Sensación de vidas Universitarias (+18)

Autor: MayaMasenCullen
Género: + 18
Fecha Creación: 29/11/2010
Fecha Actualización: 06/07/2014
Finalizado: NO
Votos: 50
Comentarios: 168
Visitas: 61522
Capítulos: 19

¿Quién dijo que la universidad es fácil? Cuando el amor llega a los hermanos Masen, Edward y Elizabeth, creen que todo irá bien, pero no todo será maravilloso y tendrán que afrontar, al lado de sus parejas y amigos, los obstáculos que se interponen; Amor, engaños, traiciones, envidias y más, se verá en una de las mejores universidades.

 

Trailer Sensación de Vidas Universitarias 

 http://www.youtube.com/watch?v=V9yTgfEQoZg

 

Besitos para todas/os

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Capítulo 17: Sentimientos al Descubierto

 

DISCLAIMER: Sólo los personajes pertenecen a los maravillosos escritores Stephanie Meyer y L. J Smith; la trama de la historia, los lugares y algunos personajes son de mi propiedad.

 

Deseo que os guste está nueva historia que empezado a escribir y que disfrutéis de ella, como lo hago yo mientras la escribo.

 

Sólo quiero aclarar algo. Este fic no es sólo un Edward-Bella, se trata de un grupo de amigos y algunos capítulos se centraran más en otras parejas pero sin descuidar a nuestros Edward y Bella.

 

Hola a todas/os:

 

Aquí os dejo un nuevo capítulo. Espero y os guste.

 

Las canciones del capítulo para escucharlas sólo tenéis que pinchar en el título.

Bon Jovi You Born To Be My Baby

Aerosmith Crazy

Nirvana Smells Like Teen Spirit

Muse Explorers

 

Seal Kiss From a Rose

 


Sensación de Vidas Universitarias.

Capítulo 17 Sentimientos al Descubierto

 

Edward Pov:

Nada más sonar el despertador, me obligué a levantarme e irme a la ducha para terminar de espabilarme; una vez me vestí y cogí la mochila, bajé directo a la cocina para desayunar.

 

—Al parecer alguien amaneció contento— me burlo de Justin que esta tatareando algo mientras cocina.

 

—No te lo voy negar Edward, despertar con mi niña es un sueño hecho realidad— me responde con una tonta sonrisa.

 

—Me lo puedo imaginar porque lo mismo me pasa con mi Bella— digo sonriendo como idiota al pensar en mi muñequita.

 

—No veas el rato que pasamos riéndonos anoche después de que leímos tu mensaje— me asegura entre risas.

 

—Y eso que no presenciasteis la escena, estaban todos pegados con la oreja en tu puerta, y mandándose a callar unos a otros para poder oíros—relato divertido—. Habría sido genial que hubieras hecho ruiditos nada apropiados, así se les quitaría lo cotilla— agrego levantando las cejas logrando que ambos estallemos en carcajadas.

 

—Nos tendrías que haber enviado el mensaje antes, podríamos haberles dado una buena actuación— se cachondea y nuestras risas resuenan por toda la cocina.

 

—Ya estáis de nuevo flirteando, me estás dando que pensar que es Edward el que te interesa y no Lizzie— bromea Thomas entrando a la cocina y sirviéndose un zumo.

 

—Siento informarte que no es mi tipo, además, nunca le haría tal canallada a Bella— le sigue el juego Justin.

 

—Mierda, se me había olvidado que eres de los que primero conquista a la familia para tener el kit completo— le acusa en plan de guasa Thomas.

 

—Por supuesto, así mi casi chica-novia es mucho más feliz— garantiza Justin con una sonrisa y no podemos evitar reír por su “casi chica-novia”.

 

—Mum…que bien huele, y con el hambre tengo—dice Jacob apareciendo en la cocina—. Wow reunión de último minuto con desayuno incluido— se frota las manos.

 

—En realidad no hay ninguna reunión con desayuno incluido, si quieres comer cocina o pide algo, porque yo sólo prepare el desayuno para Lizzie, Edward y para mí— aclara divertido mi casi cuñado.

 

—Qué sepas que yo también me puedo oponer a que seas novio de Lizzie, si no me das un poco— declara Jake cruzándose de brazos.

 

—Me importa una mierda tu opinión— contesta Justin haciéndonos reír por la expresión en el rostro de Jacob.

 

—¿La opinión de quién vale una mierda?—pregunta curioso Kevin adentrándose en la cocina y sirviéndose un café—No será la de Jake—asentimos—. A mí también me vale una mierda, por cierto es huele riquísimo— señala a la vitrocerámica.

 

—Os aseguro que está buenísimo, aquí nuestro amigo cocina de vicio— ratifico con una sonrisa al recordar las comidas tan deliciosas que había preparado varias veces en casa de mis padres.

 

—Buenos días vampirito, hola chicos—saluda mi brujita que llega brincando con una preciosa sonrisa.—¿Qué hacen todos metidos en la cocina?—cuestiona.

 

—Aquí rogándole Justin por un poco de desayuno— explica Jake poniendo cara de pena.

 

—Oh pobrecito Jake que se va a quedar con las ganas— se cachondea Lizzie porque sabe que Justin ha hecho creps para todos.

 

—Siéntate mi niña que esto ya está—dice Justin sirviendo tres platos con dos creps, uno relleno de jamón y queso, y el otro de chocolate con nata; rápidamente Lizzie se sienta en el taburete que hay entre nosotros—. Sírvanse chicos, hay dos para cada uno— añade al observar sus caras de pena cuando nos disponemos a comer.

 

—Dejad para mi chiquitín y para Laurent— advierte mi hermana que no nombra a Emmett, porque se percata de que Jake ya le ha preparado su plato.

 

—Buenos días chicos— saluda cabizbajo Emmett entrando en la cocina.

 

—Buenos días— saludamos todos incluidos Lizzie y Justin.

 

—En ese plato de ahí, está tu desayuno hermano— le informa Jake con una sonrisa, que el oso le regresa con un gracias sentándose con nosotros.

 

El desayuno pasó relativamente tranquilo y entre bromas, aunque se percibía un poco de tensión en el ambiente; justo cuando estábamos recogiendo aparecieron James y Laurent con caras de sueño.

 

—Ahí os ha dejado mi nene el desayuno, chiquitín— dice Lizzie a James besando su mejilla.

 

—Gracias hermano, eres el mejor— agradece James palmeando la espalda de Justin.

 

—¿Por qué tenéis esas caras de sueño?— pregunta entre risas Thomas.

 

—Se quedó viendo una película de acción con la tele a un volumen altísimo, que se oía desde mi habitación, vamos que me costó dormirme horrores— nos comenta aún medio enojado Laurent.

 

—Se hace tarde chicos, nosotros nos vamos—dice Justin sacando las llaves del coche de su bolsillo y entregándoselas a Lizzie—. Hoy no tengo ganas de conducir, así que hazlo tú— añade antes de ir al salón a por las mochilas de ambos; todos nos quedamos asombrados, al parecer mi hermana ya había conducido varias veces el intocable, como llamamos a su coche.

 

—Vampirito, Jake, andando, que no tengo todo el día y todavía tenemos que ir por Bella y Nessie— nos grita Lizzie saliendo por la puerta y rápidamente salimos tras ellos, y no conforme con conducir el coche se pone las gafas de sol de Justin.

 

—Te he dicho lo preciosa que te ves, conduciendo mi coche con mis gafas— afirma Justin ganándose un beso en la mejilla.

 

El trayecto resultó corto pues el apartamento de las chicas estaba cerca, las cuales no tardaron en aparecer, y mi Bella se veía hermosa con esos jeans negros que marcan su espectacular culito respingon que grr... como me pone.

 

—Menuda suerte amiga— dice como saludo Nessie sentándose al lado de Jacob.

 

—Justin, podrías darle un lección a mis hermanos de como ser unos caballeros—sugiere divertida Bella haciendo que el lobito como lo llama Nesie suelte un bufido—. Tienen de refinados lo que yo de rubia— todos nos reímos menos Jake que se cruza de brazos.

 

—Música mi niña— dice mi casi cuñado mostrándole un cd y ella asiente emocionada.

 

—Eres lo máximo nene, es genial— chilla entusiasmada mi hermana al escuchar “Born To Be My Baby” de Bon Jovi.

Ambos se pusieron a cantar de lo más contentos logrando que nos uniéramos, aunque no nos supiéramos bien la canción. Menuda pareja, estaba claro que eran el uno para el otro.

 

Nada más llegar cada uno se fue a su edificio correspondiente, la mañana se me pasó rápidamente. Durante el trayecto de mi facultad a la cafetería recibí un mensaje de mi hermana donde me avisaba que Justin y ella no almorzarían con nosotros porqué los chicos del equipo les habían invitado a comer.

 

—Hola amor ¿Qué tal la mañana?— me pregunta con una sonrisa Bella en cuanto la rodeo con mis brazos.

 

—Bien amor y mucho mejor ahora que estás entre mis brazos— contesto sonriente acercándome a su rostro para unir nuestros labios en un dulce beso.

 

Luego de ir a por nuestra comida nos reunimos con el resto de nuestros amigos, que charlaban de lo más animados. Diez minutos más tarde se nos unieron unos sonrientes Diego y Bree, los cuales tuvieron que aguantar varias bromas a causa de su retraso.

 

—Diego ¿Dónde has dejado a Lizzie?— pregunta entre curiosa y divertida Kim.

 

—Se fue con Justin, pensé que ya estarían aquí— responde con una pícara sonrisa.

 

—No vienen a comer, se marcharon con los chicos del equipo, que les invitaron almorzar en la pizzería de la playa— les comunico con una sonrisa dando por zanjando el tema.

 

—Chicas recordar que hemos quedado a las cinco para ir a comprar todo para la fiesta— se apresura hablar Nessie cambiando de tema, lo cual agradecí.

 

Y así charlando sobre la dichosa fiesta que tendrían las chicas el sábado pasó el almuerzo. El resto de las clases se me pasaron volando y antes de que me diese cuenta ya estaba rumbo al a la facultad de derecho donde me reuniría con el amor de mi vida. Estaba apunto de llegar cuando mi móvil comenzó a sonar y al ver quien me llamaba contesté rápidamente.

 

—Hola mamá— saludo.

 

—Hola bebé, quiero pedirte que acompañes a tu hermana está tarde a la psicóloga. He estado hace un rato hablando con nuestra nenita y la he notado un poco decaída, por eso no quiero que vaya sola— me explica mi madre, siempre sabe cuando nos pasa algo.

 

—No hace falta que me lo pidas mamá pensaba ir de todos modos, así que no te preocupes ¿vale? Te llamo cuando salgamos de la consulta y te digo como ha ido— menciono con voz dulce.

 

—De acuerdo bebé, espero tu llamada entonces, te quiero— se despide mi madre.

 

—Vale mamá adiós, yo te llamo, te quiero— digo terminando la llamada y dirigiéndome a mi amor, que esta esperándome en la puerta.

 

—Hola amor ¿Llevas mucho esperando?— menciono nada más llegar a su lado.

 

—Hola novio—saluda con una sonrisa—. Cálmate acabo de salir, y con las chicas no he quedado hasta dentro de media hora en el apartamento, voy con tiempo suficiente— me explica para luego unir nuestros labios en un tierno beso.

 

—Amor vete tranquila y haz lo que tengas que hacer con las chicas—sonrío acariciando su mejilla—. Hace un momento recibí una llamada de mamá pidiéndome que acompañara a Lizzie a la psicóloga, así que tienes tiempo de sobra, pero luego serás toda mía— comento ganándome una hermosa sonrisa y un dulce beso de su parte.

 

—Te voy a extrañar—sonríe traviesa—aunque más tarde te compensaré por el tiempo que estemos separados— susurra sobre mis labios, mi novia me va a matar de una combustión espontánea.

 

—¿Algún plan interesante, amor?— pregunto con voz ronca rozando sus labios.

 

—Más tarde lo sabrás, sólo te anticipo que acabaras sacando matricula en anatomía— me responde juguetona lamiendo mis labios, que velozmente atrapan los suyos en un voraz y apasionado beso. Dios como amo a está mujer, es puro fuego.

 

—Amor, debemos irnos, los chicos nos están esperando— digo con la respiración agitada y mi muñequita asiente con una sonrisa, y abrazados ponemos rumbo al estacionamiento donde están Lizzie y Justin esperándonos.

 

—¿Listos para irnos?— pregunto cuando llegamos junto a ellos.

 

—Sí, aunque primero acercaremos a Justin al estadio que tiene entrenamiento, y luego os dejo en el apartamento antes de irme a mi cita con Arizona— nos informaLizzie arrancando el coche para emprender el camino.

 

—Me parece unos planes fantásticos, en los cuales sí o sí me incluyo y no me repliques porqué voy acompañarte te guste o no. Ya sé que no eres una niña pequeña, nadie te trata como tal, sólo que soy tu hermano mayor y dado que Justin no puede ir pues voy yo y punto— sentencio serio sin dar opción a protesta alguna.

 

—Sí papá— contesta Lizzie en tono burlón logrando que Bella y Justin se tronchen de risa.

 

No tardamos nada en llegar al estadio Rose Bowl, nada más despedirse de nosotros, Justin salió del coche y mi hermana también se bajó para poder despedirse; se quedaron abrazados durante un buen rato, mi Bella y yo reímos, esté par estaba tapando el sol con un dedo.

 

—Hey capitán, no creo que sea bueno que llegue tarde por estar haciéndose arrumacos con su chica—grita Jhonny bajándose de su coche—. Por cierto princesa cada día estas más hermosa, no se lo digas al capitán que me pega— le hace un guiño mientras se ríe al igual que nosotros.

 

—Jhonny, adentro—aparenta estar enfadado Justin—. Mi niña saldré a las ocho— le dice con voz dulce dejando un beso en su frente.

 

—Aquí estaré esperándote nene— menciona con una sonrisa besando su barbilla, antes de subir al coche y emprender el camino hacía al apartamento.

 

Diez minutos más tarde estábamos estacionando en la puerta del edificio donde viven las chicas, rápidamente me bajé del coche para ayudar a salir a mi maravillosa mujer. Luego de besarnos durante un buen rato y decirnos lo mucho que nos íbamos a extrañar, no nos quedó de otra que separarnos.

 

—Nos vemos luego amor— digo a Bella abrazándola fuertemente.

 

—Por supuesto, debemos estudiar anatomía— me contesta coqueta antes de rozar nuestros labios en un casto beso.

 

—Divierte con las chicas cuñada y no hagas nada que yo no haría— exclama jovial mi hermana guiñándole el ojo.

 

—Cuenta con ello—la sonríe cómplice—, qué te vaya bien cuñada, te quiero— responde Bella.

 

—También te quiero, nos vemos en la noche— se despide Lizzie.

 

—Te amo preciosa, no lo olvides— menciono con voz dulce para luego besar sus labios una vez más, antes de subir al coche y poner rumbo al hospital.

 

En cuanto llegamos a la consulta nos encontramos con Meredith la secretaria, con la que mantuvimos una charla de lo más agradable hasta que apareció Arizona.

 

—Hola Arizona, buenas tardes— saludamos mi hermana y yo al mismo tiempo, logrando que todos riamos.

 

—Buenas tardes pareja, pasemos dentro— nos saluda invitándonos a entrar en su consulta.

 

Luego de tomar asiento, la conversación comenzó preguntando como había pasado estos días y como se encontraba, para después ir profundizando en lo referente a la perdida del bebé, su relación con Justin, su cambios de humor debido a sus sentimientos y emociones que sentía; como la culpabilidad por no decirle a Justin, lo sentimental que se encontraba, y ahí fue cuando relató lo sucedido con el taburetito y con Emmett. Entonces Arizona le explicó que es un símbolo relacionado con la etapa antes del incidente; no obstante para poder seguir adelante debía crear nuevos recuerdos, pero que para lograrlo tenía que cerrar esa etapa y empezar de cero; sin embargo era necesario que se perdonase antes.

 

—¿A qué personas deseas pedirles perdón?— pregunta Arizona a mi hermana.

 

—Me gustaría disculparme con Justin y mi hermano— responde dejándome asombrado.

 

Enseguida mi brujita empezó a pedirme perdón por lo mal que me lo hizo pasar, el obligarme a mantenerlo en secreto, el sufrimiento que me causó por tener que pasar noches en vela a causa de sus pesadillas y miedos; y por último por asustarme de tal modo la noche que acabó en el hospital. Su carita estaba llena de lágrimas y de inmediato mis brazos la rodearon logrando que su llanto cesara y se relajara.

 

—¿Qué tal te sientes ahora? Una vez le has pedido perdón a Edward— cuestiona Arizona mirando con ternura a Lizzie.

 

—Mejor, siento que me he quitado un gran peso de encima— contesta con una sonrisa aún abrazada a mí.

 

—Eso es bueno—sonríe.—¿Qué te parecería tener una sesión con Justin? Creo que os vendría bien ambos— pregunta Arizona.

 

—Sería genial, es mas, seguro que a Justin le parece una gran idea— dice mi hermana.

 

—Perfecto, entonces el lunes a las cinco y media tenemos una cita los tres— comunica sonriente Arizona dando por finalizada la sesión.

 

Luego de despedirnos de Arizona y Meredith, invité a mi brujita a un helado como cuando éramos niños para que se calmara, lo cual conseguí rememorando anécdotas graciosas y vergonzosas de nuestra infancia. Al rato nos marchamos hacia el coche para ponernos rumbo a su apartamento donde había quedado con Bella.

Nada más llegar mi hermanita se despidió de mí sin bajar del coche, puesto que iba a la biblioteca hacer un trabajo y luego debía ir a recoger a Justin al entrenamiento.

 

—Aprovecha vampirito, tenéis el apartamento para vosotros solos— me grita riendo antes de arrancar el coche sin darme tiempo a contestar, será bruja, pensé, mientras subía en el ascensor a la planta del piso de las chicas.

 

—Hola amor, te extrañe— me recibe mi Bella besando mis labios nada más abrir la puerta.

 

—También te extrañe mucho, mi muñequita— atrayéndola más a mí, uniendo nuestros labios en un beso voraz, que hace que mi amigo comience a despertar. —¿Hace mucho qué llegaste amor?— pregunto abrazándola por la cintura mientras nos adentramos en la cocina.

 

—No, hará como diez minutos, lo justo para sacar los libros. Estaba apunto de ponerme a estudiar y hacer los ejercicios— me explica mientras saca una jarra de zumo de naranja de la nevera.

 

—¿Quieres que te ayude a estudiar?— pregunto con una sonrisa picara, para luego beber el zumo que mi novia me sirvió.

 

—La verdad es que un poco de ayuda no me vendría nada mal—responde sonriendo traviesa mientras se abre los botones de la camisa y la deja caer al suelo para luego subir corriendo entre risas a su habitación—. No tardes amor, tengo bastante que estudiar— está mujer es mi perdición, pienso, mientras subo corriendo las escaleras.

