De niñera a Mamá. (+18)

Autor: caro508
Género: + 18
Fecha Creación: 06/11/2010
Fecha Actualización: 08/11/2010
Finalizado: SI
Votos: 12
Comentarios: 22
Visitas: 77454
Capítulos: 21

La vida de Bella Swan cambia radicalmente. En busca de trabajo como niñera, encuentra algo más.... una pequeña necesitada de amor. Luego de algunos sucesos ella comprende que no puede dejarla sola... donde comienza un nuevo desafío; encontrar al padre.


Hola, es mi primera vez que hago esto, esta historia no es mía, le pertenece a Pam3.C.S., yo solo la subo con su autorización, es una de  mis favoritas espero les guste...

Dis: "Los personajes son propiedad de Sthep. Meyer, tan solo  la historia es de Pam3.C.S."


+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 5:

 (*) Aclaración: El capítulo anterior tuvo un salto de ocho meses en la relación de Ed y Kate. La razón, es que el capítulo anterior y la historia de Bella y Fifi no iban a la par. En este capítulo se equiparan los tiempos...al final. Cuando a él le faltan dos semanas para comenzar sus prácticas.-

(*) Advertencia: "Chicas/os: Como bien se cataloga mi historia es "M". Este capítulo tiene contenido sexual"


Edward Pov

Bajé a tomar un vaso de jugo después de una maratónica rutina de estudio. Con hoy, eran cinco días sin interrupción, más que para lo básico, que llevaba enfrascado estudiando para el esperado último examen de mis seis años de carrera. En un mes y medio más, comenzaba lo que sería en sí mi Práctica Profesional, la última etapa para convertirme en un Médico especializado en Pediatría. Saludé a mi madre, quien me miraba preocupada por mis largas horas de estudio, pero volvía a tranquilizarla con el mismo discurso de hacía varios días.

- Mamá, esto será lo último. Vendrán mis vacaciones y después sólo tendré que poner en práctica el esfuerzo de ahora

- ¡Lo único que espero es que no te enfermes!.- me regañó cariñosamente

- Soy un roble madre.- me pegué en el pecho al estilo Tarzán.- ¿Lo ves?

Los dos reímos por mi pobre imitación del hombre-mono aquél. Mi hermana entró corriendo a la cocina, saludando con un escueto "Hola" y metiendo su nariz en todas las ollas que estaban a fuego.

- Te tengo un recado.- me indicó.- Cito textual: ¡Dile a tu hermano que prenda su maldito móvil!

- Gracias por el aviso.- hice una mueca

- ¿Malas las relaciones?.- indagó.

Tanto ella como mi madre, quedaron expectantes a mi respuesta. Yo sólo me encogí de hombros, no queriendo ahondar en el tema. Habían pasado unas cuantas semanas y las peleas por lo mismo continuaban su curso constante.

- ¿Es Kate?.- preguntó cautelosa mi madre, una vez que mi hermana abandonó la cocina

- Le plantee la idea que tengo.- expliqué.- De irme a realizar mi práctica a otra ciudad.- fui más específico.- Desde esa conversación hace dos meses las peleas no paran, porque no está de acuerdo con mis pretensiones

- Bueno es una reacción normal.- concordó.- Yo siendo tu madre, me siento temerosa a que te vayas a otro lado mi amor. Es lógico que ella, esté actuando insegura

- Lo veo de una forma egoísta.- me sinceré.- Si ella estuviera en mi lugar, la apoyaría.

- Será…quizás ¿Qué el enamoramiento es sólo unidireccional?.-

- Ella me gusta, me encanta. Nunca me había costado tanto una relación y eso lo hacía más atractivo aún…- con un gesto de mano me detuvo

- ¿Hacía? ¿Te haz oído hablar hijo? Además analiza tu mismo las palabras…hablas de gustar, no de amor y son cosas completamente diferentes.-

Pensé un momento en sus palabras y tuve que darle crédito que ni yo mismo me había notado hablar en pasado. Antes de que las discusiones se hicieran pan de cada día*, estaba convencido de estarme enamorando como enfermo de ella, mas hoy, no sabía siquiera si tendríamos chance para cumplir el año juntos.

