La Heredera (+18)

Autor: belibeli
Género: Romance
Fecha Creación: 15/04/2015
Fecha Actualización: 17/08/2015
Finalizado: NO
Votos: 9
Comentarios: 33
Visitas: 43900
Capítulos: 28

El último escándalo de la heredera. Esa última portada sería el comienzo. ¿Qué iba a hacer él con una niña problemática y caprichosa? ¿Qué iba a hacer ella con ese hombre serio, arrogante y autoritario? Drogas, alcohol, sexo desenfrenado e irresponsable. Edward no estaba preparado para entrar en ese mundo pero, ¿realmente estaba Bella en él?

 

-Quiero agradecer a "kikicullenswan", por permitir publicar su historia. Los créditos son para ella y visiten su pagina.

https://www.fanfiction.net/u/2514643/kikicullenswan

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Capítulo 24: chapter 24

 

- La heredera ha vuelto a las portadas

Emmett entró al despacho de Edward para encontrarse con su hermano y su novia revisando nuevamente los informes de Volterra.

Ambos se voltearon a verle extrañados.

- ¿Eh?

- Que tu novia ha vuelto a las portadas – dijo entregándoles una copia impresa de la página principal de TMZ

"Reaparece LA HEREDERA" rezaba la cabecera "La heredera del imperio Swan tiene nuevo ¿novio?" continuaba el titular que mostraba una foto de Bella y Edward sentados en la primera fila del Madison Square Garden, con sus dedos entrelazados y sus cabezas muy juntas.

El artículo continuaba especulando sobre la identidad del nuevo novio de la "conflictiva y mediática" modelo Isabella Swan. Había también varias instantáneas donde se les veía animando a los Knicks, haciéndose inocentes arrumacos o carantoñas.

- ¿De dónde has sacado esto? – preguntó Edward

- Es de la página web de TMZ

- ¿Navegas por TMZ? – inquirió Bella sorprendida

- No. Me llegan avisos al correo electrónico

- ¿Estás suscripto a TMZ? – continuó cada vez más perpleja

- No sé cómo darme de baja – confesó Emmett ruborizándose

Bella volvió la mirada al impreso mientras Edward entraba en la página web mencionada y leía el artículo.

La mayoría de las fotos de la galería eran de ellos dos aunque había un par o tres que mostraban a Rosalie y Emmett.

- "Isabella Swan ha vuelto a dejarse ver después de meses de ausencia, tras haber sido detenida por posesión de drogas, el pasado mes de agosto en la ciudad de Londres" – leyó Emmett – "Esta vez ha cambiado sus amistades conflictivas por el empresario Edward Cullen"

- ¡Wow! ¿Cómo saben quién soy?

- Saben todo – se quejó Bella recostándose en su asiento – Supongo que sabiendo quién es Emmett, les fue más sencillo buscar información sobre ti.

- ¡Wow! Estoy seguro que si quisieran podrían saber que todo lo que publican sobre ti, es mentira.

- Podrían – aceptó ella – si quisieran. Pero venden más los escándalos y las personas "conflictivas y mediáticas"

- Lo siento, Bells. Tal vez no debimos haber ido al partido, después de todo.

- ¡Qué va! – discutió Emmett enérgico – No tienes por qué esconderte de nada ni de nadie. Ninguno de los dos tenéis más pareja que vosotros mismos así que no tenéis por qué esconder vuestra relación. Al fin y al cabo, estabais sentados en un estadio viendo un partido de baloncesto. Os fotografiaron besándoos, nada más. No estabais desnudos, ni haciendo nada inmoral ni ilegal. Al que no le guste que se vaya al diablo.

- Tienes razón – reconoció Bella – Pero llega un punto en que te hartas de todo esto.

- Lo entiendo, pero ya no hay nada que puedas hacer para que dejen de escribir tonterías, así que simplemente ignóralos.

- Odio decirlo, pero Emmett tiene razón, Bells. Que se vayan al diablo. Tú y yo vamos a vivir nuestra vida como nosotros queramos y a quien no le guste pues, su problema.

Para cuando el viernes siguiente Bella entró en su departamento, se encontró a Edward en el sofá de su salón leyendo un artículo en la revista OK! de esa semana. Junto a él en el sofá vio dos publicaciones más, Star y People.

