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		 Epilogo.  
Bella POV 
Las vacaciones de  verano marchaban viento en popa. Nunca pensé que Los Cabos me fueran a  gustar tanto, era un lugar realmente fantástico, y compartirlo con  Edward y mis amigos, lo era aun mas. 
Faltaba alrededor de dos días para que terminaran nuestras vacaciones, extrañaría este lugar. 
-¿Qué  tienes, Bella? -Pregunto Edward colocándose tras de mí, abrazándome y  colocando su mentón en mi hombro, mientras o contemplaba el Océano desde  nuestra ventana. 
Suspiré. -Nada, es solo que pronto nos iremos y extrañare este lugar. 
-Yo  también lo extrañare, -lo sentí sonreír- pero, ¿sabes?, se que  volveremos, -beso mi hombro- es más te prometo que volveremos. 
Voltee a mirarle. -¿Enserio?, ¿Volveremos? 
-Te lo juro. -Me regalo esa sonrisa suya que tanto me gustaba. -Volveremos a Los Cabos. 
Me sentía muy feliz. Sabía que Edward cumpliría su promesa, de un modo u otro, lo cumpliría. 
Unimos  nuestros labios en un beso lento, sin prisas, disfrutando el uno del  otro, pero nuestra burbuja personal se vio interrumpida por una Alice  muy saltarina y un Emmett siendo cabalgado por una muy sonriente  Rosalie. 
-Chicos, ¡vamos a la piscina! -Grito Jasper tomando a Alice en los brazos y cargándola fácilmente. 
Edward y yo ya traíamos nuestros trajes de baño puestos. 
Después  de que Emmett saliera disparada por la puerta siendo cabalgado por  Rosalie y Jasper los correteaba con una pixie muy emocionada que  pataleaba y no hacía más que gritarle a Jasper que les ganara. Mis  amigos estaban locos, pero así los quería. Al final, llegaron al mismo  tiempo a los elevadores. 
Serian mis últimos días en Los Cabos, así que quería disfrutarlos al máximo. 
-¡Hey, Bella! -Me grito Emmett desde la piscina. -¡Cien dólares a que no te avientas a la piscina desnuda! 
¿Estaba loco o qué? Pero pensándolo bien, lo que sucede en Los Cabos, se queda en los Cabos. 
-¡Va!. -Sonreí. A Edward no le pareció, lo vi frunciendo el seño. 
-Bella… no, no me parece bien. 
-Vamos Edward, no me va a pasar nada. 
-¡Pero todos te verán! -Grito un poco histérico. Me reí. 
-Si, pero él único que toca eres tú. 
Eso no hizo que dejar de estar enojado, pero al menos bajo el humor que traía. 
Voltee a mirar a los chicos que estaban en la piscina y comencé a desabrocharme la parte superior de mi bikini azul eléctrico. 
-Paga  esos cien dólares, Emmett, -Retire la parte posterior, me devolví y le  di un beso a Edward y corrí hacia la piscina. -¡Porque son míos! 
Silbidos,  gritos y exclamaciones de sorpresa se escucharon a mí alrededor.  Estando dentro del agua me coloque de nuevo mi bikini, no les iba a dar  el gusto de verme más tiempo desnuda. 
-Lo cumplí, Emmett. -Hable  saliendo de la piscina. Una señora un poco mayor me miro con desapruebo.  -¿Dónde están mis cien dólares? 
-¡Demonios!, no pensé que fueras hacerlo. 
-Vamos,  Emmett, que poquito me conoces eh, pero tengo una idea, -Hable  sonriendo. Todos me miraban expectantes. -No me des los cien dólares…  -La sonrisa de Emmett se ensancho al no pagarme. -Pero ve al bar y  tráeme una cerveza… 
-¿Solo eso? ¡Espera! 
Emmett empezaba a encaminarse al bar pero lo detuve. 
-Espera, Emmett. Tienes que ir al bar por mi cerveza… desnudo. 
