De niñera a Mamá. (+18)

Autor: caro508
Género: + 18
Fecha Creación: 06/11/2010
Fecha Actualización: 08/11/2010
Finalizado: SI
Votos: 12
Comentarios: 22
Visitas: 77463
Capítulos: 21

La vida de Bella Swan cambia radicalmente. En busca de trabajo como niñera, encuentra algo más.... una pequeña necesitada de amor. Luego de algunos sucesos ella comprende que no puede dejarla sola... donde comienza un nuevo desafío; encontrar al padre.


Hola, es mi primera vez que hago esto, esta historia no es mía, le pertenece a Pam3.C.S., yo solo la subo con su autorización, es una de  mis favoritas espero les guste...

Dis: "Los personajes son propiedad de Sthep. Meyer, tan solo  la historia es de Pam3.C.S."


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Capítulo 14:

Edward  Pov

¡Un mes!

Un maldito mes había pasado desde ese podrido mal entendido que había cambiado toda la panorámica de un minuto a otro. Había intentado aclarar las cosas con ella, pero en esas escasas oportunidades que la encontraba a mi disposición para recomponer la metida de pata que me había adjudicado. Ella, o dejaba claro que no le interesaba o simplemente se escabullía como si de un fantasma se tratara, y me frustraba de sobremanera.

Había sido tanta mi rabia en una de aquellas situaciones, que juré no acercarme nunca más a ella y menos ofrecerle una disculpa. Si lo veía de cierta forma, mi preocupación era mi hija y ella no había cambiado absolutamente en nada su forma de tratarla. Así que estaba todo bien… Si, eso.. No.. ¡Ugh! ¡Mierda! ¡No, no y no! Nada estaba bien y no sé a quien quería engañar, porque llegaba a sentir celos cuando cualquiera podía acercarse a ella y conversar animadamente y a mi sólo me llegaba una mirada indiferente o en el mejor de los casos, una forzada sonrisa frente a Fifi…

El juicio también había dado comienzo y era realmente estresante cuando parecíamos haber avanzado dos pasos y retroceder tres. Las pruebas no estaban siendo concluyentes y esa mujer estaba saliendo libre de toda culpabilidad. Ni siquiera el abandono a su hija era algo que los jueces tomaran en cuenta. Comenzaba a creer firmemente que hasta la justicia era absolutamente corrupta.

Me había presentado a todas las sesiones, y la primera vez que llegué allí, Victoria me observó detenidamente hasta que su rostro mostró una clara señal de haberme reconocido, o al menos relacionarme con algo. Alice me había señalado que mi relación con Estefanía se dejaría descubierta hasta el final, cuando pudiera comenzar el juicio propio por custodia y tuviera como respaldo el informe acucioso de la Trabajadora Social que se presentaba dos veces a la semana y a veces tres, para ir resolviendo a criterio, si estaba capacitado para hacerme cargo de mi hija y velar por ella.

Mis padres pasaban más tiempo en Washington, que en su propia casa. Lo cual, aunque me pareciera gracioso, lo agradecía en su totalidad. Me llenaba de consejos cada vez que conversábamos, y gracias a ello creía estar haciendo mejor las cosas con Fifi.. Nuestras horas juntos ya no eran agobiadas con silencios incómodos, al menos para mí. Me trataba de integrar de cualquier manera a sus quehaceres o juegos…

- ¿Hasta cuando se van a comportar como dos niños malcriados?.- inquirió Tanya. Me hice el desentendido

- Ni idea de qué hablas.- me encogí de hombros

- Claro y preciso. A ti y a Bella ¿Acaso no conocen la palabra "diálogo"?.- gesticuló comillas aéreas

- He intentado hablar con ella. Es ella la que no atiende razones.- me defendí

- Pues lamento informarte mi querido amigo que al parecer tú, tampoco sabes hacer las cosas. La culpa es de ambos. De ella por ser terca como una mula y tuya, por dejar que la mula siga siendo así.- me reí de sus trabalenguas

- La mula que nace mula, muere mula.- respondí aún riendo

- Las mulas por mulas que sean, son excitantes ¿No?.- cuestionó con su mirada suspicaz y cambiando el curso de la conversación

- Siento interrumpir nuestra cultural conversación animalística, pero Alice me espera para ir nuevamente al juicio. Adiós

Arreglé mi corbata y salí dejando a una risueña Tanya con su significativa mirada. Encaminé mi recorrido hacia la habitación de Fifi, para despedirme de ella como ya me era costumbre… Aun me llamaba por mi nombre, y aunque quisiera que comenzara a decirme por lo que realmente éramos, no podía presionarle.. Todo a su tiempo, me recordaba una y otra vez.

