Mi pasión (+18)

Autor: mariu
Género: + 18
Fecha Creación: 13/03/2010
Fecha Actualización: 11/12/2011
Finalizado: SI
Votos: 44
Comentarios: 137
Visitas: 177492
Capítulos: 42

 

(FINALIZADO) Bella es una muy conocida escritora. Pero esconde otra de sus pasiones. Sin siquiera imaginárselo una noche la intriga de un desconocido cambia su destino y la lleva a conocer el amor.

 

mis otros fic:

 LA ESPOSA.

http://lunanuevameyer.com/sala-cullen?id_relato=1185

 

 

y la continuacion de este fic se llama: Las pasiones

 

http://www.lunanuevameyer.com/sala-cullen?id_relato=1401

 

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Capítulo 23: Otra más

 

 

Pov Bella

 

Veía como los días pasaban. Al principio no quería salir del departamento. Solo quería estar tranquila. Sin pensar ni tener que ocuparme de otra cosa que no fuera el dolor que ardía dentro de mi. Edward era muy atento. Siempre tratando de sacarme una sonrisa. Me traía películas, colocaba sus canciones. Incluso bailaba solo, haciendo muchas muecas, lo cual era muy divertido ver. Eso era lo que me arrancaba más sonrisas. Me trajo mi propio libro de superación de perdidas. E hizo que recordara todo lo bueno de la vida y lo que estaba dejando perder. Hubo un tiempo en que empezó a sacarme a la fuerza. Me llevaba al parque. Comíamos helado. Luego empezamos a ir al cine y así sucesivamente hasta casi no parar en la casa. Una vez llamó a Jacob para que viniera por mí. Ese día fue agradable. Se sentía bien ver la sonrisa que siempre había en su rostro. Me contagió de felicidad. Edward me llevó varias noches a observar la ciudad. Me recordó que yo era así. O por lo menos eso decía el. Me dijo que a pesar de que la luz del sol no se reflejaba había muchas luces que te acompañaban. Las estrellas. La luna. Y que a pesar de la oscuridad nadie paraba su vida. Me dijo que cada una de las personas que estaban en nuestra vida significaba un rayo de luz. Que la vida no era lo que uno tenía sino lo que hacía. Lo que nos permitimos sentir. Las emociones que nos despertaban cada mañana. Que no dejara que la luz que emanaba mi persona se apagara. Porque no solo estaba sufriendo yo sino el también y toda nuestra familia alrededor.  En un abrir y cerrar de ojos ya había pasado un poco más de dos años desde mi pérdida. A los 5 meses después de la operación mi organismo por fin hizo compatible un anticonceptivo. Desde ese entonces soy esclava de el. Hace un año abrí un estudio de danza árabe. Pasaba la mayor parte de mi tiempo ahí. Cuando Rosalie y Emmett salían de viaje por trabajo dejaban a mi cargo a la pequeña Rosy. La cual se la pasaba bailando de un lado para otro en el estudio. Edward y yo jugábamos mucho con ella. Salíamos juntos los tres y le comprábamos muchas cosas. Me sentía renovada. Con más fuerzas. El recordar a Edward todos los días a mi lado me hacia amarlo muchísimo mas. No tenía dudas de que era el amor de mi vida. Una vez fuimos a visitar a Alice. Fue muy reconfortable. Con ella me desahogue todo lo que no había podido. Vendimos el departamento. “Mi departamento” y entre los dos compramos una casa en las afueras de la ciudad. Era muy linda y grande. Demasiado grande para los dos diría yo. Mucho más grande que el pent-house. En unas vacaciones fuimos a ver a Charlie y René. Aceptaron a Edward desde el primer momento. Compartimos varios días con ellos. Mi vida parecía tomar otra vez el camino de la felicidad. Por lo menos disfrutaba el día a día. Me daba mis gustos y complacía a Edward. Un día de verano en uno de los viajes con la familia, en una linda playa privada Edward se arrodilló frente a mí y  ante la vista de todos me pidió matrimonio. Yo ya vivía muy feliz y jamás me detuve a pensar que nos faltaba eso. Sentía que ya éramos marido y mujer. Sin hacerlo esperar le dije que si. Todos nos felicitaban. Alice saltaba de la alegría. Tres meses después yo estaba parada al inicio de la más bella de las iglesias. La boda por civil transcurrió ese día durante la mañana. Y en ese preciso momento me encontraba caminando hacia el altar con mi padre en uno de mis brazos. No podía creer que de verdad me estaba casando. Aceptarlo dos veces en mi vida fue comprobarle al mundo que lo amaba. Por supuesto que fue uno de los matrimonios más fotografiados, vistos y hablados. Me enteré que Tanya se había casado con James. Al parecer vivía un infierno. El la maltrataba constantemente. Y pude escuchar que varias veces estuvo en la clínica. No me alegré porque uno no debe alegrarse de la desgracia de alguien pero lo sentí muy justo. Lo que aquí se hace aquí se paga. De luna de miel Edward y yo decidimos dar un pequeño Tour por Europa. Conocimos varios países. Al regresar a LA CASA me encontré un lindo cachorrito durmiendo en la cama de Edward y mía. Tenía un pequeño lazo en su cuello. Y al lado de el había una nota para Bella de Cullen:

 

Gracias por hacerme el hombre más feliz del mundo.

Eres la mujer más maravillosa. La única dueña de mi vida.

Te amaré toda la eternidad,  aún más allá que la vida y la muerte misma.

Tu esposo Edward Cullen.

 

Con unas pequeñas lagrimas en mis mejillas me volteé y me guindé del cuello de aquel hombre y lo bese con el mas profundo amor que sentía por el. En eso el pequeño cachorro empezó a ladrar, nos reímos y cuando nos volteamos estaba parado en la cama mirándonos y moviendo su colita. Lo agarré y empecé a acariciarlo.

