Sensación de vidas Universitarias (+18)

Autor: MayaMasenCullen
Género: + 18
Fecha Creación: 29/11/2010
Fecha Actualización: 06/07/2014
Finalizado: NO
Votos: 50
Comentarios: 168
Visitas: 61534
Capítulos: 19

¿Quién dijo que la universidad es fácil? Cuando el amor llega a los hermanos Masen, Edward y Elizabeth, creen que todo irá bien, pero no todo será maravilloso y tendrán que afrontar, al lado de sus parejas y amigos, los obstáculos que se interponen; Amor, engaños, traiciones, envidias y más, se verá en una de las mejores universidades.

 

Trailer Sensación de Vidas Universitarias 

 http://www.youtube.com/watch?v=V9yTgfEQoZg

 

Besitos para todas/os

Está historia está registrada en safecreative

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 15: Mudanza, Sorpresas y Planes

 

DISCLAIMER: Sólo los personajes pertenecen a los maravillosos escritores Stephanie Meyer y L. J Smith; la trama de la historia, los lugares y algunos personajes son de mi propiedad.

 

Deseo que os guste está nueva historia que empezado a escribir y que disfrutéis de ella, como lo hago yo mientras la escribo.

 

Sólo quiero aclarar algo. Este fic no es sólo un Edward-Bella, se trata de un grupo de amigos y algunos capítulos se centraran más en otras parejas pero sin descuidar a nuestros Edward y Bella.

 

Hola a todas/os:

 

Aquí os dejo un nuevo capítulo. Espero y os guste.

 

Las canciones del capítulo para escucharlas sólo tenéis que pinchar en el título.

 

Blink 182 All There Small Things

 

Chicago Hart To Say I´m Sorry 

 

Link Park New Divide 

 


Sensación de Vidas Universitarias

Capítulo 15 Mudanza, Sorpresas y Planes

 

Justin Pov:

 

—Lo único que no estará será el sofá ya que me lo llevaré, no sólo porqué fue nuestra primera compra juntos, sino por los buenos recuerdos que tengo— susurro rozando sus labios.

 

—Y por mí podemos sumar más— dice mi niña abrazándome y nos hago girar al ritmo de la música, que en ese momento esta sonando una hermosa balada, que la sigue una canción de las más movidas de Led Zepellin, y como niños nos pusimos a dar saltos por el salón sin parar de reír, que ni nos enteramos que habían abierto la puerta.

 

—¿Qué diablos están haciendo?— pregunta en tono acusador Emmett sobresaltándonos.

 

—Empacar y bailar— responde mi niña sin más.

 

—Seguro, y por qué están con otra ropa— inquiere Emmett cruzándose de brazos y los chicos detrás están muertos de la risa.

 

—Emmett Swan no tengo por qué darte explicaciones—le fulmina mi niña con la mirada—. Sólo te diré que no pensaba ir a mi sesión con Arizona con unos pantalones de yoga y una camiseta vieja, esa es la razón de que este con otra ropa, y antes de que preguntes porqué Justin lleva a otra ropa, hazte tú la misma pregunta— declara molesta frunciendo el ceño al mismo tiempo que señala la vestimenta de Emmett, que era distinta a la de está mañana.

 

—Me cambie para estar más cómodo a la hora de cargar las cajas— contesta Emmett agachando la cabeza como si le hubieran regañado.

 

—Ves, ahí tienes tu respuesta oso—sonríe.—¿Algo más que necesites saber?— cuestiona mi Lizzie intentando no reírse.

 

—Mierda, os traía preparado un discurso acerca de la protección y me lo echasteis a perder— se queja Emmett haciendo un puchero y todos rompemos en carcajadas.

 

—Hermano, tendrás que guardar tu discurso para otra ocasión— dice entre risas Jake.

 

—Emmett ¿Tú sabes algo acerca de esos temas?— se burla Thomas.

 

—Thomas tiene razón, ya que tus últimas citas han sido con tu mano— se mofa James.

 

—Vosotros no sabéis nada, además, es el sexo más seguro— dice a la defensiva y las paredes del apartamento retumban de las risas.

 

—Bueno chicos, esas son cosas que mis virginales oídos no deben escuchar—ríe —. Por cierto ¿Dónde están Bella y Nessie?— pregunta mi niña al no verlas.

 

—Se marcharon con las chicas a tomar algo, alegando que estaríamos mejor sin ellas— comenta Edward encogiéndose de hombros.

 

—Traducido, no les apetecía nada trabajar— declara riendo Kevin.

 

—Qué se diviertan chicos, me voy que si no llego tarde—menciona mi niña besando mi mejilla—. Amor, hacer el amor contigo es lo mejor que existe— susurra en mi oído haciendo que mi cuerpo se estremezca.

 

—Lo mismo para ti mi niña...suerte en tu sesión— le digo sonriendo y suelta una risita.

 

—Nos vemos vampirito, te quiero— dice mi Lizzie abrazándolo y besando su mejilla.

 

—Te quiero brujita, cuídate y llámame si me necesitas— habla con voz dulce Edward.

 

Luego de que mi niña se despidiera de todos y se marchara, los chicos no tardaron en desparramarse en el sofá y sin poder evitarlo río en carcajadas.

 

—¿Qué te traes tú?— pregunta suspicaz Edward levantándose rápidamente del sofá y sentándose en uno de los sillones.

 

—Nada sólo me estaba imaginando que tipo de charla tendríamos con Emmett— respondo encogiéndome de hombros.

 

—Tío, está fenomenal el apartamento nunca pensé que fuera tan grande— comenta Thomas.

 

—Además, está muy bien decorado, tienes buen gusto— halaga Kevin observando a su alrededor.

 

—En cuestión a la decoración a quienes tendrías que felicitar, sería a mi madre y a Lizzie— declaro sonriendo como estúpido, menos mal que no se dan cuenta.

 

—Dejaros de tonterías y al grano con el interrogatorio— dice Laurent moviendo las cejas.

 

—Pensamos que aprovecharían su tiempo a solas en el apartamento— menciona Jake sonriendo malicioso. Ja por supuesto que lo hicimos, pero no te lo diré.

 

—Claro que lo hicimos, no ven la cantidad de cajas— contesto señalando el lugar donde están apiladas.

 

—Venga ya, de seguro que al menos hubo besitos— dice Thomas entrando también al juego.

 

—Por supuesto o no vieron que le di uno de despedida, también le di uno en agradecimiento por ayudarme— respondo como si nada, pero por dentro estoy saltando al recordar como nos ayudamos.

 

—Estás tonto, si hubiera estado en tu lugar ni loco desaprovecho un minuto a solas con mi chica— manifiesta Kevin frotándose las manos.

 

—Cuándo sea mi chica, no dudes que lo haré— declaro moviendo las cejas haciéndolos reír.

 

—Chicos, para mí, que se la pasaron empacando. Mirar el montón que hay ahí— dice Edward señalando a la pared donde hay varias cajas amontonadas.

 

—Vamos que todavía quedan cosas por embalar— anuncio comenzando a llenar una caja con mis cds.

 

—Pero este sofá es muy cómodo— dice Emmett acomodándose mejor.

 

—Ni que lo digas, por eso me lo llevaré— aseguro sonriente. No dejo ese sofá por nada del mundo.

 

—Te puedes comprar otro, va a costar mucho trabajo sacarlo— comenta Laurent todo repanchigado en el sillón.

 

—Por supuesto puedo comprar otro, pero este sofá es muy valioso para mí, lo eligió Lizzie— explico con una boba sonrisa en el rostro.

 

—Wow ya lo perdimos— habla riendo Thomas.

 

—No hace falta que lo digas, si lo tiene así de cogido sin nada de nada, imagínate como estará después de que....— Edward no deja terminar la frase a Emmett lanzándole un cojín.

 

—No me interesa saber—se apresura Edward caminando hacia el montón de cajas—. Creo que podemos empezar llevando esto a los coches— sugiere y asiento en acuerdo.

 

—¿Y lo qué falta?— cuestiona Kevin.

 

—Lo más necesario ya está— afirmo palmeando su hombro.

 

—En marcha— declara Jake.

Y entre risas, tontos comentarios y bromas, las cajas se van acabando.

 

Una vez bajamos todo lo que había embalado comenzamos a llenar varias cajas más, de pronto escuchamos unas fuertes risotadas que procedían del dormitorio y todos nos apresuramos haber que ocurría. Al entrar veo que Emmett tiene en la mano las cosas de mi niña.

 

—No sabía que tenías estos gustos— dice batiendo las pestañas.

 

—Son de Lizzie, las dejo aquí antes de terminar nuestro noviazgo y las saqué por si quería utilizarlas para arreglarse para su cita— menciono sin poder evitar que mi voz se apagara, pero seguido una sonrisa se forma en mis labios al recordar nuestra ducha.

 

—Justin eres bipolar, primero parece como si fueras a llorar, y ahora sonríes como idiota— asegura mirándome confuso Kevin.

 

—Para nada soy bipolar, sólo recordaba unas graciosas anécdotas que Lizzie me contó— declaro sonriendo; bueno más bien hizo, pero eso es sólo para mí.

 

—Chicos, mirar está apunto de escurrirle la baba— se burla James.

 

—Por mi niña babeo, me arrastro y no me avergüenzo de ello— anuncio con orgullo.

 

—A nuestro amigo, si que le pego fuerte el amor— se cachondea Jake poniendo cara de tonto.

 

—Sí, desde hace casi un año— afirmo con total franqueza.

 

—No hace falta que lo jures, sólo hay ver la cara de idiota que pones en cuanto ves a Lizzie— se mofa Laurent poniendo morritos y besando al aire haciéndonos reír a todos.

 

—Pues es exactamente la misma cara que pones tú, cuando hablas o ves a Irina— me defiende Edward....gracias cuñado —pienso—.

 

—Mejor saquemos estás cajas a la sala que ya están llenas—manifiesta James levantando una; pero se tropieza no sé con que, y la caja cayo al suelo desparramando todo lo que había en su interior por el suelo y allí se encontraban los álbumes de las fotos de mi niña y yo—. Tiempo muerto chicos, esto hay que verlo— avisa, cogiendo uno de los álbumes mientras se acomoda en la cama.

 

—Esto se merece unas cervezas— apunta Emmett, como no.

 

Como buen anfitrión voy a la cocina a por ellas. Al final me decido por llevar dos packs de seis y cuatros botellas sueltas, así tocamos a un par cada uno; justo cuando me estoy acercando escucho sus comentarios.

 

—...cuándo fuimos— termina la frase Edward no entiendo de que hablaba.

 

—Sí, pero poner atención a los ojos de Lizzie en todas las fotos...me encanta verle ese brillo a mi peke— a mí también James —pienso—.

 

—Pero lo ha recuperado—asevera Thomas orgulloso—. Desde que está más cerca de Justin ha regresado.

 

—Me llena de dicha ver a mi brujita feliz— afirma contento y emocionado Edward.

 

—Mirar está chicos, es genial— dice riendo Laurent.

 

—Parecen muérdagos— bromea Kevin, y en ese momento decido entrar ya que las cervezas me comienzan a pesar.

Nada más entrar Emmett corre en mi ayuda.

 

—Gracias oso— le agradezco sinceramente.

 

—De nada amigo, además, son Budweiser mis preferidas— declara abriendo una cerveza y dando un buen trago.

 

—Ahora sigamos con este— dice Kevin cogiendo otro álbum.

 

—En serio Justin parece que Lizzie tiene un imán, en todas las fotos estáis pegados hasta las que os hicieron sin daros cuenta— comenta sonriendo malicioso Jake.

 

—Y te molesta— le pico para saber que me va a responder.

 

—A mí no me molesta, pero de seguro a Ed sí— se defiende Jake.

Edward le mira riéndose y negando con la cabeza.

 

—Jacob, así estás tú con mi pitufa y no te digo absolutamente nada— le acusa Thomas.

 

—Por favor no compares, Justin está mil veces peor— se justifica Jake.

 

—¿Apuestas?— lo reta Thomas sonriendo malvadamente logrando que Jake ponga cara de espanto, sabe a las bromas que se arriesga si apuesta y pierde.

 

—Mejor lo dejamos así— contesta Jake y estallamos en carcajadas.

 

—Miren está chicos— dice Kevin señalando una, dónde estamos en la playa acompañados por algunos de mis compañeros de equipo con sus novias.

 

—Justin ¿Por qué miras así a mi peke?—sonríe—. Ella no es un pedazo de carne— me reclama James.

 

—Yo tampoco soy monje y con ese bikini se veía…—suspiro ya que no hay palabras para describirlo—Wow— río.

 

—Fijaos en ese baboso de ahí, cómo se la come con la mirada— habla de nuevo Kevin.

Contemplo con más atención la fotografía y es verdad uno de los hombres que pasaban por allí miraba con lujuria en nuestra dirección.

 

—¿Quién asegura que la mirada era para Lizzie y no para Justin? Mira que con ese cuerpo hasta el más hombre le sale la vena gay— agrega riendo estruendosamente Jake.

 

—Mierda Jake, espero que no le vayas a dar calabazas a mi hermana con Justin— recrimina entre risas Thomas.

 

—Qué me dicen está—dice Emmett brincando en la cama—. Ese día me tiré en bomba a la piscina y empapé enterita a mami Eli, que me dejo sin postre— todos reímos al recordar la cara de pena de nuestro amigo.

 

—Justin ¿No me digas qué esta os la tomaron en la sala Wiltern?— pregunta con emoción Laurent.

 

—Sí, es cuándo fuimos al concierto de Evanescence explico sonriendo al ver la foto, donde tenía a mi niña abrazada por la espalda y ella se recostaba en mi pecho.

 

—Pero fijaos en mi brujita, extrañaba esa sonrisa—dice con un deje de nostalgia Edward—. Gracias por traerla de vuelta amigo— se me pone una sonrisa estúpida en la cara de sólo pensar en ser el causante de tan bella sonrisa.

 

—Si por mí fuera esa sonrisa jamás se borraría de su rostro Ed— aseguro y Edward palmea mi espalda.

 

—Wow ¿Está dónde fue?— pregunta intrigado Kevin.

 

—En un partido de Basket— digo encogiéndome de hombros.

 

—¡Un partido! ¡Fue el mismísimo juego de las estrellas! Cuándo quise comprar las entradas estaban agotadas, y aquí nuestro amigo, no sé que brujería utilizó que consiguió una para Lizzie y otra para él...la muy brujita me lo estuvo restregando en la cara por días— exclama Edward fingiendo enfado.

 

—Recuerdo que cuando llegamos estabas viendo la televisión y mi niña se puso a modelarte la gorra junto a la camiseta autografiada que le regalé— me burlo. Fue un momento de lo más divertido.

 

—Cómo olvidarlo, una camiseta firmada por todos los que jugaron esa temporada. Ni siquiera todos los que fueron al partido consiguieron una, al ser una edición limitada— cuenta Edward dándome una inculpadora mirada.

 

—Tuve suerte por ser uno de los primeros en acercarme a comprarla—me excuso—. Quería que mi niña tuviera un bonito recuerdo— reímos al ver la cara de fastidio de mi cuñado.

 

—Reíros, vosotros no tuvisteis que verla, no sé, durante cuanto tiempo bailar por toda la casa, todo los días con la camiseta puesta— se queja Edward cruzándose de brazos, y sonrío al recordar como Lizzie lavaba todas las noches la camiseta para ponérsela al día siguiente.

 

—A mí no tienes porqué reclamarme, debes reivindicarle a tu hermana—me encojo de hombros—. En ningún momento le dije que hiciera eso— añado entre risas.

 

—Aún me acuerdo de la cara de espanto que puso cuando le dije, brujita vas a desgastar la camiseta de tanto usarla— rememora sonriendo malvadamente Edward.

 

—Cierto, ese día me encontraba allí y la peke salió corriendo a su cuarto gritando a los dioses de la camisetas autografiadas que protegieran la suya, y creo que desde entonces no se la ha vuelto a poner— comenta James partiéndose de la risa.

 

—Os acordáis de esté día, cuándo a las chicas incluyendo a mami Eli, Carmen y Esme, se pusieron a jugar a las modelos—evoca Emmett enseñándonos la foto, en la que estamos todos en el jardín de la casa de Elizabeth y Anthony; a las mujeres se les ocurrió hacer una pasarela y nosotros éramos los jueces, fue de lo más divertido—. Todas andaban de manera exagera, pero lo de Lizzie era demasiado— agrega Emmett imitando a mi niña moviendo las caderas por toda la habitación.

 

—Emmett no te burles de mi niña— le reprendo intentando aguantar la risa.

 

—Tenéis que reconocer qué es de lo más graciosa, como cuando se doblo el tobillo y brincaba en un solo pie y a cada saltito que daba decía awaawa— explica intentando imitarla.

Entonces todos le brincamos encima y comenzamos hacerle cosquillas, menos James que se puso a grabar la escena con el móvil porqué el oso se ríe y grita como una niña cuando le hacen cosquillas.

 

—¿Vas a seguir burlándote de mi brujita?— le pregunta Edward, mientras este se retuerce porqué Thomas está atacando sus costillas.

 

—Sísísísísísísísí....nononononono— pobrecito el oso ni si quiera sabe que dice.

 

—Suéltenlo de una vez— declara James riendo.

 

—Jo, si es de lo más divertido— se queja Kevin.

 

—Sí, pero si se mea en la alfombra, no creo poder recuperar la fianza— digo sentándome en la cama y dando un trago a mi cerveza, mientras los chicos se mueren de la risa.

 

—Sigamos viendo estás— anuncia Thomas que tiene en sus manos el álbum azul; ahí están las que nadie ha visto, son fotos que tomé a mi niña a lo largo del tiempo con mi móvil.

 

—Este álbum mejor que no— declaro porque sé, lo que todavía le duele a Thomas, y no creo que sea bueno que viera unas donde mi niña está en la cama tapando su cuerpo desnudo con la sabana, su cabello revuelto y se sobreentiende lo sucedido momentos antes.

 

—¿Por qué? ¿Apareces ahí engañando a Lizzie?— me pica Jake.

 

—No, no...lo qué pasa es que son fotos muy personales nuestras— digo y creo que me ruborizo. —Anotado no acercarse a Bella que contagia los sonrojos—

 

—¿No me digas qué se fotografiaron mientras...?— me pregunta gritando Laurent, y los demás me miran interrogantes.

 

—Por supuesto qué no, nunca le faltaría el respeto así a mi niña. Son fotos privadas de nosotros, es como...—no encuentro las palabras—. Es algo nuestro chicos— digo con timidez.

 

—Bien estás perdonado, toma— manifiesta sonriente Thomas entregándome el álbum, con el cual me quedo en mis brazos cuidándolo más que el balón cuando estoy jugando.

 

—Vamos a seguir buscando— dice el tonto de Emmett por no llamarle de otra manera, ya que vació otra caja tirando todo al suelo.

 

—¿Qué haces imbécil?— le regañamos todos a la vez asustándolo.

 

—Está fue la manera en la que James sacó los otros álbumes— contesta Emmett con un ridículo puchero.

 

—¡No la vacié apropósito! ¡Se me cayó animal!— exclama hastiado James negando con la cabeza.

 

—Bueno ya que esto hecho, vamos a cotillear que hay—toma un sobre que inmediatamente abre y levanta un par de entradas, que tengo para un concierto al cual pienso llevar a mi niña—. Dos entradas en primera fila con pases vip para el concierto de Metallica en el Straples Center....Nuestra parejita rockera de corazón—suspira fingidamente—. Nunca entenderé como a Lizzie y a ti os puede gustar está música, si es todo ruido— declara moviendo negativamente la cabeza.

 

—Emmett si en algo aprecias tus...—miro hacia su parte baja haciendo que se cubra con las manos—, nunca vuelvas a decir eso. Este es uno de los mejores grupos de rock de la historia, y si Lizzie, te llega a escuchar, no creo que hubieras salido bien parado— digo aparentando estar muy enojado, y con manos temblorosas Emmett me entrega las entradas junto con los pases mientras los chicos están tirados por el suelo muertos de risa.

 

—Joder Justin, cuando te pones en ese plan das miedo. Ahora entiendo por que eres tan buen jugador, acojonas de verdad— afirma Emmett mirándome con carita de cordero degollado, y sin poder aguantar estallo en carcajadas acompañando a los chicos, quienes están doblados de la risa.

 

—Ahora continuemos viendo más fotos— menciona Thomas sin poder parar de reír, y las risas aumentan al ver unas donde están Lizzie y Edward haciéndose travesuras y poniendo caras raras.

 

—“Mi amor”—habla Emmett suspirando haciéndonos girar a verle por la voz que hizo. En sus manos tiene una de las notas que mi niña me dejó—“te veías tan guapo durmiendo que no quise despertarte, y menos después de mantenerte despierto toda la noche, voy a comprar el desayuno, vuelvo lo más pronto posible, te amo”— él muyyy argggrrr esta haciendo caras y gestos imitando a mi niña, no dudo en brincarle encima y los chicos se unen.

En medio del estúpido ataque a Emmett suena mi móvil y aunque consigo zafarme rápido del grupo no llego a tiempo de contestar; inmediatamente después suena el teléfono del apartamento y contesto antes del segundo timbre.

 

—¿Hola?— pregunto porque no vi el identificador por la prisa al contestar.

 

—Hola cariño soy Elizabeth ¿Cómo estás?— saluda mi suegra mientras intento controlar la respiración antes de hablar.

 

—Me encuentro muy bien gracias y ¿Vosotros qué tal estáis?— pregunto rápidamente, necesito recuperar mi voz.

 

—Estamos bien ¿Qué te pasa hijo te escucho fatigado?— habla con un deje de preocupación.

 

—No pasa nada, es solo que estaba jugando con los chicos, no te preocupes— digo sonriendo, siempre está al pendiente de todos nosotros.