- Hola.- saludé al entrar. Mi pequeña campeona se levantó de un salto para correr hacia mí. En cambio Bella no despegó su espalda de mi cara

- Hola Edwad.- canturreó Fifi dándome un jugoso y pegajoso beso

- ¿Qué haces?.- me acerqué con ella en mis brazos. Quedé al lado de Bella, pero no obtuve su atención

- Pintamos y dibujamos.- movió sus piernas hasta que la dejé en el suelo.

Miré detenidamente a Bella, pero ella mantuvo su cabeza gacha en las hojas esparcidas por el piso. Noté que estaba vestida en forma distinta de la habitual. Llevaba pantalones de tela negro y una blusa de seda azul, acompañada por tacones bajos y un suéter negro. Quise preguntarle si pensaba salir, y sobre todo si estaría acompañada de mi hija que aun paseaba en pijamas, pero su mutismo hacia mí, me hizo desistir.

- ¿Vas a salid de nuevo?.- cuestionó Estefanía mirando mi ropa

- Si amor, pero volveré lo antes posible.- pude notar una pequeña sonrisa de parte de Bella

- ¿Un obsequio pada mí?.- sonreí ante su pregunta, esa era la excusa para ausentarme

- ¿Qué vas a querer esta vez?.- me acuclillé a su altura

- ¿Una mascota?.- sus ojos brillaron ante la mención de un animal

- ¿Recuerdas lo que hablamos?.- asintió con un mohín.- Cuando vayamos a nuestra casa

- Está bien.- volvió a sus dibujos nuevamente resignada

- Hola.- canturreó Alice.- ¿Estamos listos?

- Si.- respondí y noté que no había sido el único

- ¿Tú también irás?.- cuestioné mirando como Bella se ponía de pié

- Si Doctor Cullen y no se preocupe por Estefanía. Ya he hablado con Ángela y ella se quedará a cargo mientras esté ausente.- rodé mis ojos y quise decir algo más, pero ella tomó a mi hija y se despidió de ella pasando rápidamente por mi lado

- ¿Aun?.- cuestionó Alice al ver nuestra nula interacción

- Aun.- repetí afirmando. Movió su cabeza negativamente y tras despedirse de Fifi, salió al alcance de Bella

- Nos vemos luego princesa.- me agaché y ella enrolló sus bracitos a mi cuello

- ¿Volvedas luego?.- asentí y la abracé con fuerza. Esa era su constante pregunta cuando Bella o yo debíamos ausentarnos

- Vendré antes de que puedas darte cuenta que no estoy aquí.- le prometí. Ella pareció conforme y corrió hacia Ángela en cuanto la vio entrar

- Hola Edward.-

- Hola Ángela

- No te preocupes por tu niña. Está en buenas manos y Ben no tardará en llegar

- Lo sé.- le sonreí. De pronto una idea pasó por mi cabeza.- Ángela ¿Podrían tú y Ben quedarse un poco tiempo más con mi hija?

- Por supuesto Edward. Haz tus diligencias con tranquilidad.- me aseguró

- Esto… ehm…- busqué las palabras correctas.- Bella… también se… demorará.- terminé pasando ansiosamente mis dedos por mi pelo. A la chica se le iluminaron los ojos

- Cero problema, y espero que…arreglen sus diferencias

- Yo también lo espero…

El camino hacia el lugar donde se llevaba a cabo el juicio fue silencioso. Solamente inquietado por las veces en que Alice intentaba infundirle confianza a Bella. Me comía la lengua por entrometerme en la conversación y decirle que yo estaba con ella, pero debía conformarme con mirarla a través de espejo retrovisor y contentarme con las veces en que hacían contacto nuestras miradas y ella las esquivaba aprisa.

Una vez fuera de la sala. Alice volvió a repetirle lo que debía decir. Bella estaba nerviosa y mordía con fuerza su labio. Antes de hacer ingreso, obvié todas las malas miradas y me acerqué a darle un beso en su frente. Ella se quedó estática y luego se dio vuelta e ingresó casi corriendo.

