Sensación de vidas Universitarias (+18)

Autor: MayaMasenCullen
Género: + 18
Fecha Creación: 29/11/2010
Fecha Actualización: 06/07/2014
Finalizado: NO
Votos: 50
Comentarios: 168
Visitas: 61526
Capítulos: 19

¿Quién dijo que la universidad es fácil? Cuando el amor llega a los hermanos Masen, Edward y Elizabeth, creen que todo irá bien, pero no todo será maravilloso y tendrán que afrontar, al lado de sus parejas y amigos, los obstáculos que se interponen; Amor, engaños, traiciones, envidias y más, se verá en una de las mejores universidades.

 

Trailer Sensación de Vidas Universitarias 

 http://www.youtube.com/watch?v=V9yTgfEQoZg

 

Besitos para todas/os

Está historia está registrada en safecreative

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 19: Abriendo el Corazón y Fiesta de la Hoguera

DISCLAIMER: Sólo los personajes pertenecen a los maravillosos escritores Stephanie Meyer y L. J Smith; la trama de la historia, los lugares y algunos personajes son de mi propiedad.

 

Beteado por mi amiga Zaida Gutiérrez Verdad, que a partir de ahora me acompañara en esta aventura. Mil gracias guapa.

 

Betas FFAD www .facebook .com / groups / betasffaddiction

 

Hola a todas/os:

 

Aquí os dejo capítulo. Espero y os guste.

 

El link de las canciones lo tenéis en mi perfil

 

Aquí tenéis el link de las canciones del capítulo:

 

Bon Jovi and Leann Rimes —Till We Aint Strangers Anymore 

http://www.youtube.com/watch?v=vSYmwhnuKhM

 

 

Jamie Foxx and Beyonce —When I first Saw You 

http://www.youtube.com/watch?v=J9bYrIkXQG8

 

 

Cristina Aguilera —Dirty 

http://www.youtube.com/watch?v=kEQnWGiPT0M

 

 

Spice Girls —Wannabe 

http://www.youtube.com/watch?v=u3m2oIYBwVk

 

 

Leann Rimes — Can´t Fight The Moonlight 

 

http://www.youtube.com/watch?v=i7SREquyTFM

 

 

Madonna and JustinTimberlake —4 minutes 

http://www.youtube.com/watch?v=4vIe0xkVnQU

 

 


 

Sensación de Vidas Universitarias.

 

Capítulo 19 Abriendo el Corazón y Fiesta de La Hoguera

 

Lizzie Pov:

 

Varios suspiros se escapan de mis labios al rememorar todo lo ocurrido durante la tarde, una estúpida sonrisa se forma en mis labios al contemplar a mi nene charlar animadamente con mi hermano, grabando en mi mente y en mi corazón cada gesto, movimiento, sonrisa... Y pensar que por mis miedos e inseguridades perdí tanto tiempo de poder ser feliz a su lado. Observo de nuevo el mar, fijándome en el ir y venir de las olas mientras en mi mente se recrea la imagen de Justin cuando meses atrás rompí nuestro noviazgo sin siquiera poder darle una explicación coherente, haciendo que mi corazón se estruje... No existe justificación alguna para lo que hice, si hubiera actuado de otra manera en vez de ser tan cobarde... Pero de nada me sirve lamentarme, todo lo contrario, aprendería de mi estúpido error para ser feliz y disfrutar de esta nueva oportunidad.

Un pequeño suspiro se escapa de mis labios mientras contemplo el relajante movimiento de las olas hasta que tengo la sensación de una mirada fija en mí, la cual logra hacerme girar en su dirección y encontrarme con la mirada de mi amor, que mi guiña el ojo y logra que mi corazón se acelere como la primera vez en aquel partido, donde quedé prendada de él. No me contengo y le lanzo un beso, ganándome una maravillosa sonrisa, la cual intento responder de la mejor manera ya que no quiero preocuparle con mis tristes pensamientos, sin embargo él me conoce a la perfección y, dándome una mirada más intensa, levanta su ceja en una pregunta silenciosa, que evado negando con la cabeza, menos mal que mi hermano corta la conexión de nuestras miradas al llamar de nuevo su atención sobre la charla que están manteniendo, lo que aprovecho para regresar mi vista al mar.

Cierro mis ojos, aspirando el delicioso aroma del mar que la pequeña brisa ha levantado mientras hago una promesa silenciosa en mi corazón, de hacer todo lo posible e imposible para que mi nene sea feliz, sólo pensando en lo que él quiera y no en lo que yo considere mejor, pues ya tomé una vez esa decisión y nos herí demasiado al pensar que era lo mejor, en especial para él. Sonrío como la tonta enamorada que soy, una mujer con mucha suerte porque Justin, a pesar de mis errores, sigue a mi lado y me ama tanto o más de lo que yo a él. De pronto unos cálidos y conocidos brazos me rodean por la espalda sacándome de mis pensamientos y su esencia inunda mi cerebro, haciendo mi cuerpo vibrar.

 

—¿En qué piensa mi niña? —pregunta girándome para quedar frente a él.

 

—En nosotros y en lo mucho que te amo —digo perdiéndome en sus hermosos ojos.

 

—Si amarme lleva esa tristeza a tus ojos que tanto amo, prefiero que no lo hagas, aunque se me parta el alma —susurra acariciando con ternura mi mejilla.

 

—No podría vivir sin amarte... Y me moriría si volviera a perderte —aseguro abrazándolo fuertemente y escondiendo mi cara en su pecho.

 

—Pero no deseo contemplar esos preciosos ojos tristes por mi culpa —asevera levantando mi rostro y uniendo nuestras miradas.

 

—Sólo estaba pensando en lo estúpida que fui al terminar nuestro noviazgo y en como me arrepiento de haber perdido tanto tiempo sin tenerte a mi lado —musito hundiendo mi rostro en su pecho mientras lo abrazo firmemente, no pretendo separarme ni un milímetro de él.

 

—¿Quieres ir a dar un paseo? —me pregunta en el oído, haciéndome estremecer.

 

—Contigo voy hasta el fin del mundo —digo con una sonrisa mirando sus hermosos ojos.

 

—Entonces lo mejor será marcharnos cuanto antes —declara tomando mi mano y entrelazando nuestros dedos—. No quiero que nuestros amigos nos vean e intenten detener nuestra escapada —reímos.

 

Antes de iniciar nuestro camino se gira en dirección a mi hermano, que nos mira expectante, mi chico levanta su pulgar antes de despedirse con la mano, a lo que mi hermano responde con un saludo militar y me guiña el ojo con su sonrisa ladina, esas que sólo él sabe dar y me hace sentir especial. No sé que sería de mí sin mi vampirito a mi lado.

Caminamos en un cómodo silencio, no son necesarias las palabras, el estar rodeada por sus brazos hace que me sienta segura y feliz. Después de un pequeño paseo nos detenemos en unas rocas que están cerca de la orilla, donde me ayuda a sentarme antes de colocarse frente a mí.

 

—Mi niña, no me gusta nada verte así. ¿Por qué no me dices que pasa por esa cabecita tuya?, ¿qué te tiene tan atormentada? —me pregunta acariciando dulcemente mis manos.

 

—En todo lo que pasó tiempo atrás, son tantas cosas amor... Pienso en esa maldita noche y en lo que perdimos por culpa de esos miserables —contesto estremeciéndome ante el recuerdo, Justin se arrodilla en la arena, quedando frente a mí y abrazándome por la cintura mientras recuesta su rostro en mi vientre. Un sollozo involuntario se escapa de mis labios, ¡cuántas veces soñé con poder estar de esta forma! Mi vientre abultado donde nuestro bebé crece respondiendo con pataditas a las palabras de amor de su padre. ¡Eso es lo que debió pasar! Y no perderlo en cuanto me enteré de su existencia—. Perdimos a nuestro pequeño y de paso te perdí también a ti —le miro con ojos vidriosos.

 

—Jamás me perdiste amor y, aunque no estuvimos juntos en ese momento, yo siempre he sido tuyo, desde la primera vez que mis ojos se posaron en ti —me asegura y besa mi frente con dulzura

 

—Pero sufriste tanto por mi culpa... Te herí demasiado —afirmo con tristeza al recordar su rostro lleno de pena cuando decidí poner fin a nuestro noviazgo.

 

—Amor, a veces tomamos decisiones erradas que nos hieren a nosotros y lastimamos a los demás, eso es lo que nos hace humanos y más todavía reconocerlo y rectificarlo, comprendo que en ese momento no me necesitabas a tu lado y lo respeto porque te amo —me explica mirándome con sus hermosos ojos que se encuentran vidriosos.

 

—¡Sí te necesitaba! ¡Maldita sea! Precisaba que me abrazaras, me besaras y me dijeras que todo iba a estar bien, que me perdonaras por haber perdido a nuestro pequeñín —expreso con dolor y una lágrima se desliza por mi mejilla.

 

—No estuve entonces, pero ahora estoy aquí y te amo más que a mi vida. Eres todo para mí, mi mundo, mi universo y si nuestro bebé no pudo vivir tú no eres culpable de nada, sino esos malditos bastardos, ellos son los culpables, nadie más, sé que si hubieras sabido de la existencia de nuestro enano lo habrías protegido con tu vida —garantiza acariciando mis mejillas.

 

—¿Por qué eres tan perfecto? —pregunto limpiando con mis dedos las lágrimas que se escapan de sus ojos y bajo mi cabeza hasta quedar a su altura para unir nuestros labios. Lo necesito tanto, él es mi oasis perdido en el desierto.

 

—No lo soy. Sólo soy un hombre enamorado que está dispuesto a todo por la mujer que ama —susurra sobre mis labios.

 

—Te amo con todo mi ser y te juro que lucho para que el dolor de la pérdida de nuestro bebé no me afecte tanto, pero es imposible —ratifico antes de volver a besar sus labios.

 

—Con respecto a eso... —dice nervioso, buscando algo en los bolsillos de su chaqueta y sacando un pequeño saquito de terciopelo.

 

—¿Qué pasa nene? ¿Por qué tan nervioso? —pregunto intrigada, me mata la curiosidad.

 

—Al igual que tú, no hay día que no piense en nuestro bebé y sienta como mi corazón se aprieta y lloro por lo que perdimos, porque era el fruto del inmenso amor que nos tenemos —suspira nervioso—. Y aunque nuestro bebé no esté con nosotros sabe que lo amamos con todo nuestro corazón, por eso... —saca unas cadenitas delgadas y elegantes donde cuelgan unos dijes, uno en forma de corazón y otro como un sello, en los que está escrito “I love you my baby, you will always be in my heart” junto con nuestros nombres—. Las mandé hacer cuando me contaste acerca de nuestro pequeño, no sabía cómo decírtelo y dártelo, por eso no he usado la mía, quería que ambos las lleváramos —confiesa cohibido, agachando su cabeza e intentando ocultarme las lagrimas que descienden por su rostro.

 

—Son hermosas nene, yo... Yo... —no puedo seguir hablando, las palabras han huido de mí, quiero decir tantas cosas, pero las lágrimas no me dejan ver su hermoso rostro.

 

—Te amo mi niña, amo a nuestro bebé y, aunque físicamente no esté con nosotros, siempre estará ocupando un lugar en nuestro corazón. Y éstas medallas son una prueba física de su existencia en nuestras vidas —dice limpiando mis lágrimas con sus besos—. Pero no quiero ser el causante de tu dolor, ni que nuestro pequeño y su recuerdo empañen tu sonrisa que es la luz de mi vida —tomo una bocanada de aire mientras me pierdo en el azul de sus ojos que me transmiten el amor y la paz que necesito.

 

—Esto es hermoso nene... Y tienes razón, nuestro bebé merece ser recordado con alegría y amor —beso sus labios con dulzura—. ¿Te importaría ponérmela? —pregunto sonriente, acariciando la cadena que sostiene en sus manos.

Con una sonrisa acaricia mi mejilla mientras, levanto mi cabello dando acceso a sus manos, que colocan con cuidado la cadena alrededor de mi cuello, nada más abrocharla besa mis labios para luego tomar el dije entre sus manos y besarlo. Seguidamente tomo su cadena, la cual todavía permanece en sus manos y repito su acción con una sonrisa en mis labios al igual que él y después uno nuestros labios en un dulce y significativo beso.

 

—Te amo —musita sobre mis labios y siento como una sonrisa se forma en ellos.

 

—Yo te amo más —susurro jugando como lo hacíamos en el pasado, cerrando de ese modo este capítulo doloroso de nuestra vida para siempre, sabíamos que quedarían huellas como las cicatrices y un camino largo por recorrer, pero ya no dejaríamos que sangrara más, ambos curaríamos al otro para poder ser felices por completo.

 

—Eso es imposible, mi amor por ti es infinito —me sigue el juego con una sonrisa mientras me ayuda a levantarme y en un descuido me da una pequeña palmadita en el trasero, haciéndome saltar.

 

—Ven aquí cobarde, no huyas —grito divertida al ver como ríe, alejándose de mí y rápidamente hecho a correr detrás de él.

En un pequeño descuido por estar mirándome Justin tropieza con la arena y se cae lo que aprovecho para lanzarme encima de él.

 

—¡Te atrapé! —reímos—. Ahora eres mío, sólo mío —exclamo pegándome más a él.

 

—Sólo tuyo pequeña diablilla —asevera besando mis labios mientras gira sobre mi cuerpo y comienza hacerme cosquillas. ¡Maldito tramposo!—. Tú también eres mía. Dilo y te dejo tranquila —sonríe travieso.

 

—Tuya... Soy... Tuya... Nene... Por favor... Para... Por favor —pido entre risas lográndolo al final, ya que besa dulcemente mis labios antes de levantarse, llevándome con él.

Continuamos con nuestro paseo abrazados por la cintura mientras recordamos varios momentos especiales que vivimos, algunos de los más dulces y otros de lo más divertidos.

 

—Sabes donde estamos ¿verdad? —me dice observando a su alrededor al mismo tiempo que se pierde en sus pensamientos.

