De niñera a Mamá. (+18)

Autor: caro508
Género: + 18
Fecha Creación: 06/11/2010
Fecha Actualización: 08/11/2010
Finalizado: SI
Votos: 12
Comentarios: 22
Visitas: 77462
Capítulos: 21

La vida de Bella Swan cambia radicalmente. En busca de trabajo como niñera, encuentra algo más.... una pequeña necesitada de amor. Luego de algunos sucesos ella comprende que no puede dejarla sola... donde comienza un nuevo desafío; encontrar al padre.


Hola, es mi primera vez que hago esto, esta historia no es mía, le pertenece a Pam3.C.S., yo solo la subo con su autorización, es una de  mis favoritas espero les guste...

Dis: "Los personajes son propiedad de Sthep. Meyer, tan solo  la historia es de Pam3.C.S."


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Capítulo 16:

Bella  Pov

Cuando vi a Fifi saltar a los brazos de Edward, en un contexto que me pareció hermoso y posesivo a la vez, me alarmé. Ella se aferraba a él de una forma que me estrujaba el corazón al pensar que ella quizás sentía temor hacia mí. Un temor que comprendía, pues seguramente su mente de niña, creía que alejaría a Edward de ella… La entendía, pero me dolía y sin darme cuenta, mis ojos comenzaron a escocer. Edward me observó alarmado y su sonrisa comenzó a desaparecer…

Al parecer nuestras mentes se habían conectado y comenzaban a sospechar lo mismo

- Estefanía ¿Qué pasa?.- cuestionó él con su mirada inalterable en mí

- Nada.- le respondió y se separó de él. Su amplia sonrisa me descolocó

- ¿Nada?.- insistió Edward. Éramos dos los aturdidos

- Fifi.- la llamé tímidamente. Su sonrisa no se borró al girarse hacia mí

- ¿Se van a casad?.- soltó de pronto. Y pude sentir cuando mi respiración se cortó

- ¿Q-qué…?.- balbuceó Edward y la acomodó mejor en sus brazos

- Que en los dibujos animados cuando se dan besos así, ellos se casan.- contó tranquila

- Princesa…- comencé, pero me corté enseguida sin saber qué decir

- Vamos a sentarnos.- ofreció Edward y estiró su mano desocupada hacia mi. La observé como si fuera a morder. No sabía si era lo mejor

- Toma la mano de papi Bella.- alentó Fifi con una risita cantarina

Nos sentamos los tres en la sala de la que pronto sería su casa. Mi princesa se acurrucó entre ambos y no frené mi mano cuando fue a acariciar su suave cabello… Ella se sentía tan mía, que no podía imaginar estar lejos de ella…

- No estés tiste Bella.- comentó de pronto. Y llevó su manito a mi cara.- Yo te quiedo mucho.

- Y yo te adoro.- contesté. Sentí una mano posarse sobre la mía que acariciaba la cabecita de mi princesa

- Los dos te amamos Estefanía.- dijo Edward. Mi pecho dolió de la dicha al oírlo hablar como si fuéramos una familia

- Y yo a ustedes. Y quiedo tened a una mamá y un papá.- con Edward nos miramos atentos

- Fifi. Yo estoy con Bella ahora. Ella es mi novia.- explicó Edward.- Nos queremos y te queremos sobre todas las cosas a ti ¿Está bien?

- Si.- respondió y quedó pensativa.- ¿Y se van a casad?.- volvió a insistir

- ¿Por qué preguntas eso amor?.- cuestioné.- Aparte de lo que dijiste de los dibujitos animados.- añadí

- Bella. Cuando fuimos donde Chalie y mamá Sue. Dijimos que íbamos a buscad un papá.- movió sus pequeñas manitos como una persona mayor.- ¡Y lo tenemos!.- chilló emocionada.- Y con mi papá necesitamos una mamá, y yo quiedo que tu seas

- Cuando saltaste sobre mí hace un rato ¿No fue por que no quisieras que papá le diera un beso a Bella?.- leyó mis pensamientos Edward al hacerle la pregunta

- ¡No!.- se apresuró a responder.- Bella ¿Pod eso estas tiste?

