Un Embarazo y Dos Amores (+18)

Autor: Yusale
Género: Romance
Fecha Creación: 09/11/2012
Fecha Actualización: 06/06/2013
Finalizado: SI
Votos: 19
Comentarios: 75
Visitas: 101115
Capítulos: 27

Quien diría que mi embarazo me traería dos amores, el hermoso amor de un hijo, y el amor de mi alma gemela.

Este es mi primer fic espero sea de su agrado. Gracias a Odet Swan por ayudarme con la portada, sin ella no lo ubiera subido aún.

Los personajes son de S. Meyer la historia es de mi creación.

 

FINALIZADO

 

ENTRE EL ODIO Y EL AMOR

http://lunanuevameyer.com/sala-cullen?id_relato=3796&id_capitulo=0

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 25: Capítulo 25


Capítulo 25

Pov Bella

-Estas hermosa hija- dijo mi mamá con los ojos llorosos.

-Pareces una princesa, pero no llores que hoy es tu día, deja a estas tres viejas llorar por ti- dijo mi nana refiriéndose a ella, mi tía y mi mamá que se encontraban en el cuarto conmigo.

Ya que mi tía Marie lo que hacía era llorar y llorar, no hablaba, asumo que las lágrimas no la dejaban, y eso que sólo me había visto con mi vestido, no me quiero ni imaginar durante la ceremonia.

Hoy era mi día, nuestro día, hoy dejaba de ser Swan para ser Cullen, Ethan ya lo era, hace tres días fuimos a firmar los papeles para que él tuviera su nuevo apellido.

-Bella, ya es hora- dijo Rose entrando a mi cuarto- estas preciosa- dijo abrazándome.

Mi vestido era cuadrado arriba sin mangas, ceñido al cuerpo hasta las rodillas donde se armaba ligeramente, con una pequeña cola, era decorado con piedras Swarovski y un pequeño prendedor plateado justo debajo del busto, llevaba el cabello recogido en un moño, y poco maquillaje ya que parecía natural.

Mi madrina era Alice y llevaba un vestido recto hasta los pies, de color morado metalizado, con un cinturón metálico debajo de los senos.

Las damas de honor eran Rosalie, Tanya y Nessi y sus vestidos eran azul, recto arriba pero con una tira en el hombro derecho y otra que caía sobre el mismo brazo, arruchado en el torso hasta llegar a una especie de cintura decorada con un detalle plateado, el vestido se les abría al llegar a las rodillas.

El padrino era Jacob e iba de traje azul oscuro con la corbata de color morado metálico, y los caballeros eran Jasper, Emmet y Demetri que iban de gris oscuro con la corbata del mismo azul de las damas.

-Listo Bella, salgamos- dijo mi papá apareciendo por la puerta de mi cuarto.

-Mami ta gonita- dijo Ethan dándome un beso.

-Tu pareces todo un caballero- dije dándole un beso para luego irse.

Y es cierto, mi bebe estaba hermoso con un traje todo negro la camisa morada claro y su corbata dorado con blanco, que combina con la niña de las flores claro.

Todos bajaron ya que la ceremonia y la fiesta se harán en mi casa, mi papá me ayudó a bajar las escaleras sin caerme, todo estaba decorado de color morado pastel y dorado, al salir al patio vi como la gente estaba ya sentada, y escuché la marcha nupcial.

-Esa es nuestra señal- susurró mi papá.

Comenzamos a caminar y no les puedo contar que ocurrió en el trayecto, porque al ver lo guapo que estaba Edward me olvidé del resto, él tenía un traje negro con una camisa blanca y una corbata dorado y blanco como la de Ethan.

Al llegar al altar mi papá me entregó a mi futuro esposo.

-Cuídamelos- dijo mi papá.

-Con mi vida- respondió Edward.

Estaba tan distraída que no me di cuenta que Ethan estaba ahí entregándome también, por lo que Edward bajo la cabeza para que él le hablara.

-Papi, o tatas bien a mi mami o ios te pedan- dijo mi príncipe señalando a Jacob y Jazz que lo veían con cara de, es cierto, lo que pues provocó la risa de todos.

-Claro que si campeón, la trataré como a mi alma.

Y dicho eso comenzó la ceremonia, ya les había dicho que sólo presté atención a Edward, por lo que el cura tuvo que preguntarme dos veces por mis votos y  también si aceptaba a Edward Cullen por esposo, lo que si escuché perfecto fue puede besar a la novia y eso pasó, y como era costumbre durante el beso nos olvidamos de los demás.

-Oigan espérense a la luna de miel- dijo Jacob.