 

—¿Por qué materia empezamos?— susurro antes de morder el lóbulo de su oreja, provocando que un sensual gemido escape de sus labios.

 

—Tengo que estudiar filosofía del derecho— habla con dificultad mientras besa mi cuello.

 

—¿Qué te parece, si comenzamos con anatomía?— cuestiono divertido acercándome a sus labios pero sin llegar a tocarlos.

 

—Cierto—besa mis labios—debes repasar—vuelva a rozar mis labios—para aprobar— me dice antes de besarme de nuevo.

 

—Me vuelves loco muñeca— afirmo antes de tomarla con ferocidad uniendo nuestros labios en un apasionado y demandante beso.

 

Mis manos se volvieron avariciosas recorriendo con caricias todo su cuerpo y mi Bella no se quedaba atrás acariciaba mi espalda, mi cabello, mi trasero, todo lo que tenía a su alcance, no había milímetros que nos separaran y la fricción entre nuestros sexos ya era insoportable necesitaba más, mucho más.

 

—¿Alguien está ansioso?— me pregunta riéndose una vez la tumbé en la cama.

 

—Mucho muñequita— declaro antes de morder su labio inferior con fuerza.

 

Con suma rapidez sus manos se desprendieron de mi camisa que estorbaba entre nuestros cuerpos al igual que su sujetador, del cual me deshice velozmente dejándola semiexpuesta a mí, me lamí los labios con deseo.

 

—Eres hermosa— musito en su oído antes de atacar sus pechos con mis dientes y lengua.

 

Subí de nuevo a sus labios adentrándome en su boca donde nuestras lenguas comenzaron a danzar juntas explorando cada rincón de nuestras bocas, cuando la necesidad de aire nos obligó a separarnos lleve mis labios a su cuello el que mordí escuchando sus deliciosos gemidos que me llevaban a la locura; comencé a descender por su cuerpo con mis besos, deteniéndome en sus pechos dedicándome a lamer, mordisquear y chupar sus pezones para luego seguir bajando por su estomago hasta toparme con la línea de su pantalón, el cual comencé a desabrochar mientras mi muñequita no paraba de jadear mi nombre al mismo tiempo que se acariciaba sus pechos, Dios esta mujer me quiere matar; de mi boca salió un gruñido ante la imagen que mi diosa me ofrecía, arranqué sus pantalones junto con su tanga.

Abrí sus piernas y acerqué mi rostro a su intimidad la cual estaba de lo más húmeda y deseosa

 

—Estás tan mojada—susurro sobre sus labios vaginales haciendo que se estremeciera.—¿Es por mi muñequita?—sonrío malicioso mientras adentro dos dedos en su cavidad y comienzo a bombear a una velocidad frenética. Mi Bella no para de decir incoherencias entre jadeos.—Responde— le ordeno, sabía lo que le gustaba y la excitaba que le hablara de forma ruda .

 

—Sí...ahhh...sí...es...por...ti— responde entre gemidos moviendo sus caderas muerta de placer.

 

Sonreí para mi mismo mientras me acerqué a su delicioso coño, el cual comencé a embestir con mi lengua al mismo tiempo que seguía penetrándola con mis dedos, moviéndolos en círculos, notando como sus paredes cada vez se cerraban más.

 

—Edward...ahhh...me vengo...ahh...Edward...síiiii...así— chilla de placer cuando muerdo su clítoris haciendo que llegue al orgasmo, el cual saboreo disfrutando de sus jugos.

 

Me coloqué encima de su cuerpo contemplando lo preciosa y hermosa que es mi mujer, era caliente y excitante el ver su rostro lleno de placer.

 

—Sabes deliciosa amor— digo relamiendo mis labios. Tira de mi cabello hacia su rostro para estampar sus labios con los míos en un voraz beso, arrastrando sus uñas por mi espalda al mismo tiempo que mis dedos acarician sus deliciosos pezones.

 

Mi Bella nos giró quería estar encima y no pensaba negarle tal placer, rápidamente se deshizo de mis pantalones junto con mis boxers para luego poner sus piernas a ambos lados de mi cadera, tomó mi erecto miembro entre sus manos acariciándolo lentamente llevándome a la locura, me estaba torturando.

 

—Bella..amor...— siseo entre jadeos por sus caricias, arriba, abajo, abajo, arriba por la longitud de miembro, se lleva una de sus manos a la boca chupando sus dedos antes de volver a mi polla para seguir masturbándome, gimo y de mis labios se escapa un gruñido.

 

Aún con mi polla entre sus suaves manos, la encamino a su entrada sólo metiendo la punta mientras se restregaba sobre ella con movimientos circulares, no lo soporte más y la tomé de las caderas adentrándome en su interior de una sola estocada, llenándola por completo. Dios amaba sentirme dentro de ella, era un placer inmenso y único. Mi muñequita comenzó a cabalgarme frenéticamente, era increíble como nuestros cuerpos se acoplaban, estábamos hechos el uno para el otro.

 

—Amor...eres...tan deliciosamente...estrecha—digo entre jadeos agarrando fuertemente sus pechos y estrujándolos—. Tu coño es tan apretado muñeca, que me tiene loco— hablo sucio sabía que la encantaba.

 

—Ed amor, tu polla...es tan grande...ahh...quiero que me llenes...ahh— declara enloquecida.

 

Y empecé a embestirla profundo, rápido y de manera ruda como mi reina me lo había pedido. Noté como sus paredes se contraían apretando mi polla, su liberación estaba cerca al igual que la mía.

 

—Ed...me...corro...ahh— gime mi muñequita echando su cabeza hacía atrás.

 

—Vente...conmigo...amor...ahhh— digo entre jadeos, llevando de nuevo mis manos a sus caderas guiándola en un ritmo descontrolado; sus gritos se hacen tan fuertes que pienso que hasta los vecinos los escucharían.

 

—Ed...Edward...Ed...ahhhhh...siiiiii— chilla rodeando mi polla con sus jugos y con dos embestidas más, mi orgasmo explota haciendo que chille su nombre.

 

Mi Bella sin fuerzas dejó caer su cuerpo sobre mi pecho, mientras calmábamos nuestras respiraciones, ambos estábamos agitados, besé sus cabellos al mismo tiempo que acariciaba su espalda; noté en mi cuello como una sonrisa se forma en sus labios para luego dejar un pequeño beso en el.

 

—Amor, creo que necesito una ducha—sonríe mi muñequita.—¿Me acompañas?—me propone mientras se levanta en dirección al baño moviendo sus caderas.

 

Estaba apunto de afirmar cuando mi móvil empezó a sonar, rápidamente lo cogí del pantalón y al ver que era mi madre, me golpeé mentalmente por no haberla llamado.

 

—Amor, lo siento pero debo contestar, es mi madre, quedé en llamarla y lo olvidé, perdóname, prometo recompensarte— aseguro con una traviesa sonrisa.

 

—Tranquilo amor, a mamá Eli jamás debes hacerla esperar, y no te preocupes que me cobraré con intereses esa promesa—sonríe picara.—¡Agua fría, allá voy!— exclama riendo.

 

Después de hablar con mi madre y dejarla tranquila, me vestí, a los pocos segundos salió mi Bella del baño con un short rosa pálido con una camiseta de tirantes a juego, estaba preciosa; rápidamente corrió a mis brazos que la recibieron gustosos y nos tumbamos en la cama charlando sobre lo que ambos hicimos durante la tarde. Me encantaba estar de esta manera con mi muñequita, cada segundo en su compañía era magnifico, nunca me cansaría de besarla y tenerla entre mis brazos.

 Dos horas más tarde y después de una extensa sesión de besos de despedida, me fui a la fraternidad, donde lo primero que hice fue darme una merecida y relajante ducha para luego ponerme a estudiar en serio, aunque no resultara tan entretenido.

Unas horas más tarde después de haberterminado todos mis ejercicios y repasado los temas dados en las clases, bajé rumbo a la cocina a prepararme algo de cena, donde me encontré al resto de los chicos cenando unos sándwiches, al parecer a todos nos dio el hambre al mismo tiempo.

Comenzamos a charlar sobre las clases y la dificultad de las materias de este año mientras terminaba de prepararme una tortilla de jamón y queso, justo cuando estaba por sentarme a comer escuchamos la puerta de la entrada abrirse y seguido unos pasos acercarse a la cocina, donde segundos más tarde entró un recién duchado Justin con cara de agotamiento.

 

—Hey amigo, menuda cara traes— dice Laurent palmeando su hombro.

 

—Estoy exhausto, y no sólo por el doble entrenamiento sino también por el sufrimiento de mi niña, eso me mata— responde Justin meneando la cabeza mientras abre el frigorífico y toma un brick de zumo.

 

—¿Están ya listos para el partido?— pregunta Thomas con una sonrisa cambiando la charla.

 

—-Listos y preparados— confirma Justin con una sonrisa haciéndonos reír.

 

—Allí estaremos todos para apoyarte— asegura Kevin levantando el puño, gesto que todos imitamos.

 

—Sí, hasta mis padres estarán ahí animándote, tendrás mucha ovación, ya le escuchaste el otro día— garantice sonriente. Mi padre amaba venir a los partidos y más desde que conoció a Justin.

 

—Más te vale estar—me guiña el ojo—. No me quiero imaginar como se pondría Lizzie si no fueras— comenta divertido logrando que estallemos en carcajadas.

 

—No te preocupes amigo, estaré allí de los primeros—río—. No me gustaría despertar al monstruo interior de mi brujita— digo haciendo que rompamos en carcajadas de nuevo.

 

—Ah, antes de que se me olvide—dice Justin abriendo su mochila y buscando algo en su interior—. Tomad, con estos bonos tenéis entrada gratuita a los tres partidos que juguemos en casa— nos entrega unos tickets a cada uno incluido Emmett, el cual le agradece con la mirada

 

—Eres el más grande amigo— declara Laurent emocionado abrazándolo.

 

—Wow, son para dos personas, es genial— manifiesta entusiasmado James.

 

—Y que me decís de los asientos, son en las primeras filas, menudo detallazo tío— añade sonriente Thomas palmeando su espalda.

 

—Hey, que no lo hace por nosotros, sino por quedar bien con Lizzie— bromea Jake ganándose varias collejas de nuestra parte.

 

—Si por mi niña fuera, te sentarías en la última fila— se burla Justin consiguiendo que todos nos tronchemos de la risa.

 

—Amigo eres el mejor, menudo regalo nos has hecho, es increíble— expreso contento y con una enorme sonrisa.

 

—Con las entradas y el desayuno ya te ganaste al hermano, ahora sólo falta que de una vez conquistes a la chica— agrega divertido Kevin sacando las risas de todos de nuevo.

 

—No te preocupes que voy por buen camino—bromea Justin antes de bostezar—. Bueno chicos me voy a descansar, ha sido un día realmente largo y todavía me queda estudiar y tarea por hacer— se despide con una sonrisa antes de marcharse a su habitación.

 

—También me marcho chicos, estoy cansado—digo levantándome del taburete ya que minutos antes había fregado y recogido lo que utilice—. Buenas noches—me despido recibiendo un hasta mañana de los chicos.

 

Una vez en mi cama llamé a mi muñequita para desearle buenas noches y decirla que la amo. Después caí rendido en los brazos de Morfeo soñando con mi hermosa castaña de ojos chocolates.

 

Bella pov:

 

Me encontraba en mi cuarto tumbada en la cama pensando como siempre en mi novio, mi Edward, lo cual me provocó unos buenos sofocos, me estaba volviendo adicta al sexo, algo lógico con semejante hombre. Oí la puerta de la entrada cerrarse de golpe, seguido de una de las puertas de las habitaciones, no supe si era Nessie o Lizzie, pero en caso de que fuera la primera no quería interrumpir por si estaba con mi hermano. Estuve un rato más acostada hasta que me dio sed y bajé a la cocina donde me tomé un vaso de agua, nada más subir a la primera planta mi patosidad hizo presencia, haciendo que me tropezara y cayera de rodillas en el suelo. Todavía estando en el suelo escuché unos sollozos que provenían del cuarto de Lizzie, titubee durante unos segundos al no saber que hacer pero al final no pude soportar escuchar el dolor en su llanto y entré con cuidado, encontrándome con una imagen que me partió el alma. Mi amiga estaba en posición fetal tumbada en la cama, su cuerpo se sacudía con cada sollozo; sin dudarlo me acerqué y la rodeé con mis brazos dejándola desahogarse hasta que se calmó. Me separé lo justo para alcanzar una botella de agua que había en su mesilla y entregársela para que bebiera un poco.

 

—Gracias Bella, en verdad lo necesitaba— susurra con voz ronca debido al llanto.

 

—Sabes que puedes confiar en mí Lizzie, siempre estaré a tu lado— musito acariciando su cabello, se ve tan frágil.

 

—Lo sé, es sólo que es muy difícil para mí hablar sobre ello— me dice con voz baja.

 

—Pues cuando quieras hablar, ahí estaré— me siento a su lado apoyando mi espalda en el cabecero y ella recuesta su cabeza en mi hombro.

 

—Gracias Bella, eres una gran amiga—suspira intentando calmarse—. La verdad es que necesito contarle a alguien o me ahogaré— asevera regalándome una triste sonrisa.

 

—Te escucho, y tranquila que no diré nada, confía en mí— aseguro dándola fuerza.

 

—¿Sabias qué Justin y yo terminamos nuestra relación hace tiempo, verdad?— me pregunta con un intento de sonrisa.

 

—Sí, algo he escuchado— contesto, no iba a mentirla y hacer que me lo contara de nuevo.

 

—Fui yo la que dio fin a nuestro noviazgo, lo amaba tanto que creí que dejándolo ir, él al menos podría ser feliz— susurra con la voz todavía enronquecida.

 

—¿No te entiendo?— cuestiono, mi cabeza no asimilaba sus palabras.

 

—Antes de dar por terminada nuestra relación, como ya sabes fui atacada—suspira fuerte—. Trataron de abusar de mí, tocaron mi cuerpo y me golpearon, pero más que el daño físico, fue el psicológico el que en realidad más me dañó. Me sentía sucia peor que una basura, para nada una persona digna de estar con alguien tan maravilloso como él—musita entre sollozos y acaricio su cabello esperando a que se tranquilice un poco—. Por esa razón hablé con él y le di la tonta excusa de “no eres tú sino yo”—hace comillas con los dedos—. Deje que creyera lo que quisiera, sólo mi hermano que jamás se separó de mi lado lo sabía, y aunque no estaba de acuerdo con mi decisión la aceptó, y me ayudo a volver a ser un poco como era antes—llora de nuevo y espero a que saque fuera su dolor—. Mi nene no se apartó, siguió a mi lado como amigos y permaneció siempre pendiente de mí; sin embargo yo puse distancia, notaba anhelo en su mirada y eso me partía el alma. Jamás pasó por mi cabeza estar con nadie más, y para sentirme protegida siempre estaba con James, Thomas o mi vampirito. Más adelante me di cuenta que cuando estaba con Thomas le daban celos, y egoístamente deje que pensara lo que quisiera por hacerle un bien. Qué estúpida e imbécil fui— solloza de nuevo y sólo me limito abrazarla. Me tiene en shock, pobre Lizzie aguantar todo eso en silencio y dejar que el hombre que ama, creyera que no era así, debió matarla.

 

—¡Lizzie, hermanita qué pasa!— exclama preocupada Nessie, de la cual no me percaté de su presencia hasta que habló y se sentó a nuestro lado, uniéndose a nuestro abrazo hasta que Lizzie se calmó.

 

—Lo siento eche a perder tú camiseta— dice entre hipidos, sonrío, eso era lo de menos ahora.

 

—¿Qué pasa Lizzie? ¿Por qué estas así?— pregunta angustiada Nessie.

 

—Pasa que ya no puedo más, me siento la peor de las mujeres por todo lo que le hice pasar a Justin, y que él me ame de manera tan incondicional, que este a mi lado a pesar de todo lo que le hecho sufrir, el ver su mirada tan pura...—dice dejando la frase en el aire

 

—¿Amas a Justin Lizzie?— pregunto para cerciorarme, aunque de sobra se la respuesta.

 

—Más que a nada en el mundo, es mi vida— afirma con seguridad y una hermosa sonrisa.

 

—Entonces hazlo feliz de ahora en adelante, el pasado es eso, porqué ha quedado atrás, no podemos corregir ni cambiar las decisiones que tomamos fueran buenas o malas, pero si las podemos enmendar. A leguas se nota que Justin muere por ti, y por lo que sé, desde que terminaron no ha estado con nadie. Deberíais crear un futuro juntos y ser felices de una vez— digo con total franqueza.

 

—Lo he herido tanto, tengo miedo que el día de mañana se de cuenta de que no valgo la pena, de que perdió el tiempo conmigo y me diga adiós— susurra mientras lágrimas corren por sus mejillas.

 

—¡Te estás escuchando!—exclama Nessie haciéndonos saltar—. No se si aplaudirte por tonta, o darte un par de azotes como si fueras una niña pequeña por cabezota. Por Dios eres tan ciega, Justin besa el suelo por el que pasas, te ama, hasta el más tonto puede darse cuenta de eso. Te idolatra, ese hombre es capaz de tirarse por un acantilado sin pensarlo sólo por ti—Lizzie se queda mirándola como si fuera un extraterrestre o algo así—. No me mires de esa forma, que lo que digo es la pura y transparente verdad. Cariño sabes que te amo, eres mi hermana y lo que más deseo es que seas feliz. Y tu felicidad se llama Justin Crawford, capitán del equipo de fútbol americano y un pedazo de chico; mira que si no tuviera a mi lobito, te haría competencia— no pudimos evitar reír por las palabras de Nessie.

 

—Lizzie, aquí nuestra Nessie tiene toda la razón, excepto en lo de hacerte competencia, porque tu chico será la perfección hecha persona, pero tu hermano es perfecto para mí y no lo cambio— digo ganándome un beso en la mejilla por parte de Lizzie.

 

—-Sé que es el hombre ideal para cualquier mujer y ese es mi miedo, no ser lo suficiente buena para él— susurra agachando la cabeza.

 

—Elizabeht Tiffany Masen, si vuelves a repetir esa idiotez, te parto la cabeza para que entiendas de una maldita vez, que para la única persona que tiene ojos es para ti. Si te vuelves alejar de nuevo, lo vas a matar— declara Nessie poniéndose dramática.

 

—-No lo haré, le amo demasiado como para hacer algo así— se defiende Lizzie.

 

—Pues va siendo hora de que le hagas una encerrona y le digas, está chica quiere estar contigo, vamos hacer travesurillas por ahí— dice Nessie gesticulando provocando que nos partiéramos de risa.

 

—Hay demasiados cosas, perdimos a alguien importante y...— comienza hablar Lizzie, pero el sonido de mi móvil la interrumpe.

 

—Diga— digo un poco molesta al descolgar.

