Una vida distinta

Autor: Honey
Género: Fantasí­a
Fecha Creación: 12/02/2013
Fecha Actualización: 04/06/2013
Finalizado: NO
Votos: 9
Comentarios: 32
Visitas: 36773
Capítulos: 36

Desde la noche que Chelsea decide escapar de casa, las cosas ya no serán igual. Tendrá que enfrentarme a un montón de cosas que nunca se imagino. Enfrentarse a la muerte, al odio, al rencor, venganza y que nada es gratis en la vida.

Amistad, familia y amor, son tres palabras que nunca logro entender hasta que conoció a Diego y a los Cullen. Promesas que cumplir, reencuentros y secretos por descubrir en una pequeña ciudad lluviosa, rodeada de bosques misteriosos y fríos, llamada Forks. Así es la nueva vida de Chelsea.

¿Sera una nueva integrante del clan Cullen? ¿Ella sabe la existencia de vampiros? ¿Los Vulturis estarán presentes en esta historia?

 

La mayoria de los personajes no son mios, pertenecen a la creadora de la grandiosa Saga Crepusculo. Yo solo me inspire de sus libros e imagino una continuación de Amanecer. (Chelsea, Diego, Mark, Lisa, Carter, Harry, Andy y Catherine son personajes creados por mí) 

No al plagio. Esta historia es mía :)

 

Esta historia esta publicada en: http://daphneinfinity.blogspot.mx/ mi blog personal, si desean visitarlo y si lo encuentran, es de mi autoria. No hay plagio :)

OTRO FANFIC:

http://www.lunanuevameyer.com/relatos/addRelatoFavoritos?idRelato=3758

 

Se llama Nigth School. Es una adaptación. 

 

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 35: 200 Sábados

4 años después…

Aun me preguntaba que estaba haciendo aquí. ¿Cómo llegue? ¿Qué me impulso a venir aquí? No lo sabía con certeza, solo sabía que ahí estaba yo, parada ante una puerta de madera descuidada, con la pintura blanca, ahora amarillenta, por el paso de los años. Estaba a punto de forzar la manija y entrar, pero no tenía sentido estar ahí, de eso era consciente. ¿Acaso era una idiota? ¿Qué hacía yo aquí? Por más que mi fuero interno me gritara que saliera de ahí de inmediato, no lo obedecí. Llevaba aproximadamente diez minutos enteros, parada como estatua debatiéndome en entrar o no. Los vecinos ya lo habían notado, una mujer se asomaba discretamente desde la ventana del segundo piso recorriendo unos cuantos centímetros para mirar, yo gire un poco mi cabeza de un lado a otro para saber si había algún otro mirón, me puse la capucha de la sudadera negra en mi cabeza y en un movimiento rápido y sin consideración entre a la casa desierta y vacía.

No había cambiado mucho. Olía a moho y humedad, algunas tazas de té seguían en el pequeño comedor, una de ellas tenía la pintura del labial en una de sus orillas, mientras que la otra aun seguía a la mitad. Los panecillos eran de color verde oscuro y lo que una vez fue té ahora era agua sucia con azúcar. De un momento a otro estaba en mi antigua habitación contemplándola con nostalgia recordando aquellos últimos días de mi humanidad. Solo estaba la cama con sus edredones, las cortinas de color lila en su sitio, el closet medio abierto… totalmente vacío, como la última vez que lo vi. Mientras me acercaba al closet, escuche un crujido bajo mis pies parecido al ruido que provocan las pisadas en las hojas secas, mire hacia abajo y encontré una rosa, que naturalmente era roja, ahora era casi negra, seca, marchita, sin vida. Debajo de ella estaba un pequeño sobre amarillento.

Lo abrí con desesperación y en cuanto lo leí me arrepentí de haberlo abierto, de haberlo recogido. Me arrepentí de haber llegado hasta aquí y no haberle hecho caso a mi fuero interno. Era una carta que me pareció de despedida, la caligrafía la podría reconocer en cualquier lugar, tiempo o incluso dimensión y la firma me lo confirmo. Diego.

