.- Bien. Creo que es algo que no me esperaba…- por fin su mirada se dirigió a mí.- Pero es algo que comenzaré aprovechar.- si Emmett me hubiera visto, sería su chiste diario. Corrí los pocos pasos que nos separaban y lo abracé como cuando lo hacía de niño

- Gracias papá.- dije de corazón

- Edward.- pidió mi atención.- No podemos venirnos a vivir acá ¿Entiendes?.- asentí.- Pero cada dos semanas estaremos viniendo. Por lo pronto, buscaremos una casa donde puedan cambiarse, si es que todos deciden irse

- ¿Una casa? Pero-.- me cortó

- Tienes una hija de cuatro años, que estoy seguro apreciará mucho más tener una casa con jardín para poder jugar, que pasar en una selva de cemento como es este departamento

- Lo entiendo papá, pero no creo que alcance a pagar algo decente y no quiero-.- volvió a cortarme

- Las cosas serán de esta manera. Y no quiero discusión alguna.- advirtió.- Hoy mismo buscaré una casa donde puedas irte con ella y los demás si así lo desean. Ellos seguirán pagando la misma parte que hacen aquí, no sería justo que tuvieran que aumentar sus gastos…- espero a que yo afirmara para proseguir, así que lo hice.- Muy bien. Seguirás con todos tus deberes y yo contrataré alguna persona para el cuidado de mi nieta

- ¿Y la niña que dice Edward ha estado al cuidado de la peque?.- interrumpió Liz, haciendo que la alusión de ella me diera un vuelco en el estómago

- ¿Qué dices Edward? ¿Ella estará de acuerdo para seguir al cuidado de Estefanía?

- Hijo, creo que es tu mejor aliada en estos momentos, y que no se malinterprete mi comentario. No quiero decir que por interés de librarte de responsabilidades con la niña, ella te sirva. Sino que me refiero a que, es ella quien ha estado todo este tiempo con la pequeña, y deben haber creado un lazo fuerte

- Lo han hecho.- afirmé sonriendo

- Entonces hablaremos con ella.- sentenció mi padre.- Yo te guiaré y me reuniré con la abogada que me haz dicho para agilizar trámites y asuntos legales. Voy ayudarte en todo, para que termines en unos meses más tu carrera y puedas hacerte cargo desde ese momento tú. Lo único que tengo claro y espero que tu también, es que esa mujer con la que tuviste ese lío, quede totalmente fuera de la vida de la niña

- También lo quiero así.- corroboré sus intenciones

- Y yo lo único que quiero ahora, es conocer a esa pequeñita.- chilló mi madre y aplaudió como si fuera de la edad de Fifi

- Yo igual. Edward ¿A quien se parece?.- inquirió mi hermana

- Es una copia en miniatura tuya.- indiqué, para escucharla gritar y saltar ¡Mujeres!

- Entonces… ¡Es preciosa!.- dijo simplemente y corrió puertas afuera…


Be.-

...

- ¿Pod qué me tengo que poned esto?.- refunfuñó nuevamente mi bebé

- Ya te lo dije bebé.- me agaché a su altura.- Porque vienen unas personitas importantes a conocerte.-

- Pedo Bella. Con vestidos no puedo jugad con Tiged y sus autos.- así que por eso era el alboroto

- Ok. Hagamos un trato. Te portas bien y no arrugas más ese botoncito.- toqué con mi dedo su naricita.- Y cuando ellos se vayan, te visto rápido con pantalones ¿Qué dices?

- ¡Oki doki!.- alzó su pequeño puño al aire

- ¿Quién está tan contenta por aquí?.- preguntó Alice entrando a la habitación

- Yo tía Ali, podque después voy a id con mi amigo Tiged pod los autitos.- y ronroneó figurando con su mano como guiando un auto

- ¿Los padres de Edward ya llegaron?.- preguntó Alice luego de mirar como Fifi volvía a alegar por lo bajo con su vestido

- Me avisó que en media hora más estarían acá.- informé

- Bien. Necesito hablar con él, me he comunicado finalmente con Samantha Wilson. Una mujer asquerosamente desagradable, así que nuestra conversación no se ha distinguido por ser amistosa.- se encogió de hombros simulando no entender el por qué

- ¡Ew! ¿Tan malo?.- fingí terror en mi rostro

- Gritarse por más de una hora ¿Es malo?.- asentí.- O bien, entonces ha sido pésimo, porque fueron dos.- sonrió ampliamente.- Al parecer sus intenciones distaban mucho de ser solamente por el bienestar de la niña. Y debo agradecer que seas terca y no me hayas escuchado cuando te pedía que la trajeras de vuelta.- fue mi turno de sonreír mientras ella se alejaba

- Le diré a Edward que vaya a verte.- me guiñó en señal de acuerdo y salió

Durante la media hora que esperé a que Edward con sus padres llegaran a conocer a mi bebé, tuve que mantener mis manos y mis ojos encima de mi preciosa princesa… Al parecer estaba adoptando mis costumbres, y comenzaba a odiar de verdad los vestidos y los peinados elaborados….