-Cierto, mira que habemos menores presentes- dijo Emmet ahora.

Y eso hiso separarnos y fue cuando comenzamos a oír los aplausos de los invitados y sus risas por los comentarios, dimos media vuelta y caminamos por el pasillo de rosas mientras los invitados nos lazaban arroz como señal de abundancia, nos fuimos para dentro de la casa con los invitados mientras los trabajadores de Esme preparaban lo que faltaba para la fiesta el cual era algo íntima sólo las personas cercanas.

Poco a poco fueron pasando al jardín los invitados, al quedarnos solos Edward me toma por la cintura y me da un beso lleno de amor.

-Estas hermosa, no te lo había podido decir- dijo a unos pocos centímetros de mi cara.

-Tú también estas guapo, pero que no se te suba a la cabeza engreído- le dije sonriéndole.

-Eso es trampa, te iba a decir que ya lo sabía pero…

-Te baje los humos de una vez- dije riendo.

Y nuestra burbuja fue rota al oír en el jardín que decían.

-Démosle la bienvenida al Sr. Edward Cullen y su Sra. Bella Cullen.

Y entramos nosotros en plenos aplausos, y como estaba planificado comenzó la música que íbamos a bailar, pero no era un vals ni nada típico, nosotros escogimos y estuvimos practicando el tango, por ser un baile de seducción entre la pareja.

Al terminar todos aplaudieron y nos fuimos a sentar en la mesa que era para nosotros y los muchachos.

Baile demasiado durante toda la noche, hace mucho que no bailaba tanto, creo que no quedó ningún invitado con el que no  lo hubiera hecho, incluso con mi hombrecito baile una pieza.

-¿Estas cansada?- preguntó Edward.

-Un poco, es que he bailado mucho.

-¿Te había dicho que estas hermosa?

-Hace 45 minutos no me lo decías- dije sonriendo.

-¿También te había dicho que me encantaría quitarte el vestido?- dijo con una sonrisa sexy en sus labios.

-No, es no me lo habías dicho, pero si tú me lo quitas no llegamos al aeropuerto hoy- dije levantando una ceja.

-Tienes razón, entonces prométeme que me lo dejaras quitar cualquier otro día que tú quieras.

-Esta bien, te lo prometo- pensando que en nuestro primer aniversario lo complacería- pero eso si, yo escojo, no me presiones, puede ser mañana, dentro de un mes, un año, diez año, no importa- dije levantando mi mano.

-Trato, no la presiono, cuando usted desee Sra. Cullen- dijo estrechando mi mano para luego girarla y darme un beso en ella.

Llegó el momento de lanzar el ramo y las solteras se colocaron detrás de mi, luego de lanzarlo voltee para ver a quien le había caído y fue a Adriana la novia de Peter,  en seguida fue el momento de que Edward lanzara el liguero, por lo que me senté en una silla y él se metió debajo de mi vestido, pero el muy muy, aprovecho para morder y lamerme la pierna antes de sacar lo que debía, el fulano liguero, para después lanzarlo a los solteros, y esta vez el afortunado fue Jacob.

Como es tradición, la soltera que agarró el ramo se sienta para que el soltero que tomó el liguero se lo pusiera, pero esta vez quisimos hacerle una pequeña broma a Jake, por lo que le vendamos los ojos y lo pusimos de frente a la supuesta soltera, sólo que era Emmet con la pierna descubierta.

La cara de Jake al sentir con su cara los vellos de la supuesta  soltera fue de película, aunque debo admitir que él muy caballero se recompuso rápido, y al terminar de colocar el liguero con la boca se quitó la venda y vio fue la pierna peluda de un hombre, y se calló de culo por la sorpresa, por lo que comenzamos a reír y él también después de recomponerse de la sorpresa.

Ethan se quedó dormido y Victoria me hiso el favor de llevarlo a su cuarto, mientras picábamos la torta.

Cuando ya era hora de partir subí al que fue mi cuarto y me cambié por un pantalón negro, con una blusa negra con rojo, me solté el cabello y me puse unas botas negras hasta  un poquito mas a bajo de las rodillas, al bajar por las escaleras Edward me estaba esperando en el pie de las mismas, tenía un jean azul y camisa azul claro con los dos primero botones abiertos, de ahí hasta el carro todos nos despedían y nos deseaban buena suerte.

Nuestra luna de miel solo duraría una semana ya que no queríamos estar mucho tiempo alejados de Ethan, nos fuimos al aeropuerto en el cual subimos a un avión directo a Londres.

-Descanse Sra. Cullen, mire que quedan muchas horas de vuelo, y al llegar al hotel no se me va a escapar- dije con una sonrisa pícara.

