Una vida distinta

Autor: Honey
Género: Fantasí­a
Fecha Creación: 12/02/2013
Fecha Actualización: 04/06/2013
Finalizado: NO
Votos: 9
Comentarios: 32
Visitas: 36805
Capítulos: 36

Desde la noche que Chelsea decide escapar de casa, las cosas ya no serán igual. Tendrá que enfrentarme a un montón de cosas que nunca se imagino. Enfrentarse a la muerte, al odio, al rencor, venganza y que nada es gratis en la vida.

Amistad, familia y amor, son tres palabras que nunca logro entender hasta que conoció a Diego y a los Cullen. Promesas que cumplir, reencuentros y secretos por descubrir en una pequeña ciudad lluviosa, rodeada de bosques misteriosos y fríos, llamada Forks. Así es la nueva vida de Chelsea.

¿Sera una nueva integrante del clan Cullen? ¿Ella sabe la existencia de vampiros? ¿Los Vulturis estarán presentes en esta historia?

 

La mayoria de los personajes no son mios, pertenecen a la creadora de la grandiosa Saga Crepusculo. Yo solo me inspire de sus libros e imagino una continuación de Amanecer. (Chelsea, Diego, Mark, Lisa, Carter, Harry, Andy y Catherine son personajes creados por mí) 

No al plagio. Esta historia es mía :)

 

Esta historia esta publicada en: http://daphneinfinity.blogspot.mx/ mi blog personal, si desean visitarlo y si lo encuentran, es de mi autoria. No hay plagio :)

OTRO FANFIC:

http://www.lunanuevameyer.com/relatos/addRelatoFavoritos?idRelato=3758

 

Se llama Nigth School. Es una adaptación. 

 

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Capítulo 9: La Push

 

Este capitulo se lo dedico a isakristen (; Gracias, no dejes de leer (:

Y lo prometido es deuda, el segundo capitulo por hoy.

 

 

La casa se encontraba sola, porque Mark y Lisa habían salido a Seattle, así que teníamos la libertad toda la tarde. A los pocos minutos llego un auto realmente lujoso, no sabía mucho pero se trataba de un mercedes negro, muy ostentoso. Me acerque y subí  al auto.

—Hola Chelsea — Me sorprendió de donde provenía la voz, sabiendo que era Alice, siempre me tomaban desprevenida los Cullen.

—Alice — dije a forma de saludo.

Durante el viaje no conversamos mucho, pues mis extrañas ganas de salir corriendo del auto me impedían establecer una conversación con Alice o Nessie, aunque esta última era menos intimidante.

Por fin llegamos a nuestro destino e inmediatamente Alice supo dirigirse a una de las tiendas más grandes. Se notaba muy costosa con solo ver su fachada, por fortuna no revele del todo a mis joyas y ahora estaban convertidas en dinero, las empeñe en el aeropuerto la misma noche que llegamos a Seattle. Así que tenia libertad de gastar en un buen guardarropa.

La tensión comenzó a disipar cuando Alice comenzó a encargarse de escoger mi propia ropa, en verdad yo no sabía mucho y al parecer ella era muy fan de la moda. Siempre mencionaba cosas como ‘Este color contrasta bellísimo con el color rojo de tu cabello’. En repetidas ocasiones me comparo con la forma de vestir parecida a Bella, aunque ella siempre lucia como una modelo de pasarela. La tarde se convirtió en una autentica tarde de chicas, muy divertida con risas por todos lados y pequeñas bromas. Yo estaba satisfecha con la ayuda de Alice.

—Arg. Tengo mucha hambre, les juro que soy capaz de devorar entero a un oso pardo —Espetó Nessie tocándose la pansa en movimientos circulares. Aunque su comentario fue broma, el simple hecho de imaginarlo me dio escalofríos.

—No lo hagas… por favor —mi voz sonó muy quebrada.

—Basta Nessie. Vamos a un restaurante, no quiero que devores al oso… o algo más — No entendí su broma interna, porque las dos comenzaron a reír a carcajadas.

En el restaurante elegí del menú lo que más se me apeteció en ese momento y fueron unos ravioles, especialidad de la casa. Yo no había notado aún lo que a Nessie se le apeteció hasta que la mesera trajo su orden. Podía jurar que mis ojos se salían de mis orbitas al ver toda la comida que eligió. Era como si un chico hubiera ordenado eso. Me sorprendió que Alice no pidiera nada para ella y yo me sentía muy extraña de comer y ella no.