 

—Deseo hablar con la futura señora Masen— contesta la voz más hermosa del mundo.

 

—Hola amor— saludo con una tonta sonrisa, Edward podía interrumpir siempre que quisiera.

 

—Hola mi vida, sólo te llamo para desearte buenas noches y decirte que te amo— habla con voz dulce sacando un suspiro de mis labios al igual que a Nessie, es tan dulce mi novio.

 

—También te amo, ten dulces sueños amor, que yo los tendré al soñar contigo— respondo con una sonrisa, porque mi novio siempre está en mi cabeza.

 

—Siempre los tengo dado que la protagonista de ellos eres tú—este hombre me derrite—. Hasta mañana mi muñequita, te amo— se despide con ternura.

 

—También te amo, nos vemos mañana amor— menciono antes de colgar la llamada.

 

—El amor…oh el amor—comienza a decir Nessie bailando por la habitación haciéndonos reír—. No se a vosotras pero a mí se me antoja una película romanticona con comida chatarra y un gran bote de helado de postre— nos sonríe al ver como ambas asentimos con la cabeza ante su idea. Si alguien podía levantarte el ánimo, sin duda era Nessie.

 

—Buena idea, vayamos a ver que hay— manifiesto levantándome de la cama.

 

—Bruji, elije la película mientras nosotras vaciamos la despensa— ordena sonriente Nessie señalando con el dedo a Lizzie.

 

—A sus órdenes mi pitufa— contesta Lizzie cuadrándose logrando que rompamos en risas.

 

En cuanto llegamos a la cocina, Nessie no aguantó más y se deshizo en llanto, rápidamente la abracé; sabía la unión tan fuerte que había entre ellas y lo que sufría al verla así, de hecho me sentía igual, en poco tiempo me encariñé muchísimo con ellas; eran las hermanas que nunca tuve, y sé de sobra que ellas me quieren de la misma manera, al separarnos me fijé que también había estado llorando.

 

—Siento haberte mojado más la camiseta Bella, pero me es muy difícil ver a Lizzie de esa manera, es una hermana para mí, al igual que tú— declara Nessie.

 

—Te entiendo porque me siento igual, sois las hermanas que nunca tuve— afirmo con una sonrisa, abrazándola de nuevo.

 

—Será mejor que nos dejemos de lloros, estamos aquí para levantarle el animo, vamos a ver que tenemos en la cocina— alega con una sonrisa Nessie abrazándome fuerte y besando mi mejilla antes de tirar de mí para ir a la cocina, donde cogimos, refrescos, patatas, doritos, gusanitos, cortezas, palomitas saladas y dulces, golosinas y tres botes de helado de distintos sabores.

 

—Ya estamos aquí, espero que hayas elegido una buena— anuncia Nessie entrando y soltando todo lo que traíamos en la cama.

 

—Estoy entre estás tres— nos dice mostrándonos las películas que eran, como perder a un chico en diez días, amigos con derecho a roce y noventa días.

 

—Pues decididlo vosotras dos mientras me pongo el pijama— sentencia Nessie antes de salir corriendo por la puerta.

 

Al final nos decidimos por como perder a un chico en diez días. Lizzie aprovechó a cambiarse mientras que ponía la película; no tardó en volver y rápidamente nos acomodamos en la cama esperando a Nessie, que llegó segundos después y se tumbó al otro lado de Lizzie dejándola en el medio y comenzamos a ver la peli.

Una hora y media después habíamos acabado con toda la comida y el helado. No paramos de reírnos con las putadas que le hacia al pobre chico; no sé en que momento Lizzie se quedó dormida, ni tampoco Nessie, puesto que mis ojos se cerraron antes de que terminase la película llevándome al país de los sueños.

 

Jacob Pov:

 

Mi chispita me estaba esperando con un enorme plato de huevos revueltos con queso junto con un enorme vaso de café con leche, pero lo que más me gustó es que estaba vestida con un pequeño traje de sirvienta que apenas le tapaba su redondito y delicioso trasero.

 

—¡Jake, Jake, Jakeeeeeee!— chilla Edward haciendo que me caiga del sofá.

 

—Me vas a provocar un infarto— contesto de mal humor mientras me levanto del suelo.

 

—No haberte quedado dormido, anda vamos a por las chicas que se nos hace tarde— me ordena mi cuñado aguantándose la risa al ver como me sobo la espalda por la caída.

 

—Ya voy pesado y ni se te ocurra reírte— refunfuño saliendo de la habitación para tomar mi mochila que esta en la entrada.

 

—¿Se puede saber con qué estabas soñando? Porque tenias una cara de baboso— pregunta sonriendo una vez que salimos por la puerta en dirección a su coche.

 

—Sólo te diré que era con mi chispita—me mira extraño, entonces me di cuenta de que no sabia que llamaba así a mi novia—, a Nessie, en poca ropa— contesto moviendo las cejas.

 

—No me cuentes, no me quiero traumar— me pide entrando en el coche.

 

—Sólo he respondido tu pregunta, no pensaba entrar en detalles, esos son sólo para mi chispita y para mí— declaro sentándome en el asiento.

 

—Eso espero lobito, no me interesa saber lo que hace Nessie contigo— manifiesta entre risas al ver como fruncí el ceño cuando me llamó de esa forma.

 

Antes de arrancar mi cuñado encendió la radio sintonizando un dial de música clásica, de inmediato fui a cambiarla por algo más movido, sino seria capaz de quedarme dormido de nuevo.

 

—Ni se te ocurra cambiarla Swan y préstame atención, hay algo que necesito decirte—declara mi cuñado mirándome de reojo—. Anteayer al salir de clases se lo conté a Justin, necesitaba la opinión de alguien más, sobre lo que vi la noche anterior, él me sugirió que lo mejor era hablarlo contigo, antes de tomar cualquier decisión— suspira.

 

—No fastidies Ed, ¿Dime qué es lo que ocurre?—inquiero ansioso por saber de que se trataba y seguidamente me relata lo sucedido esa noche—. No es algo que me sorprenda, siempre me imagine que había algo oculto, ya que el repentino interés de Alice en Jasper me extraño bastante— añado, todavía sin comprender como mi primo había preferido creer en las palabras de la duende. Fácil lo tenía embelesado.

 

—¿Crees qué debería contárselo a Bella?— mepregunta sacándome de mis pensamientos.

 

—Sí, aunque la duela merece saberlo, y pienso que el resto del grupo también—suspiro—. Estoy seguro que algo están tramando esas arpías, por eso quieren a Jasper a su lado, será mejor estar prevenidos y más ahora que sabemos de la envidia y el odio que sienten por las chicas—miro a mi cuñado, el cual asiente con la cabeza—. Lo mejor será decírselo cuanto antes, el resto puede enterarse más tarde— declaro mosqueado por culpa del idiota de Jasper.

 

—¡Hey, conmigo no te cabrees!— exclama simulando estar ofendido, logrando que nos riamos como tontos.

 

—No entiendo como mi primo puede ser tan imbécil, no obstante se merece lo que le está pasando, se va a llevar un buen palo cuando se entere— manifiesto con sinceridad, y la verdad no me da ninguna pena, él solo se lo había buscado.

 

—Algo parecido me dijo Justin cuando se lo comenté— declara cuando estaciona el coche en la entrada del edificio de las chicas.

 

Seguimos conversando acerca del asunto mientras subíamos en el ascensor, en cuanto llegamos llamamos al timbre varias veces y al percatarnos de que nadie nos abría comenzamos a dar pequeños golpes en la puerta para que nos escucharan.

 

—Le pegas a la puerta como si fueras una chica— me burlo ganándome una fulminante mirada de su parte.

 

—Observa como se hace, así aprendes— digo entre risas golpeando fuertemente la puerta.

 

—No seas bruto Jake no hace falta tirar la puerta para entrar, tengo la llave— expresa tan tranquilo.

 

—No jodas, tienes llave y estamos aquí como tontos golpeando y esperando para entrar— declaro cruzándome de brazos logrando que se muera de risa mientras saca la llave y abre la maldita puerta.

 

Subimos las escaleras y cada uno se dirigió a la habitación de su chica, en el momento que entré en el dormitorio de mi chispita me llevé un chasco al no verla ahí, al salir de nuevo al pasillo me encontré con mi cuñado con cara de preocupación.

 

—¿Bella tampoco está en su cuarto?— pregunto intrigado.

 

—¿Qué quieres decir con tampoco? ¿No está Nessie?— cuestiona con ansia en su voz.

 

—No, su cama está intacta— respondo extrañado.

 

—Echaré un vistazo en la habitación de mi hermana— dice encaminándose a la puerta y rápidamente le sigo.

Nada más llegar se queda parado con la mano en el picaporte, sin saber si entrar o no.

 

—Se puede saber porqué no abres de una vez—exclamo exasperado—. No vas interrumpir nada, Justin está en la fraternidad— río consiguiendo que me mire de mala manera.

 

—Se puede estar vistiendo, zoquete— me responde llamando a la puerta, pasado unos segundos en los que nadie contesta, me desespero y abro la puerta con fuerza provocando que golpeé con la pared originando bastante ruido.

 

Al escuchar el fuerte sonido las chicas saltaron en la cama a causa del susto, en especial mi hermanita que se cayó golpeándose con el trasero en el suelo; no pude evitar reírme cuando la oí quejarse y maldecir, rápidamente mi cuñado se acercó para levantarla y depositarla con cuidado sobre la cama. Mientras que un rayo en forma de Lizzie corrió hacia la ducha repitiendo, tarde, Justin, mierda y no sé que cosas más. En cambio mi chispita sólo se giró acurrucándose mejor, mientras abrazaba la almohada para seguir durmiendo.

 

—Ríete Masen y no me tocas durante un buen tiempo— advierte mi hermana, mejor no reírse, tiene un humor de perros cuando se la despierta. Edward acaricia su mejilla y besa su frente apaciguando su enfado, luego la levanta para llevarla a su dormitorio.

 

—No se pongan hacer guarrerias que llegaremos tarde— grito cuando salían del cuarto

 

—No te preocupes sólo masajearé un poco el golpe de tu hermana— me responde Edward guiñándome el ojo.

 

Cómo mi chispita no tenía intención de moverse, me acerqué para tomarla en brazos y llevarla hasta su habitación.

 

—Oh dios...sí Matthew...más—gime mi chica dejándome de piedra—, en el cuello no, que me haces cosquillas—sigue hablando consiguiendo que mi cuerpo hirviese en rabia a causa de los celos—. No te metas Kate, Matthew es mío— demonios, quién mierda es ese Matthew, cuando lo pille lo mato. De repente escucho las carcajadas de mi novia, que me observa con una preciosa sonrisa en su rostro al ver mi cara de tonto.

 

—No lo encuentro para nada gracioso— gruño molesto mientras la dejo sobre su cama.

 

—Lobito es una broma, estoy despierta desde el tortazo que se metió Bella, sólo quería ver la cara que ponías— habla melosa incorporándose para luego abrazarme.

 

—Pues a mí, no me parece divertido— manifiesto aún enojado cruzándome de brazos.

 

—Sabes que tú eres el único, que deseo que acaricie y bese todo mi cuerpo— declara mordiendo el lóbulo de mi oreja, mierda mi sueño regresa a mi cabeza.

 

—Nessie, puedes arreglarte por favor— suplico porque si sigue abrazándome y besando mi cuello de esa manera mientras pega su cuerpo al mío, no saldremos en todo el día de su habitación.

 

—¿Por qué? ¿No te gusta qué te de besitos?— pregunta restregándose contra mí, sintiendo claramente como mi amigo se despierta.

 

—Será mejor que te detengas si no quieres faltar a clases, porqué como sigas así, no te dejaré salir de la cama en todo el día— laaviso pegándola más a mí.

 

—Lo siento lobito, hoy he de entregar un trabajo, prometo recompensarte más tarde— dice coqueta, mierda ya me había hecho la ilusión de uno rapidito.

 

—Date prisa, te espero en la cocina— declaro besando dulcemente sus labios antes de salir.

 

Nada más entrar en la cocina, me encontré con Edward y mi hermana, la cual estaba desayunando, apenas pasaron unos segundos cuando Lizzie entró corriendo, cogió unas galletas junto con un zumo y se despidió saliendo a toda velocidad por la puerta.

 

—Os juro que sí este par no se junta de una vez, les haré una encerrona— digo sonriendo.

 

—Déjalos tranquilos Jake o sino le cuento a papá lo que paso con Rufus— me amenaza Bella fulminándome con la mirada haciendo que casi me caiga del taburete, adiós a la encerrona y a seguir esperando.

 

—Lobito déjate de tonterías, y marchémonos que se hace tarde— habla Nessie tomando una tostada que comienza a comer mientras se sirve una vaso de zumo.

 

—Pitufa desayuna tranquila que hemos venido en coche— le dice con cariño Edward. Se nota que la quiere como si fuera su hermana.

 

—De acuerdo vampirito, aunque no tengo mucha hambre— contesta mi chispita con una dulce sonrisa.

 

Diez minutos más tarde ya nos encontrábamos dentro del coche, decidí que este era un buen momento para contarle a Bella y a Nessie lo que Edward me había dicho, no quería retrasarlo más, así que llamé su atención e inicie el relato.

 

—Debemos decirle la verdad a Jasper— asevera mi hermana bastante enfadada.

 

—¿Piensas que nos creerá Bella?— pregunta Nessie, aunque todos conocemos la respuesta.

 

—Hermanita se que te duele, sin embargo lo único que lograremos será que nos mande a la mierda por mentirosos, y su rechazo será todavía mayor porque pensara que solo queremos difamar a Alice— declaro con convicción.

 

—Tienes razón, lo mejor es que se de cuenta él solo. Es la única manera de que abra los ojos y se percate de su error, aunque sufra por el camino—rectifica mi hermana luego de escuchar mis palabras—. Sólo espero que no sea demasiado tarde, ya ha hecho demasiado daño— suspira mirando por la ventana.

 

—Amor, por mucho que nos duela no podemos involucrarnos sólo empeoraríamos las cosas hasta el punto de que Jasper nos odiara y se marchara de la hermandad— explica Edward acariciando su mano.

 

—Sólo podemos esperar a que se entere de la verdad y estar ahí para él— dice mi novia.

 

—Ahora más que nunca debemos estar al pendiente de los posibles planes de Tanya, Rosalie y Alice contra nosotros, así que a la hora de la comida les contaré al resto del grupo lo sucedido— lesexplico y todos asienten en acuerdo.

 

—Cambiando de tema—ríe mi cuñado.—¿Qué fue todo ese saqueo a la despensa?— pregunta con curiosidad.

 

—Sólo una noche de chicas—ríe mi chispita—. Vosotros bebéis cerveza y nosotras comida chatarra y helado— dice Nessie sonriendo cómplice a Bella.

 

Mierda, cuándo las mujeres involucran helado y chocolate, es por tres razones: Están deprimidas, han roto con el novio o tienen el periodo; espero que no sea la última y sí es así, que no sea mi novia, porqué adiós fantasía. Tan metido estaba en mis pensamientos que no me enteré cuando llegamos hasta que Nessie me pellizcó en el brazo haciendo que volviera a la realidad.

Después de despedirnos de Bella y Edward acompañé a mi chica a su clase para luego salir disparado a mi edificio, más me valía no llegar por tarde, porque el profesor Clark ya me tenía un poco de manía.

 

Emmett Pov:

 

Definitivamente si hubiera un concurso de imbéciles me echarían de el por abusón, me siento horrible, una basura, como pude ser capaz de soltar tanta mierda. Sé que debo disculparme con ellos pero no sé si me querrán escuchar y están en todo su derecho. Me arrepiento tanto que llevo sin pegar ojo desde que ocurrió, pensaba acongojado mientras bajaba las escaleras en dirección a la cocina dónde para mi mala o buena suerte me encontré a Justin.

 

—Buenos días— saludo con ánimo de romper el hielo.

 

—Buenos días— me responde sin mirarme a la cara.

 

—Justin—le llamo para obtener su atención—verás yo—pero no me dio tiempo a proseguir puesto que me interrumpe el timbre de la puerta.

Es Lizzie que al entrar en la cocina me mira con expresión dolida, cosa que me hace sentirme todavía peor. En completo silencio observo como se saludaban con mucho amor antes de encaminarse hacia la puerta, no obstante necesito disculparme.

 

—Esperad—digo alzando la voz y colocándome entre la puerta y ellos—, no puedo dejar que este asunto llegue más lejos, no podemos seguir así, hay que arreglar las cosas— les miro pidiéndoles con la mirada que me escuchen.

 

—¿Y qué sugieres Emmett?— me pregunta Justin rodeando la cintura de Lizzie.

 

—Soy un completo idiota lo sé, un bocazas, además de un total y completo estúpido— les digo con sinceridad mirándoles directamente a los ojos.

 

—Pues sí, eres un bocazas y te has portado como un gilipollas— coincide serio Justin.

 

—Llevo varias noches sin dormir y seré incapaz de hacerlo hasta que no os pida disculpas. ¿Podréis perdonarme por haberme comportado como un autentico cretino?— pregunto completamente arrepentido.

 

—Ummm, Emmett metiste la pata hasta el fondo, nos ofendiste de la peor manera— expone molesto Justin.

 

—Ya saben como soy, digo las cosas sin pensar, sin ponerle filtro a mis palabras, sin darme cuenta del daño que puedo hacer en un momento determinado y aunque no es excusa, os diré que no lo hago aposta, y que os quiero y aprecio mucho— intento explicarme de la mejor manera posible.

 

—Uhh, déjanos pensarlo— dice Lizzie enfocando su vista en Justin, que acaricia con dulzura su mejilla.

 

—Prometo no volver abrir mi enorme boca. Lo siento de verdad— aseguro utilizando mi último cartucho, sabía que iba a ser difícil.

 

—No es esa la cuestión Emmett, nos gusta como eres con tu gran bocota y tu falta de filtro, el problema es que te pasas, te pasas y mucho; cuándo se te dice que pares, no escuchas, no sabes detenerte—dice Lizzie que mira a Justin por unos segundos, el cual hace un gesto afirmativo con la cabeza—. Pero está bien te perdonamos. Sólo decirte que nos hiciste bastante daño con tus palabras—suspira—, trata de pensar un poco más antes de hablar...de darte cuenta que estás metiendo la pata o de...yo que sé. Pero debes saber que necesitamos algo de tiempo para olvidar lo sucedido, eso no quita que seamos tus amigos porque lo somos, y te trataremos exactamente igual que antes. Anda ven aquí y danos un abrazo— termina de hablar Lizzie sonriéndome dulcemente, rápidamente me acerco a ellos y nos fundimos en un abrazo.

 

Cuando nos separamos Justin me dio una palmada en la espalda en señal de amistad; menos mal todo había pasado, segundos más tarde ambos se fueron sonrientes y abrazados por la cintura; cómo pude ser tan estúpido de decir que Justin no la amaba, sí se ve, que es capaz de dar su vida por ella.