-Y bien ¿Qué nombre le vas a colocar?- me dijo Edward

-No lo se. ¿Cuáles te gustan?- le pregunte mirando todavía la cara de nuestra mascota

-ummm… bien… a ver…- hizo una mueca de quien piensa –Es hembra… ummm…- siguió pensando -Eso no se vale. Yo elegí la raza y el sexo. Tú tienes que elegir el nombre- bien. Se Salió por la tangente.

-Gucci- dije

-¿Gucci?- preguntó extrañado

-Si. ¿Por qué?-

-Es extraño. Es una marca- dijo frunciendo el ceño y haciendo un lindo puchero

-Es original- le respondí con una sonrisa –No me gusta lo normal-

-Cierto. ¿Qué es normal en ti? Si que eres bien rara. jajajaja-

-Igual, aun así me amas-

-Y como un loco- concluyó el.

 

 

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Edward contrató a varias personas para que se ocuparan de la cocina. Una para Gucci y Rosy que vendría siendo la nana y otra que sería la ama de llaves. Entre Esme y Alice decoraron los cuartos de la GRAN CASA que compramos entre mi esposo y yo. Uno para Rose, Emmett y Rosy. Otro para Alice y Jasper (Los cuales venían de vez en cuando) otro para Carlisle y Esme y el mío con Edward. Uno de huéspedes. Un estudio, una sala de juegos, una de películas. La Casa Cullen Swan se convirtió en la segunda mansión Cullen. No vivían todos aquí pero pasaban algún tiempo, y por supuesto las puertas estaban siempre abiertas. Rosy jugaba mucho con Gucci. Ayudaba a bañarla mientras repasaba las palabras que se sabía. Las navidades y los cumpleaños se celebraban a lo grande. Claro teniendo a Alice como hermana obvio que jamás sería algo común. Fue espectacular el cumpleaños numero 3 de Rosy. Los aniversarios se celebraban con viajes familiares y luego en pareja. Éramos la familia que jamás imaginé tener. Un otoño Edward se fue a una gira que tenía. No lo acompañé ya que tenía el estudio de danza árabe y no podía abandonar a las chicas. Duró un mes por fuera. Fueron los días más largos y aburridos de mi vida. Cuando llegó nos amamos como locos y sentí que volví a vivir.

 

Un día tocaron al timbre de la casa.

 

-Sra. Bella hay una señorita afuera preguntando por el Sr. Cullen- Me dijo Bárbara en la cocina

-Carlisle no está Bárbara. Dile que valla a la Mansión Cullen o al hospital-

-No Sra. Busca a su esposo. El Sr. Edward Cullen. Yo la hice pasar a la sala porque dice que no se va hasta hablar con el- con el ceño fruncido me levanté de la mesa donde le daba de comer a Rosy, la cargué y me dirigí a la sala donde esperaba una “mujer” (si es que no era adolescente) blanca. Cabello claro como el de Rosalie. Vestía muy formal en unos tacones un poco exagerados que dejaban claro su estatura baja.

-Disculpe ¿en que la puedo ayudar?- le pregunté tratando de ser cortes

-Mucho gusto- me dijo tendiéndome la mano la cual tomé –Mi nombre es Jane Volturi y vengo a ver a Edward ¿Tu eres? ¿Y esta preciosura quien es?- dijo refiriéndose a la niña que cargaba en brazos.

-Rozy… Cu-llen- dijo Rosy a la mujer

-y yo soy la esposa de Edward. El no se encuentra ¿te puedo ayudar en algo?- ella por un momento se quedó con la boca abierta la cual cerró al darse cuenta. Miraba mi anillo, a la niña y a mí. Supongo que pensó que era nuestra hija. Luego volvió a componerse y prosiguió

-mmm… ya veo. Igual eso no es impedimento- no se a que se refirió -¿A que hora vendrá? ¿No lo puedo esperar?-

-El está de viaje- mentí. No se porque pero había algo en ella que no me gustaba.

-Hace tiempo que no lo veo. Quisiera aprovechar ya que estoy en la misma ciudad. ¿Me podrías facilitar su número? - preguntó descaradamente

-No. Esa información no puedo dártela- ¿Qué se creía? Estaba hablando con la esposa por dios. El no estaba presente y ya se le estaba insinuando.

-mmm bueno… Usted se llama…- trató de preguntar

-Para ti soy la Sra. Cullen- le dije tratando de dejar claro cual era mi puesto.

-Claro. No era para menos- dijo riendo. Lo cual me provocó una rabia inmensa que invadió todo mi cuerpo. Sacó su BlackBerry estuvo un momento buscando algo y luego dijo

-Bueno Isabella vendré otro día. Me urge ver a Edward- y sin esperar respuesta se dirigió a la puerta y se fue.

La ira empezó a extenderse por todo mi cuerpo. Me sentía caliente. Rosy me preguntó varias veces si estaba bien a lo que respondí con un simple si. Una punzada de dolor pasó por mi vientre en el lado derecho lo cual me hizo quejarme. Bajé a Rosy y la coloqué en uno de los muebles ya que no me sentía segura. Llamé a Samantha y… Todo se volvió negro.

 

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Bueno chicas aqui les traigo otro capi. Espero y lo disfruten. Ale creo que fuiste tu kien me pedio un capi un poco mas largo y aki esta. el otro ya viene en camino. sigan comentando y votando xfa. graxis. besitos para todas.

Mariu

Capítulo 22: Complicaciones Capítulo 24: ¿Qué tienes?

 
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