Dos meses después

-Vamos Bella te vas a ver espectacular. Pasé dos meses diseñando tu vestido. Ahora no me puedes dejar así-

-No quiero ir a esa boda Alice. No quiero volver a ver a Edward-

-¿Y le vas a dar el gusto de encerrarte? ¿Le vas a dar el gusto de dejar de disfrutar tu vida?-

-Pues… No exactamente-

-¿Entonces? Tiene dos meses muy extraña. Jamás trabajabas tanto tiempo metida en casa. Ya no sales ni a bailar al bar. ¿Qué pasa Bella?-

-Está bien Alice. Ya me alisto- dije para no darle explicaciones. Sonrió con satisfacción al lograr obtener lo que quería. Me maquilló me peinó y cuando estuvimos listas salimos a la iglesia.

El ambiente estaba muy lindo. Saludamos a su familia la cual nos recibió de una manera muy cariñosa. Me limité a ignorar a una de las parejas. (Edward y Tanya. Ella lo agarraba por el brazo en forma de pertenencia mientras el solo permanecía parado mirándome). La boda transcurrió de una manera muy linda. Luego nos fuimos a la gran mansión Cullen donde se realizaría la fiesta. Los fotógrafos no podían faltar por supuesto. Rosalie era una modelo internacional y Emmett el beisbolista mejor pagado. A parte que la familia Cullen está siempre en la sociedad. Alice ya era novia formal de Jasper. Yo llegué a la boda y a la fiesta sola. Estaba muy animado el ambiente. Había buena música y las personas se la estaban pasando de maravilla. Pusieron la hora loca, todos bailamos como cuando éramos niños. Canciones de los años de antes en las cuales cada quien recuerda lo mejor de sus años. Cotillón y caravana. Después de un rato de estar en la fiesta quería irme. Alice estaba muy entretenida con Jasper y yo estaba prácticamente sola. Pedí a Esme que me prestara el teléfono de la casa y me encaminé al estudio (donde había menos ruido por lo lejano) para llamar un taxi ya que me había venido con Alice en su carro.

-Hola Bella- Saludó Edward con una enorme sonrisa desde el escritorio

-Para ti Isabella- le respondí muy seca. Así debía ser, sino mi autocontrol caería debido a su sonrisa. –Llamaré un momento. Esme me dio permiso-

-Ok-

Al otro lado de la línea contestaron – Hola buenas noches ¿tiene algún taxi disponible?- pregunté y antes de que me respondieran

-Yo puedo llevarte. No hay necesidad de que pidas un taxi- y colgó el teléfono.

-No, gracias-

-No es ninguna molestia Bella en serio-

-Isabella- volví a corregirle –y no lo digo por la molestia sencillamente no quiero ir contigo a ningún lado-

-A ver y ¿Por qué? ¿Hice algo que te molestó?- ¡Rayos! Sencillamente no podía reclamarle nada. Ahorita era Bella Swan no la bailarina.

-Simplemente no quiero ir contigo. No quiero que me acompañes. No quiero que estés cerca de mi ¿Por qué no vas y buscas a tu noviecita?-

-¿Qué tiene que ver Tanya en todo esto?- inquirió

-Eres un imbécil Edward Cullen-

-¿estas celosa?-

-Oh si claro. Como si tuviera razón para estarlo-

-estas celosa ¿cierto?-

-Llévame a mi casa por favor- dije resignada a contarle la verdad. Salí muy apurada del estudio. No quería verle la cara sino me arrepentiría.

¡¡¡Blom!!!. Mi cuerpo chocó con otro al traspasar la puerta del estudio. Quedé un poco mareada debido al golpe. Supongo que debió ser alguien grande porque el golpe fue fuerte. Cuando me estabilicé por completo me di cuenta de que esa persona me agarraba de la cintura. Alcé mi cara y lo vi para reclamarle

-¿estas bien?-  preguntó. No respondí. Esa cara la había visto antes. ¿Pero donde?

-No lo puedo creer ¿Bella?- volvió a preguntar un tanto emocionado y con una enorme sonrisa blanca en su rostro.