De lo más feliz por haber solucionado las cosas terminé de desayunar antes de marcharme a clases con una gran sonrisa.

 

Edward Pov:

 

Menos mal que timbre sonó dando por finalizada la clase. La mañana había sido de lo más aburrida y agobiante, no estaba de ánimo como para poder aguantar otra clase con la chica nueva sin acabar mandándola a la mierda; no había parado de atosigarme y devorarme con la mirada desde primera hora, gracias al cielo que ya tenía mis compañeros asignados, de ese modo pude librarme de que se sentara a mi lado. Escapé lo más rápido posible del aula dirigiéndome a la de Justin, necesitaba huir de esa chica como fuera. Apenas llegué a la puerta del salón cuando la gente comenzaba a salir, menos mal que mi amigo fue de los primeros en traspasar la puerta. Nada más verme se acercó sonriendo al ver mi cara de impaciencia.

 

—Ed amigo, menuda cara tienes—palmea mi espalda.—¿Qué ocurre?— me pregunta intrigado mientras nos encaminamos a la cafetería.

 

—Ni te imaginas la mañana tan tediosa que he pasado—suspiro—. He sido acosado por la chica nueva, me tenía de los nervios— me quejo logrando que se muera de risa.

 

—Deberías estar acostumbrado después de tener que soportar a la odiosa de Tanya—se burla el muy cabrón—. Ahora en serio, cuéntaselo a Bella, veras como te ayuda y te quita a la pesada de encima— sonríe. La verdad es que la idea no es nada mala.

 

—Es un buen plan, en cuanto vea mi Bella se lo digo—anuncio divertido—, así podré respirar de nuevo— suelto un dramático suspiro haciendo que estallemos en carcajadas.

 

A mitad de camino nos encontramos con mi Bella, que estaba hablando de lo más animada con Nessie, Kate y Elena, seguro planeando algo para la dichosa fiesta, ya que cuando llegamos a su lado se callaron rápidamente.

 

—Hola hermoso novio— me saluda efusiva mi muñequita lanzándose a mis brazos.

 

—Hola amor, te extrañe— confieso abrazándola. Mi día acaba de mejorar notablemente.

 

—Ya, déjense de arrumacos y marchémonos a la cafetería— declara divertida Nessie.

 

—Parecen lapas de lo pegados que están todo el día— se burla Elena logrando que nos tronchemos de risa.

 

—Vamos a la cafetería de una vez, que me muero de hambre— dice Justin sonriendo.

 

—Aha, ahora diremos que tienes hambre y no ganas de ver a una brujita— me burlo antes de comenzar de nuevo con nuestro trayecto mientras escucho las risas de las chicas.

 

—¡Corre, corre, corre!— grita una voz, la cual reconocería en medio de una multitud.

 

—¡Date prisa, tenemos que ir más rápido!— chilla su compañero de aventuras.

 

Mi hermana y Diego salieron como bólidos del edificio hasta llegar a unos frondosos arbustos donde se escondieron.

 

—¿Qué habrán hecho este par ahora?— inquiero negando con la cabeza.

 

—No tengo la menor idea, pero juntos son dinamita— responde entre risas Kate.

 

—No incriminen a mi niña, seguro que no ha hecho nada— intenta defenderla Justin.

 

—Juntos son un verdadero peligro y lo sabes de sobra Justin, no defiendas lo imposible— declara Elena divertida haciéndonos reír.

 

—Vayamos a ver que pasa— nos apremia jovial Nessie encaminándose hacia el lugar.

 

—Esperad un momento, veamos de quién se esconden— agrega graciosa mi Bella haciendo que nos detuviéramos.

 

Apenas pasaron unos minutos cuando vimos salir a un profesor limpiándose con una toalla la cara y el cabello, que están manchados de un extraño color verdoso.

 

—¡Hay de ustedes cuando los atrape!, ¡Pronto descubriré quiénes fueron y entonces se acordaran de mí!— exclama indignado mientras golpea varias veces con el píe en el suelo mientras vuelve a observar a su alrededor antes de meterse de nuevo al edificio hecho una furia.

 

En el momento que el profesor entró de nuevo, nos acercamos donde se encontraban Lizzie y Diego, que salieron de su escondite partiéndose de risa.

 

—Parecía Hulk, la masa, de lo verde que estaba— oímos decir entre risas a Diego.

 

—Más se parecía al Grinch, dado que su pelo también estaba verde— comenta mi brujita uniéndose a las risas de su amigo, menuda pareja.

 

—¿Qué fue lo que hicieron está vez mi niña?— pregunta divertido Justin llamando la atención de una risueña Lizzie, que corre rápidamente a sus brazos.

 

—Nada malo nene, sólo que terminamos pronto y limpiamos el instrumental, pero por error no los secamos bien por dentro y antes de irnos el profesor quiso hacernos una demostración sobre la siguiente prueba y bueno, al agregar los componentes químicos...Bum encima del maestro— declara mi hermana con un puchero. Pobrecitos, si son de lo más inocentes.

 

—¿Cómo es que estando en medio de todo, salieron tan bien librados?— cuestiono de lo más intrigado.

 

—Aquí, Diego Clark, alias Superman, me lancé a proteger a mi Lizzie Lane, rescatándola de esa montaña de humo, para después salir volando del laboratorio— nos explica Diego poniendo los brazos como Superman cuando vuela.

 

—¡Mi superhéroe!— exclama efusiva Lizzie besando la mejilla de Diego haciendo que estallemos en carcajadas.

 

Justo cuando estábamos apunto de entrar en la cafetería nos encontramos con mi prima Rosalie, la cual al ver a Justin abrazado a mi hermana, la miró con puro odio como si pudiera lanzarla fuego por los ojos. Mi casi cuñado al observar la mirada de Rosalie decidió provocarla todavía más, pegando su cuerpo al de Lizzie, y para rematar comenzó a depositar varios besos por su cuello. Mi querida prima entró a la cafetería roja de rabia. Una vez la perdimos de vista, Nessie no pudo aguantarse las ganas de imitar sus gestos y movimientos ocasionando que riéramos fuertemente.

 

Nada mas entrar fuimos directos a por nuestro almuerzo. Cuando todos teníamos nuestras bandejas con la comida nos marchamos a nuestra mesa, donde ya se encontraban la mayoría de nuestros amigos gastándose bromas entre ellos.

En cuanto estuvimos todos, Jacob no dudó en contarles lo que habíamos hablado está mañana sobre Jasper, y de como las tres arpías lo estaban utilizando.

 

—Por mucho que le dijéramos jamás nos creería, esta demasiado encoñado con la duende— garantiza Garret antes de dar un sorbo a su bebida.

 

—A lo mejor pensáis que soy mala amiga por lo que voy a decir, pero Jasper tiene lo que se merece, ni más, ni menos— habla seria Kim.

 

—El que siembra vientos, recoge tempestades— añade tan tranquilo Stephan, antes de seguir comiendo como si no hubiese dicho nada, originando que todos nos riamos. Mira que le gustan a este chico los refranes.

 

—Palabras muy sabías amigo— confirma divertido Kevin quitando hierro al asunto.

 

Seguimos conversando durante un rato más sobre el tema, hasta que una aburrida Nessie decidió cambiar la conversación contando la pequeña travesura de mi brujita y Diego.

 

—Chicos, lo vuestro es muy fuerte— declara entre risas Gianna.

 

—Niños no lleváis ni una semana de clase, tranquilizaos un poco— les sermonea James aparentando estar enfadado.

 

—Está bien papá, no lo volveremos hacer— responde Diego con un puchero, sacando las risas de toda la mesa.

 

—Papi, de verdad que no fue nuestra culpa— refunfuña Lizzie con voz de niña pequeña.

 

—Está vez os salváis hijos, pero a la próxima castigo asegurado— garantiza James interpretando a la perfección su papel de padre.

 

—Te lo prometemos, eres el mejor papi— gritan mi hermana y Diego al unísono mientras corren donde esta nuestro amigo para darle un fuerte abrazo y besos por toda la cara, lo que provoca que todos reventemos en carcajadas.

 

—A cualquier otro ya lo hubieran pillado y expulsado— ratifica Laurent entre risas.

 

—Nunca nos pillaran, ni nos expulsaran por dos razones; primera, somos los mejores alumnos de nuestra clase y segunda, somos iguales de rápidos que Speedy Gonzalez— asevera Diego chocando las palmas con mi hermana antes de sentarse de nuevo en sus lugares

 

—¡Menudo par de fanfarrones!— exclama divertido Thomas sacando las risas de todo el grupo, menos las de los susodichos que están con los brazos cruzados y mirándonos como si estuvieran ofendidos.

 

—Mi niña no les hagas caso, son unos envidiosos— menciona con dulzura Justin ganándose una sonrisa y un beso en la mejilla de parte de mi hermanita.

 

—Amor no te lleves mal rato, sólo dicen eso porqué tienen celos— dice Bree acariciando la cara de su novio con ternura, el cual la sonríe antes de besarla apasionadamente.

 

—Menudos defensores tenéis, cualquiera se mete con vosotros— bromea Irina haciéndonos reír nuevo

 

—Mas bien diría aduladores, a saber qué pretenden conseguir— se cachondea Maggie recibiendo cuatro fulminantes miradas, a las cuales responde sacándoles la lengua logrando que nuestras risas aumenten.

 

—Ya déjenlos en paz—declara Emmett—. Mejor hablemos de otra cosa— sonríe haciéndoles un guiño; al parecer por fin hablaron y solucionaron las cosas, menos mal.

 

—¿A qué hora tienen la reunión de fraternidades?— pregunta con una sonrisa Marta cambiando de tema.

 

—A las siete de la tarde—aclara rápidamente Nessie.—¿Qué les parece ir al Revolver a tomar algo, a la salida de clases?— propone entusiasmada dando saltitos en la silla.

 

—Es un buen plan, así conoceremos por fin el pub preferido de mi brujita— digo abrazando a mi chica.

 

—¿Ese es el famoso pub dónde vais a ver los partidos?— pregunta sonriendo mi Bella a Justin y a Lizzie.

 

—Sí, es un sitio de lo más agradable— afirma Justin acariciando el cabello de mi hermana que esta recostada en su hombro.

 

—¡Hey Capitán!—grita Brad acercándose a nuestra mesa—. Hola gente—nos saluda con una sonrisa antes de dirigirse de nuevo a nuestro amigo—. Sólo decirte que lo que pedimos para mañana ya está listo, tenemos que pasar a recogerlo está tarde. Si por lo que sea no puedes ir, llámame y me acerco yo— mira con una sonrisa cómplice a nuestro amigo.

 

—Genial, espero que me de tiempo, sino te tocará ir a ti— comenta Justin con una sonrisa.

 

—No hay problema capitán—palmea su espalda—. Princesa cada día estás más guapa—sonríe con cariño a Lizzie—, ahora me marcho corriendo antes de que alguien que conozco se ponga celoso—ríe—. Nos vemos en el entrenamiento chicos—se dirige a Justin, Stephan y Jared—. Hasta luego— se despide del resto con una sonrisa antes de marcharse de nuevo a su mesa.

 

—Por fin llegaron vuestras chaquetas chicos, mañana os las daremos— anuncia sonriente Justin a Jared y Stephan.

 

—Genial, eso quiere decir que ya tenemos nuestros propios números— declara eufórico Stephan chocando sus puños con Jared.

 

—Sois como niños con su juguete nuevo— pronuncia Kate negando con la cabeza haciéndonos reír.

 

Una vez terminamos de comer, me fije como, Elena, Nessie, Jared, Lizzie y Diego, se miraban de manera cómplice antes de incorporarse de sus asientos y dirigirse donde estaban sentados Jane y Alec. Pobres el interrogatorio estaba por comenzar.

 

—Amor presta atención, te vas a reír— comunico a mi Bella, que me mira sonriente.

 

—¿Les van hacer el interrogatorio?— me pregunta en un susurro, a lo que asiento con la cabeza mientras paso mi brazo por sus hombros pegándola más a mí.

 

—Pobres ni se imaginan lo que se les viene encima— nos comenta Justin en voz baja logrando que nos riamos Bella y yo.

 

—¡A disfrutar del show chicos qué está por empezar!— exclamo en voz baja, y nos acomodados bien en nuestras sillas para poder contemplar el espectáculo. Esto iba a ser de lo más divertido.

 

Cuando Alec y Jane se quisieron dar cuenta de que algo sucedía ya estaban rodeados por, Jared, Elena, Nessie, Diego y mi hermana, que les miraban con una sonrisa maliciosa en los labios.

 

—Parejita ¿Qué estaban haciendo el lunes a las diez y media de la noche?— interroga Diego frotándose las manos.

 

—No sé de que estás hablando— responde Jane haciéndose la inocente.

 

—¡Respuesta equivocada!— exclama Lizzie negando con la cabeza.

 

—Los chicos que no quieren hablar por las buenas, merecen que se usen otros métodos para confesar— advierte Jared haciendo resonar los dedos.

 

—Alec, Jane—les señala Elena con el dedo—, será mejor que contesten a la pregunta que les hizo mi compañero, sino quieren....— amenaza Elena dejando la frase en el aire.

 

—No tengo ni idea a que os referís— puntualiza Jane aparentando estar serena.

 

—Tendremos que refrescarles la memoria— asegura Nessie observando a su alrededor consiguiendo que Jane y Alec pierdan el color.

 

—La verdad es que no nos dejan otra opción compañeros— confirma sonriendo malicioso Jared.

 

—¿Sabes Alec? Tengo un amigo al que le encanta surfear, y le vendría de maravilla una tabla nueva— afirma mi hermana sonriendo malévola logrando que nuestro amigo abra los ojos como platos. Amaba su tabla de surf más que nada en este mundo.

 

—Por mucho que nos amenacen no conseguirán sonsacarnos nada— alega con seguridad Alec, pero su voz le falla.

 

—¿Qué os parece compañeros, si hacemos una reconstrucción de los hechos?— pregunta Diego mirando a las chicas y a Jared, que asienten sonrientes.

 

—Necesitamos actores— proclama Elena pasando su vista sobre todos nosotros.

 

—Creo que Edward y Bella son los mejores para interpretar a los protagonistas— indica Nessie señalándonos.

 

—Tortolitos vengan aquí—nos ordena mi brujita interpretando a la perfección su personaje, y nosotros de lo más obedientes nos levantamos y vamos hacia ellos—. Ahora el resto pónganse a su alrededor como si fueran arbustos—los demás no se mueven de la mesa a excepción de Justin, que conoce a la perfección a Lizzie y sabe como se las trae—. Tienen dos segundos para levantarse y colocarse como he dicho, o los siguientes interrogatorios serán para vosotros— les amenaza y rápidamente todos se mueven y se posicionan a nuestro alrededor.

 

—Edward mira a todos lados para cerciorarte de que nadie te ve— me dice Nessie.

 

—¡Pero si todos nos ven!— exclamo entre risas de mi mal chiste.

 

—Mira que eres idiota, los arbustos no cuentan— me regaña Elena cruzándose de brazos; al parecer mi broma no le ha gustado, así que hago lo que me manda y volteo a todos lados.

 

—Bien, ahora coge a Bella de la cintura y plántala un beso de esos que te obligan a darte una buena ducha de agua fría— me comunica sonriendo con picardía Jared, y muy sacrificado de mí, hago con mucho gusto lo que me ordena; lógicamente mi muñequita no tarda en responder el beso con ardor.

 

—¿Les suena la escena o debemos ser más gráficos?— indaga Nessie apoyándose en la mesa

 

—Les repito que no sé de que mierda hablan— insiste Jane intentando esquivar sus miradas.

 

—En ese caso no nos dais otra opción, chicos a vuestros sitios que la función está por comenzar— sentencia Diego mientras que Jared saca su portátil para conectar su teléfono, y así poder ver el video donde nuestros amigos se comían a besos.

 

—¿Qué piensan hacer?— pregunta temeroso Alec.

 

—Sólo haceros recordar, ya que no tenéis intención de hablar— anuncia sonriendo triunfal Elena, pues sabe que han logrado su objetivo.

 

—¡Deja eso Jared, parece que de repente recuperaron la memoria!— exclama sonriendo victoriosa mi brujita chocando las palmas con el resto de sus compañeros. Estos chicos son peligrosos.

 

—Está bien, digan de una maldita vez que quieren saber— declara exasperado Alec.

 

—Sólo serán unas pocas preguntas— asegura Nessie sentándose en su sitio al igual que el resto, a excepción de mi hermana que se acomoda en las piernas de Justin, el cual inmediatamente la abraza por la cintura.

 

—Uff…que alivio— dice con ironía Jane.

 

—¿Desde cuándo están juntos?— interroga Lizzie; Es una pregunta fácil, no obstante por la reacción de nuestros amigos no lo parece.

 

—Hace algún tiempo— contesta Alec restregando sus manos en los pantalones.

 

—Queremos respuestas concisas y no evasivas o les garantizo que el interrogatorio será más duro— amenaza Diego y los chicos asienten maquiavélicamente logrando que la pareja trague en seco.

 

—Ok, se acuerdan del día que acompañe a Alec a por unos libros, pues ese día sucedió— explica Jane sin entrar en detalles.

 

—Muy precisa Jane, han sido varios los días que os habéis marchado juntos a la biblioteca, así que eso no nos aclara nada— puntualiza sonriente mi hermana, dándoles a entender que no están complacidos con esa contestación.

 

—Está bien, estamos juntos desde el día que nos vimos de nuevo y jugamos el partido; pero decidimos llevarlo en secreto para ver si la cosa funcionaba. No queríamos que se hicieran ilusiones de otra pareja en el grupo, si por un casual la relación no cuajaba. Les aseguro que pensábamos anunciarlo pronto— habla alterado Alec por haber sido descubiertos.

 

—¡No me lo puedo creer!—exclama Nessie dando un golpe en la mesa asustando a nuestros amigos—. Se pusieron de novios antes que ninguno de nosotros— bufaseñalando primero, a Irina y Laurent, luego a James y Vicky, después a Diego y Bree, para seguir con Bella y conmigo, antes de pasar a Thomas y Gianna, y terminar apuntándose a ella y Jake.

 

—¿Y para cuándo estarían seguros?—insiste Jared.—¿Cuándo estuvieran casados y con hijos o mejor nos esperábamos a los nietos?— inquiere cruzándose de brazos logrando que todos a excepción de la pareja nos riamos.

 

—Sólo iban a ser unos días más— nos asegura ruborizada Jane.

 

—Sí claro, y yo soy Marilin Monroe reencarnada— dice con sarcasmo Diego poniendo voz de chica.

 

—Es la verdad chicos, sólo queríamos consolidar la relación— reitera Alec.

 

—Pues casi te la follabas cuándo los pillé— afirma Elena, y los chicos se ponen más colorados que un tomate maduro.

 

—¡Mirad chicos, se han puestos más rojos que mi hermanita, y es casi imposible conseguirlo!— exclama divertido Emmett interrumpiendo el interrogatorio sacando las risas de toda la mesa.

