La Heredera (+18)

Autor: belibeli
Género: Romance
Fecha Creación: 15/04/2015
Fecha Actualización: 17/08/2015
Finalizado: NO
Votos: 9
Comentarios: 33
Visitas: 43897
Capítulos: 28

El último escándalo de la heredera. Esa última portada sería el comienzo. ¿Qué iba a hacer él con una niña problemática y caprichosa? ¿Qué iba a hacer ella con ese hombre serio, arrogante y autoritario? Drogas, alcohol, sexo desenfrenado e irresponsable. Edward no estaba preparado para entrar en ese mundo pero, ¿realmente estaba Bella en él?

 

-Quiero agradecer a "kikicullenswan", por permitir publicar su historia. Los créditos son para ella y visiten su pagina.

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Capítulo 20: chapter 20

 

Alice miró estupefacta a la pareja. Edward rió apretando a Bella contra él. Bella por su parte, se sonrojó nerviosa.

- ¿Te vas a casar? – preguntó su hermana estupefacta

- No de momento, pero algún día, sí – aseguró él – Bells, imagino que recuerdas a mi hermanita, Alice – dijo irónicamente – Alice, ella es Bella, mi novia.

- Tu novia, y ¿puedo saber desde cuándo?

- No mucho en realidad – confesó mirando a su chica e inclinándose para besar su zona sensible detrás de la oreja – Pero lo suficiente como para sentirme completamente feliz.

- Pensé que habías dicho que no lo habías dejado con Tanya por ella.

- Y así es. Lo dejé con Tanya porque no teníamos nada en común, no me atrae ni estoy enamorado de ella.

- Y ¡Oh, casualidad! Allí estaba Bella – dijo sardónica

- ¿A que es una maravillosa casualidad? – respondió él con más sarcasmo del pretendido

- Alice, será mejor que dejes de comportarte como una niña – replicó su marido incómodo – Bienvenida, Bella. Espero que disculpes a mi mujer, pero últimamente está un poco nerviosa.

- No tengo nada que disculpar – aseguró Bella evitando mirar a la otra mujer, cuando Edward tiró de ella para esquivar a Alice y entrar en la casa.

La familia de Edward sin dudas le tenía mucho aprecio a Bella y se lo demostraron durante la comida, salvo por Alice que no le quitaba de encima su mirada incómoda.

- Hey, Emmett, ¿recuerdas a Royce King? – preguntó Edward mientras tomaban el café en el salón con Emmett, Rosalie, Jasper y Alice.

- ¿Royce King? ¿El abogado?

- Sí. Es el abogado de Bella – explicó Edward con una sonrisa

Bella le miró meneando la cabeza adivinando claramente a dónde quería llegar. Edward apretó su hombro con el brazo que la rodeaba y la mantenía junto a él.

- ¿Ah, sí? – respondió Emmett mirando a Bella – Es el abogado de Eclipse Hostels, una cadena en la que invirtió Swan y que le está dando excelentes beneficios – le explicó Emmett extrañado ante las sonrisas de su novia, su hermano y la novia de éste

- Sí, lo sé – aceptó Bella

- Me estoy perdiendo algo – murmuró incómodo

- Bella es la dueña de Eclipse – le explicó Rosalie haciendo ganar a su amiga la mirada sorprendida de los allí reunidos

- No es posible – discutió el hombre – Estaba a nombre de una sociedad anónima

- Sí, lo sé. Es más sencillo para mí trabajar a través de una S.A.

- Por Dios, chica, eres una cajita de sorpresas – rió Emmett dejándose caer en el sofá – Pues bien por ti, nos estás haciendo ganar mucho dinero

- Esa es mi chica – rió Edward besando su sien

Alice bufó al otro lado del salón y Edward se tensó molesto.

- ¿Y por qué buscaste que Swan invirtiera?

- No lo sé. En ese momento necesitábamos dinero y Royce propuso buscar inversión externa. Se me ocurrió ofrecérsela a Swan, al fin y al cabo también tengo acciones allí.

- Irónico. Cuando Charlie lo sepa...

- Lo sé – rió Edward – Le dará un infarto.

- Algo más para escandalizar a ese pobre hombre – acotó Alice desdeñosa acabando así con la paciencia de su hermano

- ¿Puedo hablar contigo un minuto, Alice? – dijo poniéndose de pie para dirigirse al estudio

- Edward... – pidió Bella poniendo la mano sobre la pierna del chico

- Ahora vuelvo, cielo – la evadió inclinándose para dejar un suave roce en sus labios – Alice... – repitió y entró en el estudio seguido por su hermana

Alice entró al estudio y cerró la puerta tras de sí con un bufido molesto. Se recostó contra la puerta con los brazos cruzados sobre el pecho.

