Mi pasión (+18)

Autor: mariu
Género: + 18
Fecha Creación: 13/03/2010
Fecha Actualización: 11/12/2011
Finalizado: SI
Votos: 44
Comentarios: 137
Visitas: 177411
Capítulos: 42

 

(FINALIZADO) Bella es una muy conocida escritora. Pero esconde otra de sus pasiones. Sin siquiera imaginárselo una noche la intriga de un desconocido cambia su destino y la lleva a conocer el amor.

 

mis otros fic:

 LA ESPOSA.

http://lunanuevameyer.com/sala-cullen?id_relato=1185

 

 

y la continuacion de este fic se llama: Las pasiones

 

http://www.lunanuevameyer.com/sala-cullen?id_relato=1401

 

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Capítulo 29: Explicaciones

 

 

Inmediatamente después de salir del instituto Jane se dio cuenta de que era estéril. Trató de embarazarse varias veces y nada. Se hizo las pruebas y descubrió el porqué no podía quedar en estado. Yo como un “amigo” estuve a su lado apoyándola. Como les dije tal vez era simple lastima. En serio me daba cosa que ella no pudiera ser mamá. Es el sueño de casi toda mujer. Un año después decidió adoptar a un bebé recién nacido. Pero el estado no se lo quería entregar por ser una mujer soltera. No se porque razón pero ella se empecinó con ese bebé. De su madre no se conocía nada y su padre lo había dado en adopción con la regla que quien lo adoptara debía ser una pareja casada. Según esa era una buena base familiar. El niño debía tener la figura materna y paterna. Con unos abogados de la familia falsificamos un enlace matrimonial. Por supuesto era falso, ya les dije que LO FALSIFICAMOS. Yo no me casé con Jane pero a los ojos de la ley era verdadero. Le entregaron al niño y ella como “recompensa” me ofreció nuestra “luna de miel”. Oh en verdad fueron días de buen sexo, de muy buen sexo. Al año ella se fue con un tipo. Un tal Demetri. La verdad no me afectó ni nada por el estilo pues solo éramos “amigos”. Yo seguí con mi vida y me olvidé completamente de ella.

 

Hasta la noche que Bella la nombró en sueños. En ese momento sentí que mi mundo se derrumbaba. Fui un irresponsable. Aunque no estaba casado con Jane ante la ley si era así. Todo ese asunto se mantuvo muy privado. Nadie más a parte de la familia y los abogados se enteraron. Por eso no fue problema al casarme con Bella. Jane había ido a mi casa. Había hablado con mi mujer. Las tenía a las dos aquí y tenía que solucionar las cosas. Al día siguiente de que Jane estuviera en la casa se apareció por una de las oficinas. No se como pero ahí estuvo. Llevó comida y no me pude negar. Después de todo tenía que hablar con ella. Almorzamos y como siempre ella trató de buscarme (seducirme). Se me lanzó encima y me dio algunos besos pero de ahí no pasó. Ahora yo tenía a mi Bella y no iba a ser tan estúpido para perderla. De vez en cuando Jane se aparecía donde yo estaba. Con ropa muy “provocativa” tratando de llegar mas allá. Pero siempre le recordaba que yo estaba felizmente casado. Era ahí donde me recordaba que mi matrimonio no valía nada. Pues ella era “mi primera esposa”.

 

Me sacaba de quicio cada vez que mencionaba eso. Ese matrimonio no era real. Ni siquiera nos casamos. Solo falsificaron un papel. Con Emmett una mañana fui a buscar la solución. Primero lo llamé para confirmar.

 

-Buen día Emmett. ¿Qué mas? ¿Todo listo?-

-Aquí vamos. ¿Cómo lo vas a solucionar?-

-No se como hacer Em- le dije con toda la sinceridad

-pero… Dile que es un matrimonio falso y que se valla-

-He intentado de todo pero no me deja en paz-

-¿Hablaste con… Ya sabes?-

-No he podido hablar con Bella, tiene días extraña y me da miedo-

-Mierda hermano esto si que esta grave. ¿Y si Bella se entera? ¿Qué harás con Jane?-

-Tengo que hacer que ella firme el “divorcio”. Ante la ley ahorita primero soy el esposo de Jane y luego de Bella. Puedo caer de bígamo-

-Lo se hermano. Vente y hablamos con el abogado.-

-Ok Emmett voy saliendo para allá. De ante mano gracias por todo hermano- Salí del baño y mi preciosa esposa seguía durmiendo. La verdad no la quería preocupar con esto. Ya estaba demasiado extraña y no quería que se volviera a enfermar. Me le acerqué le di un beso en su frente y me despedí con un lo siento. Y un “todo estará bien mi amor, lo prometo.” Pero en mi mente. No quería despertarla.