A juzgar por la tinta de las letras ya chorreada, supuse que tenía mucho tiempo ahí. La carta aparentemente era simple, pero detrás tenía mucho más significado. Se titulaba como: 200 sábados. Entonces comprendí que se trataba de un poema.

Pase otra tarde solo.

Pase otra noche sin dormir.

Pase otro largo invierno.

200 sábados sin ti.

Es otro día aburrido, no queda nada de decir.

Buscando en los canales alguien que se parezca a ti.

Y no sé por qué aun te quiero.

Pase otro invierno solo y sin tener nada que hacer.

Contando estrellas en el cielo hasta que empiece a amanecer.

Y aquí estoy, no me muevo.

Y no sé por qué aun te quiero.

No se sí me escuchas, si puedes oír.

La misma fe acobija.

Un millón de millas dando vueltas.

¿Valdrá la pena continuar?

¿Será verdad?

¿Podría ser yo?

Quedarse así es estúpido.

Mi vida así es… estúpida.

¿Me puedes oír?

Sin dar crédito arrugue la hoja y la metí en el bolsillo de mi pantalón, huí de aquel lugar en velocidades inhumanas sin importarme que algún humano me viera, entre en el auto y lo puse en marcha. Avance calle abajo.

Solo quería ir a un solo sitio. Solo quería desquitar mi coraje con algo. Quería privacidad y solo la Push me la podía dar.

Pero como era posible que Diego hubiera hecho tal locura. ¿Por qué? ¿El de verdad creía que yo estaba muerta? Técnicamente lo estaba, pero seguía viva a la luz del día. ¿Por qué Diego hizo tal cosa? Para el yo estaba muerta y como Romeo y Julieta no pudo vivir sin mí… Diego se quito la vida.

Me perdí buscando cosas infinitas que no pude encontrar. Recorrí la playa de principio a final. Reventé las olas y pensé en su cara más no pude llorar y al ritmo del agua se quebraron mis pies. Me perdí en su boca y aprendí a navegar y me deje. Si el momento no fue suficiente como para aceptar morir, no esperare nada a cambio. Solo quiero que él descanse.

Me adentre al mar sin importarme que Alice me reclamaría por ensuciarme, ahora no importaba otra cosa. Una vez dentro del océano nade a velocidades naturales hasta llegar a una parte alejada, en los acantilados, me subí a una roca, me abrace las piernas y como una niña chiquita me mecía de atrás hacia adelante. Con el agua salada cayendo en mi cara, sirvieron como lagrimas y mi voz se quebraba en sollozos, sentía mi corazón apretarse, estrujarse y deshacerse.

Diego está muerto. Pensaba una y mil veces.

 

Pasaron muchas horas, hasta que decidí muy a mi pesar meterme al mar y regresar a casa. Seguramente estarían como locos buscándome, ahora que mi móvil estaba descompuesto por el agua. Salí del mar sin ningún problema, caminaba en la playa en dirección al auto cuando escuche una voz familiar que creí nunca más escuchar. Me di la vuelta para mirarle el rostro.

—No puede ser… ¿Chelsea Sheridan? —Preguntó. Los rasgos habían cambiado, su mandíbula era más cuadrada y le daba un aspecto masculino muy bueno. Se había dejado crecer un poco la barba y la llevaba recortada, lucia casi igual que en la preparatoria, ese aspecto rebelde y de estrella de rock, según él.

—Owen —Salude —Chelsea Brown, Sheridan, Cullen… da igual.

—Si sabía que eras tú —Me miro como atontado. Comprendí que la última vez que nos vimos yo aun era humana, tenia ojos verdes ahora era casi tan opuesta —Haz cambiado… —Señalo hacia mis ojos.

—Ah… —Musite —Solo son lentes de contacto —Mentí. Percibí su aroma, era delicioso, apetitoso. Pero preferí ignorarlo, no pensar en su sangre.

—Me recuerdas a los Cullen —Respondió — ¿Qué has sabido de ellos? Supe que tu familia y tú se fueron a Nueva York.

