De niñera a Mamá. (+18)

Autor: caro508
Género: + 18
Fecha Creación: 06/11/2010
Fecha Actualización: 08/11/2010
Finalizado: SI
Votos: 12
Comentarios: 22
Visitas: 77457
Capítulos: 21

La vida de Bella Swan cambia radicalmente. En busca de trabajo como niñera, encuentra algo más.... una pequeña necesitada de amor. Luego de algunos sucesos ella comprende que no puede dejarla sola... donde comienza un nuevo desafío; encontrar al padre.


Hola, es mi primera vez que hago esto, esta historia no es mía, le pertenece a Pam3.C.S., yo solo la subo con su autorización, es una de  mis favoritas espero les guste...

Dis: "Los personajes son propiedad de Sthep. Meyer, tan solo  la historia es de Pam3.C.S."


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Capítulo 7:

Bella Pov

Eran las tres de la mañana y con Ben seguíamos sentados en las afueras de la Estación de Policía donde tenían a Victoria y James. No nos habían dejado esperar dentro por nuestras vestimentas, ya que al momento de aparecernos…los silbidos y burlas de algunos detenidos, habían causado un alboroto tremendo. Así que aquí nos encontrábamos esperando al abogado amigo de Ben, que nos ayudaría a obtener más información de la situación en que se encontraban y eventualmente cómo quedaría mi pequeña.

Aún me golpeaba internamente por haber perdido de vista a los chicos en el aeropuerto. Con Ben nos habíamos acercado a la bruja y el tipo, y en tanto, volteaba a ver a esas personas para ubicarlos nuevamente…pero cuando habíamos vuelto, ellos ya no estaban en el lugar y había perdido una fuente importante de información, estaba segura de eso…algo me lo decía

- ¿Aún no recuerdas los nombres?.- preguntó Ben

- ¡No! ¡Maldita sea!.- me puse como por décima vez en pié a dar vueltas en círculos.- Sólo recuerdo sus nombres de pila; Edward y Jasper. Pero el apellido del segundo, es como si se me hubiera borrado

- Tienes que calmarte. Quizás cuando ya no estés bajo tanta presión podrás recordar

- Eso espero

Volví a cerrar mis ojos para concentrarme y poder dar con el apellido del tal Jasper, pero lo único que se internaba a fuego en mi mente, eran esos ojos verdes hipnotizantes, esa sonrisa arrebatadora y ese pelo desaliñado y sexy al mismo tiempo. Me reprendí por estar pensando en esas estupideces, cuando lo primordial en este momento era mi bebé, mi niña que había llamado asustada desde el móvil de mi amiga para preguntar el por qué no volvía por ella para irnos a mi casita…mi preciosa bebé

- ¡Allí viene!.- señaló mi amigo al abogado el otro lado de la calzada.

- Hola Ben.- saludó cuando llegó

- Hola amigo. Disculpa haberte hecho venir a estas horas

- No te preocupes, para eso estamos los amigos.- su vista se fijó en mí.- Brian Luther

- Isabella Swan.- correspondí su saludo de mano

- Bien, de acuerdo a todo lo que me haz platicado.- comenzó el abogado.- He hecho algunas llamadas y he podido dar con la fiscal a cargo del caso, la cual me dio autorización para hablar con los detenidos. Así que entraré a ver que puedo averiguar.- asentimos en su dirección

El abogado estuvo cerca de una hora conversando con los detenidos. Al salir comenzó a informar los aspectos legales de todo, pero yo necesitaba que llegara a la parte más importante. Creo que leyó mi impaciencia en mis movimientos, así que obvió el resto del discurso judicial en torno a las penas que podían arriesgar los imputados…dando paso a lo relevante para mí

- La…mujer…- se notaba su incomodidad al referirse a ella. Algo me decía que tenía una idea de lo que diría ahora.- Bueno…ella…no manifiesta ningún interés por…su hija

- ¡Maldita perra!.- la rabia me pasó la cuenta y grité con todas mis fuerzas

- ¡Bella!.- Ben tapó mi boca con su mano.- No seas irracional. Si sigues así, estarás en poco tiempo haciéndole compañía a la tal perra

- La detenida se niega a entregar alguna información sobre el supuesto padre de la niña y argumenta que se encuentra con sus facultades mentales perturbadas.- lo miré en shock por sus palabras

- Pero…eso no es cierto.- solté cuando Ben dejó mi boca libre

- Los detenidos recurren a cualquier coartada con tal de no ir a la cárcel.- explicó.- Sus abogados apelarán a eso para no ser juzgada tan duramente o llevada a prisión

- ¡Arrrrggg!.- grité frustrada

- Pero eso de sus facultades mentales perturbadas deberá ser demostrado mediante exámenes y ahí se sabrá que miente.- afirmó Ben y quise aplaudir, más al mirar al abogado sacudir su cabeza repetidas veces, volví a hundirme

- Ben.- lo interrumpió.- Estamos hablando de personas influyentes, de dinero. Personas que podrían comprar hasta el juez, así que unos exámenes es lo menor

- ¿Q-que pasará…con Estefanía?.- pregunté con un nudo en la garganta

- La niña…- exclamó el abogado.- Será puesta a disposición del organismo que dictamine la corte

Decidí no escuchar más y corrí hacia el auto. Nuestro viaje de regreso al edificio fue en silencio y agradecí sin palabras que Ben no iniciara ningún tema de conversación, porque sentía mi garganta cerrada, y de seguro estallaría de la peor forma. Bajé en cuanto estacionamos y volví a correr escaleras arriba. Con Ángela no hubo ninguna palabra, con mi amiga las miradas lo decían todo…así que solo tomé a mi bebé, la arropé y la llevé a mi departamento.