 

—Me tranquilizas cariño, disculpa que te moleste, pero un pajarito me ha dicho que te mudas a la fraternidad con los chicos—ambos reímos porque sabemos que ha sido mi niña—. Y como sabes Carmen, Esme y yo, decoramos las habitaciones de los chicos, y queríamos saber si nos permitirías decorar también la tuya, sabes cuanto nos apasiona hacerlo— me pide y casi puedo asegurar que está haciendo el mismo puchero que su hija.

 

En ese momento Edward me pregunta gesticulando “¿Quién es?” a lo que les gesticulo de vuelta “Tu mamá”,parecemos dos locos, entonces me responde “Salúdamela” y asiento.

 

—Hijo ¿Sigues ahí? Siento haberme entrometido cariño, si no lo deseas, no quiero que te sientas obligado hacerlo— dice a modo de disculpa. —no pensé que Edward me hubiese distraído tanto—

 

—Nada de eso Elizabeth para mí es honor que lo hagas. Sé de antemano que me encantará, tienes muy buen gusto. Lo que pasa es que Edward se encuentra aquí y te manda saludos— explico rápidamente.

 

—¡Ah, pon el altavoz cariño, quiero saludar a mi bebé!— exclama riendo y hago lo que dice.

 

—Hola bebé ¿Cómo estas?— saluda cariñosa Elizabeth, haciendo que la cara Edward pase por todos los colores.

 

—Estoy bien mamá, ¿Cómo estáis vosotros?— saluda con ternura Edward.

 

—Estamos más que bien. Hay bebé no sabes lo feliz que estoy de que Justin viva con vosotros, y a qué no sabes ¡Decoraremos su habitación! ¿A qué es un encanto?— contesta entusiasmada logrando que Edward y los chicos estallen en carcajadas.

 

—Hola chicos, pensé que estaban solos Edward y Justin— habla risueña.

 

—Hola mami Eli hermosa— saluda meloso Emmett.

 

—Hola tía linda— saluda cariñoso Thomas.

 

—Hola preciosa-— dice James.

 

—Hola guapa— saludan Jacob, Kevin y Laurent.

 

—Hijos qué gusto da hablar con vosotros, siempre piropeándome, mi Tony va a ponerse celoso— declara divertida y todos reímos.

 

—Es lo menos que te mereces mami Eli— vuelve hablar el mimoso de Emmett.

 

—Hay mi osito tan meloso como siempre, espero que estés portándote bien y no molestes a los chicos— dice y me la imagino señalando con el dedo.

 

—Jamás haría tal cosa, linda mami Eli— contesta haciendo un puchero como si pudiese verle.

 

—Thomas corazón, tu mamá me ha dicho que tienes novia, más te vale que la traigas el sábado para que la conozca y le de el visto bueno. Mi niño se merece una buena mujer a su lado— habla amorosa Elizabeth que considera a Nessie y Thomas como sus sobrinos.

 

—Cuenta con ello, el sábado nos tendrás ahí tita, pero no te preocupes ya veras que es una chica magnifica— asegura sonriente Thomas.

 

—Me alegro corazón te mereces ser feliz— dice cariñosa.

 

—Justin cariño ¿Seguro qué no te molesta que decoremos tu habitación?—pregunta insistente como si pensara que me estaba sintiendo forzado.

 

—Ya te dije que no, será un honor que lo hagas, sé de sobra que quedara perfecta, tienes un gusto excelente— afirmo con total franqueza.

 

—Totalmente de acuerdo amor, tienes un magnifico gusto. Mira que escoger a este galán por esposo— manifiesta Anthony al otro lado de la línea al parecer también nos tiene en altavoz, y nosotros rompemos en risas por su ocurrencia.

 

—Hola papá— saluda Edward.

 

—Hola Anthony— saludamos el resto al mismo tiempo.

 

—Hola chicos ¿Divirtiéndoos con la mudanza?— pregunta risueño.

 

—Bastante papá, terminaremos para el próximo ciclo solar, si James y Emmett no dejan de vaciar las cajas en vez de llenarlas— responde sarcástico Edward.

 

—Hey, qué lo mío fue un accidente— se defiende rápidamente James.

 

—Yo sólo estaba buscando más fotos— se apresura a decir Emmett.

 

—Entonces niños, lo dejamos tranquilos para que puedan seguir con el traslado— declara divertida Elizabeth.

 

—Justin ¿Listo para el partido?— me pregunta Anthony.

 

—Claro que sí. No dudes que ganaremos— garantizo haciéndolo reír.

 

—Allí nos tendrás el domingo para animar al mejor mariscal del campo— afirma haciendo que se me hinche el corazón.

Aun cuando mi relación con Lizzie terminó nunca dejaron de acudir a los partidos a verme, siempre me siguieron considerando de la familia.

 

—No se vale papá Tony ¡No puedes apoyar al equipo contrario!— exclama Emmett ganándose varias collejas por parte de los chicos.

 

—Me refiero a Justin, más vale que te retractes o te retiro la invitación a la comida del sábado— le regaña Anthony consiguiendo que Emmett pierda el color.

 

—Sólo era un broma papi Tony, todos sabemos que el mejor mariscal es aquí nuestro amigo, y que va a patearles el trasero a los de Standford— dice fingiendo inocencia.

 

—De acuerdo Emmett, pero como castigo por la broma a Justin te toca cargar el doble de cajas— declara Anthony, sin poder evitarlo todos estallamos en risas al ver la cara de espanto de Emmett.

 

—Pero papi Tony, mami Eli— protesta el oso como niño chiquito.

 

—Papi y mami nada, respeta a Justin que es parte de la familia— le reprende Elizabeth. Cómo amo a mi suegrita.

 

—Wow Justin, no conquista a la hija pero si a los padres, te defienden casi más que al hijo— se burla a Emmett echándose a reír.

 

—¡Emmett Swan! ¡Te quedas sin postre el sábado! Es mas, vendrás media hora antes para subirme unas cajas al desván— le recrimina Elizabeth aparentando enojo.

 

—Además Emmett, no defendemos más a Justin que a nuestro bebé, es como si defendiéramos a nuestra nenita, y da gracias que no está ella aquí— sentencia Anthony.

 

—Pero papi Tony, él pretende quitarte a tu princesita— me acusa Emmett intentando justificarse.

 

—No pongas esa excusa oso, tú sabes que no perderíamos una hija sino ganaríamos un hijo— aclara Elizabeth, que sabe como hacer sentir bien a uno.

 

—Mejor me marcho, todos estáis en mi contra—- asevera Emmett zapateando como un niño berrinchudo.

 

—Deja de hacer el tonto Emmett, nadie está en tu contra, pero cualquiera se sentiría feliz al poder presumir de tener a un mariscal del campo, y no cualquiera, sino a el mejor en la familia— ratifica mi suegro haciéndome sonrojar.

 

—Pero todavía no pertenece a la familia— se burla riendo James.

 

—Estoy más que seguro que pronto lo será— alega Anthony.

Seguro que mi niña algo les ha contado, nunca ha podido guardarles un secreto a sus padres ni a su hermano.

 

—Si sigues así James, te quedas sin postre como Emmett. Dejen en paz a Justin y terminen de empacar—ríe—. Ah y por la cena no se preocupen, les mandaré una deliciosa comida para que recuperen fuerzas— nos anuncia con voz dulce Elizabeth.

 

—No te preocupes, no es nece...— me corta mi suegra con un shhhh.

 

—Nada de no es necesario es para vosotros y las chicas. Hablando de las niñas ¿Dónde están?— cuestiona con curiosidad Elizabeth.

 

—Tita, se fueron a tomar algo para hablar de sus cosas— le explica Thomas.

 

—Vamos mami Eli, que no tenían ganas de trabajar— comenta riendo Laurent.

 

—Y eso que las ayudamos con su tarea para que pudieran venir— se queja Jacob.

 

—Es la purita verdad mami Eli, la única que echó una mano fue Lizzie— añade riendo pícaro Kevin.

 

—Nuestros bebitos son un cielo, ¿Verdad hermosa?— comenta Anthony a Elizabeth, que suelta una risita mientras que Edward está muerto de vergüenza por lo de bebé, pero tiene una gran una sonrisa en su cara.

 

—Antes de que se me olvide—uh ese tono de voz de Eli—. Edward Anthony Masen ¿Cuándo piensas volver a traerme a mi nueva hija?— le regaña.

 

—Mami, el sábado estará ahí sin falta, le caíste genial— responde con una boba sonrisa al pensar en su Bella.

 

—¿Sólo tu mamá?, ¿Y el suegro qué?— cuestiona Anthony simulando enojo.

 

—Ambos papá, dijo que son fantásticos y que estará encantada de veros el sábado— contesta riendo Edward.

 

—Aquí les esperamos a todos el sábado, saben que nos encanta tener la casa llena— asegura Elizabeth.

 

—Cuídense chicos, y Emmett, no olvides tu castigo, cargar el doble de cajas y venir el sábado ayudar a mi hermosa—se despide Anthony haciéndonos reír a todos menos a Emmett, que está enfurruñado—. Oso, y si te portas bien tendrás postre el sábado— agrega, y a nuestro amigo se le forma una enorme sonrisa en la cara.

 

—¡Qué emoción llamaré ahora mismo a Carmen y Esme para empezar con el diseño de tu habitación! Besitos para todos y saluden a las chicas— clama emocionada y todos reímos. Seguro esta dando saltitos, y cuelga antes de que podamos despedirnos.

 

—Chicos, será mejor que nos pongamos de nuevo al trabajo—sugiere Edward y estoy en total acuerdo, entre las fotos y la llamada se nos ha ido mucho tiempo—. Ya seguiremos viendo las fotos tranquilos en la fraternidad—  sonríe malicioso y todos se ríen antes de comenzar de nuevo con la faena.

 

Ya llevábamos un rato largo guardando más cosas cuando escuchamos un estruendo desde el dormitorio, corrimos a ver que sucedía y nos encontramos a Emmett tirado en el suelo al lado del armario.

 

—¡Qué carajos haces Emmett!— le regaña Jake.

 

—Estaba guardando en esa caja—señalo una que hay medio llena—, lo que está arriba pero ese banco no me sostuvo y se rompió— dice y miro el banquito de plástico revestido de madera que le compre a mi niña, está todo destartalado y con las patas rotas.

 

—Emmett llegas perfectamente sin subirte a nada, además, ese banquito lo compré para Lizzie para que pudiera alcanzar las cosasle riño—. Ya veras cuándo se enteré de lo que le ocurrió a su taburetito— añado fingiendo horror consiguiendo que los chicos se partan de risa, pero conozco perfectamente a mi niña y sé que su reacción no será para nada agradable.

 

—No le digas nada por favor, comprare uno igual, no quiero que se enfade conmigo; además pensaba que lo utilizabas tú—dice incorporándose con un quejido.—¡Mierda mi trasero!— se soba graciosamente logrando que las risas aumenten.

 

—Emmett, sabes que alcanzo perfectamente— le instruyo entre risas como si fuera un niño.

 

—Ya decía yo que no eras tan chico—pone cara pensativa.—¿Por qué no compraste uno más resistente?— pregunta pensativo.

 

—Emmett, lo compró para mi brujita y puede perfectamente con su peso, lo que nadie se imaginaba es que un mastodonte se subiera— le explica Edward riendo puesto que los demás no podemos parar de troncharnos de risa al verle masajear su trasero.

 

—Ya no se rían más de mí— se queja ofendido.

 

—Ahora debes recoger todo el destrozo que hiciste y guardar todas las cosas que tiraste, mientras nosotros seguiremos guardando los libros y discos— le dice Thomas y con un puchero Emmett se pone a su tarea, casi estoy terminando de guardar algunos de los dvds de los partidos cuando se escucho un grito para nada masculino.

 

—Sííííííí...yo...mi...uno...quiero...di que si...mierda...yo quiero— balbucea entrando al salón con un sobre en las manos, que rápidamente identifico.

 

—¿Qué te pasa ahora Emmett Swan?— le pregunta mordaz Kevin.

 

—¡Mierda chicos, miren el tesoro que me encontré! Dos entradas en primera fila para el partido de los Lakers contra los Bulls— anuncia eufórico sacando las entradas del sobre y mostrándoselas a los chicos.

 

—¿Cómo lo consigues?— indaga Edward acariciando con adoración uno de los tickets.

 

—¿Lograr qué?— pregunto inocente.

 

—Tener estás entradas. Justin me tienes que llevar— dice haciendo una imitación pirata del puchero de mi niña y sólo puedo sonreír.

 

—Lo siento Ed, pero la otra entrada es para Lizzie. Si fuera otro partido te llevaría encantado— le aseguro sonriendo.

 

—¿Lizzie sabe de las entradas?— me pregunta James y niego con la cabeza.

 

—Excelente así me puedes llevar a mí al partido— afirma frotándose las manos como si fuera un mal villano de película.

 

—Nada de eso James, como bien sabes Justin y yo tenemos recién nuestra amistad, y esto sería bueno para fortalecer los lazos de hermandad— declara Thomas con un guiño.

 

—No me hagan reír, Justin sabe que me debe llevar a mí porque es con quien más se va a divertir— alega Laurent.

 

—Si es por diversión, él que debe acompañarle soy yo— proclama sonriente Jacob.

 

—Mierda no, me llevara a mí que soy el más tranquilo— ratifica Kevin.

 

—No os llevaré a ninguno de vosotros, estás entradas son para mi niña y para mí—les confirmo quitándoles los tickets—. Y pobre del que se lo diga—agrego guardándolos en el bolsillo.

 

—¿Y qué harás?—me reta Jake—No puedes amenazarnos con no llevarnos al partido puesto que ya sabemos que iras con Lizzie— sonríe chocando sus manos con Laurent.

 

—Fácil, tengo entradas para toda la temporada de los Lakers, y gracias a los contactos del entrenador puedo conseguir más…y bueno…siempre me podría olvidar alguien en el momento de repartirlos— les digo con una sonrisa triunfal.

Es lo bueno de ser miembro del equipo fútbol americano contábamos con algunos privilegios.

 

—Tranquilo no diremos nada, somos una tumba ¿Verdad chicos?— asevera Thomas y el resto asiente.

 

—Vamos chicos hay que comenzar a bajar todas estás cajas antes de que se haga más tarde— dice Edward cargando una caja y mirándome con una sonrisa, que dice al próximo partido me llevas a mí, a lo que asiento.

 

Como éramos varios las cajas fueron disminuyendo rápidamente...decidimos dejar los teléfonos para que no nos estorbaran o que por culpa de algún golpe se cayeran y estropearan.

Una de las cajas me costó bastante acomodarla y cuando regresaba de nuevo al apartamento escuché el teléfono, y justo al entrar a la sala estaban dejando un mensaje.

 

—Señor Justin Crawford, la señorita Elizabeth Tiffany Masen, se ha querido comunicar con usted desde hace un buen rato, y encima una estúpida voz femenina contesta tu teléfono ¿Quién es ella? ¿Qué tiene que ver contigo? ¿Es más bonita qué yo verdad? Más te vale que huyas mientras puedas porque cierta parte de tu anatomía corre un terrible riesgo de...Cuento hasta diez, uno, dos, tres, cuatro....—rápidamente levanto el auricular.

 

—Mi niña estoy aquí, es que estábamos cargando las cajas en los coches— me apresuro a contestar, mas vale prevenir.

Tras de mi escucho a los chicos reír a carcajadas y tirados en el suelo con las cajas desparramadas, los muy desgraciados no se dignaron a responder, y eso que estaban aquí.

 

—¿Qué pasa nene? ¿Qué son esos berridos?— pregunta mi niña con una risa juguetona.

 

—Son los chicos que escucharon tu mensaje y se están riendo de mí— le digo sincero.

 

—Pon el altavoz por favor amor— dice mi niña y de inmediato lo hago.

 

—Ya está mi niña, todo tuyo— declaro y escucho su celestial risa.

 

—¡¡¡Chicooos holaaa!!!— exclama chillando mi niña logrando que sus risas se detengan.

 

—Hola Lizzie— responden a coro.

 

—Escuché como se reían, se nota que están felices— declara mi niña con un conocido tono de voz, que augura algo no muy bueno.

 

—Nos estamos divirtiendo y riendo de la cara que puso Justin al oír tu mensaje— dice cauteloso Emmett.

 

—¿Sí? ¿Y era muy graciosa?— indaga mi niña.

 

—No te haces idea, fue genial— habla ahora Jake.

De inmediato Edward se gira a mirarme, conoce perfectamente este tono de voz en su hermana, y cambia la charla astutamente.

 

—Mi brujita hermosa ¿Cómo te fue en tu sesión?— pregunta con la voz dulcificada como siempre que habla con su hermana.

 

—Tranquilo vampirito que todo salió bien y estoy genial— responde mi niña risueña logrando que Edward y yo sonriamos felices.

 

—No sabes como me alegro hermanita— dice aún sonriendo Edward.

 

—Hermanito, no cantes victoria, no por cambiarme la conversación se salvan....Con qué riéndose de Justin ¿Eh?—suspira—. Pues será mejor que revisen sus teléfonos haber quien ríe ahora— declara mi niña soltando la bomba, y los chicos rápidamente corren hacía sus móviles y cuando escucharon los mensajes de voz sus caras eran de fotografía; se miran aterrados, creo que James hasta esta temblando.

 

—¿Jake te measte?— pregunta con sorpresa Kevin.

 

—No...es...que...—titubea Jake tratando de ocultar la parte mojada del pantalón—, se me cayó la cerveza por correr— agacha la cabeza escondiendo su rostro colorado.

 

—Jake, en la mano llevabas una caja no una cerveza— le acusa bromeando Laurent que no está en mejor estado; ¿Qué clase de mensaje les llegaría?

 

—¡Tú eres tonto, entonces qué es esto!— exclama indignado Jake mostrando la cerveza.

 

—Ve a ponerte unas bermudas limpias anda, en el dormitorio queda alguna sin guardar— le sugiero y corre a cambiarse. En mi vida había visto hacerlo tan rápido, Jake se deja caer en el sofá tratando de recuperar el aire.

 

—¿Qué ha sido eso? ¿Acaso tienes elefantes en tu apartamento?— pregunta mi niña juguetona.

 

—Para nada, es sólo Jacob—el cual me mira con suplica para que no comente nada—, que fue al baño y regreso corriendo— añado sonriendo.

 

—Chicos ¿Alguno de vosotros ha llamado a las chicas?— pregunta mi niña en general.

 

—Nooo— responden a coro.

 

—Más vale que lo vayáis haciendo, y quiero saber de una vez que bicho les pico a todos que no cogen sus malditos teléfonos, y eso incluye también a las chicas— dice molesta.

 

—Brujita, ahora mismo llamo a Bella— declara Edward marcando el número.

 

—Vampirito más te vale poner el altavoz— apremia mi niña.

 

Escuchamos varios tonos y justo cuando está apunto de mandar la llamada al buzón, se escucha la voz molesta de Bella.

 

—Si es un vendedor de seguros no estoy interesada gracias, si se trata de cualquier tipo de propaganda no pierda su tiempo, no quiero saber nada— contesta con voz férrea.

 

—Amor soy yo— dice Edward, como si Bella no lo supiera.

 

—¿Perdón? Creo que se ha confundido al marcar, en este momento no tengo ningún amor— le replica irritada Bella.

 

—Princesa lo siento, sé que debí llamarte, pero los móviles los dejamos en el apartamento para no golpearlos con las cajas— se excusa Edward con voz de niño de arrepentido.

 

—Y no has tenido ni un segundo para mirarlo. Ja, te aseguro que tienes mil llamadas perdidas— le regaña Bella.

 

—Qué le dices a mi vampirito si tú estás en las mismas, no contestas el móvil— defiende a su hermano mi niña al mismo tiempo que riñe a Bella.

 

—¿Lizzie eres tú?— pregunto confundida Bella.

 

—No, soy Dorothy del Mago de Oz, que estoy buscando al hombre de hojalata y al león miedoso...Claro que soy yo— responde bastante molesta mi niña.

 

—Te escuchamos rara— menciona Nessie, deben tenernos en altavoz.

 

—Normal, porque estoy en altavoz del teléfono del apartamento de Justin— aclara mi niña, y me la puedo imaginar rodando los ojos.

 

—Lizzie ¿Nos marcaste muchas veces?— pregunta titubeante Bella, mi Lizzie cuando esta molesta es de armas tomar.

 

—Demasiadas diría ¿Marta está con vosotras?— pregunta mi niña

 

—Sí, aquí está, junto con las demás— declara cautelosa Nessie, y seguido se escucha un “Hola Lizzie”.

 

—¡Hola Lizzie y un cuerno! Qué diablos hacen que no contestan sus móviles, las únicas que me han contestado han sido Elena y Kate, que ya no se encontraban con vosotras— les reprendemi niña que esta muy enojada, como me gustaría alisar las arruguitas de su nariz con mis besos.

 

—Lo sentimos, teníamos los móviles en vibrador, se nos olvidó poner el sonido después de salir de clases— apremia hablar Marta con vocecita inocente.

 

—Están perdonadas por ser la primera vez que pasa, sólo deciros que os recojo en medio hora para ir hacer las compras— les comunica riéndose.

 

—Sííí...nos tendrás esperándote en la puerta— chillan las chicas y escuchamos como chocan sus palmas.

Menudo peligro tienen estás cuatro juntas, menos mal que no se encuentran Elena y Kate, sino que tiemble la ciudad de los Ángeles.

 

—Justin, de casualidad no estará por ahí mi Jake— inquiere Nessie con voz demasiado dulce, cosa rara.

 

—Aquí estoy amor— responde meloso, antes de que pueda decir nada.

 

—¡Y me puedes decir grandísimo animal porqué demonios no contestas el móvil! ¡Y no me des una excusa barata Jacob Swan!— exclama furiosa Nessie. ¡Se armó, si señor!

 

—Mi vida...yo...cajas...coche...tú— comienza Jake a balbucear incoherencias.