—Bueno… solo Lisa y Diego —Me causo repugnancia el primer nombre y el según un dolor profundo, que si aun fuera humana estaría tirada en la arena revolcándome —Yo… bueno… Carlisle me adopto —Otra media mentira.

— ¿De verdad? —Owen se cruzo de brazos —No me sorprende, pero nunca te vi por aquí.

—Oh bueno… pues la universidad fue un poco absorbente… ya sabes.

— ¿La terminaste?

—Si en Darmouth, Alaska… Arquitectura. —Mentí

—Vaya… eso es bueno. Yo aún estoy en eso —Sonrió pesadamente.

—Bueno… Owen me dio gusto volver a verte, pero llevo un poco de prisa.

—Creo que sí… te urge una toalla ¿Te puedo llevar a casa? No te ves muy bien —Mascullo Owen.

—Estoy bien… traigo mi auto. Gracias.

—Espero verte otra vez… quizá podamos retomar la última cita —Musito con amargura y resentimiento.

Vaya, no lo olvidaste. Yo tampoco olvido ese día. Pensé.

—No lo creo… solo he venido por algunos días. Mi familia y yo nos mudamos —Esta vez si era verdad. Se asomo una mueca de decepción por su rostro.

—Te vas… —Logro musitar.

—Lo siento. Cuídate Owen. Adiós —No permití que se despidiera y me di vuelta a toda prisa, mientras avanzaba escuche murmurar a Owen algo, que según él yo no escuché.

—Sigues idéntica —Afirmo.

 

Durante el camino de regreso a casa, puse música a todo volumen. Mis melodías favoritas, aquellas de guitarras descontroladas. Evite pensar en Diego, también en Owen y más aun evitar pensar en mi novio, Carter. Mejor dicho mi prometido. Suspiré, comenzaba a odiar esa palabra. Aparque mi MBW negro, en su lugar habitual y caminé en dirección a casa. A juzgar por el aroma, Jacob no se encontraba cerca. Salió corriendo de la casa mi hermosa hermana, Renesmee.

— ¿Dónde has estado? —Pregunto.

—Solo… paseaba un poco —Mi expresión le decía más, entonces me acerque y en mi mente le conté todo lo que había sucedido hoy.

Oh… lo siento mucho. Me consoló Nessie, mientras me abrazaba.

¿Cómo pudo hacerlo? Si solo hubiera estado cerca de él…

Así es la vida Chelsea… No hay más que hacer.

— ¿Qué pasa? —Interrumpió Alice detrás de nosotras, el matiz en su voz sonaba preocupado.

Nessie se acerco a ella con rapidez y con su comunicación especial, le explico lo que me sucedía. Al mismo tiempo escuche las brisas de aire, que provocaban mi familia al moverse.

—Eso no lo debe saber Carter —Musito Edward. Bella lo miraba confundida, por ello Nessie se acerco y la puso al tanto de todo.

— ¿Por…

—El cree que —Me interrumpió —no es suficiente para ti, esto lo destrozaría.

—Es común llorarle a alguien cuando se va ¿No crees?

—El no es nadie común para ti.

Me quede sin contradecirlo, suspire y desee cambiar el tema rápidamente.

— ¿Dónde está Carter?

—Esta con Jacob… fueron a vigilar las tierras.

— ¿Vigilar? —Pregunte confundida

—Alice tuvo una visión. —Esta vez respondió Bella —Jane y otros más vienen a darnos una visita. —Cuando menciono ese nombre, note furia y resentimiento.

— ¿Quién es Jane? —Pregunté mientras veía entrar a Jasper, encabezando al resto de mi familia, Carlisle, Esme, Rose y Emmett.

—Jane… es una arpía —Respondió Emmett.

—Es parte del clan Vulturi, una verdadera bruja. —Le siguió Jasper —Tiene un don parecido al de Tanya, con la mirada puede hacer que te retuerzas del dolor.

— ¿Y a que viene?