 

—Sí, es nuestro lugar secreto —afirmo adelantándome para ir hacia la orilla, pero al no escuchar sus pasos me giro para encararlo dándome cuenta de que no se ha movido, pero me mira de manera dulce y con su magnifica sonrisa—. Vamos, no te quedes ahí —río agarrando su mano y arrastrándolo hacia al mar conmigo.

 

Una vez cerca de la orilla dejamos nuestras chaquetas y zapatillas deportivas junto con la mochila en la arena y nos arrimamos hacia el mar para mojar nuestros pies, miro a Justin que esta agachado tocando el agua con la mano, de pronto levanta la cabeza, uniendo nuestras miradas y una traviesa sonrisa se forma en sus labios, antes de que pueda reaccionar comienza a salpicarme con el agua y no tardo en responderle de la misma manera e iniciamos un divertido juego en el que no paramos de reír mientras nos arrojamos agua, cuando queremos darnos cuenta estamos empapados, pero disfrutando como niños chapoteando dentro del mar.

Sin pensarlo me acerco a él e intento hacerle una aguadilla y fue el peor error que he cometido, ya que enseguida se da cuenta de lo que planeo, me sonríe juguetón mientras se aproxima, escudriñándome de manera desafiante y no me queda más remedio que intentar huir, pero mi nene, como siempre, es más rápido que yo y me atrapa en seguida, sin darme tiempo a reaccionar me lleva colgada de su hombro hacia lo hondo y me tira al agua. Cuando salgo voy a expresarle mi opinión con uno de mis típicos pucheros, pero al contemplar su hermosa sonrisa me quedo sin palabras, lo cual aprovecha para sumergirnos de nuevo sin dejar de mirarme a los ojos. Nuestras miradas siguen conectadas bajo el agua, convirtiendo el momento en algo único e irrepetible y, sin saber como, nuestras bocas empiezan a llamarse la una a la otra hasta juntarse a medio camino. El beso, que al principio es dulce y tierno, poco a poco se vuelve más intenso y apasionado, muy a nuestro pesar la falta del aire se hizo presente y salimos a la superficie, para sólo separamos lo necesario para coger aire y unir nuestros labios de nuevo.

El vaivén del agua une nuestros cuerpos creando una fricción sumamente agradable, se aparta lo justo para unir nuestras miradas, sus ojos arden en deseo, el cual estoy segura es un reflejo de los míos.

 

—Te deseo tanto que duele... —susurra sobre mis labios.

 

—Eso mismo me ocurre a mí. Te deseo y te necesito... —musito con la voz ronca por la emoción, rozando sus labios suavemente.

Me separo de él dando un pequeño paso atrás y comienzo a desprenderme de mi ropa, Justin me mira fascinado, su mirada me enciende, me quema, erizando mi piel sin siquiera haberme tocado. Una idea juguetona se cruza por mi mente para excitarle aún más, sin dejar de mirarle le guiño un ojo antes de echar mi cabeza hacia atrás, sumergiéndome en el mar, dejando al aire mis pechos durante unos segundos antes de que sean cubiertos por el agua como el resto de mi cuerpo. En el momento que salgo de nuevo a la superficie mi nene me está esperando completamente desnudo y mirándome con una pasión arrolladora.

 

—Eres una brujita de lo más traviesa —ronronea mientras me coge de las caderas para acercarme a él. Su boca se estampa con la mía y luego muerde mi labio antes de buscar mi lengua y comenzar una maravillosa danza con la suya. Sus manos descienden a mi trasero que acaricia pegándome más a él y haciéndome sentir su enorme erección contra mi vientre.

 

—¿Qué no era un ángel? —le pregunto melosa, muerdo y lamo su cuello saboreando el sabor a sal y disfrutando de la reacción en su piel.

 

—Y yo que pensaba que eras una niña buena —musita con voz ronca—. Sin embargo las chicas inocentes no se contonean de esa manera cuando saben que su muy excitado chico la está contemplando y provocando este efecto... —toma mi mano y la aprieta contra su rígido y erecto miembro, cierra los ojos en el instante que lo agarro entre mis manos y lo acaricio con lentitud, lo siento palpitar y un fuerte gruñido de placer se escapa de sus labios antes de abrir sus ojos que están negros de deseo—. Amor, me vuelves loco, mira lo duro que me tienes —muerde mis labio inferior tirando un poco de él, consiguiendo que suelte un pequeño gemido.

 

—Me encanta sentir tu polla tan firme y grande por mí —susurro mirándole a los ojos y recreándome con su cara de asombro.

Coloca sus manos en mis hombros, sus dedos se deslizan por mi piel hasta llegar a mi nuca, la cual rodea con sus manos rozándola suavemente, su nariz hace un recorrido por mi cuello inhalando mi aroma consiguiendo que mi deseo aumente, y más aún cuando comienza a balancear sus caderas contra mis manos.

 

—Me queda claro que debajo de esa fachada angelical, se encuentra una pequeña diablilla realmente juguetona y caliente —dice intentando atrapar mis labios pero me inclino hacia atrás para que no pueda pillarme.

 

—Ahora que lo has descubierto, ¿qué vas hacer?... ¿Vas a huir? —indago traviesa apretando su miembro firmemente entre mis manos.

 

—No pienso escapar de ti, sino todo lo contrario —asegura con voz ronca y entrecortada mirándome con un fuego abrasador en sus ojos—. Voy hacerte mía. Quiero oírte gritar de placer —muerde el lóbulo de mi oreja haciéndome estremecer y mis labios buscan con urgencia los suyos.

Nos besamos de manera salvaje, devorándonos mutuamente. Rodeo su cuello con mis brazos mientras enredo mis piernas en su cadera invitándolo a entrar en mí.

 

—Nene te necesito, no me hagas esperar más... —muevo mis caderas hasta que su miembro se sitúa justo en mi entrada.

Él gira su cadera y de una sola estocada se introduce en mí, de manera lenta y con calma, moviéndose al compás del suave oleaje, pero mi cuerpo ansia más. Y gracias a la posición que estamos me impulso hacia abajo obligándolo a entrar hasta el fondo, llenándome por completo. Me siento en el paraíso al sentirlo totalmente dentro de mí.

Inclino la cabeza hacia atrás sin poder contener un grito de placer. Mi nene lleva su boca hacia mis pechos y toma un pezón entre sus labios, lo succiona y mordisquea haciéndome perder la cordura, me siento explotar en el momento que repite su acción con mi otro pezón mientras con sus manos aprieta mi trasero, el placer recorre mi cuerpo y me aferro a él con fuerza, manteniéndolo inmóvil, plenamente dentro de mí. Siento como mi sexo se contrae aprisionando su polla, atrayéndola en mi interior. Me encuentro en el mismo cielo.

En el instante que comienzo a volver a la realidad Justin mueve sus caderas de forma circular dando rápidas y fuertes embestidas excitándome de nuevo y llevándome otra vez al límite, creo que voy a perder la razón en cualquier momento. Mis chillidos y gemidos cada vez son más fuertes, pero de pronto el baja su intensidad, haciéndome rogarle hasta que vuelve a acometer con sus embestidas, ahora de manera salvaje. Subo un poco más alto y me agarro a sus hombros, mi nene acerca sus labios a los míos, besándome profundamente y silenciando los gemidos que se escapan de nuestras bocas, no paramos de besarnos, lamernos, mordisquearnos al ritmo de sus duras, profundas y rápidas embestidas hasta que juntos estallamos en un maravilloso e increíble orgasmo gritando a la vez nuestros nombres.

Nuestros cuerpos aún unidos hacen que nuestros pechos se muevan al unísono mientras calmamos nuestras entrecortadas respiraciones. Mis ojos siguen cerrados, disfrutando de nuestra cercanía, mi nene se echa hacia atrás para besarme con dulzura, con sentimiento.

 

—Te amo mi niña —musita besando mi frente. Las lágrimas llegan a mis ojos. Mis manos se enredan en su pelo y uno nuestros labios en un beso que transmite todos mis sentimientos y emociones, entregándole mi alma y mi corazón.

 

—También te amo nene —susurro sobre sus labios, notando su sonrisa y tiemblo entre sus brazos a causa de la brisa nocturna que se ha levantado.

 

—Tienes frío, lo mejor es que salgamos —acaricia mi mejilla mientras sale de mí y me deposita con sumo cuidado en el suelo—. Vamos, no quiero que te resfríes —dice besando mis labios y tendiéndome una mano, que acepto de lo más gustosa.

Salimos abrazados del agua, no sin ir recogiendo nuestras ropas que están flotando cerca de la orilla. La luna llena ilumina el lugar dándole un toque especial y único. Justin me cubre con una de las dos toallas que había en la mochila para luego hacer lo mismo, antes de sentarse en la arena conmigo entre sus piernas y rodearme con sus brazos mientras disfrutamos de la hermosa vista que nos brinda el mar.

 

—¿En qué piensas? —le pregunto luego de permanecer en un cómodo silencio.

 

—Recordaba el día que nos conocimos —sonríe—. Estabas guapísima con la camiseta del equipo, saltando y animando, pero lo más divertido era ver como le gritabas al entrenador porque tenía mal colocada la defensa y nos podían meter un tanto. En ese momento me enamoraste —comenta risueño apoyando su cabeza en el hueco de mi cuello.

 

—Como no acordarme, si el capitán y mariscal del campo me dedicó un Toch Down haciendo que me sonrojara y que las chicas me mataran con la mirada —declaro feliz al recordar ese maravilloso momento.

 

—No lo pude evitar, me cautivaste completamente. Además, necesitaba llamar tu atención para poder hablar contigo y pedirte una cita —reconoce abrazándome más fuerte.

 

—Y bien que la conseguiste, cómo rechazar al capitán si nada más terminar el juego en vez de celebrar la victoria con tus compañeros, te acercaste a mí con una maravillosa sonrisa en tu rostro para agradecerme los gritos de ánimo, que sin duda fue lo que necesitaste para poder ganar el partido —asevero haciéndonos reír.

 

—Esa noche tuve la mejor cita de mi vida y la razón es porque me encontraba en compañía de la chica más preciosa, inteligente, simpática y dulce del mundo. Nunca la podré olvidar, fue una de mis mejores noches —confiesa y giro mi cabeza, encontrándome con su mirada que me transmite todo su amor.

 

—No puedo negar que también se encuentra entre mis favoritas. Me hiciste sentir como toda una princesa de cuento de hadas, estuviste de lo más atento y cariñoso. Por esa razón dejé que me robaras un beso cuando nos despedimos, esa noche fue especial, siempre la recordaré —afirme sonriente reposando mi cabeza en su hombro, pero sin dejar de mirarnos.

 

—¡Hey! No te robé un beso, me correspondiste —ríe— ¿No te acuerdas? —pregunta divertido mordiendo mi cuello.

 

—Lo recuerdo a la perfección, deseaba que me besaras —evoco con timidez, escondiendo mi cabeza en su pecho.

 

—Y no sabes lo feliz que me sentí cuando me devolviste el beso. Eso me dio las fuerzas suficientes para proponerte una segunda cita donde te pediría ser mi novia —ratifica acariciando mi cabello con cariño.

 

—Imposible negarme a una nueva cita con un hombre tan encantador. Aún me acuerdo de como te luciste, fue una increíble velada. La forma en la que te declaraste y me pediste ser tu novia resultó ser de lo más romántico —susurro al rememorar todo lo que hizo por mí esa hermosa noche.

 

—Tenía que ser algo especial, que jamás olvidaras y no pudieras rechazarme —comenta divertido besando mi cuello, haciéndome estremecer.

 

—Fue una noche mágica, cumpliste todos mis deseos, primero me llevaste a ver el partido de baloncesto entre los Lakers y los Chicago Bulls, lo que me encantó y después fuimos a la playa donde me sorprendiste con un deliciosa cena, luego hiciste realidad mi sueño, un hermoso paseo por la playa en caballo a la luz de la luna y diste el toque final cuando vi que montaste una hermosa Jaima rodeada de pétalos de rosas con enormes y preciosos cojines con mantas en su interior para así poder disfrutar del espectacular amanecer, y en el preciso momento que el sol salía sobre el horizonte reflejándose en el mar me declaraste tus sentimientos y me pediste ser tu novia mientras me rodeabas la cintura con tus brazos —recuerdo sonriendo como tonta al acordarme de esa noche tan maravillosa.

 

—Entonces giraste tu rostro, haciendo que nuestras miradas se conectaran y me besaste con dulzura antes de susurrar con una preciosa sonrisa sobre mis labios que nada te haría más feliz que ser mi novia, haciéndome increíblemente feliz y nuestros labios se volvieron a unir en un tierno y maravilloso beso que culminó con nosotros haciendo el amor. Sin duda esa ha sido mi mejor noche —termina el relato, y une nuestros labios en un tierno beso.

 

—Sabes que esa noche fue muy importante para mí. Has sido el único hombre en mi vida, hiciste que mi primera vez fuera especial, me trataste con infinita dulzura y delicadeza, sintiéndome amada entre tus brazos, nunca podré olvidar algo tan maravilloso y único. Eres un chico admirable y asombroso, te amo mucho —aseguro conmovida acomodándome en su perfecto y duro pecho.

 

—Te amo mi niña, jamás dejaré de hacerlo, siempre estaré para ti —me mira con sus hermosos ojos azules grisáceos—. Lizz, eres una chica increíble y especial, te mereces sólo lo mejor —dice llamándome por el apodo que sólo él utiliza y que hacía mucho tiempo que no escuchaba causándome una gran alegría.

 

—Justin, te amo con todo mi ser y escúchame bien, jamás dejaré de hacerlo. Quiero que sepas que pase lo que pase siempre me tendrás a tu lado, nunca volveré a cometer el error de separarme de ti de nuevo, eres la persona más importante para mí —afirmo con adoración acariciando su mejilla—. Creo que es hora de que todos se enteren que estamos juntos y nos sometan al tercer grado —ambos reímos para luego unir nuestros labios en un delicioso beso.