 

—Habla clarito Jake, que si quiero conversar con un tartamudo me hubiera quedado con Taylor, el chico que trabaja en la biblioteca y que es verdadero encanto. Qué por cierto me invitó a cenar, a lo mejor acepto— comenta Nessie como si tal cosa, logrando que el rostro de Jacob pase del rojo al morado y viceversa.

 

—¡Qué estas diciendo!— exclama lleno de rabia ahora Jacob.

 

—Qué necesidad tengo de tener un novio guapo, si no contesta mis llamadas, y cuando por fin lo hace tartamudea— afirma Nessie, y tengo que morderme el dorso de mi mano para no reírme.

 

—Amor en serio, no es que no quisiera coger tu llamada es que no tenía el teléfono conmigo en ese momento, te prometo que no volverá a suceder— se intenta defender Jake.

 

—No sé si te perdone, deberás esforzarte bastante— le informa Nessie fingiendo seguir molesta.

 

—Lo que tú quieras cariño— asegura Jake con un pequeño brillo de ilusión en sus ojos

 

—Déjame pensar, pero desde luego no te será nada fácil— susurra Nessie pensativa.

 

—Jajaja— ríe James fuertemente haciéndole a Jake una mueca de que lo tenían cogido por las pelotas.

 

—¿James?— oh no, a otro que se la van a montar.

 

—Hola mi Vicky— dice dulzón James.

 

—No soy tuya, y para un irresponsable como tú, me llamo Victoria— declara muy enfadada.

 

—Esa es mi mejor amiga, así se hace— grita Katherine entusiasmada, y James pone cara de horror.

 

—Mi corazón, mis cabellos de fuego, mi vida, no te enojes por favor estábamos ayudando a Justin con la mudanza y por eso no podía contestar— argumenta arrepentido James.

 

—James, más te vale que me des una buena razón y te dejes de tontos pretextos— asevera Victoria con voz seria, y todos estallemos en carcajadas al ver a nuestro amigo con cara de pavor.

 

—¿Laurent?—se escucha la voz de Irina—¿Emmett?—oh, esa es Marta—¿Thomas?—se oye a Gianna—¿Kevin?— esa es la voz de Maggie, y todas preguntan a la vez por su chico.

 

—Si amor— dice Laurent pegándose al teléfono de Edward.

 

—Dime cariño— dice Thomas con cautela.

 

—Sí corazón— menciona Kevin, y creo que hasta la voz le tembló.

 

—Hola flaquita— responde Emmett intentando parecer jovial.

 

—¿Alguien podría decirme qué demonios pasa?— inquiere una irritada Irina.

 

—¿A qué te refieres?— pregunta inocente Laurent.

 

—No te hagas el tonto ¿Por qué narices no contestas el móvil? ¿Para que diablos lo quieres si no vas a responder? Más te vale no haber olvidado que tenemos que ir a recoger a mi tía al aeropuerto, no estoy dispuesta a dejar que Tanya le llené la cabeza de mierda contra mí, como lo ha hecho con mis padres— manifiesta —oh esto pinta mal— , Laurent mira su reloj y suspira de alivio.

 

—Chiquita falta una hora y media para que llegue, estaré listo no te preocupes cielo— contesta cariñoso.

 

—Más te vale Laurent, porque sino, te juro que no vuelvo a dirigirte la palabra en mi vida— dice Irina dejando a nuestro amigo más blanco que el papel.

 

—Chiquita no te pongas así, veras que estoy puntual, perdóname ¿sí?— comenta meloso.

 

—Ya veremos, estaré esperándote para ir a buscar a mi tía, si no apareces olvídate de que existo— sentencia Irina dando por terminada la conversación.

 

—Kevin, amor— saluda Maggie.

 

—Hola amorcito— grita Kevin con tono aliviado.

 

—Tienes cuarenta y cinco minutos para venir a buscarme y hablar en persona sobre lo ocurrido— anuncia con voz cortante Maggie y Kevin se tambalea.

 

—Preciosa, debemos...terminar con la mudanza— titubea el pobre Kevin.

 

—Gatito hermoso, amorcito, sólo hay dos opciones o vienes, o te vas mucho a la mierda—suspira—cuarenta y cinco minutos y contando Kevin— añade Maggie.

 

—Chicos, daros prisa hay que terminar rápido— declara Kevin tomando una caja y llevándola fuera.

 

—Nene quita el altavoz, no me apetece seguir escuchando como les echan la bronca— solicita mi niña con voz cansada por las discusiones de las parejas, y se escucha un abucheo de silbidos por parte de los chicos.

 

—Thomas cariño, ¿Podrías decirme para que me pides qué te llame si no me vas a responder?— dice Gianna ahora, luego le tocará a Emmett.

 

—Gin, cariño, veras, los móviles los dejamos aquí para que no sufrieran ningún accidente a causa de algún golpe con las cajas— se defiende Thomas poniendo voz de niño pequeño.

 

—Señorita son ochenta y tres dólares con cincuenta— se oye la voz de algún vendedor a través del teléfono de mi niña.

 

—Gracias, aquí tiene— contesta mi niña y se escucha bastante ruido.

 

—Gracias por su compra señorita, será un placer tenerla de nuevo por aquí— ronronea el muy imbécil del vendedor.

 

—¿Dónde estás mi niña?— pregunto con el tono de voz más tranquilo que puedo; idiota, imbécil, el vendedor, nadie le coquetea a mi princesa.

 

—Comprando los platos y vasos que rompí en mi ataque de nervios ayer amor ¿Por qué?— pregunta mi niña con dolor en su vocecita.

 

—Mi niña no había necesidad de que fueras sola, pude haber ido contigo— menciono con voz dulce, —así podría haberle roto la cara al maldito vendedor, pienso— .

 

—Amor, tienes demasiadas cosas que hacer y esto solo me tomo unos minutos, se donde lo compraron mamá y Carmen— me dice, espero que ya haya salido de la tienda para que el idiota no la siga viendo.

 

—Pero quería acompañarte princesa— declaro como un niño chiquito.

 

—Lo siento amor, también me hubiera encantado que vinieras conmigo— me asegura.

 

—Te puedo asegurar que hubiéramos aprovechado el tiempo amor— digo con voz ronca recordando lo sucedido está tarde.

 

—Mumm, ¿Algunas ideas de cómo hacerlo nene?— ronronea juguetona, y me acomodo dando la espalda a los chicos por si a mi querido amigo le dan ganas de despertar.

 

—Muchas y de lo más entretenidas— manifiesto rápidamente.

 

—Con eso no me dices nada nene, yo hubiera aprovechado a besarte hasta que tus labios estuvieran entumecidos— me susurra mi niña.

 

—Y lo disfrutaría al máximo mientras metería mis manos bajo tu blusa, me encanta sentir tu piel— musito con voz sensual; a esto podemos jugar dos amor.

 

—Mumm...y a mí me encanta sentir tus manos en mi cuerpo, y recorrer con mis manos tu pecho y abdomen, sintiendo como se tensan tus músculos y tu respiración se acelera— ronronea logrando que mi respiración se acelere y que mi amigo comience a despertar.

 

—Es mi delirio que lo hagas amor, y te besaría mi lunar al que tanto extraño— musito logrando que soltara un gemido tan fuerte, que casi temo que los chicos lo escuchen.

 

—Tus labios sobre mi lunar, son fuego liquido en mis venas amor.....estás tan cerca que puedo sentir tu respiración— musita con voz suave volviéndome loco. Ese lunar esta justo en su vientre y amo besarlo.

 

—Y hacerte estremecer cuando mi lengua lo acaricia, es mi perdición— digo mirando de reojo a los chicos, que siguen siendo regañados por sus parejas.

 

—Y tu lengua sobre mi lunar y mi piel es colosal para mí, sólo lo sobre pasa mi lengua recorriendo tu cuerpo, saboreándote— me ronronea, un fuerte suspiro sale de mis labios y los chicos se me quedan mirando, pero Edward llama su atención de nuevo para que escuchen a las chicas —gracias cuñado, pienso—

 

—Tenerte entre mis brazos y fundirnos en un solo es mi nirvana, tú eres mi paraíso personal amor— susurro y escucho un gemido seguido de un suspiro.

 

—Mi lugar favorito es tener mi cabeza recostada sobre tu pecho desnudo, sintiendo tu piel, tu calor, el ritmo de tu corazón, que es el mismo que marca el mío— dice sensual y un suspiro se escapa de nuevo de mis labios, Dios como la amo.

 

—Ya deja de suspirar y vamos a llevar las cosas que me quedan cuarenta minutos y contando— grita Kevin con una caja.

 

—Me tengo que ir amor— le digo bajito para que no me escuchen los chicos.

 

—Yo también nene ¿Nos vemos en la noche?— me pregunta esperanzada.

 

—Claro cenaremos en la fraternidad— aseguro, yo también muero de ganas por verla y tenerla en mis brazos.

 

—¿Y volveremos al apartamento?— me vuelve a preguntar, y mi cuerpo se enciende al pensar en nosotros solos aquí.

 

—Por supuesto mi niña todas las veces que quieras— respondo con sinceridad, haría cualquier cosa por ella.

 

—Pronto nene— promete.

 

—Pronto amor— contesto, sé que es una promesa que en breve cumpliremos.

 

—Te amo, besos— me dice haciéndome sonreír como un tonto.

 

—También te amo, un beso para mi lunar— musito bajito y sonrió al oír su risita nerviosa.

 

—Una cosa más amor—suspira—, necesito dormir entre tus brazos de nuevo nene— dice con voz apagada, aún tiene mucho dolor y haré todo lo que sea necesario para desaparecerlo.

 

—Cuenta con ello Lizzie— le digo porque los chicos están demasiado cerca.

 

—¿No te molesta? Mañana hay clases— cuestiona indecisa.

 

—Es la mejor manera de dormir...— no puedo terminar de hablar porque una garra de oso me quita el auricular.

 

—Lizzie podrías derramar miel con tú, no novio, en otro momento que tenemos una mudanza que hacer y estamos trabajando a contra reloj— le reclama Emmett.

 

—¡Emmett Swan, le devuelves en este instante el teléfono a Justin o les diré a mis padres que me estás molestando!— exclama bastante enfadada mi niña, tanto que las caras de los demás son de alarma.

 

—Hee...lo siento…pequeña...te...lo paso— se disculpa Emmett confundido por el enojo de Lizzie entregándome el teléfono rápidamente, y desparramándose en el sofá todavía shockeado.

 

—Tranquila mi niña, cuándo llegues vamos a dar un paseo y hablamos— aseguro intentando calmarla, sé que la ha dado el bajón y que ahora se le viene encima todo el dolor que liberó con Arizona.

 

—Gracias nene, y pídele perdón al oso por hablarle así. Te necesito, llegare lo antes que pueda, te amo— dice más relajada.

 

—También yo, no tienes idea de cuanto. Diviértete con las chicas, nos vemos más tarde, besos— respondo antes de colgar.

 

—¿Qué sucedió?— me pregunta preocupado Edward.

 

—Sólo que le vino el bajón después de la sesión, pero ya está más tranquila—palmeo la espalda de Edward—. Emmett mi niña dice que siente haberte hablado así, que no estuvo nada bien—le digo a mi amigo que al oír mis palabras le regresa la sonrisa a su rostro y hace un gesto con la mano restándole importancia—. Vamos a terminar chicos, no quiero que se peleen con sus novias, así que andando— añado sonriente.

 

—Nada de eso ahora nos dices que estuviste hablando con mi peke, qué menuda cara de idiota traes— dice James tirando de mi brazo para sentarme en el sofá.

 

—No sé a que se refieren, tengo la misma cara de enamorado de siempre— argumento sonriendo.

 

—Eso es innegable, pero mientras hablabas pegabas sendos suspiros que parecía que se te acababa el aire— dice Laurent levantando una ceja.

 

—Me estáis diciendo que vosotros no suspiráis cuándo habláis con vuestras novias— inquiero sonriendo inocente.

 

—Digamos que te creemos, pero por qué razón nos diste la espalda— habla Jake sonriendo picaramente.

 

—Sencillo, me distraían con sus caras de cachorros regañados y no iba a esperar a que terminaran de hablar con sus novias y tener a Lizzie esperando— declaro evadiendo el tema.

 

—Bien, ahora acláranos porque hablabas tan bajito, parecía que no querías que escucháramos— insiste Emmett cruzándose de brazos como una mala película policíaca.

 

—Sólo estaba hablando con Lizzie, además, estabais hablando con vuestras novias y no me interesaba saber como los reñían y observar como casi se esconden bajo el sofá— respondo intentando parecer creíble.

 

—Mierda Justin, te estás haciendo el tonto, dinos que te dijo mi brujita— me dice Edward, menos mal que es él que me apoya.

 

—Ed, enserio sólo me contó que estaba comprando los vasos y platos que quebró anoche, y que nos veríamos para cenar en la fraternidad— comento y me mira escéptico como diciendo ¿Te creo?

 

—Sólo para decirte eso tardo tanto tiempo. Ja, no me hagas reír— se burla Kevin.

 

—Bueno, también tuve que esperar mientras pagaba y escuchaba como el idiota del cajero le coqueteaba— declaro apretando los puños.

 

—Pobre chico, si hubieras estado allí le partes la crisma— bromea Thomas.

 

—Pues yo lo hubiera hecho, nadie tiene permiso de coquetear con la pequeña Lizzie— dice Emmett tronando sus dedos, parece boxeador dispuesto asestar su primer golpe.

 

—¿Qué dices?— pregunto aparentando enfado.

 

—Solo tú mi querido mariscal, entradas para los partidos Crawford— alega Emmett haciéndonos explotar en carcajadas.

 

—Para ya lamebotas, mejor vamos a dejar las cajas que se nos hizo tardísimo— manifiesta riendo Kevin palmeando la espalda de Emmett.

 

—Uff, este si que está atado en corto— se burla Laurent simulando que lo cuelgan de una soga.

 

—Los demás también escuchamos algo, sobre una tía, un aeropuerto y algo de que si no apareces te olvidas de cierta persona— comenta riendo Thomas.

 

—Muevan sus traseros chicos, que tardan más que las chicas cuando se arreglan, vamos a llevar las cosas— dice Laurent levantándose rápidamente ante nuestras risas.

 

La gran mayoría de mis cosas ya se encontraban en los coches y por el resto vendría poco a poco, nos distribuimos en los coches para marcharnos y los chicos silbaron y se rieron cuando Edward se subió conmigo en mi coche. Apenas había avanzado unos metros cuando soltó la bomba.

 

—¿Qué hicieron mi hermana y tú mientras llegábamos?— pregunta con una traviesa sonrisa.

 

—Empacar, no viste todo lo que avanzamos— respondo rápidamente.

 

—¿Y qué hiciste en tu hora libre? ¿Te viniste a dormir?— indaga sonriendo pícaro. Mierda el sabía de mi hora libre, es lo malo de estar en el mismo edificio.

 

—Me vine a recoger pero apenas me dio tiempo, ya que antes tuve que ir a por las cajas— alego encogiéndome de hombros y sonriendo de manera inocente.

 

—Ok, pero por qué estaba la ropa de mi hermana en el cesto de lavar, tanto sudo qué se tuvo que duchar— inquiere sin dejar de sonreír levantando una ceja. Mierda, se notaba que era hermano de mi niña, no se le escapa una.

 

—Sí, sudó bastante, como has visto el aire acondicionado no funciona, vienen arreglarlo el miércoles — contesto, no sé de donde me salen respuestas tan rápido.

 

—Supongo que se duchó sola verdad, porque tu también estabas recién duchado, claro que también sudaste embalando— comenta como si nada antes de soltarse a reír.

 

—Por supuesto que me duché, pero después de Lizzie, mientras se arreglaba y se secaba el cabello— menciono y me estremezco al recordar nuestra ducha juntos.

 

—¿Y ese gesto por qué fue?— cuestiona, mierda se dio cuenta.

 

—Imagínate mucho, muchísimo tiempo sin nada de nada con Bella, y entras al baño a ducharte y todo huele a ella—asiente con una sonrisa—. Exacto eso me pasa— confirmo y ambos reímos.

 

—Digamos que te creo cuñado—ríe—. Quiero darte las gracias por traer de nuevo a mi brujita, extrañaba verla sonreír llena de felicidad, y poder observar de nuevo ese brillo tan profundo en sus ojos— dice sonriendo emocionado.

 

—Por Lizzie hago todo lo posible y lucho por lo imposible, Edward— afirmo con el corazón en la mano.

 

—Mira, mi brujita hasta lo poeta te sacó— bromea.

 

—El amor amigo, el amor— menciono suspirando antes de estacionar el coche.

 

—Si estás así ahora “que no tienen nada”—hace comillas como dándome a entender que sabe lo que ocurre—, no me quiero imaginar que pasará cuando oficialmente estén juntos— se burla.

 

—Está bien, no digas nada, pero pronto seremos cuñados en toda la extensión de la palabra— declaro sonriendo y él me devuelve la sonrisa sabiendo a que me refiero.

 

—Te pego duro ¿eh?— dice antes de bajar del coche.

 

—Tan duro como a ti— contraataco riendo mientras salgo del coche.

 

—Mierda, esta par de pornográficos andan discutiendo de quién lo tiene más duro— dice Laurent tapándose los oídos.

 

—Sabes que para todo hombre es importante lo duro que esta, entre más duro y marcado mejor— declara Edward guiñándome el ojo para que le siga el juego.

 

—Cierto Ed, porque si está flácido y colgando, no se acercan ni las moscas— le sigo el juego, y el pobre de James se atraganta con la cerveza que está bebiendo.

 

—Iros a la mierda chicos, a mí no me interesa lo duro que lo tengan o no, eso es algo privado de cada uno— dice James en medio de la tos.

 

—No tiene nada malo, a las chicas les encanta acariciarlo y sentir lo duro que se pone— asegura Edward.

 

—Y como vibra con sus caricias, se vuelven locas— agrego sonriendo.

 

—En serio, son unos malditos pervertidos— nos regaña Emmett.

 

—¿Por qué si es lo más natural del mundo?ambos reímos—A todas las mujeres les gusta duro y marcado— manifiesta a la defensiva Edward cruzándose de brazos.

 

—A mí no me interesa en absoluto como mi hermanita y tú eso…— declara Emmett tapándose los oídos mientras grita “lalala”.

 

—No tiene nada de malo que mi novia me lo acaricie cuando quiera y donde quiera— habla sonriente Edward.

 

—Ya te hemos dicho que no queremos saber, además, espero que no lo haga frente a mí— dice estremeciéndose Jacob.

 

—Ya lo ha hecho muchas veces— comenta Edward encogiéndose de hombros.

 

—Noooooo— chillan los hermanos Swan tapándose los oídos de nuevo.

 

—Sí, siempre que tiene oportunidad me lo toca— sigue hablando Edward.

 

—Sigue pitorreándote de nosotros Edward, pero cuando Lizzie se lo haga a Justin, no creo que te haga la menor gracia— le regaña Jake.

 

—No me molestaría en absoluto, de hecho ya la he visto hacérselo a Justin varias veces— declara Edward sonriendo tranquilamente.

 

—No sigas Edward, no quiero oír las intimidades de mi peke— suplica James apoyándose en el coche, parece que está apunto de desmayarse.

 

—Justin ¿A qué Lizzie te lo ha hecho muchas veces?— me pregunta divertido Thomas entrando en el juego, y todos menos Edward le miran con cara de espanto.

 

—Sí bastantes, le gusta mucho acariciarlo— contesto sonriendo a Edward y a Thomas.

 

—En serio chicos, jamás pensé escuchar una charla tan pervertida— nos recrimina Kevin negando con la cabeza.

 

—¿Pervertida? No tiene nada de pervertido decir que a las chicas les gusta el abdomen duro y marcado, y que los flojos y flácidos no son de su agrado— argumenta Edward cruzándose de brazos.

 

—Y qué además, a las chicas les encanta acariciarnos el abdomen, o van a decir que sus chicas nunca lo han hecho— digo partiéndome de risa, junto con Thomas y Edward, por las caras que tienen los chicos.

 

—¿Hablaban de abdómenes?— pregunta Emmett suspirando de alivio.

 

—Por supuesto de qué más podía ser— contesta inocente Thomas.

 

—¿Y mi hermanita no te acaricia eso frente a nosotros verdad?— cuestiona inseguro Jake.

 

—Me acaricia el abdomen cada vez que tiene oportunidad— responde Edward inocente.

 

—Mierda chicos, casi me provocan un infarto— dice James tomándose el resto de su cerveza de un trago.

 

—En serio chicos me tenían muy asustado— declara Emmett cogiendo la cerveza de Jake y bebiéndosela de un trago.

 

—Esa es la mi idiota, la tuya es la del otro lado— le regaña Jake.

 

—Ya lo sé, pero está vacía— explica el oso encogiéndose de hombros.

 

—Chicos, estoy pensando seriamente en que no sería nada bueno que Edward y Justin tengan los cuartos tan cerca, sus mentes son demasiado maquiavélicas como para que estén juntos— comenta Laurent a lo que el resto asiente.

 

—A mí me da igual dónde se quede—menciona Edward sonriendo malicioso—, aunque si mamá por casualidad se entera de que vosotros por envidia, no dejaron que Justin se quedara en el cuarto frente al mío....— deja las palabras en el aire.

 

—Siempre hemos dicho que esa es la mejor habitación para Justin— afirma rápidamente Thomas y todos lo secundan.

 

—Vamos que hay que subir las cosas, y me quedan veinte minutos— nos apremia Kevin mirando su reloj.

 

En fila india comenzamos a subir mis cosas a la que a partir de hoy sería mi nueva habitación, en cuanto entramos las últimas cajas, Kevin salió disparado a su cuarto y no pasaron ni diez minutos cuando salió duchado y vestido para ir a por Maggie.

 

—Nos vemos más tarde chicos— se despide de nosotros con un grito antes salir velozmente por la puerta.