Tanya y Jasper llegaron a estudiar en grupo, para finalizar los esfuerzos de una semana y ponerlos en práctica el día de mañana que sería el examen. Estuvimos estudiando por más de cuatro horas. Al terminar lanzamos los libros y apuntes por todo mi dormitorio y nos echamos, cuales animales en el piso.

- Estoy muerta.- suspiró cansada Tanya.- Juro que si ese viejo calvo no me aprueba, soy capaz de desnudarme frente a él, como último recurso

- ¡Wow! Envía un mensaje para estar atentos a la ventanilla.- rió Jasper

- Olvídalo Jazz.- hice una mueca de asco.- No te pierdes de nada.- recibiendo un zapatazo de Tanya

- ¡Tu eras el del problema!.- contraataco Tanya.- Siempre pensé que eras gay ¡Dormíamos juntos y no se te…!.- gesticuló con su dedo empinado, haciendo alusión a mi miembro

- En cambio si hubieras dormido conmigo.- se señaló Jazz.- A esta hora estarías con más de doce hijos ¡Tendríamos un equipo de fútbol completo!

Seguimos bromeando mientras bajábamos a comer algo. Parecíamos verdaderos cavernícolas devorando todo lo que Esme nos había preparado. Jasper sucumbió a su cansancio y se fue a dormir, mientras Tanya y yo conversábamos de un tema y otro. Hasta que llegamos al tema de parejas.

- Supuse que andaban peleados.- comentó.- La semana pasada apenas me miró cuando entré al local. Además que ahora se hizo muy amiga de la nueva chica. La tal Irina y desde el primer día en que pisó el local la odié, así que ya no hay mucha química entre tu novia y yo

- Ella está celosa de ti.- solté sin más

- ¿Perdón? ¿Acaso escuché bien? ¿Dijiste celosa? Pero… ¿Por qué Edward?.- preguntó atropelladamente

- Está convencida que entre nosotros hubo algo y que aún quedan cosas

- ¿Le aclaraste que nunca te vi o me viste mas que una amiga o hermana? ¿Verdad?

- Perdí la cuenta de todas las veces que le he repetido la misma oración.- me dejé caer en el sillón

Nos quedamos en silencio, para cuando me vine a incorporar…ya era de día. Una hora más tarde estábamos de camino a la universidad, dando los últimos repasos a la materia. Al llegar, mi hermana corrió como despavorida donde Sthep, que se encontraba junto a Emmet, Rose y Fox.

Entramos al examen deseándonos suerte entre los siete. Dos horas y media mas tarde, nos llenábamos de cafeína para aguantar un par de horas más y saber los resultados, mientras los cigarros desaparecían por arte de magia entre todos. Kate llamó un par de veces a mi móvil, pero previendo que la llamada terminaría en pelea por mi falta de comunicación los últimos dos días, omití su insistencia y opté por silenciarlo.

Uno a uno fuimos entrando por los resultados. Y veinte minutos después, esperábamos impacientes la salida del último, Jasper. Se abrió la puerta y vimos salir un cabizbajo Jazz, las chicas inmediatamente corrieron a abrazarlo, puesto que su cara indicaba que los resultados no habían sido los esperados y tendría que volver a cursar el semestre.

- ¿Tan mal?.- preguntó Emmet, viendo como Tanya y Rose abrazaban a Jasper

- ¡Oh, no hermano!.- medio sonrió Jazz.- La verdad es que se siente genial en medio de dos mujeres

- Te pregunto por el examen, Whitlock.- explicó Em

- ¿Obtener una nota máxima es malo?.- contestó Jasper riendo abiertamente

- ¡Idiota!.- gritaron las dos chicas, regalándole un golpe certero en la cabeza

- ¡Hey!.- se quejó Jasper.- Necesitaba un poco de atención ¿No?

- ¡Eres un payaso!.- reí con él.- Bien ¿Qué haremos ahora?

- ¡A celebrar!.- rugieron todos

Nos dirigimos a un bar cercano los ocho, junto a mi hermana. Mi móvil vibró en mi pantalón repetidas veces, pero sólo respondí el llamado de mi madre para compartir con ella la alegría del momento.