Sabía  que a Emmett no le molestaba, esto en sí, era una pequeña venganza  hacia Rosalie por burlarse de mí, cuando llegamos a los Cabos. A ella le  molestaba que las demás chicas se le quedaran viendo a Emmett, y  agregándole el hecho de que estaría desnudo, todos voltearían a verlo.  Rose estaría enfurecida. 
Emmett se retiro toda la ropa. Alice  oculto su rostro en el pecho de Jasper mientras él, Edward y yo reíamos,  Emmett sonreía y Rosalie formaba puños con las manos, en las cuales los  nudillos se miraban mas blancos que su tez clara, rechinaba los dientes  y dirigía miradas llenas de rabia hacia las jóvenes que miraban a  Emmett corriendo y con todo en él al desnudo. 
Emmett regreso con una gran sonrisa en su rostro y me entrego mi cerveza, aun no dejaba de sonreír. 
-Ya  vístete exhibicionista. -Hablo Edward aventándole las bermudas a la  cara. -Ya vimos suficiente de tus miserias para toda la vida. 
Emmett  rio escandalosamente. -¿Miserias? ¡Ja!. Eso quisieras, Eddie. ¿Verdad  que no son miserias, Rose? -Hablo volteando a Rosalie. Enseguida su  sonrisa fue transformada por una mueca de miedo y a la velocidad de la  luz creo, se coloco las bermudas. 
Abrace a Rosalie. -Vamos Rose, no te enojes y quita esa cara. Solo fue un juego, solo nos divertíamos. 
Rosalie  suspiro y relajo su cuerpo entre mi abrazo. -Lo sé, pero, ¡demonios!  Odio que vean a Emmett y menos desnudo, -volteo a mirarme- y eso es tu  culpa. 
Asentí sonriendo. -Si y lo admito, pero no me digas que no fue gracioso ver la expresión de todos al ver a Emmett desnudo. 
Rosalie rio un poco y sonrió. -Si, fue divertido. 
Iba a hablarles a los chicos pero en eso me di cuenta que no estaban, nos dieron privacidad de platicar. 
-Ven, vamos a nadar con los chicos. 
Nos metimos la alberca. Edward me atrajo por la cintura hacia él. 
-¿Se le quito lo enojada? -Hablo besándome el cuello y acariciándome la cintura, mientras yo lo abrazaba. 
De reojo mire a Emmett y a Rosalie, esta lo tenía abrazo y se besaban con mucha efusividad. 
-Sí, creo que sí. -Sonreí y bese a Edward. 
Los  últimos días de vacaciones pasaron demasiado rápido. Alice tenía  planeada pasar la última noche en la playa, alrededor de una fogata. Y  como era costumbre, cerca de las seis de la tarde, llegaron las dos para  arreglarnos, bueno, más bien para arreglarme. 
-Vamos Bella, ¡quedaras hermosa! -Canturreaba una Alice muy contenta. -Esta noche es muy especial. 
-Dinos de que se trata entonces. -Comente tumbándome en la cama. 
-Sí, enana. Esta vez ni siquiera a mi me has dicho que es lo que haremos. -Declaró un poco sentida Rosalie. 
Alice bailaba feliz en el cuarto. -Dije que es sorpresa, Rose. Así que, alistémonos. 
-Más bien, tortúrenme. -Murmuré bajo pero Rosalie me alcanzo a escuchar y se rio conmigo. 
Faltando media hora para las nueve de la noche, las tres estábamos listas. 
Alice  llevaba una pequeño Short de mezclilla que era tapado con una blusa  blanca de tirantes un poco holgada. El cabello como siempre, apuntando a  diferentes lados pero con una cintilla dorada sobre su frente,  maquillada con tonos amarillos y gloss transparente en sus labios. 