- No bebé, estoy feliz.- besé su cabecita y miré a Edward con la misma sonrisa que el me devolvía

- Entonces se van a casad.- volvió con su arremetida

- Estefanía. Las personas para casarse necesitan tiempo. Nosotros con Bella estamos… juntos, hace poco.- explicó Edward a su hija

- Mmmm.- hizo un gracioso mohín con su boquita.- Cuando los gandes se dan besos así se casan y tienen bebés.- quise reírme de la cara de Edward

- ¿C-cómo sabes…? Olvídalo.- dijo de pronto. Estaba blanco como un papel.- Nota mental para mí: bloquear canales de adultos al cable… Y mantenerte alejada de Emmett

- ¿Puedo id a jugad?.- se puso de pié y esperaba ansiosa con sus ojitos brillantes

- Por supuesto, pero trata de…- antes que terminara la oración mi querido novio. Su hija estaba de vuelta en el patio, específicamente en el piso con su perrito

- Creo que no es mala idea que tu madre y tu hermana le traigan tanta ropa de regalo.- comenté divertida

Estaba un tanto nerviosa. Edward había sido citado por la Asistente Social y sabría cual era la resolución final en torno a Victoria. Además, Alice se había propuesto intentar apresurar los tiempos, para que por fin pudiese llevarse su hija a casa… Esperaba que todo fuera bien, y que esa mujer quedara fuera de la vida de mi pequeña. Edward había hablado con ella un par de veces acerca de su madre, pero mi princesa no mostraba mayor preocupación.

- ¡Hola!.- canturreó Tanya al entrar

- Tanya. Mida Tiger vino a jugad conmigo.- señaló mi pequeña

- Así es, pero tengo que llevármelo Fifiona.- los dos hicieron grandes pucheros.- Volverá en cuanto tome sus medicinas.- los tranquilizó. Se giró hacia mí.- ¿Qué sabes de Edward, Bells?

- Nada.- suspiré nuevamente.- Espero que vuelvan pronto. No he tenido ninguna llamada de ellos

- De seguro son buenas noticias Bella.- apretó mi brazo como apoyo.- Las malas noticias vuelan

- Eso espero.- miramos como los chicos se despedían.- ¿Lo traerás luego?.- indiqué a Tiger

- Si. En una hora más, sólo debe tomarse algunas medicinas y tengo que hacerle los exámenes correspondientes.- asentí.- Nos vemos Fifiona, traeré a tu novio antes que lo extrañes.- una carcajada siguió a sus palabras, para ver a dos chicos con un sonrojo conocido

- Bella.- me habló aun como un tomatito. Reprimí las ganas de reírme

- Dime corazón.- me acuclillé

- Yo no tengo novio.- dijo quedito

- Está bien amor. Eres muy pequeñita aun.- asintió solemnemente

Pasamos el resto del tiempo antes que volviera su amigo, viendo películas. Estaba a cada momento que pasaba más intranquila al no tener noticias. De pronto la puerta se abrió y Edward entró prácticamente corriendo hasta donde se encontraba mi pequeña. La tomó en sus brazos y la apretó contra sí como si temiera que fuera a desaparecer.

Miré a Esme, Carlisle, Jasper y Alice entrar tras él y sus rostros con diversas expresiones, ninguna mejor que la otra, confirmaron mis temores. Las cosas habían ido mal… Edward seguía aferrado a mi niña, sus ojos estaban fuertemente cerrados y respiraba con dificultad. Se me oprimió el pecho al verlo así

- ¿Papi?.- Fifi le devolvía el abrazo con la misma intensidad.- ¿Qué te pasa?

