- Mary Alice Cullen quieres decirme que demonios esta pasando?- pregunto mi cuñada mientras entraba a la tienda con el rostro demudado en furia.

- De que hablas Bells?- le dije mientras salía de detrás del mostrador.- Estoy igual que siempre-

- No, no lo estas. Te escribí hace un rato para preguntarte si pasarías por casa y me respondiste, y cito, "Y yo quiero uno de tus hermosos besos que me quitan el aire, esta noche hablamos con Sophie?".-

Maldición! Le mande el mensaje que era para Jasper!!

- Este... yo... te explicaré, lo juro.- baje la voz.- Solo que aquí no Bells, por favor, vayamos a tomar un café a casa si?- le dije mientras tomaba mis cosas.- Katey, vuelvo en un rato si?-

- Si Al, estas bien? Hola Bella!-

- Todo esta genial, vuelvo.- dije mientras cerraba la puerta y empujaba a Bella.

- Alice, estas saliendo con Jasper?- preguntó sin rodeos mientras entrabamos al auto.

- Algo así...- respondí.

La realidad era que no estábamos saliendo propiamente hablando. llevábamos algo más de un mes y medio viéndonos a escondidas de todos. El único que sabía era Emmett, y por su vida, había guardado el secreto. No queríamos que se enterara nadie más hasta que hablaramos con Sophie. Los últimos fines de semana salimos mucho con Jasper y la niña. Queríamos que ella en realidad estuviese convencida que me quiere, antes de decirle que su padre y yo eramos novios. A decir verdad tenía terror de como iba a salir eso.

- Algo así no es una respuesta Alice.- Bella estaba perdiendo la paciencia. Aunque nunca fue muy paciente que digamos.

- Estamos juntos, pero no estamos en una pareja formal.-

- Y por qué no me lo contaste? Soy tu mejor amiga! La madre de tu ahijada! Tu cuñada!-  Estaba siendo melodramática.

- Lo se Bells, y te adoro, pero no queríamos decírselo a nadie hasta que Sophie no lo supiera. Para Jasper ella es lo primero, y para mi también.- 

Estaba mirándome con el ceño fruncido y su boca estaba fruncida como pensando.

- No lo sabe nadie?-

- Nadie. Salvo Emmett.-

- EMMETT!- grito mirándome con furia de nuevo.

- Calmate Bells! Nos descubrió basándonos en su tienda la noche que comenzamos a "salir".- le dije haciéndole el gesto de las comillas.

Suspiro fuertemente.

- Te la dejaré pasar Mary Alice solamente si me cuentas todo con detalles. Que tal esos hermosos besos que quitan el aire?- preguntó haciéndome reír.

- Hermosos Bells! Realmente hermosos!!- 

Estuvimos hablando casi dos horas más hasta que mi hermano la llamo para avisarle que tenía que irse.

- Bella, por favor, no le digas a Edward aún. Sabes como es. Por más que Jasper le caiga bien va a poner mil y un "peros".- Después de mi relación con James, creo que mi hermano espantó a cualquier posible "pretendiente" y no quería que lo hiciera con Jasper también.

- Tranquila Al, no diré nada.- Me tranquilizó mientras me abrazaba.- Ahora dime algo ¿Cómo lograste que Emmett no hablara?-

- Le dije que le contaría a Rose de cierto auto que chocó y reemplazo alegando que estaba "pasado de moda"- 

- Emmett rompió el jeep?-

- Si. Por eso no puede decirle nada a Rose. Ella lo mataría. Amaba esa carcacha.-

Una vez que dejé a Bella en el centro, fui a la tienda a reemplazar a Kate. Más tarde iría a cenar a casa de Jasper y hablaríamos con Sophie. Estaba un poco preocupada. Si la niña hacía alguna escena tendríamos que ver como lo solucionabamos. Realmente no quería alejarme de Jazz

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- Y entonces la princesa y el príncipe fueron felices por siempre.- concluí la historia y deje el cepillo sobre la mesita de café.