—Es hora de irnos— Dijo Alice cuando deposito dinero en la charolilla que la mesera había dejado para la cuenta. Salimos del lugar sin hacer ningún comentario y yo saque el móvil que Nessie, durante las compras, me había obsequiado para poder comunicarnos con mayor privacidad, y marque para comunicarme con Diego y decirle que era preferente verlo en casa.

Alice y su manera de conducir era demasiado aterradora y veloz. Me gustaba la velocidad. Cuando llegamos a casa, Alice bajo todas las bolsas sosteniéndolas en ambas manos sin permitirme ayudarle, no es que fueran muy pesadas, pero tampoco eran ligeras.

—Muchas gracias Alice —Le dije cuando deposito las bolsas en mi habitación.

—No te preocupes… —se quedo mirando mi habitación —Es muy lindo y no me agradezcas —Solo asentí con una sonrisa, de agradecimiento por supuesto.

—Diego ¿Estás listo? —Grite afuera de su habitación.

 —Espera un poco —

—De acuerdo, pero traje algo para ti

Salió de su habitación y yo le ofrecí unas cuantas bolsas que había traído para él. Un poco de guardarropa no le haría mal, y las elecciones de Alice eran exquisitas.

—No lo hubieras hecho —

—Pues ya lo hice ¿Las aceptaras?

—Gracias Chelsea

—Bueno será mejor que nos apresuremos, o ¿dejaran plantados a los chicos de la reserva? —Intervino Alice reventando un poco la burbuja que se había formado.

— ¿Tu no iras? —Cuestiono Diego.

—No, a ella no le gustan las playas —Acusó Nessie

—Sabes que si me gustan, pero por otras cuestiones no… me gusta la Push —Dijo Alice con dulzura al mismo tiempo que hacia guiños encantadores.

Lleve el impermeable rosa pálido, que me encanto junto con los jeans y unas botas resistentes al agua. Estaba más que lista. Abordamos el auto y Nessie dejo a Alice cerca de una pequeña cafetería en una esquina. Me pregunte en silencio como le haría Alice para llegar hasta su casa, si estaba perdida en medio del bosque y la única forma de llegar era en auto.

Tardamos aproximadamente media hora en llegar a la playa, al igual que Alice, Nessie gozaba de pisar el acelerador lo más fuerte posible. Ella aparco en un sitio cerca de una pequeña cabaña, en realidad todas las casas del lugar tenían el mismo diseño, dándole una vista muy pintoresca con los arboles del bosque alrededor.

—Llegamos —El entusiasmo de Nessie se asomo por sus ojos.

Bajamos del auto y nos dirigimos hacia la cabaña de enfrente, realmente hacia frio aquí, el aire soplaba helado. Diego noto mis escalofríos y se acerco a mí para abrazarme. Antes de llegar a las escalerillas que dirigían a la puerta de la cabaña, dos chicos enormes salieron de ahí. Ambos de piel cobriza y cabello corto, al igual que un tatuaje idéntico en el hombro y bien parecidos. Uno de ellos se acerco a Nessie de forma inmediata como si fuese un imán, la abrazo con entusiasmo y sin dudarlo le beso la mejilla cerca de los labios.

—Espera, quiero presentarte a mis nuevos amigos —Nessie se zafo de los brazos del chico —Ellos son Diego y Chelsea —El chico a lado de Nessie nos saludo con la cabeza pero con una sonrisa en el rostro que era muy contagiosa y sin pensarlo yo también estaba sonriendo. En ese preciso momento reconocí al chico, la primera vez que Nessie estuvo en casa tuve una especie de visión y se trataba de él.

—Yo soy Jacob y él es Seth— Dijo el chico que otra vez abrazaba a Nessie. — ¿Quién va a surfear? —ahora miraba las tablas que Nessie había traído.

—Hum, yo —Respondí tímidamente

—Pues vamos. Los demás chicos ya están en la playa —Respondió Seth y comenzó a caminar hacia la playa. Jacob bajo las tablas y demás cosas que estaban en el portaequipaje del auto de Nessie. Me sorprendió que cargara con todo sin mostrar signo alguno de esfuerzo. Seguimos el sendero de ramas secas y viejas que nos acercaba más al destino. Poco a poco se podían ver más ramas cubiertas de arena y helechos debido a la humedad, escuche el sonido del mar. Sonaba tan distinto tan ¿nuevo?

Por fin después de una caminata, ubicamos el camino correcto que dirigía a un punto en específico que, al parecer, Jacob, Nessie y Seth conocían a la perfección. Diego me miro una vez más, yo sentí su mirada y sin pensarlo me gire a verlo a los ojos. Sus mejillas se inundaron de color rojo y me sonrió al mismo tiempo que tomo mi mano. Nessie nos miro con confusión en los ojos y yo recordé que para ella, nosotros éramos hermanos. Más tarde debía charlar con ella.

