Saltando sin Mirar

Autor: princesavespa
Género: Romance
Fecha Creación: 07/06/2013
Fecha Actualización: 08/09/2013
Finalizado: NO
Votos: 11
Comentarios: 10
Visitas: 18358
Capítulos: 19

Alice y Jasper no se conocen.

Ella, es una arquitecta de perfil bajo, entregada a su trabajo, que en su tiempo libre atiende su tienda de flores y a quien no le interesa enamorarse ni formar una familia.

El, un padre soltero al que su esposa abandonó, que busca un lugar donde volver a empezar junto a su hija, pero con su corazón cerrado para cualquier otra mujer.

Ambos estan por descubrir que,  la soledad no es para siempre. 

A veces lo que vivimos nos lleva al lugar indicado.

A veces,  solo hay que animarse a saltar.


 

Los personajes son de Stephanie Meyer, pero la historia es de mi autoría.

Espero que me acompañen como lo hacen siempre! 

Para contactarse conmigo pueden hacerlo vía facebook, me buscan como: Princess Vespa.

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Capítulo 12: Cepillos, Muffin y el verdadero amor...

Una vez que lavamos y secamos los platos, nos sentamos en la sala junto a Sophie, con nuestros cafes.

- Alice- me llamó Sophie mientras se subía al sillón y se situaba en mis piernas.- Alice repitió tomándo mi rostro entre sus manitos - Podemos hacer eso que dijiste?- pregunto muy seria.

- Cuando Sophie necesita que le prestes toda su atención hace eso.- dijo mientras la niña no dejaba de mirarme fijo. Asustaba un poco debo admitir.

- Si Sophie, ahora haremos eso que dije.-

La pequeña me soltó y yo me dirigí al cuarto de baño para buscar uno de los cepillos de cabello que hace mucho no usaba.

- Cuando era niña.- comencé mientras apagaba la tele y le hacía gestos a la niña para que se siente en mis piernas.- Mi mamá acostumbraba cepillarme el cabello antes de irme a dormir.- dudé en seguir, ya que ella no tenía a su mamá para que lo hiciera. Miré a Jasper, quien entendió lo que pensaba y me sonrió alentándome a continuar.

- Mi papi me cepilla el pelo antes de dormir y a veces lo hace la tía Rose.- aclaro la niña.

- Me alegro que así sea.- acaricié su mejilla.- Como te decía, mi madre me cepillaba el cabello con este mismo cepillo- dije mostrándole el que tenía en mi mano.

- Es muy bonito.-

- Si que lo es, y sabes que? -

- Que?- pregunto intrigada.

- Dicen que es un poco mágico.- susurré como para que ella sola pudiera escucharme. 

- Magico?- 

- Mágico...- quise hacerme la misteriosa.- Mi madre me contó una historia sobre el y lo que hace...-

- Que hace Alice?- los ojos de Sophie se abrían cada vez más. La acomodé en mis piernas para que quedé de espaldas a mi.

- Puedo soltarte el cabello?- pregunté.

La pequeña miro a su padre que asintió y se quito la goma.

- Bien. Te contaré.- Comencé a cepillar su largo cabello color miel.- Hace muchos años, este cepillo le pertenecía a una princesa.-

- Una princesa?? Como las de las peliculas?-

- Como las de las películas. Esta princesa vivía en su casa con su padre, el Rey, y su madre, la Reina. Era una princesa feliz. Le gustaba salir a pasear por los jardínes reales, cabalgar con su caballo y jugar con las otras princesas que vivían cerca del reino.-

- Tenía un caballo? A mi me gustan los caballos.- Interrumpió Sophie.- Como se llamaba?-

A ver como te las ingenias Alice, pensé para mi.

- Se llamaba...  Muffin!-

- Muffin?- preguntó Sophie.

- Muffin. Por que a la princesa le gustaba mucho los muffins que hacía su madre la Reina.- Escuchaba como Jasper reía. No lo quise mirar, me desconcentraría.

- Que nombre extraño... me gusta.- decidió por fin Sophie.

- Genial.- suspiré.- Como te decía, la princesa, mientras fue niña, como tu- dije tocando suavemente su naricita.- fue muy feliz. Pero a medida que ella iba creciendo, sentía que algo le faltaba. Amaba a sus padres y era feliz en el reino, pero ella quería encontrar su verdadero amor.-

- Ah! Ya sé! Quería un principe!- 

- Exacto. Pero no cualquier príncipe. Ella quería el príncipe que era especialmente para ella. Verás Sophie, cada princesa tiene un príncipe que es el indicado. Había muchos príncipes en los reinos pero solo uno era el indicado para ella.-

En ese momento Jasper dejo la taza en la mesita y se posicionó más cerca de nosotros. Sentía su mirada clavada en mi rostro, por lo que intenté no mirarlo.