Me recosté al lado de mi chiquita y la abracé con fuerza, intentando de ese modo borrar todo lo malo que podía rodearle en este momento.

- ¿Bella?.- sonreí al darme cuenta que ella me reconocía

- Si bebé, estoy aquí. Duerme.- susurré besando sus cabellos

- Oki doki. Muack.- dijo despacito y se acurrucó más

Cerré mis ojos y me imaginé un final feliz para todo esto…y así sería. Haría todo lo que estuviera en mis manos por encontrar a su papá. Mi bebé merecía un final de princesas, merecía un príncipe como papá…

- ¿Estas segura de hacer esto?.- era tercera vez durante el desayuno que Ángela repetía la misma pregunta

- Tengo que hacerlo.- contesté nuevamente

- ¿Y qué le dirás a Sue y tu padre?.- Sue era mi madrastra, la nueva esposa de mi padre

- La verdad. No creo ser capaz de engañar a una mujer tan perceptiva como ella y menos a un Policía.- expliqué aludiendo a mi padre

- ¿Qué le haz dicho a Fifi?

- Que iremos a visitar a mis padres. Y que ella deberá quedarse unos días allá, mientras yo termino unas cosas aquí.- volví a repetir

- ¿Estás conciente que pueden acusarte de secuestro?.- me miró preocupada

- Tengo a mi favor que nadie sabe mi nombre, al menos el real.- recordé cuando el tipo me llamó por Bella o a María que sabía mi segundo nombre.- Y debo hacerlo antes que comiencen a buscar a Fifi

- Aun no entiendo como puedo apoyarte en esta locura.- admitió, para luego posar su mirada en mi pequeña bribona que jugaba entretenida con algunos de sus regalos.- Bien, ya lo recordé.- dijo sonriendo hacia Fifi.- Buscaré al mejor detective privado con el dinero que me haz dado y para mañana cuando regreses…espero tener buenas noticias

El viaje a Forks fue arduo y debo reconocer que con cada persona que se detenía a mirar por un tiempo prolongado a mi bebé, el temor hacia mella en mí. Luego de nuestra maratónica subida y bajada de aviones y buses…finalmente tomamos el taxi que nos dejaría en la puerta de la casa de mi padre. Bajé del auto una vez que llegamos y ayudé a bajar a mi osita polar, ya que iba totalmente abrigada de pies a cabeza.

- Creo que no hay nadie.- dije haciendo una mueca. Había golpeado repetidas veces

- Yo puedo entad.- dijo Fifi y me coloqué a su altura. Estaba agachada observando la puerta pequeña que debía haber construido papá para algún perro

- ¿Estás segura bebé?.- no alcancé a terminar cuando mi pequeña estaba con casi la mitad del cuerpo metido en el agujero.

- Listo.- exclamó con la puerta abierta de par en par

Revisé toda la casa y como tal lo creía no había nadie. Mi pequeña se entretuvo observando las fotos esparcidas por la sala. En ellas aparecían los dos hijos mayores de Sue; Leah de quince y Jacob de diecisiete. Además de mi medio hermano Seth de nueve. En el otro extremo aun quedaban fotos de mi niñez en compañía de mis padres cuando estaban juntos, y era algo que siempre agradecía de Sue…no haber borrado o sacado de cuajo mis recuerdos más preciados. Les nombré cada uno y traté de explicarle un poco la enredada familia que tenía, pero había olvidado que mi pequeña era tan lista.

- Entonces tu papá se volvió a casad y tu mamá igual. Y ellos dos son hijos de otro caballedo y él de tu papá y Sue.- repetía lo que yo le había dicho.- Y tu mamá tiene otro esposo y tienen un bebé que se llama Helena

- Has entendido muy bien bebé.- la felicité.- Y de premio te daré esto.- apunté el pastel de manzana encima de la mesa

- ¡Yupi!.- saltó.- Debo pasad al baño antes

Le indiqué donde estaba el baño y la dejé sola como ella me lo había pedido. Fifi había aprendido ir al baño solita hacia tiempo por lo que veía y cómo no, de seguro su madre no le había dado ni siquiera leche materna durante sus primeros meses ¡O quizás si! Con la única razón de cuidar su figura como decían

Estaba entretenida cortando dos rebanadas de pastel, cuando sentí un auto estacionarse fuera de casa. Bien, ahora venía la mejor parte y me preparaba mentalmente para lo que sería el estallido de Charlie Swan al saber que su hija huía como una prófuga con un bebé de cuatro años a cuestas.