 

—Volviendo a lo que interesa ¿Te la tiraste?— pregunta Nessie levantando las cejas.

 

—Ese día no— alega Alec dando a entender que ya ha pasado algo entre ellos.

 

—¡Hay que joderse! Esperaban que fuéramos al bautizo de su primogénito para decirnos, hey chicos, Jane y yo estamos juntos, y este es Alecito junior— expresa entre risas Jared ocasionando que estallemos en carcajadas.

 

—Basta ya chicos, de verdad que lo sentimos— se disculpa una muy sonrojada Jane.

 

—En serio chicos lo lamentamos pero todos tenemos secretos. El nuestro era por el bien de todos, además que comenzamos como un juego y las cosas surgieron convirtiéndose en algo serio; así que sólo queda decir que estamos juntos y felices, y esperamos que vosotros lo estéis por nosotros— confirma sonriente Alec abrazando a Jane.

 

—Ah, se nos olvidaba deciros que nos vamos a casar y a tener muchos Alecitos y Janecitas, sin embargo no lo sabrán hasta que estemos seguros que son nuestros hijos, con eso de que a veces los cambian en el hospital— declara irónico Diego logrando que todos rompamos en risas de nuevo.

 

—Todavía nos faltan detalles— declara Elena mirándose las uñas dispuesta a sacar más.

 

—No es justo, a nosotros nos estáis acribillando con el interrogatorio sólo por mantenerlo en secreto un poquito—protesta Jane con un puchero.—¿Por qué no sometieron a Edward y Bella, Laurent e Irina, James y Victoria, Diego y Bree, Thomas y Gianna, o incluso a Jake y a ti?— se cruza de brazos mirándonos con el ceño fruncido.

 

—Sencillo, ninguno de ellos nos ocultó su relación y tampoco les atraparon con las manos en la masa— aclara Nessie sonriendo con suficiencia.

 

—Y por si lo habías olvidado Jane, recordarte que Diego y Bree tuvieron un pequeño interrogatorio el día que nos la presentó— puntualiza Lizzie sonriendo a su amigo.

 

—Además este interrogatorio era mero formalismo después de lo que vimos— añade divertida Elena.

 

—Cierto, luego de verlos de manera tan calenturienta y melosa, no había duda alguna—se mofa Jared—. Y no se preocupen que el resto de las parejitas tendrán su interrogatorio cuándo menos se lo esperen— se ríe al ver nuestras caras de sorpresa.

 

—Me parece bien todos debemos pasar por el mal trago, aunque algunos se salvaron, como vosotros— declara Alec señalando a Justin y Lizzie.

 

—Por favor, todos fuimos testigos de la cara de idiotas de estos dos nada más verse; además, inmediatamente después de iniciar su noviazgo lo hicieron público— habla Diego defendiendo como siempre a mi hermana y a mi casi cuñado.

 

—¿Qué mierda de interrogatorio podíamos hacer?—cuestiona Jared—. Este par fue un libro abierto desde el principio; Lizzie andaba por las nubes por su capitán, y él que puedo decir, haría cualquier cosa por su niña. ¿Había algo que preguntar?— todos gritamos al unísono un nooo”, lo que provoca las carcajadas no sólo en nuestra mesa, originando que mi brujita esconda su rostro en el pecho de Justin.

 

—Bueno como sea—dice Nessie quitando hierro al asunto—, lo único que nos queda por decir es que estamos muy contentos por vosotros y que ya se habían tardado, porqué menudas miraditas se daban cuando creían que nadie los veía— sonríe abrazando a nuestros amigos que fueron pasando por diferentes abrazos recibiendo las felicitaciones de todos.

 

—La primera ronda de bebida en Revolver corre por cuenta de la nueva pareja— añade Elena y todos chillamos un “sí” justo cuando suena el timbre dando por finalizado el tiempo de la comida.

 

Luego de quedar en vernos todos a la salida y despedirme de mi novia con un beso en los labios, me marché junto con Justin, Garret y Elena hacia nuestro edificio; nada más llegar cada uno se fue a sus respectivas clases, para mi desgracia tendría que aguantar durante dos horas y media las insinuaciones y miradas lascivas de la nueva, agg que ganas de que acaben las clases.

Resultó que el tiempo se me pasó volando, puesto que la clase estuvo de lo más interesante; recogí mis cosas y salí pitando, no tenía ganas de cruzarme con la chica nueva.

 Cuando llegué a la puerta me encontré con Elena y nos pusimos rumbo al estacionamiento donde ya nos esperaban los demás. Una vez nos distribuimos en los coches no tardamos nada en llegar al pub, donde nos sentamos en la terraza para disfrutar de la soleada tarde. Decidimos pedir las bebidas aunque faltaban mi brujita, Justin, Stephan y Jared por llegar.

 

—¿Dónde están Lizzie y Justin?— pregunta curiosa Kim.

 

—No deben tardar, seguro que alguien les entretuvo— responde rápidamente Diego.

 

—Ahí vienen— dice Kate señalando el coche de Justin que se detiene frente a nosotros, del cual sólo se baja mi hermana, que se despide con la mano nada más cruzar la calle antes de que Justin arranque el coche y se marche acompañado por Stephan y Jared.

 

—Hola a todos— nos saluda Lizzie con una sonrisa mientras se deja caer en la silla que esta al lado de Diego.

 

—Amore mio ¿Qué quieres beber?— le pregunta Diego con una sonrisa tomando sus manos.

 

—Aprovecha ahora que Justin no está, amigo— dice divertido Kevin haciéndonos reír.

 

—El capitán conmigo no tiene problemas, al igual que Bree no los tiene con mi Amore—responde Diego pasando sus brazos por los hombros de Lizzie y Bree—. Soy un hombre de lo más afortunado por estar rodeado de semejantes bellezas— sonríe satisfecho logrando que estallemos en carcajadas.

 

-—Hola princesa, hacía mucho que no te veía—saluda el camarero a mi hermana, que al verlo chilla de emoción y salta de su silla para darle un abrazo.—¿Cómo estás guapa?— le pregunta sonriente el chico luego de separarse.

 

—Estoy muy bien. ¿Y tú qué tal estás? ¿Qué tal están Scarlett y la pequeña Sara?—empieza a interrogar mi brujita al pobre chico, el cual la sonríe cariñosamente.

 

—Todos estamos bien, y la pequeña se muere de ganas por veros a todos—sonríe—. Por cierto ¿Dónde está tu chico y el resto?— cuestiona, al parecer se conocen desde hace tiempo.

 

—Entrenando, antes de que se me olvide Justin me ha dicho que te ponga sobreaviso, porque el domingo una vez acabe el partido, nos tendrás a todos aquí, así que vete preparando— declara divertida Lizzie.

 

—Me lo imaginaba todos los años hacen lo mismo, aunque está vez la sorpresa se la daremos nosotros, puesto que el domingo estaremos los tres en el estadio animándolos—sonríe—. Este año he convencido a Ian y a Nina de que abran ellos ese día el pub— anuncia.

 

—Wow menuda cara se le vas a quedar—se ríe—. Ven que te presento a mi hermano y a mis amigos—dice mi hermana tomando su mano para traerlo donde me encuentro—. Robert, este es mi hermano Edward, Vampirito este es Robert el dueño del local— nos presenta.

 

—Encantado de conocer por fin al famoso Edward— me dice estrechando nuestras manos.

 

—El placer es todo mió, ya teníamos ganas de venir. Mi brujita no para de alabar este sitio— digo sonriendo.

 

Luego de que Lizzie hiciera las correspondientes presentaciones, estuvimos charlando un rato con Robert antes de que se marchara atender al resto de clientes.

 

—Es un encanto de chico—sonríe Marta.—¿Hace mucho qué os conocéis?— indaga.

 

—Sí, lo conocí nada más comenzar mi noviazgo con Justin, siempre veníamos aquí—sonríe ante los recuerdos—. Ponen muy buena música y es un sitio genial para disfrutar viendo los partidos, además, de la gran amistad que tenemos— nos explica Lizzie.

 

—Chicos tenéis que entrar a verlo, es precioso, es todo de madera y decorado con un gusto increíble, tiene mucha personalidad— alaba Nessie nada más salir del local.

 

—Aquí tienes princesa, tu cerveza tostada—dice Robert poniendo la bebida en la mesa—. Ten, son de la última barbacoa que hicimos en mi casa, estás son para Justin y para ti, a los demás se las daré el Domingo— le entrega un sobre y a todos nos pica la curiosidad por saber que contiene.

 

—Muchas gracias guapo, veras la ilusión que le hace cuando se las enseñe— asegura con una sonrisa Lizzie antes de que Robert se marche dentro del local.

 

—Peke sabes lo cotilla que soy ¿Qué hay en el sobre?— inquiere intrigado James.

 

—Fotos de una comida que hicimos en su casa—responde con una sonrisa—. Te mueres por verlas, ¿verdad chiquitín?— le guiña el ojo antes de abrir el sobre y sacar las fotos, las cuales nos va pasando; hay varias de los chicos del equipo todos juntos con Robert, otras de Lizzie con las novias de estos, unas de una niña de no más de dos años jugando con ellos en la piscina, otras de todo el grupo juntos, y las demás son de mi hermana con Justin.

 

—Por lo que se aprecia os lo pasasteis de maravilla— menciona mi Bella.

 

—Sí, fue un gran día— afirma mi hermana con una radiante sonrisa mientras guarda las fotos dentro del sobre.

 

—Cambiando de tema ¿Quién se va a encargar de grabar la reunión? Estoy deseando ver la reacción de Rosalie y Tanya cuando se enteren de que vosotras sois las líderes de los Zeta— declara divertido Thomas pasando su brazo por los hombros de Gianna.

 

—La reportera será Katherine, está de lo más ilusionada por grabar el video y luego subirlo a Youtube— nos comunica entre risas Maggie.

 

—Sí, lleva varios días haciendo pruebas con su Iphone nuevo para grabarlo con la mejor calidad, dice que nadie debe perderse los rostros de las barbies— nos cuenta Elena logrando que estallemos en carcajadas.

 

—Va a ser una reunión de lo más interesante, una lástima no poder estar presentes— dice Jane y los demás asienten poniendo un puchero ocasionando que todos volvamos a reír.

 

—Tranquilos que luego disfrutareis del show— expresa Nessie con una sonrisa.

 

—Pero no es lo mismo chispita, nos gustaría presenciarlo en directo— protesta Jake con una graciosa mueca.

 

—Pues es lo que hay lobito, así que a joderse y aguantarse— se burla mi Bella haciendo que todos volvamos a reír, al ver la cara de fastidio de nuestro amigo.

 

Seguimos charlando durante un tiempo más sobre la reunión, hasta que los chicos decidieron empezar con sus típicos comentarios y bromas hacia Alec y Jane; algunos bastantes subidos de tono, ocasionando que nuestros amigos se murieran de la vergüenza mientras que nosotros no podíamos parar de reír.

Nos calmamos un poco cuando llegaron Stephan y Jared una hora y media más tarde, dando algo de tranquilidad a la pareja mientras nos explicaban la razón por la cual Justin no vino con ellos.

 

—Chicos no podemos ir mañana al desayuno, tenemos entrenamiento— nos comunica Stephan con un puchero haciéndonos reír.

 

—Bien, más comida para nosotros— afirma sonriente Alec chocando las palmas con Emmett y Jake.

 

—Ahora entiendo por qué Alec come tanto, hace demasiado ejercicio últimamente—se ríe Laurent—. Jane amiga, deberías darle un descanso— bromea logrando que todos rompamos en carcajadas.

 

Para desgracia de la pareja, la conversación se enfocó de nuevo en ellos, teniendo que seguir soportando las bromas del grupo durante un largo tiempo.

La atención de todos se desvió una vez que aparecieron Brad y Jhonny preguntando por Justin, los cuales se molestaron al saber que el entrenador todavía lo tenía ocupado; no pararon de acusarlo de negrero, tirano, explotador y no se cuantas cosas más, lo cual culminó con la perfecta imitación de Jhonny del entrenador, provocando un ataque de risa por nuestra parte.

Una vez calmados charlamos un rato sobre trivialidades hasta la hora de irnos para la reunión, despidiéndonos primero de Brad y Jhonny, los cuales estaban hablando de lo más entretenidos con Robert, finalmente nos despedimos de nuestros enfurruñados amigos, los cuales no querían perderse las cara de las barbies en la reunión. Quedando en vernos en una hora en la entrada del edificio principal y así poder disfrutar del video.

 

—Te extrañare muñequita— susurro antes de atrapar sus labios en un beso apasionado.

 

—Nos vemos en un rato amor—musita mi Bella sobre mis labios—. Estaré fuera esperándote— sonríe uniendo nuestros labios en un dulce beso.

 

—Te amo preciosa— menciono acariciando su mejilla y besando sus labios una vez más.

 

—También te amo mi trasero lindo, pero ahora márchate que los chicos te están esperando— me dice mi muñequita dándome un piquito en los labios antes de irse a sentarse de nuevo, y muy a mi pesar me voy junto con los demás a la dichosa reunión.

 

—Ed cambia esa cara, pronto tendrás a tu Bella de nuevo entre tus brazos— se burla Alec haciendo que todos se rían. Él cabrón se esta vengando.

 

—Me pueden dejar en paz y meterse con otro— me quejo con un puchero, y mi brujita no tarda en abrazarme, me encanta que me mime.

 

—Es mucho más divertido meterse contigo— me dice Nessie sacándome la lengua.

 

—Me acabas de demostrar lo poco madura que eres señorita— pico a Nessie, me encanta hacerla enojar.

 

—¡Oh dios ya van a empezar con su discusión de niños!— exclama Kate con horror sacando las risas de todos.

 

—Idiota— dice Nessie.

 

—Chismosa— respondo.

 

—Tarado— contesta.

 

—Gruñona— replico

 

—Baboso— dice.

 

—Enana— respondo

 

—Cabezota— contesta.

 

—Inmadura— declaro.

 

—Parad de una vez, ya no sois unos niños— expresa divertido Garret interrumpiéndonos.

 

—Te quiero Vampirito— declara Nessie abrazándome.

 

—También te quiero pitufa— respondo besando su cabello.

 

—Estáis completamente locos— apunta Elena negando con la cabeza.

 

—Chicas, ¿Preparadas para patear los traseros de las barbies?— inquiere divertido Emmett frotándose las manos.

 

—Sí, siempre dispuestas— chillan mi hermana y Nessie al mismo tiempo haciéndonos reír.

 

—Hola chicos preparados para la función— nos saluda muy animada Katherine con el móvil en la mano.

 

Luego de saludar a Victoria, Katherine y Damon, nos pusimos charlar sobre los puntos acordados días atrás mientras esperábamos que llegasen las líderes Kappa, las cuales como siempre se retrasaban, nunca aprenderían lo que era la puntualidad. Diez minutos más tarde aparecieron Tanya y mi prima, entrando a la sala sin saludar y con pose altiva provocando que nos riéramos de su actitud. Las chicas entraron juntas y tomadas del brazo primero, nosotros las seguimos, mientras escuchábamos las tonterías que decían Emmett, Alec y Diego, provocando que las chicas no pudieran parar de reír, llamando la atención de mi prima y Tanya, las cuales al percatarse de la presencia de mi brujita y Nessie, se levantaron echas unas furias caminando hacia nosotros.

 

—¡Vosotras no tenéis nada que hacer aquí, largo!— exclama como loca Tanya señalando con el dedo a Lizzie y Nessie.

 

—Si no tuviéramos nada que hacer no estaríamos aquí. Nosotras si entendemos cuando nos dicen no— responde mi hermana tranquilamente sonriéndolas de forma angelical.

 

—Por si no lo saben, está es una reunión de los lideres de las fraternidades y vosotras sólo sois las mascotas de estos—- escupe mi prima apuntándonos al resto con el dedo.

 

—Me parece que no os leéis nunca las notificaciones que os mandan— declara con una sonrisa Nessie cruzándose de brazos.

 

—Mira niñata, será mejor que te calles y que te marches junto con tu siamesa antes de que pierda la paciencia, si no quieres que pase algo peor— amenaza Tanya acercándose más a las chicas.

 

—Me doy cuenta de que no estáis enteradas de las últimas noticias, ante vosotras tenéis a las nuevas lideres de la fraternidad Zeta, Elizabeth Masen y Vanessa Hawkings—anuncia con voz dura y seria mi hermana—. Ahora si nos disculpáis, la reunión creo que está por empezar— las sonríe dulcemente antes de girarse hacia nosotros dejándolas con la boca abierta. Tomad esa barbies.

 

—Es imposible, estas mintiendo— grita airada Tanya pateando el suelo como si fuera un niño al que le han quitado un caramelo.

 

—Si no os lo creéis leer la notificación que se os mandaron— dice Nessie mirándolas sonriente.

 

—Esto no se va a quedar así— advierte Tanya tirando de Rosalie para llevarla a la mesa donde esta el rector con el resto de directivos.

 

—Claro que no se va a quedar así, nos vamos a sentar para estar más cómodas— contesta entusiasta Nessie logrando dos cosas, una que la barbies se enfurezcan más, y la otra que todos estallemos en carcajadas.

 

—Habéis estado fantásticas— las elogia Alec abrazándolas fuertemente.

 

—¡Mis chicas son las mejores!— exclamo con orgullo besándolas en la mejilla.

 

—Ha estado sensacional, creí que a Tanya le iba a dar un paro cardíaco— declara Victoria muerta de la risa.

 

—Amore mio eres increíble no tengo palabras—expresa Diego abrazando a mi hermana—. Y tú pequeña has estado magnifica— dice sonriendo a Nessie.

 

—Katherine, dime que lo has grabado porque estoy deseando verlo de nuevo— hablaEmmett muerto de risa.

 

—Tranquilos que todo está aquí, hasta el más mínimo detalle— nos dice sonriente Katherine mostrándonos su móvil.

 

—¡Chicos, vamos a poner a las Kappa en su sitio!— exclama Garret mientras estira su brazo con la mano alzada, los demás imitamos inmediatamente su gesto, para gritar de manera conjunta “¡SOMOS LOS MEJORES!” levantando nuestras manos juntos, si muy infantil pero nos encanta.

 

—Jóvenes tomen asiento por favor—indica el rector y todos nos sentamos prestando atención—, antes que nada darles la bienvenida a está reunión, en especial a la nueva presidenta y vicepresidenta de la fraternidad Zeta. Elizabeth Tiffany Masen y Vanessa Anne Hawkings—todos aplaudimos con una sonrisa menos Rosalie y Tanya, que echan humo por las orejas—. Ahora cedo el micrófono al Señor Secretario para que anuncie los puntos a tratar— finaliza su discurso, al parecer la cosa iba a ser rápida.

 

—Buenas tardes a todos, comenzaremos por poner fecha a la semana “Rush Week” y por saber cuantas pruebas de acceso harán individuales, y si habrá alguna conjunta entre fraternidades— anuncia el secretario.