- La pregunta era ¿ Como saber cual príncipe era el indicado para ella?-

Sentía como la pequeña se movía sobre mis piernas mientras seguía cepillando su cabello.

- Y como lo sabía?- preguntó.

- Aquí es donde entra la magia de este cepillo.- dije mientras se lo volvia a mostrar.- La princesa estaba preocupada. Tenía miedo de no poder encontrar a su verdadero amor. Entonces fue a hablar con su madre, la Reina. Una vez que la princesa le contara a su madre lo que le pasaba, fueron juntas a la habitación de la princesa para que, como todas las noches, la Reina la peinara. Pero esa noche paso algo extraño, algo que nunca antes había sucedido.-

- Que paso?- preguntó Sophie girándose para mirarme.

- Tranquila ansiosa, ya llegaré, si dejas de interrumpirme!.- le di un besito en la frente.- Esa noche, mientras la Reina cepillaba su cabello, la princesa comenzó a escuchar una música especial. Algo que nunca había oído antes. Asustada miró a su madre, que no dejaba de peinar el largo cabello de la princesa.-

- Era largo como el mío?-

- Largo y hermoso como el tuyo. Continúo?- pregunté.

-Si!-

- La princesa le pregunto a su madre si no escuchaba la música que estaba sonando, a lo que su mamá le respondió que no. La princesa se pregunto de donde vendría esa extraña y bella música, entonces su madre le respondió que esa música salía del cepillo. La princesa no entendía porque la Reina decia eso si desde hacía muchos años se cepillaba con el y jamás había salido música. La Reina le contesto que el cepillo sonaba cuando la dueña estaba lista para encontrar a su amor verdadero. Cada persona a la que le había pertenecido ese cepillo mágico tenía una melodía particular que comenzaba a escucharla cuando le llegaba la hora de encontrar el amor.-

- Entonces la princesa estaba enamorada?- pregunto la niña.

 - No aún. Antes tenía que encontrar el verdadero amor.-

- Y como lo encontraría?-

- Te dije que el cepillo hacía sonar una música especial, verdad Soph?-

- Si.- 

- Bueno, habían solo dos personas que podían escucharla, la dueña del cepillo, en este caso la princesa, y el verdadero amor de ella.-

- Un príncipe?-

- Un príncipe. Al menos para nuestra princesa.- 

Se quedo en silencio un momento.

- Sigo peque?-

- Si.- susurró.

- Estas entendiendo la historia?- Quizás era demasiado pequeña para entenderla. Aunque mi madre me la contaba desde que yo era chiquita como ella.

- Si.-

Al no obtener más respuesta continúe.

- La princesa seguía cepillandose el cabello todas las noches, pensando en que quizás, pronto llegaría su príncipe. A medida que pasaban los días, la princesa se desalentaba, porque creía que el principe no llegaría. Hasta que una tarde, mientras la Reina peinaba su cabello, golpearon la puerta del castillo con fuerza.-

De pronto sentimos nos golpes en la mesa, imitando los golpes a una puerta. Nos giramos y vimos a Jasper que volvía a su lugar en el sillón.

- Efectos sonoros.- dijo sonriendo. Le devolví la sonrisa y continué.

- La princesa tuvo curiosidad por lo que abandonó su aposento...-

- Que es aposento?-

- Aposento es la habitación.- expliqué.- La princesa abandonó su habitación...-

- Me gusta más aposonto.- 

- Aposento.- la corregí.- Entonces la princesa abandonó su aposento , por tercer vez.- senti la risa gutural de Jasper y no pude evitar sonreír.- y bajó a ver quien había golpeado la puerta de esa manera. Cuando llego al piso de abajo, vio a su padre hablando con un jóven. Era un muchacho como de su edad, muy apuesto...-

- Apuesto como mi papi?- Otra vez la delicia psicoanalítica.

- Apuesto como tu papi.- dije siguiendole el juego, aunque en realidad lo pensara. - La princesa escucho que el muchacho era un príncipe de un reino lejano, que había cabalgado días y noches buscando una melodía que no lo dejaba ni pensar. Un día, mientras cazaba en los bosques de su castillo, había comenzado a escucharla durante un rato largo, hasta que dejaba de sonar. Al otro día a la misma hora volvía a escucharla y luego desaparecía. Al tercer día decidió salir a buscar de donde provenía esa hermosa melodía. La princesa no podía creer lo que oía. Fue corriendo hacia su aposento, busco su cepillo y bajo las escaleras hasta quedar frente al muchacho, y le pregunto "es esta la melodía que escuchas?" y comenzó a cepillarse. El príncipe abrió grande sus ojos y exclamo "Si! Es esa misma! Pero... de donde sale?"  Y la princesa le contó la historia del cepillo mágico. El príncipe no podía creer que eso fuese verdad, por lo que se quedó en el castillo durante unas semanas para comprobarlo y luego de un tiempo, se casaron, ya que ambos sabían que habían encontrado el verdadero amor.- 

- Y el cepillo?- 

- Y el cepillo paso de la princesa a su hija, y de la hija de la princesa a su hija y así, hasta llegar a mi.-

- Tu eres una princesa?- preguntó abriendo sus ojos celestes grandes otra vez.