- Nada princesa… Es sólo que te amo demasiado.- sentir su voz estrangulada, no me ayudó en nada

- Yo también.- le respondió ella, dando besos por toda su cara

- Bella.- Jasper me indicó que me acercara a él.- Trata de sacar a Edward un momento. Está nervioso y puede asustar a la niña

- Pero… ¿Qué ocurrió?.- consulté mirando a Alice y Jasper

- Es mejor que te lo cuente Edward.- sugirió Alice

- Las cosas han ido mitad bien y mitad mal.- terminó por decir Jasper nuevamente

- Edward. Mi nieta y Tiger irán con nosotros a la cafetería.- intercedió Esme y él aflojó poco a poco su abrazo

- Yo…- comenzó a negar

- Tu irás con Bella a comprar lo que falta.- terció Carlisle y tomó a Fifi en sus brazos.- ¿Vamos señorita y caballero?

Ambos chicos salieron felices con Esme y Carlisle. Jasper y Alice también se retiraron, no sin antes, darme un gesto para que sacara a Edward de su estado. Me acerqué vacilante a él, no sabía que tan mal habían ido las cosas y menos si el quería compañía en estos momentos..

- Edward.- susurré y dejó de ver hacia la puerta para fijarse en mí

- Hola amor.- me dio un fugaz beso y trató de sonreírme

- ¿Por qué no damos una vuelta?.- le propuse esperando que aceptara

- Necesito tomar aire.- asintió y salimos del Hospital

Caminamos en silencio largo rato, hasta llegar a un parque que había divisado al pasar solamente. Nos sentamos en un banco sin separar nuestras manos y me quedé a esperar que el hablara cuando se sintiera listo, sin presiones…

- Puedo llevarme a Estefanía del Hospital.- habló de pronto. Lo observé sonriente

- ¡Eso es excelente!.- salté animada, pero su sonrisa no lograba quitar esa marca de preocupación.- ¿Y qué va mal?.- dio un largo suspiro

- Tendrá que visitar a Victoria.- expresó con rabia.- Al menos una vez, para evaluar la situación entre ellas

- ¿Qué temes?.- acaricié su mejilla para reconfortarlo

- Esa mujer es una zorra Bella. Ella sabe manejar los hilos a su antojo y yo no estaré allí ¡Mierda!.- gritó asuntándome y poniéndose de pié

- Edward. Estefanía es una niña inteligente, ella se mostrará tal cual ante esa mujer… Y la persona que tenga que evaluar verá que no hay ningún lazo afectivo entre ellas. Que esa mujer sólo tiene el título por gracia divina.- hablaba apresurada al ver su rostro desfigurado

- ¿Y si no es así? ¿Qué va a pasar, Bella? ¡Ah! ¿Deberé llevarla y traerla todos los meses o semanas hasta esa mujer? ¿Cómo si ella mereciera a mi hija?

- Lo siento…

- ¡No!.- me cortó. Me quedé muda ante su reacción. Jamás lo había visto así.- Lo lamento amor.- susurró cabizbajo luego de unos minutos

- Está bien.- me acerqué a él y besé sus labios suave y breve

- Amor, no te molestes ¿Si?.- pidió. Asentí aunque no quería hacerlo.- Necesito estar solo. Estoy demasiado exaltado y no quiero terminar descargando mi rabia contigo u otra persona

- Ok.- murmuré. Aunque me dolía que me alejara en este momento

- Te quiero, Bella.- tomó mi cara entre sus manos y me besó.- Te quiero y te necesito, pero ahora prefiero pasar mi rabia solo

- Yo también te quiero. Iré a arreglar las cosas.- me besó por última vez y se alejó

Lo observé unos minutos, caminaba sin tener conciencia por donde iba… No quería dejarlo sólo, pero entendía su petición, aunque me sintiera aislada de él. Tomé mi camino de retorno cuando se perdió de mi vista y con el claro pensamiento de hacer esto por última vez. Estábamos juntos, en lo bueno y en lo malo. Y nunca más aceptaría algo tan difícil como dejarlo sólo cuando me necesitara aunque ni el lo tuviera claro.

Al entrar en la habitación, recogí mi pelo en una coleta y me dispuse a ordenar todas las pertenencias de Fifi y mías.