- ¿Bella?.- preguntó Sue, la primera en entrar

- ¡La misma en persona!.- corrí a saludarlos

Me vi envuelta en los brazos de Sue, Leah y mi pequeño hermano. Luego entró mi padre acompañado de Jacob y volví a verme apretujada por todos. Las preguntas de mi visita sorpresa no se hicieron esperar y respiré hondo para soltar mi relato, además mi pequeña compañía no tardaba en aparecer.

- ¿Y esa maleta tan pequeña?.- rió Leah al ver la valija de mi bebé

Iba a responder cuando una pequeña muy complicada con el cinturón que llevaba sus pantalones, hizo acto de presencia. Todos voltearon a verla y podía oír los crujidos en todas las cabezas, tratando de darle sentido al hecho que hubiera una niña desconocida conmigo

- Bella.- susurró Fifi bajito. Me acerqué a ella.- No puedo con esto.- señaló su cinturón y miraba de reojo a los cinco pares de ojos sobre ella

- Yo te ayudo corazón.- até su cinturón y me erguí a presentarla.- Ella es Estefanía. Soy su…niñera

- ¿Y sus padres le han dado autorización a viajar con la niñera?.- comenzó Charlie con su tono suspicaz

- Es una…larga historia, papá.- carraspee para quitar el nudo en mi garganta

- Buenas Tades.- se adelantó mi pequeña.- Soy Estefanía, pedo pada los amigos soy Fifi. Fifi Swan

Mis ojos y los de todos los presentes, estuvieron a escasos segundos de salir de sus orbitas con la presentación de mi pequeña. Mi padre comenzó a cambiar de tonos muy deprisa y fue el primero en explotar nuevamente

- Isabella.- pronunció detalladamente.- ¿Cómo es eso que llegas con una niña de no más de cinco años llamada con tu mismo apellido?.- pronunció lenta y amenazadoramente

- ¡Dios mío!.- gritó Leah.- ¡Tienes una hija! ¡Soy tía!

- ¡¿Qué? ¡No!.- rugí asustando a mi bebé. Traté de calmarme, la tomé en brazos y besé su carita para que no temiera.- Soy su niñera como ya he dicho. Tenemos que conversar, pero no creo que sea el momento para ello. Y te pido Charlie que al menos seas un poco más educado y saludes a mi invitada antes de gritar como poseso

A Charlie se le desencajó la mandíbula, pero sabía que la razón estaba de mi parte…al menos en eso

- Hola señorita.- se acercó Sue a Fifi.- Estoy segura que hay mucho por conversar, pero antes hay que alimentarse y ésta bebé lo hará de la mejor forma. El viaje ha sido largo, así que un rico pastel de manzana les hará recobrar fuerzas

Mi padre era un hombre enamorado, así que viendo la mirada asesina que le envió Sue, no tuvo más remedio que guardar su enojo e interrogatorio para mas tarde y acercarse a mi bebé a saludarla como correspondía. Lo mismo que el resto, aunque los dos más pequeños estaban fascinados con la visita.

Nos sentamos los siete a la mesa y mi pequeña pasó de brazo en brazo con Leah y Sue, que adoraban hacerla decir palabras con R al ver que no podía bien. Seth, la miraba como si fuera algo rompible y cuidaba casa cosa que se echaba a la boca como si fuera una recién nacida. Hasta Jacob tuvo que ver con ella cuando Fifi quedó asombrada con su musculatura y decía que se parecía a Johnny Bravo "el chico de las caricaturas". El único que se mantenía reservado era Charlie y todas sus miradas estaban dirigidas a mí.

- ¿Bella?.- llamó Leah.- ¿Podemos llevarla arriba?.- asentí viendo a mi Fifi feliz

- ¿Quieres ir en caballito?.- le propuso Jacob indicándole sus hombros

- ¡Oki doki!.- contestó ella

- ¡Hey! ¡Habla igual a mi!.- se sentía orgulloso Seth

Los cuatro se perdieron por las escaleras gritando "arre caballo". Mi padre dio sus últimos sorbos de café y quedó expectante a mi historia. Sue intentó dejarnos a solas, pero con un disimulado apretón por debajo de la mesa y mi mirada suplicante optó por declinar su escapada… Y así comencé a contar todo lo pasado en el último mes, viendo como mi padre cerraba los ojos y negaba rotundamente en algunas partes, pero sin interrumpir. Para cuando llegué al final de mi relato, mi padre se levantó abruptamente de su silla, la cual rodó por el piso… agradecía que los chicos tuvieran la música fuerte en el piso de arriba

- ¡¿Se supone que debería tomar las esposas y ponerlas en tu muñeca por secuestrar a una menor de edad?.- bramó apuntándome

- ¡No la estoy secuestrando!.- grité de vuelta. Su ceja alzada me hizo retractar mi oración.- Bueno…no del todo, aun no hay una orden de búsqueda

- ¡¿Y que piensas hacer? ¡¿Hacerte cargo tú? ¡Por lo que veo sigues siendo una chiquilla irresponsable! ¡Tienes veintiún años por el amor de Dios! ¡Ni siquiera terminas tu carrera! ¡¿Qué le vas a dar?