- Todas somos princesas de alguna manera Soph.-

- Y yo también?- 

- Tu también. Solo que ya no vivimos en reinos, ni tenemos caballos y esas cosas.-

- Yo quiero un caballo como Muffin.- suspiró.

- Yo también. Por lo pronto, tengo mi auto, no será Muffin, pero es bonito no?- dije abrazándola.

- Si. Alice?-

- Dime muñequita.-

- Tu escuchas la melodía del cepillo?- Su pregunta me descoloco.

- Aún no Sophie.-

- Ah... Pero hay un príncipe para ti verdad?-

No supe que responderle. 

- Claro que hay un príncipe para Alice, Sophie. Solo debe cepillarse el cabello de nuevo.- respondió Jasper que en la última media hora no había pronunciado palabra.

Lo miré y le sonreí.

- Puedes volver cepillarme el cabello ?- preguntó Sophie.

- Quieres que te venga a buscar tu príncipe?- le pregunté mientras volvía a cepillarla.

- No!- rió- Pero me gusta cuando lo haces.- 

- Y a mi me encanta hacerlo pequeña.- le dije mientras volvía a abrazarla suavemente.

- Eres como la Reina y yo como la princesa.- 

Sentí un nudo en mi garganta.

- Si nena.- 

- Te quiero Alice.-

- Y yo a ti.- No pude seguir hablando, las lágrimas se me atragantaban. No entendía bien por qué, pero sentía algo especial por esta niña, como nunca sentí por ninguna otra, ni por Nessie.

Continué cepillando su cabello un rato más, hasta que vi que Jasper venía hacia nosotras.

- Se durmió.- dijo mientras la tomaba en brazos y la acomodaba en el sillón.

Nos pusimos de pie y fuimos a la cocina para no despertar a Sophie.

- Alice yo... - comenzó Jasper- no se ni por donde empezar...-

- Empezar a que?- 

- A agradecerte.- 

- No tienes nada que agradecerme Jasper, ya te lo dije antes.- 

Se paro cerca mío y sin mirarme dijo:

- Es la primera vez que  Sophie le dice "te quiero" a una mujer, que no sea Rosalie. Eso es porque de verdad lo siente.-

- Y yo la quiero a ella Jazz. Es tan hermosa y sensible... como no quererla?-

- Su madre no la quiso.- dijo volviéndose para mirarme- Pero lo que has hecho hoy con ella... fue realmente precioso.-

- No creo que su madre no la haya querido Jazz, no quiero meterme en ese tema tampoco, pero no dudo que María los haya amado. En cuanto a lo de hoy - cambié de tema rápidamente- Cuando yo era pequeña me resistía bastante a que mi mamá cepillara mi cabello. Siempre lo tuve largo y se me enredaba, por lo que una noche invento esta historia para mi. Decía que como a la princesa, algún día llegaría mi príncipe a buscarme. Claro que luego crecí y me dí cuenta que los príncipes no existen...- fui a por un poco de vino.- Quieres?- le pregunté.

Me ingnoró y volvió a acercarse a mi.

- Por qué dejaste de creer en el amor Al?- dijo mientras quitaba la copa de mi mano y la agarraba entre las suyas.

- No dejé de creer en el amor Jasper.- dije soltándome.- Solo que no creo que exista para mi.- 

- Pues yo no lo creo. Tu te mereces vivir una gran historia de amor.-

- Y que me dices de ti?- pregunté algo molesta.- Tu no te mereces una "gran historia de amor".- No quise burlarme, aunque sonó así.

- Es distinto Alice. Yo tengo una niña y...-

- Y eso que? Tienes una niña hermosa, que es totalmente amable. No veo como eso te impide a ser feliz.- 

- No quiero que la vuelvan a lastimar.- 

- No quieres que TE vuelvan a lastimar. Tienes que dejar de escudarte en Sophie, Jasper. - Ok, quizás esto último estuvo de más.

Se quedó callado mirándome durante unos instantes y luego se giro para tomar sus cosas.

- Jasper, lo siento.- dije mientras lo dentenía.- No debí decir eso, no es de mi incumbencia. Eres un excelente padre y se que Sophie es tu prioridad y también lo segundo y tercero. Lo lamento. Es solo que me es difícil hablar de mi.- Intenté ser honesta.