- Me gusta mucho esa historia Allie.- dijo Sophie mientras se giraba hacia mi. Estabamos sentadas en el suelo de la sala de la casa de Jazz. Yo le contaba el cuento de la princesa y el cepillo por enésima vez, mientras el terminaba con la cocina y preparaba café. Acordamos que se lo diríamos luego de nuestro "ritual".

- Lo se Soph hermosa. Y a mi me encanta contartela.- respondí mientras la llenaba de besos.

- Ay Allie! Me haces cosquillas.- Reía en mis brazos.- Ahora yo!- Saltó sobre mi, de una manera que me dolería más tarde, y comenzó a darme besos y a despeinarme.

- Pero que son todos esos gritos!- pregunto Jasper apareciendo de la cocina con dos tazas.

- Estabamos haciéndonos cosquillas papi.- Contesto la niña riendo.

- Oye Sophie, que te parece si le hacemos cosquillas a tu papá?- le pregunté en voz baja pero audible para Jasper.

- Si!- dijo mirándo de reojo a su padre.

- A la cuenta de tres?- me puse de pie y le tendí mi mano.

- Uno... dos...- conto.

- Tres!- gritamos al mismo tiempo corriendo hacia Jasper que, anticipandose a nuestros movimientos salió corriendo.

- Si me alcanzan!- grito mientras corría.

- Ven peque! Sube a mi espalda!- la tomé en mis brazos y corrimos hacia donde estaba Jasper, quien había salido al patio trasero.

- Ahí esta!- grito alocadamente.- Ven papi! no te haremos daño!-

- Pequeña manipuladora!- río mientras se dejaba atrapar.

- A él!- Lo abracé y comencé a hacerle cosquillas mientras Sophie saltaba de mis brazos a los de él y le daba besos por todo su rostro.

- Te rindes papi?- preguntó la niña.

- Si si! Me rindo! Por favor! Dejenme vivir!- Jasper reía como nunca lo había oído.- Vengan aquí bribonas!- Nos abrazó fuertemente.

- Bribonas? Jasper por Dios! Cuantos años tienes?- 

- Unos mas que tu Allie.- dijo mientras acariciaba mi cabello. No lo resistí y le dí un beso en la mejilla, pero cerca de su boca.

- Parecemos una familia.- Soltó de golpe Sophie.

- Y a ti te gustaría eso Damita?- preguntó mirándola fijamente.- Te gustarñia que tu, Alice y yo fuesemos una familia?- Eso me asustó un poco. Pero entendí que era la mejor manera de explicarselo a la pequeña.

- Como si Allie fuese mi mamá?- Jasper me miró esperándo mi respuesta. Ok, esta era mi entrada.

- Ven Soph, vayamos a la sala.- dije tomándola en mis brazos.

Una vez que nos sentamos la abracé fuertemente.

- Sophie, tu sabes que te quiero mucho verdad?-

- Ajam.- respondió mirándome con sus hermosos ojitos.

- Bien. Además de quererte a ti muchisimo, quiero a tu papá.-

- Como la princesa al príncipe?-

- Exácto. Como la princesa al príncipe.-

- Y se van a casar y vamos a vivir juntos y vas a cepillarme el cepillo todas las noches?- dijo mientras se ponía de rodillas sobre mi y tomaba mi rostro como hacía siempre que necesitaba saber algo.

No sabía que responder a eso.

- Tal vez.- atine a decir.

 - Ajam.- dijo sin dejar de mirarme.

Jasper se sentó a nuestro lado y su mirada iba de Sophie a mi. Era cómico.

- Y tu quieres a Allie, papi?- 

- Mucho Sophie. Mucho, mucho.- dijo mirándome.

- Esta bien.- se bajo de mis piernas y fue a buscar su muñeca para cepillarla como yo había hecho con ella.

Nos quedamos petrificados luego de la reacción de la niña.

- Sophie nena, entiendes que Alice y yo somos novios?- preguntó Jasper suavemente. Sentí cosquillas en la panza cuando dijo la palabra "novios".

- Si papi. Como la princesa y el príncipe. Entendí.- dijo la pequeña. Era gracioso porque sonaba como cansada.