- ¡He sido responsable de mí desde mis siete años!.- volví a gritar sintiendo como mis ojos se aguaban.- ¡Desde el mismo día en que tu y mamá comenzaron con sus constantes discusiones y me dejaron de lado de un momento a otro!

Sé que dañé con mi acusación a mi padre, pero era cierto. Cuando tenía siete años, ellos habían comenzado el principio del final en su matrimonio y como era lógico, sus problemas se volcaron solo en ellos…donde yo había tenido que aprender a valerme por mí misma. Sin embargo, reconocía en ellos a unos grandes padres, que solo cometieron un error, en su calidad de humanos…

- Bella…- comenzó Charlie más calmado y con una nota de dolor, pero lo interrumpí

- No te estoy reprochando nada.- le aclaré.- Pero quiero que entiendas que ya no soy una niña pequeña, y puedo hacerme cargo de ella. Ella lo que necesita es amor y yo puedo dárselo.- a esta altura estaba llorando como hacía tiempo no lo hacía

- Creo que debemos calmarnos.- intercedió Sue, tomando mi mano.- Es muy valioso lo que estás haciendo mi amor.- me apoyó

- Hija.- se acercó mi padre.- No digo que no sea un gesto elogiable el que estás haciendo. Lo que a mi me preocupa es la gente que está detrás de esto Bella. Me haz dicho que son gente de poder…y ellos no se guían por los sentimientos

- De eso no hay problemas y ya lo sabía, ella no tiene sentimientos para mi pequeña.- Sue apretó mas mi mano

- Puede que no, pero tu no sabes como actúa la mente humana muchas veces hija.- se sentó al otro lado y tomó mi otra mano.- Puede que esa mujer solo por egoísmo quiera recuperar a esa niña. Y por otro lado, las autoridades sea como sea, te acusarían de robar a la niña

Lo miré aceptando que mi padre tenía razón, pero no concebía entregar a mi pequeña con gente que no velaría por ella y que incluso podría tenerla en peores condiciones que su propia madre.

- Tu no puedes siquiera reclamar una custodia.- siguió explicando.- Tu y ella no son familia. Ella sería adoptada…- lo interrumpí

- ¡Yo podría hacerlo!.-

- Bella.- palmeó mi mano.- Las adopciones son difíciles, sobre todo para alguien que no cuenta con los medios. Los papeleos son interminables y te piden un sin número de requisitos para estar apta… Tú eres soltera, universitaria, de familia clase media…

- Entonces la única solución es encontrar a su padre.- dije como último recurso

- ¿Y qué pasaría si el tampoco quiere hacerse cargo de ella?.- me dejó ver

Esa pregunta me dejó sin palabras y la conversación quedó ahí.

La noche llegó y todos nos dispusimos a terminar con el agotable día que habíamos tenido por delante. Mi padre y Sue habían aceptado al final quedarse con mi pequeña por unos días, mientras yo diera con el paradero del padre o algún familiar que quisiera reclamar su custodia. Los ojos verdes aún seguían en mi mente y algo me decía que ahí estaba la clave todo. Si ellos la conocían con anterioridad, ellos podían darme algún indicio de ruta a seguir.

- ¿Me volvedas a buscad?.- preguntó mi niña acurrucada junto a mí, en mi pequeña cama

- Por supuesto que sí. Solo debo hacer algunos trámites y estaré de regreso.- besé sus cabellos

- No busques a mi mamá.- me pidió y quedé pasmada

- ¿Por qué…dices eso amor?.-

- Podque yo quiedo quedame contigo.- sus bracitos rodearon mi cintura

- Mi amor, tu mamá…es tu mamá.- no salían de mi mentiras, así que solo me limité a decir eso

- Pedo ella no me quiede Bella y mis papas tampoco

- Bebé.- levanté su pequeña barbilla.- Los papas siempre…quieren, solo que algunos de una manera u otra

- Ella me lo dijo.- susurró y mi corazón se partió.- Yo no quiedo volved con ella. Ella es mala, lo dijo la niña de la TV.- me golpee mentalmente por no haberle dicho a Ángela que las mantuviera alejadas de los medios

- Yo te quiero.- le dije sonriendo.- Te quiero mucho

- Y yo puedo sed tu hija.- sonrió de regreso.- Me llamo Fifi Swan

- ¿Por qué dijiste eso?.- le cuestioné sonriendo al recordarlo.

- Pod que así nadie saba que tu no edes mi mamá. Yo solo quiedo que seamos tu y yo y busquemos un papá juntas.- sentí mis ojos anegarse en lágrimas nuevamente.

Sabía que debía encontrar a su papá, pero al mismo tiempo…mi cuerpo se retorcía de dolor por dentro al visualizar la inevitable separación cuando ese momento llegara. Sólo quería que fuéramos ella y yo…y me aferraría a esa idea hasta que se pudiera…

- Tú y yo. Sólo tu y yo mi bebé.- declaré

- Si.- trató de sonar fuerte, pero el sueño la vencía.- Te amo Bella

- Yo también te amo Fifi…más de lo que puedes imaginar.- murmuré bajito

Al día siguiente me levanté temprano, debía estar antes de las cuatro de la tarde de regreso a la ciudad. La sorpresa que me esperaba al desayuno, creo que ya la había visto venir…mi padre había contactado a mi mamá para comentarle todo lo que estaba pasando, así que tuve que pegarme al teléfono por mas de una hora. Sin embargo mi madre, al tener una bebé de pocos años, estaba más receptiva a todo lo que estaba haciendo. Y así la conversación no fue tan agobiante como con mi padre.