La sesión fue extenuante. Bella tuvo que hablar ante la asesina mirada de esa mujer y ese hombre, más ella no se dejó amedrentar por aquello y expuso su declaración con decisión y sin titubeo. Lo mismo tuvo lugar cuando otros testigos que Alice había contactado sin estar enterado, tuvieron que subir al estrado y exponer su testimonio. Dejando en irrefutable evidencia que las acusaciones no eran infundamentadas y que su hija, a lo que ella había apelado en forma cínica, no había sido nunca un motivo de preocupación por su parte.

Respiré aliviado cuando estuvimos fuera de esa pequeña sala. Por fin sentía que estábamos avanzando a una resolución justa y que mi hija podía empezar a caminar por un sendero tranquilo, limpio y fructífero. Alice se reunió con las personas que había logrado que declararan y se excusó de volver con nosotros, pues se quedaría más tiempo para poder incautar mayores datos sobre lo que seguiría.

Con Bella nos subimos al auto en completo silencio. Mis padres me lo habían hecho llegar hacia unas semanas y en este momento podía casi gritar de júbilo, pues era perfecto para lo que tenía pensado. Miré de soslayo a mi compañera, su vista estaba fija en la ventana lateral observando las calles pasar.

Doblé de forma súbita en una esquina y esperé pacientemente a que ella cuestionara mi actuar. Me percaté periféricamente como ella se removía en su asiento y su cabeza viajaba en diferentes direcciones al notar que no nos movíamos por el camino que llevaba al Hospital… Además, ella no había recorrido este trayecto con anterioridad. Yo sí…

- ¿Dónde vamos?.- preguntó al cabo de unos minutos en que supongo, ya no pudo más

- Debo pasar a recoger ropa a mi casa

- Déjame en la siguiente parada. Tomaré un taxi para volverme al Hospital.- exigió

- No.- la miré sin derecho a réplica.- Iremos por mis cosas y luego volveremos juntos

- Ángela y…-

- Ella está al tanto.- la corté

No habló más y se aferró enfurruñada en su asiento. Quise reírme de su actitud infantil, pero eso sólo llevaría a empeorar las cosas. En vez de eso, puse música para relajar el ambiente y seguí manejando con la alternada mirada en el camino y en ella… Quince minutos más tarde, aparqué en el estacionamiento interior de la casa que habíamos arrendado con Jasper y Tanya, aunque básicamente la usaban ellos. Yo pasaba casi las 24 horas del día junto a Estefanía.

- Te invito un café.- hablé antes de bajar

- No gracias. Preferiría que recogieras tus pertenencias y regresáramos de una vez

¡Terca! Pero yo también podía actuar de igual manera…

- Insisto, tomemos un café y luego emprendemos camino de vuelta

- ¿Acaso estás sordo?.- entrecerró sus ojos hacia mí.- ¡Lo siento! Doctor Cullen, tengo que cumplir con mi trabajo.- usó su tono más irónico posible

- Ok. No vengo a buscar absolutamente nada. Estoy simplemente tratando de encontrar un espacio para hablar tranquilamente.- me sinceré, ella no me miró ni una sola vez.- ¿Podemos pasar y conversar en forma pacífica?

- No tenemos nada de que hablar, excepto que sean modificaciones en mi trabajo y mis horarios.- zanjó

- Tú tono de voz y frases irónicas ¿No te parecen temas suficientes?.- me miró con rabia y advertí que otra vez estaba metiendo las patas.- Está bien, ambos hemos cometido errores ¿Entramos y tratamos de solucionarlo de la mejor manera posible?.- la vi titubear, así que proseguí.- ¿Por favor?

No esperó a que yo bajara y abriera la puerta para ella; sino que bajó como un torbellino y se paró frente a la puerta con sus brazos cruzados y golpeando rítmicamente su pié en la baldosa. Negué con la cabeza y sonreí por su actitud. Bajé del auto y me paré a su lado para abrirle la puerta y cederle el paso.