 

Esa mañana nos reunimos con el abogado. Las cosas se complicaron porque ahora yo si estaba casado. E iba a ser muy extraño que yo me “divorciara” pero de otra mujer. Le explicamos todo al abogado. Y le di los papeles de mi matrimonio con Bella pues lo necesitaría. Sabía que lo que se me avecinaba iba a ser muy fuerte y caminando a las puertas de la casa tomé la decisión de contarle todo a Bella. Sorpresa es cuando llego y me entero de que mi esposa no está en casa. Extrañado y sin preguntar nada acerca del “se fue” que me dio Samantha subí a nuestro cuarto y una sensación extraña invadió mi cuerpo. Recorrí cada rincón con la mirada y el ambiente del cuarto paso a ser una fría soledad. Con el corazón el la garganta y recordando aquellas dos palabras corrí y abrí las gavetas. Las de bella estaban vacías. Solo había aire, su fragancia inundaba el cuarto. No había ropa de ella. No había nada. Solo dejó aquel par de medias de bebé en una gaveta que compartíamos ambos. Solo eso me quedó de ella. Y el recuerdo. En ese preciso memento fue que entendí. Ella SE FUE.

 

Corrí hasta el garaje y su carro no estaba. Se llevó el perro que le regale. Solo estaba Benetton con lágrimas en sus ojos. Intuí que compartía mi dolor. Entré a la cocina gritando y preguntando quien sabía algo. ¿Cómo es posible que ella simplemente se valla y ya? ¿Cómo es posible que no diera explicaciones? ¿Volvería? ¿Por qué se fue? No había nada. Ni una nota, nada. Entré a la habitación de nuevo y marqué a su celular. Después de algunos segundos se escuchó el repique y un timbre en el cuarto me sobresaltó. Abrí la mesita de noche y ahí estaba su celular. La ira me invadía. Dentro de mi ser el dolor, el miedo, la angustia y todos los sentimientos formaban unos solo. Un solo sentimiento que era más fuerte que yo. Las lágrimas corrían por mi rostro. Estaba impotente. Le avisé a la familia de lo que sucedía y no tardaron mucho en venir hasta aquí. No era bueno hacer un escándalo precisamente en este momento. Se supone que muy pronto me “divorciaría” y tenía que mantener cualquier “noticia” con mucha discreción. Contraté a un investigador privado. En este caso no podía meter a la policía. Pero lo único que el inútil logró conseguir fue su carro en un compra-venta de la cuidad. El dueño tenía todos los papeles legales. Bella había dejado el carro ahí. Pero no nos dijo como se fue o si adquirió otro vehículo. “Los negocios con mis clientes son confidenciales” decía el muy imbécil.

 

Cada día era mas duro. Despertarme y ver que no era una pesadilla. Que era mi realidad. Poco a poco todo iba perdiendo sentido. Jane no dejaba de fastidiar. Cada vez que se refería a Bella con una mala palabra me provocaba matarla. Si, matarla. Ella no era nadie para ensuciar así a mi Bella. Esa mujer era lo mas puro que yo tenía en la vida. Y la única desubicada aquí era Jane.

 

Pov Alice

 

Me regresé de Francia cuando Esme me llamó preocupada por Bella. Debido al trabajo yo tenía días que no hablaba con ella. Jasper y yo nos instalamos en la casa de Edward ya que no quería molestar a Esme y Carlisle. Los meses iban pasando y ni una noticia de ella. No llamaba, no daba ni una señal. Veía como Edward se deterioraba cada día más. Casi no comía ni dormía. Se la pasaba pegado al teléfono esperando una llamada de ella. Dejó la música. Dijo que ya no tenía musa. Y solo se dedicaba a pensar. En frio. Solo negocios calculados. Así era su nueva vida. Yo con esperanzas pero nada. No pude encontrar una razón por la cual ella se marcharía así. Sin poder hacer nada veía los meses irse lentamente. Y en todos los rostros de la familia un gran dolor. Los cumpleaños ya no eran iguales. Edward jamás estaba presente.