 

—Me encanta la idea... Quiero que todo el mundo sepa que soy tuyo y que tú eres mía y que nuestro amor va más allá de lo imaginable —declara entre divertido y posesivo.

 

—Eso ya lo dejaste claro, al entregarme la chaqueta —agrego mientras señalo la prenda haciéndonos reír.

 

—Más vale ser prevenido —suelta entre risas girándome hacia él y quedándome sentada a horcadas.

Ambos nos perdemos en la mirada del otro durante unos instantes, minutos... En realidad no lo sé, pues cuando estoy con él pierdo la noción del tiempo. Amo a Justin a tal grado que sin él estaría vacía y perdida en la vida.

 

—¿Dónde está esa cabecita tuya? —pregunta con una sonrisa al notarme sumida en mis pensamientos.

 

—Me da la sensación de que esto es un sueño del cual no quiero despertarme jamás —respondo mirándole fijamente.

 

—A lo mejor puedo convencerte de que no es un sueño, sino una maravillosa realidad —me propone en voz baja acariciando mi mano con la yema de sus dedos, ese simple roce me obliga a cerrar los ojos y suspirar profundamente dejándome llevar por sus caricias, las cuales comienzan a subir por mis brazos hasta llegar a mi cuello, mi piel se eriza de placer por donde sus manos rozan mi piel...

Ya no soy capaz de decir nada más, me acomodo mejor sobre sus piernas, quitándole la toalla lentamente para después hacer lo mismo con la mía dejando mis pechos al descubierto para que sus labios puedan saborearlos y besarlos, lo cual no tarda en hacer con lentitud y suavidad. Ahora es el momento de ser delicados, ahora haremos el amor despacio, sin prisas... Disfrutando del momento.

Deslizo mis labios sobre su desnudo y musculoso pecho hasta llegar a su uve para volver por el mismo recorrido pero ahora también se unen mis manos acariciando cada parte de su abdomen y pecho hasta llegar de nuevo a su boca mientras me sitúo sobre su erecto miembro. Nuestros labios se unen en un apasionado y lento beso al mismo tiempo que lo hacen nuestros cuerpos, nuestras lenguas empiezan a bailar juntas y enlazadas a la vez que lo hacen el ritmo de nuestras embestidas, en ningún instante separamos nuestros labios, ni siquiera en el momento que ambos llegamos a un glorioso y majestuoso orgasmo. Luego de disfrutar de las últimas sacudidas de placer, separamos nuestras bocas, que están rojas e hinchadas a causa de las profundas caricias de los besos, quedando con nuestras frentes unidas, abrazados y mirándonos fijamente a los ojos mientras recuperamos el ritmo normal de la respiración.

 

—Te amo, mi maravilloso milagro —susurra y consigue que los latidos de mi corazón se aceleren mezclándose con el suave sonido de las olas que rompen en la orilla.

 

—Yo también te amo. Eres mi vida entera y más —musito conectando nuestras miradas y queriendo transmitir la intensidad de mis palabras.

Sin separarnos lo más mínimo nos quedamos abrazados, disfrutando del momento hasta que la brisa comienza a ser más fresca, haciendo que mi cuerpo se estremezca.

 

—Mi niña, será mejor que nos vayamos. Empieza hacer frío y no quiero que te enfermes. Aunque pensándolo bien, estaría encantado de cuidarte —asevera con una pícara sonrisa saliendo lentamente de mi cuerpo, que de inmediato se siente vacío.

 

—Por muy a gusto que me encuentro entre tus brazos, tienes toda la razón, además, nuestras ropas están empapadas —digo con un puchero mientras me levanto para que mi nene también pueda hacerlo.

No tardamos en vestirnos, pues sólo nos ponemos las chaquetas cerradas que están secas junto con nuestros pantalones que están mojados, tomamos la mochila luego de haber guardado nuestras cosas y agarrados de la cintura ponemos rumbo hacia mi apartamento.

 

Edward Pov:

 

Menos mal que llegamos a la fiesta, porque mi novia está matándome con esos jeans azul claro ajustados marcando deliciosamente sus curvas y esbeltas piernas y que decir de esa blusa azul oscuro que se ciñe perfectamente a su cuerpo... Y ese arrebatador escote... Mi parte baja palpita al pensar en todo lo que podríamos hacer y es que mi Bella es la tentación hecha persona... Me tiene completamente loco.

 

—¡Qué emoción! Tenía unas ganas inmensas de llegar —exclama risueña saltando en el asiento y mirándome con sus preciosos ojos que brillan de ilusión.

 

—Entonces vamos, que seguro los chicos nos están esperando —digo antes de salir del coche para luego rodearlo y abrir su puerta, mi novia se lanza a mis brazos mientras reparte besos por mi rostro haciéndome reír.

 

—Estoy feliz amor y sé que después de la fiesta lo estaré aún más —declara traviesa guiñándome el ojo. Mi cuerpo entero vibra ante sus palabras y deseo que se hagan realidad.

 

—Mejor pongámonos en marcha antes de que nuestros amigos vengan a buscarnos —sugiero y la abrazo de forma posesiva poniendo mi mano en su trasero.

 

—Tranquilo Masen, más tarde podrás tocar lo que quieras —me avisa juguetona pegándose más a mí mientras repite mi gesto, pues su mano acaricia mi culo y luego da un pequeño apretón.

 

—Soy todo tuyo preciosa... Puedes tomar lo que quieras de mí —aseguro con un pícaro guiño y mi muñequita ríe metiendo su mano en el bolsillo trasero de mi pantalón al mismo tiempo que paso mi brazo de manera posesiva por su hombros con mi mano a milímetros de su pecho. Mi Bella ríe divertida mientras niega con la cabeza y nos encaminamos sonrientes hacia donde están nuestros amigos.

 

Es impresionante la multitud de gente que ha venido y eso que la fiesta apenas ha comenzado. Estoy seguro que según la noche avance el aparcamiento improvisado que han puesto los organizadores será insuficiente y tendrán que estacionar bastante lejos.

En el momento que nos ven, Marta y Bree salen corriendo en nuestra dirección y literalmente me arrebatan a mi muñequita de mis brazos para ponerse a chillar y brincar emocionadas. Es imposible saber lo que dicen, ya que todas hablan a la vez, el resto de las chicas no tardan en unirse a su animada charla complicando todavía más el poder entender algo.

 

—Nos hemos quedado sin acompañantes, Bella nos las ha robado —dice divertido Jared acercándose a mí junto con el resto de los chicos—. ¿Qué pasa Ed? —sonríe chocando nuestras manos amigablemente.

 

—Hola chicos —sonrío saludando a todos en general—. ¿Hace mucho que nos estáis esperando? —pregunto, ya que no creo haber tardado demasiado, pues Bella no me dejó ducharme con ella por mucho que insistí.

 

—Para nada, como mucho llevábamos aquí cinco minutos —palmea mi hombro Kevin—. Creo que sería bueno ir entrando, sino Emmett se quedará sin nada que comer —sugiere y todos reímos al ver la cara enfurruñada de nuestro amigo.

 

—Sí, pero a ver quien es el valiente que se atreve a separarlas, porque yo desde luego que no —asevera Alec mirando en dirección a las chicas, las cuales ríen de lo más entretenidas.

 

—Lo mejor es ir todos a la vez, de esa manera la bronca nos la llevamos juntos —propone Stefan y todos asentimos en acuerdo, pues es una buena estrategia.

 

—¡Esperen! ¡Tengo una idea! —detiene nuestra marcha Diego—. Ya que nos van a regañar por molestarlas podemos darles un pequeño susto —dice con una traviesa sonrisa antes de explicarnos su plan, el cual es una tontería, pero aceptamos encantados.

Nos encaminamos muy lenta y sigilosamente hacia donde están las chicas, ya que no queremos que se percaten de nuestra presencia para así poder asustarlas, lo que nos resultará bastante fácil pues están de los más entretenidas en su animada charla, pero con lo que no contamos es que Emmett se tropiece empujando a Garret, que si no es por Laurent hubiese terminado en el suelo y para acabar rematando el asunto nuestro oso suelta un estornudo ganándose una colleja por parte de James y logrando que todos le miremos de la manera, porque es la segunda vez que está a punto de estropearnos el plan, menos mal que las chicas están demasiado sumidas en su conversación como para prestarnos atención. Cuando al fin llegamos a su lado cada chico nos situamos justo detrás de nuestra novia o acompañante y todos a la vez las rodeamos la cintura con los brazos mientras susurramos entremos preciosa” ocasionando que todas griten a la vez y den un pequeño salto a raíz del susto haciendo que nosotros nos echemos a reír, a excepción de Jacob, que se lleva una bofetada de Nessie al pensar que era otra persona.

 

—¡Serán idiotas! ¡Menudo susto nos han dado! —reclama Kim fulminándonos con la mirada.

 

—Al menos nosotros hemos salido bien parados, no como otro —comenta divertido Thomas señalando a Jake, que se está sobando la mejilla.

 

—No pienso pedirte perdón lobito, así aprenderás a no asustarme —le regaña Nessie cruzándose de brazos y haciendo que todos nos echemos a reír menos el susodicho, que la mira con cara de pena—. No vas a conseguir nada poniéndome esa carita de cordero degollado. ¡Vamos dentro, la fiesta nos espera! —sonríe tomando su mano y encaminándose a la entrada como si nada hubiese ocurrido y no podemos evitar romper en carcajadas. Nuestra pitufa es increíble.

 

—No vuelvas a hacerme eso amor, casi me da un paro cardíaco —dice exagerada mi Bella llevándose la mano al pecho, pero con una divertida sonrisa en el rostro.

 

—Lo siento muñequita, pensaba que te gustaría estar al lado de tu adorado novio —declaro con un puchero, el cual consigue hacerla reír y deposita un dulce beso en mis labios.

 

—Dejen los arrumacos para más tarde, tortolitos —alega Garret, palmeando mi hombro mientras niega con la cabeza.

 

—¿Por qué no molestan a otros? —inquiere mi Bella frunciendo el ceño.

 

—Fácil, las únicas lapas aquí presentes son ustedes —responde sonriente Kate saliendo en defensa de su novio y ocasionando que todos estallen en risas.

 

—¡Malditos envidiosos! —exclama mi novia, logrando que las risas de nuestros amigos aumenten mientras entramos, al fin, al recinto.

 

La música que pone el Disc jockey resuena fuerte por todo el lugar, el cual es bastante bueno y experto en amenizar este tipo de eventos. La casa y los jardines están decorados y organizados magníficamente, hay varias barras distribuidas por el lugar al igual que varias mesas con comida para picotear. He de reconocer que el comité de eventos junto con los equipos deportivos se han lucido.

 

—Wow es increíble. ¡Me encanta! —exclama emocionada Bree observando con asombro a su alrededor.

 

—Este año se lo han currado pero bien. Estoy deseando ver la casa por dentro —comenta con admiración Laurent por el trabajo que se han metido, ya que sólo se utiliza dos veces al año.

 

—Después lo comprobamos. Ahora vamos a tomar algo, estoy muerto de sed —dice James tirando de la mano de Victoria y dirigiéndose hacia la barra más cercana seguido por todos nosotros.

En cuanto llegamos James nos pregunta que nos apetece tomar antes de girarse al camarero y pedir nuestras bebidas, las cuales no tardan en ser servidas.

 

—¿Dónde están los hermanos Swan? —pregunta extrañado Alec mirando a su alrededor, ya que todos tenemos nuestras bebidas menos ellos, que han desaparecido de repente.

 

—No tengo la menor idea, estaban aquí hace un momento —declara Marta encogiéndose de hombros.

 

—Seguro están donde haya comida de por medio —asevera Diego mientras les busca con la mirada—. Ahí lo tienen. ¿Ven cómo tenía razón? —ríe y nos señala una mesa al fondo donde se encuentran Emmett y Jake comiendo unas hamburguesas.

 

—¡Cómo pueden tener hambre! ¡Acabamos de cenar! —exclama asombrada Irina.

 

—Lo de este par no tiene nombre —dice Laurent negando con la cabeza—. No entiendo cómo tu padre no se quedó en la ruina con ellos —mira a mi novia divertido mientras todos nos soltamos en carcajadas por sus palabras.

 

—Gracias al comedor del colegio —responde como puede mi novia, ya que está muerta de risa al igual que nosotros.

 

—Pero mírenlos, parecen náufragos y pirañas que llevan semanas sin comer —agrega Elena simulando estar escandalizada y ocasionando que las risas aumenten.

 

—Mejor dejemos al lobito y al oso zampar tranquilos hasta que se sacien y vayamos a bailar. Mi cuerpo me está pidiendo marcha —declara divertida Nessie guiñándonos el ojo antes de irse moviendo sus caderas en dirección donde la gente está bailando. La pitufa es única.

 

—Andando chicas, necesito mover el esqueleto —añade sonriente Kim, que rápidamente sigue a Nessie con las chicas detrás de ella.

 

—En un rato vuelvo amor, espero que me extrañes —me susurra Bella en el oído y luego da un pequeño mordisquito a mi lóbulo consiguiendo que suelte un pequeño gemido.

 

—Eres un pequeño demonio —afirmo besando dulcemente sus labios antes de verla alejarse con una pícara sonrisa en su rostro.

 

—Uggg... Nunca me acostumbraré a ver a mi hermana haciendo este tipo de cosas —declara Jacob sorprendiéndonos y colocándose a mi lado con un plato lleno de comida.

 

—Para que sepas como me siento cuando te comes a mi hermana frente a mí —alega Thomas con el ceño fruncido pero con una guasona sonrisa en su cara.

 

—Menos mal que no tengo hermanas —agrega victorioso Stefan.

 

—Y hablando de hermanas —dice Emmett, que ha llegado hace unos instantes también con un plato lleno de comida—. ¿Dónde está la tuya? Hace un buen rato que no la veo —habla con la boca llena ganándose una colleja de Kevin.