Me senté uno de los dos único sillones disponibles, esperando que ella lo hiciera en el ubicado frente a mí, pero en lugar de eso se mantuvo de pié a un lado de la puerta principal. Frustrado, apoyé mis manos en mis rodillas y me puse de pié frente a ella

- Quiero pedirte disculpas.- comencé sin obtener su atención.- Nunca quise sonar como lo hice ese día en tu departamento

- Sólo hacías lo que te correspondía.- contestó a la defensiva

- Estas equivocada. Tú crees que fui en plan de jefe mandón, pero jamás fue esa mi intención

- Te salió verso.- musitó bajito, pero logró sacarme una sonrisa mas distendida

- Bella, este mes no ha sido de los mejores. Quiero decir que, creí que podíamos comenzar a llevar una buena amistad, sobre todo teniendo en cuenta que somos las personas con las que Estefanía pasa mayor tiempo y a las que más apegada está.- expliqué.- He vivido experiencias que no creí adquirir de un momento a otro, y no me quejo. De retroceder el tiempo, volvería a pasar por todo lo que he pasado, porque Estefanía lo vale…

« Pero me molesta que nuestra relación se haya estancado por un malentendido. Estaba molesto y no contigo, pero pareció que tú eras el destino de ese fastidio y todo se jodio.- puse mis manos en mis bolsillos, porque la tentación de tenerla tan cerca era abrumadora.- He intentado explicar las cosas, pero tu estás cerrada a cualquier idea que destrone tus fijas posturas, porque crees y te aferras a las idea que la única verdad es la que te haz imaginado »

- Fuiste claro Edward.- refutó tozuda

- ¿Te dije explícitamente que tu trabajo estaba siendo incumplido?.- inquirí

- No era necesario que lo dijeras en forma explícita. No soy tonta y entiendo perfectamente los mensajes encubiertos

- Lamento tener que ofenderte, pero creo que esta vez no estás siendo muy inteligente que digamos.- sus ojos chispearon en coraje

- ¡¿Me estás diciendo en forma sutil que soy idiota?.- gritó furibunda

- No, te estoy intentando hacer ver que sólo esta vez estás equivocada

- Me voy, tomaré un taxi.- se dio media vuelta y me adelanté.

En cuanto ella abrió la puerta, pasé mi brazo por el costado de su cabeza y la cerré de un golpe seco. Ella saltó por el repentino cambio, pero no volteó para increparme. Cerré los ojos y me acerqué a su cuerpo, su característico aroma me abrumó y quise voltearla de una buena vez y aclarar el tema con la forma que me estaba pareciendo la más concluyente, besarla

- ¿Me permites abrir la puerta y marcharme?.- no podía ver su rostro, pero su voz sonó ahogada

- Bella, arreglemos las cosas.- afirmé en tono ronco. Su sola cercanía me desarmaba

- Ya está todo hablado.- giró su cuerpo y se espantó de los pocos centímetros que nos separaban

- No, no lo está.- tomé un impulso y me obligué a no mirar sus labios.- Esa noche estaba enfadado porque no estabas con nosotros. No porque pensara que eras irresponsable

- Listo… to-todo bien.- titubeo. Estaba nerviosa

- ¿Volveremos a ser los amigos que éramos?.- inquirí, aunque estaba a punto de dejar ese título a un lado

- L-lo que sea.- se revolvió inquieta

- Te quiero en mi vida y en la de mi hija. Y no como una niñera…- susurré

- ¿Q-que…? ¡Auch!.- exclamó cuando la puerta se abrió y la golpeó fuerte en la cabeza

- ¡Ups! ¡Lo siento!.- se disculpó Jasper.- ¿Qué hacían acorralados contra la puerta?

Bufé molesto, lo cual no pasó desapercibido para ambos. Bella se sonrojó hasta lo imposible y Jasper movió sugestivamente las cejas. De haber tenido fuego, le hubiese prendido en ese instante a su cara.

- Eh… iré… a… Adiós.- asintió rápido y se perdió escaleras arriba

Miré a Bella, y estaba con la cabeza en dirección al suelo retorciendo sus manos de una forma que supuse sería dolorosa. En este momento Jasper estaba encabezando mi lista negra. El momento perfecto estaba totalmente pisoteado…

- D-debemos irnos.- habló bajo y apresurado

- ¡No!.- negué frenéticamente. Era el momento

- Edward. Tenemos que…

- No, tenemos que arreglar las cosas ahora.- declaré firme.- Yo estaba diciendo algo importante y lo voy a terminar. No quiero más intentos fallidos

- Yo… esto… está todo bien. Ahora vámonos.- hizo amago de caminar hacia la puerta nuevamente, pero la tomé por el brazo y la dejé frente a mí