-Lo mismo le digo Sr. Cullen, duerma, que lo quiero preparado para cuando lleguemos- le susurré.

Y tal era el cansancio de la última semana que pues si, caí rendida ahí mismo.

.

.

.

Su habitación está lista Sr. Cullen, dijo la recepcionista que no dejaba de comérselo con la mirada, yo lo que hice fue reírme.

-Muchas gracias señorita, vamos mi amor- dijo Edward siguiendo al botones.

Al llegar a nuestra habitación, Edward abrió la puerta y seguido me cargó, provocando un grito de sorpresa de mi parte.

-¿Qué haces?

-Cumplir con la tradición- dijo entrando al cuarto conmigo en sus brazos.

Al entrar me soltó para girarse y darle una propina al muchacho, la habitación era hermosa y grande y se nota que estaba preparada para recién casados, la cama estaba llena de pétalos de rosas, había champan en la mesa de la sala con chocolates y fresas, no había terminado de admirar todo cuando sentí que unos brazos ya conocidos me agarraban por la cintura y unos labios cálidos besaban mi cuello haciéndome jadear, luego Edward me gira quedando de frente a él.

-Sra. Cullen espero esté preparada para disfrutar de su luna de miel- dije mientras seguía besando mi cuello.

-Siempre estoy lista para lo que usted me ofrezca Sr. Cullen.

Y su boca besó mis labios manteniéndome en un trance del que no quería salir, y empecé a responder a sus caricias con vehemencia, sentí como la excitación de Edward creció; su mano de largos dedos apartó mi camisa y deslizó sus labios sobre la piel de mis hombros, trazando un sendero de fuego que me abrasaba a su paso.

Al quedar mis senos cubiertos tan solo por la exigua ropa interior, Edward se separó un momento para poder contemplar mis pechos.

—Eres tan hermosa y eres mía —suspiró Edward.

Se inclinó sobre ellos, dispuesto a devorarlos, al sentir el roce húmedo y cálido de esa boca sobre mis pezones, me arquee acercándome aún más a él. Por mi parte desabroché uno a uno los botones de su camisa, para acariciar sin impedimentos ese pecho firme que me encanta.

De pronto nos vimos envueltos en un desvarío frenético; manos y labios buscando con avidez rincones escondidos; piernas entrelazadas enredadas entre sábanas revueltas; ropa arrugada y arrojada a un lado con descuido. Y, por fin, los cuerpos de ambos se fundieron con abandono, arrastrados por un torrente de pasión incontrolable.

Estábamos en un silencio cómodo yo sobre su pecho cuando siento como el pene de Edward se despierta de nuevo, subo mi cara para verlo y su repuesta es.

—¿Vez como me tienes?, te necesito de nuevo, me muero por ti. —me dijo con voz ronca  mientras me acariciaba.

Lo cual fue suficiente para prender de nuevo una hoguera que se extendió por todo mi cuerpo, hasta convertirse en un incendio incontrolable.

-Lo cierto es, que yo nunca tengo suficiente de ti- le dije como respuesta, mientras se posicionaba encima de mi.

Hundí ansiosa los dedos en los músculos de su espalda y Edward se introdujo en mi interior con un fuerte impulso, provocando que saliera de mi boca un profundo gemido. Siguió deslizándose hacia adelante y hacia atrás con profundos embates, y cuando la marea de excitación que nos envolvía alcanzó cotas casi insoportables, ambos gritamos nuestros nombres y con ellos las olas de otro orgasmo nos invadieron como cascada.

Más tarde, quedamos tendidos sobre las sábanas desordenadas, con la respiración agitada y completamente agotados, quedándonos segundos después, los dos profundamente dormidos pegados el uno al otro.

Algo suave que recorre mi cara y me despierta, aún con los ojos cerrados hago un gesto para que se detenga pero no lo logro, no me quedó de otra que abrir mis ojos, y me encuentro que unos hermosos ojos verdes me están contemplando.

-Buenos días Sra. Cullen- me dice dándome un casto beso.

-Buenos días Sr. Cullen- le respondo al separarnos- sabes a fresas.

-Si, es que me comí una, anoche no probamos nada de lo que había para nosotros en la mesa.

Y me dio una fresa en la boca.

-Creo que estábamos más concentrados en probarnos mutuamente- dije con una sonrisa.

-Muy cierto, ten- me dijo pasándome una copa de champan con una fresa en el fondo.

-A su salud Sra. Cullen, por darme esta familia tan maravillosa.

-A su salud Sr. Cullen, por amarnos como lo hace.