 

—Fraternidad Omega, representantes Alec Vulturi y Diego Carter— llama el vocal.

 

—Comienzo “Rush Week”, el martes que viene, pruebas individuales 2 y pruebas colectivas con las fraternidades Beta, Gamma, Delta, Zeta y Alpha— comunica Alec.

 

—Fraternidad Beta, representantes Victoria Lefevre y Kate Hale— pronuncia el vocal.

 

—Comienzo “Rush Week”, el martes que viene, pruebas individuales 2 y pruebas colectivas con las fraternidades Omega, Gamma, Delta, Zeta y Alpha— informa Victoria.

 

—Fraternidad Gamma, representantes Katherine y Elena Gilmore— menciona el vocal.

 

—Comienzo “Rush Week”, el martes que viene, pruebas individuales 2 y pruebas colectivas con las fraternidades Beta, Omega, Delta, Zeta y Alpha— dice Katherine.

 

—Fraternidad Delta, representantes Garret Smith y Damon Salvatore— pronuncia el vocal.

 

—Comienzo “Rush Week”, el martes que viene, pruebas individuales 2 y pruebas colectivas con las fraternidades Beta, Gamma, Omega, Zeta y Alpha— declara Garret.

 

—Fraternidad Alpha, representantes Edward Anthony Masen y Emmett Swan— nombra el vocal.

 

—Comienzo “Rush Week”, el martes que viene, pruebas individuales 2 y pruebas colectivas con las fraternidades Beta, Gamma, Delta, Zeta y Omega— comunico fijando mi vista en mi prima y Tanya, que están enfurecidas al percatarse que todos estamos de acuerdo.

 

—Fraternidad Zeta, representantes Elizabeth Tiffany Masen y Vanessa Anne Hawkings— pronuncia el vocal.

 

—Comienzo “Rush Week”, el martes que viene, pruebas individuales 2 y pruebas colectivas con las fraternidades Beta, Gamma, Delta, Omega y Alpha— informa Lizzie sonriendo a las barbies, que la miran con odio.

 

—Fraternidad Kappa, representantes Tanya Denali y Rosalie Liliam Cullen— nombra el vocal.

 

—Inicio de la “Rush Week”, dentro de una semana, pruebas individuales 3 y pruebas colectivas ninguna, dado que el resto de las fraternidades no han contado con nosotras— manifiesta enojada Tanya poniendo cara de pena a los directivos.

 

—Una vez escuchados a todos los representantes, con respecto a la “Rush Week” se dará inicio el martes de la semana entrante, y la siguiente semana se realizaran las pruebas de acceso, por favor comunicarnos unos días antes si alguna de las pruebas colectivas se realizará en algún aula— da por resuelto ese punto el secretario.

 

Seguimos con el resto de temas, algunos de ellos crearon controversia, como el referido a la ayuda humanitaria, en el cual como era de esperar, las Kappa mostraron su ignorancia provocando que el rector las obligara a acudir a los comedores municipales y por mucho que protestaron no consiguieron nada.

El problema vino cuando se sacó el tema del precio que los nuevos miembros debían abonar anualmente a la fraternidad, todos estábamos de acuerdo, a excepción de las Kappa, que propusieron que el precio fuera el mismo para los que vivieran en la casa y los que no, después de discutir durante un buen rato al final se hizo por votación, la cual ganamos seis votos a favor por uno en contra.

Todos estuvimos de acuerdo en participar en las actividades benéficas para mejorar la vida estudiantil, además, de ayudar al comité de eventos con el voluntariado en actividades y festejos universitarios. Terminamos cerrando los puntos de la reunión cuando cada fraternidad dio los nombres de las empresas que nos patrocinarían.

 

—Sólo falta tratar la petición de la fraternidad Kappa, damos la palabra a su presidenta, la señorita Tanya Denali para que exponga su propuesta— anuncia el rector.

 

—Creo que sería bueno que el presupuesto que se da para las fraternidades no se dividiera en partes igualitarias, sino que a las hermandades con más integrantes se les aumentara el salario reduciéndolo de las fraternidades con menos miembros— explica Tanya. Menuda perra, eso es caer muy bajo.

 

—Eres de lo peor Tanya, con la parte que nos corresponde más las cuotas de los miembros es más que suficiente, no es necesario quitar el dinero a otra fraternidad— sentencia cabreado Damon.

 

—¿Cómo puedes proponer una cosa así?—inquiere molesta Elena—. Si antes creía que eras una perra, con esto no me queda la menor duda— añade fulminándola con la mirada.

 

—Lo que pasa, es que tenéis envidia de que nuestra fraternidad sea una de las más solicitadas— habla con arrogancia Tanya.

 

-—Lo que tu digas bonita, pero todos sabemos que tu fraternidad fue la que menos visitas recibió en la fiesta de las Invitaciones— asevera con una cínica sonrisa Victoria.

 

—Eso es mentira, menuda resentida eres— dice mi prima saliendo en defensa de Tanya.

 

—Venga ya Rosalie, lo que ha dicho Victoria es verdad. Además, no estamos de acuerdo ni apoyaremos vuestra proposición— declara Emmett dejando en claro nuestra posición.

 

—Lo único que les interesa es joder a los demás para su propio beneficio— asegura Diego mirándolas con desprecio.

 

—Jóvenes por favor, compórtense y hablen con respeto—nos reprende el rector—señorita Denali sería tan amable de decirnos cual fraternidad considera que tiene menos miembros, y por ende reducirle la mitad de su presupuesto— inquiere dándole la palabra.

 

—Con mucho gusto Señor Rector—dice Tanya con voz inocente—. La que aparece con menos miembros en la lista es la fraternidad Zeta— sonríe triunfal la víbora.

 

—Disculpe la interrupción Señor Rector—dice mi hermana tomando la palabra—, eso era antes de que nosotras tomáramos las riendas, ahora la cantidad de miembros aumentado el doble sin contar la multitud de solicitudes que hay, le garantizo que después de la Rush Week podríamos hasta triplicar o cuadriplicar el número de integrantes.— Añade con una sonrisa entregándole una carpeta con varios papeles, que el rector revisa de inmediato con el secretario asintiendo conformes.

 

—Las felicito señoritas Masen y Hawkings, han hecho un gran trabajo— alaba con una sonrisa el rector.

 

—Muchas gracias, sólo hacemos nuestro cometido— agradece con voz dulce mi brujita sentándose de nuevo.

 

—Wow pretendías jodernos bien pero te estrellaste contra un muro. Nosotras siempre vamos un paso por delante, corazón— expresa con una gran sonrisa Nessie chocando las palmas con mi hermana, mientras que Tanya y Rosalie están muertas de coraje por no alcanzar su objetivo.

 

—Creo que algunos líderes tendrán que esforzarse mucho para mantener y aumentar la plantilla porque vosotras venís pisando fuerte, felicidades chicas, los Zeta tienen suerte de teneros— declaro guiñándoles el ojo y el resto de los chicos aplauden a excepción de las arpías.

 

—Creo que no sería mala idea evaluar de nuevo las fraternidades antes de tener en cuenta su proposición señorita Denali—el rector levanto su mano deteniéndola antes de que replicara—. No estamos rechazando la petición, sólo queremos tener los nuevos datos antes de tomar una decisión—explica el rector haciendo que la rabia de Tanya aumente—. Antes de dar por finalizada la reunión recordarles que mañana tanto los lideres de las fraternidades como sus compañeros deben asistir a las presentaciones de los equipos deportivos y al desfile, es nuestro compromiso apoyar y animar a nuestros atletas—todos silbamos y aplaudimos—. Me gusta verles tan entusiasmados, nos vemos dentro de dos semanas a la misma hora, pueden retirarse— finaliza de hablar y todos nos levantamos para salir de la sala.

 

—¿A qué estamos esperando?— pregunto al ver que ninguno se mueve.

 

—Espera no seas impaciente que ahora viene lo bueno—me dice Katherine—, cúbranme— nos sonríe antes de acercarse sigilosamente con su móvil donde están Tanya y mi prima hablando. Está chica se ha tomado muy enserio su papel de reportera.

 

—¡Maldita sea Rosalie, el plan se nos fue a la mierda!—exclama colérica Tanya—. Quiero que salgáis todas a reclutar a cualquier chica, me da igual que sean tontas, lo importante es que seamos las que más incorporaciones tengamos. Ese dinero debe ser para nosotras no podemos perderlo— gruñe haciendo más señas que una azafata.

 

—Cálmate Tanya, las pondré a ello en cuanto lleguemos. Ese dinero será nuestro— asegura Rosalie, que aunque se la nota molesta nunca desobedecería una orden de Tanya.

 

—Marchémonos que tanto estrés me va a provocar arrugas— dice Tanya casi logrando que todos nos cayésemos al suelo de la risa. ¡Qué mujer más superficial!

 

—Hola mi niña— sí, ese que habla es Justin, no sé cuándo ha aparecido. Mi brujita nada más oírlo corre a sus brazos con una sonrisa; en cuanto esta cerca de él salta enrollando sus piernas en sus caderas mientras que mi amigo la atrapa de la cintura.

 

—Hey, esas cosas se hacen privado— se burla Diego haciendo que todos rompamos en risas, las cuales aumentan al ver como la parejita le saca la lengua.

 

—Lamento llegar tarde, el entrenador me retuvo más tiempo de lo esperado— menciona besando la frente de Lizzie.

 

—Lo importante es que ya estás aquí— habla con voz dulce mi hermana recostando la cabeza en su hombro.

 

Un fuerte estruendo nos hizo girarnos, encontrándonos a unos chicos levantando a Rosalie de entre los asientos.

 

—No se preocupen tengo la caída grabada— ratifica Katherine con un guiño.

 

—¡Esa es mi chica, nunca se la escapa nada!— exclama orgulloso Damon ganándose un beso de su novia.

 

—¿Dónde vamos a ver el video?— pregunta emocionado Alec.

 

—Podemos verlo en nuestra fraternidad, además los chicos seguro que nos están esperando afuera— sugiere Emmett, que está ansioso por ver la grabación.

 

—Buen plan, me apunto— dice Garret abrazando a Kate.

 

—Decidido, todos a la fraternidad Alpha— grita entusiasta Nessie saltando con Elena.

 

—Conmigo no contéis, el entrenador me mandó visionar los videos de los partidos de los Cardinals de Standford, para controlar bien sus jugadas y que nada se me escape— nos explica Justin, y noto como a mi hermana le brillan los ojos, le encanta ver jugadas de fútbol americano.

 

—Te compadezco, menudo aburrimiento— dice Diego palmeando la espalda de Justin.

 

—Pues a mí me encanta—afirma Lizzie.—¿Puedo ir contigo?— sonríe.

 

—Claro que sí—sonríe Justin acariciando su cabello—. Estaremos en el apartamento así no os molestare, ya que me suelo tirar hasta las tantas- comenta poniendo una graciosa mueca.

 

—Es lo que tiene ser el capitán del equipo, te toca pringar— se cachondea Kate.

 

—No desanimes al capitán que el domingo tenemos que ganar— le recrimina Victoria ocasionando que todos nos riéramos.

 

—Es un placer vuestra compañía pero debemos irnos— expresa Justin bajando a Lizzie, sólo para que está trepe a su espalda.

 

—¡Qué os vaya bien capitán y monito!— exclama entre risas Elena.

 

—Nos vemos mañana en el desayuno—se despide de todos moviendo la mano—. Nessie tienes tapones para los oídos en mi mesilla, así podrás dormir bien sin que te molesten los ronquidos de Jacob, lo hago por tu bien, sabes lo mucho que te quiero— la guiña el ojo antes de lanzarla un beso.

 

—Eres la mejor, también te quiero mucho, no sé que sería de mí sin ti— grita para luego tirarla un par de besos volados antes de que desaparezcan por la puerta.

 

—Me apuesto lo que queráis a que este par no ve los videos— asevera gracioso Emmett.

 

—Todos nos imaginamos lo que acabará sucediendo— dice Alec moviendo las cejas sugestivamente mientras nos encaminamos a la salida.

 

—No tiene que importarles lo que hagan son adultos con necesidades— alega Katherine callándoles la boca.

 

—Por favor dejar de hablar de ese tema que no me interesa en absoluto—declaro—. Y como estoy muy seguro de que verán los videos, acepto tu apuesta oso ¿Qué te parecen 100$?— sonrío estirando mi mano que rápidamente acepta mi amigo. Esto va a ser demasiado fácil.

 

—Gracias por regalarme dinero— se burla Emmett.

 

—Has hecho mal en apostar oso, te garantizo que Justin verá los videos no tiene intención de perder ningún partido— comenta sonriendo Diego mientras palmea su hombro, haciendo que todos estallemos en carcajadas menos el aludido, que tiene cara de pocos amigos.

 

Al levantar la mirada vi como mi Bella venia hacia nosotros, salí corriendo a su encuentro y rápidamente saltó a mis brazos fundiéndonos en un apasionado beso que me hizo olvidar dónde y con quiénes estábamos.

 

—Suéltala ya idiota— gruñe Emmett en plan hermano celoso.

 

—Te han dicho que la sueltes tarado— insiste Jake, pero lo ignoro totalmente prefiero seguir disfrutando de los besos de mi muñequita hasta que el estúpido de Emmett la arranca de mis brazos.

 

—Paren de una vez, menudo espectáculo están dando— nos regaña Thomas.

 

—Envidioso, si tuvieras a Gianna a tu lado estarías haciendo lo mismo— se mofa Nessie provocando que su hermano salga tras ella para hacerle cosquillas, lo cual sucede en cuanto la atrapa.

 

—Muy mal lobito, no me defendiste—le reclama aparentando enojo Nessie una vez regresan—. Cuándo tengas ganas de lo que tú sabes, no vas a conseguir nada— el pobre Jake pierde el color abriendo y cerrando la boca como pez fuera del agua logrando que todos nos riamos de él.

 

—¡Basta de reíros de nosotros!—se cruza de brazos simulando estar molesto—. Mejor cuenten cómo fue la reunión— dice Jacob tratando de zanjar el asunto.

 

—¡No digáis nada, mejor qué vean el video!— exclama rápidamente Katherine moviendo su móvil frente a todos.

 

—Casa Alpha prepárate que allá vamos— grita Emmett saltando y todos rompemos en carcajadas ante su ataque infantil.

 

—Primero pasemos por la tienda a comprar algo de comer y unas  cervezas— propone Kevin tomando a Maggie de la mano, todos asentimos de acuerdo poniendo rumbo a la tienda.

 

Una vez compramos todo nos marchamos a la fraternidad dispuestos a pasar un buen rato viendo el video.

 

Thomas Pov:

 

Luego de ver por segunda vez el video de la reunión, con el cual nos reímos bastante, aproveché el momento en el que todos estaban distraídos por alguna estupidez de Emmett para escabullirme silenciosamente a mi cuarto, necesitaba aclarar mi mente. El ver marchar a Lizzie y Justin juntos me removía muchas cosas que la verdad no me había puesto a pensar.

Nada más entrar en mi habitación me dejé caer de golpe en la cama, cayéndose la foto de Gianna que tenía en la mesa de noche; rápidamente me levanté a recogerla, al tomar la fotografía me quedé como tonto observándola, sus ojos tenían un brillo especial y su sonrisa era tan sincera.

 

—Qué me has hecho, no puedo ni quiero sacarte de mi mente— susurro con una boba sonrisa en mis labios acariciando la imagen.

 

Gianna me estaba haciendo sentir cosas dentro de mí, que jamás había experimentado, ni si quiera con Lizzie. ¿Qué mierdas me está pasando? ¿Por qué me siento perdido cuando Gianna no está a mi lado? Miles de preguntas paseaban por mi cabeza sin hallar respuestas.

Me tumbé de nuevo en la cama, después de colocar la foto en su lugar, cerré los ojos y dejé vagar mi mente un año atrás, exactamente el día en el que Lizzie y Justin se conocieron.

Recuerdo como si fuera ayer el momento que sus miradas se conectaron, todo a su alrededor dejó de tener importancia, ese era su momento y los demás salíamos sobrando; fue algo mágico que hizo que la envidia recorriera mi cuerpo, anhelaba y codiciaba eso para mí, desde ese instante odié a Justin; apenas pasaron unos días cuando me enteré de su noviazgo, presenciar como Lizzie le sonreía y como sus ojos brillaban al verle me molestaba, era mi pequeña.

Desde el momento que la conocí, un sentimiento de protección nació en mí, necesitaba tenerla cerca para saber que era feliz y asegurarme de que no le hicieran daño, pero ahora ese lugar lo ocupaba otro.

Según fueron pasando los días, el mundo de Lizzie comenzó a girar entorno a Justin, nuestras largas charlas y bromas disminuyeron; sin embargo lo que más me dolió, fue que la mayor parte de su tiempo la pasaba con él logrando que me pusiera celoso e iniciara una relación con Irina, sólo para que se sintiera mal. Menudo idiota fui, por culpa de mi estúpido error no solo sufrí yo, sino que también dañe a Irina y a Laurent que no se lo merecían.

 

Abrí mis ojos, en el instante que gire mi cuerpo en la cama me encontré de frente con la foto de mi Gianna, la cual me transmitía la paz que necesitaba en este momento.

Me puse a pensar en las conversaciones que mantuvimos antes de tomar la decisión de comenzar nuestra relación, al acordarme de todas las guarradas que el impresentable de Félix le hizo, provocó una inmensa ira en mi cuerpo, suscitando que me dieran ganas de ir a darle una buena paliza, alguien tan bueno como ella no se merecía todo ese dolor.

Estiré mi brazo para coger la foto e instintivamente empecé acariciar su rostro en la imagen, una pequeña gota de agua se derramó sobre ella ¿Cuándo comencé a llorar?

Abrí el cajón de la mesa de noche para sacar unos pañuelos y ahí estaba la foto de Lizzie, la cual tome entre mis manos, siempre tan hermosa, pero lo que me llamo la atención fue el brillo que poseían sus ojos, el cual desapareció en el momento que terminó su noviazgo con Justin. Menudo imbécil fui al intentar aprovechar la ocasión para conquistarla, me sentía tan feliz de poder tenerla de nuevo, pasando mucho tiempo juntos, volviendo a tener nuestras conversaciones, paseos y bromas, que no quise percatarme de que no era feliz; por mucho que sonreía al estar a nuestro lado no era lo mismo, las sonrisas que tenía al estar con Justin eran sinceras al igual que el brillo en sus ojos, el cual estando conmigo jamás apareció. Me sentí derrotado, no sé si se debió a que la amo o eso creía, o acusa de mi ego de hombre que se sintió herido por no conseguir enamorarla. Agg siento que mi cabeza va acabar explotando en cualquier momento.