Por fin llegamos al sitio adecuado, donde nos esperaban otros chicos y chicas, estaban acomodados  alrededor de una fogata de donde centellaban llamas azules, que según los susurros de Diego se debían a la leña bañada de sal del mar. Una chica linda de cabello oscuro y corto se dirigió a Seth para propinarle un buen golpe en la cabeza.

— ¡Ah! ¿Qué te pasa Leah? ¿Ahora por que el golpe? — Se quejo Seth ante el golpe recibido, el era un chico muy fuerte en apariencia por lo que me sorprendió que haya podido mas la fuerza de esa chica menuda ante un chico demasiado grande.

—Ya van empezar. Por favor cálmense hoy tenemos visitas —Una risillas se asomaron ante el comentario de Jacob mientras el separaba a los dos chicos.

—Los que acaban de ver en plena lucha son los hermanos Clearwater— Nos informo Nessie mientras Leah nos miraba con vergüenza. Pronto se acerco con un caminar frágil y con gracia.

—Todo es culpa de Seth, nunca me escucha —Se excuso

Nos presentaron a todos los chicos que se encontraban ahí, Paul, Jared, Quil, Embry y otros chicos más, algunos emparejados, también conocí a Sam y a Emily quienes eran más grandes que todos. Eran muy interesantes, parecían una hermandad. Sin duda eran divertidos como lo había prometido Nessie. Algunos chicos comenzaron a alistarse para comenzar a surfear y de igual modo lo hice yo. Estaba dispuesta a disfrutar de esas olas prometedoras y de este ambiente gélido.

Nessie se monto en su tabla y comenzó a nadar directo a las olas que esperaban furiosas. De igual manera me adentre en la profundidad del mar nadando con toda mi euforia y adrenalina posible, con el entusiasmo en mi cara. Diego también disfrutaba del mar y decidió surfear con nosotras. A Jacob al parecer no le gustaba este deporte, quizá le aburría pero de todas maneras observaba a Nessie desde la playa y conversaba con Quil y Seth integrando a Diego, que se veía muy comodo. Mientras que Leah y Gerard, otro de los chicos, platicaban de forma muy cercana, quizá un nuevo amor.

Cuando alcancé una distancia perfecta me pude levantar poco a poco y poder montar estas olas gélidas y agresivas. Por fin estaba intentándolo y pude observar a Nessie desde mi sitio hacerlo a la perfección y mejor aún tenía una buena fuerza en las piernas que ninguna ola intento derribarla como a mí. Sin duda ella era muy frágil a la vista así que supuse que se trataba de maña y no de fuerza precisamente. La euforia y la adrenalina corría por mis venas triunfante y yo me sentía plena. Monte las olas, perfeccionando cada vez más mis movimientos, sin duda se trataba de maña.

La mayoría de los chicos ya se habían ido, pues el clima se había puesto frio y solo quedábamos los cuatro. Diego y Jacob me advirtieron que lo mejor sería dejar de surfear puesto que las olas eran más agresivas, no les hice caso, me estaba divirtiendo y rete a Nessie a una ola más y así fue.

Comencé una vez más a montar la tabla, nadando con ella y adentrándome al mar y de pronto cuando busque a mi amiga, yo me encontraba ya un poco lejos de donde yo deseaba estar, sabía que la corriente me había arrastrado cerca de una zona de rocas. Entonces vi llegar una hermosa ola, tentándome a montarla, pero nunca esperé que esta me fuera a arrojar lejos, abrazándome y dejándome sin respiración. Haciéndome sentir como una muñeca de trapo, tirando de mi cuerpo una y otra vez.

 El agua lleno mis vías de respiración, buscaba desesperadamente llegar a la superficie para respirar. Cuando lo logré vi a Nessie más cerca de mí. No había tardado mucho tiempo en salir a la superficie así que me pareció extraño que ella hubiera llegado tan rápido sabiendo que también estaba muy lejos. Sin embargo una ola agresiva y pesada me arrojo aun más lejos de ahí, haciendo que me golpeara con una roca. Vi mi propia sangre brotar y mezclarse con el agua. Como la tinta en un vaso de agua. Mi debilidad ante la sangre me traiciono y me sumí en la inconsciencia. No conocía la muerte pero sabía que estaba cerca.

Capítulo 8: Planes Capítulo 10: Confesión

 
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