Los chicos: Leah, Seth y Fifi, desayunaron en la cama y tuvieron la ya acostumbrada maratón de dibujos animados que solían realizar Leah y Seth cada fin de semana. Leah, a pesar de tener quince años, aun era inmadura en muchas cosas y por eso su relación con Seth no era dificultosa

La hora de irme llegó y mi pequeña se pegó como doble piel a mi cuerpo, pidiéndome que volviera por ella. Gracias a Dios Sue los animó con la preparación de galletas con dibujos y la pena reflejada en sus ojitos, fue reemplazada por la emoción de cocinar por primera vez, aunque sabía que al fin de cuentas serían Leah y Sue quienes terminarían todo.

- Cuídate.- me pidió papá, cuando estaba a punto de embarcarme.- Y no te preocupes por la niña. Creo que tiene a todos de cabeza en estas pocas horas.- indicó a Jacob quien lo había acompañado, que escogía todo tipo de dulces para llevarles a los tres niños de casa

- Sé que estará bien. Llamaré todos los días que me demore para saber de ella

- Tranquila Bella. La enana estará en impecable…- Jacob hizo una mueca.- Bueno, impecable no lo sé, pero estará bien cuando vuelvas por ella

Sonreí al escuchar que cual más, cual menos se preocuparía por ella. Sue, era una excelente mamá y segunda mamá para mí y también lo sería para ella. Mi móvil comenzó a sonar en ese instante

- ¿Bueno?.- contesté ante la mirada curiosa de mi padre

- ¿Bella? Soy Phil.- el esposo de mamá

- Hola Phil. Cuéntame.- estaba segura lo que diría, así que me afirmé en un banco

- Tu madre me ha contado todo.- comenzó.- Pero seré breve. Tú eres una mujer adulta y estoy seguro que estás conciente de todo lo que haces

- Gracias Phil.- declaré sonriente por sus palabras y obviando la mirada de frustración de mi padre

- Pero quiero que hagas algo.- alertó.- Conozco un amigo en Washington. Él tiene a su cargo un hospital. Su hija trabaja con él en los asuntos legales que se ofrecen y aparte de ser una excelente abogada es una persona que no ha perdido la ética o las emociones en su trabajo

- ¿Y qué pasa con ella?.- inquirí sin entender sus palabras

- Debes tener una abogada a tu disposición, en caso de que ocurra cualquier cosa.- cualquier cosa como ir a la cárcel, pensé para mí

- ¿Es necesario?.- el dinero no era problema con lo que tenía ahorrado, pero…¿lo necesitaría de verdad?

- Muy necesario Bella. Las cosas se pueden complicar y es bueno que te respaldes en alguien que maneje el tema, para sobrellevar el caso de acontecer algún imprevisto

- Está bien ¿Cómo se llama y donde la ubico?

- Su nombre es Alice Brandon. Y trabaja en el Hospital Gino Brandon, es de su padre

Luego de tomar nota y despedirme de Jacob y mi padre. Emprendí mi regreso a casa, teniendo una mezcla de sentimientos encontrados por dejar a Fifi y al mismo tiempo saber que era lo mejor. Llegué un poco antes de la hora señalada al negocio de Ángela, así que esperé que cerrara y nos fuimos al departamento. Estaba muerta de sueño, pero al mismo tiempo impaciente por las noticias que podía tenerme Ángela.

- Te tengo noticias buenas y noticias malas.- dejó claro del principio

- Comencemos con las malas para repuntar con las buenas

- Del tal Jasper, Edward y el supuesto segundo papá de Fifi, Félix. No hay información alguna, al tener solo detalles tan vagos.- dejé caer mi cabeza sobre mis brazos cruzados encima de la mesa

- ¿Y las buenas?.- pregunté con voz ahogada por tener mi cara enterrada en mis brazos

- Tenemos la ubicación de Heidi Volterra.- levanté mi cabeza en automático

- Debo ir allá.- me paré extendiendo mi mano hacia ella, pero mi amiga no me daba ningún papel con la dirección…solo me observaba

- Ehm, creo…que…debes saber más cosas.- murmuró dubitativa

- ¿Qué cosas?.- volví a sentarme

- No es tan fácil el lugar…mmm…donde deben ir.-

- ¿Deben? ¿No es un lugar fácil? ¿A qué te refieres?.- interrogué curiosa

- ¿Deben? Por que Ben te acompañará. Y no es fácil, porque es una especie de lugar donde se realizan favores en carne…tu me endientes.- gesticuló con sus manos

- ¿Un…prostíbulo?.- arrugué mi frente a mas no poder

- Algo así.- me explicó.- El hombre al que ubicamos como detective o referido a ese rubro, me explicó que ella trabaja en un local con fachada de "Café con Piernas"*- hizo comillas en el aire.- Pero detrás de eso, hay una real prestación de servicios sexuales

- ¿Y eso desde cuando? Quiero decir ¿Ese lugar siempre ha funcionado igual?