- ¿Bella?.- me voltee hacia Esme que venía entrando sola.- ¿Y Edward?

- Ehm, quiso estar un tiempo a solas.- brindé mi más falsa sonrisa

- ¿Discutieron?.- me pregunté si ella sabría algo de lo nuestro.- Estoy al tanto de su noviazgo, si es que temes a decirme algo sobre eso.- me sonrió

- ¡Oh! Ok.- era extraño esto.- Pero no, no discutimos.- aclaré

- ¿Y por qué tienes esa carita entonces?.- tomó delicadamente mi barbilla

- No es nada Esme…- le resté importancia, pero ella esperó paciente.- Está bien. Es sólo que… siento que me aparta de sus problemas… Sé que llevamos poco tiempo juntos, pero…

- Te entiendo perfectamente Bella.- tomó mi mano y nos llevó a tomar asiento.- Edward es así. Mis hijos son muy distintos el uno del otro. Liz es explosiva sin importar con quien se desquite. Edward en cambio, es alguien más pacífico. Por eso cuando algo lo supera, no sabe como sobrellevarlo con alguien más

- ¿Y entonces?.- gimotee.- ¿Será siempre así? ¿Cada vez que tenga un problema… Deberé dejarlo sólo?

- El aprenderá. Mi hijo tiene que entender el verdadero sentido de una pareja.- aconsejó.- Todas pasan por momentos buenos y malos, la clave está en saber hacer un frente unido y no un ataque individual

- Es lo que pienso…- susurré

- Ustedes han comenzado desde atrás hacia delante en su relación.- expresó.- Han tenido que afrontar un problema tras otro. Y siento igualmente que no han tenido esos momentos de pareja que son indispensables

- Es difícil Esme. Ninguno de los dos quiere apartarse demasiado de Estefanía.- sonreí al pensar en ella

- Lo entiendo y es valioso por su parte y sobre todo la tuya que tengan a mi nieta tan presente. Pero no pueden descuidar su intimidad como pareja ¡Y no me refiero al sexo!.- aclaró para dejarme totalmente sonrojada

- Intentaré que eso se dé.- admití

- De hecho se dará. Con Carlisle nos encargaremos de ella esta noche. Y tu con Edward saldrán donde quieran solos.- quise replicar.- ¡No! No hay negativas posibles de persuadirme ¡Y bienvenida a la familia!.- me abrazó maternalmente. Lo cual agradecí del alma


 

Edward Pov.

No sé por cuanto tiempo caminé, pero sentí un leve cansancio que me obligó a sentarme en el primer lugar que encontré. Miré a todos lados y me di cuenta que no tenía idea donde jodidos estaba… Cerré los ojos y dejé mi cabeza descansar en lel respaldo. Miles de pensamientos habían pasado durante mi caminar, emociones, sentimientos e imágenes. Las más presentes eran mi hija y Bella…

No entendía cómo podía ser que a pesar de todo lo que había recaído en contra de esa mujer, aun permitieran y ordenaran que Estefanía debía seguir en contacto con ella. Había tenido una discusión acalorada contra la Asistente y el sistema en sí, tanto así, que mis padres y Jasper tuvieron que contenerme junto a Alice, que no se encontraba mejor que yo.

No la quería un solo segundo con mi hija, pero mi palabra era un podrido soplido de viento. No significada nada. Y tendría que llevar en unos días a Estefanía para reunirse con ella. Encima de todo, no podría estar presente ¡Mierda!... Intenté relajarme nuevamente, si seguía así, la larga caminata habría sido una infructuosa clase de gimnasia, en vez de una esclarecedora y relajadora sesión de desahogo.