Y chocamos nuestras copas, y bebimos, de verdad que estaba exquisita la bebida, nos dimos otro beso que comenzó a subir de nivel, yo estaba encima de Edward cuando sonó mi celular.

-No atiendas- dijo mientras yo buscaba mi celular en alguna parte del cuarto.

-Aló- dije cuando al fin lo conseguí debajo de la ropa tirada.

-Hola mi niña, disculpa si los interrumpo en algo importante, pero por aquí hay alguien que no para de preguntar por sus papás- dijo mi nana.

-Hola viejita, te mentiría si te digo que no interrumpes, pero tranquila que tenemos una semana para recuperarlo- dije con una sonrisa hacia Edward mientras yo caminaba a la cama.

-Pónmelo por favor- dije mientras ponía el alta voz del celular.

-oa mami- dijo mi campeón.

-Hola bebe, ¿cómo te estas portando?-dije.

-dien, y papi.

-Aquí campeón, ¿dormiste bien?- habló Edward.

Y así estuvimos hablando un buen rato con Ethan, para luego hacerlo con mi nana y mi mamá, al colgar nos fuimos a bañar y retomamos lo que estábamos haciendo cuando sonó el celular.

Bajamos al restaurante del hotel para desayunar, y luego nos fuimos a pasear, el primer lugar que visitamos fue el Lago en St. James Park es el parque real más antiguo de la ciudad de Londres, había dos pequeñas islas Duck Island y West Island, y como el lago está rodeado por senderos pudimos caminar tranquilos e incluso nos sentamos a disfrutar de la naturaleza.

De ahí nos fuimos para la calle Bury Place que se encuentra ubicada justo a la vuelta del Museo Británico, caminamos por aquí se y entramos a Pied Bull Yard, un patio tranquilo donde encontramos tiendas de antigüedades, librerías, bares y un restaurante, como es lógico entramos a la mayoría de los lugares, compramos, bebimos y comimos disfrutando del resto del día en ese lugar.

.

.

.

Pasamos el resto de nuestra luna de miel visitando hermosos lugares de la ciudad, como los Jardines del palacio de Kensington, al Mercado de Brixton donde decidimos ir todas las noches para comer algo diferente, sin faltar por supuesto el Palacio de Buckingham, el Castillo de Windsor, y lo hermoso del Big Ben en la noche, iluminado él y ayudando a iluminar el Támesis que lo bordea.

Así como es menester mencionar que parecíamos conejos, cada vez que podíamos lo hacíamos, y si no se podía siempre estábamos de una u otra forma tocándonos, ya sea un ligero roce, nuestras manos entrelazadas o besándonos.

Pero no todo fue maravilloso, ya que también a mitad de semana comencé a sentirme mal, y Edward cuidaba mucho de lo que comía para que no empeorara, me quiso llevar a un hospital, pero yo me negué rotundamente, prometiéndole que iría a uno en cuanto llegáramos.

Hoy es nuestro último día aquí, ya mañana regresamos. Y aquí estoy sentada en un hermoso restaurante, con un vestido morado hasta las rodillas, con un ligero descote, un cinturón de un morado más oscuro y las zapatos negros de tacón. Y él pues hermoso como siempre, con un pantalón negro, una camisa de rayas amarilla y azul y su rebelde cabello sin peinar.

Estoy nerviosa, ya que debo decirle algo importante, pero no se como lo tome, me supuse que podía estarme ocurriendo y un día que Edward aún dormía salí a una farmacia que había cerca del hotel.

-Bella, mi amor ¿Qué te pasa?- me preguntó sacándome de mis pensamientos.

-Nada, sólo estoy recordando esta semana- dije con una sonrisa.

-Lástima que tengamos que irnos, sino fuera por Ethan, te secuestraría una semana más.

-Si, yo también me quisiera quedar, pero extraño mucho a bebe.

-Yo también.

-Edward tengo algo que decirte- respiré lentamente para agarrar valor.

-Dime amor.

Vi directamente a esos ojos verdes que me matan y lo dije sin preámbulo.

-Vamos a ser papás.

Fotos de los Vestidos

 Vestido De Tanya, Nessi y Rose

 

 

Vestido de Alice

 

Vestido de Bella

__________________________________________________________________________________

Hola chicas bellas, asumo que no les gustó mucho el capítulo, porque sólo tuve un comentario :_( , muchas gracias por comentarme Maya, quería decirles que ya publiqué una historia nueva, sólo espero que le den una oportunidad como a esta, se llama Entre el Odio y el Amor, sólo falta que lo autoricen.

Chaito y Cuidense.

Capítulo 24: Capítulo 24 Capítulo 26: Capítulo 26

 
14445982 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10762 usuarios