- Esta hija mía no deja de sorprenderme.- Pasé un brazo sobre su hombro y lo atraje hacia mi.

- Es brillante como tu, no se de que te sorprendes.- le dije mientras depositaba un suave beso en sus labios.

- Puaj!- dijo Sophie que vio el momento del beso logrando que estallaramos en carcajadas.

Una vez que la acosté, si ahora quería que la acueste yo, volví al living con mi "novio".

- ¿Así que novios?- pregunté mientras me acurrucaba en sus brazos.

- ¿Tienes alguna objeción?-

- Para nada, solo constataba un hecho.- Y finalmente le dí el beso que correspondía.- Creo que me he hecho adicta a tus besos Whitlock!-

- Es natural. Soy adictivo.- respondió mientras me besaba nuevamente. 

- Presumido- y realista.

- No nos fue tan mal no?- preguntó luego de un rato de besarnos.

- Creo que no. Al menos parece que entendió.-

- Allie cariño, tiene casi 6 años. Los niños entienden muchas cosas más ahora, y más una niña como Sophie que durante casi toda su vida estuvo rodeada de historias de amor.-

- Eso es algo que me sorprende de ti. Habiendo sufrido tanto como lo hiciste por amor, criaste una niña que es una gran fan de el.- 

- Porque yo haya tenido una mala experiencia no significa que no crea en el amor. Sino no estaría aquí contigo.- dijo mientras me tocaba la nariz con su índice.

- No lo sé... yo también tengo mi atracción.- le dije sonriendole.

- Sin duda Cullen.- Volvimos a besarnos.- Alice, oye, con respecto a lo que Sophie dijo de ser su madre... es un poco pronto y no quiero que...-

- Shh- lo corté- No hace falta que digas nada.- 

- Es que no quiero asustarte.- dijo incorporándose en el sillón.

- No me asusté. Fue sorpresivo, pero entiendo que es la manera en Sophie puede entender fácilmente. - Es una niña, es lógico que hiciera sus propias relaciones.

- Te quiero Cullen.- 

- Y yo a tí Whitlock.- lo besé y me puse de pie - pero me tengo que ir.-

- ¿Ya?- preguntó con cara de niño. Me dio mucha ternura.

- Es algo tarde amor.-

- No quieres quedarte? Yo puedo dormir en el sillón.- replico con la misma cara de cachorro. Si, como no, en el sillón.

- Creo que sería demasiado para Sophie si se levanta mañana y me ve desayunando en la cocina con una de tus camisas puestas.- 

- No sé si demasiado para ella, pero sin duda demasiado para mi.- Cambió la cara "tierna" por la "amenazadora" y se acercó a mi peligrosamente.

- Quieto Whitlock.- dije poniéndo una mano en su pecho.

Refunfuño algo intentendible y me abrazó.

- Me avisas cuando llegas?-

- Por supuesto.-

- No me gusta que te vayas.- 

- Lo sé.- le di un largo beso- Pero debo hacerlo.- Le di otro beso.- Uno para el camino.- 

Salí de su casa y conduje hacia la mía. 

Me sentía en las nubes. 

No solo estaba con el hombre que quería, sino que además, la pequeña estaba de acuerdo con eso. No quería apresurarme, pero la idea de tener una niña me emocionaba como nunca imaginé, y si esa niña es Sophie, aún más.

Llegué a casa y le avisé a mi novio, ahí estaba el cosquilleo de nuevo, que había llegado.

Cuando me estaba yendo a dormir vi que tenía un mensaje en la contestadora.

- Jazz...- pensé mientras lo miraba. Él solía dejarme mensajes tiernos en el trayecto de su casa a la mía.

Apreté el botón de la contestadora y me quedé helada cuando escuché lo que decía.

- Hola Alice. Tu no me conoces, pero yo a ti si. Creo que quieres tener algo que me pertenece. Ya sabrás de mi.-

Una mujer. No sé por qué, pero vino un nombre de inmediato a mi mente "MARIA".