Ese nuevo pensamiento me llevó de vuelta a Bella. No quería hacerla sentir mal, era lo que menos quería en este mundo. Pero sentía que no podía seguir abrumándola con problemas que ella no tendría por qué pasar… Quería estar con ella, el sólo pensarla lejos me atormentaba… Ella no se estaba calando hondo en mí, ya lo había hecho sin que ninguno de los dos siquiera lo hubiese notado…

¿Por qué todo tenía que ser tan difícil? Quería estar con mis dos princesas tranquilo por una vez en la vida. Pero tal parecía que cada día aparecía un nuevo obstáculo en todo esto… Mi móvil sonó y rebusqué entre mis bolsillos… S. Wilson mostraba la pantalla y no esperé ni un segundo más

- Diga.-

- ¿Edward? Habla Samantha

- Si, lo sé ¿A que debo su llamado?

- No quise tocar este tema delante de los demás durante la tarde, pero quiero que estés tranquilo

- Siento tener que rebatirle ese punto, pero teniendo en cuenta que mi hija tiene por madre a una mujer como ella, y que jamás ha sabido ejercer su papel. Es una utopía sentirme tranquilo

- Edward entiendo.- dijo serena.- Pero créeme que tengo las mismas intenciones que tú, sobre que esa mujer no pueda tener un mínimo de autoridad en torno a su hija

- ¿Cómo?.- dije algo perdido y enfadado.- Lo lamento nuevamente, pero no fue eso lo que vi hoy

- No puedo dar a demostrar intenciones personales en cuanto a mi trabajo Edward. Aunque me cueste, debo ser objetiva

- Perdóneme, comprendo su postura.- dije honestamente y tratando de calmarme

- Esto sólo será un trámite Edward. Sólo será una vez, que tu hija volverá a tener contacto con Victoria

- ¿Hay algo que me asegure eso?.- cuestioné con esperanzas de que sus palabras fueran ciertas

- Mi palabra. Y aunque sé que no suena muy alentador. Confío en mí trabajo y actuar en forma ciega. Nos veremos en un par de días Edward. Hasta luego

- Hasta luego y gracias.

El camino de retorno se me pareció menos pedregoso y largo. Me encontré sonriendo sólo en más de una ocasión. Era una remota posibilidad que Samantha tuviera razón, pero me iba aferrar a ella como si fuera la última esperanza de vida de un moribundo. Estuve a punto de echarme a correr los pasillos que me faltaban para llegar a la habitación donde estaría mi hija y Bella.

- Está todo listo y dispuesto Edward.- me recibió mi madre. Miré hacia la cama y mi hija dormía plácidamente

- ¿Hace cuanto se durmió?.- pregunté y me recosté a su lado. Besando el tope de su cabecita

- No hace más de diez minutos. Esta niña no despertará hasta el día de mañana. Jugó como si nunca más lo volviera a hacer

- ¿Nos vamos?.- entró mi padre recogiendo todo

- Tengo que ir a ver a Alice y su padre para darle las gracias. Y ver mis horarios de turno.- expliqué haciendo camino para salir de la habitación

- Alice se ha ido con Jasper.- contó mi madre con una risita.- Y su padre ha venido a despedirse antes de retirarse. Ha dicho que tienes el fin de semana libre y que él ya ha arreglado todo para tu reemplazo

- Llevaré las maletas y demás cosas al auto. Nos vemos abajo.- salió mi padre

- ¿Dónde está Bella? Iré por ella para irnos.- mi madre me miró alzando una ceja

- Bella se ha ido a su departamento.- quise no desesperarme, pero al recordar su rostro antes de separarnos me traicionó.- Tranquilo.- se apresuró a decir.- Ha ido a dejar sus cosas y a buscar la mascota de Estefanía donde su amiga.- asentí

Su explicación me sirvió de consuelo, pero sólo para una mitad de mi preocupación por haber complicado las cosas con ella. Tomé a Estefanía en brazos para llevarla por fin a nuestra casa. Y mi padre tomó mi brazo antes de salir de la habitación

- Bella no esta molesta contigo si eso es lo que crees.- la miré sin emitir palabra.- Pero debes aprender que los problemas se viven y solucionan en pareja; sino ¿Para qué estás con ella si vas a apartarla cada vez que una complicación surja?