—Viene con el pretexto de ver mi desarrollo a lo largo de los años —Respondió Nessie —Lo hace cada década, para rectificar que no soy un riesgo a los humanos.

—Pero eso es solo un pretexto —Mascullo Rosalie molesta.

—Lo sabemos. Solo viene para buscar alguna amenaza…

—Sí y salir corriendo a contarle el chisme a Aro —Interrumpió Emmett a Edward. Él lo miro con irritación.

— ¿Cuándo llega o qué? —Pregunto Rosalie.

—La decisión está tomada, pero la escena cambia mucho… como sea no parece haber algún riesgo.

— ¿Entonces porque Jacob y Carter están vigilando? —Musite

—Como te decimos, Jane es una amenaza. Solo es precaución —Carlisle tomo la palabra y todos lo miraron con reverencia.

—Está bien… pero pronto nos iremos ¿Cierto?

—Así es —La voz de Esme sonó esperanzada y emocionada—Eh buscado bienes raíces… hay casas bellísimas.

—En la noche, todos decidiremos a donde ir —Respondió Carlisle, todos asentimos.

Me dirigí a mi habitación y me tire en la cama, comencé a sollozar sin pensarlo, deseaba poder derramar lagrimas, eso le daría un poco de credibilidad a mi tristeza. Diego siempre había sido importante para mí. Durante estos últimos años sabía muy bien que no había posibilidades, ni la más remota, para que él y yo estuviéramos cerca. Aún acomodando todo en su lugar era imposible, aunque Carter no estuviera en mi vida, y aunque mi auto control estaba en su equilibrio. No podía simplemente buscarlo y decirle: Hola, soy una vampira… todos los días de mí vida deseare beber tu sangre, pero tengo buenas noticias, te amo.

Era tan absurdo y patético. Mi vida, en si era patética. Si, Carter era parte esencial en mi vida y de verdad lo quería. Era una luz en mi oscuridad, mi motivación para seguir adelante y sonreírle al amanecer, todos los días. Era el motor de mi vida, le debía mucho a él. Por eso no me había negado a casarme con él, estaba en deuda y esa deuda incrementaba con el paso de los días.

Escuche ruidos haya abajo, pero no me moleste en ir. No tenia ganas. En ese instante escuche a Carter, entrar en la habitación, no me movi ni un centímetro y él se acerco despacio, se arrodillo ante la cama quedando frente a mí, le sonreí amargamente.

— ¿Estás bien?

—… —No respondí.

—Extrañas a Andy… —Afirmo.

Asentí.

—Lo siento tanto.

—Yo… aun más Carter —Mis palabras tenían un doble sentido —Quisiera pensar que el está bien…

—Él está bien, Chelsea —Aseguro. Comprendí que hablábamos de Andy.

Estaba a punto de volver a hablar, pero la voz imperativa de Alice resonó detrás de la puerta de mi habitación.

—Chelsea, Carter… Lamento interrumpirlos, pero la reunión se adelanto —Grito.

—Ya vamos —Respondió Carter sin esfuerzo —Anda, cariño. Vayamos a elegir nueva casa —Mostro un entusiasmo falso.

Bajamos de la mano. Como símbolo de que el está a mi lado en las buenas y en las malas, sentir el tacto de su piel hizo que me calmara, incluso superaba al don de Jasper, con solo tocarme yo me tranquilizaba. Estaba agradecida de tener a Carter a mi lado, me esforzaba todos los días para amarlo más. Lo estaba logrando.

 

___

Me inspire en una de mis canciones favoritas para este capitulo. La cancion se llama 200 sábados y el grupo Fobia, por si gustan escucharla. ¿Que les parecio? 

Chicas de verdad espero que me digan que les parece, si les gusta, si quieren cambios, mas emocion algunas ideas, ustedes diganme ! :) Este es el primer capitulo de la segunda parte ;)

No olviden pasar por mi otro fic: NIGHT SCHOOL ♥

 

COMENTEN Y VOTEN :L

 

Capítulo 34: P R O L O G O Capítulo 36: Elecciones

 
14450103 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10764 usuarios