Decido hacerme el desentendido y me echo a reír mientras escucho como los chicos le regañan al oso, sin embargo este me mira esperando una respuesta, así que pienso como salirme por la tangente.

 

—He de reconocer que por muy bien que me cae Justin, cuando estaba con mi hermana no me gustaba verlos en plan acaramelado, aunque viéndolo por el lado bueno sólo él podía conseguir entradas para los partidos con unos asientos excelentes —río—. Ahora bromas aparte, prefiero que sea con él, ya que la protege y cuida con su vida —explico consiguiendo desviar la conversación, mientras Thomas me mira interrogante, así que le hago asentimiento con la cabeza respondiendo a su silenciosa pregunta y el me corresponde con una sonrisa.

 

—No puedes quejarte Ed, Justin te sigue tratando igual —se queja James con una graciosa mueca.

 

—Por cierto, hablando del susodicho ¿no lo han visto? —indaga Garret observando a su alrededor.

 

—Con respecto a eso, ¿están preparados para el partido? —interviene Diego mirando a Stefan y Jared cambiando la dirección de la charla y se lo agradezco de corazón.

 

—Más que preparados. Vamos a patear sus traseros —responde contundente Jared chocando sus manos con Stefan para luego gritar “con nosotros no van a poder” logrando que todos rompamos en risas.

 

—Wow, esas chicas sí que saben moverse —gritan unos chicos a nuestro lado llamando nuestra atención y haciendo que todos dirijamos la vista donde ellos la tienen.

Todos soltamos un pequeño gruñido al ver que se refieren a nuestras novias y amigas, no nos hace la menor gracia que las contemplen de esa manera, somos demasiados protectores, posesivos, celosos... Y más, pero sólo porque nos preocupamos por ellas y las queremos cuidar.

 

—Vamos a por ellas, seguro que alguna cae —dice otro de los niñatos y todos se ponen rumbo hacia donde están las chicas.

 

Las chicas siguen bailando con esa frescura, naturalidad y belleza que las caracteriza, arrancando miradas y suspiros, sin percatarse de nada ya que están enfrascadas en el baile y en una amena charla, porque que no paran de bromear y reír. Pero en cuanto me fijo que los imbéciles pubertos calientes de antes se están acercando, mis instintos posesivos y salvajes comienzan a despertar, me giro para avisar a los chicos, los cuales se encuentran en la misma situación que yo, tienen la mandíbula apretada y las manos hechas puños por la rabia que sienten en este momento.

 

—No pienso quedarme aquí de brazos cruzados viendo como esos niñatos intentan ligar con mi chica. ¡Voy por ella! —exclama entre dientes Alec fulminando con la mirada al grupo de chicos.

 

—Relájense compañeros, estoy seguro que no nos necesitan para poner en su lugar a esos idiotas —asegura con una sonrisa Kevin, haciéndonos recapacitar e impidiendo que cometamos una tontería.

 

—Aun así, acerquémonos un poco para saber que dicen esos idiotas —propone Laurent y todos asentimos mientras nos encaminamos a su encuentro.

Decidimos quedarnos unos pasos atrás para escuchar lo que sucede por si debemos intervenir en cualquier momento.

 

—Hey Bellezas, ¿bailamos? —pregunta con una patética sonrisa el que parece el líder del grupo.

Por supuesto son ignorados por las chicas que siguen con su animada conversación.

 

—Hola preciosa —dice un tipejo rubio dirigiéndose a MI novia, la cual le saluda con un asentimiento de cabeza, más que nada por educación, ya que se percibe la molestia en sus ojos.

 

—¿Por qué no me dices tu nombre y bailamos un rato? —pregunta tratando de tomar su brazo, lo que hace que me hierva la sangre y esté a punto de ir a matarlo, pero mi Bella es más rápida y se aparta de su lado antes de que pueda tocarla.

 

—Vengo con mi novio, no quiero nada contigo, no me interesas y te agradecería que mantuvieras las distancias —dice con firmeza mi maravillosa novia y mi corazón palpita emocionado, ¿oíste idiota? ¡Ella es mía! Grito en mi interior.

 

—Vamos nena, no soy celoso y él no tiene porque enterarse —contesta tratando de abrazarla, por lo que no ve venir el rodillazo de mi novia en sus partes hasta que lo siente y se retuerce de dolor mientras grita “Estás loca”.

 

—No es no. Y en tu vida vuelvas a tocar a una mujer que ha dicho esa palabra. ¡Pedazo de Mierda! —grita furiosa mi Bella. Dios, eso fue sexy... Siento el calor ya más que conocido recorrer mi cuerpo. Mi muñequita es de armas tomar y me encanta.

De pronto escucho más gritos por parte de lo niñatos y me giro en su dirección, donde los veo retorciéndose de dolor o empapados por las bebidas, al parecer todos recibieron un buen merecido. Estas chicas son de temer cuando se lo proponen.

 

—¿Ven como no precisaban de nuestra ayuda? —nos dice Kevin muerto de risa mientras contempla la escena haciendo que todos explotemos en carcajadas.

 

—Será mejor regresar a la barra y pedirles otra bebida —nos sugiere divertido Thomas y nos encaminamos de nuevo a donde estábamos antes.

 

En cuanto llegamos Jared hace el pedido, para que cuando lleguen tengas sus bebidas. Sin embargo nos llama la atención que las chicas no hayan vuelto y me giro en su dirección y veo a todas paradas esperando a Gianna e Irina que han sido detenidas por Renata y María, lo que me llama bastante la atención.

 

—¿Qué querrán ahora esas dos? —inquiere molesto Laurent.

 

—No lo sé, pero creo que no hay nada de que preocuparse, ambas están sonriendo —agrega Garret y es cierto, las cuatro están hablando tranquilamente.

 

—Pues más les vale ir de buenas, no quiero que mi chica se lleve un mal rato —expresa Thomas mirando dulcemente a Gianna y dejándonos a todos sorprendidos por su forma de actuar a lo largo del día. No sé que habrá ocurrido entre estos dos, pero tarde o temprano me enteraré.

 

—Tío, hoy estás rarísimo. ¿Se puede saber que mierdas te pasa? —cuestiona Emmett observando confuso a nuestro amigo.

 

—No me ocurre nada, sólo que no quiero que Gianna se ponga mal por sus tonterías. ¿Hay algo de malo en eso? —responde Thomas a la defensiva, que parece no quiere profundizar en el tema, así que rápidamente cambio el tema de la conversación recordando como nos divertimos en el desfile.

 

Tan metidos estamos en nuestra charla recordando varios momentos que ni nos enteramos cuando las chicas llegan a nuestro lado hasta que noto el cuerpo de mi novia chocar con el mío.

 

—Hola amor, ¿me extrañaste? —me pregunta mi Bella rodeando mi cintura con sus brazos.

 

—No te imaginas cuanto, cada segundo lejos de ti es un verdadero infierno —la atraigo a mi cuerpo poniendo mis manos en sus caderas—. Voy a besarte —advierto mientras inclino mi cabeza hasta unir nuestros labios en un beso, que hace que nuestros cuerpos ardan en llamas de deseo.

Bella envuelve con sus brazos mi cuello y presionando sus exquisitos pechos contra mi torso. Al notar mi lengua lamer su labio inferior abre su boca dándome la bienvenida con su lengua, disfrutando de nuestros sabores mientras recorríamos cada recoveco de nuestras bocas en una deliciosa danza, la cual a cada instante se vuelve más pasional. Mis manos descienden hasta su trasero, que agarro con fuerza pegándola más a mí, pero no me es suficiente, necesito más, necesito sentir la suavidad de su piel. Justo cuando estoy apunto de llevar mis manos por debajo de su blusa unos molestos carraspeos acompañados de varios silbidos nos sacan de nuestra burbuja.

 

—¡Joder! ¡Búsquense un maldito cuarto! —gritan los hermanos Swan al unísono consiguiendo que nos separemos, cosa que no nos hace gracia a ninguno de los dos.

 

—Chicos, aquí huele a quemado. Ah, sí, son las hormonas de estos dos que se están chamuscando —se carcajea Brad, que hace unos minutos no estaba aquí.

 

—Concuerdo contigo compañero. Menudo par, se les salen las hormonas por las orejas —se burla ahora Jhonny ocasionando dos cosas, una, que mi muñequita se sonroje y esconda su carita en mi pecho y otra, que el resto se parta de risa.

 

—Hey chicos, ¿qué tal? No los había visto —saludo a Jhonny, Brad y a sus novias, que ahora se encuentran con nosotros.

 

—Hemos llegado hace un rato, pero estabais de lo más ocupados haciéndoos una exhaustiva exploración bucal —se cachondea Natalie consiguiendo que las risas aumenten.

 

—Lizzie nunca nos comentó que querías especializarte como otorrinolaringólogo —agrega guasona Haley mientras nos guiña el ojo.

 

—La verdad es que esa especialidad ya la tiene controlada, al menos con Bella —añade Stephan entrando al juego. Menudos cabrones son.

 

—Déjennos en paz. ¿O es qué no tienen a quien más molestar? —inquiere mi Bella frunciendo el ceño.

 

—Venga cuñadita, no te enfades, pero es que ni con agua hirviendo se separan —dice con un puchero Nessie, ocasionando que todos estallen en risas de nuevo.

 

—Por favor, dejar los mimos para otro momento. ¡Nos tienen traumados! —exclama Emmett señalando primero a Jacob y luego a él.

 

—¡Ja! Aquí la única con un trauma soy yo. Todavía recuerdo el día que vi salir a una chica de tu cuarto que jamás en la vida la había visto, sólo en bragas y moviéndose por la casa como si fuera la dueña —contraataca mi Bella consiguiendo que el grandote del oso se sonrojara y el resto explotamos en carcajadas.

 

—Por cierto, ¿no han visto al capitán? Pensamos que tanto la princesa como él estarían con vosotros —pregunta Jhonny cambiando la charla y mirando a su alrededor, buscándolos.

 

—No tengo ni idea de donde puedan estar —contesto encogiéndome de hombros y mi novia me lanza una mirada de no te creo nada.

 

—Joder, con las ganas que teníamos de bailar con Lizzie —se queja Natalie poniendo una graciosa mueca.

 

—Tranquila diva, ya nos deleitarán con el numerito más tarde —dice Jhonny con una sonrisa.

 

—Sí, te servimos para bailar como premio de consolación —sugiere divertida Bree.

 

—Una gran idea. ¡Andando chicas! —grita entusiasmada Gianna dando pequeños saltitos mientras Thomas intenta contenerla, como si fuera posible.

 

—Ahora vuelvo amor. Pórtate bien —me avisa mi Bella besando mis labios dulcemente.

 

—Sólo tengo ojos para ti mi muñequita —respondo dándole una palmada en el culo logrando que ría mientras se aleja.

 

—Nos abandonan de nuevo —se queja Alec infantilmente mientras las observa marcharse.

 

—Estás chicas son de temer, si solas son tremendas juntas son pura dinamita —dice Jared divertido, señalando al grupo de niñatos donde se encuentra el idiota al que mi novia golpeó.

 

—¿Quiénes son esos?, ¿por qué están empapados y uno encogido? —indaga Jhonny contemplando con curiosidad al grupo de idiotas.

 

—Intentaron ligar con las chicas —dice entre risas Kevin.

 

—Y mi hermanita le dio un buen rodillazo en sus partes al imbécil ese por molestarla al intentar tocarla —añade divertido y orgulloso Jacob—. Le enseñamos a defenderse bien —choca su puño con Emmett en signo de satisfacción.

 

—Recuérdenme no hacer enfadar a Bella, tengo intención de tener hijos en el futuro —agrega jovial Brad poniendo cara de miedo.

 

—Te compadezco Edward, tienes que andarte con pies de plomo —se burla Diego provocando las risas de todos.

 

—Les aseguro que esa parte de mi anatomía está muy bien cuidada y atendida por mi novia —asevero moviendo las cejas de manera sugerente, ocasionando que los chicos rompan en carcajadas, lógicamente con la excepción de mis cuñados.

 

—¿Les importaría dejar el tema? —inquiere molesto Emmett—. Creo que a nadie le gusta oír hablar sobre la vida intima de sus hermanas —frunce el ceño al miso tiempo que se cruza de brazos.

 

—Yo no tengo hermana, así que por eso no debo preocuparme —comenta Garret encogiéndose de hombros.

 

—En ese caso puedo contarte lo maravillosamente bien que Bella... —se tapa los oídos y comienza a tararear en voz alta—. ¿Qué? —pregunto haciéndome el inocente—. Tú no tienes hermana, por lo que puedo charlar contigo sobre como Bella... —sonrío dejando la frase en el aire al ver su rostro compungido.

 

—¡Cállate! Quiero a las chicas como si fueran mis hermanas y no me interesa saber nada de su vida sexual —clama exasperado Garret y ocasionando que todos rompamos en carcajadas, pues nunca hablaría con nadie de mi vida intima con Bella, eso es algo sólo nuestro.

 

—Para que hablas si luego te rajas, ¡cobarde! —dice riendo James golpeando su hombro.

 

—¡Joder! Estaban hablando de hermanas de sangre, no de personas a las que sientas como tal —se defiende como puede Garret.

 

—Da lo mismo, ven aquí —tira de su brazo Thomas—. El estar cerca de Emmett no te sienta bien, te está contagiando la tontería —se burla consiguiendo que todos estallemos en carcajadas, excepto el oso que simula tener cara de enfado.

 

Seguimos charlando de trivialidades sin perder de vista a las chicas, las cuales son literalmente el alma de la fiesta, la gente que baila a su alrededor las observa de reojo y tratan de imitarlas de forma penosa y es que parecen tener una coreografía, pues aunque cada una tiene sus propios pasos se las ve de lo más coordinadas... Estoy divagando totalmente y la única culpable es mi castaña de culito respingón, que me tiene completamente loco.