- No eres, ni serás nunca una niñera, simplemente.- argüí con fuerza.- Estefanía te quiere como si la hubieras tenido tú nueve meses dentro de ti

- Yo también la quiero mucho.- balbuceó con sentimiento

- Lo sé.- inundé mis pulmones de aire y solté.- Y para mí también eres mucho más que eso… Lo peor, es que me he dado cuenta de la peor forma.- sus ojos conectaron con los míos incrédula.- Me hubiera gustado que en este mes, en el cual me he dado cuenta lo que significas para mi, se hubiese dado de forma distinta

- Edward. Ya no sigas.- pidió intentando zafarse

- No me pidas que no siga, porque este es el momento. No quiero más malos entendidos y más palabras a medias.- hablé sin querer retractarme.- Está bien si tu no sientes lo mismo por mí. Lo entenderé, pero quiero que al menos entiendas que yo jamás… Jamás te he querido menospreciar o te he acusado de dejar botado tu trabajo, porque no es así. Ese día te quería conmigo, con nosotros… Como mi amiga, como… como la mujer que quiero… Tú e gustas Bella, y quiero poder compartir todas la vivencias que tenga con mi hija o individualmente contigo...- terminé esperando una reacción de ella

Pero para mi desgracia y como mi respuesta, recibí sólo el silencio por su parte. Solté su brazo y al cabo de unos minutos en que me di cuenta que aunque pasaran horas,no habría respuesta, opté por buscar mis cosas y regresar al Hospital. Quería al menos tener la certeza de su rechazo, pero sólo había silencio…

- Vamos.- le indiqué cuando ya supe que no sacaría nada

- Ajá- contestó y me siguió fuera

Hubiera querido sentirme idiota, pero me enorgullecía de haber podido declarar lo que sentía. Aunque me dolía darme cuenta que mis sentimientos no eran recíprocos. Al menos, lo había intentado...


 

Bella Pov

- ¿Por qué hiciste eso Bella?.- me gritó Ángela, zarandeando mi brazo

- ¡No sé!.- gemí dejándome caer en la cama

- ¿Qué hiciste Bella?.- llegó mi preciosa pequeña a mi lado, posando su cálida manita en mi mejilla

- Tu linda Bella, ha metido la pata hasta la cintura.- siseó mi amiga

- ¿Te mojaste?.- cuestionó preocupada mi bebé observando mis piernas

- No amor.- la tomé y la senté en mi regazo.- ¿Te ha gustado tu cuarto?.- cambié de tema, incluso ante la mirada insistente de Ángela

- ¡Es bella!.- dio saltitos en mis piernas, feliz.- Y Edwad me dijo que estadía llena de muñecas.- decía fascinada

- Tú papá es muy bueno y te quiere mucho.- sentí pena al decir eso, recordando sus palabras de hacía dos días

- Lastima que no todos vean eso Fifi.- atacó nuevamente mi amiga

- ¿Cómo?.- mi princesita arrugó su nariz al no entender

- Nada bebé.-

Tuvimos un duelo de miradas con Ángela, pero se terminó en cuanto la puerta de la habitación se abrió. Me quedé sin aliento cuando un Dios vestido formalmente con su traje negro hizo acto de presencia frente a mí. Saludó como si nada, a lo que pude sentir la mirada de mi amiga fija en mis reacciones. Mi pequeña saltamontes corrió al encuentro de su papá como era costumbre desde hacía un tiempo… Me maravillé nuevamente al verlo coger a su hija y besarla hasta hacerla estallar en carcajadas

- ¿Cómo te haz portado?.- preguntó tratando de parecer el papá serio

- Bien. Le estaba contando a Bella y tía Ang que mi pieza es bellísima ¿Ciedto?

- Digna de una princesa como usted.- le respondió él como siempre amoroso

- ¿Cuándo nos idemos?

- Pronto corazón. Muy pronto

- ¿Cómo ha ido todo?.- quise aplaudir por primera vez en el día a mi amiga por preguntar lo que necesitaba saber

- Estamos en camino derecho.- una amplia sonrisa surcó su bello rostro.- Alice dice que es sólo cosa de día que los jueces resuelvan la causa y dicten sentencia

- Me alegro mucho.- me puse de pié y sonreí

- Si. Yo también.- asintió y luego volcó su atención a mi niña.- ¿Lista para ir a tomar un rico helado?