- La diferencia en nuestra relación, es que desde el primer día ha sido todo complicación.- suspiré y apreté más a mi cuerpo a mi pequeña

- ¿Has notado alguna vez que ella sienta un peso demasiado grande para continuar contigo? Lo digo por todas las complicaciones que mencionas

- No.- contesté más para mí que para ella

- ¿La quieres?

- No puedo responder más que a nada.- indiqué con mi barbilla al pedacito de carne entre mis brazos.- Pero si. La quiero y de eso no hay duda

- Entonces vamos a casa para que dejes en su cama a esta princesita y luego ve a buscar a Bella.

- Pero…

- ¡Dios mío!.- tomó su cabeza con ambas manos en forma dramática.- Ya entiendo por qué están juntos ustedes dos.- fruncí el ceño por sus palabras.- Son tal para cual, sus palabras preferidas son el: pero, es que, no… ¡Válgame Dios! Irás con ella y pasaran un tiempo juntos como pareja. Tu padre y yo nos preocuparemos de esta pequeñita. Ustedes necesitan vivir su relación aparte del trío que conforman

- Está bien.- asentí. Tomé más firme a mi hija y nos encaminamos a casa.

Me bajé presuroso de mi auto cuando vi alguien abriendo la puerta principal del edificio de Bella. Una sonrisa bastó y la señora me dejó entrar sin inconveniente alguno. Nota mental para recordar. En este edificio dejaban entrar a cualquiera que pusiera ojitos bonitos… Venía renovado ¡Si, esa era la palabra! Haber acostado a mi hija, en la que sería su cama de ahora en adelante… ¡Era algo indescriptible!

Sonreí subiendo los escalones poco menos con un baile. Había sido un momento simple, pero con tanto significado. Mis padres me habían dejado sólo en el cuarto con mi pequeña y podía decir que mi pecho no daba más cabida a mi hinchado corazón. Y ella parecía entender inconcientemente el momento que vivíamos, su sonrisa en su rostro dormido me hacia creerlo…

Toqué la puerta de Bella y esperé… Esperé y esperé, y terminé sentado con mi espalda apoyada en su puerta ¿Dónde estaría? Veinte minutos después, una Bella entretenida hablando con la mascota de Fifi subían los peldaños animadamente sin percatarse de el espectador que tenían.

- ¿Tú también decidiste cambiarme por ese perruno?.- cuestioné poniéndome de pié

- Edward ¿Desde cuando estás acá? ¿Por qué no me llamaste?

- Quería darte una sorpresa y el sorprendido fui yo.- rocé su mejilla con mis dedos

- Pasa.- me indicó

- ¿Dónde estabas?

- Saqué al perrito a hacer sus necesidades. No me iba arriesgar que lo hiciera en el taxi y el chofer nos terminara bajando en cualquier lugar ahora de noche.- me reí de sus conjeturas

- Ok, pero ahora el perrito está satisfecho y soy yo el que necesito atenciones.- jalé su camiseta y la acerqué hasta dejarla envuelta en mis brazos.- Siento lo de esta tarde.- suspiré apoyando mi frente en la suya

- No te preocupes, pero voy a dejarte en claro algo.- levanté mi cabeza al oírla hablar con firmeza.- Será la primera y la última vez que haré algo así. Me importa un reverendo pepino si la próxima me hechas a patadas de tu lado… Porque me voy a quedar igual

- No pondré objeción.- sonreí sobre sus labios.- Pero ahora quiero esto.- finalicé acortando las distancias

Nos besamos durante largo rato. Pedimos algo de cenar y cada tanto que podía, le robaba un beso ganándome más de un regaño al interrumpir el recorrido de su mano hacia su boca con alimento. Tuvimos la idea de salir a algún lugar, pero desistimos cuando nos dimos cuenta de lo bien que estábamos allí, sin nadie más… La acompañé a su cuarto mientras ordenaba su ropa.

