Mi historia fue una mentira (+18)

Autor: sachiko065
Género: Romance
Fecha Creación: 12/01/2013
Fecha Actualización: 16/07/2013
Finalizado: SI
Votos: 21
Comentarios: 72
Visitas: 32576
Capítulos: 22

Isabella Swan creyó vivir en un mundo lleno de seres como vampiros y hombres lobos... pero ¿Qué sucederá si todo es una mentira de Edward? ¿Qué tal si el mundo es normal, pero lleno de tecnología como para jugar con la vida y los recuerdos de una persona?

Edward es un científico que experimenta con las mentes de las personas haciendolas creer que viven determinadas situaciónes que van desde cambiar levemente sus recuerdos hasta llevarlos a vivir las cosas más increíbles, como es el caso de Isabella Swan quien nunca conoció a Edward siendo un vampiro, quien nunca fue a Forks porque en realidad se encontraba inconsiente, conectada a unas máquinas que controlan su "vida".

¿Qué pasará con Isabella al despertar? ¿ Por qué Edward quiso incluirse en la vida falsa de Isabella?

¿Cual es la verdadera vida de Isabella Swan y de Edward Cullen?

__________________________________________

hola! soy sachiko 065 y este es el segundo FanFic que publicaré. Espero que la historia sea de su agrado =D. Realmente es algo que quería que sucediera al final de Twilight

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 14: Dulce venganza

POV Bella:
Mi familia me recibió contenta. Me abrazaron y yo tuve que fingir un poco que los conocía. No quería preocuparlos diciéndoles que no los recordaba del todo.
-Que bueno que ya despertaste mi amor- dijo mi madre. Ella era muy hermosa y además su forma de vestir era moderna y elegante, pero muy de acuerdo a su edad. Ahora podía ver de donde había sacado a Alice.


Mi padre era bastante callado pero pude ver en sus ojos y en sus acciones que estaba feliz. Él me abrazaba mucho. Estaba feliz ya que me sentía muy querida.


La reunión duró tres horas más. Cuando se fueron todos yo y Edward quedamos en un silencio incómodo.

-Eh... ¿Tú planeaste esto?- le pregunté.

-Si- sonrió y vi como me comía con la mirada. No pude evitar ver su enorme erección-. Yo les dije que vinieran y les di una copia de la llave

-Gracias- dije tratando de no parecer nerviosa ni excitada. Tenía que darle su lección. Además ya habíamos estado juntos casi todo el día, ¿Cómo es que tenía tanta energía?

-Al fin solos- susurró y se acercó a mi. Sentí como comenzaba a mojarme pero tenía que controlar, si no, terminaría teniendo sexo ahí mismo con él.

-Si, ya podemos ir a dormir- mi voz sonó como si no tuviera ganas aunque la realidad fuese otra. Yo ya estaba muy húmeda.

-No vamos a dormir, te lo aseguro

-¿Entonces veremos una película?

-No- gruñó-. No te hagas la inocente que no te queda, tú sabes a lo que me refiero

-Ah, ¿Eso?, Edward ¿No te cansas?

-Tú tampoco lo haces- susurró lamiendo mi oreja lo cual hizo que me estremeciera-. Yo apuesto a que estás muy mojada en este momento

-Te equivocas

-¿Quieres que lo compruebe en este instante?

-¿Có... Cómo?

De repente me desabrochó el pantalón. Me lo bajó un poco junto con mi braguita. Gemí ante esa acción. Después mi esposo metió un dedo en mi intimidad. No pude evitar gruñir. Me había descubierto.

-¿No que no estabas mojada?- se rió mientras movía su dedo adentro de mi.

-Detente por favor- le supliqué pero él siguió moviendo su maldito dedo. Estaba a punto de dejarme llevar pero recordé lo de la broma y lo aparté bruscamente-. No me toques Edward, en serio, aunque esté excitada no siento deseos de que me toques ahora

-Nena, necesito hacértelo, me muero

Miré su miembro y me mordí los labios. Estaba tan hinchado. Pero... No debía dejar que me tocara. Tenía que aprender que conmigo no se juega. Me subí los pantalones.

-Pues tu mismo quítate esas ganas, masturbate, haz algo, yo me iré a dormir

Y subí las escaleras dejando a mi esposo solo con su problemita.
Cuando estuve en piyama me acosté. Ya las ganas habían desaparecido por fortuna, sonreí al pensar en lo que Edward estaría haciendo. De repente él entró. Tenía el pecho descubierto y estaba con un pantalón de piyama, su miembro ya no estaba erecto lo cual me alivió. Lo observé, se veía muy, muy sexy.