- ¡Oki doki!.- gritó ella

- ¿Vienes?.- inquirió hacia mí y aunque me moría por responder afirmativamente, me tragué mis ganas y negué.- ¿Ángela?.- cuestionó

- Muchas gracias, pero no. Vayan ustedes, yo tengo que esperar a Ben y mientras lo hago, me quedaré a platicar con Bella.- sonrió maléficamente, a sabiendas que lo que menos haríamos era conversar

- Despídete Fifi.- la bajó y ella corrió donde mi amiga y luego hacia mí

- Chao Bella, te hechade de menos.- tomó mi cara y me besó

- Yo también te extrañaré, pero diviértete ¿Si?

La puerta se cerró, y sentí ese vacío característico que se incrustaba en mí cada vez que ella o él no estaban cerca de mí… Me dejé caer con pesadez sobre la cama. Sabía que Ángela estaba allí a unos pasos míos, pero no quería comenzar a explicar algo que ni yo misma entendía, porque Edward había despertado un sentimiento en mí y profundo. Amaba a esa niña como si realmente fuera mía, pero no lograba explicar la negación a la que me aferré desde ese día de Edward en su casa

- ¿Y bien?.-

- No tengo nada más que hablar.- contesté con voz monocorde

- ¡Eres tonta!.- increpó con voz ruda.- Lo quieres, pero no lo reconoces ¿Cuál es tu problema Isabella?

- El se ha confundido. El busca alguien para su hija

- ¿Te estás escuchando? ¿Te entiendes?

- Ángela.- imploré

- ¡No!.- me cortó y se paró frente a mí.- Es obvio que él tiene que buscar a alguien para su hija. Es lógico que piense primero en su hija y luego en él ¿Acaso esperas que cualquier idiota se quede con él por interés, pero a su hija la tome como una añadido sin importancia?

- Por supuesto que no

- Entonces deja de ser tan terca y tonta Bella. Él tiene clara sus prioridades, pero también antepone a ellas un sentimiento. Y ese sentimiento es el que siente por ti. Lo que te hizo ver ese día en que tú actuaste como una verdadera tonta y no fuiste capaz de reconocerlo también. Tienes las mismas aprehensiones que él, pero te confundes en tus pensamientos

- ¿Y si las cosas no funcionan?.- mi voz salió quebrada

- Todo en la vida es un riesgo Bella…- suspiró y luego preguntó con más calma.- ¿A qué es lo que realmente le temes?

Busqué la verdad en mi interior, aunque no tenía que hacerlo. La tenía clara ante mis ojos…

- Temo a sólo ser la mejor candidata a mamá para mi pequeña. Y… temo que… algún día esto termine… No quiero alejarme de ella, ni de él…

- ¡Ves! Te contradices amiga. Quieres alguien buena para Fifi, pero a la vez dices que tienes miedo de ser sólo eso... Tú puedes ser la mamá de ella y la novia de él al mismo tiempo y no tiene porqué terminar nada... Está en ti que eso no pase.- la miré esperando que siguiera.- Amiga, las relaciones cuando fallan, no son por una persona. Siempre se culpa al que dejó a relucir su error, pero la verdad tiene que ver con una complicidad de culpas. Sé que en tu caso será algo distinto. Ustedes llevan un peso más extra a esto, que es Fifi.

- ¿Y si todo se complica?

- Sabrán resolverlo. Edward ha demostrado ser alguien maduro, tu lo eres. Llegarán a arreglar lo que se les atraviese en el camino, porque Estefanía les dará la fuerza para salir adelante

- Hablas como si me fuera a casar.- reí de sus palabras

- En cierto modo, será como si fueran una pareja en un nivel más alto que el simple noviazgo.- afirmó seria.- Pero debes tener los límites claros. Hay una niña de por medio, que necesitará que su atención esté puesta en ella. Pero también, tienes que tener en cuenta que habrá una relación paralela que sólo se aplique a ustedes dos. Es como el matrimonio amiga. Deben encontrar los espacios para la familia y para la pareja

- ¡Mida Bella!.- dejé mis labores cuando mi torbellino entró corriendo a la habitación

- ¡Se te cayó otro diente!.- llevaba en su manito un pequeño diente

- Si y Edwad dice que debo ponedlo en la almohada pada que venga el… ¿Daton?