 

Nos sentamos en los taburetes de la cocina para poder tomarnos una cerveza tranquilamente mientras charlamos de trivialidades, no pasaron ni diez minutos cuando el timbre de la puerta de sonó.

 

—Justin como nuevo integrante te toca ir abrir la puerta— manifiesta riendo Jacob.

 

—Mira que eres vago Jake, hermano de Emmett tenías que ser— comenta divertido Thomas y todos reímos, luego me dirijo a la puerta donde hay un mensajero esperando.

 

—Entrega especial para Edward Masen, Thomas Hawkings y Justin Crawford, de parte de la Señora Elizabeth Masen— informa cordialmente.

 

—Soy Justin Crawford— respondo, y me mira escéptico así que le muestro mi identificación.

 

—Tenga, la Señora me comentó que lo pusieran a fuego lento, que Edward sabe que debe hacer— me anuncia entregándome varias bolsas.

 

—Muchas gracias, aquí tiene— digo dándole una propina, la cual agradece sonriendo antes de montarse en su coche y marcharse.

 

—Mirar lo que nos mando Elizabeth— anuncio a los chicos entrando a la cocina y rápidamente todos se acercan.

 

—Hey, tranquilos— dice Edward haciéndoles parar en seco mientras que Thomas y él me ayudan con las bolsas para colocarlas en la encimera.

 

—Jo, pero es para todos— se queja Emmett cruzándose de brazos.

 

—El mensajero especificó que era una entrega para Edward Masen, Thomas Hawkings y Justin Crawford— comento entusiasmado de que Elizabeth nos haya preparado la cena.

 

—No me lo creo— me responde Jake enfurruñado.

 

—Es la pura verdad, si no me crees llama a Elizabeth— contesto sonriendo.

 

—Seguro que es cierto, mamá Eli nunca mandaría la comida a vuestro nombre, dado que os la zamparais antes de que estuviéramos todos— declara gracioso James, logrando que las risas resonaran en la cocina ante el berrinche de Jake y Emmett.

 

—¿Y todos estos platos sucios?— pregunta Edward.

 

—Son de la merienda que nos hicimos antes de ir donde Justin, y no nos dio tiempo a recogerlos— comenta de lo más tranquilo Emmett.

 

—Pues si queréis cenar, debéis lavar los platos y recoger la cocina—aclara Edward—. Menudo ejemplo dais al resto de los chicos de la hermandad— niega con la cabeza mientras abre las bolsas.

 

—Si sólo son unos pocos platos y unos vasos, tan poco es para que te pongas así— dice Jacob.

 

—¿Quiénes fueron los que merendaron?— pregunta Edward poniéndose en plan líder, y los chicos señalan a los hermanos Swan.

 

—Perfecto, Jake y Emmett, ya estáis tardando en limpiar—les ordena Edward con voz de mando.—¿Jacob en qué momento merendaste, si estuvimos con las chicas hasta qué nos vimos a cambiar?— inquiere con curiosidad.

 

—Luego de cambiarme mientras esperábamos al resto— declara encogiéndose de hombros.

 

—Pero podemos recogerlo todo después de cenar— protesta Emmett.

 

—Tenéis dos opciones, recogerlo todo ahora y así poder cenar, o no recogerlo y no probar la cena, vosotros decidís— sentencia Edward sacando una nota que hay en una de las bolsas.

 

—Agg, eres insufrible cuando te pones en plan líder— gruñe Emmett levantándose para comenzar con su trabajo al igual que Jacob.

 

—Chicos me voy a arreglar que tengo que ir a buscar a Irina para marcharnos al aeropuerto, luego nos vemos— se despide Laurent antes de irse a su habitación a prepararse.

 

—Yo también os abandono, debo acicalarme para ir a buscar a mi chica cabellos de fuego, no es bueno que este mucho tiempo con Katherine— menciona James antes de levantarse y dirigirse escaleras arriba mientras que los demás nos reímos.

 

—Bueno veamos que nos dice mi mamá en la nota— declara Edward antes de comenzar a leer en voz alta.

 

Mis queridos niños, espero que les agrade la cena, es lasagna de la abuela Masen, que tanto le gusta a mi bebé, acompañada por la ensalada de pollo, almendras, queso y manzana, que le encanta a mi nenita, sin olvidarnos de la crema de hongos que adora Justin, y para terminar el postre favorito de mi Tommy, la tarta de tres de chocolates que tanto ama. Por favor pon todo como te enseñe bebé y por lo que más quieran no permitan que Jake y Emmett, se acerquen a la comida por que si no se la devoran, la queman, y tampoco dejen a James o Laurent, que son capaces de llenarlo de sal, son muy exagerados, el único que tiene permitido echarles una mano es Kevin. De beber les mande dos botellitas de vino de la reserva de mi Tony, no se asusten, no se las robé, él se las manda para que disfruten de la cena, saluden a la niñas de nuestra parte.

P.D: Los encargados y guardianes de la cena son Edward, Thomas y Justin, con la ayuda de Kevin, el resto tiene prohibido acercarse. Besos de Elizabeth y Anthony.”

 

—Ya escucharon la cena está a nuestro cargo— se burla Edward mirando a los hermanos Swan.

 

—Mierda chicos, no os importa encargaros vosotros, quedé en pasar por Gianna en veinte minutos y todavía tengo que ducharme— nos pide Thomas poniendo un gracioso puchero.

 

—Vete tranquilo, nosotros nos hacemos cargo— afirmo sonriéndole y él me devuelve la sonrisa con un gracias antes de salir de la cocina, dejándonos a Edward y a mí con los hermanos Swan.

 

—Saca la ensaladera Justin, por favor— dice Edward sobresaltándome.

 

—Voy—menciono abriendo los armarios y cajones—. Mierda Edward aquí no hay ninguna ensaladera— bufo.

 

—Amigo, están en el único armario que no has abierto, de verdad que mi hermanita te pego duro— declara riendo.

 

—Es algo que no te puedo negar— contesto uniéndome a sus risas.

 

—Vamos hay que apurarse para que cuando lleguen las chicas este todo listo, uff estoy todo sudado— dice Edward olfateándose.

 

—Hagamos una cosa, vete a duchar me quedo yo cuidando la comida, y cuando regreses me toca a mí— comento rápidamente.

 

—Es una gran idea amigo, no tardo— me responde Edward palmeando mi espalda y saliendo disparado de la cocina.

 

—No, no, no y no— grita Emmett

 

—Sí, sí, sí y sí— le chilla de vuelta Jake.

 

—Es que no me gusta fregar prefiero secar— se queja Emmett como niño pequeño.

 

Eso no te pasaría, si no ensuciaras tanto— le recrimina Jake.

 

—Mira como apestamos, no quiero oler así cuando llegue Marta, o tú quieres apestar a sudor cuándo llegue Nessie— le reta Emmett levantando una ceja.

 

—Por supuesto que no, pero tampoco quiero que vean la cocina hecha una guarreria— se defiende Jake, es demasiado cómico verles interactuar.

 

—Chicos por qué no van a ducharse y luego terminan de limpiar— declaro dándoles una solución a su problema.

 

—Sí, pero cuando regresemos nos mojaremos— protesta Emmett.

 

—Para eso están los delantales y en el cajón vi varios— les aseguro.

Después de pensarlo un poco asienten y salen corriendo de la cocina gritando un gracias Justin.

 

Comienzo a sacar la comida de las bolsas para colocarla en las bandejas que Edward dejó preparadas, justo cuando estoy sacando la ensalada para colocarla, llega Edward recién duchado y cambiado.

 

—Me he quedado nuevo, anda ve a ducharte que sigo yo— me dice sonriendo y subo directamente a mi cuarto.

 

Voy a una de mis maletas de la cual saco mi ropa interior, un pantalón de deporte azul oscuro junto con una camiseta azul claro y una sudadera gris y me dirijo rápidamente al baño, dónde me ducho lo más rápido posible. Una vez seco y vestido bajo de nuevo a la cocina a reunirme con los chicos pero al entrar veo que sigue solo Edward con un delantal puesto preparando la lasagna.

 

—En que te ayudo— digo acercándome.

 

—Toma un delantal del cajón y ve poniéndole la salsa rosa a la ensalada— habla sonriente, y no tardo nada en ponerme a ello.

 

—Mira hermano, que par de mandilones tenemos en la cocina— se burla Emmett riendo mientras saca un par de delantales para ellos.

 

—Mejor dirás ¿No crees?— corrige Edward señalando sus delantales, y entonces me percato de que tienen frases; en el de Emmett está escrito “sexy chef, se come la comida, el chef no está en el menú” entonces me fijo en el de Edward que dice “Peligro hombre sexy cocinando” luego miro el de Jake que pone “bombón a la carta” y al ver el mío, ya no puedo aguantarme la risa “Papacito en la cocina”.

 

—¿De qué te ríes?— me pregunta con curiosidad Edward.

 

—De los delantales, son de lo más graciosos— contesto aún riendo.

 

—El que llevas puesto es el de Kevin, ya mi mamá te comprará el tuyo, dice que todo hombre que vive solo debe tener su propio delantal con su sello personal— me explica riendo.

 

De pronto escuchamos a Emmett cantando mientras movía las caderas de forma sensual, mejor dicho divertido; tomó a su hermano de la cintura moviéndole de derecha a izquierda mientras que siguió cantando y haciendo poses de modelo; jaló a Edward y le dio una cuchara de palo para que se uniese a cantar con él y aunque titubeó un poco al final terminando cantando mientras que Jacob bailaba haciendo una graciosa coreografía, no podía parar de reír hasta que Edward me dio otra cuchara haciendo que me uniese al concierto mientras terminábamos con nuestras tareas. Una vez pusimos la mesa y nos desprendimos de los delantales seguimos con nuestro pequeño concierto en el salón; dónde brincamos y bailamos como niños por los sofás para finalizar la canción con Emmett mostrando sus músculos, Jake moviendo las caderas al estilo brasileño y Edward y yo cantando a pleno pulmón;, nos dejamos caer en los sofás muertos de risa cuando escuchamos el timbre y seguido un pequeño ladrido al abrirse la puerta.

 

—Llegamos— gritan a la vez Marta, Bella, Nessie y la más hermosa de todas, mi amor, mi niña, mi Lizzie.

 

Una vez dejaron varias cosas que traían en el suelo se acercaron a saludarnos, rápidamente mi niña se lanza a mis brazos, los cuales la reciben de lo más complacido.

 

—Te extrañe mi niña— menciono abrazándola fuerte antes de besar su frente.

 

—Yo más nene, no lo dudes. Ah he comprado un regalo para el perrito de Emmett de parte de los dos, no he podido resistirme— susurra riéndose traviesa antes de que Nessie la atrape llevándosela para colocarse al frente como niñas de preescolar cuando representan un musical.

 

—Tomen asiento por favor— dice Nessie interpretando su papel.

 

—Cómo recordaran, ayer nos enteramos de una gran tragedia— menciona mi niña.

 

—Fue de lo más doloroso para nosotros saberlo— sigue hablando Bella limpiándose una lágrima imaginaria.

 

—Por esa razón decidimos solucionarlo de la mejor manera— declara Marta.

 

—Nuestro querido oso, a pesar de ser un tonto a veces, no tiene perro que le ladre— dice simulando sollozar Lizzie.

 

—Y gracias al patrocinio de sus mejores amigos y familia, hemos solucionado el problema— menciona Bella, y las cuatro hacen un sonido de redobles de tambores.

 

—Para Emmett con todo nuestro amor, ahora tendrás un perrito que te ladre— declara Nessie dando el toque final y sacando de sus espaldas un pequeño cachorrito blanco, que al vernos se esconde entre sus brazos.

 

—¿Es para mí? ¿De verdad?— pregunta Emmett con los ojos brillantes de emoción.

 

—Claro, sólo falta que le pongas el nombre— le responde Marta sonriéndole.

 

—Wow gracias, es muy lindo— coge al cachorrito y lo abraza. Es una escena de lo más tierna, así que saco mi móvil y tomo una foto para inmortalizar el momento.

 

—Chicos tomen asiento que este pequeño no viene solo— nos anuncia sonriendo mi niña en plan presentadora de televisión.

 

—Primero nuestra modelo sexy Nessie, nos trae un hermoso arnés de color azul añil acompañado de una cadena del mismo color que es extensible; dando libertad al perrito de moverse con cierta distancia— Nessie nos modela haciendo posturas de lo más divertidas como si estuviera paseando a un perro.

 

—Seguimos con nuestra modelo hermosa estrella Bella, que nos trae un precioso collar para el cuello de Bob Esponja con un chapa identificación que ya tiene inscritos el nombre del dueño, su dirección y teléfono, en caso de extravió del perrito. Cómo ven nuestra modelo también nos muestra la cartilla del perrito donde podemos encontrar que está vacunado y que cuenta con chip— Bella modela como toda una profesional y Edward no para de babear como loco observándola.

 

—Ahora nuestra modelo delicius Marta, nos presenta está hermosa bañera acompañada con todos los productos necesarios, champú, peine, sus toallas y por supuesto su loción especial de Hugo Boss, para que las perritas caigan rendidas a sus pies— Marta modela enseñando cada cosa con una sonrisa y Emmett la mira con una sonrisa tonta en la cara, se le nota a leguas lo que le gusta está chica.

 

—Y para finalizar nuestras modelos sexy Nessie, hermosa estrella Bella y delicius Marta, nos modelan con una camita en forma de coche con su mantita, dónde el perrito pueda descansar cómodamente y calentito, también sus hermosos comedero y bebedor de piolin y silvestre, y unos juguetitos para que nuestro pequeño disfrute entretenido, una pelota para que pueda correr, un huesito para que pueda morder y varias cositas más— finaliza mi niña divertida la presentación al mismo tiempo que el cachorro ladra moviendo la cola y lamiendo la cara de Emmett a cada instante; al parecer le gustaron las cosas que le compraron. Todos rompemos en aplausos y las chicas hacen una reverencia mientras se ríen.

 

—Gracias chicas, esto es genial— dice Emmett de lo más conmovido.

 

Una vez mi niña entra de nuevo al salón, trae en sus manos un pequeño regalo, luego de colocarse a mi lado recostándose en mi cuerpo, el cual de inmediato rodeo con mis brazos, llama la atención de Emmett consiguiendo que todos enfoquen su mirada en nosotros.

 

—Oso, este es un regalo de parte de Justin y mía—sonríe mi niña entregándole el paquete ante la cara de asombro de los demás, así que me imagino que lo ha comprado antes de reunirse con las chicas—. Es para que lo luzca en los partidos— habla mi amor dedicándole una preciosa sonrisa, rápidamente Emmett abre el paquete de donde saca una hermosa camiseta con el logo de nuestro equipo los Bruins para el perrito; mi niña me guiña un ojo, es una mujer maravillosa es imposible no amarla.

 

—Wow chicos, mil gracias, es fantástica—ríe—. Mira pequeño ahora iremos a juego a los partidos— declara Emmett acariciando la cabeza del cachorro mientras que le enseña la camiseta, y el perrito ladra contento lamiendo su cara.

 

—Ahora guardemos las pertenencias de está preciosura, para poder estar más cómodos cuando lleguen los demás— dice mi niña cogiendo las cosas, las cuales rápidamente le quito de sus manos.

 

—Tranquila, te ayudo— le digo y me sonríe ampliamente.

 

—Gracias, eres un encanto— menciona con una hermosa sonrisa, y nos encaminamos hacia el dormitorio de Emmett, que parece de todo menos una habitación de lo desordenada que está; es imposible dejar las cosas en algún sitio, así que las dejamos sobre el sofá.

 

—Me ayudas a recoger esto un poco, para poder colocar bien las cosas del perro— me susurra mi niña con un puchero, y no me resisto la abrazo y deposito un beso en su cuello para luego asentir, y seguido nos pusimos a ordenar un poco para hacer espacio y colocar las cosas.

 

—Listo nene— dice mi niña rodeándome con sus brazos y escondiendo su carita en mi pecho.

 

—¿A esto se debía el que ordenáramos tan rápido?— cuestiono con una picara sonrisa al mismo tiempo que la rodeo con mis brazos.

 

—Sí—asiente juguetona—, ahora ¿Ya te puedo besar?— pregunta sonriente, y le respondo con acciones juntando nuestros labios en dulce y lento beso, parece que fue hace una eternidad que saboreé sus labios.

 

El beso se vuelve más pasional y entregado nuestras lenguas danzan juntas explorando cada rincón de nuestras bocas al mismo tiempo que nuestros cuerpos se pegan sin dejar el más mínimo espacio, queriéndonos fundir en uno solo, no nos separamos hasta que la necesidad del aire es obligatoria pero mantenemos nuestras frentes juntas.

 

—Te amo— susurro al recobrar el aliento mirando sus hermosos ojos.

 

—Te amo más— declara mi niña con una preciosa sonrisa en sus labios.

 

—Eso es imposible amor— le digo aparentando estar ofendido.

 

—Será mejor que lo dejemos en empate, porque no quiero perder el tiempo discutiendo cuando puedo aprovecharlo besándote— susurra lo último sobre mis labios uniéndolos en un beso desesperado, que demuestra lo mucho que nos hemos extrañado.

 

Mi niña, es mi aire, mi vida entera y amo sentirla, su sabor es el más delicioso manjar que jamás haya existido; me empuja hasta que me siento en el sofá e inmediatamente se coloca ahorcajadas sobre mí, sin separar en ningún momento nuestros labios, luego de muchos y ardientes besos mi cabeza tuvo un pequeño flash “los chicos”.

 

—Amor, los chicos deben estar esperándonos— susurro con desgana.

 

—Sólo un beso más— dice atrapando mis labios de nuevo hasta que la falta de aire nos hace separarnos.

 

—Desearía mil más amor, pero si no quieres que los chicos descubran nuestro secreto todavía...— digo titubeando acariciando su mejilla.

 

—Todavía no amor, quiero que podamos disfrutar de nosotros sin que nadie nos moleste y sin que nos sometan a un interrogatorio, sabes de sobra como son nuestros amigos— menciona poniéndome ojitos a los que me es imposible negarme.

 

—Cómo quieras amor— declaro levantándome con mi niña aún con sus piernas enredadas en mis caderas, me va a matar.

 

—Amor— la reprendo.

 

—Dime nene— murmura inocente moviéndose y creando una deliciosa fricción entre nuestros cuerpos.

 

—Mi vida, si sigues así, no me importa nada que los chicos estén abajo y que este sea el cuarto de Emmett, porque te haré el amor— sentencio serio.

 

—Muy pronto nene, te lo prometo— susurra dándome un casto beso antes de bajarse para colocar rápidamente bien la colcha del sofá, que gracias a Dios fue tiempo suficiente para que mi amigo se volviera a dormir.

 

—Vamos nene— musita mi niña abrazándome por la espalda.

 

Entonces escuchamos unos gritos, me inclino lo justo para que mi niña trepe a mi espalda y riéndonos como niños bajamos las escaleras encontrándonos a todos en el salón, los gritos resultaron ser de las chicas, que estaban como locas haciéndole caricias al perrito.

 

—Chicas se lucieron al elegir está preciosidad— alaba Victoria.

 

—Es tan tierno que te dan ganas de hacerle mimos todo el tiempo— dice Gianna acariciando su cabecita.

 

—Además, de ser una monada, es muy cariñoso-— añade Irina que es abrazada por Laurent.

 

—Parece un peluche, es como una bolita de nieve— agrega enternecida Maggie rascando la tripita del perrito.

 

—Hey vosotros, que son esas risitas que se traen, ¿eh?— inquiere James. Mierda no había podido ser otro el que pusiera atención en nosotros, todavía tengo a mi niña subida a mi espalda.

 

—Es que el cuarto de Emmett parecía un cuarto de batalla y no hallábamos un lugar libre para colocar las cosas del cachorro, tuvimos que recoger los boxer de piolin que tenía tirados por el suelo y...— explica mi niña y Emmett se levanta velozmente del sofá.

 

—¿Qué estaban husmeando en mi ropa?— nos pregunta regañándonos.

 

—Fisgonearíamos si estuviera ordenada, sin embargo tus boxers parecían alfombra regados por el suelo— le reprende mi amor y el oso muy maduramente le saca la lengua, y para rematar el cachorro lo imita haciéndonos reír a todos.

 

—Eso no se divulga Lizzie— alega Emmett haciendo un puchero y el cachorro lloriquea.

 

—Y los boxers no se tiran al suelo oso— contraataca Lizzie sacándole la lengua y el perrito le devuelve la acción haciéndonos reír.

 

De repente se quedan todos callados y observándonos, mi niña que aún se encuentra a mi espalda está ajena a lo que ocurre en la sala por que está de lo más entretenida sacándole la lengua al cachorro. Edward sonríe lleno de alegría al ver a su hermanita reír por las gracias del perrito y me levanta los pulgares en aprobación y cómo se percata de que el resto nos mira sin decir nada, decide iniciar una conversación.

 

—Chicos, ¿llamaremos cachorro a la bola de pelo o le vamos a decir perrito?— cuestiona Edward al que sonrío con agradecimiento al desviar la atención de nosotros.

 

—Había pensado en llamarlo shushi— dice Emmett.

 

—Ese no es nombre para un perro— le riñe Jake.

 

—Bueno pues entonces surimi, se oye tierno— asegura sonriendo el oso.

 

—Estás loco va a salir corriendo cuando pidamos comida china, va a creer que lo pedimos a el para la ensalada— comenta Kevin riendo.

 

—¡Ya lo tengo le pondremos galletita, es de lo más tierno!— exclama emocionado Emmett, que sigue con nombres de comida.

 

—Claro, así te lo podrás comer con el café— le recrimina Laurent.

 

—¿Qué os parece Bombón?— pregunta Emmett derrotado.

 

—Para que puedas regalarlo por San Valentin— se burla James.