- ¿Ya saben donde harán sus prácticas? ¿Y con quién?.- consultó mi hermana en general

- Yo lo haré con mi bebé.- respondió Rose acariciando como un gato a Emmet.- Pero ¿Dónde? Creo que tenemos que conversarlo

- Yo lo haré junto a tu bebé.- se mofó Fox.- Y no sé donde, pero fuera no lo creo

- ¡De hecho que tienen que realizarla acá!.- zanjó mi hermana.- Yo no dejaré que mi bebé se vaya fuera

- Y yo no me iría a ningún lado donde tú no estés.- para finalmente darse un acalorado beso, el cual fue interrumpido por mis manos alejando sus cabezas

- Mas respeto, por favor.- pedí con cara de asco.- Eres mi hermanita pequeña

- ¡Envidioso!.- me increpó mi hermana, mostrándome su lengua ¡Muy maduro!.- ¿Y ustedes donde lo harán? ¿Los tres?

- Creo que con Jazz veremos posibilidades.- respondió Tanya, evitando cruzar su mirada conmigo

- ¿Con Jasper? ¿Y yo?.- increpé extrañado

- Bueno…- comenzó Jasper, pero Tanya lo interrumpió

- Edward.- suspiró.- Yo no quiero que tengas problemas…tu sabes con quién…- declaró vacilante

- ¿Qué cosa?.- cuestionó Rose

Pero un silencio sepulcral se instaló en nuestra mesa. Mi mirada gélida hacia Tanya dejaba claro que las cosas no estaban para seguir preguntando nada. Me levanté de la mesa sin decir nada, dejé lo que correspondía mi pago y salí de ahí, incluso oyendo mi nombre para que me quedara.

Subí a mi auto y manejé sin rumbo. Estaba molesto, irritado y cabreado por las palabras y acciones de Tanya. Pero al fin de cuentas, el único idiota aquí había sido yo. A mis dieciséis años, cuando me había comenzado a dar cuenta del arrastre que tenía con las mujeres, su amistad había pasado a segundo y tercer plano.

Tanya siempre había sido una chica hermosa y a mis conquistas no les hacía gracia que mi mejor amiga estuviera por sobre su belleza. Por lo que yo, como un hormonal estúpido adolescente la había alejado con tal de seguir mi aumento de ligues. Por supuesto ella pensaba que hoy volvería a cometer el mismo error. Pero yo ya lo había aprendido y de la peor forma…que la amistad era lo más importante.

Mi madre había tenido un accidente años atrás, había pasado varios días en el hospital conectada a miles de tubos y máquinas. En ese momento a mi lado, no estuvo ninguna de mis múltiples enamoradas…mientras ellas y en especial una "Lauren", estaba de fiesta…yo estaba sentado día y noche junto a mi familia y verdaderos amigos, rezando por la salud de mi madre.

El insistente vibrar de mi móvil me sacó de mis recuerdos y me hizo contestar sin siquiera mirar a quien contestaba.

- ¿Hola?

- Estaba por llamar a la policía para saber del paradero de mi novio perdido por más de dos días

- Lo siento. Estuve estudiando y hace poco salí de mi examen.- dije con cansancio

- ¿Cómo te fue?

- Bien. Aprobé como yo esperaba

- Te felicito.- su voz al menos se había suavizado.- ¿Dónde estás ahora?

- De camino a mi casa.- mentí, la verdad es que al mirar fuera no tenía idea donde estaba

- ¿Por qué no vienes a mi casa? Podemos almorzar juntos.- propuso

- Necesito dormir.- me excusé.- Estoy demasiado cansado para manejar por media hora más

- Entonces ¿Cuándo tendré el honor de volver a verte?.- y volvía su acento acusatorio

- Dormiré un rato. Mas tarde iré a tu casa…necesitamos hablar.-

- Bien.- respondió algo asombrada.- Nos vemos entonces.- pausó unos minutos y agregó.- Te amo

- Igual.- contesté y corté

Dormí toda la tarde, cuando vine a darme cuenta el reloj de mi mesa de noche marcaba las nueve. Me levanté enfurruñado y me escabullí directo a la ducha para desemperezarme. Luego de vestirme, bajé las escaleras encontrando todo vacío. Me preparé algo de comer y cuando estaba por meter mis narices en la nevera, vi una nota dirigida a mí

.