 

—Hola Eddie, ¡pero que guapo estás esta noche! —chilla una irritante y odiosa voz provocando que me estremeciera del disgusto.

 

—Hola Thomas, sin duda eres el más guapo de la fiesta —saluda Alice pegándose a mi amigo como si fuera una lapa e ignorando su cara de incomodidad.

 

—Emmett, menudos músculos. Adoro los hombres robustos —dice melosa Rosalie coqueteando descaradamente con mi cuñado mientras acaricia sus bíceps.

 

—Mira Eddie, combinamos y todo, parece que nos hubiésemos puesto de acuerdo —suelta la estúpida de Tanya y no puedo evitar girarme a verla, pues se me ha colgado del brazo y, por mucho que lo intento, no consigo desprenderme de ella, se ha pegado como sanguijuela.

 

—Lamento decirte que no encuentro parecido alguno entre su ropa y la tuya... Es más, hasta una chica que hace la calle se viste más apropiadamente que tú... Bueno, que vosotras —suelta Marta sorprendiéndonos a todos mientras las mata con la mirada al igual que Gianna que se encuentra a su lado.

 

—¿Quién te crees que eres para hablarnos de esa manera, niñata estúpida? —inquiere con desprecio Rosalie—. Tú no eres nadie y será mejor que midas tus palabras, estás frente a las más populares del campus —observa con altivez de arriba para abajo a nuestra amiga.

 

—Soy la que te va a dar una buena ostia si no te separas de Emmett en este momento —garantiza con voz dura, encarándola.

 

—Siento decirte que este hombre es de lo más feliz teniéndome a su lado —se arrima más a nuestro amigo y comienza a acariciar su pecho—. Y si no me crees pregúntale por nuestras noches de pasión —suelta Rosalie con malicia intento provocar más a nuestra amiga.

 

—¿Tan segura estás de eso? —pregunta Marta levantando una ceja—. Porque por la cara de asco me dice que piensa otra cosa —sonríe dulcemente antes de apartar a Rosalie de nuestro amigo con un empujón

 

—Menos mal que Emmett dejo de tener mal gusto y se fijó en una chica que realmente vale la pena —acota Gianna palmeando el hombro del oso.

 

—Con mi hermana no te metas, rubia de bote, mira que gracias a nuestra popularidad podemos hacer de tu vida un infierno —amenaza Alice, que sale en defensa de Rosalie.

 

—Por supuesto que cuentan con una gran popularidad, pero no por ser unas chicas encantadoras y maravillosas, sino por todo lo contrario, porque no paran de brincar de cama en cama —declara tan tranquila Gianna mientras se acerca a Thomas con una cómplice mirada.

 

—¡Mejor cállate! Que por mojigata y frígida Félix te dejó —escupe venenosa Alice queriendo hacerle daño.

 

—Pues está puritana, santurrona, mojigata o como me quieras llamar... —se señala a si misma con el dedo—. Está de novia con el hombre que a ti te gusta y que jamás podrás tener, ¿verdad que no me equivoco? —puntualiza con una satisfactoria sonrisa Gianna abrazándose a Thomas para luego unir sus labios en un dulce beso que deja sin palabras a mi prima.

 

—Ni caso chicas, tarde o temprano se darán cuenta de que somos nosotras, las que valemos la pena —asevera con confianza Tanya, la chica está completamente loca si cree semejante estupidez—. Por otro lado Eddie, no entiendo tu capricho por Swan. No te voy a negar que tiene lo suyo, pero aún no comprendo qué, en cambio yo tengo un cuerpo envidiable, mi cabello es rubio y sedoso, mi piel es suave y además, voy con los mejores especialistas para mantenerme joven y hermosa, por eso estoy segura de que ambos seriamos la pareja ideal —sonríe intentando parecer sensual y logrando todo lo contrario. Intento zafarme de su agarre como puedo, ya me da igual ser caballeroso o no, pero es que es está chica es insufrible, además no para de parlotear puras tonterías.

 

—Tanya, suelta a nuestro amigo de una vez. ¿No ves que está incomodo e intentando deshacerse de ti? —dice hastiado Kevin, que es ignorado por completo por la cosa que tengo a mi lado.

 

—Si ya terminaste de soltar toda tu porquería y de demostrarnos lo idiota que eres, vete soltando a mi novio barbie —suelta mordaz mi Bella que esta frente a nosotros con una fiera mirada.

 

—No te metas donde no te llaman Swan y como ya te dije, no me molesta que me llames barbie, ya que desde hace tiempo es el modelo de la belleza —contesta Tanya aferrándose más fuerte a mí. Si mi amada mamá no me hubiese educado para ser un caballero, ya le habría dado un buen empujón.

 

—Sí, pero también son plásticas, huecas y descerebradas como tú —sonríe con malicia mi muñequita mientras las chicas que están detrás rompen en carcajadas—. Si por casualidad te queda alguna neurona con vida alojada en tu vacía cabeza, más vale que sueltes a Edward o no respondo —advierte frotándose las manos mi Bella.

 

—Yo que tú le haría caso. No es bueno hacer enfadar a mi cuñada —aconseja entre risas Nessie que la conoce y sabe de lo que es capaz.

 

—¿Crees que te tengo miedo novata? —mira a Bella con asco ignorando por completo el consejo de la pitufa—. ¿Tú y cuantas más van a venir por mí? —la reta la muy idiota de Tanya.

 

—Que te quede claro que yo no soy como tú, que para defenderse necesita a su séquito de perras rastreras, solita me basto y me sobra —le responde mi muñequita y el verla de está manera.... Me dan ganas de cogerla y echármela al hombro y llevarla....

 

—Estoy aterrada. Mira como tiemblo de miedo —dice Tanya intentando aparentar seguridad, lo que me hace soltar una risita pues en realidad está asustada, sus piernas inestables lo demuestran.

 

—No me considero una persona violenta, pero si no sueltas a MI HOMBRE en este instante, sabrás de lo que es capaz Isabella Swan —avisa nuevamente mi novia, apenas sin paciencia.

 

—No tengo intención de separarme de mi Eddie —gruñe la terca de Tanya mientras intento quitar sus garras de mi brazo sin hacerle daño.

 

—Uno —comienza a contar mi Bella golpeando el suelo con sus tacones.

 

—Olvídame niñata —habla Tanya haciendo un gesto de quitar importancia al asunto.

 

—Dos —sigue enumerando mi novia haciendo caso omiso a las palabras de la barbie.

 

—No seas pesada, no voy a dejar a mi Eddie solo —asevera la loca intentando pegarse más a mí, me hago hacia atrás separándome todo lo que puedo de ella, ya que mi brazo no lo suelta.

 

—Tanya, si tienes un poco de cordura será mejor que me sueltes y que se te meta en la cabecita que no me interesas en lo más mínimo... La única mujer que me interesa y despierta amor, pasión y más en mi vida es mi novia y no puede existir ninguna otra mujer porque para mí sólo es ella —me decido a hablar al observar la mirada asesina de mi novia.

 

—No Eddie, tú eres mío, sólo mío —reclama Tanya histérica, la chica está como una cabra, no sabe ni lo que dice.

 

—Tres —anuncia mi Bella y lo siguiente que veo es a mi muñequita tirar de los pelos a Tanya arrancándola de mi lado mientras escuchamos los insufribles chillidos de la barbie.

 

—¡Suéltame salvaje! —chilla furiosa Tanya.

 

—Te lo advertí, pero parece ser que tu última neurona también decidió abandonarte, así que no me queda de otra que enseñarte por las malas lo que ocurre cuando tocan lo mío —manifiesta mi novia aún sujetando del cabello a Tanya mientras las chicas no paraban de reír, todo lo contrario que mis primas, que no paraban de soltar insultos.

 

—No eres más que una arrastrada que a saber que artimañas has utilizado para engatusar a mi Eddie —grita furiosa Tanya intentando librarse del agarre de Bella.

 

—No me culpes a mí de tus engaños y tus sucias trampas. Yo no necesito rebajarme para tener al hombre que amo junto a mí —asegura mi muñequita y no puedo evitar sonreír, sintiéndome orgulloso.

 

—Eres una cualquiera capaz de abrirte de piernas a todo él que te lo pida con tal de conseguir lo que quieres —ataca colérica Tanya.

 

—Hermanita, creo que te equivocaste en la descripción, ya que esa es la tuya y la de tus fieles servidoras —comenta Irina entre risas provocando que todos rompamos en carcajadas, menos Tanya, Alice y Rosalie, las cuales nos dan miradas asesinas.

 

—Son todas unas estúpidas. ¡Alice, Rosalie, Ayúdenme! ¿No ven que me está haciendo daño? —vocea alterada y mis primas no tardan en correr en su auxilio, pero no sé que hacen al separarla que la rubia odiosa chilla como un cerdo, casi taladrando nuestros oídos; me fijo en mi Bella que tiene entre sus manos unos mechones de pelo.

 

—No te quejes tanto barbie. Todos sabemos que tus extensiones son tan falsas como tus tetas —alega Elena soltando una risotada y logrando que explotemos en risas, no sólo por sus palabras sino también por su rostro lleno de rabia y vergüenza.

 

—¿Están todas bien amor? —pregunta preocupado Jasper llegando junto con sus nuevos amigos.

 

—No cielo, la salvaje de tu prima atacó a Tanya, igual que estas dos a nosotras —señala a Marta y a Gianna—, sólo por venir a saludar a Edward y al resto —explica con cara de pena Alice abrazándose a él. Menuda cínica, que bien se le da mentir.

 

—Nunca me imaginé que cayeras tan bajo, no sabes lo que me arrepiento de ser tu primo. Más te vale no volver a acercarte a ellas con intención de hacerles daño o te las verás conmigo —amenaza rencoroso Jasper a Bella, que le mira dolida. Estoy apunto de soltarle alguna barbaridad al imbécil cuando se me adelantan.

 

—Escúchame atentamente, no sé si recordaras que el capitán nos dio carta libre para darte un buen merecido si te atrevías a insultar o amenazar de nuevo a la princesa o al resto de sus amigas, así que, por tu propio bien, más te vale darte la vuelta y dejar de decir tonterías si no quieres sufrir las consecuencias —le avisa Brad encarándolo y colocando a Bella detrás de él, protegiéndola. Wow... Todos nos quedamos sorprendidos y agradecidos por su manera de defender a mi novia y al resto de las chicas.

 

—Si le tocas un solo pelo a nuestro amigo, ten por cuenta que te las verás con nosotros —asevera Félix poniéndose al lado de Jasper seguido de Demetri y Royce.

 

—Mira que eres hipócrita —ríe sin ganas Jhonny—. El año pasado no parabas de hacernos la pelota para entrar en el equipo y cuando el capitán te dio la negativa nos odiaste y comenzaste a difamarnos —niega con la cabeza—. Está claro que te mueves sólo por tu propio interés, no sé que tramarás junto con estas, pero pobre chico, no sabe donde se ha metido —le dice Jhonny a Félix dejándole sin palabras, lleva ahora su mirada hacia Jasper—. Te compadezco menudos, amigos te has echado y cuando te des cuenta de las malas decisiones que has tomado te arrepentirás. Por otro lado, si le pasa algo a Lizzie o a sus amigas por su culpa aténganse a los resultados, porque van a conocer las malas pulgas que nos gastamos. Y dar gracias que Justin no se encuentra, porque sino... —deja la frase en el aire dejando que todos nos imaginemos la escena, no sería nada agradable.

 

—Wow, menudos defensores tienen —se ríe burlón—. Sin embargo no son las únicas, ellas también tienen quien las defienda, si les ocurre algo… —advierte Royce en plan protector de mis primas y Tanya. ¡Será gilipollas! Si con sólo un empujón de Brad estaría ko en el suelo.

 

—¿Bueno, ahora que ya está todo dicho, porque no se marchan y nos hacen el favor de llevarse a estas molestas señoritas con ustedes? —exige sonriente Jared haciéndonos reír.

 

—Esto no se va a quedar así, les juro que se acordarán de nosotros —nos desafía Rosalie mirándonos con un profundo odio.

 

—Lo que digas bonita, estaremos esperándolos con los brazos abiertos —responde sarcástica Kim haciéndole un guiño.

 

—Miren como temblamos, el pánico recorre nuestros cuerpo ante tal amenaza —se burla Jane simulando tener temblores y logrando que todos rompamos en carcajadas mientras mis primas y Tanya nos chilla miles de cosas que no entendemos, ya que sus amigos las alejan de nosotros, aunque, para nuestra desgracia, no se las llevan muy lejos.

 

—Bella, eres fantástica. No sabes el gusto que me dio ver a esa perra humillada, fue un momentazo —felicita entusiasmada Victoria abrazando a Bella y el resto de las chicas hacen lo mismo. Están locas, pero la queremos con locura, son únicas.

Como puedo me hago un hueco entre las chicas llegando a mi novia y rodeo su cintura con mis brazos pegándola a mi cuerpo y mirándola con deseo antes de estampar mis labios con los suyos en un beso voraz.

 

—Suéltala ya campeón, que vas a ahogarla —bromea Alec palmeando mi espalda.

¿Qué quieren que haga si mi novia me tiene loco?

 

—Será mejor pedir algo de beber —propone Stefan dirigiéndonos una sonrisa.

 

—Buena idea. Porque si a este par se les sube más la temperatura provocaran un incendio y adiós fiesta —se burla Diego que tiene rodea a una risueña Bree por los hombros.

 

—Me vais a decir que vosotros no os pondríais a cien si vuestra novia se peleara de esa forma por defender lo suyo —afirmo orgulloso por la manera en que Bella marcó su territorio.

 

Una vez todos tenemos nuestras bebidas comenzamos a charlar sobre el desfile hasta que las chicas deciden llevar la conversación a su maldita fiesta de mañana, la cual no nos hace gracia a ninguno, pero por nuestro bien, mejor no decir nada.

No sé como acabamos en dos conversaciones distintas, nosotros hablando de deportes y las chicas siguen con lo suyo, más ahora que Katherine se ha unido a ellas.