 

—Joder, ninguno os gusta— protesta enfurruñado el oso y el perrito gruñe.

 

—Es que sólo eliges puros nombres de comida oso, no piensas en otra cosa— le regaña Bella haciéndonos reír a todos.

 

—Entonces le llamaremos Bob como Bob esponja—declara risueño pero el cachorro gruñe.—¿No te gusta Bob?—le pregunta al perrito, que vuelve a gruñir—. Tú también vas a empezar a quejarte— gruñe Emmett y el perrito le lame la cara haciéndole sonreír.

 

—Tengo uno, podemos llamarle copito o niebla— anuncia Jacob con entusiasmo como si hubiese realizado un gran descubrimiento.

 

—No me gusta, me recuerda a los dibujos de Heidi y Marco, siempre los aborrecí— explica Emmett negando con la cabeza.

 

—¿Qué te parece motita?— pregunta sonriendo Laurent.

 

—No jodas, ese nombre es de niña, lo harás gay— dice Kevin y todos rompemos en carcajadas.

 

—Pues pónganle ratita y se acabó la discusión— manifiesta hastiado pero sonriente James.

 

—Mierda no, ese nombre no es para mi chico— dice Emmett y el perrito lame su cara en agradecimiento.

 

—Por qué no le pones Kellan— inquiere Bella haciéndole un guiño como si fuera un secreto entre ellos.

 

—¡Estas loca! ¿Por qué le pondría el nombre de mi peor enemigo?— cuestiona Emmett enfurruñado.

 

—Tú siempre decías que Kellan era un perro, y este, es un perro— le aclara Bella logrando que la sala rompa en risas de nuevo.

 

—No, no, no, él era un maldito, perro malo, y este, es un perrito muy bueno—acaricia la cabecita del cachorro—. Es mi pequeño osito pooh, que cuidara de papá oso y papá oso cuidara de él— habla Emmett con ternura al cachorro.

 

—Ese nombre me gusta— afirma mi niña que todavía sigue en mi espalda.

 

—¿Perdón? ¿Qué nombre dices?— pregunta intrigado Emmett y siendo sinceros todos estamos igual.

 

—Qué lo llames Pooh, es blanco, tierno, suave, que dan ganas de acariciarlo todo el rato como a un peluche, es un osito como Winnie Pooh, y a ti te encanta— explica mi niña entusiasmada sobre mi espalda.

 

—Sí, y le podemos decir potito— bromea Jacob pero en cambio Emmett tiene una sonrisa de oreja a oreja en su cara.

 

—Ni lo sueñes a mi osito Pooh, nadie le cambiará el nombre o se las verá conmigo— defiende amenazante Emmett.

 

—Es muy raro llamar a un perro así ¿no?— comenta Victoria.

 

—Y quién te dice que siendo Emmett va a tener un nombre común— contesta entre risas Nessie.

 

—En eso tienes razón, y de shushi o galletita, hay una gran distancia— dice Maggie también riéndose.

 

—A mí me parece bien, será el pequeño osito Pooh de Emmett, ambos son como niños— declara con una sonrisa burlona Edward.

 

—Me gusta es un nombre cortito y al perro se le quedará enseguida— dice Irina sonriendo.

 

—Ese será entonces—sonríe.—¿Te gusta Pooh pequeño?— pregunta Emmett al cachorrito, el cual lame su cara moviendo el rabito.

 

—Solucionado ya tienes nombre pequeño— dice Gianna acariciando la cabecita de Pooh.

 

—Bien, ahora vamos a cenar—anuncia Emmett y el perrito ladra en aprobación—. Ven, Pooh también tiene hambre— declara haciendo que la habitación se llene de risas.

 

—Hay que traer la comida de Pooh que está en mi coche, y de paso la vajilla y los vasos que he comprado—declara mi niña, pero ninguno de los chicos hace la mínima intención de moverse—. Justin me acompañas ya que estos no tienen intención de ayudarme— me pide con voz de niña chiquita y asiento con la cabeza caminando hacia la puerta.

 

—Hey mono araña, no piensas bajarte de la espalda de Justin— la regañaen plan de broma James.

 

—¿Te molesta?—le pregunta Lizzie y James niega—. Mientras Justin no se queje, estoy la mar de a gusto aquí—recuesta su cabeza en mi espalda—. Vamonos— me susurra en el oído haciéndome cosquillas.

 

—Ya dejen de buscar pretextos para estar solos— se burla Laurent.

 

—Ve tú a por la vajilla, los vasos y la caja con la comida de Pooh, y por favor no rompas nada—manifiesta mi niña y rápidamente Laurent niega con la cabeza—. Entonces no digas nada, se lo pido a Justin porqué sé, que no me pondrá pretextos para hacerlo, no como vosotros que sois unos vagos— les riñe mi niña dejándolos a todos con la boca abierta mientras que las chicas se parten de la risa.

Por fin salimos de allí y en cuanto cerramos la puerta tras nuestro, mi niña se baja de mi espalda y me besa la comisura de mis labios.

 

—Gracias amor, te amo— susurra en mi oído antes de ir hasta el coche y abrir el maletero.

 

—Cualquier cosa por ti mi niña— le digo acomodando la caja de comida y la vajilla para hacerlo en un solo viaje, mientras mi niña lleva la caja de los vasos que es lo que menos pesa.

 

Mi niña se apresura abrir la puerta de la casa, y caminamos directos a la cocina sin prestar atención a lo que los chicos nos dicen, al entrar se me balancearon las cosas, sin embargo logro equilibrarlas y ponerlas sobre la encimera. Mi niña se ríe fuerte al ver la cara de susto que pongo al pensar que ahora sería yo, el que rompa la vajilla.

 

—Tu cara era de fotografía— dice riéndose mi niña.

 

—Creo que merezco un besito por el susto— menciono con un puchero.

 

—Mereces mil amor—susurra de regreso uniendo nuestros labios en un tierno pero apasionado beso—. Te amo— musita sobre mis labios antes de separarnos.

 

Estábamos colocando las cosas y poniendo la comida y el agua para Pooh cuando escuchamos decir mi nombre, y como un par de cotillas nos acercamos sonriendo a la puerta para saber de que hablan.

 

—Tiene razón James, desde que Justin está cerca de Lizzie de nuevo, se la nota mucho más feliz— comenta Kevin.

 

—Y qué me dicen de las sonrisas que tenían cuándo bajaron riendo por las escaleras— agrega Bella.

 

—Me encanta poder ver esa sonrisa en mi brujita de nuevo, amor—suspira—, la extrañaba demasiado— dice Edward.

 

—Pero Lizzie siempre está sonriente— menciona confusa Marta.

 

—No eran sinceras, ni le llegaban a sus ojos. Sólo con Justin sonríe de verdad y sus ojos brillan— aclara Nessie con emoción en su voz.

 

—Es cierto, sólo tienes que observar como se le ilumina la cara y la boba sonrisa que se le forma cuando ve o habla de Justin— declara Thomas de lo más tranquilo.

 

—¿Qué me decís de Justin? Hace cuánto tiempo no le veíais sonreír y reír tan feliz, creo que la última vez fue cuando aún eran pareja— explica Laurent, quien me vio algunas de veces de bajón.

 

—Cómo que ya va siendo hora de que ese par se ponga en acción— dice Jacob, y mi niña y yo, nos sonreímos, ya que desde ayer estábamos juntos de nuevo, aunque el resto no tenga la menor idea.

 

—Déjalos Jacob, será cómo y cuándo quieran, van a su paso— nos defiende Thomas.

 

—Tienes razón cariño, creo que cada pareja lleva su propio ritmo y se debe respetar eso— añade Gianna.

Está chica cada vez me cae mejor, me alegra que ambos estén de nuestro lado.

 

—Por mí que vayan al paso que quieran, mientras no me hagan tío pronto no tengo problema— alega Emmett, y mi niña se tensa e inmediatamente la rodeo con mis brazos y esconde su carita en mi pecho.

 

—No digas esas cosas, todos sabemos de sobra que si cualquiera de nosotras tuviera un hijo, serias el tío más consentidor y cariñoso del mundo— le contesta Bella y escuchamos como le tira un beso.

 

—Dejen de hablar de eso, qué se están hiendo demasiado lejos. Justin y mi brujita son felices de nuevo, eso es lo que importa— declara Edward zanjando el tema y se lo agradezco de corazón.

 

—Mi amor tiene toda la razón, debemos apoyar a los chicos sea cual sea su decisión— agrega Bella respaldando a Edward.

 

—Concuerdo totalmente con vosotros, lo que menos necesitan es que los presionemos, lo único que tenemos que hacer es estar para ellos si en algún momento nos necesitan— recalca con franqueza Victoria.

 

—Estoy completamente de acuerdo con las palabras de Vicky— afirma Irina.

 

—Creo que tenéis razón, pero que sepáis, qué cuando se casen, porque seguro lo harán, seré la dama de honor— anuncia Nessie tarareando la marcha nupcial, consiguiendo que a mi niña y a mí se nos escape una risilla.

 

—Te corrijo, tendrá varias damas de honor—dice Bella—, porque también lo seré, aunque odie los vestidos por mi cuñada me sacrificaré— se ríe.

 

—Te veras preciosa mi amor— menciona Edward y creo que se besan porque se escucha un abucheo.

 

—Estoy con Bella, de verdad Nessie, crees que las chicas se quedaran tan tranquilas sin ser damas de honor, ja, imposible— declara Maggie riendo. Mi niña levanta su rostro mirándome con sus ojos brillantes y la beso dulcemente.

 

—Te amo mi niña siempre— susurro una vez separo mis labios.

 

—También yo amor, para siempre— musita abrazándome y escondiendo su cara en mi cuello.

 

—Algún día sucederá eso— susurro en su oído y mi niña salta en mis brazos mirándome con un brillo especial en sus preciosos ojos.

 

—¿En serio te casarías conmigo?— me pregunta con entusiasmo en su voz.

 

—Es mi mayor anhelo—contesto con sinceridad y articula sobre mis labios un te amo antes de besarme castamente—. Debemos volver mi niña— musito con pesar.

 

—Espera un segundo que llamo a mi mamá— me dice sacando su móvil del bolsillo trasero de sus jeans.

 

—Mamita hermosa—saluda mi niña—estoy bien, te llamo para pedirte un favor—sonríe y me guiña el ojo mientras escucha algo que le dice Elizabeth—. Puedes llamarme en diez minutos para pedirme que vaya ayudarte en algo, please—hace un puchero que deseo besar—, no te puedo decir todavía mami, pero te aseguro que no es nada malo—ríe mi niña al escuchar lo que dice su mamá—, algo de eso hay—mi niña sonríe y se sonroja. Bingo, Elizabeth sabe que estamos juntos—. Gracias mamita hermosa, eres la mejor, te quiero— se despide antes de colgar.

 

—¿Qué tramas amor?— susurro en su oído abrazándola por detrás antes de que lleguemos a la puerta.

 

—Dormir entre tus brazos. Por cierto, tu suegra te manda saludos y qué pasemos buena noche— me contesta sonriendo pero ruborizada y como pensé mi suegrita lo sabía; ahora era un secreto de tres o mejor dicho de cuatro, ya que estoy seguro que Anthony también está al corriente.

 

—Eres un genio amor— menciono dejando besos a lo largo de su cuello.

 

—Mum...como me gusta nene— gime y mi cuerpo comienza a despertar.

 

—Vamos con los chicos amor, por favor— suplico porque mi autocontrol se está hiendo por el desagüe, y mi niña asiente antes de mirarnos y romper en risas mientras entramos en el salón.

 

—Chicos sirvamos la cena que ya es tarde y tengo mucha hambre— declara Emmett incorporándose del sofá y entregando a Pooh a los brazos de Marta.

 

—Y antes de que pregunten, no compramos la cena es cien por ciento casera— les informa sonriente Jacob.

 

—Dime qué ese par no cocino, por favor—manifiesta Nessie fingiendo horror mientras señala a Emmett y Jake—. No tengo ganas de acabar en el hospital— simula sollozar y todos reímos menos los aludidos.

 

—A ellos les tocó limpiar la cocina, ninguno queríamos acabar con una intoxicación— comenta James.

 

—Ya dejen de burlarse de estos afanosos chicos y vamos a cenar, que Pooh quiere su camita y no se puede ir a dormir sin cenar— habla aparentando estar molesto Emmett dirigiéndose a la cocina seguido de nosotros mientras las chicas se marchan al comedor.

 

Entre todos no tardamos nada en sacar las bandejas con la cena al igual que las botellas de vino y servir la comida, Emmett regresa segundos después con el bebedero y comedero de Pooh, en el cual había puesto más comida de lo que le dejó preparado mi niña.

 

—Emmett es un cachorro, no come como tú, la cantidad que tenía puesta es la que nos aconsejó el veterinario— le regaña mi niña.

 

—Debe comer bien para estar sano y fuerte como su papá— responde nuestro amigo mostrando los músculos de sus brazos. No se puede negar que parece un luchador.

 

—Sí como digas— dice Laurent encogiéndose, y reímos al ver como Pooh devora la comida, son tal para cual.

 

—Wauu hermanito te luciste, esa lasagna es igualita a la que hace mamá, es la receta de la abuela, y qué decir de la crema de hongos— comenta mi niña sonriendo maliciosa.

 

—Por eso está aquí, mamá me enseño hacerlo— dice Edward dándose en el pecho.

 

—A mí todavía no me salen—dice mi niña poniendo un puchero, que cambia en cuanto ve la ensalada—. Wauu hicieron mi favorita— dice emocionada siguiéndonos el juego, ya que desde el principio se había dado cuenta de que fue Elizabeth quien hizo la cena.

 

—Lo que es tener un hermano que te consienta, qué suerte amiga— dice Bella abrazando a Edward y mirando mal a sus hermanos.

 

—De postre tenemos tarta de tres chocolates que hizo Thomas, amor— menciona Edward sonriendo pícaro a Bella, quien se muerde el labio.

Todos desviamos nuestras miradas hacia otro lado preferimos no saber.

 

—¡Esté vino es de la reserva especial de papá!— exclama mi niña al probarlo.

 

—Sí, me lo dio el domingo cuando estuvimos en casa— habla rápidamente Edward y la mira suplicando que no diga nada.

La cena siguió en silencio disfrutando de la comida y el vino, que sólo era interrumpido por los halagos de las chicas ante tan exquisita comida.

 

—Mumm—gime mi niña tensándome—mumm...me fascina— sigue gimiendo haciendo que mi amigo comience a despertar.

 

—¡Lizzie, para!— susurro en reproche, pues mi autocontrol esta muy débil.

 

—Mum....qué rico....mumm—gime de nuevo, y llevo mi mano a su muslo, ella se tensa por un segundo, pero luego se relaja regalándome una coqueta sonrisa y un guiño. —Mierda mi niña me va a matar—. Mi mano sigue su recorrido acariciando la parte interna de sus muslo haciéndola gemir más fuerte, sé, de sobra que estos gemidos no tienen nada que ver con la comida.

 

—¿Está rica la cena?— le pregunto con una traviesa sonrisa mientras la sigo acariciando.

 

—Bastante, espero que el postre este igual o mejor— dice mirándome lujuriosa. Mierda me está volviendo loco.

 

Justo cuando estoy apunto de responder suena su teléfono, pero por la posición y en el estado que estamos pega un salto enredándose conmigo y se va de espaldas la con silla y todo, menos mal que gracias al deporte mis reflejos son rápidos y logro atraparla antes de que caiga, sin embargo no logra llegar a responder la llamada.

 

—¿Estás bien brujita?— pregunta preocupado Edward que ya está a su lado queriendo revisarla.

 

—Sí vampirito, sólo que se me enredo el pie en la silla— le responde mi niña con una sonrisa, y antes de que de pueda hablar suena su móvil de nuevo y Ed con la mirada le pregunta quien es, a lo que Lizzie contesta mamá, y este le pide que ponga el altavoz para saludarla.

 

—Mamita guapa qué sorpresa— saluda mi amor.

 

—Hola mi nenita, te llamo porqué necesito que vengas a dormir a casa, prescindo de tu ayuda para unas cosas— habla Elizabeth dándole la excusa que necesitamos para que nadie sospeche.

 

—Claro mami. En cuánto termine de cenar voy para casa— dice con voz de niña chiquita. Menudo par de actrices.

 

—La cena está deliciosa mami Eli— vocea Emmett.

 

—¿Me tienes en altavoz?— pregunta.

 

—Sí, es que mi vampirito quería saludarte— le explica mi niña.

 

—Hola mi bebé hermoso— saluda amorosa a Edward.

 

—Hola mamita preciosa— saluda con voz de niño pequeño, es muy gracioso verlo así.

 

—Caperucita, tu lobo feroz está esperándote—se escucha la voz de mi suegro, y los chicos escupen la comida que tenían en la boca, mientras que Edward y Lizzie están más blancos que el papel.

 

—Bueno chicos los dejo que mi lobito feroz me espera—dice mi suegra, y todos estamos con los ojos apunto de salirse—Grrrrrr— se escucha a mi suegro y de inmediato mi niña cuelga la llamada.

 

—Creo que he quedado con un serio trauma— susurra recargando su peso en mí.

 

—Hermanita a la próxima cita con la psicóloga iré contigo— dice Edward con un escalofrió.

 

—Creo que la psicóloga tendrá mucho trabajo con todos— declara Thomas mientras todos en la mesa asentimos a sus palabras.

 

—Joder mami Eli y papá Tony juegan a….—Emmett se estremece—. Mierda, yo tenía una fantasía con eso y ahora…— se vuelve a estremecer.

 

—Dime que no escuche lo que creí oír— me mira suplicante mi niña, mientras James y Laurent sirven la tarta.

 

—En serio chicos mejor cambiemos de tema de conversación— dice Edward recostado en el hombro de Bella como cachorrito dolorido.

 

—Perfecto, mejor hablemos de las entradas para el partido—declara Emmett y Jake le saca los sesos de un golpe.—¿Qué?— pregunta haciéndose el inocente.

 

—Eso no lo tenías que decir, no se te puede contar nada— le regaña molesto Kevin, y mi niña me mira interrogante.

 

—Es que les prometí a los chicos que intentaría conseguirles entradas para algún partido de los Lakers— digo mirando a Lizzie con una sonrisa esperando que me crea.

Mataré a Emmett en cuanto sea el momento oportuno y creo que contaré con bastante ayuda.

 

—¿Sólo eso? Me da que hay algo más— indaga mi niña; mierda no se le escapa nada.

 

—También los amenacé con que no te molestaran— declaro, y Emmett se ahoga con la tarta al entender que se ha quedado sin ir a ver ningún partido por bocazas.

 

—De verdad Lizzie, le prometimos no meternos contigo a cambio de que nos consiguiera entradas—sonríe Jake—. Todavía me acuerdo del dolor de pies que pasé al estar tres horas en la cola para conseguir unas entradas el año pasado, para que delante mía se pusiera un señor gordo que ocupaba dos asientos— termina su relato Jake.

 

—No seas ridículo Jake, acaso me ves cara de tonta, sé que no se refieren a eso— habla mi niña molesta cruzándose de brazos.

 

—En serio peke, si Justin consigue entradas para nosotros, sería una suerte ya que le dan buenos asientos—dice James en un intento de convencer a mi niña, quien levanta una ceja como diciendo no te creo para nada.

 

—Brujita, como Justin les amenazó con que no tendrían entradas si te molestaban o decían algo que no te gustase, los chicos tienen que andarse con pies de plomo, por eso no querían que te enteraras, para que no les jugaras ninguna travesura— asevera Edward respaldando a los chicos

 

—Vampirito, es cierto lo que dices de las entradas, Justin me lo había comentado—enarco una ceja porque no recordaba haberle mencionado nada—. Pero sé, que no se refieren a eso— apunta mi niña mirándoles seriamente.

 

—De verdad pensáis que Lizzie os va creer esas estúpidas excusas— inquiere divertida Nessie.

 

—Ni nosotras nos las tragamos— se burla sonriendo maliciosa Bella, y las chicas asienten en acuerdo complicándonos la situación aún más.

 

—En serio chicas, a qué más nos podemos referir— dice Laurent fingiendo inocencia y ganándose las miradas furiosas de las chicas.

 

—Eso es lo que realmente quiero saber, y sé de alguien que me lo va a decir—dice mi niña y se gira poniéndose frente a mí—. Justin, sé que tú me vas a decir la verdad—me mira poniendo ojitos y niego con la cabeza porque no confío en mi voz—. Anda nene si, no querrás que pase la noche en vela por la incertidumbre, sabes lo malita que me pongo cuando me desvelo— mierda hace el puchero ¡Hace el puchero 1! Acompañado de esos ojitos y voz melosa y soy incapaz de hablar, así que asiento y busco en mis bolsillos, joder las entradas se quedaron en las bermudas.

 

—Mierda Justin, Lizzie te pone ojitos y caes como tonto— se burla Thomas negando con la cabeza.

 

—Cierto amigo, Lizzie te pone ese puchero y consigue lo que quiere, eres un dominado— ahora se pitorrea Jacob.

 

—Si así te domina ahora mi peke, no me quiero imaginar como será si llegan algún día a casarse— se cachondea James haciendo que en mi rostro se pinte una gran sonrisa, mi niña me mira con sus ojos brillantes y le guiño el ojo sabe lo que significa “pronto” y lo cumpliría, nada me haría más feliz que estar siempre a su lado.

 

—Mira la cara de idiota que puso James, ten la seguridad de que si se casan, estará cocinando, limpiando, fregando, haciendo la colada, y será de lo más feliz— dice Laurent continuando las burlas.

 

—Y dijeron, nos burlamos de Justin, sacamos otro tema de conversación y a Lizzie se le olvida lo de las entradas— murmura mi niña cruzándose de brazos.

 

—No pasa nada, déjalos—le digo acercándome y mi niña me abraza y aprovecho para hablarle bajito al oído—. Sería más que feliz haciendo todo eso, si estoy contigo— mi amor suelta una risita nerviosa y esconde su carita en mi pecho.