"Edward: Te he tratado de despertar durante más de media hora, pero tus ronquidos no cesaban.

Salimos a celebrar con Sthep y los demás. Estaremos en el mismo lugar de siempre por si te animas.

Mamá y Papá han tenido su noche de novios. Liz"

.

Sonreí al leer la nota. Mis padres en cuanto podían, se tomaban una noche para ellos solos. Salían a bailar o a cenar y se quedaban la noche fuera…como un par de adolescentes en pleno enamoramiento. Un par de veces incluso habíamos coincidido en el mismo lugar, mis amigos no dejaban pasar la oportunidad para hacer bromas al respecto, pues sus bailes y demás…eran casi tan osados como cualquier quinceañero.

Comí algo y salí de casa rumbo a la de Kate. Necesitábamos tener una conversación seria y si las cosas no daban a más, pues sería así. Las constantes peleas y recriminaciones me estaban cansando, mas aún, cuando la mayoría de ellas iban dirigidas a mis salidas con amigos y amigas y con mi futuro próximo.

Me extrañé al ver la casa de Kate casi a oscuras, excepto por la luz que se reflejaba en la que sabía era su habitación. Cheque la hora, para ver si era demasiado tarde para visitas, pero el reloj solo marcaba las once. De igual forma, preferí enviarle un mensaje para anunciar mi llegada "Estoy afuera ¿Puedes salir?"

Sentí los pasos acelerados de mi novia por la escalera y medio minuto después la tenía frente a mí ¡Sonriente!

- Hola amor.- se lanzó a besarme como pocas veces lo hacía

- Hola.- contesté aturdido

- Pasa.- me indicó. Observé a mí alrededor y no había señal de gente en casa

- ¿Tus padres están dormidos?.- cuestioné extrañado

- Están fuera de la ciudad.- informó, tomando mi mano y arrastrándome escaleras arriba. Me detuve en la mitad

- ¿Dónde vamos?.- pregunté realmente confundido. Había pisado solo una vez su habitación y había sido cuando ella había estado enferma y por cinco minutos

- A mi cuarto.- como si fuera obvio

Llegamos a su recamara y me quedé de pié en la puerta. No era timidez, pero entre nosotros no había ese tipo de intimidad. Kate había dejado que pasáramos a un segundo nivel un par de veces y lo máximo que había llegado a suceder, era un roce sobre sus pechos por encima de tres prendas de vestir. Ella se sentó en el centro de la cama y palmeó su lado en invitación. Me acerqué vacilante y me senté alejado unos metros de ella.

Necesitaba que tuviéramos una conversación seria, que viéramos que pasaría con lo nuestro si yo no desistía a la idea de realizar mis prácticas en otra ciudad.

- Me alegro mucho que hayas aprobado bien tu examen amor.- felicitó tomando mi mano en la de ella

- Gracias.- le sonreí y me acerqué a depositar un beso corto en sus labios

- Sé que no hemos estado bien…últimamente.- dijo suave.- Pero te amo y me alegro de tus logros.

- ¿Incluso si uno de ellos es irme fuera un año?.- evalué su reacción. Si hubo alguna, la ocultó

- I-incluso…ese.- sonrió apenas. Me observó fija unos segundos y luego se levantó y corrió a su armario

- ¿Qué haces?.- fruncí el ceño al observarla revolver todo como si buscara algo

- ¡Mira!.- señaló una botella de licor y dos copas.- Sé que en estos momentos podrías estar celebrando…por eso quiero hacer una mini celebración.- admitió algo cohibida

Sirvió dos copas y brindamos. Miré un tanto perplejo el hecho que yo apenas estaba saboreando mi primera copa, cuando ella iba por su segunda a una velocidad poco conveniente, sobre todo siendo conciente de su poca tolerancia al alcohol.

Conversamos de diversas cosas, pero el tema principal estaba pasando al olvido en el transcurso de la noche. Además debía admitir que después de estos dos meses, era la primera vez que estábamos mas de una hora juntos y no habían celos, reclamos, peleas y huidas por mi parte para no seguir con las discusiones.