 

—Ya no queda nada para que comience la temporada, esperemos que lo hagan con una increíble victoria —comenta Laurent golpeando amistosamente en el costado a Brad, para luego hacer una graciosa mueca mientras se restrega el puño como si se hubiera hecho daño.

 

—La duda ofende, nosotros siempre estamos listos para ganar —garantiza Jhonny moviendo sus músculos y estoy a punto de taparle los ojos a Bella, pues todas las chicas se quedan mirando atontadas.

 

—Es cierto, tanto el entrenador como el capitán no dejan de decirnos que pertenecemos al equipo no sólo porque juguemos bien, sino también por tener una mente ganadora y el que no piense igual puede irse fuera del equipo —declara Brad imitando la voz del entrenador.

 

—¡Qué drástico! —exclama asombrado Garret.

 

—Desde mi punto de vista tiene razón, si no vas a dar el cien por cien, ¿para qué perder el tiempo? —digo con convicción y Stefan, Jared, Jhonny, Brad y las novias de estos últimos asienten en acuerdo.

 

—Como dice el capitán, en el campo no sólo se juega con el cuerpo y la fuerza, sino con el alma y el corazón, solamente así se triunfa —nos cuenta Jhonny imitando a Justin mientras Brad mueve sus manos teatralmente emulándolo y provocando que todos estallemos en carcajadas incluidas las chicas que hace rato se unieron a nuestra charla.

 

De repente Nessie se pone a chillar como loca mientras hace señas exageradas, todos nos giramos preocupados por si algo le ha ocurrido, pero está en perfectas condiciones, por lo que la observamos extrañados y confusos.

 

—Imposible... No me lo puedo creer... Mis ojos me están engañando —tartamudea Nessie con la mirada clavada en la entrada y parece que ha visto un fantasma—. Lizzie... Justin... Lizzie... Justin… ¡Al fin! —pega un grito penetrante logrando que todos volvamos la vista y nos encontremos a mi brujita y Justin besándose bajo la atenta mirada de todos los presentes, decir besándose era un cliché, porque prácticamente están devorándose. Escuchamos una sarta de palabrotas y maldiciones por parte de las barbies que haría avergonzarse a cualquiera por tenerlas a su lado, no puedo evitarlo y me giro a ver a mi prima Rosalie que pasa del rojo al morado con rapidez, está a punto de estallar y una risotada sale de mis labios mientras en mi mente grito “Jodete maldita envidiosa”.

 

—Eso sí que es una entrada a lo grande —expresa divertida Katherine.

 

—Nunca me imaginé que sucediera tan pronto —dice Bella dándome una mirada acusadora—. Pero me alegro de que estén juntos —suspira feliz recostándose en mi pecho.

 

—¡Juntos! —exclama James haciéndonos saltar—. Por Dios, si se están comiendo —hace ademanes con las manos, simulando estar molesto y ocasionando que todos estallemos en carcajadas.

 

—Esto se merece un interrogatorio de tercer grado —afirma Alec sonriendo malicioso, que sabe que su venganza está próxima.

 

—Amigo, siento desilusionarte, pero creo que no será necesario. Ese par no esconden nada, no como otros —sale Diego al rescate de Lizzie.

 

—Wow... La parejita se tiene ganas —comenta emocionada Maggie—. ¡Ni respiran! —da pequeños brincos en el sitio, ya que Kevin la tiene sujeta por la cintura impidiendo que salga corriendo en dirección a Lizzie para interrogarla.

 

—¿Y quién querría respirar besando a semejante hombre? No lo digo por nosotras —todos soltamos un suspiro de alivio aparentando estar preocupados—. Sólo tenéis que mirar las caras de envidia de algunas de las mujeres de la fiesta —asegura Kate observando a las tres víboras, que contemplan la escena muertas de rabia.

 

—Pues más les vale que dejen de soñar con el novio de mi cuñada o... Se las verán conmigo de nuevo —añade divertida mi Bella mirando a Rosalie con una petulante sonrisa, la cual le regresa una mirada llena de odio y todos estallamos en carcajadas.

 

—Joder hermanita, cuando te pones en plan malvada das miedo —asevera Jacob cubriéndose sus partes y ocasionando que nuestras risas aumenten.

 

—Pues mejor que no se metan con mi cuñada si no quieren sufrir las consecuencias —se burla guasona Nessie observándonos sólo a los chicos, que tragamos en seco.

 

—Bella nunca nos haría nada, sabe lo mucho que la queremos —agrega rápidamente Kevin provocando las carcajadas de las chicas.

 

—Los tortolitos no tienen prisa por venir, están sumergidos en su mundo —se queja Elena que está deseosa por saber los detalles.

 

—¡Hey, capitán! ¡Deja de comerte a mi amore! Un poco de respeto para este pobre corazoncito —finge chillar Diego mientras se apuñala en el pecho teatralmente.

 

—Déjalos en paz bomboncito, son tan tiernos y románticos —dramatiza Bree soltando un suspiro, no cabe duda de que la locura se pega.

 

—¡Tiernos y románticos! —exclama en voz alta Emmett ganándose un siseo de nuestro parte para que baje el tono—. Si casi se está devorando a la niña, miren, está asfixiándola —intenta caminar hacia ellos, pero velozmente le interceptamos el paso.

 

—Oso no escarmientas. ¿Quieres que Lizzie deje de hablarte de nuevo? —inquiere Irina cruzándose de brazos delante de él.

 

—Sólo iba a decirle a Justin que tiene permitido besar a Lizzie las veces que quiera —intenta excusarse Emmett ante nuestra mirada de reproche, con lo grandote que es y ante las chicas es todo un cobarde.

 

—Madre mía, si siguen así... No sé como acabará la cosa —grita impresionada Kim al ver como mi cuñado pone las manos en el trasero de mi brujita.

 

—Creo que sería bueno darles un toque amor, si no queremos presenciar una película tres equis —me propone mi muñequita acariciando mis brazos que la tienen rodeada por la cintura.

 

—Mejor cállate, porque los de las películas sois vosotros —alega Victoria con una pícara sonrisa haciendo que todos exploten en carcajadas.

 

—Ya, déjense de chorradas y disfrutemos del espectáculo mientras dure —nos reclama sonriente Laurent observando la escena con alegría al saber que uno de sus mejores amigos es feliz de nuevo.

 

Todos estamos contentos de verlos juntos y felices de nuevo, de hecho nuestra conversación se centra sólo en ellos y en lo mucho que se aman, en la bonita pareja que hacen y lo mal que lo pasaron cuando estuvieron separados. De pronto las chicas comienzan a chillar, aplaudir, saltar y no sé cuantas locuras más al ver como Justin y Lizzie se acercan a nosotros abrazados por la cintura y con sendas sonrisas en sus rostros.

 

—Mi niña, ¿por qué crees que están tan felices? —le pregunta divertido Justin mirándome agradecido.

 

—Ni idea nene, creo que ya se pusieron un poco achispados —responde mi brujita haciendo un gesto de que estamos bebidos.

 

—Buenas noches chicos, ¿qué tal va la fiesta? —nos saluda mi cuñado ignorando por completo a las chicas que están deseando saltarles encima.

 

—También como la suya no creo, aunque las chicas nos han divertido bastante —dice James levantando sus cejas sugestivamente.

 

—Creo que sí están algo bebidos amor, porque dicen que estábamos de fiesta, y yo no recuerdo ninguna —bromea Justin sonriendo con complicidad a Lizzie.

 

—La verdad es que yo tampoco —le sigue el juego mi hermana.

 

—Paren ya con eso y dígannos que era lo que hacían en la puerta hace un instante —gruñe Jane desesperada por someterles al interrogatorio.

 

—Lo mismo que hace todo el mundo, entrar —contesta mi brujita encogiéndose de hombros y restándole importancia.

 

—¡No! Nos referíamos a... a… Uh… —tartamudea graciosamente Gianna.

 

—Hasta donde sé la letra a es la primera del alfabeto —se burla Lizzie.

 

—¿Son tontos o se hacen? —bufa Alec observándolos inquisidoramente.

 

—No, lo que sucede es que se han comido las neuronas mutuamente —se burla Marta haciéndonos reír.

 

—El amor se respira en aire. Oh el amor, el amor —recita en plan poeta Diego mientras bailotea en su sitio provocando que todos rompamos en risas. ¡Menudo payaso es!

 

—Parejita, no quieran vernos la cara de tontos, que todos contemplamos con nuestros hermosos ojitos como se estaban be.san.do —puntualiza Maggie que salta de emoción.

 

—¿Nosotros? —preguntan al unísono con cara de confusión, fingiendo no saber de que habla. Me encanta volver a verles bromear entre ellos de esa manera.

 

—No, serían sus dobles entonces —murmura desesperada Bree.

 

—Nene, no lo recuerdo, ¿tendré amnesia? —cuestiona mi brujita con una sonrisa juguetona en los labios.

 

—Eso no lo puedo permitir, tengo la solución perfecta para remediarlo —asegura Justin tomando a Lizzie de la cintura y elevándola del suelo mientras ella rodea con los brazos su cuello y con las piernas su cintura, ambos se miran cómplices y mi cuñado une sus labios en un entusiasta y ardiente beso que mi hermanita responde de igual manera.

Contemplo los rostros de mi Bella y mis amigos, que se encuentran con la boca abierta, la verdad es que nadie se esperaba que se besaran tan apasionadamente.

 

—Gracias amor, me has regresado la memoria —susurra con voz agitada Lizzie.

 

—Me alegro que haya funcionado —sonríe besando su frente antes de girarse hacia nosotros y soltar una carcajada al ver sus rostros sorprendidos, pues yo sabía lo que iba a suceder—, ¿se puede saber por qué nos miran de esa manera? —pregunta chistoso mi cuñado subiendo una ceja—. No veo que tiene de raro besar a mi novia —rodea a mi brujita con sus brazos mientras ambos ríen divertidos por la manera de dar la noticia y provocan que las chicas se pongan a gritar como locas.

 

—¡Amiga! —chillan emocionadas Bella y Nessie lanzándose sobre Lizzie, que si no llega a estar apoyada en Justin se hubiera caído al suelo ante tal efusividad. Ya me parecía extraño que se hubieran mantenido tan calladas.

 

—Queremos todos los detalles señorita —le avisa sonriente la pitufa aún abrazada a ella.

 

—Sí y los necesitamos en este instante, así que vamos —añade mi muñequita tirando de su brazo.

 

—¡Hey! No me la roben tan pronto —protesta mi cuñado aferrándose a mi hermana.

 

—Tú ni hables capitán —esa mirada de Natalie da miedo—. Que te quedas en compañía de los chicos para que te interroguen —declara con voz amenazante.

 

—Nosotros no somos cotillas como vosotras —se queja Damon ganándose fulminantes miradas por parte de las chicas.

 

—Tú eliges, vienes por las buenas o por las malas —advierte Elena al ver que mi brujita no tiene intención de moverse.

 

—Vuelvo enseguida nene —le dice mi hermana sin ganas de irse para luego unir sus labios en un dulce beso antes de ser arrastrada por las chicas. Pobre, le van a preguntar hasta el color del bóxer de Justin.

 

En cuanto las chicas se encuentran lo suficientemente alejadas, todos se giran en dirección a mi cuñado mirándolo fijamente y esperando alguna reacción de su parte, lo cual no sucede.

 

—Bueno, ya que tú no tienes intención de hablar lo haremos nosotros —dice Jacob—. ¿Qué ha sucedido entre vosotros? —se cruza de brazos intentando intimidarlo, lo que nos hace reír a todos.

 

—Este zoquete tiene razón. ¿Cuales son tus intenciones con la peke? —inquiere James en modo protector.

 

—¿Qué quieren que les diga? La amo desde siempre y sólo pienso en hacerla feliz —garantiza con convicción y con una tonta sonrisa al mirar donde se encuentra mi hermana.

 

—¿Eres consciente de que si la haces sufrir todos te saltaremos encima? —bromea Thomas mirándole con complicidad.

Sin embargo los chicos se lo toman en serio y comienzan a amenazar a mi cuñado de diferentes maneras, lo cual ignora pues está más pendiente de mi hermana que de otra cosa.

 

—Paren con las amenazas de una vez, que aquí el único que tiene derecho soy yo, es mi hermana y no digo nada, ni lo pienso hacer, al contrario, le agradezco que haya traído a mi brujita de vuelta —hablo emocionado y no puedo evitar que se me quiebre la voz mientras palmeo la espalda de mi cuñado.

 

—Nosotros estamos a muerte con el capitán, ¿verdad chicos? —mira a Stefan, Brad y Jhonny, que asienten sonrientes—. Si lo amenazan a él, es lo mismo que hacerlo con nosotros —declara Jared defiendo a mi cuñado.

 

—Ed tiene toda la razón, si Justin hace feliz a Lizzie debemos apoyarlo y dejar las intimidaciones de lado —agrega Garret sonriéndole al susodicho.

 

—Yo estoy de acuerdo con todos —secunda Emmett dejándonos sorprendidos—. ¿Qué? Si me dejó de hablar por meter la pata diciendo cosas que no eran, si lastimo a su novio me deja sin posibilidad de descendencia —se encoje de hombros al mismo tiempo que toma un puñado de patas fritas del bol que hay en la barra.

 

—Más te vale, además vive con tu hermana, que le puede enseñar a dar buenos rodillazos en... —le es imposible a Alec terminar la frase pues tanto sus risas como las nuestras se lo impiden.

Todavía nos estamos riendo cuando un remolino de cabellos parecidos a los míos se estrellan contra el pecho de Justin, mientras un grupo de enfurecidas chicas la siguen.

 

—¡Ayúdame nene! Por favor, salva a tu novia que tanto te ama —gimotea mi hermanita colgándose de él, que inmediatamente rodea su cintura con sus brazos, atrayéndola más a él.