- Si lo que quieres saber, es si el local tenía las mismas connotaciones hace mas menos cinco años atrás, cuando la bruja trabajó ahí…estás en lo correcto

Justo en ese momento sentimos la puerta del departamento de mi amiga abrirse. Era Ben, cargado con demasiadas bolsas y saludando en forma animada. Observé a mi amiga, quien no tenía buena cara y lo miraba entrecerrando sus ojos amenazadoramente…tenía una idea del por qué de ambas expresiones

- Bien. Aquí esta todo.- informó Ben, extendiendo unas bolsas hacia mí

- ¿Y esto?

- Bella, si vas a ir conmigo a ese lugar. Debes vestirte como yo ¡Como todo un macho!.- dijo sonriente mi amigo y de paso dejándome en shock

- Ustedes están locos.- susurré, alternando mi mirada de uno a otro

- ¡No!.- me cortó Ben.- ¡Somos unos genios! Tengo aquí.- indicó las bolsas que aun no tomaba.- Desde calcetines de hombre, hasta bigote y peluca

A las diez de la noche nos encontrábamos estacionando fuera del local, según la hora que Ben había indicado como apta para aparecer ¡Eso sí! Sólo por comentarios que había oído en la oficina, ya que él jamás había pisado ni las afueras de lugares como éstos ¡Pff! Estaba segura que estaría muerto de haber dicho "que me parta un rayo si estoy mintiendo"

Entramos al local y tuve que morderme la lengua para no demostrar mi asombro o decir alguna estupidez, ya que según todo el itinerario yo era George Pitt. Una mezcla entre George Clooney y Brad Pitt; los actores que fascinaban a Ángela. Rodé los ojos por la gran idea de mi amiga. Con mi apariencia, estaba más cerca de parecer el pariente pobre de El Grinch. Nos sentamos en la barra y pedimos algo de beber.

A las dos horas después, estaba casi segura que todo esto había sido una estupidez. Los supuestos bailes y cosas raras que debían haber comenzado hacia una hora, no tenían para cuando dar inicio y mi amigo, estaba demasiado eufórico bebiendo y observando las piernas de las muchachas que se encontraban detrás de la barra.

- Ben, creo que estamos perdiendo el tiempo.- afirmé abatida

- Espera.- indicó mi amigo

Se levantó del asiento y comenzó a hacerles gestos a las chicas de la barra para que se acercaran. Una captó el mensaje y vino hacia nosotros. Tuve que retroceder un tanto cuando ella prácticamente se echó encima del mesón y sus grandes amigas, quedaron a escasos centímetros de mi cara. A diferencia de mi amigo, que se acercó como un imán a los desmesurados pechos de ella ¡Ángela estaría muerta en este momento!

- ¿A qué hora comienza el show?.- preguntó meloso mi amigo

- En diez minutos, cariño.- la chica deslizó su larga uña por el cuello de Ben.- Y los privados comienzan también en diez

Se marchó contoneando las caderas como una batidora y Ben, necesitaba con urgencia un pañuelo en su barbilla al estilo bebé

- Lo vez.- exclamó feliz, luego de su trance

- ¿Qué son los privados?.- cuestioné al no entender las palabras de la chica

- Es el momento exacto donde podrás dar respuesta a todas tus preguntas.

El Show comenzó y los presentes parecían haber entrado en estado de euforia total. Ben se paró indicándome que lo esperara. Se acercó a la caja y luego de hablar con el tipo, le pasó lo que creí era dinero. Caminó nuevamente hacia mí, seguido por un hombre que debía medir dos metros y me indicó que lo siguiera. El tipo se detuvo frente a una puerta con el número seis y me indicó que pasara, además de decirme algo sobre que las reglas serían hechas por ella y se fue.

El cuarto era pequeño y estaba algo obscuro, sólo iluminado por luces rojas y otras cosas. Había un sillón mullido en el cual me senté y esperé. A los cinco minutos una escultural mujer apareció vestida con una insinuante lencería y se paró frente a mí, en una pose que debía parecer sexy para hombres, mas yo estaba a punto de salir corriendo…pero mi pequeña bebé apareció en mi cabeza y me planté en seco en el lugar. Debía salir con respuestas concretas hoy o nunca.

- Bien cariño.- comenzó.- Tu dirás lo que quieres.- sentí mi boca seca ¿Ahora que haría?

- Yo…-

En cuanto esa pequeña palabra salió de mi boca la chica al frente mío me miro como si fuera un espejismo. Y yo por otro lado había quedado muda

- ¿Eres una chica?.- cuestionó acercándose a mí

- S-si.- conseguí decir

- Lo siento amor.- se cruzó de brazos y me miró con disculpa.- Pero este no es un club lésbico. Así que pediré que te devuelvan el dinero

- ¡No!.- grité con pánico cuando la vi alejarse.- ¿Tu eres Heidi Volterra? ¿Cierto?

Ella me evaluó con la mirada sin decir una sola palabra. Creo que se debatía en si contestar con la verdad o simplemente mandarme a sacar a patadas de ese cuarto y ese Club.