Rosalie  era otra cosa, su cabello totalmente lacio, si rizado le llegaba a  media espalda, lacio le llegaba casi a la cadera. Ella llevaba una falda  estilo hindú blanca de tiro bajo y que le llegaba hasta el suelo,  también vestía un pequeño chaleco que dejaba al descubierto su perfecto  abdomen. Su maquillaje en tonos rosas que resaltaban más sus ojos  azules. 
En cambio, yo vestía un vestido blanco, si, ya se dieron  cuenta, hoy todos iríamos vestidos de color blanco strapple con un  pequeño listón negro justo debajo de mis pechos. Mi cabello en rizos  perfectamente definidos, un día cualquiera hubiera tardado horas eternas  para que me quedaran de esa manera, pero con las manos mágicas de  Rosalie eso era posible en menos tiempo. Alice me delineo perfectamente  los ojos con tonos tierras y los labios de un color rojo mate. 
Bajamos al lobby donde ya nos esperaban los chicos. 
Mi  corazón dejo de latir, mis ojos se abrieron demasiado, se me seco la  garganta, mis respiración se volvió errática, me sudaban las manos,  ¡Dios, esto debe parar!, no puedo estar así cada que veo a Edward como  lo veía ahora. Enfundado en una playera blanca semi-transparente  ligeramente pegada al cuerpo por el calor que hacía, unos pantalones  color crema que marcaban muy bien su firme trasero… ¡demonios! Tenía que  parar esto. 
Camine hasta él y sonreí. -¿Y, que tal? 
-Perfecta. 
Afuera del hotel nos esperaba una limohummer. Todos subimos en ella. 
-¡Demonios enana!, ¿Cómo diablos le hiciste para conseguir esta belleza? 
Esa era Rose, cualquiera pensaría en Emmett, lo sé, pero era Rose, digo, por algo eran novios, ¿no? 
-¡Enserio,  Chaparra!, juro que me sorprendes con esta preciosura. -Ese si era  Emmett- Un día lograras que me dé un orgasmo mental. 
Todos reímos por el comentario de Emmett. 
-Todo  es parte de la sorpresa -Hablo Alice, desde los fuertes brazos de  Jasper que la tenían rodeada-. Hoy es nuestra última noche en los Cabos y  quiero que la recordemos como algo muy especial. 
Platicamos de  cosas triviales. Cada uno, inclusive Jasper estaba nervioso por la  sorpresa de Alice. Imagine que él estaba enterado, pero todos nos  sorprendimos al darnos cuenta de que no. 
Al cabo de media hora, estábamos a las afueras de la ciudad. 
-Eh… ¿Alice? 
-¿Si, Edward? 
-¡Al menos dinos a donde vamos, engendro! 
La risa de Alice era ligera y encantadora. Era de esas risas que te sacan una sonrisa, así que no pude evitar sonreír. 
-Nos dirigimos a una playa privada, ¿contento? -Sonrió. -Ya no diré más. 
Varios  minutos después llegamos a la playa privada, junto a una pequeña  cabaña. La arena casi blanca. Había un camino entarimado, antorchas  prendidas con lazos blancos amarrados entre sí. Al final del camino se  encontraba una fogata bien alimentada, las grandes llamas hipnotizaban  bailando en el aire. 
-Allie, princesa, ¿Qué significa esto? 
Preste  atención a lo que Jasper preguntaba, no voy a negar que la curiosidad  me ganaba. Pero antes de que alguien más hablara, una mujer vestida de  blanco salió de la cabaña. 
-Bienvenidos sean. 
Todos miramos a Allie quien en seguida se encamino a saludarla. 
-Chicos,  ella es la médium Sophia, y ella nos dará una especie de bendición  espiritual, ¿cierto? -Pregunto volteando a mirar a la médium. 
-Así  es jóvenes, yo los bendeciré y daré unos consejos sobre algunas cosas  que veré sobre su futuro en el fuego. Ahora si son tan amables, rodeen  la fogata, tomen asiento y estrechen sus palmas. 