Me recosté en la cama todavía un poco alejado de ella. Si bien había dormido casi toda la tarde, mi cuerpo aun estaba agotado por las extenuantes noches en vela pasadas. Cerré los ojos sin dormirme y sentí como Kate se acercaba a mi, descansando su cabeza en mi pecho. La rodee con mi brazo y besé el tope de su cabeza…al tiempo que ella comenzaba a trazar líneas sobre mi pecho.

Pensé en la situación, el lugar y la soledad. Y tuve el intento de terminar nuestra tranquila velada de esa forma y marcharme, pero en mucho tiempo no me sentía tan a gusto y sobre todo relajado referente a todo… Kate comenzó a repartir besos sobre mi camisa, lo que me hizo abrir mis ojos de golpe, se acomodó quedando con la mitad de su cuerpo sobre mí.

El hecho de sentir su torso junto al mío, tuvo una reacción inmediata en algunas partes de mi cuerpo. Teniendo en cuenta que desde que tiempo antes de empezar mi relación con ella no había tenido sexo con nadie, solo había recurrido a prácticas pasadas cuando la situación se me hacía complicada, esto me estaba pasando la cuenta

- Te amo.- me susurró a escasos centímetros de mi boca

No me dio tiempo a contestar y acercó sus labios a los míos. Noté un leve temblor al contacto de su boca, pero a pesar de eso me dejé llevar por el beso que comenzó suave, pero consiguió despertar en mí las ansias por sucumbir. Adentré mi lengua en su boca y me deleité al sentir que ella dejaba fluir todo, incluso sobrellevar el control del mismo.

Nos besamos durante largo rato y sin proponérmelo mis manos cobraron vida propia. Toqué su piel expuesta por la fina camiseta que llevaba y seguí ascendiendo con rumbo a un destino. Pensé que frenaría mi excursión por su cuerpo, pero tal cosa no sucedió y me embelecé acariciando sus senos, primero por encima de su ropa íntima y luego bajo ella. Con delicadez la tumbe sobre su espalda y fui yo esta vez quien estuvo sobre su cálido cuerpo.

Percibí sus nervios con el temblar de sus manos cuando se acercaron a mi pecho, que ahora estaba al descubierto por sus inexpertas manos. Con un movimiento fluido me incorporé entre sus piernas y de forma natural en esta situación comencé un vaivén de caderas.

- Edward…- gimió y me tensé, pensando quizás haber sobrepasado los límites

- Lo siento.- dije a duras penas con el errático ir y venir de mi respiración

- ¡No!...- se alertó ella cuando intenté incorporarme.- Y-yo…quiero esto.- dijo nerviosa

- No quiero que lo hagas por obligación.- le di un casto beso en sus labios

- Q-quiero hacerlo.- trató de sonar firme

Sentí un cosquilleo en mi vientre al escuchar esas palabras y no sería embustero, mi parte débil estaba rogando todo el rato que ella no impidiera terminar con lo empezado. Pero la otra parte me recordaba que esta sería la primera vez de ella y la primera vez en nuestra relación y las cosas normalmente iban graduales ¡No al punto exacto!

- Somos novios Edward.- prosiguió al incómodo silencio.- Llevamos…meses y…yo quiero.- su mano bajó hasta mi entrepierna y no pude evitar gemir ante su contacto, aun por sobre mi pantalón.- Hazme el amor.- pidió

No hubo mayores cuestionamientos ni pensamientos. Nuestras ropas desaparecieron a la velocidad de la luz y a pocos minutos estábamos desnudos en su cama, ella nerviosa y yo tratando de controlarme. De pronto recordé algo que jamás debió haber pasado por alto mi mente

- No traigo preservativos.- anuncié con una mueca y derrotado

- No…- ella me cortó. Tragó saliva y me miró de soslayo.- Y-yo…tomo píldoras

- ¿Por qué las tomas?.- fue imposible no preguntar.

Ella era virgen y lo sabía por su propia boca. Además no tenía necesidad de mentir, estaba a minutos de descubrir si era así o no.

- R-regulan mi periodo.- explicó sin mirarme.