- ¿Para qué quieres saber eso?.- frunció su entrecejo

- ¿Lo eres?.- le devolví

- Mira niña.- cambió su tono de voz.- No estoy aquí para juegos y en este momento estoy perdiendo dinero, manteniendo una conversación con una lesbiana que no me pagará ningún servicio

- ¡Te pagaré!.- luego pensé en ser más específica.- No quiero…ehm…sexo.- musité roja de la vergüenza.- Sólo quiero saber algunas cosas.- tomé los billetes de mi bolsillo y se los extendí

- ¡Guau!.- seguido de un silbido fue su expresión.- Veamos si entiendo.- puso su larga uña en su barbilla.- Me estás pagando esa exagerada cantidad ¿Por saber algunas cosas y nada de sexo o relacionado?

- Exacto

- ¿Eres policía?.-

- No

- ¿Son preguntas del rubro?

- En realidad necesito saber si usted conoce a alguien.- fui directa al meollo del asunto

- ¿Quién?

- Victoria Harrison.-

Me miró significativamente, ladeó levemente su cabeza para estudiarme mejor. Negar que estaba intimidada por su estudio, hubiera sido mentir. Su expresión concentrada, dio paso a una completamente iracunda. Abrió un armario que hasta ese momento no había advertido y de él sacó una bata…si su intención era taparse, no lo creía muy conveniente. Siguió deambulando por el cuarto, y enviándome miradas sobre su hombro de vez en cuando. Sacó una botella y vació su liquido en una copa, la cual se bebió de un solo trago sin siquiera arrugarse. Estuve a punto de pedirle una para mí, con los nervios que cargaba era capaz de tomar lo que me dieran.

- ¿Qué es lo que quieres saber de esa perra?.- destiló veneno luego de unos interminables minutos, en su pregunta

- Necesito saber…- tomé una bocanada de aire.- El nombre del padre de su hija

- ¿Perdón?.- dijo incrédula. Para luego estallar en sonoras risotadas.

- Yo soy la niñera de la niña. La señora Vict.-

- Esa ramera jamás podrá tener el título de señora.- me cortó

- Ok. Entiendo.- dije atemorizada.- Ella está presa y la niña irá a un orfanato o algo así y necesito saber el nombre del padre

- Sé que está presa y todo eso.- informó.- ¿Y qué te hace pensar que yo podría saberlo?

- Sé que ella trabajaba aquí en ese tiempo cuando quedó embarazada. Y sé que ustedes eran amigas.- expliqué

- ¡Si!.- gritó de repente haciéndome saltar.- ¡Tan amigas que esa maldita perra se quedó con MI hombre!.- acentuó la última parte

- L-lo…siento.- dije más que nada por no saber que decir

- Más lo siento yo.- sonrió con malicia.- La joya que creyó llevarse, era una imitación.- me observó aun sonriendo y continuó.- James Smith, es mi esposo

Jadee al escucharle. Una prueba más de la truculenta vida y embrollo en el que me había metido y una mayor razón para sacar a mi pequeña de todo esto, pero… ¿Y si el padre verdadero era igual de sucio que ellos? ¿O peor? Me levanté perdida en mis pensamientos y caminé hacia la puerta. Si iba a sacar a mi pequeña bebé de todo esto, no era para meterla en algo peor…prefería esconderme junto a ella hasta que cumpliera dieciocho años, con tal de mantenerla alejada de toda esta suciedad.

- ¿Acaso no quieres saber quien es el padre de la mocosa? ¿Te arrepentiste?.- preguntó irónicamente

- Estefanía no es ninguna mocosa.- declaré como leona.- Y si el padre de ella es tan o mas sucio que todo esto. Prefiero que viva en la ignorancia.- esta vez no me intimidaría

- Veo.- sonrió, echando su cabellera hacia atrás con su mano.- Estas muy encariñada con la hija de esa perra

- La hija no es igual a la madre.- esclarecí

- Te lo concedo.- respondió

Tomé el pomo de la puerta. La conversación había terminado y no había sacado nada, pero prefería de cierto modo que fuera así. Iba a salir, cuando su voz me hizo detenerme

- El padre tampoco es como ella, como esa perra.- reveló. Me giré en su dirección.- O al menos eso es lo que creo

- ¿Tu sabes quien es?.- demandé vertiginosamente

- Esa mujer llegó a mi por casualidad.- comenzó a narrar.- Se presentó al trabajo como mesera y nos hicimos amigas.- tomó otro trago.- James era el dueño de todo esto en ese tiempo e intercedí para que empezara a escalar en este mundo. Como mesera ganaba una miseria y ella necesitaba el dinero, cuando el de sus padres comenzó a escasear

- Lo sé.- la interrumpí

- Era una de las preferidas cuando recién se inició en los show, pero de forma extraña, ella no entraba a los privados, siendo que ese beneficio era sólo para mí, la esposa del imbécil ese.- bufó con rabia.- Ignoraba por ese tiempo que el interés de mi marido era más allá del ámbito profesional