 

—Ya hiciste llorar a mi brujita, Justin, debes portarte mejor con ella— me recrimina en broma Edward con una sonrisa, y mi niña se da la vuelta para sacarle la lengua.

 

—No te preocupes Ed, sé como hacerla feliz—digo separándome y susurrando una ahora vuelvo, ella sonríe y besa la comisura de mis labios dejándome en las nubes.

 

—Si que me vas a decir de que se tratan las entradas verdad— inquiere mirándome suplicante con ese puchero, que hace derrumbar todas mis defensas.

 

—Mejor aún, te lo voy a mostrar— anuncio y corro hacia mi nueva habitación, pero en el tercer escalón pise mal y estoy apunto de caerme, logrando que los chicos rompan en carcajadas.

 

—Ríanse bola de tontos, pero hay de vosotros si se lesiona para el partido y los chicos vienen a echarles la bronca— me defiende mi niña sonriendo triunfante al ver como los chicos se callan abruptamente.

 

Corro de nuevo hacia mi cuarto teniendo ahora más cuidado, rápidamente los encuentro en el bolsillo de las bermudas y los cojo, regresando velozmente al comedor para situarme frente a mi niña y entregarle las entradas.

Al principio alterna la vista de las entradas a mí como si no lo creyera, hasta que reacciona y se lanza a mis brazos, y no me contengo en girarla por el aire llenándome de su musical risa.

Una vez nos detenemos se separa de mí y se pone a bailar dando pequeños saltitos con las entradas en la mano para segundos después regresar a mis brazos y susurrarme mil veces gracias, gracias...los chicos no paran de reír al observar su arrebato de felicidad.

 

—Lizzie, parece que Justin en vez de entregarte las entradas de un partido te hubiera dado los números ganadores de la lotería— se burla Emmett.

 

—Para mí es lo mismo—dice mi niña con voz agitada—. Incluso valen mucho más que eso— me sonríe haciendo que mi corazón salte de alegría al escucharla.

 

—Bueno, y de qué son las dichosas entradas— inquiere impaciente Bella mirando con una sonrisa a Lizzie.

 

—Es para el partido de los Lakers contra los Bulls de Chicago— contesta mirándome con una enorme sonrisa. Es muy importante para nosotros ese partido.

 

—Noooo— chillan a la vez Nessie y Maggie llenas de emoción corriendo hasta Lizzie y dando saltitos; supe de inmediato que habían hecho la conexión y sabían de su importancia.

 

—Eres el mejor Justin— me dice sonriendo Nessie sin dejar de abrazar a Lizzie.

 

—Menuda suerte tienes amiga—declara Maggie también abrazada a Lizzie—. Eres un verdadero encanto Justin— me regala una sonrisa.

 

—Lo sé chicas, aún no me lo puedo creer— habla entusiasmada mi niña.

 

—Todavía no comprendo que tiene eso de especial, es sólo un partido— dice confundido Kevin.

 

—Ya dejen de atosigarme que me van arrugar mis entradas— bromea riendo mi niña.

 

Una vez las chicas la sueltan mi niña corre a mis brazos, abrazándome fuertemente y correspondo de inmediato, aspiro su delicioso y adictivo aroma y sin poder resistirlo de mis labios se escapa un te amo, y mi niña rápidamente me susurra en el oído un te amo; disimuladamente miro alrededor haber si alguien se ha percatado de nuestro intercambio de palabras; las chicas están charlando de los más animadas, los chicos están bromeando sobre no sé qué, pero sin prestarnos atención; en cambio cuando miro hacia Edward veo como me sonríe, y al observar mi cara de espanto sonríe más ampliamente y me articula un mudo “Luego hablamos cuñado” asiento.

 

—¿Eso quiere decir qué te gustó?— le pregunto sonriente una vez que nos separamos.

 

—Me encanta, sabes lo importante que es para mí acudir a ese partido— dice besando mi mejilla.

 

—Para mí también es muy importante. Por eso antes de que salieran a la venta las reservé—le explico acariciando su mejilla—. Te amo mi niña, vamos a terminarnos la tarta— menciono tomando su mano y como Edward está con Bella en sus rodillas en la silla que ocupaba antes, me siento en el sitio de mi niña con ella en mi regazo.

 

—Y también me alimentaras cómo a un bebé— dice haciendo un apetecible puchero.

 

—Por supuesto que sí— contesto tomando un trozo de tarta con el tenedor y haciendo el avioncito y ambos rompemos en risas.

 

La velada continua con distintas conversaciones primero hablamos sobre las clases para luego seguir con la fiesta de la hoguera, que fue el tema preferido por Emmett que amaba esa fiesta; y al final terminamos hablando sobre la reunión de fraternidades que tendrían el jueves.

Al ver como mi niña bostezaba un par de veces y recostaba su cabeza en mi hombro, aprovecho que los demás están entretenidos en la conversación para utilizar el S.O.S que tenemos los chicos de equipo cuando necesitábamos una llamada para salir de una situación; por ley todos lo teníamos en marcado rápido, así que apreté unos segundos la tecla y el mensaje se envió.

Mi niña volvió a tomar las entradas de la mesa y las acaricia con adoración logrando que las chicas suelten unas risitas.

 

—Peke ¿Por qué tanta felicidad por un partido?— pregunta intrigado James.

 

—No es sólo un partido—sonríe.—¡Es el partido!— exclama con emoción mi niña.

 

—Pues aunque los lugares son buenos y es un gran enfrentamiento, creo que exageras— continua hablando Laurent.

 

—Más bien creo te mueres de envidia, ya quisieras tener unas entradas así o una razón especial para disfrutar del partido— responde mi niña sacándole la lengua.

 

—Yo creo que...— empieza hablar Jake pero mi móvil suena. Bingo, lo tomo rápidamente

 

—Diga— contesto con voz neutral.

 

—Justin soy Paul, leí tu S.O.S. Hoy es mi turno de tener el teléfono, tú dirás— me saluda.

 

—He, no puede ser otro día— digo mientras mi cabeza busca el pretexto ideal.

 

—Sigue hermano que para eso estamos— me anima.

 

—El entrenador a veces es un negrero—me quejo—, no creo que sean horas—mi niña bosteza de nuevo escondiendo su carita en mi cuello—. Bien iré, cómo si mañana se los olvidaran las estrategias— sigo protestando para darle más credibilidad.

 

—¿Esta todo arreglado?— pregunta riéndose.

 

—Sí, allí estaré, dame media hora por lo menos— digo rápidamente.

 

—Me alegro haberte ayudado— declara riendo.

 

—Ahora nos vemos y gracias por llamarme— digo a modo despedida y cuelgo.

 

—¿Pasó algo?— pregunta Edward con interés.

 

—Al entrenador se le han ocurrido unas jugadas nuevas, y no pude aguantar hasta mañana porqué dice que se le olvidaran, y me esperan— explico rápidamente.

 

—Vaya putada, lo malo es que te pilla lejos de aquí, mira que reuniros en las instalaciones que hay fuera del campus— comenta Thomas.

 

—Por eso he pensado quedarme a dormir en el apartamento, me pilla más cerca—declaro aparentando no darle importancia para que no sospechen.

 

—Creo que es buena idea— afirma Edward abrazando a Bella.

 

—Justin ¿Siempre los llaman a estás horas?— me pregunta James con cierto brillo perverso en su mirada.

 

—Siempre que se le ocurra algo al entrenador, llama y debemos ir— contesto intentando ser lo más natural posible para no ser descubierto.

 

—Pues vaya negrero, habrá que tener unas palabras con él— comenta Jacob, mierda que ni se le ocurra.

 

—Es algo que nadie sabe, digamos que es un secreto de equipo—justifico rápidamente—. Si se enteran que lo divulgué me pueden castigar quitándome los privilegios, cómo conseguirme entradas, no darme sudaderas ni camisetas y demás cosas para los amigos y familia— añado dándoles a entender que no pueden decir nada.

 

—Chicos yo también me marcho, tengo mucho sueño—habla mi niña tallándose los ojitos—. Espero que mamá y papá hayan acabado de jugar— un escalofrío recorre su cuerpo al acordarse.

 

—¿Cómo te iras brujita? No estás en condiciones de conducir, será mejor que te lleve— se apresura a decir Edward.

 

—Tranquilo Edward yo la acerco, de todos modos tengo que conducir— declaro mirando a Edward haciéndole saber que no me molesta.

 

—Gracias Justin. Brujita me llamas en cuánto llegues, por favor— le dice Edward.

 

—Claro hermanito, sabes que no me gusta preocuparte— responde con voz dulce mi niña, besando su mejilla.

 

—Creo que es mejor marcharnos, Lizzie está que se cae de sueño— digo poniéndome de pie y tomando en brazos a mi niña.

 

—Iros ya, que sino se te va hacer tarde— nos apremia Edward levantándose para abrirnos la puerta de la entrada.

 

—Hasta mañana chicos que descansen— me despido antes de salir de la casa y escucho como se despiden y un ladrido de Pooh. Ahora a dormir feliz con mi niña entre mis brazos.

 

Edward Pov:

 

Miro a mi hermanita salir en los brazos de Justin, su rostro iluminado de felicidad; sonrío para mis adentros al recordar cuando los pillé diciéndose te amo, no hay que ser muy listo para saberlo, a veces pienso que quieren tapar el solo con un dedo; se nota que tienen una relación, aunque no le han puesto nombre; me alegro de que mi brujita esté con alguien que la ama tanto como lo hace Justin; miro en dirección a Thomas que está cuchicheando de lo mas cariñoso con Gianna, sonrío, se ve alegre y estoy más que convencido que con Gianna será realmente feliz; una caricia en la pierna de mi muñequita, me saca de mi ensoñación.

 

—Esa sonrisa amor— susurra en mi oído provocándome un escalofrió.

 

—Estoy feliz amor— menciono degustando sus deliciosos labios.

 

—Mmm por Lizzie ¿Verdad?—dice sonriente—. También me alegro mucho por ella, se ve radiante, sólo falta que dejen de ser amigos para convertirse en novios de una vez— suelta una risita.

 

—No lo digas que no se cumple— bromeo y mi Bella hace el gesto de cerrarse la boca como si fuera una cremallera, y no resisto las ganas de besar esos labios que me vuelven loco.

 

—¡Búsquense un cuarto!— exclama Emmett y Pooh le acompaña con un ladrido haciéndonos separar.

 

—Tienes algún problema con qué bese a mi novia— le pico al oso, jalando a mi Bella de la cintura para acomodarla en mi regazo.

 

—La verdad sí. Edward no nos respetas, casi te comes a nuestra hermanita en nuestras narices— me reclama simulando estar serio Jacob.

 

—Lo mejor será que se callen—advierte mi maravillosa novia—, cómo si vosotros fuerais inocentes y puros— les fulmina con la mirada logrando que se encojan en sus asientos y la beso de nuevo.

 

—Dejemos el tema y hablemos de cosas más interesantes— declara James intercediendo.

 

—Sí, como de la paliza lingüística que les dio Justin a las víboras y Jasper en la cafetería— comenta Kevin.

 

—Fue todo un espectáculo. Qué pena que te lo perdieras Vicky— dice Maggie con una sonrisa.

 

—Si lo llego a saber, le hubiese dicho a Katherine de quedarnos a comer dentro— habla Vicky poniendo un puchero, que James no se resiste a besar.

 

—Y mi pobre Gin se lo comió todo, ya que estaba en primerísima fila— menciona divertido Thomas besando dulcemente a Gianna.

 

—Sólo quería salir corriendo, no quería que me involucrasen con ellas. Pero reconozco que se merecían todo lo que Justin les dijo y más— habla Gianna sonriente pero aún con un poco de timidez.

Me alegra que se lleve bien con las chicas, se ve que es un encanto de muchacha, Thomas supo elegir bien.

 

—Menos mal Gin, que Justin te sacó de allí— dice mi novia sonriéndola.

 

—Le agradeceré eternamente que te trajera de nuevo a mis brazos— declara Thomas entre risas pasando su brazo por sus hombros para luego besarla.

 

—A partir de ahora a sentarte con nosotros Gin— le anuncia Nessie sonriéndola con cariño.

 

—A mí lo que más me sorprendió, fue como los del equipo defendieron a Lizzie— declara Emmett emocionado.

 

—La conocen de antes y se llevan muy bien; me pareció lógico que lo hicieran—todos se me quedan viendo extrañados.—¿Qué? Muchas veces salieron con ellos y sus parejas cuando eran novios— explico abrazando a Bella más fuerte.

 

—Y cómo no, la brujita los hechizó y todos cayeron ante su embrujo— manifiesta divertido Jake logrando que las risas inunden el comedor.

 

—Joder sí, recuerden como convenció a Justin para que le contara lo de las entradas— declara entre risas Laurent.

 

—No te rías, que ya quisiéramos muchas que nuestras parejas tuvieran ese tipo de detalles— manifiesta Irina lanzándonos una mirada retadora, y las chicas asienten rápidamente, incluida mi Bella.

 

—Entonces todos nosotros tendríamos que ser Justines y vosotras Lizzises— dice Jake dejándonos con caras de wtf.

 

—¡Qué mierda has dicho!— exclama Emmett mirándole confundido.

 

—Para que se den cuenta de lo inteligente que soy, hasta invento palabras— explica Jake sonriendo y llevándose una colleja de Nessie.

 

—Ya Jake, no te juntes más con tu hermano si no quieres terminar igual—declaro entre risas, y Pooh me gruñe defendiendo a su dueño.

 

—Wow, por fin tienes a alguien de tu lado Emmett— se burla Kevin provocando un gruñido de Pooh, y todos estallamos en carcajadas.

 

—Pitufina, tengo mucha curiosidad—sonríe Thomas a su hermanita—¿Por qué tanto alboroto con las entradas?— pregunta poniendo un puchero.

 

—Nada del otro mundo hermanito, sólo que es un partido importante para ellos— contesta Nessie intentando esquivar la pregunta.

 

—De eso estamos más que seguros, sin embargo sabemos que hay algo más—se queja Kevin—. Anda amor dime— mira a Maggie poniéndole ojitos.

 

—También es algo muy significativo para ellos— dice Maggie con evasivas y mirando a Nessie con complicidad.

 

—Claro y ahora vais a decir que a Lizzie le encanta el baloncesto—refunfuña James—. Vamos peke dínoslo ya— mira sonriendo a Nessie.

 

—¡Yo no soy tu peke!— exclama Nessie sacándole la lengua.

 

—Pero te comportas exactamente como ella— le reclama James y me río; mi hermanita si quiere te dice muchas palabras sobre algo pero en realidad no te da nada de información.

 

—Sólo porque dices que me parezco a mi mejor amiga, te voy a contar que...— se queda Nessie en silencio al igual que todos, incluso Pooh parece que ha dejado de respirar.

 

—¡Dilo ya de una maldita vez!— clama agitando los brazos Emmett, y Pooh se esconde asustado entra las piernas de Marta.

 

—Nessie no lo cuentes, no tienes porqué soportar su maltrato—dice Maggie fulminando con la mirada a Emmett—. Si tanto interés tienen en saberlo que se lo pregunten a Justin y Lizzie, y sino, qué se jodan—se cruza de brazos con una sonrisa satisfecha en la cara.

 

—Yo no te dije nada amorcito, me lo puedes contar— menciona meloso Jake recostando su cabeza en el hombro de Nessie.

 

—Entonces te lo digo, sólo a ti, en secreto—se acerca a su oído—¡Cuándo me de la gana!— grita Nessie sobresaltando a Jake, que se cae de la silla y todos reventamos en carcajadas.

 

—Dejen ya de joder, mejor crucemos los dedos para que ese par se hagan novios pronto y dejen de mirarse con ojitos de quiero pero no puedo—declara mi novia y le pellizco el culo— ¡Auch! ¿Eso por qué?— pone un puchero, el cual rápidamente beso.

 

—Se me antojó— le digo con un guiño antes de besarla de nuevo.

 

—¡Suban las escaleras y lárguense al cuarto! ¡Si van a seguir así!— vocea Jake.

 

—Te mueres de envidia, eso es lo que te pasa— se burla mi Bella logrando que riamos.

 

—Hermanita, tu novio estará muy bueno, pero a mí no me va en absoluto— habla Jake con cara de espanto.

 

—Cuñadita podrías hacerme el favor de castigar al tonto de mi hermano algunos días sin nada de nada, haber si así le funciona el cerebro de nuevo— propone mi novia a Nessie, haciendo que el pobre Jake se quede como un estatua de marfil, blanco y fijo.

 

—Claro cuñadita para eso estamos, para apoyarnos— responde Nessie con una sonrisa a mi Bella.

 

—Paren ya de joderme, tenemos que planear una encerrona para que Justin y Lizzie nos digan porqué tanta historia con las entradas, y de paso les obligamos a que se pongan de novios de nuevo— dice Jacob cambiando rápidamente la charla del castigo.

 

—¡Ni se te ocurra Jacob Swan!—exclama molesta Nessie—. Porque en vez de los tres días que tenia planeado como favor a mi cuñada pueden ser tres meses— uff resoplamos todos y seguido escuchamos un zas, que resulta ser la silla de Jacob, la cual acaba en el suelo con él de nuevo.

 

—Cielito, no me digas esas cosas que me asustas— manifiesta Jacob sobándose la espada mientras alza la silla para sentarse de nuevo.

 

—Entonces no vayas planificando encerronas para mis amigos. Cuándo quieran estar juntos lo harán, no porqué los presionéis—se levanta alejándose de Jake y sentándose en el regazo de su hermano y recostando su cabeza en el hombro de Gianna, que comienza acariciar de forma cariñosa su cabello; cuando quiere la pitufina puede ser aterradora.

 

—Nessie por favor, nos estamos muriendo de la curiosidad— suplica Laurent.

 

—Así que...no nos queda más remedio que preguntarles a ellos— dice Kevin sonriente.

 

—Es que...es una cosa de ellos—titubea Nessie—¿Verdad Maggie?— la mira buscando ayuda.

 

—Chicos no pongáis a Nessie entre la espada y la pared, no es justo— declara Maggie saliendo en defensa de su amiga.

 

—No queréis que les preguntemos, la otra opción que nos queda es insistiros a vosotras, no hay más— habla frustrado James. Maggie y Nessie se miran durante unos segundos para luego acabar asintiendo ¡Bien lo conseguimos!

 

—Está bien panda de cotillas, se lo contaré— dice Nessie exagerando un suspiro, y levantándose del regazo de su hermano para colocarse frente a nosotros.

 

—¡Silencio chicos! ¡Por fin sabremos de que se trata!— exclama Jake frotándose las manos.

 

—Hace casi un año atrás…una jovencita fanática del fútbol americano y molesta por los errores cometidos por el entrenador, le gritó diciéndole unas cuantas verdades; pero no contaba con que en ese partido estaría un apuesto joven que al escuchar su voz se giró a verla y la jovencita sintió el magnetismo y lo miró. En ese instante Cupido lanzó sus flechas de amor; una flecha y dos corazones. Ese mismo día quedaron para conocerse y hablar…en una de sus charlas la jovencita le contó de su afición por los deportes, y el joven enamorado que quería cumplir las ilusiones de su amor, en su segunda cita la llevó a un partido de Basket, pero no a cualquiera, sino a uno que ella anhelaba y las entradas estaban agotadas—suspira soñadora—. Su primer partido juntos fue, los Lakers contra los Bulls, allí sucedieron muchas cosas, demasiadas, que vuestros castos, inocentes, e infantiles oídos, no pueden escuchar— finaliza el relato Nessie mirándonos con una sonrisa.

 

—Wow...¡Aprendan pandilla de desromantizados!— exclama Marta haciéndonos reír.

 

—¿Y esa palabra de dónde salió?— le pregunta Gianna entre risas.

 

—Eso me pasa por juntarme con Emmett, todo se pega menos la hermosura—ríe y nosotros con ella—. Ahora comprendo la ilusión de Lizzie, qué envidia— añade Marta con una sonrisa soñadora.

 

—Y no sólo eso, sino que es el mismo día y los mismos asientos— nos cuenta Maggie dejándonos más asombrados de lo que ya estamos todos.

 

—Lo que daría porqué hicieran algo así por mí— comenta Vicky y las chicas asienten.

 

—¡Diablos cómo consigue hacerlo!— exclama sonriendo James.

 

—No tengo la menor idea—sonrío encogiéndome de hombros—. Aunque ahora entiendo su negatividad a llevarnos al partido y pedirnos que no contáramos nada— alego mirando a Emmett.

 

—Eres un bocazas Emmett, seguro quería sorprenderla llevándola el mismo día—dice Thomas—, pero ni modo, eres incapaz de guardar un secreto— niega con la cabeza haciéndonos reír a todos menos al aludido.

 

—Lo siento chicos, se me escapó, no fue intencional—se cruza de brazos—. Pero mirarlo por el lado bueno hemos podido disfrutar de la emoción de Lizzie— dice Emmett con un puchero.

 

—Chicos ya en serio, ahora imagínense como se pondrá Lizzie cuando....— comienza hablar Jacob, pero los chicos le interrumpieron silbando, menos mal, sino otro que mete la pata contando lo del concierto.

 

—¿Cuándo qué?— pregunta intrigada Irina mirándonos seriamente.

 

—Cuándo estén juntos, con lo detallista que es nuestro amigo, vete tú a saber— responde Laurent salvando la situación.

 

—Si le regala esto ahora que son sólo amigos qué será cuándo sean novios, tal vez le de hasta un anillo— comenta Emmett logrando que Thomas y yo nos diéramos una mirada cómplice para después largáramos a reír, el resto de nuestros amigos se nos quedan observando como si estuviéramos locos, no obstante por primera vez en su vida Emmett atina en algo.