- ¿De verdad estás segura?.- insistí cuando ya no había barreras

- ¿T-tu no…quieres?.- me miró bajo sus pestañas

- Te deseo justo ahora.- confesé con la pura verdad.- ¿Tú?.- devolví y ella asintió.- Tranquila preciosa. No tengas temor.- la serené cuando aun sentía su temeroso cuerpo bajo el mío

Nunca había estado con una virgen, pero el sentir algo fuerte por ella me alentaba a saber que no haría nada que la lastimara. La besé con fuerza para que su atención estuviera ahí y no en lo que mi cuerpo estaba realizando. Con mi mano me ubiqué en su entrada y de a poco comencé a introducirme en su cuerpo… ¡Dios! Necesitaba todas mis fuerzas para no olvidarme que no solo era mi satisfacción la que estaba en juego.

Los primeros momentos su rostro se tornó incómodo, pero llevé mi mano a su punto de estimulación y sirvió para que la peor parte diera paso al placer. Ese mismo que se expandía por todo mi cuerpo y me hacía querer llegar al fondo de su cuerpo con cada nueva embestida.

- Te…amo.- jadeó ella cuando el éxtasis estaba haciendo mella en su ser

- ¡Dios! Se siente…tan bien.- musite perdido en las sensaciones.- También…te quiero.- dije cuando sentí mi orgasmo a segundos

Tomé sus caderas y me impulsé para profundizar si es que aun podía mas en su cuerpo y me dejé llevar, sintiendo innumerables espasmos recorrerme. Momento en el cual me dí cuenta que ella no había llegado al mismo punto mío. Cerré mis ojos y no aminoré mis movimientos a pesar de sentir como el orgasmo había comenzado a apaciguar mi cuerpo, llevando mi mano a su lugar sagrado y estimulándola para que disfrutara lo mismo que yo

- ¡Edward!.- gritó y sentí sus paredes cerrarse en torno a mi

- Déjalo ir… .- la insté y fui testigo de su explosión interna y externa

Nos acomodamos en su cama, sosteniéndola por la cintura junto a mí. Se sentía bien esto, se sentía el mejor lugar donde podía estar y un pensamiento cruzó mi cabeza…yo podía cambiar de parecer, mis prácticas podía realizarlas aquí y no lejos. Seguir con mi vida y con la mujer en mis brazos a mi lado. Me cuestioné el cegarme y abocarme totalmente a mis deseos y no tomar en cuenta aquellos de las personas que me amaban. No pararme a pensar que mis acciones me alegraban solo a mí, pero ¿Y los demás?

La imagen de Tanya volvió a mi mente y me dí cuenta que sin querer estaba nuevamente poniendo a mis conquistas por sobre mis amigos y por delante de los sueños que habíamos albergado desde inicios de nuestra carrera; realizar nuestro último año alejado de todos y comenzar las bases de nuestra independencia.

Con esa madeja de pensamientos me dormí…

- Te preparé el desayuno.- expresó feliz Kate en cuanto entré a su cocina

- ¿Cómo te sientes?.- la tomé por la cintura y besé su cuello

- Algo incómodo, pero bien.- se volteó y besó mis labios

- Y…- me reí antes de mi siguiente pregunta.- ¿A pesar del malestar?

- Tonto.- me pegó juguetonamente en el pecho

- Pues yo puedo decirlo. Me siento excelente…y con ganas de mucho más.- susurré en su oído, mordiendo en el proceso su lóbulo

Tomamos desayuno mientras seguía haciendo bromas con nuestro encuentro de la noche. Llamé a casa para decir que llegaría tarde y estaba bien y de paso le envié un mensaje a Tanya luego de ver varias llamadas de ella. Preferí eso y no terminar con la paz reinante.

- ¿Trabajas hoy?.- inquirí una vez sentados en el sofá de su sala

- ¡Ew! Si.- hizo un puchero.- ¿Tu que harás?

- Creo que después de tanto trabajo.- moví mis cejas de arriba abajo.- Dormiré como un angelito

- ¿Cuándo escogen lugares de práctica?.- preguntó derepente

- No lo sé.- respondí con la verdad.- ¿Por qué?