Mire a Alice por  pura curiosidad, pero creo que todos los demás también la miramos, pero  ella solo asintió y camino rumbo a la fogata. De la mano de Edward  seguimos a Alice y a Sophia. 
Emmett, Rosalie, Jasper, Alice,  Edward y yo nos sentamos y nos tomamos de la mano. Frente a nosotros,  Shophia estaba en la misma posición. Todos guardamos silencio. Nunca  había estado en este tipo de cosas y al ver el rostro de los demás,  deduje que ellos tampoco. 
Mis pensamientos fueron interrumpidos por las palabras de Sophia. 
-Percibo que ustedes son muy unidos. 
Pff, como si eso no se notara a kilómetros. Pensé. 
-Su amistad no se quebrantara y su relaciones tampoco. 
Se  podría decir que eso también lo sabía. Siempre serian mis amigos y  aunque algo llegara a pasar entre Edward y yo, siempre será un amigo  más. 
Sophia se levanto de la arena y camino hacia Emmett y se  coloco de tras. Todos mirábamos atentos y en silencio, pero Emmett  estaba dudoso pero no dijo nada. Coloco sus manos sobre su cabeza sin  llegar el cabello de Emmett y miro fijamente el fuego. 
-Tienes  alma de niño. Eres extrovertido pero te gusta consentir demasiado a tu  pareja, jugas todo el tiempo, pero cuando se trata de algo realmente  serio o importante, sacas al hombre que eres. Proteges lo que es tuyo o  consideras de tu propiedad. Te irá bien en el futuro, toma las  decisiones correctas y tu vida será como tú siempre la quisiste…. 
Mientras Sophia pasaba a con Rosalie le susurre a Allie 
-¡Hey, Allie! ¿Cómo es que ella sabe todo eso de Emm? ¿Tú se lo dijiste? 
-¡Claro que no, Bella! Pero es sorprendente, ¿verdad? 
Si algo sé de Alice es que siempre dice la verdad, por mala o buena que sea, sobre todo tratándose de ropa. 
-…Tendrás la vida que soñaste junto al hombre que amas, solo controla tus emociones, no caigas en provocaciones. 
Las descripciones y predicciones del futuro de Sophia prosiguieron bien hasta que llego a Edward y a mí. 
-Eres  tranquilo y relajado, pero explotas cuando te presionan. Necesitas  buscar equilibrio a esas emociones que te atormentan. Ver, escuchar,  sentir y pensar con claridad. Vienen pruebas duras, no solo para ti sino  para alguien muy importante en tu vida. Necesitas ser fuerte por ti y  por él o ella. 
Sophia dejo a Edward, y como a todos los demás coloco sus manos sobre mi cabeza sin tocar mi cabello. 
-Mmmm…  En estos momentos te sientes completa, llena, viviste momentos fuertes,  donde sufriste bastante, pero un cambio a tu vida te lleno por  completo… tienes emociones muy intensas, vienen cambios muy fuertes, mas  fuertes y desgarradores de los que ya has vivido, eres terca y renegada  y te negaras a escuchar, debes hacer un esfuerzo y concentrarte en lo  importante… -de pronto Sophia se separo de mi bruscamente. Tenía mucho  miedo y preocupación. 
-¿Qué? ¡¿Qué pasa, que vio? 
-Muerte, vi muerte en tu futuro. 
Tanya POV 
-Aquí tiene, Srita. Denali. Le ha llegado este sobre. 
-Gracias, Benjamin. -Tome el sobre que me había llegado. -Puedes retirarte. 
Esta era la información que me faltaba. 
Cerré  la puerta de mi cuarto. Desde que salí de vacaciones me la he pasado  encerrada sin poder salir, gracias al castigo que Eleazar, mi padre, me  impuso. 
¡Maldita Bella Swan, arruino mis vacaciones! Pensé. 
Me  encontraba sola en la casa, como siempre. Así que no tenía tantas cosas  por hacer. Saque el contenido del sobre, y me tumbe en mi cama leyendo  atenta la información. 