Me quedé observándola mientras la sostenía en mis piernas y veíamos sus dibujos animados… No podía decir si sus movimientos eran concientes o no, pero si sabía que nuestra conexión era tal, que siempre cuando estábamos unidas, la mano de cada una reposaba en la mejilla de la otra… Incluso dormidas, era igual. A un mínimo cambio de posición por ella o mío, volvíamos a crear ese vínculo… Como asegurándonos que seguíamos una al lado de la otra…

La aferré más fuerte a mí, haciendo que su carita volteara a verme con duda, pero sonriente. Sus pequeños dientecitos comenzaban aparecer y la hacían ver más hermosa aún. Hundí mi cara en su cuellito tibio y comencé a repartir besos en él, logrando escuchar música para mis oídos, sus fuertes carcajadas. Mientras ella disfrutaba de mis cosquillas, mis ojos comenzaron a humedecerse…pensando en que la dicha que estaba viviendo en este momento, estaba pronta a desparecer de mi vida…

Un carraspeo hizo que nos separáramos. Edward se encontraba en el umbral de la puerta, junto a tres personas más que debían ser su familia, por el parecido que tenían. Tomé a mi rosada bebé y la puse de pié, mientras con disimulo quitaba los restos de agua que se asomaban bajo mis ojos…

- Hola Fifi.- saludó Edward. Se volteó a mi con una mirada preocupada.- Hola Bella.- se limitó a decir, pero no quitaba sus ojos de mí

- Hola.- saludamos las dos a tiempo

- Les quiero presentar a mi familia. Mi padre Carlisle, mi madre Esme y mi hermana Liz.- musitamos un simple saludo

Sentí tirar de mis ropas y miré a Fifi interrogante. Me hizo una seña para que me acercara, así que me acuclillé a su altura

- ¿Pod qué ellos están aquí? Me padezco a ella.- susurró, pero por las sonrisas del resto supe que habían oído

Miré a Edward, no sabía muy bien que decir. Lo perceptiva de mi pequeña quedaba reflejado en el parecido que había notado entre ella y la hermana de él. La madre de Edward miraba con adoración a mi niña, y estaba segura que lo único que deseaba era tomarla en sus brazos y estrecharla fuerte. El padre, se veía más cauteloso, pero de igual manera su mirada era cálida. Y su hermana parecía querer comenzar a dar saltitos por todos lados.

- Ellos… están aquí… Han venido… a conocerte Fifi.- balbuceó Edward nervioso. Y mi bebé frunció su pequeño entrecejo confundida

- ¿A mí?.- inquirió buscando mi mirada para que le explicara

- ¿Recuerdas cuando me dijiste que querías amiguitos y amiguitas?.- ella asintió.- Bien, ellos quieren ser tus amiguitos bebé

- ¿De verdad?.- su cara era de sorpresa

- Por supuesto Fifi.- se adelantó Liz y tendió su mano hacia mi niña

- ¿Por qué no le enseñas a Liz tu amiguito de la guardería Fifi?.- le animó Edward. Mi niña sonrió ampliamente y asintió, pero antes de salir su atención se centró en mí

- Vamos Bella.- invitó con su manito hacia mí. La tomé y la besé

- Voy en unos minutos bebé.- susurré

La vi alejarse tomada de la mano de ella y aunque quise no pensar en ello, una puntada de celos me atravesó…ella podría seguir con Fifi, a su lado… por tiempo indefinido. En cambio el mío, tenía grabada una maldita cuenta regresiva, y hasta podía oír el tic-tac que anunciaba la premura del tiempo… Miré a Edward y las personas que quedaban allí e intenté esbozar un amago de sonrisa, pero los genes se transmiten y Edward percibió la falsedad de mi actuar.

- ¿Dónde queda la guardería Edward?.- preguntó cautelosa la madre del mismo

- En el otro nivel.- contestó desviando la mirada

- Yo iré a hablar con la abogada.- pronunció su padre

¿Acaso tan mal había sido mi semblante que ellos rehuían mi presencia? La madre de Edward, como si hubiese leído mi mente, se acercó a mi y tomó una de mis manos entre las suaves y cálidas suyas.