-Gracias por dejarme solo- dijo sarcásticamente mientras gruñía. Se acostó a un lado-. Y por dejarme así

-Pero... Tu mano te consoló, ¿No es así?

-No, no me masturbé, dejé que se me pasara, así que no puedes dormir tan tranquila

-Pero, debiste...

-No voy a hacerlo, no mientras sepa que estás aquí, te prefiero a ti que a mi mano

-Pero no voy a dejar que me toques así que vete encariñando con ella

-Nena, no me trates así, no lo soporto

-Eso lo hubieras pensado antes de hacerme esa broma, buenas noches

Me volteé y le dí la espalda, apagué la luz de la mesa de noche. Segundos después sentí que él también se volteaba. Pasaron los minutos y yo no conseguía dormir. De repente sentí que Edward se volteaba y me abrazaba por detrás. Lo consideré tierno, pero comenzó a acariciarme los pechos. Me mordí los labios para no gemir cuando metió las manos bajo mi camisa y pellizcó mis pezones, los cuales estaban ya erectos. En mi espalda pude sentir su enorme erección.

-Voy a hacerte el amor- susurró en mi oído-. Eres mi esposa y te amo, no dejaré que me prives de tocarte

-Ya me has tocado el día entero- respondí quitando sus manos de mis pechos-. Ahora es tarde, quiero dormir

-Déjame tocarte, nena, te necesito, quiero estar dentro de ti, no me hagas esto otra vez

-Lo siento mucho, tú debiste pensar las cosas

-Mi amor, ya no seas así, deja que te haga el amor para que te olvides de eso de una buena vez

Sus palabras me encendían. Me encantaba que me suplicara, pero no cedería, no esta noche ni la próxima, ni la próxima. Lo dejaría una semana sin hacerlo. Me volteé para abrazarlo. Besé sus labios pero él me besó con pasión. Sentía ganas de hacerlo de nuevo, pero no lo haría. Al terminar el beso escondí mi cara en su pecho.

-Buenas noches cariño- le dije.

-No, princesa, no me dejes así...

-Duérmete- le ordené-. No vas a conseguir nada

-Está bien- suspiró resignado-. Pero eso no se queda así, un día de estos te agarraré desprevenida y te violaré...

Me reí. Sabía que la palabra "Violar" no era en serio, solo era una forma de decir que iba a hacerme el amor cuando yo estuviera distraída.

-Que bueno que me lo adviertes para no estar sola nunca en la casa, ahora si, buenas noches

-Vamos a ver si es así- dijo como comentario final. Después de eso me quedé dormida.

Los días siguientes fueron una tortura pero a la vez tan divertidos. La venganza era dulce. Todos los días Edward me suplicaba que tuviésemos sexo, pero yo me negaba. Hoy, sería la excepción. Yo ya no soportaba estar sin hacerle el amor.

Me puse el conjunto sexy que había encontrado hasta el fondo de mi cajón. Cuando lo encontré inmediatamente fui a lavarlo. Cuando lo saqué de la secadora me lo puse. Hoy llegaría del trabajo y me vería.

Seguramente correría hacía mi y me lo haría hasta que ambos no pudiéramos más. Estaba sentada en la cocina pensando en todo esto cuando de repente se abrió la puerta. Era mi esposo. Salí de la cocina para que me viera. Se quedó paralizado unos segundos y me observó de arriba a abajo. Observé a su amiguito. No había crecido nada. Me puse triste.

-Te ves linda cielo- dijo acercándose. Me dio un beso en la frente y luego entró en la cocina para servirse un vaso con jugo.

-¿No dices nada?- pregunté molesta.

-Ah, si, fue un día pesado en el trabajo, varios pacientes, y una anciana loca, pero nada más, ¿A ti como te fue?

-Bien, gracias por preguntar- mascullé.

-Amor, creo que debes vestirte, ¿No tienes frío?- cuestionó mientras salía de la cocina. Enfurecida lo vi subir escaleras arriba.
Bien, ahora él quería vengarse. Lo dejaría ahora dos semanas más sin eso al muy maldito. Temblé. Si que tenía frío. Subí a mi habitación para ir a ponerme ropa. Si entraba en ropa interior al cuarto no le importaría. Pero me detuve en la puerta del cuarto, escuché un gemido procedente de Edward.

-Maldita sea, se veía tan...-gruñó. Sonreí. Se estaba masturbando pensando en mi-. Oh, Isabella...