 

—Aparte de eso, con toda la tensión sexual que se cargan, capaz y en la primera que se reconcilien procreen un Justinito o una Lizziesita— dice Jake haciendo que Emmett se atragante con el trozo de tarta, que se esta comiendo.

 

—En serio Jake no me apetece hablar de la relaciones intimas de mi hermana— le digo con sinceridad.

 

—Pues como haces tú, que no paras de restregarnos en la cara como te comes a nuestra hermanita a besos, para nada aptos al público— me recrimina Emmett defendiendo a su hermano.

 

—Vale, pero tampoco les digo que van a ser tíos. Además, ese no es el asunto, la cuestión es que estamos contentos de ver a Justin y a mi brujita felices, y que deseamos que pronto estén juntos, fin de la conversación— aclaro levantándome con cuidado depositando a mi novia en la silla y susurrándole que voy al baño.

 

La verdad es que cuando mencionaron lo del posible bebé de mi hermana y Justin, no pude evitar recordar todo lo que sufrió mi brujita cuando perdió a su pequeño; entro al baño y me refresco la cara y el cuello con agua fría, es muy difícil y doloroso para mi hablar de este tema, pero como es un secreto de mi brujita y Justin no debo mostrar mis sentimientos o confusión. Amo a mis amigos, sin embargo son capaces de atosigarme hasta que logre contarles lo que ocurre, y eso es algo que sólo les corresponde a mi brujita y cuñado, si es que alguna vez quieren.

Espero un rato respirando varias veces hasta que mis emociones se componen y cuando salgo del baño a mi pobre Bella la tienen atacada a preguntas.

 

—Vamos Belly Bells, seguro sabes que le pasa— declara Emmett.

 

—Ya les dije que no tengo la menor idea— contesta mi preciosa novia.

 

—Edward reaccionó de manera extraña— dice James, odio que me conozca también.

 

—Cierto, salió como si lo estuviéramos echando— menciona Laurent confundido.

 

—A lo mejor algo de lo que hablamos no le gustó— añade Kevin.

 

—No creo que sea nada de eso, sólo hablamos de la posibilidad de que Justin y Lizzie tendrían....— manifiesta Jake sin terminar la frase porque Emmett le interrumpe.

 

—Es sencillo, lo único que le pasa a Ed, es que no quiere ser tío tan pronto, y cree que su brujita es una niña todavía— habla con tono triunfante Emmett como si hubiera hecho el mayor de los descubrimientos.

 

—Seguro que no tiene nada que ver con eso, tal vez sea sólo estrés por lo de Jasper, la mudanza, y todas las cosas que trae encima—-me defiende Thomas—. Es mas, puede que aún se sienta mal por la nota que recibió Lizzie y no saber quién es el maldito— gracias hermano pensé.

 

—Ya pueden dejar de hablar de mí, qué estoy aquí— les digo bromeando.

 

—Eres bipolar Edward— declara James negando con la cabeza.

 

—¿A qué viene eso?— pregunto con tono inocente.

 

—Sencillo, te marchaste molesto y ahora vuelves de lo más sonriente— me contesta Jake.

 

—Nunca habéis padecido los efectos secundarios por tomar cerveza y vino— les explico sonriendo divertido.

 

—Vamos que tu prisa por irte era a causa de que te meabas— declara Jake aunque parece más una pregunta, y asiento consiguiendo que el resto se tronchen de risa.

 

—Dado que estamos en plan cotillas—dice sonriendo Nessie—-¿Visteis algo interesante en el apartamento de Justin?— mueve las cejas sugerentemente, y las chicas nos miran de lo más interesadas esperando nuestra respuesta.

 

—Varias cosas, pero lo que más nos llamó la atención fueron las dos cajas que tiene repletas de álbumes de fotos de Lizzie y él— cuenta Emmett haciendo exagerados gestos con las manos.

 

—Wow sería genial poder verlas— dice mi novia y las chicas asienten gritando un “Sí” .

 

—Están de todos los sitios que han ido juntos— aseguro con una sonrisa.

 

—Y en muchas aparecemos todos juntos— agrega Thomas dándoles más envidia a las chicas.

 

—Hay bastantes en casa de mamá Eli y papá Tony, como la de mi bomba en la piscina— rememora Emmett sonriente.

 

—Y también tiene varias de cuando nos hicisteis el desfile de modelos—declara malicioso James haciendo que Maggie y Nessie se ruboricen y estallamos en carcajadas, menos Irina, Vicky, Gianna, y mi novia, que no saben de lo que hablamos, así que rápidamente les contamos la historia logrando que se partan de risa.

 

—Chiquita tienen una en la sala Wiltern, qué envidia, tenemos que ir algún concierto da igual de quien sea— exclama emocionado Laurent.

 

—¿Qué tiene de importante la sala Wiltern para que te pongas así?— le pregunta Thomas con curiosidad.

 

—Fue la última salida familiar junto a mi padre antes de que se enfermara de cáncer, y siempre he deseado volver— nos cuenta emotivo Laurent, que perdió a su padre hace cuatro años a causa de la enfermedad.

 

—Tengo una idea—salta James levantándose de la mesa y subiendo a su cuarto dejándonos en completo silencio, el cual fue roto por él cuando regresa con su portátil—. El próximo concierto es de Link park, el martes que viene, y acabo de reservar entradas para todo nuestro grupo—sonríe— . Así que amigo, prepárate que la semana que viene nos vamos a la sala Wiltern— anuncia sonriente James consiguiendo que Laurent se emocione por el detalle, y se levante abrazándole y agradeciéndole.

Es increíble lo buena persona que es James, siempre animándonos para que no estuviéramos tristes, y si en su mano estaba la solución, no lo dudaba.

 

—Genial, me encanta Link Park— dice mi novia con voz de niña pequeña dando saltitos de emoción en la silla, haciéndonos reír.

En ese momento suena el móvil de Nessie.

 

—¡Será zorra, mala amiga, qué calladito se lo tenía!— exclama Nessie viendo su móvil al parecer debió ser un mensaje, todos la miramos pero nos ignora y comienza como loca a marcar un número.

 

—Lizzie, lo que me has mandado es cierto—¿Está hablando con mi brujita?—Será guarra ¿Quién les ha pillado?—se ríe y todos la miramos intrigados—. Elena se equivocó de carrera debió meterse a detective—sonríe y pasados unos segundos se pone a dar saltos como loca por la habitación—. Wow mañana interrogatorio se van a cagar—se vuelve a reír—. El resto ya lo sabe—nos sonríe y nos gesticula con las manos dándonos a entender que ahora nos cuenta—. Ok, entonces se lo digo, besitos y descansa, te quiero— se despide y cuelga mientras se acomoda de nuevo en la silla.

 

—¿Qué ha ocurrido? ¿A quién llamas zorra, guarra y mala amiga?—pregunta Maggie, que en ese instante le suena el móvil y por la cara que pone debe haber recibido lo mismo que Nessie—¿Esto qué ven mis ojos es cierto?— cuestiona sorprendida mirando a Nessie, que asiente.

 

—¡Digan de una maldita vez que ocurre!— exclama Emmett perdiendo la paciencia y despertando a Pooh, que estaba dormido en el regazo de Marta.

 

—Antes de dar la noticia, Edward, Lizzie me ha dicho que te mandó un mensaje diciendo que llegó bien, pero seguro no te has dado cuenta—rápidamente saco mi teléfono y efectivamente ahí estaba, me parecía extraño que mi brujita no me avisará cuando llegará—Ahora la noticia ¡Tenemos parejita nueva en el grupo!— exclama Nessie entusiasmada chocando las manos con Maggie.

 

—Y antes de que nos preguntéis de quienes se tratan, sólo diré que vale más una imagen que mil palabras— dice Maggie pasándonos su móvil al igual que Nessie, y ahí en la foto esta Alec comiéndose a Jane o al revés da lo mismo.

 

—Serán bribones que calladito se lo tenían—dice Laurent.—¿Quién pescó infraganti a la parejita?—  ríe.

 

—Elena cuando regresaba de cenar con sus padres— nos explica Nessie.

 

—Lo que les espera mañana en la comida, cómo nos vamos a divertir— declara Kevin con una sonrisa perversa.

 

—Supongo que mañana Alec estará con una sonrisa en clase, tanto que no se quejara ni del profesor— agrega Marta haciéndonos reír.

 

—-Supongo que a está hora ya lo sabe todo el grupo ¿no?— inquiere Thomas riendo.

 

—Claro, para eso están los mensajes, de hecho Lizzie le ha pedido a Diego que no le diga nada, así nos divertiremos más mañana— nos cuenta Nessie sonriendo malvadamente, y es que nuestro amigo pertenece a la misma fraternidad que Alec.

 

—Pobres, no saben lo que les espera mañana con Elena, Lizzie, Diego, Jared, y Nessie— manifiesta James fingiendo horror.

 

—¿A qué os referís no entiendo?— pregunta con curiosidad mi novia.

 

—Te vas a divertir mañana hermanita, vas a presenciar en directo el mejor y más completo de los interrogatorios con los polis buenos y malos— anuncia Jake de lo más divertido logrando que las carcajadas llenen la estancia.

 

—No somos tan perversos— declara Nessie aparentando molestia.

 

—Para nada, todavía recordamos el interrogatorio al que sometisteis a Katherine y Damon, fue brutal— rememora Victoria acordándose de lo mal que lo pasó su mejor amiga.

 

—Y qué me decís de lo mal que lo pasó Garret, ya que Kate se alió con ellos— recuerda Thomas, y le narramos a mi novia, Irina y Gianna, como sucedió consiguiendo que se tronchen de risa.

 

—Gracias al cielo que nosotros nos libramos de ellos— bromea James señalándonos a las parejas en la mesa.

 

—No cantéis victoria, todo puede suceder— anuncia maliciosa Nessie antes de comenzar a reírse al ver nuestras caras de susto.

 

—Por favor hacedlo, me gustaría verles sudar la gota gorda— se burla Emmett dando palmas de felicidad.

 

Gracias al cielo dejamos de lado el tema de los interrogatorios, centrándonos en la conversación sobre las pruebas de acceso que teníamos planeadas para los nuevos miembros, y he de reconocer que James y Emmett, me sorprendieron para bien, este año fueron más sensatos y no planearon ninguna burrada, estamos intentando convencer a Victoria y a Nessie, que nos contaran sobre que pensaban hacer, cuando escuchamos un portazo y seguido aparece Jasper dando tumbos por la puerta bastante bebido, jamás lo hemos visto de esa manera. Bella se acurruca contra mi pecho sintiéndola temblar, mis brazos la rodean al mismo tiempo que la tomo para sentarla en mi regazo, aún se encuentra triste y demasiado dolida con la actitud de Jasper; sé, que mi princesa sufre mucho porque lo quiere como a un hermano a pesar de lo imbécil que se está comportando.

 

—Buenas noches primo, veo que te divertiste está noche— saluda Jake con la mandíbula apretada.

 

—Buenaaas nocheees— saluda con voz pastosa sosteniéndose del marco de la puerta.

 

—Ha debido de ser una buena fiesta en la que has estado— asevera Emmett con desagrado, escondiendo a un dormido Pooh entre sus brazos.

 

—Sííí siempre hip que hip pasoo todooo el tiempoo hip con mi amorsitooo hip— intenta hablar Jasper.

 

—Vaya, pues no deberías pasar mucho tiempo con Alice porque terminarás sin hígado— alega Laurent tan oportuno como siempre.

 

—Shhh que tú no sabeees nada hip—se tambalea hiendo hacia la escalera—, tú estaaas con la traidoraaaa hip— dice recargándose en el pasamanos de la escalera para señalar a Irina y a Laurent, el cual  automáticamente se levanta.

 

—Déjalo no vale la pena, mira en el estado deplorable que está— sentencia Irina jalando a Laurent para que se vuelva a sentar.

 

—Shhh no quierooo hip escucharooos hip— manifiesta Jasper con la lengua trabada mientras sube tambaleándose por los escalones.

 

—Pues como os iba diciendo, esas entradas son muy importantes para Lizzie y Justin, imagínate revivir su segunda cita, y primera como pareja, para mí que es una indirecta muy directa de parte de él— declara Nessie cambiado totalmente de conversación ignorando por completo a Jasper, que consigue subir con inestabilidad las escaleras mientras murmura estupideces.

 

—Wauu qué romántico, haber con que me sorprendes gatito— menciona melosa Maggie a Kevin.

 

—Lo que desees y como quieras, amor— responde Kevin con una mirada pícara.

 

—Por ahora acompáñame a la hermandad, me muero de sueño— dice Maggie confirmándolo con un bostezo.

 

—Vamos antes de que te quedes dormida, chicos nos vemos luego— dice Kevin tomando su mano y despidiéndose en general.

 

—Lobito llévame a casa también que es tarde y mañana hay clases— menciona Nessie tallándose los ojos, y las chicas asienten en acuerdo.

 

—Sí, nosotros también nos vamos es tarde y debemos descansar si queremos prestar atención mañana en clases— añade Laurent levantado a Irina de su regazo para incorporarse.

 

—Esperadnos que los acompañamos, sólo déjenme coger la cadena de Pooh para que salga antes de irse a dormir— anuncia Emmett saliendo velozmente a su habitación con Pooh tras él.

 

—Bueno chicos, me despido hasta mañana que Vicky se durmió, así que nos vamos a la cama— declara James cargando a Victoria al estilo novia y dirigiéndose a su habitación.

 

—Andando chicos, estamos listos— dice Emmett bajando con Pooh, quien lleva su arnés puesto.

 

—Entonces nosotros también nos marchamos cariño, tienes que descansar— menciona Thomas besando la frente de Gianna, y las cuatro parejas salen por la puerta, dejándonos solos a mi muñequita y a mí, y la mesa sin recoger. ¡Mierda me dejaron el paquete!

 

—Vamos amor, que te acompaño a casa, luego recogeré la mesa— digo a mi novia abrazándola fuerte y besando su cuello.

 

—Nada de eso amor, entre los dos terminaremos rápido y después nos marchamos—dice agrupando las cosas de la mesa—. Haremos una cosa tú llevas las cosas a la cocina y mientras las voy fregando, así terminaremos más pronto— me guiña un ojo antes de irse a la cocina.

 

Me pongo a recoger todo y ordenar el comedor para luego guardas las pocas sobras en la nevera, que seguro mañana los taper aparecerán vacíos en el fregadero por obra de Emmett; seguido me acerco a echar una mano a mi Bella que está casi acabando, y unos minutos después tanto el comedor como la cocina están limpios y ordenados.

 

—Listo amor, ahora por favor llévame a casa— me dice con un puchero, que me es irresistible no besar para luego recostarse en mi cuerpo y bostezar un par de veces.

 

—Ven que te llevo en brazos— menciono agachándome para tomarla.

 

—Deja de hablar tonterías, te vas a cansar— asegura negando con la cabeza.

 

—Entonces te llevaré a caballito—afirmo poniéndome de espaldas pero vuelve a negar con la cabeza, así que aplico el puchero de mi brujita y no le queda de otra que subirse a mi espalda—. Si no pesas nada amor, es como llevar un pluma— río mientras salimos por la puerta, y de inmediato mi muñequita se acurruca contra mí.

 

El camino se me hace extremadamente corto, una vez llegamos a la puerta del edificio la bajo con cuidado de mi espalda, mi novia tiene sus ojitos más cerrados que abiertos, muy a mi pesar me despido de ella con varios besos en la puerta, porque si subo de seguro no me iré.

 

—Descansa amor, mañana paso a buscarte, te amo— me despido besando sus labios una vez más.

 

—Tú también amor—inhala profundamente—, extrañaré tu calor— susurra tallándose sus ojitos, la vuelvo a besar y me separo antes de acceder a quedarme.

 

—Nos vemos en unas horas, te amo— le grito una vez está entrando por la puerta y la tiro un beso volado, que me devuelve con una dormida sonrisa. Dios como amo a está mujer.

 

En el regreso a la fraternidad me siento vació al no tener a mi maravillosa novia conmigo, pero al menos sé, que unas horas la volveré a tener entre mis brazos.

Al pasar frente a la fraternidad Kappa observo que se estaciona un auto que conozco a la perfección, es uno de los muchos amantes de Tanya. Él no se da cuenta de mi presencia y se dirige a la puerta, la cual es abierta por Alice que se lanza a sus brazos, y este, la toma por el trasero cerrando la puerta tras de si.

No tardo en llegar a la casa y velozmente subo a mi habitación donde me quito la ropa y me aseo para por fin meter en la cama y dormir como un recién nacido.

 

Alice Pov:

 

—Maldito borracho—aviento mi bolso en la cama para después comenzar a desvestirme. Desde que poco a poco, Félix empezó a incluir a Jasper en su grupo de amigos comenzó a beber bastante, pero debíamos aguantarnos para así separarlo definitivamente de sus amigos y primos—. No creo aguantar mucho, agg que asco—voy directa al baño y cepillo mis dientes con violencia dado que están impregnados del asqueroso sabor alcohólico de Jasper. El agua está helada tanto que hace tiritar mis dientes, no obstante es lo que necesito para apagar la rabia que me consume por dentro.

 

¡Por qué ella! ¡Por qué a mi maldita prima siempre le sale todo bien! Hasta lo que no debería y sin esforzarse.

En mi mente todavía está nítida la imagen de Lizzie siendo cargada cual novia al coche de Justin, con sus brazos alrededor del cuello de él como enredaderas, y Justin sonriendo como el hombre que ha conquistado el firmamento. Observo como si fuera una película, la ternura con la que Justin la sienta y le pone el cinturón antes de besar su frente y subir para emprender el viaje; sin embargo antes de hacerlo veo como toma su mano para luego depositar un casto besos en sus labios, mi querida prima abre sus ojos y lo mira con una sonrisa que ilumina el rostro de ambos.

 

—¡Te odio Elizabeth Tiffany Masen!— chillo enfurecida golpeando la pared.

Mis gritos son ahogados por el golpeteo del agua de la ducha, me enjabono con violencia ¿Por qué nunca nadie me ha mirado o tratado así?

 

Mi mente vaga años atrás cuando se podría decir éramos unas niñas; siendo sincera he de reconocer, que tanto mi hermana como yo, nunca fuimos apegadas a mi prima, pero siempre hacíamos todo juntas para lograr que nuestros padres estuvieran felices creyendo en la amistad tan buena que había con nuestra prima, y de ese modo poder conseguir todos los caprichos que queríamos.

Sin embargo todo cambio cuando en nuestras vidas aparecieron los hermanos Hawkings. Nessie se convirtió en la mejor amiga de nuestra prima, casi hermana, eran inseparables al igual que Thomas y Edward.

Thomas era el chico perfecto con el que toda chica sueña, y por supuesto yo era una de ellas, pero jamás se fijo en mí; me tragaba mi coraje con respecto a mi prima y a su hermana, y seguía a su lado como si fueran mis grandes amigas para lograr que me prestara atención, sin embargo eso nunca sucedió; todo su interés era para su hermana, eso lo comprendo, pero también era para Lizzie; no soy para nada estúpida y casi en cuanto sucedió me di cuenta de que mi Thomas había caído en las redes de la carita de buena e inocente de Lizzie; siempre andaba cual perro fiel detrás de ella, creo que si mi prima le hubiera pedido que fuera a la luna a por su osito bubu, habría movido cielo tierra para lograrlo. Sin embargo el idiota de Thomas no consiguió que le viera más allá de como un hermano, así que Rosalie y yo decidimos seguir siendo un equipo con ellas para poder estar cerca de los chicos, más valía tenerlas de nuestro lado que en nuestra contra.

El último año de instituto fue horrible estábamos cansadas de sus ideales, estupideces y tonterías, de hecho a un me pregunto como diablos lo soportamos.

 

 Menos mal que llegó el momento de marcharnos a la universidad donde podría volver a ver a Thomas, aunque tuviésemos que seguir soportando a las idiotas de Nessie y Lizzie.

Gracias al cielo que conocimos a Tanya, quien sin duda era una mujer en toda la extensión de la palabra, fina, sexy, seductora, hermosa, vamos lo que todo chico sueña. Rápidamente nos hicimos las tres inseparables aunque fingíamos que todas éramos grandes amigas delante de mi prima y Nessie, para poder estar cerca de los chicos.

Todavía recuerdo cuando unimos a la fraternidad Kappa incluso Tanya hizo el gran esfuerzo, porque no las soportaba, de ofrecerles a mi prima y Nessie un lugar en su hermandad, no obstante lo rechazaron amablemente ya que no estaban interesadas, lógicamente nuestra amiga lo hizo para poder estar cerca de Edward, que nada más conocerlo se volvió loca por el y haría todo por conseguirlo, como aparentar ser amiga de la insoportable de Lizzie.

Sin embargo por un descuido de Tanya al hablar con su hermana, Lizzie y Nessie, se enteraron de que sólo las estaban usando para poder estar cerca de Edward. Esa misma tarde mi prima nos citó para contarnos lo que escuchó, y como nosotras formábamos parte del plan, nos hicimos las ofendidas respondiéndoles que eran unas mentirosas y envidiosas, que lo único que pretendían eran separarnos de Tanya, y que estaban molestas porque al estar con nosotras ningún chico se fijaría en ellas y después hicimos una dramática salida; sabíamos de sobra que por lo tontas que son pensarían que nos daríamos cuenta de nuestro supuesto error y no les contarían nada a Edward y Thomas sobre lo sucedido. Y así fue los días sucedieron con la misma rutina, todos nos sentábamos en la misma mesa como si nada hubiera ocurrido, lo único que cambio fue que Nessie y Lizzie nos ignoraban por completo, lo que nos importaba una mierda, de hecho Tanya consiguió una cita con Edward, aunque luego de esa noche mi primo la rehuia, pero como bien dice mi amiga, el que lo persigue lo consigue, y tendrá a mi primo a sus pies. Poco a poco mi prima y Nessie, se hicieron un grupo bastante numeroso y confiable de amigos abandonando nuestra mesa para reunirse con ellos en el almuerzo, dónde se las veía charlando y riendo felices.