- ¿Qué haces? – preguntó sorprendiéndolo

- Hola, cielo. – saludó levantando la vista de la revista – No te escuché entrar.

- Ya veo. ¿Qué es esto? – indagó sentándose a su lado y cogiendo una de las revistas

- Alice me las hizo llegar hoy. Somos portada.

- Ya veo – suspiró – ¿Has descubierto algo nuevo sobre ti?

- Sí – sonrió – Estoy contigo porque eres la accionista mayoritaria de Swan. Mantuve una relación seria con Tanya, que a su vez es tu amiga desde que trabaja para Ralph Lauren.

- ¡Wow!

- Sí. La dejé por ti cuando volviste a la ciudad, aunque nos conocemos desde hace años.

- ¿Tú y yo nos conocemos desde hace años?

- Parece que sí – sonrió lanzando las revistas sobre la mesita del café y empujando a Bella sobre el sofá para recostarse sobre ella – Aunque yo no te recuerdo

- Ni yo a ti

Fundió sus labios contra los de ella besándola con ansiedad.

- No sé cómo has podido vivir veinte años con esto – confesó cuando se separaron

- Bienvenido a mi mundo – sonrió con tristeza

- Amo formar parte de tu mundo, aunque eso implique tener que ver tonterías publicadas sobre mí.

Silenció sus labios con los suyos al ver sus intenciones de replicar. El beso fue lentamente volviéndose demandante y necesitado.

La desnudó tomándose su tiempo. Para cuando no quedaba entre ellos ropa alguna, Bella se retorcía jadeante y nerviosa

La boca de Edward se posó, firme, sobre la de ella, para penetrarla con su lengua.

La respuesta de Bella lo excitó tanto como sentir su cuerpo sedoso contra el suyo.

Ella le acarició la espalda y los hombros, y lo hizo temblar de deseo en un instante.

Edward hubiese querido moverse con lentitud, darle pleno placer antes de permitirse su propia satisfacción, pero pronto las caricias de Bella lo embriagaron enloqueciéndolo.

Terminó el beso, e inclinó la cabeza sobre los pechos.

Empezó a acariciar e incitar los pezones con la lengua y los labios.

Bella exhaló un suspiro entrecortado de placer, pidiendo más, y cuando la boca de Edward se apoderó de su pecho y comenzó a succionarlo, los suspiros se convirtieron en gemidos.

Se arqueó hacia él, en un intento por acercarse cada vez más a su cuerpo desnudo. Las caricias se volvieron más rudas, menos controladas.

La mano de Edward descendió por su vientre y siguió, hasta encontrar su tibia abertura. Sintió ese calor húmedo entre los muslos de la chica, y perdió por completo el control.

Movió los dedos dentro de ella, pero no lo hizo con toda la velocidad que ella quería y necesitaba.

Bella estiró la mano, apoderándose del miembro erecto, y cerró los dedos alrededor, provocándole un tosco gemido de placer.

Edward le sujetó las manos y se las hizo poner en su espalda, mientras cambiaba de posición, para penetrarla con un fuerte envite.

- Dios, cariño, qué bueno es sentirte a mi alrededor – susurró - No te muevas aún... – rogó

No pudo continuar.

Estaba más allá de los pensamientos y la cordura, y sólo podía sentir el deleite increíble de sus caderas meneándose contra él.

Bella levantó las piernas para recibirlo más plenamente dentro de sí, y le pasó los brazos alrededor del cuello.

Los lentos movimientos del hombre la hicieron suplicar por más, hasta que ya no pudo reconocer nada más que la sensación de Edward moviéndose en su interior.

Enredó los dedos en los cobrizos cabellos tironeándolos.

Sus quejidos se hicieron más insistentes, empujándolo más allá del límite.

Los impulsos se hicieron más fuertes y profundos, y cuando sintió los primeros espasmos del orgasmo de la joven, cuando se arqueó hacia él y lo apretó con fuerza dentro de sí, se permitió su propia liberación, volcando su semilla en su interior.

Gritó su nombre mientras lo inundaban oleadas sucesivas de un placer agónico.

Bella sintió el clímax explotando dentro de ella. Se aferró a él entregándose a las sensaciones y dejando que la consumieran.

Le llevó un tiempo prolongado volver a la realidad.

Edward la abrazaba acariciándola.

Fue bastante más tarde cuando la realidad volvió a invadirla.

