Una vida distinta

Autor: Honey
Género: Fantasí­a
Fecha Creación: 12/02/2013
Fecha Actualización: 04/06/2013
Finalizado: NO
Votos: 9
Comentarios: 32
Visitas: 36735
Capítulos: 36

Desde la noche que Chelsea decide escapar de casa, las cosas ya no serán igual. Tendrá que enfrentarme a un montón de cosas que nunca se imagino. Enfrentarse a la muerte, al odio, al rencor, venganza y que nada es gratis en la vida.

Amistad, familia y amor, son tres palabras que nunca logro entender hasta que conoció a Diego y a los Cullen. Promesas que cumplir, reencuentros y secretos por descubrir en una pequeña ciudad lluviosa, rodeada de bosques misteriosos y fríos, llamada Forks. Así es la nueva vida de Chelsea.

¿Sera una nueva integrante del clan Cullen? ¿Ella sabe la existencia de vampiros? ¿Los Vulturis estarán presentes en esta historia?

 

La mayoria de los personajes no son mios, pertenecen a la creadora de la grandiosa Saga Crepusculo. Yo solo me inspire de sus libros e imagino una continuación de Amanecer. (Chelsea, Diego, Mark, Lisa, Carter, Harry, Andy y Catherine son personajes creados por mí) 

No al plagio. Esta historia es mía :)

 

Esta historia esta publicada en: http://daphneinfinity.blogspot.mx/ mi blog personal, si desean visitarlo y si lo encuentran, es de mi autoria. No hay plagio :)

OTRO FANFIC:

http://www.lunanuevameyer.com/relatos/addRelatoFavoritos?idRelato=3758

 

Se llama Nigth School. Es una adaptación. 

 

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Capítulo 1: Encierro

 

Desafortunadamente yo no soy la típica chica de diecisiete años…  casi dieciocho, en pocos meses llegaba mi cumpleaños. Aunque no estaba tan emocionada por este hecho. Vivía en una casa enorme a la que nunca le encontré sentido ni mucho menos sinónimo de hogar, aunque cabe mencionar que toda mi vida la había pasado ahí, y de la forma más literal posible, no conocía el mundo, no sabía que era el frio o la nieve.

Mi padre era uno de los hombres más ricos y poderosos de Australia, y según él nos mantenía en secreto a mi hermano menor, Andy y a mí, por razones de seguridad. En aquella enorme casa estábamos rodeados de servidumbre y cosas que según otras personas se llamaban ‘lujos’. Yo no lo veía de esa forma por supuesto, para mí era una cárcel o mejor dicho una jaula para aves.

Mi madre era dulce y amorosa con nosotros, una persona culta y amada por la sociedad, que a pesar de no tener hijos, aparentemente, lucia feliz y radiante. Últimamente discutía mucho con ella, era verdaderamente dolorosa esa situación pero a decir verdad, mis discusiones con ella no eran simples caprichos. Siempre exigía saber la verdad de porque estábamos ocultos a los ojos del mundo, para lo cual siempre respondía diciéndome "Cuando seas mayor podrás viajar, mientras no".

Andy no discutía, aún, esta situación. Recientemente acababa de cumplir siete años, el mes pasado. Su vida era jugar la mayoría del tiempo y obviamente encargarse de deberes como estudiar. Estudiar en casa, siempre así había sido, tanto él como yo no sabíamos que era asistir a un colegio, tener amigos, viajar en un autobús, como en las películas, o en los libros.

Compartía con Andy, el único profesor, el Sr Browning, para nuestras lecciones. Yo tenía muchos conocimientos de Literatura, Geografía etc. Mis materias preferidas pero aun así era buena en todo. Siempre soñaba con tener la mayoría de edad y estudiar en alguna universidad importante del mundo como Harvard o Cambridge o incluso Oxford, pero mi mayor sueño era Harvard, durante el último año había estudiado con fascinación Estados Unidos de América. Y deseaba viajar y conocer Disneyland.

—Chelsea, ¿Puedes ponerme atención, por favor? —Dijo indignado el Sr. Browning, mientras yo me sobresaltaba en mi lugar.

—Lo siento —Dije totalmente sonrojada por haberme perdido en mis pensamientos.