- Por nada.- se mordió el labio y de pronto se subió a mi regazo.- O quizás porque quisiera seguir repitiendo lo de anoche y si te vas no podrá ser

Había pensado todo esto durante la noche y la verdad la posibilidad de quedarme en la misma ciudad se estaba agrandando a pasos agigantados, pero decidí seguirle una especie de juego

- Podríamos hacerlo cada vez que venga.- toqué la piel de su vientre

- ¿Acaso no te gustó?.- me increpó sonriendo.- Bueno, sé que con una virgen quizás no es muy bueno. Pero la práctica hace al maestro y entre más práctica, mejor.

Un pequeño clic resonó en mí con sus palabras y la actitud sensual que estaba tomando nuevamente me alertaron. Me aventuré a pisar tierras movedizas, para saber a ciencia cierta si era paranoia mía o mis temores estaban en lo cierto

- Kate. Mi decisión está tomada. En un mes y medio más me iré. Hemos estado mas de ocho meses sin sexo y creo que cada un mes podemos sobrevivir

- Todas las cosas cambian amor. Lo de anoche es un hecho importante, no cualquier cosa. Al menos para mí lo es

- Para mí también lo es.- aseguré.- Pero sigo con mis convicciones firmes

Se levantó de un salto de mis piernas y me miró con rabia contenida. Sus ojos se cristalizaron. Respiré hondo, me sentía como la calma antes del tornado.

- ¡¿Es que acaso lo de anoche no es nada para ti? ¡Me entregué a ti Edward! ¡Dejé todos mis valores de lado y para ti es como si el tiempo sólo anunciara lluvia!.- me acusó gritando

- Kate.- inspiré.- Primero que todo cálmate y segundo, lo de anoche fue algo que estuvimos de acuerdo ambos. No me acuses como si poco menos te hubiera obligado a acostarte conmigo

- ¡Estoy conciente de eso!.- me apuntó.- ¡Pero creí que eso haría que cambiaras de opinión!.- se cayó abruptamente y contuvo el aire. Había hablado demás

Un balde de agua gélido cayó sobre mis hombros. Me apreté el puente de la nariz tratando que la ira no escapara. Levanté la vista y sus ojos arrepentidos me lo dijeron todo. Me levanté y puse mis manos en mis bolsillos. Ella no decía nada y sus ojos comenzaron a desprender lágrimas que en otro momento me habrían conmovido, pero en este mismo instante me figuraban falsas y no hacían más que aumentar la decepción que apretaba mi cuerpo

- Dime que no estoy entendiendo bien.- pedí con calma

- Yo…yo te amo…yo me entregué a ti por amor.- alcé mi mano para detenerla

- Tu hiciste el amor conmigo para encontrar alguna alternativa para retenerme junto a ti.- declaré.- No me hagas perder los sentimientos que tengo por ti y dime la verdad

- S-solo…solo lo dije…en un arranque de furia.- se acercó a mí, pero retrocedí

- Quiero que me respondas con la verdad.- refregué mi cara y la observé fijamente.- ¿Tomas pastillas o no?

Asintió y un leve salió de sus labios, pero el rojo furioso que abarcó su rostro y la negativa de sus ojos a mantener el contacto con los míos…me terminó de enterrar vivo y sepultar todo lo que sentía por ella. Reí histéricamente y negué de la misma forma

- ¡No lo puedo creer!.- seguí riendo.- ¡Cómo pude ser tan imbécil!

- Edward…- susurró ella con la intención de acercarse

- ¡No te me acerques!.- dije totalmente bipolar de la risa a la furia.- ¿Acaso te quedaste en el pasado? ¿Un hijo me podía retener? ¡¿Fue tu cabeza la que ingenió esa mierda de plan?.- ella negó aun llorando.- ¡¿Quién jodido te dio esa idea?.- grité exasperado

- No tiene…- la mirada que le brindé la retractó de mentir u ocultar.- Irina.- dijo en un hilo de voz

- Me sorprende que seas tan sumisa con lo que dicen..- fui sarcástico.- ¿Si te aconsejaba tirarte de un auto andando, lo harías?.- solo bajó su mirada.- ¡¿Dónde vive?.- grité y ella musitó un bajo "no lo sé"

Tomé mi chaqueta y no le di tiempo de chistar. La tomé con fuerza del brazo y la arrastré a mi auto. Manejé como poseso por las calles sin dirigirle una sola mirada a la mujer que estaba en el asiento del copiloto. Bajé del auto cuando llegué a mis destino y con un secó "espérame" me dirigí a la puerta de la casa de Tanya

- Edward ¿Qué pasa?.- preguntó al ver mi cara descompuesta

- Tengo un problema.- informé.- Necesito que me indiques donde vive la tal Irina

- ¿Irina?.- repitió.- No lo sé Edward…- de pronto su vista se fijó en mi auto.- ¿Qué está pasando?