No sé cuánto tiempo paso mientras leía, pero me encontré con algo demasiado bueno. 
-Así que la zorra de Swan tiene su pasado, eh, muy interesante. 
Miraba  hacia al frente pero sin fijar mi vista en algo especifico, ideando el  mejor plan para arruinarle la vida a Bella Swan, como ella me arruino la  mía quitándome a Edward. 
Bella POV 
Después de las  palabras de Sophia, me encontraba en una especie de transición donde ni  siquiera me daba cuenta del paso del tiempo. 
Estaba recargada en el pecho de Edward, cobijados mientras contemplábamos como pronto amanecería. 
-Has estado muy callada, ¿se puede saber en qué piensas? 
-Discúlpame,  Edward. -Me enderece volteando a mirar a mi novio. -Es solo que las  palabras de Sophia me dejaron intrigada, ¿y si algo le pasa a René? ¿O  que tal a Charlie? O peor tantito, ¡a Phil!, son mi familia, no quiero  que les pase nada. 
Si, lo sé, soné cursi, pero es la verdad, son mi familia y los amo como tal. 
-Shh….  -Me silencio Edward colocando un dedo sobre mis labios-. Nada les  pasara a tus familia, ni a ti tampoco, siempre estaré aquí para  protegerte, nunca te dejare sola mi niña, te lo prometo. 
Las  palabras de Edward me tranquilizaban un poco, pero aun tenía esa duda.  ¿Cómo supo todo eso de mí? ¿Si lo adivino quiere decir que lo de que vio  muerte en mi futuro también será verdad? ¿Les irá a pasar algo a mi  familia? ¡Diablos! Odio estar tan confundida. 
Ver el amanecer  entre los brazos de Edward fue hermoso, aunque ya lo habíamos hecho,  verlo frente al mar, en la arena completamente blanca cambiaba un poco  el entorno. 
-Hermosa… 
Escuche como Edward susurraba. 
-Cierto. Muy hermosa imagen, me gusta como se refleja el sol en el mar. 
Aunque no lo estuviera viendo sabia que sonreía de lado, por ende, yo también sonreía. 
-No  lo decía por el amanecer, aunque también es un hermoso paisaje. Pero lo  decía por ti, estas hermosa, siempre lo estas pero hoy… pareces un  ángel. 
Me sonroje por las palabras de Edward. No respondí a sus  palabras pero me acurruque mas en sus brazos, eso le dio una clara  aceptación a su comentario. 
Después de un rato, Jasper nos llamo. Era hora de irnos. 
Edward se incorporo y me tendió una mano para ayudarme a levantar. 
Sonriendo acepte la ayuda y enseguida me atrajo hacia él, abrazándome por la cintura. 
-Hora de volver a Forks. 
-Querrás decir hora de volver a la escuela. -Bufé. 
La risa de Edward saco una sonrisa de mis labios. 
-Lo que sea, -Contestó- no me importa mientras estés a mi lado. 
Bese a Edward despacio frente al mar. 
A su lado nada me pasaría, no tendría por qué preocuparme por nada. 
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Llegamos a Forks a buena hora. De distintos aviones se veían llegar los estudiantes de la prestigiosa Academia William. 
-Ya extraño el sol. -Dijo Rosalie 
-Todos, Rose, todos lo extrañamos. 
Aunque  no lo admitiera también echaba de menos a Forks, las constantes lluvias  y el color verde brillando siempre, era, aunque no quisiera, de las  cosas que más me gustaban de Forks. 
La Academia William, se imponía ante nuestras miradas como siempre, respetuosa, firme, disciplinada y sumamente seria. 
Mi  estado de ánimo se vino en decline justo cuando mire el rostro de  Tanya. En vacaciones me había olvidado completamente de ella y ahora que  la veía era como si las palabras de Sophia encontraran sentido. 