 

—Ni lo sueñes Elizabeth Tiffany Masen, tienes mucho que explicarnos —la regaña Haley por su escapada señalándola con el dedo.

 

—Por favor Lizzie —suplica Gianna—. No lo hacemos con mala intención, es sólo que estamos felices por ti y queremos compartir tu alegría —hace un tierno puchero, me encanta la amistad que ambas están entablando.

 

—Chicas, dejen a mi niña tranquila, más tarde se la llevan y la interrogan —intenta hacerlas comprender mi cuñado, lo cual es bastante complicado.

 

—Anda amiga, no seas mala. Sabemos que quieres estar con tu novio, pero nosotras somos casi tus hermanas y necesitamos saber —implora Kim con cara de pena, ignorando por completo las palabras de Justin.

 

—Pero van a entretenerme mucho —se queja mi brujita.

 

—Anda Lizzie, por favor, mira que es un asunto de vida o muerte —apela Irina con emotividad.

 

—Ninguna va a morirse si no le cuento, no sean dramáticas —les saca la lengua infantilmente, mi cuñado se acerca a su oído y le susurra algo que la hace sonreír y asentir con la cabeza—. Está bien, las acompañaré, pero con la condición de que no me retengan mucho tiempo —les advierte mi hermana.

 

—Prometido —gritan todas a la vez antes de tomar a mi brujita del brazo y llevársela con ellas.

 

—Una cosa quiero decirles, si las zorras se acercan de nuevo más les vale espantarlas, porque no pensamos defenderlos de nuevo —nos avisa Marta mirándonos seriamente y una vez todos asentimos, se marcha junto con las chicas, que la esperan un poco más adelante.

 

Escuchamos un suspiro y todos volteamos en dirección a mi cuñado, que tiene la vista fija en Lizzie hasta que desaparece entre la gente y no podemos evitar reír por la cara de tonto enamorado que tiene.

 

—¿Les importaría contarme el chiste, qué me perdí? —inquiere Justin observándonos fijamente.

 

—Estoy a punto de ir por un espejo para que veas lo baboso que estás, te tiene bien cogido —se burla Thomas.

 

—Creo que lo conservaré para que veas tu cara de idiota cuando estás con Gianna —contraataca mi cuñado con tono juguetón.

 

Touche —contesta Thomas con una mueca graciosa, haciendo que estallemos en risas.

 

—Bueno, querido amigo, es hora de que nos cuentes los detalles —asegura Alec palmeando su espalda.

 

—¿Qué quieren saber? —pregunta hastiado Justin.

 

—¡Todo! —chillan todos a la vez.

 

—¡No! —exclamo y me miran como si me hubiera salido un tercer ojo—. No quiero oír la parte morbosa del asunto ¡Es mi hermana! —grito con suplica en mi voz.

 

—Tranquilo Ed, esos detalles son solamente de mi niña y míos —asegura Justin y respiro relajado.

 

—Esos detalles no nos interesan, queremos saber a donde la  llevó,  cuando y como le pidió ser su novia y esas cosas —aclara sonriente Kevin antes de darle un trago a su cerveza.

 

—Está bien les voy a contar bola de cotillas, pero no quiero interrupciones porque no pienso repetirlo, ¿entendido? —todos afirmamos con la cabeza como niños buenos que no han roto un plato en su vida—, primero paseamos por la playa mientras hablamos... Sobre cosas importantes que estaban pendientes y ciclos que debíamos cerrar... —suspira e inconscientemente lleva su mano al cuello donde cuelga un cadena con un dije que no alcanzo a ver bien—. Después estuvimos en nuestro lugar secreto, donde nos bañamos, pasamos un buen rato entre juegos y bromas hasta que comenzó a anochecer, fue entonces cuando le declare mis sentimientos y le pedí ser mi novia y aceptó encantada, haciéndome el hombre más feliz del mundo —una estúpida sonrisa se instala en su rostro—, luego nos fuimos a cambiar para poder ir a celebrar nuestra noviazgo con una cena en el restaurante Acantilado, el preferido de mi niña y el resto ya lo saben —termina de narrarnos Justin mirándonos divertido, pues nuestros rostros deben ser graciosísimos.

 

—¡Qué mal amigo eres! Fuiste a comer esas sabrosidades y ni si quiera tuviste la decencia de invitarme —exclama Emmett muerto de envidia haciéndose el ofendido.

 

—Primero, no se dice sabrosidades, creo que esa palabra ni existe y segundo, era una cena de pareja, dos personas, ¿lo captas? —le explica mi cuñado como si de un niño pequeño se tratara, provocando que todos rompamos en carcajadas, menos el aludido.

 

—¡Jo!, a mí me encanta comer ahí —se queja haciendo un berrinche de niño chiquito.

 

—Nos has jodido pero bien capitán —le reclama Jhonny—. Ahora nuestras novias querrán una cita igual —le da un pequeño y amistoso empujón en el hombro, mientras todos asentimos de acuerdo.

 

—No seas tan romántico capitán, que a estos le dejas por los suelos —se burla Stefan, señalando con el dedo a los que tenemos novia.

 

—Ríanse ahora que pueden, porque más adelante lo haremos nosotros —asegura Garret, que al igual que los demás sabe del interés de Stefan y Jared por Elena y Kim.

 

—¡Hey! ¡Yo también estoy soltero! —clama indignado Emmett por no tenerle en cuenta.

 

—No digas idioteces que tú estas en las mismas que nosotros —ratifica Laurent—. Sólo porque seas un cobarde que no se atreve a pedirle a Marta que sea tu novia, no quiere decir que no estés bien amarrado —sonríe de manera engreída palmeando la espalda del oso, el cual está ruborizado, ocasionando que rompamos en carcajadas por la metida de pata.

 

—Esto se merece una celebración a lo grande. Mi hermano aquí presente juró que nunca abandonaría su soltería hasta que no terminara la universidad y mírenlo ahora, está colado hasta las trancas por nuestra amiga —dice Jake codeando juguetonamente a un Emmett todavía sonrojado, provocando que las risas aumenten.

 

Las bromas al oso siguen durante un buen rato hasta que vemos venir a parte de las chicas, entre ellas mi hermosa muñequita con su maravilloso contoneo que me pone a mil. Ella me mira con una enorme sonrisa, la cual no puedo evitar regresar, pero al llegar a nosotros me deja estático al ir en dirección a Justin y darle un fuerte abrazo.

 

—Muchas gracias por hacer tan feliz a mi cuñada —asevera mi Bella con una preciosa sonrisa besando su mejilla antes de caminar hacia mí y abrazarme. Sus lindos ojitos están cristalinos por la emoción y la estrecho fuertemente contra mi cuerpo mientras deposito varios besos en sus cabellos.

 

—Ten la seguridad de que haré todo lo que esté en mis manos para que siempre sea así, mi niña es lo más importante para mí, si ella es feliz yo también —confirma solemne Justin—. Cuídala cuñado, tu chica vale oro —asegura y me guiña el ojo.

 

—Lo sé, no pienso dejarla escapar de mi lado nunca —garantizo aferrándome más a ella, que ahora tiene su cabeza recostada en mi pecho mientras mis brazos rodean su cintura.

 

—Nos gustaría pedirte un favor —pide Jane con un gracioso puchero a mi cuñado—. Por favor dales un curso intensivo a estos tontos de como ser románticos con sus novias —hace comillas con los dedos al decir lo último.

 

—Es más, pon un precio, que te pagamos el doble para que aprendan aunque sea un poco —declara Maggie revolviendo el pelo de Kevin, que la mira enfurruñado.

 

—Lo siento, pero no puedo hacerlo, las ideas para mis detalles sólo las inspira mi niña —observa a su alrededor buscándola—. Por cierto ¿dónde la han dejado? —pregunta extrañado Justin.

 

—Asuntos femeninos capitán, en los que nadie nos puede ayudar —le responde Marta simulando estar molesta por la respuesta de mi cuñado.

 

—No se pongan en ese plan, él no tiene la culpa de que sus novios sean unos brutos —las reprende Kim.

 

—Lo siento amigas, pero no les queda de otra que joderse y aguantarse —se burla Elena chocando los cinco con Kim.

 

—Basta ya de meterse con nosotros, que somos unos angelitos y las tratamos como reinas —dice Diego poniendo carita de cachorro abandonado y logrando que las chicas nos miren con arrepentimiento mientras nosotros nos soltamos a reír.

 

—¿Por qué no me cuentan que ha ocurrido en nuestra ausencia? —pregunta mi cuñado cambiando por completo la conversación.

 

—Han pasado varias cosas, sin embargo lo mejor ha sido conocer a Bella Ninja —responde Alec intentando hacer movimientos de artes marciales, ocasionando que todos riamos, aunque Justin nos mira confundido ya que no entiende nada.

 

Seguidamente le relatamos con lujo de detalles todo lo sucedido con los imbéciles y el encontronazo con las arpías y Jasper, tan sumergidos estamos en la charla que no escuchamos los silbidos y chillidos de la gente hasta que mi novia junto con Elena, Gianna, Jane, Victoria, Katherine y Kim comienzan a gritar piropos mientras ríen mirando hacia la entrada del jardín, lo cual despierta nuestra curiosidad y nos giramos en esa dirección. Ahí están Natalie, mi hermana, Haley, Kate, Nessie e Irina bailando de lo más coordinadas una canción de la Spice Girls.

 

—Wow nena... Me vuelves loco con esos movimientos —vocea Jhonny contemplando con lujuria a su novia.

 

—Dios mío baby.... ¡Que ritmo! —chilla ahora Brad alentando a su novia.

 

—Mi chispita va a matarme —declara Jake observando a Nessie embobado.

 

—Cierra la boca Garret que te van a entrar moscas —se burla Thomas.

 

—¡Cállate idiota! Y déjame disfrutar de mi sexy novia —exclama Garret sin quitar la vista de Kate en ningún momento.

 

—Papacito Laurent se quedó sin habla —se ríe James codeándolo en el costado.

 

—Irina chiquita... Me estás poniendo a cien —exclama Laurent comiéndosela con los ojos.

 

—Justin, vas a crear una inundación con toda la baba que se te cae —se burla Diego simulando limpiarle la boca.

 

—No me importa babear, ni mirar como tonto a la chica más hermosa del mundo —declara fascinado mi cuñado sin dejar de observar a mi brujita.

 

—Mírenlos, parecen niños frente a una pastelería —dice Jared y ellos asienten sin dejar de mirar ensimismados a sus novias, logrando que nos partamos de risa.

 

—Ya dejen de molestarlos y disfrutemos del show —dice divertido Stefan codeando a Justin, que lo ignora completamente.

 

En cuanto se escucha la última nota de la canción escuchamos aplausos y silbidos provenientes de la gente, no obstante no tan fuertes y altos como los nuestros. Las chicas se sorprenden pero rápidamente componen su expresión y, haciendo una exagerada reverencia, se retiran del lugar corriendo en nuestra dirección. Mi brujita sin dudarlo se lanza a los brazos de su chico, que la gira en el aire como en las películas románticas antiguas, mientras ella ríe a carcajadas echando la cabeza hacia atrás.

 

—Felicidades, han animado mucho el ambiente, deberían dedicarse a la animación —las felicita Bree con ternura mientras está amorosamente abrazada a Diego.

 

—Esto sólo puede hacerse de vez en cuando, que sino los malcriamos —agrega Nessie acariciando con ternura la mejilla de Jake, que la mira meloso.

 

—Pues han estado apunto de crear un incendio, estos seis estaban apunto de arder en llamas —bromea risueña mi Bella provocando las risas de todos.

Las burlas hacia ellos no pararon, es de lo más divertido ver sus caras de fingida molestia.

 

—¿Te gusto el baile nene? —pregunta mi hermana colgándose de Justin como un koala.

 

—Me ha encantado mi niña, no te imaginas cuanto —le responde levantando las cejas—. Eres perfecta amor —acaricia su mejilla y se funden en un beso bastante indecente.

 

—Hum... —carraspeo llamando su atención—. Soy un hermano moderno, pero por favor, dejen ese tipo de cosas para cuando estén a solas —digo con falsa indignación.

 

—¡Ay Hermanito! No seas celoso, además Bella y tú no hacen otra cosa que dar buenos espectáculos, no pueden quitarse las manos de encima. ¡Par de calenturientos! —me reprende riendo.

 

—¡Eso no es cierto! —me quejo y ella señala con los ojos mis manos, las cuales se encuentran en el delicioso trasero de mi novia mientras que las suyas están metidas en los bolsillos traseros de mi pantalón, o lo que es lo mismo, en mi culo—. Sólo tengo abrazada a Bella, nada más —me encojo de hombros dando una patética excusa.

 

—Y mi novio sólo me besa —refuta la bruja sacándome la lengua y le lanzo un beso.

 

—Dejen las peleas familiares para ver que hermano es mas cachondo y vamos a bailar, que esto es una fiesta —alega Kate arrastrando a su novio, seguida por todos nosotros menos por Lizzie y Justin, que se quedan pidiendo algo de beber.

 

La parejita no tarda en reunirse con nosotros, todos bailamos en grupo aunque poco a poco nos vamos separando hasta quedar en parejas.

 

En mi caso más que bailar estamos follando con ropa, pero la culpa no es mía, sino de mi novia que no para de restregar deliciosamente su cuerpo contra el mío y mis manos no pueden quedarse quietas.

 

—Gente, vuelvo en unos minutos, este chico guapo también tiene sus necesidades —bromea Diego señalando hacia los baños—. Capi, amore, cuiden bien de mi sirenita en mi ausencia —abraza a Bree y deposita un beso en su frente antes de marcharse y Lizzie y Justin tiran de ella para que baile con ellos.

 

—Mira que tienes suerte, tu novio te da permiso para agarrarte al capitán —se mofa Marta con una sonrisa.

 

—¡Hey, sólo vamos a cuidarla! Mi novio es mío y no comparto —responde mi brujita aparentando estar celosa.