- Ajá.- la alenté a que continuara

- Poco después apareció Félix, un importante empresario, felizmente casado.- dijo de forma irónica.- Comenzaron una relación y las cosas empezaron a cambiar. James ordenó que ella cumpliera su contrato como todas las demás, lo que incluía la estancia en los privados ¿Tu sabes lo que se hace aquí?.- me consultó y sentí mi cara arder

- A-algo…- dije incómoda

- Aquí puedes tener y realizar cualquier acto sexual que el cliente pida.- informó.- Y ella comenzó a hacerlo.- hizo una exclamación de asombro.- ¡Fue grito y plata! Pero la muy estúpida por ese tiempo quedó embarazada

- Sigue.- pedí sin poder contener mi ansiedad

- El padre de la niña no es James y tampoco Félix, porque la única vez que a ella se le olvidó recordarle a los clientes sobre la protección…fue esa semana.

- ¿Clientes?.- pregunté atónita

- Si, clientes.- repitió ella.- Al local llegaron unos chicos de otra ciudad. Estaban de vacaciones y como buenos adolescentes hormonales, no podían perderse de la sensación que era HYV, que eran Victoria y Heidi, o sea, ella y yo.

- ¿Quiénes son? ¿O quienes eran?.- la apremié

- No lo sé.- se encogió de hombros.- Pero si sé, que eran estudiantes de Medicina y que sus papitos eran gente de dinero. Lo que deslumbró a mi amiga y creyó poder atrapar a alguno. Tú sabes, aquí no hay mucho futuro, lo mejor es enrollarte con algún cliente de plata y convertirte en su amante.- siguió explicando.- Pero con lo que no contaba ella, era que ninguno la tomó más allá que una aventura de una semana y se fueron sin más.- sonrió burlesca.- A los dos meses se enteró que estaba embarazada y el mundo se le vino encima, pero tampoco tenía como buscar a los chicos. Ya que no sabía nada de ellos. Tiempo después me traicionó y se quedó con James.- terminó de contar

- Entonces quedo en el mismo lugar ¡En punto muerto!.- refregué mis ojos con rabia

- No.- dijo tranquilamente mirando sus uñas.- Yo sé algo relevante sobre el papito de la hijita de esa perra

- ¿Qué cosa?.- exigí

- ¿Qué tanto estás dispuesta a dar con tal de obtener el paradero de ese hombre?.- me tentó.- Ten en cuenta antes de contestar que no estamos hablando de un idiota; sino un prominente futuro para la niña

- Cualquier cosa.- contesté sin pensarlo mucho

- Ok. Veamos. Tú fuiste o eres su niñera, por ende, debes tener acceso a su casa y todo lo que ello conlleva.- manifestó de forma inocente.- Te diré lo que sé, solo si me das algo a cambio

La miré sin entender ¿Qué podía darle yo a ella?

- Quiero ver a esa mujer encerrada de por vida. Y al imbécil de mi maridito también ¿Habrá algo en esa casa o que hayas visto que pueda constatar los hechos que se le inculpan?

Lo que ella me ofrecía era vender a esa bruja… La observé detenidamente y ella estaba hablando seriamente. Pensé en todas las conversaciones que había tenido "estas hablando de gente con dinero" "ellos pueden comprar incluso a los jueces". Sin embargo, mi padre también me había hecho considerar la hipótesis que el hombre a quien buscaba, no quisiera hacerse cargo de ella…pero nada perdía. Además ella me confirmaba mi primer pensamiento, que quizás el podía darle un mejor futuro a la niña…

Pero… ¿Qué podía tener yo como prueba? Hice una revisión mental. Sí había visto cosas, pero mi palabra no era válida sino contaba con prueba física… Cuando de un momento a otro, un evento diáfano llegó a mi mente; una conversación

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- ¡Tu paga será el doble luego de esto!.- incitó.- En mi cuarto hay una carpeta azul dentro del closet, en el comportamiento de los zapatos y dentro de la última caja. La carpeta está dentro de un sobre de papel colorido

- ¡Quémala!.- cortó tajante

.

Esa carpeta quizás podía contener alguna evidencia de lo que ellos realizaban. Por eso era la premura con la que exigía el encontrar esa carpeta y borrarla del mapa. Sin pensarlo dos veces, hablé

- Creo…tener algo.- enuncié, un tanto poco convencida

- Bien.- saltó ella.- Tráelo aquí y yo te daré lo que necesitas

- Ok.-

No sabía si esto estaba bien, pero recordé una frase que me alentaría a llegar a mi objetivo "El fin, justifica los medios" Y ere sería mi base y sustento para realizar mi siguiente paso. Mi pequeña tendría un papá y uno que le brindara todo cuanto le había privado esa mujer…sobre todo amor y de eso me encargaría yo…

...

Continuará...

 

 

Nota de la Autora: Mis niñas hermosas, he cometido un error. He puesto a Félix como amigo de Ed y además como supuesto papá de Fifi, así que lo arreglaré para no entrar en confusiones (El supuesto papá de Fifi seguirá como Félix). El próximo capítulo es ED y sabremos más ¿Van atando cabos? ¿Alice? Besos a todas y las adoro.

Capítulo 6: Capítulo 8:

 
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