Tanya nos esperaba justo en el pórtico de la escuela, donde varios estudiantes entraban pasando a su lado. 
-Hola… Swan. -Habló sonriendo pícaramente. 
-No fastidies Toña, acabo de llegar de unas muy buenas vacaciones con mis amigos y mi novio. -Hice énfasis en la palabra muy y novio. 
Sus puños se cerraron con fuerza y sus dientes rechinaron. 
-Claro, de seguro te la pasaste muy a gusto revolcándote con mi novio. 
-Tanya… hace meses que no soy tu novio. -Hablo Edward un poco exasperado. Los demás alumnos se mantenían al margen. 
-Tu siempre serás mi novio, Edward, -siseo Tanya caminando despacio hacia Edward- quieras o no. 
Se coloco de puntillas tratando de besarlo pero antes la empuje haciendo que cayera sobre su trasero. 
-No te atrevas, estúpida. Entiende que Edward no te ama, es mas nunca te amo, solo que por lastima siempre estuvo a tu lado. 
Tanya ya me tenía arta y quería dejarle claro las cosas, pues creo que su cabeza no lo captaba. 
-¡Eres una mentirosa, Swan! 
-¡Claro  que no, -Edward me tenia ligueramente sujetada por la cintura, mientras  yo me inclinaba y señalaba mi cien con mi dedo índice- solo que tu  cabeza hueca no te deja entender la realidad! 
A lo lejos escuche los sonidos de los carros llegando a la Academia, sin duda estábamos dando un espectáculo. 
Tanya se incorporo y se sacudió las ropas y acomodo su cabello. 
-¿Sabes, Swan?, ¡Eres una zorra igual que tu madre! 
Una cosa era meterse conmigo, pero otra muy diferente era que se metieran con mi familia. 
Cerré los ojos, y apreté fuerte mis puños. -Retráctate de lo que acabas de decir. 
La risa de Tanya solo hacía que mi enojo creciera cada vez más. Edward afianzo su agarre en mí. 
-¿Qué cosa? El que eres una zorra igual a tu madre. 
Mis dientes rechinaron del enojo. 
-¡Tú eres la zorra, deja en paz a mi familia! 
Tanya se cruzo de brazos sonriendo mientras yo forcejeaba en los brazos de Edward. 
-Eres  igual de zorra que tu madre, e igual de estúpida que tu padre… -fingió  sorpresa tapándose la boca con los labios- ¡oh, espera! ¿Pero quién es  tu padre? -Arqueó una ceja en modo pensativo y después me miro  sonriendo. 
-¿De qué estás hablando, Tanya? -La voz le Edward se escuchaba distorsionada. 
Alumnos y maestros nos miraban detenidamente y en silencio. 
De  reojo mire como Emmett y Jasper tenían sujetas a Rosalie y a Alice del  mismo modo que Edward me sujetaba a mí. Yo estaba a punto de lanzarme  sobre Tanya y romperle esa perfecta nariz operada. 
-A lo que me refiero, bebe, es que la zorra de René Swan estando casada con idiota de Charlie Swan se metió con… 
-¡Cállate! 
Mi padrino Phil interrumpió a Tanya y esta sonrió maliciosamente. 
-¿No quieres que se entere de la verdad? 
-No sabes lo que dices chiquilla. -Hablo mi padrino rechinando los dientes y caminando hacia Tanya sujetándola del brazo. 
-¡Claro  que lo sé! -Grito Tanya zafándose del agarre de Phil. -¡Tu te metiste  con René Swan cuando ella se separo del disque padre de esta! -Me señalo  a mí con la cabeza. Estaba en completo Shock- ¡poco tiempo después  ellos dos volvieron y esa zorra se entero de que estaba embarazada! 
-Phil… dime que eso no es verdad. 
El rostro de mi padrino era un poema. Me miraba completamente pálido y sorprendido. 
-¡Dímelo! 