Mientras estaba allí, varias ideas pasaron por mi cabeza. Unas más descabelladas que otras, pero todas apuntaban a lo mismo, comenzar a vivir bien y sin inconvenientes. Bella terminó sus quehaceres y se recostó a mi lado… Sentirla así me hizo querer con más fuerza hacer lo que tenía previsto…

- ¿En qué piensas?.- apoyó su barbilla en mi pecho y quedó atenta a mi respuesta

- Mi cabeza está trabajando en varias ideas.- sonreí, mientras mi mano acariciaba sus rizos casi disueltos

- ¿Y cuáles serían esas ideas Señor Cullen?.- me estiré y capturé su labio inferior entre mis dientes

- Quiero conversarte algo Señorita Swan.- lloriqueó cuando mordí más fuerte su labio y lo solté

- Te escucho.- su cara se volvió algo seria cuando no hablé inmediatamente

- Quita esa arruga de tu frente.- pasé mis dedos por ella

- ¿Qué querías decirme?.- preguntó acurrucada en mi pecho

- Sólo quiero pedirte que no actúes precipitadamente ¿Si?.- pedí a sabiendas de su poca paciencia

- Me estás asustando Edward.- se sentó a mi lado y pude ver el temor en su rostro

- Déjame hablar y explicarte todo. Luego puedes decirme tu opinión.- expresé con calma

- ¿Tienes que ver con… contigo o Fifi?.- entrecerró sus ojos hacia mí

- Con todos, pero en especial con ella.- admití con un largo suspiro. Me veía venir un arrebato

- Te escucho.- declaró seria y esta vez se sentó erguida en la cama

- No quiero que sigas siendo la niñera de Estefanía.- solté son titubeos

- ¡¿Qué?.- gritó prácticamente saltando de la cama

- Escúchame.- me cortó con otro grito

- ¡Sabía que esto pasaría! ¡Lo sabía!.- y sus ojos inmediatamente comenzaron a desbordar lágrimas ¿Por qué era tan acelerada para sacar sus conclusiones?

- Bella…- intenté volver a tomar la palabra infructuosamente

- ¡No! ¡Se acabó!.- rugió y salió corriendo del cuarto dando un sonoro portazo

- ¡Mierda!.- mascullé y salí tras ella.- ¡Bella!.- grité abriendo la puerta y dando otro golpe al cerrarla

Estaba andando de aquí para allá por la sala sin hacer nada con sentido. Veía como su cuerpo se levantaba y bajaba debido a la respiración acelerada que provocaba su enojo ¿Es que nunca podía escuchar hasta el final mis palabras?

- Creo que es hora de que te vayas. No olvides llevarle su mascota a Fifi. Yo estaré…- se quedó callada de pronto

- ¿Podrías algún día esperar a que yo pueda acabar de hablar? Siempre tienes esa maldita manía de cortar mis palabras y sacar tus propias conclusiones con lo primero que escuchas.- sentencié molesto por su actitud infantil

- Te fuiste durante la tarde, me apartas de tus cosas y ahora vienes a decirme esto ¿Qué quieres que piense?.- se giró y estaba llorando. Me dolió, pero me quedé en mi mismo lugar. Era hora que ella aprendiera

- Eres mi novia, sé que llevamos poco tiempo, pero no estoy interesado en una relación pasajera.- hablé sin darle oportunidad a réplica.- Yo quiero estar contigo, te he demostrado que quiero seas parte de mi y de lo que vivo día a día con Estefanía. Entonces ¿Por qué demonios sacas una conclusión acelerada?

- Tú… tú lo haz dicho.- se defendió

- Bien ¿Qué dije?.- se quedó en silencio.- Estaba recién comenzando y tú malinterpretas todo…- sonreí amargamente.- Estamos recién comenzando, hemos tenido uno y mil problemas. Y estamos peleando como perros y gatos… Bella.- me observó con sus ojos asustados.- ¿Estás realmente segura de querer estar conmigo?