- Necesito encontrar a esa mujer e ir a una farmacia o algo.- mi mente estaba tan bloqueada que me sentía perdido

Le conté resumido todo lo que había pasado, si bien no quería exponer mi drama, necesitaba poder desahogarme con alguien y estaba seguro que ella era la única que podía ayudarme. Me indicó que debía ir a un hospital si lo que quería era solucionar de raíz el asunto, pero a pesar de todo no fui capaz de hacerlo. Intentó calmarme para no cometer una locura y aunque no completo, lo logró.

Me subí nuevamente al auto y manejé de vuelta a casa de Kate. El silencio siguió reinante durante todo el trayecto, lo único que se oía el suave rugir del motor, el rechinar de las llantas en algunas ocasiones y los gimoteos ocasionados por el llanto prolongado de ella.

- Me pondré en contacto contigo en unas semanas para que te hagas un examen de sangre.- dije frío y cortante.- Es mejor que bajes. Debo irme

Un mes después...

Un mes pasó y no supe nada de ella, excepto por la llamada efectuada una semana atrás para encontrarnos hoy y así salir de dudas si nuestro encuentro había tenido consecuencias. Ella me había dicho que estaba todo normal y ya esta segura que no había posible embarazo ni nada. Pero lamentablemente toda confianza en ella se había esfumado esa mañana en su casa.

- Hola.- la saludé al entrar al laboratorio

- Hola.- saludó ella tímida

Nos acercamos al mesón central y pidió sus exámenes. Una chica que se dedicó a ponerme caras coquetas nos atendió y estoy claro que mi semblante le indicó que era el peor momento para hacerse notar. Nos entregó el sobre y salimos de ahí… Unas cuantas cuadras mas allá nos sentamos en una banca y con manos temblorosas sacó el papel. Mis nervios estaban al límite, de esto dependía mi futuro próximo y también el de ella, por hacer las cosas sin pensar en lo que conllevaba y llena de mentiras.

Extendió el papel hacia mí y observé un destacado "Negativo". Observé a mi alrededor a niños y familias pasar…de algún modo esta noticia no lograba alegrarme del todo. Había pasado el mes completo viéndome en diversos escenarios

- C-creo que es todo.- musitó

- Seguro.- concordé con ella

Silencio

- ¿Cuándo te vas?.- preguntó de pronto con su vista fija al frente

- En dos semanas más.- dije serio

Otro silencio más

- ¿Sería diferente si no hubiese cometido ese error?.- cuestionó

- Quizás si…- respondí al recordar mis pensamientos luego de nuestro primer y último encuentro

- Lo siento…- susurró.- Siento haberte decepcionado tanto…mi única excusa es…amarte…

- El amor no es engaño, no es chantaje, no es jugar con el otro.- finalmente solté mis sentimientos

Pasaron unos minutos y me levanté del asiento. Era hora de irme y cerrar el capítulo frente a mí. La observé y no pude evitar sentir ese cosquilleo mezclado con dolor en mi vientre…al recordar el episodio que nos había llevado a esto.

- Me voy…¿Quieres que te deje en algún lado?.- no quise ser descortés

- No…gracias…- sonrío con tristeza

- Suerte.- fue lo único que pude decir

- ¿Cuál será tu destino?.- soltó de repente

- No creo que venga al caso hablar de eso.- desvié mi mirada de ella

- Quisiera al menos saber donde irás… Con que luché… Que me ganó…- me miró llorando

- Washington.- aclaré firme, antes de voltear y alejarme de ella y de todo…

...

Continuará...


¡Uf! ¿Qué opinan?

Mmm...¿Les gustó el destino de nuestro Ed?

Comentarios? Votos? Se los agradecería mucho.. Besos

 

 

Capítulo 4: Capítulo 6:

 
14458323 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10769 usuarios