-¡Anda, díselo, dile que tú eres su padre! 
-Bella, yo… 
-¡NO!, -me sentía traicionada, dolida, cegada, toda mi vida era una mentira. -¡Me están mintiendo! 
Los brazos de Edward me abrazaron fuertemente, pero necesitaba que le soltara. 
-Bella, cálmate amor. 
Las palabras de Edward perdían sentido en cuanto entraban por mis oídos. 
-Bella, cariño tranquilízate. -Phil quiso sujetarme pero lo aparte de un manotazo. 
-¡No  te atrevas a tocarme! -Lloraba de impotencia, pues aunque no quería  creer las palabras de Tanya, pero Phil me confirmaban que eran verdad.  Me libere de los brazos de Edward. -Me mentiste, ¡Todos me mintieron!,  ¿Qué se supone que deba creer ahora? ¡Si todo lo que yo pensaba que era  verdad no es más que una puta mentira! 
-¿Qué se siente que le destruyan la vida, Swan? 
-¡Cállate, Tanya! 
Alice y Rose gritaron a la vez. 
-Cariño, debemos hablarlo. 
-¿Para  qué?, ¿Para qué me llenes la cabeza de más mentiras? No, gracias. -De  reojo observe como Edward trataba de acercarse a mí para sujetarme de  nuevo. -Ni se te ocurra Edward. 
-Pero, Bella, amor… 
-¡Pero nada!, todos me mienten, ¿en que se supone que debo creer ahora si todos me mienten? 
Mi cabeza daba vueltas, necesitaba alejarme inmediatamente de ahí, no podía soportarlo más. Salí corriendo rumbo al bosque. 
-¡Bella! 
-¡Déjenme tranquila! 
La  adrenalina que corría por mis venas me hacía correr muy aprisa. Una  ligera llovizna se soltó y me empapaban el cabello y el agua corría por  mi rostro impidiéndome ver claramente el camino. 
Vienen cambios muy fuertes, más fuertes y desgarradores de los que ya has vivido… 
Las palabras de Sophia se repetían una y otra vez en mi mente junto a todos los recuerdos de mi infancia. 
Las  risas y muestras de cariño de parte de mis padres, esos dos extraños  que siempre estuvieron conmigo; las fiestas de cumpleaños; los juegos  militares de mi padrino, de ese hombre que ahora se suponía que era mi  padre, pero que nunca conocí como tal. 
Eres terca y renegada… 
Mi  mente se negaba a creer las palabras de Tanya una vez más, pero es que  la verdad tomo tenía sentido. Siempre sentí como si Phil me cuidara como  su propia hija y al parecer esa era la verdad. 
Sin saber cómo,  sentí como mi cuerpo caía hacia al vacio y me impactaba varias veces  sobre algo realmente duro. Eran unas rocas. Había caído a un barranco en  mi intento de alejarme de Phil, de Tanya, de mis padres, de mis amigos y  de Edward… Edward, quien me demostró que podía volver amar y confiar, y  que solo quería protegerme, lo había prometido y yo lo había rechazado,  y ahora lo necesitaba más que nunca. 
Mi cuerpo estaba mal herido,  sentía un inmenso dolor punzante en distintas zonas del cuerpo; quería  gritar, pedir ayuda pero no podía, mis sollozos y gritos se ahogaban en  mi garganta. 
¡Ayúdenme, me duele todo!, ¡necesito ayuda! 
Cobijada  por el dolor que sentía, deje de luchar. Una especie de inconsciencia  empezó a envolverme en ella. Todo terminaría, pronto terminaría. El  dolor acabaría y ya no sufriría. 
De lo último que fui consiente además del dolor y la lluvia cayendo sobre mi cuerpo, fueron de las palabras de Sophia. 
Muerte, vi muerte en tu futuro… 
                                       fin.... 
 
sorpresa no es es final tiene secuelaaa sii... y se llama Its My Life. sin vemos en la secuela chao 
  
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