- No Alice, soy yo el que lo siente. No debí presionarte.- Se dio vuelta y clavó sus hermosos ojos en los mios. -Es solo que creo que tienes tanto amor para dar... Es una pena que no lo hagas. Harás muy feliz a alguien si lo decides.-

Y ahí me di cuenta que estaba perdida, porque lo primero que pensé fue en querer hacerlo feliz a el. 

Era una estúpida. Me estaba enamorando de el. Si es que no estaba enamorada ya.

- Aquí voy otra vez, diciendo cosas que no debo. Creo que es mejor que nos vayamos. Lo siento Al.-

- No lo sientas. Tienes razón.- admití vencida.- Me pasa lo mismo que a ti, tengo miedo de que me lastimen y sufrír de nuevo. Creo que no lo soportaría.- Sentí como las lágrimas se escapaban sin mi permiso esta vez.

De pronto los brazos de Jasper se cerraron al rededor mio. Apoyé mi cabeza en su hombro aspirando su aroma, que era delicioso, y lo abracé también.

Nos quedamos abrazados un rato, sin decir nada, solo apoyándonos uno en el otro.

Luego de unos minutos nos soltamos. El tenía sus ojos brillosos.

- Debo estar hecha un horror.- dije mientras me sacaba las lágrimas.

- Para nada, estas hermosa.- dijo terminando de secarme el rostro.- No te lo dije antes porque no se dió la oportunidad, pero te ves muy bonita Allie.- Amaba cuando me decía Allie. Sonaba tan dulce en su voz, casi tanto como cuando Sophie lo hacia.

- Gracias. Quería alguna vez me vieran presentable.- dije riendo.

- Eres una mujer preciosa, te pongas lo que te pongas.- sentí como el rubor inundaba las mejillas. No podía decirle que el se veía apetecible siempre no?- Bueno, es muy tarde, debemos irnos.

- Dejame que los lleve por favor.- pedí.

- No Al, no me quedaría tranquilo mientras regresas sola. Por qué no me pides un taxi?-

Accedi y me dirigí al teléfono mientras el comenzaba a abrigar a la pequeña.

Cinco minutos y mucha ropa después el taxi se estacionaba en la puerta del departamento.

- Ha sido una noche muy especial. Muchas gracias por todo lo que hiciste por nosotros Allie.- dijo Jasper mientras nos despediamos en la puerta.

- No, gracias a ustedes. Hacía mucho tiempo que no me sentía tan cómoda con alguien que no fuese mi familia o Rose y Emm.- 

-La próxima vienes a casa si? No cocinaré tan rico como tu...-

- No me importa.- lo corté.- mientras este un rato con ustedes.- Lo dije sin pensar. Ouch.

La risa de Jasper no se hizo esperar.

- Te tomo la palabra entonces. Luego no hay reclamo por mi mala cocina.-

- Creo que podré superarlo.-

Le dí un abrazo suave ya que Sophie seguía dormida en sus brazos. Me giré para besar su mejilla.

- Adiós mi princesa, te quiero.- No me importaba lo que Jasper pensara. Era lo que sentía.- Adiós Jazz.- dije y lo besé suavemente- a ti también te quiero.- De nuevo, no me importaba su opinión.

- Y yo a ti preciosa.- Y mi estómago sintió como si vacas bailaran en el.- Te llamo mañana si?-

- Claro.- 

Los vi subir al taxi.

- Avisame cuando lleguen por favor!- pedí cuando el taxi arrancaba.

- Lo haré.- logró decir Jasper antes que el auto arrancara.

Entré a mi casa, apagué las luces, tomé mi teléfono y fuí hacia mi cuarto.

A los 15 minutos me llego el mensaje que esperaba:

"Llegamos. Ya acosté a la pequeña princesa. Que descances Allie, sueña cosas lindas. Mañana por la tarde te llamo."

No podía responderle que esperaba soñar con él, por lo que le respondí.

"Tu también. Espero tu llamado."

Tantos años luchando contra el amor, para que en llegara este hombre, con su adorable hija y pusieran mis emociones patas para arriba.

- Bien Alice, será mejor que pienses muy bien que vas a hacer, porque esta vez, no puedes equivocarte...-

 

 


Este capítulo, es mi preferido hasta ahora.

La historia que Alice le cuenta a Sophie me la contaba mi mamá cuando era chiquita, porque en serio no dejaba que me peine. 

Le hice algunos agregados, pero la historia en si es de la invención de mi mamá. Me pareció super tierno agregarla y también es una manera de compartirla con otras personas.

Si lo leiste y te gusto, comentamelo así me entero si? Gracias!!

 

 

Capítulo 11: Podría acostumbrarme a esto... Capítulo 13: Hot Cakes

 
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