 

Me acurrucó boca abajo en la cama observando ambas fotos, la de Gianna con esa mirada que tengo tatuada en mi mente y esa preciosa sonrisa que cada vez que la veo me hace sonreír como tonto; desvíe mi vista hacia la de Lizzie que me transmitía mucha ternura al igual que...¡No puede ser! Ese breve fogonazo en mi cabeza hizo que recordara el día que tuve la charla con Justin; iba decidido a dejarle en claro que estaba dispuesto a todo por Lizzie, vamos que no se lo pondría fácil, sin embargo fue al revés, el escuchar con que coraje defendía sus sentimientos y el amor que había entre ellos, hizo que me diera cuenta que no había nada por lo que luchar y aceptar mi derrota, aun así decidí hablar con Lizzie y expresarle mis sentimientos; cuando le dije que la amaba, me miró con una triste sonrisa antes de responderme que también me amaba pero como a un hermano, su corazón tenía dueño y era Justin, no había lugar para nadie más, y eso me lo confirmaron mis ojos en el instante que Justin apareció con Edward; Lizzie corrió con una enorme sonrisa a sus brazos, ambos se miraban felices, que iluso fui; todavía recuerdo cuando escuché de sus propias bocas que nunca dejaron de amarse. Ese día resultó doloroso pero también esclarecedor, Lizzie y Justin solo podrían ser felices si estaban juntos, eran almas gemelas, y nada ni nadie podría romper ese amor; entonces comprendí que había tomada la decisión correcta, merecía ser feliz y nadie mejor que Gianna, es dulce, noble, simpática, inteligente, hermosa y con un gran corazón, pero lo más importante entendía mi sufrimiento porque también lo vivía.

 

Mi vista viajó de nuevo al retrato de mi novia provocando que miles de sentimientos se agolparan en mi mente, eran los mismos que Justin siente por Lizzie, me los describió a la perfección en nuestra conversación ¡No lo puedo creer! Es demasiado, mi mente y mi pecho parece que van a estallar en cualquier momento. Cierro los ojos y froto mi sien, me pongo hacer una lista mental de todo lo que me hacen sentir ambas y para nada coincide, las dos están en mi corazón de eso no tengo duda, sin embargo el sentimiento es distinto ¿A quién amo realmente?

Decidí aclarar mi cabeza, analizando al detalle mis sentimientos por ambas, con respecto a Lizzie nunca noté esas mariposas en el estomago, tampoco esa corriente eléctrica de la que hablan todos los enamorados, menos aún me sentí insuficiente para ella, lógicamente pensar en perderla me duele, lo mismo me pasaría con mi hermanita Nessie ¡Mierda, mierda, mierda! ¡No puede ser posible! ¿O si? ¡Maldita sea, soy un estúpido! ¿Cómo pude confundirme tanto? Claro que amo a Lizzie pero no como mujer sino como a una hermana, mis sentimientos por ella son los mismos que tengo hacia mi pitufa, malinterpreté todo, me obcequé en creerme enamorado cuando no era así.

 

Rápidamente enfoqué mi mirada en la fotografía de Gianna, la cual provocaba una revolución en mi estomago, con ella si hay mariposas, cada vez que nos acariciamos mi piel se erizaba ante su tacto lo que me encanta ¿Será esa la famosa corriente eléctrica? Dejé eso al margen y volví a mi análisis, me sentía suficiente para ella, la verdad no, sólo pensar por un segundo en perderla hizo que mi pecho se estrujara de dolor porqué la necesito a mi lado, la quiero como mi mujer con la que deseo planear un futuro; mi corazón late frenéticamente al darme cuenta de que amo a Gianna, la amo, por primera vez en mi vida sé lo que era estar enamorado.

Me levanté de golpe de la cama y me puse a caminar de un lado a otro por la habitación parecía un león enjaulado ¿Qué debo hacer ahora? ¿Y si ella no siente lo mismo? ¿Y si...? Miles de dudas aparecieron en mi mente, estaba aterrorizado, entonces me acordé de la charla que mantuve con Justin donde me confesó que tenía miedo a ser rechazado, no obstante eso no le haría darse por vencido sino todo lo contrario, le daba la fuerza necesaria para seguir luchando por el amor de Lizzie.

No vacilé dos veces tomé el móvil busqué su número en la agenda y llamé, sólo él sería capaz de comprenderme y ayudarme en este momento.

 

—¡Mierda, no contesta al teléfono!— exclamo en voz alta andando como loco por la habitación mientras marco por segunda vez, esta dando el sexto tono justo antes de saltar el buzón cuando descuelga.

 

—Hola Thomas ¿Pasa algo?— pregunta extrañado y con voz agitada.

 

—Yo...yo...espero no interrumpir pero...— me disculpo como puedo, ya que las palabras se me traban.

 

—Nada tranquilo, sólo que me pillaste en la ducha y vine corriendo a por el móvil que lo dejé en el salón— aclara con la voz ya más calmada.

 

—Oh, si estás ocupado mejor te llamo más tarde— digo nervioso, por Dios parecía un adolescente enamorado por primera vez y es verdad, no por lo primero sino por lo segundo.

 

—Dime que te preocupa Thomas— me dice infundiéndome confianza.

 

—¡La amo!— suelto sin pensar.

 

—Ya me lo habías dicho y te dije que lucharía por ella— contesta con voz seria.

 

—No me refiero a Lizzie. Hablo de Gianna—suspiro—, no sé cómo ni cuándo pasó— explico exaltado.

 

—¿En serio?— pregunta asombrado.

 

—Sí, estoy muerto de miedo, me da pánico confesar que la amo ¿Qué pasa si me rechaza?— respondo angustiado.

 

—¿Estás seguro? Mira que hace poco amabas a Lizzie— sondea confundido.

 

—Claro que amo a Lizzie pero no de la forma que crees, descubrí que mis sentimientos por ella son los mismos que por Nessie, una hermanita a la que tengo que proteger. Estaba errado y por obstinado y estúpido no quise verlo, pero entiéndeme, no sabía lo que era estar enamorado— aseguro con total convencimiento.

 

—¿Es diferente con Gianna?— indaga serio.

 

—Completamente, ella...ella me hace sentir cosas que jamás experimenté, no paro de pensar en ella, quiero estar a su lado todo el tiempo aunque sea sólo para notar su presencia, de sólo imaginarla una sonrisa se instala en mi rostro— explico con una boba sonrisa, menos mal que no puede verme la cara de idiota que tengo.

 

—Definitivamente estás enamorado—siento la alegría en su voz.—¿Ya se lo dijiste?— pregunta intrigado.

 

—¡No!...Recién lo descubrí, eres la primera persona que lo sabe. Estoy aterrado— aseguro.

 

—Gracias por la confianza pero creo que debes decírselo a ella— apunta jovial.

 

—Lo sé, pero estoy muerto de miedo— expreso nervioso.

 

—Más te vale dejar los miedos aun lado, espera un momento—escucho como habla con Lizzie, algo debe haberle preguntado—. Ya estoy contigo de nuevo, volviendo al asunto, lo peor que podría pasar es que te diga que no te ama, no obstante si luchas estoy seguro que lograrás conquistarla—aconseja—. Créeme, no le eres indiferente— sonrío por sus últimas palabras.

 

—¿Crees qué siente algo por mí?— pregunto con interés.

 

—Por lo que yo he observado y desde mi punto de vista, te garantizo que te quiere sólo hay que fijarse en como te mira, otra cosa es lo que Gianna sienta, sin embargo la mejor manera de averiguarlo es declarándole tus sentimientos— comenta con seguridad.

 

—Puedes guardarme el secreto...tengo pensar y...— suspiro dejando la frase en el aire.

 

—Ni se te ocurra Thomas, los sentimientos no se piensan se viven. Ve a buscar a tu chica ahora mismo y díselo— me recomienda.

 

—Pero y si...— no puedo seguir hablando pues me interrumpe.

 

—No hay “y si”, hazlo, mereces ser feliz con la persona que ames y que te ame— declara.

 

—Gracias Justin, eres una gran persona, lamento todo el tiempo que perdimos por mi terquedad— hablo con franqueza.

 

—Olvídate ya de eso, ahora somos amigos ¿no?—ríe—. Ve por Gianna campeón y cualquier cosa que necesites cuenta conmigo— afirma.

 

—Gracias amigo— me despido colgando la llamada.

 

Cómo pude ser tan idiota, merecía un buen golpe por haber perdido tanto tiempo con mis estupideces; Justin es un gran chico y ahora me arrepiento de no haber estrechado una buena amistad con él antes, pero más vale tarde que nunca.

 

Mi mirada se alternaba entre el teléfono y la foto de Gianna esperando que algo pasara, aunque no sabía el que, a mi mente llegaron unas palabras que Justin me dijo cuando mantuvimos nuestra famosa conversación, y diablos que tenía razón:

 

Es muy fácil juzgar desde el exterior, porque no se saben las razones por las cuales suceden las cosas, es realmente sencillo decir, se pudo hacer esto o aquello, cuando no se conoce el trasfondo de la situación”

 

Cómo se notaba que no me había enamorado nunca, no pude evitar reírme ante la situación, puesto que fácilmente podría autojuzgarme como un cobarde porque me aterroriza pensar en que me rechace; aunque por otro lado mi corazón salta emocionado al pensar en decírselo. Menudo caos mental tengo, respiro varias tratando de calmar mi ritmo cardíaco y de paso oxigenar mi cerebro, el cual está apunto de estallar.

De nuevo recordé otras palabras que Justin menciono, al parecer se estaba volviendo la voz de mi conciencia:

“Sólo iré tan lejos como ella me lo permita, ni más ni menos”.

 

¿Qué tan lejos me dejara ir mi Gianna? Me gustaría poder soñar con que me permitiera conquistarla, no sólo como su tabla de salvación tras una dolora relación, sino como el hombre que la ama y desea un pedazo de su corazón.

 

—Hay Gianna amor ¡Qué hago!— susurro mientras sonrío como un idiota al sentir tan natural llamarla amor y deseo poder nombrarla de esa forma siempre, pero frente a ella, contemplando su hermoso rostro para saber lo que piensa y siente al respecto.

 

Entonces decidí ir a por el todo y tomar lo que me quiera ofrecer pero siempre luchando por conseguir más. Rápidamente cogí mi chaqueta, las llaves y el móvil, besé la foto de Gianna para luego guardar la de Lizzie con una sonrisa, ya que al fin me di cuenta de que la amo como una hermana; salí de mi cuarto bajando las escaleras como un rayo deseaba estar a su lado cuanto antes.

 

—Hey Thomas— saluda uno de los chicos.

 

—¿Dónde vas con tanta prisa?— pregunta otro.

 

Les ignoré, si me paraba a dar explicaciones me retrasarían y no tenía tiempo que perder. El trayecto de mi fraternidad a la suya se me hizo eterno y eso que estaban bastante cerca.

Llamé al timbre de la puerta de la casa Kappa desesperado y unos segundos después me abrió Alice, la cual al verme me sonrió coqueta, pestañeando como si quisiera abanicarse la cara, se miraba ridícula.

 

—Hola ¿Se encuentra Gianna?— pregunto y noto como se forma una mueca en su cara.

 

—Está en su cuarto, tal vez ya este dormida— responde flirteando conmigo.

 

—Por favor puedes llamarla, me urge hablar con ella— digo serio y molesto por su coquetería.

 

No puedo evitar sonreír cuando veo que Alice desparece escaleras arriba en busca de mi amada. Segundos más tarde observo como la duende baja seguida por Gianna, que al verme sonríe de esa manera que me acelera el pulso y pone de fiesta a las mariposas que anidan en mí estomago. Bajaba demasiado lento para mi gusto así que sin permiso alguno me adentro en la casa para acudir a su encuentro.

 

Una vez nos juntamos la abracé fuertemente escondiendo mi cara en su cuello disfrutando de su cercanía, ella río ante mi actitud correspondiendo a mi abrazo, tomé con delicadeza su rostro entre mis manos acercando mis labios a los suyos, pidiendo permiso con la mirada para poder disfrutar de un beso suyo, el cual sería diferente porque lo haría consciente de que la amo; mi chica acortó la distancia uniendo nuestros labios en un dulce y apasionado beso, nuestras bocas se movían en una maravillosa danza, nuestras lenguas se acariciaban y degustaban de una manera que jamás había sentido; unos carraspeos hicieron que nos separáramos, pero lo hice lentamente depositando pequeños besos en sus deliciosos labios hasta unir nuestras frentes, Gianna me miró con una preciosa sonrisa y ese brillo en sus ojos, el cual iluminaba mis días.

Nuevamente escuchamos los molestos carraspeos y observamos a Tanya, Rosalie y Alice mirándonos con odio, en especial Alice que parecía lanzar fuego por los ojos; Rosalie y Tanya la tenían cogida de las manos, una a cada lado, parecía como si la estuvieran deteniendo, las ignoré y centré mi atención en la única mujer que valía la pena, mi Gianna.

 

—¿Puedes venir conmigo por favor?— le pido rogando que acepte.

 

—Claro, sólo dame un minuto para ir a por mi chaqueta— afirma, pero yo no estoy dispuesto a separarme de ella, me quito mi chaqueta rápidamente y se la coloco.

 

—Pero y tú…— comienza a protestar pero la corto.

 

—Yo estoy bien—sonrío antes de besar sus labios. Cielos podría pasar toda la vida saboreándolos y nunca tendría suficiente.—¿Nos vamos?— pregunto.

 

—Vamos— dice con una hermosa sonrisa para luego besar castamente mis labios; sonrío como tonto pasando mi brazo por sus hombros mientras ella pasa el suyo por mi cintura.

 

—Gianna, las puertas de la casa se cierran en media hora, quién no se encuentre dentro tendrá que ver donde pasa la noche— anuncia Tanya haciéndonos girar.

 

—No tienes de que preocuparte Tanya, mi novia tiene donde quedarse a dormir está y todas las noches que ella desee— garantizo haciendo que Gianna se aferre a mí, y que el rostro de Alice pase por distintas tonalidades antes de girarnos y salir de la casa dejando al trío de arpías atrás.

 

El camino hasta mi fraternidad lo hicimos en un cómodo silencio, nada más entrar en la casa la suerte estuvo de nuestro lado porque los chicos no estaban a la vista, debían haberse marchado a sus habitaciones, así que tranquilamente y sin espías de por medio subimos a mi habitación.

Nada más entrar Gianna se sentó en la cama divisando todo a su alrededor, una hermosa sonrisa se formó en su rostro al ver su foto en mi mesa de noche, menos mal que guardé la de Lizzie no quería que malinterpretara las cosas antes de que habláramos, bueno mejor dicho me declarara.

 

—¿Me vas a decir que ocurre?— pregunta tras unos minutos en silencio que me quedo como tonto contemplándola.

 

—No sé como explicarlo—susurro mirando sus hermosos ojos que brillan con una luz especial que ahora mismo se esta nublando, velozmente me acerco a su lado acuclillándome frente a ella.—Gianna no...no sé como pasó, jamás me había sucedido...tú...yo...— tartamudeo, Dios que difícil es esto.

 

—Tranquilo Thomas, lo que sea que te preocupa, sólo dilo— me ánima hablar aunque noto tristeza en su voz. Al momento me regaño mentalmente por hacerla sentir mal.

 

—Por favor Gin, déjame explicarte todo desde el principio ¿si?—imploro, a lo que asiente con una sonrisa que me da la fuerza para continuar—. Está tarde después de que te fueras no paré de extrañarte, deseé que estuvieras a mi lado, ni la bromas de los chicos ni las locuras de las chicas me hacían feliz porqué me faltabas tú, como si la mitad de mi ser estuviera ausente y eso me causo mucho miedo porque nunca lo había sentido—me mira fijamente analizando mis palabras—. Pensé en todas las cosas que hemos pasado juntos, cada momento compartido, en tu sonrisa que es mi alegría y en el brillo de tus ojos que ilumina todos los días de mi vida entera, y me atemoricé porqué jamás había experimentado eso por nadie...— suspiro para seguir hablando cuando...

 

—¿ Y con Lizzie?— cuestiona con voz temblorosa.

 

—Tú mejor que nadie sabes que la amo—asiente—siempre lo hecho y siempre lo haré, ella es parte de mí al igual que Nessie; Gianna, yo amo a Lizzie como a una hermana, deseo protegerla exactamente del mismo modo que a Nessie; son los mismos sentimientos pero los malinterprete por estúpido. En cambio tú, me provocas cosas nuevas y diferentes, cuándo no estoy contigo te extraño de solo pensar en ti sonrío, cuento las horas para volver a tenerte a mi lado y el tiempo que pasamos juntos nunca me es suficiente—acaricio su mejilla—sueño con tus ojos, con tu boca, con despertar abrazado a ti y no precisamente por haber hecho el amor, sino por tenerte a mi lado; cada vez que te toco mi piel se eriza como si la electricidad entre nosotros se hiciera presente, y no hablemos de las mariposas que han hecho de mi estomago su hogar y se ponen a revolotear cada vez que te pienso, y con más fuerza en el instante que te veo—tomo su rostro con delicadeza entre mis manos—. Gianna te amo, no sé si suene una locura para ti pero es la pura verdad, no sé cómo ni cuándo sucedió sólo sé que eres la mujer que quiero a mi lado, mis días y mis noches son para ti...— me detengo mirando sus preciosos ojos color miel.

 

—Thomas...yo— la silencio colocando mi dedo en sus labios para callar sus palabras aprovechando a acariciarlos, mientras sentía como su respiración se agitaba.

 

—Por favor solo escucha ¿si?—pido sin desconectar nuestras miradas—. Soy nuevo en esto del amor, me estas estrenando—guiño un ojo—pero quiero que comprendas que es sincero, te amo con todo lo que soy, me gustaría pedirte algo—asiente.—¿Quieres ser mi novia?—me mira confundida así que continuo—. Amor se que somos novios pero para mí ese noviazgo no sirve más, porque resultó ser bajo la sombra de otros amores, ahora deseo que seas mi novia, la novia de un hombre que te ama y se esforzará por hacerte feliz y poco a poco ganarse tu amor, no soy perfecto y ahora enamorado me he vuelto un idiota—tomo su mano entre las mías—. Amor ¿Quieres ser la novia de este imbécil enamorado?— pregunto nervioso.

 

—Sí, por supuesto que sí— susurra sonriente haciéndome saltar con ella entre mis brazos y llenándole de besos su precioso rostro sin parar de repetir “gracias, gracias”, antes de besar sus labios, los labios de mi novia, mi verdadera y única novia, la mujer que amo sin sombras al menos de mi parte.

 

—Amor prometo que me esforzare para hacerte feliz...— comienzo a hablar

 

—Thomas—

 

—Prometo que cada día intentare algo nuevo para mantenerte a mi lado...— sigo

 

—Thomas—

 

—No soy un romántico ni detallista pero puedo aprender...— continuo

 

—¡Thomas!—

 

—Puedo recurrir de nuevo a...— prosigo

 

-—¡Amor!— exclama alzando la voz consiguiendo que detenga mi diatriba al dejarme paralizado. La miro con los ojos abiertos de par en par ¿Acaso lo había soñado?