 

—Suspiro—, mi piel esta roja de la fuerza y rabia con la que me froté, me envuelvo en una toalla y salgo apenas sin secarme dejándome caer en la cama, mi cuerpo desnudo se estremece, si tan sólo tuviera a alguien que me diese un buen polvo —suspiro de nuevo—.

 

—Mierda ahora tendré que andar con pies de plomo para que Jasper no descubra mis aventuras— hablo en voz alta soltando un suspiro, pero por favor él apenas pasa de los besos, no es que bese mal, de hecho lo hace bastante bien pero de ahí no pasa; cómo dice, me ama demasiado para tratarme como a una mujerzuela, en fin no sé cuanto aguante, tal vez sea más de lo que transigió Irina.—¡Maldita perra estúpida y traidora!— escupo soltando algo de la furia que me carcome por dentro. Aún no entiendo porque Tanya la eligió para que sedujera a mi Thomas, y lo peor es que no comprendo como carajos cayo en sus redes, todavía se me retuerce el estomago al recordarlos dándose el lote sin importar que los estuviera mirando—Ja— río con ironía. Sin embargo no duró mucho ya que la botó rápido, al parecer Thomas no había podido olvidar a Lizzie.

 

Me giro en la cama y acomodo la barbilla en mis manos mientras observo las rallas del cabecero, meto la mano debajo de mi almohada y allí esta Thomas, con esa sonrisa tan hermosa que hace flaquear mis piernas, aunque se la tomé de cerca ni lo notó, ya que se estaba riendo de alguna idiotez de su hermana o de la imbécil de mi prima; eso me hace volver a mis recuerdos.

Todavía me acuerdo de como los chicos Alpha acabaron abandonando nuestra mesa para juntarse a  comer con los nuevos amigos de mi prima y Nessie, convirtiéndose en un gran grupo de amigos infranqueable, dejándonos solas en la mesa con algunos de los chicos populares de la universidad y el resto de las chicas de nuestra hermandad; pero ahí no acabó la historia.

Un mes más tarde se otorgaba el premio de las hermanitas Alphas, que era para las chicas más simpáticas y agradables del campus, estábamos que estallábamos de dicha, pues pensamos que los chicos nos lo otorgarían a una de nosotras; sin embargo nos llevamos una gran decepción, que hizo acrecentar nuestro odio hacia mi prima y Nessie, que resultaron ser las ganadoras. ¡Mierda! Era una mención considerable, ya que era la hermandad con más importancia del campus, los mejores chicos pertenecían a ella.

 

Y para colmo, la zorra de mi prima no sólo derrumbo mis sueños sino también los de mi hermana. ¿Cómo pudo suceder algo así? Aún me lo estoy preguntando.

Entramos en el grupo de animadoras del equipo de fútbol americano a petición de Rosalie, que quedó flechada de Justin, y cómo no, además, de ser el capitán del equipo de fútbol americano es un cuerpazo de hombre; pero por más piruetas y enseñar las tetas —vaya hasta poeta me volví—, bueno por más esfuerzos que Rosalie hacía Justin ni siquiera la miraba, su concentración siempre estaba en el juego, es como si sólo existieran él y el balón, el equipo era nada más que su complemento.

Hasta yo me caliento de pensar en su cuerpo marcado con el uniforme, el fuego en su mirada cuando está apunto de concretar una jugada…Cómo sus músculos se flexionan o estiran según sea el caso haciendo que se nos seque la boca, y se nos mojen las bragas a más de una, y ese paquete cielos, se que usan protección para los partidos, pero ese paquete se le nota con o sin uniforme.

Desde luego Rosalie no es nada tonta, de hecho mientras lograba obtener a Justin se consiguió a Emmett Swan, que por lo que me contaba la hacía volar alto cada vez que estaban juntos, quien diría que semejante idiota estaría tan bien dotado.

No obstante el paquete que mi hermana quería era el de Justin. Nunca se conoció ni amiga con derecho, amante o novia a Justin, vamos que no salía con nadie, y por supuesto mi hermana no dejo su lucha por conquistarle, hasta el día del primer partido.

Nunca entenderé como a la idiota de mi prima le gusta tanto los deportes, en especial el fútbol americano; pero lo más sorprendente es lo que entiende de jugadas, estrategias, y no sé que cosas más; rayos creo que hasta podría darle lecciones al entrenador.

 

En fin, ese día Rosalie no uso el short que usamos normalmente las animadoras, sino un culote semitransparente, se veía caliente y espectacular. Tanya y yo, no paramos de animarla, estábamos más que seguras de que hoy, ese hombre, caería a sus pies.

Rosalie no paraba de fantasear con un buen polvo en los vestuarios con un sudoroso Justin, sin embargo por más piruetas que dio para que se fijara en su trasero ese hombre no miraba hacia nosotras.

De repente el entrenador gritó algo pero la jugada no salió o algo así, mi prima se enfureció y comenzó a chillarle al entrenador no sé que tantas cosas. y entonces lo presencie. Justin por primera vez retiró su atención del partido y miró donde se encontraba mi prima, su rostro se iluminó y sonrió como nunca lo ha visto hacerlo; Lizzie se giró en dirección hacía Justin y se quedaron mirando como si una línea invisible los uniera, logrando que un escalofrío recorriera mi cuerpo. El partido terminó tiempo después llevándonos la victoria con un Touch Down que fue dedicado a mi prima; en ningún momento ellos se dejaron de mirar y sonreírse, jamás había visto a Justin prestar atención algo más que no fuera el partido, y ahí estaba la zorra de mi prima, no conforme con tener a Thomas a sus pies, ahora tenía atrapado a Justin; no quería ni pensar en la rabieta que haría Rose cuando se diera cuenta. Justin pasó a nuestro lado ignorándonos por completo y fue en dirección a mi prima, a la cual invitó a salir; cómo lo supuse el berrinche de mi hermana duró varios días y cuando por fin creí que se la pasaría se enteró de la gran noticia. Justin y Lizzie eran novios, convirtiéndose en una de las parejas más admiradas del campus.

 

Los meses pasaban y me dolía ver como sufría mi hermana, así que con la ayuda de Tanya contratamos a unos chicos para que una noche que Lizzie saliera de la biblioteca la dieran un gran susto, y funciono.....Bueno a medias, porque logramos que su noviazgo terminara pero no que se interesara en Rose, de hecho mi prima y Justin siguieron siendo grandes amigos.

Seguimos buscando mil formas de separarlos pero nada resultaba. Así que recurrimos a mandarle una nota anónima como si fuéramos sus atacantes, la verdad nunca pensé que le fuera hacer tanto mal como para acabar en el hospital, tanto mi tía Elizabeth como mi tío Anthony estaban bastante preocupados, eso fue lo que nos contaron papá y mamá cuando fuimos a comer un día con ellos.

 

Pero para nuestra desgracia la nota actuó a favor de mi prima, porque desde entonces Justin y Lizzie, están más juntos que nunca, hasta creo que son más unidos ahora que cuando iniciaron su relación.

La verdad que cuando Jasper me contó lo mal que lo pasó, me pareció una exageración, dado que fue un mísero sustito lo que le hicieron esos tipos, pero claro mi prima tenía que aprovechar para hacerse la victima y así poder tener la atención de todos a su alrededor, como ocurrió; cada vez estoy más segura de que se ha metido en la cama de todos, y por eso están al pendiente de ella.

 

Nuevamente acaricio la foto de mi amor y a mi mente vienen los recuerdos de los besos que se dio con Gianna. ¿Qué diablos tienen esas perras que no tenga yo? No tengo ni la menor idea de hecho soy perfecta para Thomas, sin embargo se tiene que liar con las más zorras.

 

Me levanto y me pongo frente al gran espejo de mi habitación dejando que la toalla se caiga al suelo para poder vislumbras mi cuerpo enteramente desnudo, acaricio mi corto cabello, que es un corte muy chic y queda perfecto con la forma afilada de mi rostro; mis ojos son alargados de un precioso color azul y con largas pestañas, mi nariz no es grande, aunque si un poco puntiaguda pero perfecta con mi pequeña y besable boca; mi cuello de cisne que luce divino con o sin accesorios, mis hombros femeninos al cien por ciento suaves, mis pechos no son nada pequeños, además, de tenerlos bien firmes; mi pequeña cintura, mi plano vientre, mis caderas acorde con el resto de mi cuerpo; si bien soy bajita, no obstante mis piernas están bien torneadas y no son cortas; me giro dándome una palmada en mi firme y duro trasero, doy una vuelta completa observándome desde todos los ángulos sin hallar ninguna imperfección, soy perfecta, sin embargo parece que a mi Thomas le gustan las imperfectas.

Mis manos empiezan acariciar mi piel y mi cuerpo responde subiendo de temperatura rápidamente, joder, el imbécil de Jasper ni para eso sirve, y no me apetece quitarme las ganas con mi Tomy está noche; lo compré desde hace mucho y es exquisito pero hoy necesito a un hombre conmigo, uno que si aprecie mi perfecto cuerpo, cojo mi móvil y marco deprisa el número, sé que él me atenderá muy bien, al segundo tono me responde con voz agitada y escucho los gemidos de una voz conocida, a la vez que su respuesta es breve y cortante.

 

—Está noche no Alice, estoy bastante ocupado— contesta, pero el idiota no tranca la llamada de eso modo reconozco mejor la voz.

 

—Venga Riley...no...te detengas...mumm— estúpida, teniendo a tantos hombres tenía que irse con el que me satisface completamente.

Tanya siempre ha sido de esa manera le da igual de quien se trate mientras le quiten la calentura, así que eso quiere decir que Jackson está disponible, rápidamente marco su número y como supuse no tardo nada en contestar asegurándome que llegaría enseguida.

 

No pasaron ni cinco minutos cuando le abro la puerta sólo con mi corta bata de seda blanca, me lanzo a sus brazos besando desesperadamente sus labios, me toma fuertemente del trasero subiéndome velozmente a mi dormitorio.

 

—Quiero qué me folles toda la noche— ronroneo nada más cerrar la puerta de la habitación.

 

—Eso haré nena, sólo debes abonar la cuota— declara sonriendo de manera fanfarrona, ahora el muy idiota tiene hasta tarifa.

 

—Ahora cobras ¿eh?— susurro melosa.

 

—Sólo con Tanya lo hago gratis, el resto paga— dice tan tranquilo.

 

—Si pago gritare otro nombre, imaginándome que me folla otro hombre— musito y me agrada así puedo imaginar que es mi Thomas.

 

—Si de fantasías se trata, yo también podría llamarte como a la chica que siempre he querido follar hasta la inconsciencia— susurra pegando su muy excitado miembro a mi vientre.

 

—Y se puede saber de quién se trata— inquiero con curiosidad acariciando su pecho por debajo de su camisa.

 

—En realidad es más de una, pero está es a la que más deseo, me tiene hechizado—sonríe pícaro—. Está noche me encantaría imaginar que me estoy follando a Lizzie Masen, me la encontré en el centro comercial, se agachó a por algo, y su trasero se marcaba tan delicioso con esos jeans—musita besando mi cuello—. No me extraña que Justin no la deje ni a sol ni sombra, debe ser una delicia de mujer en la cama— sonríe apretándome contra su muy erecto miembro.

 

—¡Vete al infierno Jackson!—lo empujo separándole de mi cuerpo—. Si vas a follar conmigo, es en mí, en quién vas a pensar— grito enfurecida. ¡Qué mierda tenía esa perra! ¡Qué todos los malditos chicos quieren con ella!

 

—Entonces nada de fantasías con otras personas— asegura mostrándome lo excitado que está, tanto que parece que va explotar.

 

—Nada de eso querido, yo si puedo, tú no—digo besándolo con hambre pero el muy idiota se corre antes de ni si quiera de comenzar a excitarme—¿A esto llamas un buen polvo?— cuestiono con desdén.

 

—Lo lamento Alice, pero solo de pensar en lo que podría hacer con el trasero de Lizzie, me hizo llegar— aclara el maldito imbécil.

 

—¡Vete a la mierda!—grito rabiosa, pero Dios estaba demasiado caliente—. Bien te daré una segunda oportunidad para follarme, pero si no me satisfaces se enterará toda la universidad— amenazo acercándome de nuevo y empezando acariciar su desnudo torso.

 

—Joder Alice, tú si que sabes como bajarle el libido a un hombre—comienza a vestirse—. Y prefiero no perder más mi tiempo, ya que no me atraes lo más mínimo; si al menos tuvieras las curvas de Nessie, el trasero de Lizzie y las deliciosas y esculturales piernas de Bella, no pararía de follarte en toda la noche— manifiesta saliendo por la puerta dando un portazo.

 

Me dejo caer de nuevo en la cama con mi cuerpo desnudo, que sólo esta cubierto por la minúscula bata. ¡Mierda se me quitaron las ganas y de la peor manera!—¡Me vengaré de vosotras malditas perras!—grito colérica antes de prender mi ipod y poner música para dormirme sin escuchar los malditos los gritos y gemidos de María, que esta follando con Santiago, su novio.

La cama a mi lado se hunde y pego un salto porque no oí la puerta abrirse.

 

—Ostias Alice, no te duelen los oídos, hasta desde aquí escucho la música— me riñe Rose.

 

—Prefiero escuchar música que a María gritar con su novio—refunfuño y Rose asiente sonriendo.—¿De dónde vienes hermanita?— levanto mis cejas, pues me lo imagino.

 

—De sacarme el estrés del día de mierda que he tenido—me contesta tumbándose a mi lado, al menos se había duchado quitándose el olor a sexo—. Menudo humor de perros que tienes—sonríe—¿Aún no te has follado a Jasper?— pregunta con curiosidad.

 

—Nada de nada—suspiro frustrada—. En serio hay momentos en los que me replanteo seguir o no con está farsa— digo mirándola directo a los ojos para que viera mi sinceridad.

 

—¡Ni lo sueñes Alice! ¡Esto tiene que funcionar! Necesitamos que sigas con él— me responde con un tono de voz que no deja replica.

 

—Rose moriré de abstinencia, no puedo echarme ni una canita al aire, en ningún momento se despega de mí, es peor que una lapa. Agg es horroroso— protesto agobiada.

 

—Ya encontraremos el momento, además, tienes a tu Tommy al igual que yo tengo a mi Justin— me dice riendo, todavía recuerdo lo que nos costó elegir los consoladores.

 

—No es lo mismo, pero da igual, además, creo que no podremos separarlos—digo soltando un suspiro de derrota—. No te acuerdas cómo defendió Justin a Lizzie en la cafetería—exhalo cansada—. En serio creo que si la zorra de nuestra prima le dice que el cielo es verde, él es capaz de pintarlo sólo para complacerla— declaro intentando convencer a mi hermana.

 

—Ni me lo recuerdes qué solo de pensarlo se me revuelve el estomago— escupe con asco.

 

—Viste lo patético que se vio Jasper cuándo Justin lo golpeo, estoy segura que si hubiera sido mi Thomas le hubiera dado unos bue...— no pude terminar de hablar.

 

—Nada de eso, mi Justin es perfecto, y ni tu Thomas, ni nadie, puede con él— asegura Rose.

 

—Ahí están equivocadas chicas, porque es mi Eddie es el que sobresale entre todos— ratifica Tanya entrando por la puerta sin llamar.

 

—Tanya, no creo aguantar mucho más tiempo al patético de Jasper— digo con un puchero.

 

—Aguanta Alice, necesitamos a Jasper, no podemos dejar que las zorras nos vuelva a pisotear como hicieron hoy en la cafetería— murmura Tanya roja de coraje.

 

—En realidad fue Justin el que nos humilló delante de todo el mundo— declaro ganándome una fulminante mirada de Rosalie.

 

—Nuestros hombre son intocables Alice—me regaña mi hermana—, es más, seguro que fue Lizzie quien le calentó la cabeza— su mirada es de puro odio cuando se refiere a nuestra prima.

 

—Sí me la imagino lloriqueando y haciéndose la victima como siempre— comento enojada.

 

—Tranquila chicas que eso no la servirá por mucho tiempo—sonríe perversa—. Debemos planear muy bien nuestras siguientes jugadas— manifiesta Tanya.

 

—Espero que nuestros planes salgan está vez a nuestro favor— habla con fastidio Rosalie.

 

—Estoy segura que sí, tal vez podamos hacer algo en el desfile, vosotras sabéis los accidentes pasan—sonríe burlona—. He oído que Bella es bastante torpe— dice con voz malvada Tanya.

 

—¿Sólo Bella? ¿Y qué pasa con Nessie, Lizzie y Gianna?— pregunto rápidamente.

 

—Todo a su tiempo amigas. He estado convenciendo a Félix para que se reconcilie con Gianna, y de ese modo sacarla de nuestro camino—nos cuenta, de sobra sé como ha convencido a Félix, con sexo—. No os preocupéis que todas irán recibiendo su merecido, incluso la traidora de mi hermana se acordara bien de mí— asevera con furia Tanya

 

—La verdad es que todavía estoy bastante cabreada con lo sucedido en la cafetería— dice mi hermana.

 

—Y con justa razón, Justin defendió a Lizzie de forma exagerada—nosasegura Tanya mirándome—Más vale que hables con Jasper para que detenga su lengua, no nos conviene que se distancie de los chicos, necesitamos estar informadas de lo que ocurre, y más ahora que Justin pertenece a la fraternidad— aconseja tumbándose a los pies de la cama.

 

—De acuerdo Tanya aguantare, pero no pienses que llevaré una vida célibe el tiempo que este con Jasper— recrimino con seriedad.

 

—Tampoco soy tan perra, puedes sacarte el estrés pero se discreta, no podemos perder está oportunidad— menciona Tanya rápidamente.

 

—Claro que seré discreta, mañana por la tarde cuando lleve un par de horas con Jasper me llamáis al móvil con cualquier excusa para librarme de él— manifiesto sonriendo al pensar lo bien que lo pasaría mañana con Riley, ambas asienten sonrientes.

 

—Tanya está noche cuando hablé con mis padres, me enteré de que Edward el sábado presentó a Bella como su novia a toda la familia— nos cuenta Rosalie, y la cara colérica de nuestra amiga da verdadero miedo.

 

—Maldita zorra de Bella Swan, nunca imaginé que fueran tan rápido y tan enserio— gruñe rabiosa Tanya golpeando con el puño la cama.

 

—Esa es la razón por la que no podemos perder a Jasper por nada del mundo— dice Rose

 

—No lo tendremos para nada fácil, es mas, Justin y Lizzie están juntos de nuevo, porque cuando lleve a Jasper a la fraternidad los vi besándose en el coche— anuncio y mi hermana se incorpora furiosa tomando el jarrón de mi cómoda y estrellándolo contra el suelo.

 

—¡Maldita zorra, la voy a matar! ¡Cómo se atreve a estar con mi Justin!— exclama Rose fuera de si, y con los ojos inyectados en sangre.

 

—Debemos actuar con cautela de ahora en adelante, pronto estaremos con nuestros hombres y de esas zorras nadie se acordara—asegura con firmeza Tanya—. La idea para hacer sufrir a la zorra de vuestra prima será mandarle un nuevo anónimo, cómo si sus atacantes estuvieran vigilando todo sus pasos— sonríe perversa nuestra amiga.

 

—Podemos hacerlo como en las películas. “Te ves genial con esa blusa” y esas cosas—dice mi hermana con increíble maldad—, de ese modo se ira unos días con sus papis dejándonos solo a Justin— sonríe mostrándonos su perfecta y blanca dentadura.

 

—Félix se encargará de quitarnos a Gianna, Bella sufrirá un pequeño accidente, Nessie desaparecerá unas horas en las que haremos creer a Jacob que le es infiel, ya que Royce es muy bueno haciendo fotomontajes, ya sabéis que es su gran hobbie, y para finalizar la traidora de mi hermana se quedará sin ayuda económica por parte de mis padres, de eso me encargo personalmente— nos comunica sonriente Tanya logrando que saltáramos de felicidad.

 

—Y si aun así no se dan por vencidas podemos volver a llamar a los pandilleros para que las den más que un susto, aunque tengamos que pagar mucho dinero merecerá la pena por desaparecerlas de nuestras vidas para siempre— añado dichosa al saber que pronto estaría entre los brazos de Thomas.

 

—Bueno chicas, será mejor que nos marchemos a dormir para soñar con nuestros maravillosos hombres, que pronto, muy pronto, serán nuestros— se despide Tanya con un beso en la mejilla para luego irse a su habitación.

 

—Está vez funcionará Alice, nos libraremos de esa zorras—asevera mi hermana con dureza—. Descansa hermanita, te quiero mucho— sonríe mirándome con dulzura antes de besar mi mejilla y marcharse a su habitación.

 

Ahora más tranquila sabiendo lo que les pasaría a nuestras queridas amigas y amada mi prima, me meto en la cama con la foto de mi Thomas apretada a mi pecho, cierro mis ojos y me dejo llevar por el sueño.


 

Las fotos del fic, las podéis encontrar en mi perfil de Facebook, en el álbum con el nombre del fic "Sensación de Vidas Universitarias"

Mi nombre de usuario es: maya masen cullen.

El Link del trailer lo tenéis arriba.

Emmaly Swalen mil gracias por tan maravilloso Trailer, Portadas y por sus maravillosas ideas

Mil gracias primita, por corregirme los fallos, no sé que haría sin ti.

A mi hermanita Maia que siempre está ahí aconsejándome y animándome.

A mis amigas Aliena y Teresa por su apoyo.

A mis lectoras tanto a las que dejáis vuestra opinión como a las silenciosas gracias por estar ahí.

Espero sus comentarios y sugerencias de todo corazón.

Muchos besitos y mordisquitos de Edward para todos mis lectores. 

Capítulo 14: Hablando Claro Capítulo 16: Metedura de Pata

 
14445789 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10762 usuarios