- Espero que podamos platicar mucho más en las oportunidades venideras.- dijo con su sonrisa enmarcada.- Pero ahora la impaciencia de estar con mi nieta me llama.- miró como disculpándose.- Eres una gran chica y por eso espero conocerte más. Mucho más

- Gracias.- musité con la voz ahogada

Quise decir que esperaba lo mismo, pero era como soñar la existencia de los vampiros. Irreal…

- Bella.- llamó Edward suavemente.- Necesito que conversemos

Asentí y me preparé. Sin embargo, aunque intentaba acallar el llanto que quería salir de mi interior… mi barbilla no detenía su constante temblor. Por lo que tomé asiento apartada de él y empuñé un cojín sobre mi regazo para enterrar la mitad de mi cara allí.

- Primero que todo. Quiero preguntarte algo y necesito que me respondas con la verdad.- pidió mirándome directamente

- Aham.- respondí con la voz ahogada por la almohada

- Me dijiste que buscarías otro trabajo ¿Ya haz visto algo?.-

Lo miré como si no comprendiera a lo que se refería, pero en realidad necesitaba que siguiera hablando. No sentí fuerza en mi garganta para emitir sonido más que un sollozo. Edward esperó pacientemente una respuesta, pero al ver que no llegaba, se acomodó nuevamente en su lugar y comenzó otra vez. Estaba segura, que parecía una ignorante a sus ojos o una tonta mejor dicho, pero lo prefería antes de llorar como magdalena frente a él

- Bella. Sé que estabas trabajando con la finalidad de ahorrar dinero para tus estudios ¿Verdad?.- moví mi cabeza afirmativamente.- Es por eso que quiero saber ¿Tienes algo en mente?- aclaré mi garganta

- Aun no...- respondí con voz ronca por el llanto contenido

- No quiero que busques otro trabajo.- señaló como una orden.- Quiero decir…- pasó ansiosamente sus dedos por su sedoso cabello ¡O al menos eso me reflejaba!.- Yo… te voy a necesitar conmigo…- susurró lo último

- ¿C-cómo…?.- tartamudee nerviosa

- Lo que… Lo que intento decirte, es que quiero que sigas cuidando a Fifi.- sentí como mi corazón se paralizaba, para luego comenzar una frenética carrera

- ¿Lo… lo dices… de verdad?.- pude pronunciar al fin

- Si.- una amplia sonrisa se extendió por sus labios, incitando la mía.- Hay demasiadas cosas que no sé de ella… Y quiero que tú estés allí para enseñármelas, para cuando me equivoque o para alentarme cuando por fin he hecho algo bien.- me miró sonrojado.- ¡Claro!... si… si eso deseas.- sonrió tímido

- G-gracias Edward.- dije sinceramente y sin importarme si sonaba ansiosa por aceptar en forma inmediata.- ¡Por supuesto que quiero! Esa niña se ha convertido en mi mundo… es como… si girara en torno a ella

- Me he dado cuenta.- afirmó.- Y no sólo tu… Fifi parece igualmente girar en tu misma orbita.- susurró con una pequeña sonrisa

Me levanté de mi asiento, y me acerqué a su lugar despacio. Tomé asiento a su lado y en impulso irrefrenable atrapé una de sus manos en las mías. Su rostro quedó observando en forma fija ese gesto, pero antes que pudiera reaccionar seguí con mi hazaña y lo abracé con todas mis fuerzas… Edward no tardó en corresponderme y sentí sus brazos ceñirse a mi cintura, llevándome más cerca del calor que irradiaba su cuerpo… El corazón quería salirse de mi pecho, sentía como si en cualquier momento ese músculo desaforado, fuera a estar pegado al suyo…

- Pronto, serás tú ese eje en el que Fifi se desenvuelva día a día.- susurré cerca de su cuello

- Tengo miedo.- musitó con su aliento pegando de lleno en mi oído y su agarre si afianzó aun más si eso era posible.- Tengo miedo de no ser lo que ella se merece y lo que tú esperas de mí.- mi corazón volvió a dar un vuelco ante sus palabras ¿Tanto le importaba como se mostrara frente a mí?

- Lo serás Edward.- dije separándome de él. Mi mano cobró vida propia y fue a su mejilla, deleitándome con la exquisitez de su piel. El cerró sus ojos ante mi tacto y descansó su mejilla en mi palma

- No sé que siento, pero… necesito que estés ahí….- mi aliento quedó atascado en mi garganta mientras el continuaba con sus ojos cerrados, como hablando con su alma.- Quiero a Fifi, la quiero conmigo… pero también…-

- ¡Perdón!.- habló alguien, haciéndonos abandonar la burbuja en la cual estábamos insertos y levantarnos apresuradamente.- ¡No sabía que mantenías relaciones tan cercanas con los pacientes Edward!.- rugió ella y quedé pasmada…

...

Continuará...

 

Capítulo 11: Capítulo 13:

 
14458430 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10769 usuarios