 

—¿Cómo me llamaste?— pregunto necesitaba confirmar que lo había escuchado no era sueño.

 

—Amor— susurra con lágrimas en sus preciosos ojos, las cuales limpio con mis dedos acunando su rostro entre mis manos.

 

—Dilo otra vez— solicito,necesito volver a oírlo.

 

—Amor, amor, amor— dice sonriendo y una boba sonrisa se forma en mis labios, los cuales inmediatamente se unen a los suyos en un tierno beso, celebrando que me llame de esa forma tan maravillosa, transportándome a un nivel de felicidad que creía no existía.

 

—Te amo— musito cuando apenas nos separamos un poco.

 

—También te amo—me quedo viéndola en shock tratando de asimilar sus palabras—, ven—coge mi mano y me guía al sofá donde nos sentamos quedando uno frente al otro—. Creo que nuestra historia es parecida— comienza hablar pero no puedo evitar interrumpirla.

 

—¿Cómo? ¿Cuándo?—balbuceo—Gianna no estas obligada...yo...yo te amo y quiero estar a tu lado, pero no te sientas forzada a decirlo...yo tomaré lo quieras darme, te amo— me callo al ver como levanta su mano en señal de que pare.

 

—¡Quieres callarte y escucharme Thomas Oliver Hawkings!— exclama y asiento como un idiota, sí mi Gianna me pidiera una rebanada de la luna porqué es un dulce manjar, iría sin dudarlo sólo por complacerla. Me estoy volviendo un cursi pero me da igual, soy feliz.

 

—Cuándo ocurrió lo aquella película en la que Lizzie se puso mal y solamente Justin la consoló, lo que hizo que tú sufrieras tanto al verla así de mal....yo sentí un dolor en mi pecho pero no te lo demostré, bastante tenías en ese momento; así que estuve a tu lado para que desahogaras tu dolor y ser tu apoyo. Esa noche no dormí pensando e intentando aclarar mi mente y mis sentimientos, la verdad no conseguí nada por más vueltas que le di al asunto; pero al día siguiente cuando te vi caminar hacia mí—suspira—mi cuerpo sintió las mismas sensaciones que antes describiste, en ese instante lo comprendí, te amaba, me había enamorado de ti, y mi reacción fue la misma que la tuya, estaba muerta de miedo de que si te enterabas huyeras como hacen la mayoría de los hombres cuando una mujer dice amarlo, o que te alejaras de mí por no ser suficiente para ti, por no ser la perfecta Lizzie—suspira de nuevo y cierra los ojos unos segundos antes de continuar—. En el momento que vi a Lizzie se me removió el estomago de dolor, de tristeza al saber que tú la amabas a ella, y le tuve envidia, deseé ese amor para mí...pensé en decírtelo...muchas veces estuve apunto de llamarte amor y me mordí la lengua para no hacerlo, preferí quedarme con todo ese amor dentro de mí que tener que confesártelo y perderte... Te amo Thomas, y tú también me estás estrenando—me sonríe—, porqué jamás había amado a nadie como a ti; con Félix fue rutina, masoquismo o que sé yo, pero amor no. Cuando descubrí mis sentimientos hacia ti me di cuenta de que no pude amarlo porqué no provocó nada, absolutamente nada de lo que provocas tú en mí— finaliza su relato mirándome con sus hermosos ojos miel que reflejan amor.

 

Tire de ella con delicadeza hasta sentarla en mi regazo y uní nuestros labios en un beso, en el cual le entregué todo mi amor; la cosas fueron subiendo de tono, mi Gianna se colocó ahorcajadas sobre mí y mis manos viajaron acariciando su cuerpo, un segundo de cordura necesité para frenar las cosas, la deseaba quería hacerla mía y ser suyo en toda la extensión de la palabra pero no por un arranque de pasión en el sofá. Comencé a bajar la intensidad del beso hasta que jadeantes quedamos con nuestras frentes unidas luchando por calmarnos, de pronto me entro la curiosidad de saber que estaba haciendo cuando fui a buscarla.

 

—¿Qué hacías cuándo fui a por ti está noche?— pregunto curioso ganándome una sonrisa coqueta.

 

—Iba a llenar la bañera para darme un rico y relajante baño de burbujas—me responde acariciando mi cabello, definitivamente lo que mi cuerpo menos necesita era una imagen de mi Gin, desnuda, mojada, cubierta de espuma....un pequeño gemido se escapa de mis labios, y mi chica me sonríe antes de darme un beso lleno de pasión—. Señor Hawkings, usted interrumpió mi baño y ahora no puedo volver a casa ¿Cómo piensa solucionarlo?— me sonríe antes de besar mi cuello.

 

—Eso tiene fácil solución mi hermosa dama—digo juguetón.—¿Qué le parece darse un rico baño conmigo?— levanto las cejas sugerentemente ganándome una risita nerviosa de su parte; la acomodo de nuevo en el sofá y le doy un beso, luego otro, y otro, y otro, hasta que recuerdo el baño y me separo para ir a prepararlo.

 

Corrí al baño y puse a llenar la bañera con agua templada, recordé las velas que guardó Nessie en el armario para darle un sorpresa a Jake; lo siento por ellos pero pienso utilizarlas. Cuándo fui a por ellas aproveché para robarle un beso a mi novia antes de regresar con la caja al baño, me sorprendí con su contenido ya que no sólo había velas sino también sales de baño y pétalos de rosas deshidratados, los cuales al contacto con el agua caliente se ponen frescos, lo sé porqué mi pitufa me lo explicó. Después de preparar todo y encender las velas apagué la luz y contemplé mi obra, la cual resultó ser de lo más romántica, y yo que pensé que a mi madre se la había escapado ponerme esa vena, al parecer me hacía falta enamorarme para sacarla a flote. Salí de nuevo al dormitorio donde me esperaba mi chica sentada en el sofá.

 

—Nuestro baño está listo my Lady, me acompaña— digo haciendo una reverencia sacando sus risas mientras se levanta para llegar a mi lado.

 

-—Creo que la ropa será una molestia en nuestro baño— me comenta con voz sensual desabotonando mi camisa.

 

—Tiene toda la razón señorita, debemos solucionarlo— confirmo sacando con cuidado su blusa por la cabeza.

 

Poco a poco ambos nos fuimos desprendiendo de las ropas del otro hasta quedar completamente desnudos, nuestros cuerpos se llamaban, sentían la necesidad de estar unidos pero quería que disfrutara del baño. Era la primera vez que íbamos hacer el amor y quería que fuera especial; tomé su mano y la besé antes de entrelazarla con la mía y dirigimos al baño; un jadeo salió de sus labios nada más entrar, sonreí había hecho un buen trabajo, la guié hacía la bañera donde la ayudé a entrar para seguidamente hacerlo yo. Pensaba sentarme frente a frente pero mi chica me sorprendió echándose hacía adelante para que me sentara tras ella, algo que de inmediato hice.

 

—¿Es de tu agrado amor?— pregunto un poco dudoso abrazándola por la cintura una vez recuesta su espalda en mi pecho.

 

—Está perfecto amor— contesta dándose la vuelta y me mira con una sonrisa, bajo mi cabeza y atrapo sus labios con los míos. Se sienten tan suaves...la aferro más fuerte de la cintura pegándola a mí, ella posa sus manos encimas de las mías que descansaban en su vientre. No paramos de besarnos hasta que nos vemos en la necesidad de respirar.

 

—Amo besarte, tenerte cerca—susurro en su oído notando como se estremece—. Además mojada estás de lo más apetecible— gime bajito al escucharme.

 

No pude evitarlo, le hice ladear la cabeza para tener acceso a su cuello y comienzo a besarlo. Mi Gianna suspira fuertemente pero no se queja; al contrario, retira una de sus manos y se aparta el pelo para darme mayor alcance. Me entretengo dejando besos húmedos desde sus hombros hasta su lóbulo y luego bajo mi boca para dejarla a la par de su cuello; se lo muerdo como si fuera un vampiro, en el momento que clavo mis dientes en su piel, ella emite un grito y me separo rápido pensando que le he hecho daño.

 

—No—ruega agarrando mi cuello impidiendo que me separe más—, sigue amor, por favor— su voz está ronca.

 

Su respiración se vuelve entrecortada en el instante que mis dientes retornan a rozar su cuello y la mano que tiene sobre la mía se aprieta de manera que el abrazo de la cintura se hace mayor, Succiono, lamo, beso y muerdo toda la suave piel de sus hombros mientras ella jadea suavemente. De pronto clava sus uñas en mis manos y se gira para atrapar mis labios con los suyos. Era un beso cargado de deseo, de pasión. Nos separamos lo justo para coger aire pero mi chica comienza a recorrer la línea de mi mandíbula con la lengua; fue mi turno de gemir. La aprisiono más contra mí, haciendo desaparecer la inexistente distancia entre nosotros, sintiendo como nuestros cuerpos se acoplan produciendo que mis labios buscaran de nuevo los suyos en un maravilloso beso, el cual aumenta de intensidad debido a nuestro contacto y cercanía; la necesidad de demostrarla cuanto la amo, ella responde de igual manera pasando sus manos por mi cabeza para acercarnos más; sin embargo no es suficiente para ninguno de los dos. Entonces una de sus manos agarra firmemente la mía y comienza a deslizarla hacía bajo; hacía su sexo, sonrío para mismo comprendiendo lo que quiere. Se quedó sin aliento en el momento que mi mano roza su intimidad y cuando introduzco cuidadosamente un dedo en su interior se arquea soltando un gemido bastante alto.

 

—¿Te gusta amor?— pregunto con voz ronca, mi amada no me contesta ya que está demasiado ocupada intentando disimular sus jadeos. Uno dos dedos más al que ya estaba bombeando y mi princesa jadea abruptamente buscando aire.

 

—Thomas....mumm....Thomas— gime.

 

—Di mi nombre entre gemidos Gin, déjame ver cuanto te gusta amor— digo mientras ella recorre mi mandíbula.

 

—¡Thomasssss!— chilla durante unos segundos cuando convulsiona llegando al orgasmo.

 

Se queda quieta durante unos instantes relajando su respiración antes de girarse para quedar frente a mí colocando sus piernas una a cada lado mío, mis manos van a su cintura sintiendo la suavidad de su piel; sin perder la conexión de nuestras miradas acerca sus labios a los míos hasta unirlos en un beso voraz lleno de deseo. Gustoso le correspondo el beso con el mismo ímpetu. Mis manos se aferran más a su cintura mientras nuestros cuerpos mojados se pegaban el uno al otro. Se separa un instante de mis labios uniendo su frente con la mía, su respiración al igual que la mía era entrecortada. Levanta su mirada y puedo ver el deseo en sus ojos. Mis manos se deslizan lentamente por su piel saboreando la sensación de estar con la mujer que amo; al llegar a sus caderas las acaricio con ternura seguidamente tiro de su cuerpo para que este aún más pegado al mío; provocando con ese movimiento la fricción de nuestros sexos haciéndonos gemir. Sé que ya no hay marcha atrás por lo menos de mi parte, porque la necesidad de hacerla el amor es demasiada; no obstante necesito estar seguro de ella también lo desea, aún en contra de mi voluntad separo nuestros labios jadeando.

 

—Gin, amor— susurro su nombre.

 

—Dime amor— musita besando mi cuello haciéndome sonreír idiotizado al escucharla llamarme así.

 

—Te deseo, necesito hacerte el amor— susurro mientras mis manos acarician su espalda.

 

—Tómame entonces, hazme el amor, quiero ser tuya, del hombre que amo y me ama—ronronea en mi oído; sus palabras aceleran mi corazón.

 

—Para siempre— susurro acercándome a sus labios.

 

—Para siempre— murmulla antes de que nuestras bocas se encuentren en un beso cargado de todas las emociones que nos envuelven, amor, pasión, necesidad pero sobre todo, el querer sellar una promesa, para siempre, porque no habrá vuelta atrás.

 

—Gin, cuando digo para siempre, eso significa, que quiero estar contigo hasta el último respiro— musito mirando sus hermosos ojos, los cuales trasmiten tantas cosas que mi corazón se acelera a una velocidad, que creí imposible hasta que me enamoré de ella.

 

—Thomas, te amo, mi ser entero te pertenece, hasta el último respiro y más allá, soy y seré tuya para siempre— susurra sobre mis labios.

 

—Te amo Gin, soy tuyo amor, para siempre— contesto en un murmullo uniendo nuestros labios en un beso, que iba más allá de la misma entrega; desde este momento seré suyo y ella mía; sin sombras, ni malos entendidos, solo Gin y Tom, un par de enamorados.

 

Nuestro beso poco a poco fue subiendo de intensidad, la pasión nos desbordaba, mis manos fueron a sus pechos, los cuales empecé acariciar, uno lo estimulaba con mis manos mientras que el otro lo premiaba con mi boca que había separado de ella segundos antes.

 

—Thomas...ahh— jadea sin dejar de moverse encima de mí.

 

—Gin— gimo, sus movimientos me están volviendo loco.

 

En ningún momento dejé de acariciar sus senos mientras lamía chupaba y daba pequeños tirones de sus dulces y rosados pezones. Los movimientos de circulares que mi diosa estaba haciendo sobre mí estaban provocando que mi miembro creciera y se hinchara más con cada roce de su cuerpo. La erección que tenía se estaba volviendo dolorosamente placentera pero quería saciarla, necesitaba saciarla.

 

—Gin...ahh...no puedo..más, te necesito— digo entre jadeos.

 

Pero ella ignoro mi comentario y siguió moviéndose durante unos segundos más para luego bajar lentamente sus manos por mi pecho hasta llegar a mi duro miembro, el cual tomo entre sus suaves y delicadas manos y comenzó a masturbarme lentamente. Gemí sin control agarrándome a los bordes de la bañera. Cerré los ojos con fuerza, no quería correrme solo, quería irme con ella.

 

—Gin...para...no...quiero...no...aguanto...más— advierto entrecortadamente.

 

—Thomas córrete— me ordena con voz sensual.

 

—No...quiero...que nos vayamos...juntos— digo entre gemidos porque acelera la intensidad

 

—Por favor amor, hazlo por mí— contesta.

 

No pude replicar nada puesto que después la última palabra sujetó con fuerza mi erecto miembro y se lo metió en la boca. Gruñí de placer cuando sentí su lengua hacer círculos en la punta y luego comenzar a bajar y subir por su largura. Mi miembro empezó a palpitar con más fuerza y sentí que no faltaba mucho para correrme. Intente otra vez que Gin parase pero fue en vano, ya que al percatarse de mis intenciones comenzó acariciar mis testículos con una de sus manos.

 

—Ginnnn...me...voy...ahh...Gin— intento avisar pero mi orgasmo me invade haciéndome descargar en su boca.

 

Mi respiración seguía siendo entrecortada, cuando abrí mis ojos me encontré con mi diosa observándome con una sonrisa antes de lamerse sus carnosos labios, en los cuales quedaba un resquicio de mi semilla. Tome su rostro entre mis manos acercándola a mí para lamer lentamente esa parte provocando que gimiera cuando mi lengua hizo contacto con sus labios sin llegar a besarla.

 

—Thomas te deseo—susurra con voz ronca—te quiero dentro mí, ahora— esas palabras hicieron que miembro se estremeciera y se excitara de nuevo, mi necesidad por ella era inmensa.

 

La cogí con delicadeza y la tumbé al lado contrario, me senté en la bañera de rodillas colocando sus piernas en mis hombros quedando su sexo justo enfrente a mi cara. Sin dudarlo comencé a lamer su clítoris mientras uno de mis dedos entraba en su cavidad. Chilló mi nombre muerta de placer lo que hizo que miembro se endureciera aún más. Sus gemidos aumentaban mientras movía sus caderas contra mi boca, mi lengua no paró de lamer morder y chupar su vulva, introduje otro dedo moviéndolo circularmente mientras que otro pellizcaba su clítoris. En ningún momento paró de gemir y gritar mi nombre y yo cada vez estaba más excitado. Joder, amaba escucharla gemir, había nacido para oírla chillar de placer. Noté como sus paredes se cerraban en torno a mis dedos y segundos más tarde convulsionó dejándose correr en mi boca.

 

No la permití descansar, la tomé de las caderas sentándola ahorcajadas sobre mi regazo y la penetré de una estocada, en el momento que nuestros cuerpos se fundieron ambos gritamos nuestros nombres; sin embargo no dilatamos en retomar nuestros movimientos. Mi preciosa me cabalgaba rápidamente y yo la instaba a no parar sujetándola fuertemente de las caderas. Su cabeza estaba inclinada hacía atrás regalándome una vista perfecta de sus hermosos pechos, los cuales besé con mi boca antes de perderme en sus bellos pezones que mordí, lamí y chupé con mi lengua mientras disfrutaba de sus gritos de placer. Ambos llegamos juntos al orgasmo chillando nuestros nombres, Gin cayó encima de mí y se quedó recostada mientras que ambos calmábamos nuestras respiraciones. La abracé dulcemente acariciando su espalda desnuda mientras respirábamos entrecortadamente. Cuando conseguimos tranquilizarnos, se separó lentamente y nos miramos a los ojos apoyando nuestras frentes.

 

—Wow, ha sido increíble amor— musita con una sonrisa y sin poder evitarlo beso sus dulces labios.

 

—Ha sido fantástico, eres maravillosa amor, te amo— susurro acariciando su mejilla.

 

—También te amo— dice apoyando su cabeza en mi hombro.

 

—Hermosa debemos salir, el agua se esta quedando fría—acaricio su espalda—, además quiero volver a hacerte el amor, pero está vez en mi cama— susurro saliendo de ella muy a mi pesar.

 

Entre caricias, risas, y besos nos duchamos, una vez nos secamos, la tomé en brazos dirigiéndonos a la habitación, donde la recosté en la cama contemplando lo hermosa que es mi mujer, me sonríe de manera coqueta mientras me dice que me acerqué llamando con su dedo, no dudé en ir a su encuentro, está noche prometía ser inolvidable.


 

 

Las fotos del fic, las podéis encontrar en mi perfil de Facebook, en el álbum con el nombre del fic "Sensación de Vidas Universitarias"

Mi nombre de usuario es: maya masen cullen.

El Link del trailer lo tenéis arriba.

Emmaly Swalen mil gracias por tan maravilloso Trailer, Portadas y por sus maravillosas ideas

Mil gracias primita, por corregirme los fallos, no sé que haría sin ti.

A mi hermanita Maia que siempre está ahí aconsejándome y animándome.

A mis amigas Aliena y Teresa por su apoyo.

A mis lectoras tanto a las que dejáis vuestra opinión como a las silenciosas gracias por estar ahí.

Espero sus comentarios y sugerencias de todo corazón.

Muchos besitos y mordisquitos de Edward para todos mis lectores.

 

Capítulo 16: Metedura de Pata Capítulo 18: El Desfile

 
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