- Si, si quiero.- sollozó y fue mucho para mí. Acorté la distancia y la envolví en mi pecho.- L-lo siento

- Está bien. No pasa nada.- terminé con la discusión.- No quiero que sigas siendo la niñera de Estefanía, porque eres mucho más que eso

« Quiero que nuestra relación, no tenga que estar atada por lazos profesionales. Eres mi novia y mi hija te quiere más que una niñera… Quiero que solo seamos Bella y Edward por amor. No por trabajo… No me siento cómodo teniendo que pagarte un salario, es como si estuviera pagándote por quererme.- sonreí »

- Tonto.- soltó una risita contra mi pecho. Tomé su cara y la puse frente a mí

- Quiero estar contigo siempre. Quizás es apresurado decir eso, pero es lo que siento… No te estoy pidiendo matrimonio, pero te estoy haciendo una promesa de compromiso sin términos.- sus ojos volvieron a brillar

- Edward…- susurró. Deposité un casto beso en sus labios

- Buscaremos a alguien para que se haga cargo de Fifi, y quiero que busques un trabajo que te permita seguir estudiando igualmente… Podrás pasar todo el tiempo que quieras conmigo y con mi hija. No hay límites de horarios, si eso quieres.- la miré divertido

- Lo quiero a tiempo completo.- espetó con seguridad. Y no pude encontrar mejor lugar donde estar que en sus brazos.

- Tranquilo.- volvió a repetirme Bella. Me paseaba como león enjaulado por la sala

- Necesito saber lo que ocurre allí dentro.- apunté la sala contigua, donde estaba mi hija con esa mujer

Había tenido que aceptar en contra de mi voluntad, el traer a Estefanía para que cumpliera con la visita mensual que había estipulado la jueza. Era la primera vez y esperaba con fe que fuera la última… Samantha también estaba dentro, así mismo la Asistente que llevaba el caso.

- Edward Cullen.- casi corrí cuando la Asistente llamó desde la puerta

- ¿Sí?.- cuestioné, pero miré más allá de ella donde mi hija venía en brazos de Samantha.- ¿Qué pasó?.- me apresuré a tomarla

- Necesito que pase para que conversemos un momento ¿Sería posible que usted se hiciera cargo de la niña un momento?.- le pidió a Bella, pero yo sólo estaba pendiente de mi princesa

- ¿Cómo estás amor?.- sus ojitos estaban llorosos y quise traspasar las murallas y matar a esa mujer

- Bien.- susurró quedito

- Ven conmigo princesa.- estiró sus bracitos inmediatamente hacia ella.- Iremos por un rico chocolate ¿Si?.- ella sólo asintió acurrucada en su pecho.- Estaremos bien a… Edward.- se retractó

Seguí a las mujeres a la sala. Victoria ya no se encontraba allí y llegué a pensar que la muy maldita tenía pacto con el demonio. Porque de haber estado frente a ella, hubiese ocupado su lugar en la mugrosa celda que ocupaba en este lugar.

- Por la edad de la niña y los antecedentes recopilados durante el tiempo que llevé a cabo el seguimiento y los sucesos de hoy. Tengo un informe acabado de la situación total. El cual he notificado telefónicamente a la Jueza del Tribunal.- habló la mujer

- ¿Puedo saber más menos que ha pasado?.- mi tono no era amistoso

´- Está todo en orden Edward.- apaciguó Samantha

- ¿Y qué significaría eso?.- hablé entre dientes. Mi paciencia se estaba agotando

- Mi informe especifica claramente que la niña no tiene ningún apego a su madre. Y que ésta última carece totalmente sobre el sentido que debe tener el rol de madre.- indicó calmada. Sentí una enorme llamarada dentro de mí.

- La custodia será absolutamente tuya Edward. Tu hija no volverá a pisar este lugar, a menos que ella así lo desee cuando cumpla su mayoría de edad… Es mi palabra Edward.- decretó Samantha con una sonrisa cómplice, que devolví como idiota

La pesadilla terminaba totalmente ¡Por fin!

...

Continuará...

 

Capítulo 15: Capítulo 17:

 
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