—Bien. Continuemos. —Dijo señalando una lección del libro de algebra — Como te decía este método consiste en sumar de forma apropiada ambas ecuaciones para eliminar una de las dos incógnitas y determinar el valor…—Se detuvo en seco cuando le interrumpí.

—Siento decirle esto pero, ese tema lo estudie ayer y me ha quedado claro—

—Podemos seguir con otro tema si así lo quieres —Respondió para animarme

—Lo siento, pero aquí dejamos la clase no me siento bien— Respondí realmente débil. No quería seguir así no con estos ánimos. Me puse de pie dispuesta a salir de la sala de estudio, de pronto me desvanecí.

 

— ¡Chelsea, corre! —Decía una voz femenina realmente encantadora, pero no podía verle a la cara — ¡Maldita sea! Eso no es suficiente, te van atrapar.

Yo corría como jamás lo había hecho, en mi cuerpo podía sentir como corría la adrenalina por todas mis venas, y me sentía libre. La sensación de libertad y pánico a la vez hizo que corriera aún más. De la nada me sentía perdida no sabía a dónde correr, cuando sentí un impacto brutal en mi costado izquierdo que me arrojó varios metros, y sentí una punzada de ardor en una parte de mi cuello, mi mano fue en dirección de la herida y vi sangre. Solté un grito aterrador, pero no fue por la sangre. Sentía como me quemaba, sentía como ardía mi cuerpo en aquel lugar donde no había fuego.

Entonces desperté sobresaltada. Era un nuevo día y me alegraba por primera vez de ver la luz del sol entrar por mi ventana y sonreí por liberarme de aquella pesadilla. No era la primera vez que soñaba eso, pero si en diferentes circunstancias, algunas veces era de día y veía una bala brillante como un diamante atacándome, otras veces era de noche, algunas otras, yo me arrojaba al mar, para escapar de aquella criatura que tarde o temprano me atacaba en mis pesadillas.

—Malditos cuentos de Terror— Le eche la culpa a aquellas historias que últimamente leía. Acerca de zombis, o vampiros y hombres lobo. Ya no debería leerlas esto me iba a enfermar aún más.

— ¿Estás bien? — una pequeña y delicada mano tocaba mi cabello al formular esa pregunta.

—Estoy mejor Andy. Y ¿Mama?

—Ahora viene. ¿Ya viste el nuevo videojuego que trajo Harry? — Dijo emocionado tomando un estuche del videojuego en sus manos. Harry era el mejor amigo de mi padre, su mano derecha, en el que podíamos confiar todos. Era como nuestro tío, nos consentía cada vez que podía.

—Aún no, pero cuenta conmigo que te ganare peque… —Interrumpí mi dialogo cuando vi entrar a mi madre con una bandeja donde traía un vaso con jugo de naranja.

—Buenos días ¿cómo te sientes? —Dijo en un tono totalmente meloso.

—Mejor —Tome de la bandeja aquel vaso y lo bebí casi en un trago, no me había dado cuenta de la sed que tenia.

—Vaya que nos diste un susto. Tu padre estuvo preocupado toda la noche. Me alegra que estés mejor. El médico dijo que tu desmayo se debió a estrés —Se quedo mirándome y yo no dije nada — No sé a qué se deba ese estrés, eso solo se da en personas con ocupaciones, los adultos por ejemplo.

—Andy, ¿Puedes ir a halla fuera? Necesito platicar a solas con mamá—

Mi hermano obedeció y salió corriendo de la habitación, en busca de algo con que entretenerse.

—Supongo que el estrés, se debe a este encierro de pesadilla ¿No lo crees? — Me dirigí hacia mi madre, sin esconder mi sarcasmo.

—Chelsea, no empieces… —

—Es cuestión de seguridad. —Interrumpí  imitando el tono que siempre usaba mi padre.

—Te dejaré descansar, por ahora tendrás una semana sin clases, para que tengas un descanso oportuno. — Se fue poniendo de pie dispuesta a liberarse de mi interrogatorio.

—Siempre haces lo mismo — dije en un susurro cuando cruzo la puerta.

Al poco rato entro una mujer que no conocía, al parecer una nueva empleada, con mi almuerzo. Comí en silencio recordando mi pesadilla, ahora deseaba estar ahí, corriendo con libertad.

 

 

Capítulo 2: Intruso

 
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