Entré a la habitación y lo descubrí. No pude evitar sentirme mojada al verlo así. Edward detuvo lo que estaba haciendo y me miró sorprendido.

-Vaya, creí que no necesitabas tocarte

-Pues no lo necesitaba cuando te tenía a ti

-Pero veo que la prefieres, me has ignorado cuando entraste

-¿Qué?

-Yo estaba dispuesta a dejar que me tocaras- dije mientras iba hacia el clóset para buscar ropa-. Pero me rechazaste

-Joder, yo pensé que sólo querías provocarme

-Pues pensaste muy mal

De repente sentí sus brazos rodear mi cintura. Sonreí de forma perversa.

-Suéltame- le pedí sabiendo que él no lo haría.

-No vas a vestirte, lo que menos te va a servir es la ropa... Te lo voy a hacer ahora mismo y no voy a ser suave

Me volteé hacia él para mirarlo. Sus ojos estaban cargados de pasión. Definitivamente iba a violarlo.

-No quiero que lo seas- le dije con voz sensual o al menos intenté hacerlo.

Ya no dijo nada y ambos nos besamos. Sin despegar nuestros labios fuimos hacia la cama y caímos en ella. Yo caí encima de él, pero después nos volteamos. Edward se levantó rompió mi ropa interior y la tiró al suelo. Tomó mis rodillas entre las manos y abrió mis piernas. Pensé que él iba a quitarse su pantalón para entrar en mi pero me sorprendió cuando vi que introducía un dedo en mi sexo como hace una semana, solo que ahora lo movía más lento. Estaba torturándome. Sin poder evitarlo me arqueé.

-Más... Más rápido- supliqué. Edward soltó una carcajada.

-No, te voy a hacer sufrir, así como tú lo hiciste conmigo, la venganza es dulce

-Eres un... Bastardo- dije gimiendo.

-Me encantan tus malas palabras- dijo gruñendo mientras sacaba su dedo de mi. Lo miré con el ceño fruncido y quise gritarle demasiadas groserías, pero al sentir que entraba en mi solo quise decirle que lo amaba-. Perdón, pero ya no lo soportaba, necesito hacerlo

-No te disculpes, solo hazlo rápido

Me sonrió antes de hacérmelo como yo se lo pedía. Rápido, duro. A pesar de todo eso yo sentía que había mucho amor. Las embestidas cada vez fueron más rápidas y yo comencé a estremecerme. Estaba a punto de alcanzar el orgasmo.

-Te amo, Bella, te amo- susurró mientras se corría. Yo tardé pocos segundos en venirme también. Ambos nos quedamos en la misma posición durante unos segundos, tratando de controlar la respiración. Lentamente salio de mi. Yo sin levantarme me acomodé para quedar acostada correctamente. Edward se acostó al lado mio y me pidió que lo abrazara.

-De verdad te necesitaba, pequeña- me dijo. Yo lo miré.

-Yo igual, fue una tortura no poder hacerlo

-¿Entonces por qué te negabas?- me miró enojado.

-Quería vengarme por esa bromita

-No vuelvo a hacerte nada así, eres peor que antes, nunca me habías castigado de esa manera- se quejó.

-Cuidado con la nueva Bella- me reí.

-Si, voy a tener cuidado- contestó haciéndome rodar. Él quedó encima de mi otra vez-. Pero también la voy a amar más...

-Te amo Edward, soy feliz a tu lado

No me dijo nada, me besó. Este beso ya no estaba cargado de pasión, sino de ternura. Podía sentir que estaba feliz por lo que le había dicho.

-Yo también te amo- dijo al terminar de besarme. Quise llorar de emoción. Este amor era demasiado hermoso. Nada nos impedía estar juntos, lo teniamos todo para ser felices.
Por primera vez desde que llegué a aquí, ya no quise regresar a mi otra vida. Era hora de dejarla ir... Yo quería quedarme para siempre con Edward Aldrigde. Mi esposo. Ya estaba lista para leer esos libros sin sufrir.

_______________________________________________________

Chicas, disculpen por no actualizar, no tengo justificación XD. Es que llevo tres historias y una de ellas está acaparando toda mi atención. Prometo tratar de actualizar más seguido este fic, al cual ya no le queda mucho pero tampoco le queda porquito. Tienen que pasar varias cosas más jajaja. Bueno, espero que les guste este capítulo :D saludos. 

 

Capítulo 13: Familia Capítulo 15: Lo recuerdo todo

 
14440119 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10758 usuarios