- ¿Has pensado lo que pensará Tanya al ver las revistas? – preguntó Bella cuando lograron recuperarse de su estallido

- Lo sé. Es un asco.

- Tal vez deberías hablar con ella. Seguramente repercutirá en ella también. Alguien le dirá algo.

- Lo sé. Hablaré con ella – prometió

Edward invitó a Tanya a comer el lunes siguiente. La chica, que en un principio se mostró algo reacia, al final aceptó tomar un café con él y se encontraron en el Starbucks que había frente a las oficinas de Swan.

- Hola, Edward – le saludó seria cuando se encontró con él quien la esperaba ya sentado a la mesa con un capuccino

- Hola, Tanya. ¿Cómo estás? – respondió levemente incómodo ante la fría mirada de la joven que se sentó frente a él

- ¿Cómo puedo estar cuando me han puesto en un lugar un tanto...?

- Incómodo, lo sé

- ¿Incómodo? Soy algo así como el hazmerreír. La novia abandonada.

- Lo siento, Tanya. De más está decirte que no era mi intención. De hecho nunca pensé que esto pudiera suceder.

- Sólo contéstame algo, Edward. ¿Me dejaste por ella?

- Sabes que no

- No. No lo sé – discutió – Sólo sé que tú y yo estábamos juntos, Isabella llegó a la ciudad y tú me dejaste y al cabo de nada estabas saliendo con ella.

- Tanya, por favor. No tergiverses las cosas. Sabes que lo nuestro no iba a ninguna parte.

- No. Otra vez no lo sé. Yo creía que estábamos bien.

- Tanya, ¿nunca pensaste por qué razón nunca hicimos el amor en esos dos meses que estuvimos saliendo?

La chica lo observó atónita.

- ¿Qué quieres decir?

- Tanya, yo no me sentía así contigo. Tú me gustas y te aprecio, y de verdad que quería sentir algo más, pero no sucedió.

- ¿Estás con ella por Swan?

- No – respondió tajante

- Te escuché cientos de veces despotricar contra ella

- No la conocía

- ¿Ahora la conoces?

- Sí

- ¿Y te gusta lo que es?

- Más de lo que hubiera podido imaginar

- Voy a dejar la ciudad – le informó escueta después de sopesar durante unos momentos las palabras de Edward

- ¿Por todo esto? – indagó sorprendido – No es necesario, Tanya. No sé exactamente qué es lo que podemos hacer, pero hablaré con Emmett. Supongo que habrá algo que podamos esgrimir para exigirles que no te nombren en la prensa. Al fin y al cabo tú no eres una persona pública.

- ¿Y tú, Edward? ¿Ahora eres una persona pública? ¿Te gusta la fama que te da salir con ella?

- No, no me gusta en absoluto. Pero Bella tiene un trabajo que la lleva a estar en las portadas y ella me importa más que cualquier otra cosa. Si debo soportar esto para estar con ella, lo haré.

- ¿Estás enamorado?

- Me estoy enamorando

- Entiendo. Es guapa, rica.

- Son las dos cualidades que menos me importan – la corrigió molesto por su presunción – Es inteligente, es noble, honesta, altruista. Es mucho mejor persona de lo que yo podré ser jamás, y eso me hace querer ser mejor persona a mí mismo.

- ¡Vaya! – dijo burlona – Ahora resultará que la chica es un dechado de virtudes

- No me gusta tu tono, Tanya, pero sí, lo es. Más de lo que tú imaginas. Algún día todo el mundo lo sabrá y más de uno deberá disculparse públicamente por haber hablado mal de Bella.

- Entiendo. Espero que tengas razón, Edward. Y, de verdad, a pesar de lo que me duele todo esto y que las cosas entre nosotros hayan resultado como fueron, te deseo lo mejor. Espero que seas feliz.

- Gracias, Tanya. Yo te deseo lo mismo a ti.

Se despidieron frente a la cafetería, antes de que Tanya subiera a un taxi y Edward se encaminara de vuelta a las oficinas de Swan.

Sólo cuatro días después, Edward protagonizaba su segunda ronda de portadas en las revistas de prensa rosa.

Y esta vez no era Bella quien estaba con él.

 

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gracias x sus comentarios y votitos =)

 

Capítulo 23: chapter 23 Capítulo 25: chapter 25

 
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