- ¿El ratón Pérez?.- la ayudé a terminar su idea

- Ese mismo. Y mañana voy a ver degalo en ella

- ¡Oh si! Así que ahora a bañarte y luego a dormir con los angelitos

La tomé y la bañé. Al parecer estaba más hiperactiva que otros días, con la fascinación de famoso ratón Pérez y su regalo. Me comentó cada detalle de su tarde junto a Edward. Desee haber estado con ellos a cada hecho que relataba. Finalmente tomó su leche caliente, pero seguía con los ojos abiertos de par en par. Me recosté junto a ella. Edward había tenido que atender pacientes en el ala de Urgencias, así que se daría una vuelta más tarde

- No puedo domid.- suspiró largamente

- ¿Por qué bebé?

- No sé.- dejó caer sus manos por sobre las tapas de la cama

- ¿Tendrá que ver algo el famosillo Ratón Pérez?.- estaba segura que sí, podía ponerme en su lugar cuando era niña con la ansiedad de Santa

- ¿Tu piensas que va a venid?

- Por supuesto que sí, pero para eso debes dormir bebé.- la volví a tapar y acurrucar contra mí

- Yo no sabía que existía.- susurró contra mi pecho. Otra vez el sentimiento de rabia contra esa mujer se hizo presente

- Junto a tu papá vas a descubrir que existen muchas cosas maravillosas pequeña-

- ¿Bella?

- Dime bebé

- ¿Tu quiedes a mi Edwad?.- me atoré con el poco aire retenido

- ¿Por qué preguntas eso Fifi?.- me apoyé sobre mi codo para verla mejor

- Hoy cuando fuimos a pasead, él estaba apenado.- la miré con atención.- Yo le dije que te echaba menos, y el mejo que el también. Siempe salimos juntos y hoy tu no quisiste.- afirmó esperando una respuesta

- La próxima vez lo haremos ¿Está bien? Y sí, lo quiero.- respondí a su anterior pregunta

- Bien.- confirmó.- Te amo

- Yo más preciosa

Costó para que se durmiera, pero al final lo logró. Estaba nerviosa por la visita de ese fantasmita, que yo conocía muy bien. Tenía nombre y apellido, Edward Cullen. Por lo cual me esforcé por mantener mis ojos abiertos a pesar de que los párpados se me cerraban solos…

Una caricia en mi mejilla me sobresaltó. En algún momento me había dormido. A pesar de la oscuridad en que estaba sumida la habitación, pude distinguir a Edward en la penumbra.

- Lo siento ¿Te desperté?.- se excusó. Me levanté y traté de no sonar nerviosa

- No. Me dormí, pero necesitaba hablar contigo.- asintió, o al menos eso noté

- Vine a dejarle esto a Estefanía por su diente. Le conté del ratón Pérez y ella se emocionó. Quiero que viva las mismas experiencias que viví junto a mi hermana cuando éramos pequeños.- estuve de acuerdo con él

- Estaba nerviosa, le costó quedarse dormida. Supongo que antes que salga el primer rayo de sol, ella estará con sus ojitos abiertos.- comenté

Dejó lo que traía en su lugar, y luego de darle un beso en la frente a su hija se acercó hasta donde yo estaba…

- Necesito hablar contigo sobre lo que me dijiste ese día en tu casa.- comencé sintiendo un revoltijo en mi estómago

- Bella. No te preocupes. Yo he entendido todo

- No. No haz entendido porque yo no he dicho nada para que entiendas ¡Ew! Me estoy enredando toda.- gemí al notar mi frustración

- Bella…-

- Yo siento lo mismo por ti.- solté de golpe.- Es… ,sólo miedo…- susurré al final

- ¿A qué te refieres?.- cuestionó.

Sabía que entendía de sobra mis palabras. Pero era claro que llegar y decir las cosas como una carrera, no era una forma sutil de mantener una conversación seria y civilizada como la que necesitábamos…

- Ok, estoy nerviosa y no sé por donde comenzar.- admití retorciendo mis manos

- Te escucharé atento. Comienza por donde creas necesario hacerlo.- nunca debió decir eso. Mi cabeza no estaba trabajando con claridad en este momento

- Perfecto. Creo que comenzaré por el final ¡Oh Dios!.- exhalé antes de saltar de mi lugar y prácticamente correr hacia Edward.- ¡Perdón!.- pedí antes de estampar mi cara contra la suya, con un movimiento nada suave, que hasta mi nariz regañó

...

Continuará...

 

Capítulo 13: Capítulo 15:

 
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