 

—Lo he captado, las manos para mi solita —sigue la broma Bree haciendo un puchero y ocasionando que estallemos en carcajadas.

 

Justin sigue bailando con ellas de lo más divertido y vaya que tiene ritmo, nunca me imaginé verlo tan desenvuelto con nosotros, aunque nunca lo había visto en plan de fiesta hasta ahora y me siento feliz de ver a mi novia, a mi brujita y mis amigos tan felices y unidos, es algo fantástico.

 

—Ya estoy aquí amore, gracias por cuidar de mi linda sirenita —dice Diego abrazando a Lizzie, y no sé si alguien más lo nota, pero le susurra algo en el oído, que la pone bastante molesta y luego una sonrisa que da miedo surca sus labios.

 

—Por nada guapo, fue un placer para tu novia estar cerca de mi chico —se burla mi brujita y Diego le saca la lengua antes de abrazarla de nuevo mientras mantienen una conversación entre susurros, lo cual me mosquea bastante, porque sé que algo están maquinado.

 

Y me queda más que claro cuando los observo mirar hacia la barra donde están situadas las barbies, que coquetean con el camarero.

 

—Wow, amo esta canción —chilla emocionada mi hermana en cuanto suena “Can´t fight the mone” de Leann Rimes. Enseguida toma a Nessie del brazo y ambas se ponen a bailar como locas haciendo una perfecta coreografía. Thomas y yo nos miramos divertidos, pues ese baile lo prepararon para una clase de gimnasia cuando aún estábamos en el instituto y menudo coñazo nos dieron con los ensayos.

 

—¿Te acuerdas de las veces que nos hicieron ir a ver la dichosa película? —rememora divertido Thomas negando con la cabeza.

 

—¡Como no! Si la vimos unas ochos veces y, para rematar, tuvimos que aguantar los ensayos del baile no sé cuantas veces con la dichosa cancioncita —comento soltando un suspiro de cansancio y provocando las carcajadas del grupo, menos de la brujita y la pitufa que están ensimismadas en su mundo.

 

—Pero valió la pena, aprobaron con muy buena nota —añade Thomas intentando excusar el infierno que tuvimos que pasar, sin embargo por nuestras hermanitas volveríamos a hacerlo.

 

—Al menos no los hacían bailar con ellas, como nos tocaba a nosotros con Bella —agrega Emmett mirando con dulzura a su hermana.

 

—No se quejen, que gracias a mí saben bailar —declara mi Bella sonriendo inocentemente a sus hermanos.

 

—Si lo de lo bailar era lo de menos, lo jodido era que teníamos que disfrazarnos y si nos negábamos, aquí la señorita iba donde nuestro padre con carita de pena a quejarse porque no queríamos jugar con ella, era imposible escaparnos y ahí estábamos Emmett, Jasper y yo, disfrazados como la niña quería y bailando no sé cuantas horas —nos explica Jacob intentando aparentar seriedad mientras todos nosotros estamos muertos de risa—. Eres un pequeño demonio que consigue lo que quiere de nosotros —mi muñequita les sonríe traviesa, sacándoles la lengua, logrando que nuestras risas aumenten.

 

—Hubiera sido un show digno de ver —se burla Garret entre risas.

 

—Tranquilos chicos, les mostraré las fotos y los videos —nos asegura mi Bella logrando que sus hermanos griten “Ni se te ocurra”mientras le dan una mirada de más te vale no hacerlo y logrando que todos estallemos en carcajadas.

 

Seguimos bailando durante un rato más entre risas hasta que decidimos ir por algo de beber, ya que estamos muertos de sed. Pero somos detenidos por Diego y mi brujita que se empeñan en ir ellos, lo cual nos parece raro, pero aceptamos porque sabemos lo cabezotas que pueden llegar a ser, luego de decirles lo que queremos se marchan, no sin antes negarse a coger nuestro dinero para pagar, ya que estas van por su cuenta.

 

—¿No les parece que están de lo más misteriosos? —inquiere extrañado Kevin.

 

—Opino lo mismo, estoy segura de que algo traman —acota Maggie dándole la razón a su chico.

 

—¿Qué les hace pensar tal cosa? —pregunta intrigada Irina.

 

—Sus miradas de complicidad y sus sonrisas maliciosas —responde con un guiño Alec.

 

—Sólo nos queda esperar para saber que se traen mi peke y Diego entre manos, miedo me dan —añade James con una jovial sonrisa.

 

Seguimos con la conversación intentando disipar nuestras dudas acerca de lo que planeaban mi brujita y Diego, aunque no llegamos a nada concreto, dejamos el tema cuando vemos como ambos vienen de lo más sonrientes cada uno con una bandeja en su mano donde traen las bebidas. En el momento que están llegando donde nos encontramos Lizzie se tropieza con algo y se apoya en Diego, al que hace perder el equilibrio, logrando que ambas bandejas se caigan derramando las bebidas justo encima de mis primas y Tanya.

 

—¡Pero que mierda! —grita furiosa Alice, seguida de Tanya y Rosalie.

 

—Lo siento primitas, fue un accidente —escuchamos disculparse con sarcasmo a mi hermana cuando nos reunimos con ellos.

 

—Eso de que fue un accidente es mentira, lo hicieron a propósito —les acusa furiosa Tanya.

 

—Me tienes harta Lizzie, eres despreciable, vete a la mismísima mierda —escupe con asco e ira Rosalie levantando la mano para darle una bofetada.

 

—Que sea la última vez que intentas ponerle una mano encima a mi amiga —advierte Diego, deteniendo su mano y sujetándola por la muñeca.

 

—Eso tiene fácil solución, sólo tiene que apartarse de nuestro camino y dejarnos tranquilas, pero es tan idiota que no entiende las cosas —expresa Alice desquiciada mientras intenta arreglar su vestido que está bastante mojado—. ¿Acaso no has visto lo que acaba de hacer? —mira con odio y asco a mi brujita. Justin está apunto de saltar, pero nuestro amigo se adelanta.

 

—¡Basta ya! Aquí las únicas que se meten en la vida de los demás y juegan sucio sois vosotras —Rosalie intenta interrumpirlo pero es detenida por la mirada de nuestro amigo—, aún no he terminado de hablar, si no te importa —suspira intentando relajarse—. No sé como pueden tener la cara dura de ir en plan inocentes por la vida, cuando no hacen otra cosa que intentar joder la vida de la gente, en especial la de mis amigas, pero cómo dicen por ahí... “El que la hace la paga” —hace comillas con los dedos en sus últimas palabras—. Lastima que su última jugarreta se les vino abajo, o mejor dicho encima —ríe al contemplar sus vestidos mojados—, ¿creían que podían lograr drogar a los chicos y quedarse con ellos con no sé qué estupidez?, pero claro, no contaban con que escuchara todo lo que estaban ideando en la puerta del baño —mis primas y Tanya se miran asustadas mientras nosotros estamos alucinados por lo que oímos—. Y esto es sólo una probadita de lo que les puede pasar si siguen con sus estúpidos jueguecitos de intentar dañarnos —explica Diego bastante enfadado, cosa rara en él, pues yo jamás lo había visto en ese plan y por los rostros de los demás, puedo asegurar que ellos tampoco.

 

—Nunca pensé decir esto pero.... ¡Que bajo han caído! Me avergüenzo de ser su prima —declara mi hermana con voz dolida y claramente decepcionada.

 

—No quiero verlas cerca de Lizzie o de mí en lo que resta de nuestras vidas, más bien de ninguno de nosotros o me veré obligado a poner una orden de alejamiento —sentencia con voz dura y seria Justin, abrazando a mi hermana por la cintura.

 

—No sé en que momento de la vida se perdieron por el camino... Pero en lo que a mí respecta ya no son parte de mi familia, yo con gentuza de su calaña no voy ni a la esquina —asevero decepcionado, pues nunca me esperé algo así de las que una vez fueron mis primas.

 

—Ah, esto me lo quedo yo, por si algún día tengo la necesidad de enseñárselo al rector —las avisa Diego mostrándoles un frasquito que contiene algo liquido.

 

—Vámonos por algo de beber para brindar por Lizzie y Justin, que están juntos de nuevo y dejemos aquí a esta chusma que lo único que traen son problemas —declara Nessie con una sonrisa y todos nos encaminamos a la barra, dejando a las sinvergüenzas y los malos rollos atrás.

 

Charlamos de lo sucedido hasta que llegamos a la barra, donde el camarero ya tiene nuestras bebidas preparadas, lo que nos sorprende a todos, pero al felicitar a Diego y Lizzie caemos en cuenta de que sabía lo que iba a ocurrir, después brindamos por la nueva parejita, los cuales reciben algunas bromas y comentarios subidos de tono provocando tres cosas, el sonrojo de mi hermana, las miradas fulminantes por parte de mi cuñado y nuestras carcajadas que resuenan por todo el lugar.

 

El resto de la noche pasa entre bailes, bromas y risas hasta que a las cuatro de la mañana decidimos marcharnos, ya que en horas iremos a comer donde mis padres, todos nos encaminamos a la zona del aparcamiento, unos bastantes más alegres que otros, menos mal que decidimos quienes serían los conductores. Me fijo en que mi hermana, Bella y Nessie se quedan unos pasos atrás cuchicheando de lo más misteriosas hasta que se largan a reír antes de unirse de nuevo a nosotros.

 

—Parejita ¿con quién se irán? —pregunta Jacob a Justin y Lizzie, pues su coche no se ve por ningún lado.

 

—No se preocupen por nosotros, tenemos transporte —responde Justin tomando la mano de mi brujita y encaminándose a una moto.

 

—¿Ese pedazo de moto es tuya? —pregunta sorprendido Kevin, a lo que mi cuñado asiente con una sonrisa.

 

—¡Menuda preciosidad! Ni me salen las palabras —exclama con admiración James, que es un loco de las motos, es su pasión—. Tío, tienes que dejarme dar una vuelta —una gran sonrisa surca sus labios en cuanto Justin asiente a su petición.

 

—Wow... No dejas de sorprendernos, debió costarte un montón —declara Thomas sujetando a Gianna que está más dormida que despierta.

 

—Para nada. La moto era de mi padre y mi hermano me ayudó a arreglarla, así que de coste sólo fueron las piezas nuevas —les explica mi cuñado mientras saca dos cascos, que deja encima del asiento.

 

—¿Qué tal ruge? —indaga Laurent.

 

—Estupendamente bien, tiene un desarrollo increíble sin llegar a ser agresiva —contesto de lo más tranquilo y todos me miran como si estuviera loco—. ¿Qué? Yo ya la he conducido un par de veces —me encojo de hombros y mi muñequita me mira con un puchero—, no me pongas esa carita amor, un día de estos se la pido a mi cuñado y nos vamos todo el día por ahí, tú y yo solos —le guiño el ojo pegándola más a mi cuerpo y ganándome una risita de su parte.

 

—Bueno chicos, nosotros nos vamos, estamos agotados —dice mi hermana que está recostada en el pecho de su novio.

 

—Por favor, no hagan mucho ruido esta noche, recuerden que también vivimos en la fraternidad —pide Emmett con carita de cachorro abandonado y junta las palmas de sus manos provocando que todos rompamos en risas.

 

—Tranquilo osito, por nosotros no tienes que preocuparte —le sonríe dulcemente—. En realidad lo que queremos inaugurar es el apartamento, por eso les estaba pidiendo a las chicas que se fueran a dormir con sus novios —dice mi hermana de lo más inocente.

 

—Vosotros sabéis, en la fraternidad nos limitaríamos a mi habitación —dice Justin con una sonrisa juguetona—. En cambio en el apartamento hay más espacio y lugares como... —nos guiña el ojo dejando la frase en el aire y a todos con la boca abierta, ¿quién es ese chico?, ¿dónde quedó el tímido de mi amigo?

 

—Hasta luego chicos, nos vemos mañana —se despide mi hermana antes de ponerse el casco y subirse a la moto, ambos nos dicen adiós con la mano y arrancan, desapareciendo en la oscuridad.

 

—Los próximos somos nosotros chispita —asevera Jake pellizcando el trasero de Nessie.

 

—Lo mejor será irnos a dormir, muchos ya no saben ni lo que dicen —agrega entre risas Garret por el numerito que está haciendo Jake.

 

—Y otras están casi o completamente dormidas —añade Alec que tiene sujeta a una semidormida Jane.

 

Todos nos despedimos rápidamente, quedando al día siguiente en vernos en casa de mis padres para comer. Apenas diez minutos mas tarde Bella y yo llegamos a la fraternidad y entre susurros picaros y ardientes caricias ingresamos a mi habitación, donde pasaríamos una gran y apasionada noche.

 


Comunicaros que en el grupo de facebook "EL jardín de los hechizos de Maya" podéis encontrar los álbumes de los fics, así como adelantos, encuestas y muchas cosas más de mis historias. El link os lo dejo aquí abajo. Os esperamos.

https://www.facebook.com/groups/230702153787649/

Este capítulo va dedicado a todas/os mis nuevas/os y antiguos lectores y os doy las gracias por vuestro apoyo a está historia, estaré esperando vuestros comentarios que hacen superarme en cada nuevo capítulo.

Emmaly Swalen mil gracias por tan maravilloso Trailer

Mil gracias Odet, por ayudarme en todo lo posible, no sé que haría sin ti.

A mi hermanita Maia que siempre está ahí aconsejándome y animándome.

A mis amigas Aliena y Teresa por su apoyo.

A mis chicas Rock os quiero.

A mis lectoras silenciosas gracias por estar ahí.

Gracias a mis lectoras por tomaros el tiempo de dejar vuestros reviews que me llenan de ilusión y me dan fuerza para continuar.

Muchísimas gracias a todos los que me habéis añadido a favoritos y alertas, también a mis lectoras silenciosas y anónimas gracias por estar ahí.

Espero sus comentarios y sugerencias de todo corazón.

Muchos besitos y mordisquitos de Edward para todos mis lectores.

Capítulo 18: El Desfile

 
14445566 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10762 usuarios