 

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-Vamos Bella, todos entregarían su vida por una persona- le decía, esperando que ella respondiera la pregunta

-Yo no Alice- respondió ella con el ceño fruncido y cruzando sus brazos a la altura de su pecho

-Sabes que si. ¿Por quien serías capaz de entregar TODO. Tu felicidad y hasta tu misma vida?- volví a preguntarle.

-Un hijo- respondió mirándome a los ojos con la sinceridad desbordando de ellos.

 

Ahí desperté de mi sueño. Me levanté de la cama exaltada y llevé mis manos a mi cabeza. Ahora recordaba esa noche. Era invierno. Ambas estábamos en su habitación respondiendo preguntas que habíamos armado nosotras mismas de niñas las cuales sacábamos cada varios años después. Era un juego para conocernos mejor. Jasper me miraba confundido. Podía sentir la angustia que atravesaba mi cuerpo. Se levantó de la cama y solo me abrazó. Sin pronunciar ninguna palabra ni pedir explicaciones. Por eso lo amaba. Era tan perfecto.

 

Tenía que encontrar a Bella. Algo me decía que estaba en lo cierto. Todo esto tendía que ver con una vida. Una vida que ella defendería por encima de todo. Incluso de ella misma. Jasper era mi esposo y lo amaba pero Bella era mi hermana y yo sabía que siempre seríamos nosotras dos a la hora de algo. Que pasara lo que pasara íbamos a estar ahí la una con la otra apoyándonos. Yo entregaría mi vida por ella. Sin pensarlo. Así que dejé a Jasper en la mansión y me encaminé al lugar donde Bella dejó su auto. Al llegar, dar mi nombre y explicarle al señor la causa por la cual venía el solo me sonrió, me dijo “se tardó mucho señorita” y me entregó un papel. Era un sobre blanco. Estaba cerrado, arrugado y sucio. Por fuera reconocí mi nombre con la letra de Bella.

 

 

Hola Alice, discúlpame por todo esto.

Sabes bien que no haría algo así de no ser necesario.

Últimamente las cosas no estaban del todo bien. Y día a día empeoraban.

No estoy muy bien de salud. Y esta era la única manera de estar sana, huir.

Se que no es una solución pero como te dije un día hay algo por lo cual yo entregaría mi vida.

No puedo resolver todo a mí alrededor y me voy para proteger lo que considero más importante.

No tengo un destino así que no sabría decirte donde encontrarme.

Muchísimas gracias por todo hermana. Solo sé feliz y disfruta lo que la vida te ha ofrecido.

Sabes que eres una de las personas más importantes en mi vida.

Y me basta el que hayas llegado hasta aquí buscando una respuesta.

Bella.

 

 

 

Con lágrimas en mis ojos cerré de nuevo la carta y la presioné contra mi pecho. Bella se había ido. Estaba protegiendo algo. O mejor dicho a alguien. Y estaba segura que ese alguien era un hijo. Era lo único por lo cual ella entregaría su vida sin importarle absolutamente nada más. Estuve mucho rato preguntándole al señor sobre como ella había salido de ahí. Al cabo de casi una hora de rogarle entre sollozos me dio la marca, el color y la placa de un carro. Me dijo que ella prácticamente lo había intercambiado. Si no lo veo no lo creo. Ella jamás dejaría su carro así por así. Era una de las cosas mas preciadas para ella. Pero no por el valor monetario sino el tiempo que invirtió en condicionarlo. Todo tenía sentido. Bella estaba embarazada. Delicada de salud y por eso se fue. Pero yo tenía que encontrarla. Iba a encontrarla. Regresé a la casa como si nada. Si ella se fue sin avisar por algo sería y yo no iba a dañar su decisión. Le mandé la información a un amigo y le dije que en total confidencialidad buscara a la dueña del carro.

 

 

Solo me quedaba esperar….

 

Capítulo 28: La Sra. Cullen Capítulo 30: Visita Sorpresa

 
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