- Bueno, a ver – dijo Edward antes de voltearse para verla apoyándose en el escritorio – ¿Qué diablos quieres?

- No sé a qué te refieres

- ¿Qué es lo que pretendes? ¿Por qué no dejas a Bella en paz? ¿Cuál es tu problema?

- No me gusta esa chica, ya lo sabes

- Ya. ¿Y por qué? ¿Qué te ha hecho ella a ti?

- A ti tampoco te gustaba

- Es verdad – reconoció – No me gustaba hasta que me di la oportunidad de conocerla, y es realmente asombrosa

- Venga ya, Edward. Te hacía más listo que eso. No pensé que te dejaras llevar sólo por una chica guapa

- Bella es miles de cosas más que una chica guapa, pero tú estás tan encerrada en ti misma que no te das la oportunidad de conocerla.

La chica apretó los labios en un gesto obstinado sin contestar.

- Venga ya, Ali – suavizó el tono su hermano – Dale una oportunidad. Hazlo por mí. Es mi novia, me gusta, me gusta mucho.

- ¿Por qué? – gimió la joven

- No lo sé. Porque es maravillosa. Es... no sé... simplemente asombrosa. No es nada de lo que tu creías que era. No entiendo por qué te molesta que esté con ella.

- Tú sabes cómo ha sido mi vida – explicó a modo de excusa

- Tienes que superarlo ya, Alice. Bella no es como ninguna de las personas que te hicieron daño. Si te dieras la oportunidad de conocerla verías que tenéis más cosas en común de las que imaginas.

- ¡Qué va! ¿Qué podría tener en común yo con Bella Swan?

- Más de lo que crees – aseguró – Pero tendrás que darte la oportunidad de conocerla – dijo acercándose a su hermana y tomando sus manos entre las suyas – ¿Lo harás, cariño? ¿Lo harás por mí?

Alice refunfuñó y sus ojos se llenaron de lágrimas. Desde siempre Edward había sido su protector y vehemente defensor. Le adoraba y sólo deseaba verle feliz. Pero ella siempre había tenido otros planes para él, y ver que Edward, quien siempre le había dado todo lo que ella le había pedido, esta vez no lo hacía, la desestabilizaba.

- Quería que te casaras con Tanya – reconoció con un dejo infantil

- Dios, Alice. Tanya y yo no funcionamos como pareja, ya te lo he dicho.

- Ya lo sé. Pero es mi mejor amiga, siempre lo ha sido, y se lo merece más que nadie. Ha estado enamorada de ti desde que te conoció cuando tenía 16.

- Por favor, Ali, era una cría entonces...

- Lo sé, pero así ha sido. Te ha amado desde entonces y, aunque intentó otras relaciones cuando tú estabas con Lauren, nada funcionó. Cuando Lauren y tú lo dejasteis, todos pensamos que tendríais una oportunidad

- ¿Todos? ¿Todos quiénes? – indagó curioso

- Ella y yo – confesó sonrojándose – Es mi mejor amiga y quiero que sea feliz

- Y lo será, Alice, pero no conmigo. Yo no podría hacerla feliz. No la amo.

- ¿Amas a Bella?

- Es pronto para decirlo – reconoció – Estamos conociéndonos. Pero tiene todo lo que yo amo en una mujer.

- ¿Y no te importa todo lo que ha hecho con su vida?

- Justamente todo lo que ha hecho con su vida es lo que la hace más valiosa aún.

Alice frunció el entrecejo extrañada.

- No ha hecho nada de lo que las revistas dicen de ella – le aclaró su hermano

- ¿Cómo lo sabes?

- Simplemente lo sé, y tú también lo sabrías si te dieras una oportunidad. ¿Lo harás? – insistió – ¿Lo harás por mí?

- Lo intentaré – aceptó a regañadientes la chica

- Gracias, Alice – suspiró al fin estrechando a su hermana entre sus brazos – Es importante para mí que mi hermanita favorita y mi novia se lleven bien

- Sólo he dicho que lo intentaré

- Es suficiente – sonrió antes de que salieran del estudio para reunirse con los demás

Edward se encontró a Bella sentada en el balancín que había en el porche trasero.

- Hey – la saludó sentándose a su lado – ¿No tienes frío?

El tiempo estaba gélido pero los tímidos rayos del sol de los primeros días de diciembre, daban una suave calidez. No obstante, Bella llevaba su abrigada chaqueta.

- Hey – le sonrió a su vez recostándose contra él cuando la rodeó con sus brazos

- ¿Va todo bien, cariño? – preguntó recostando su mentón sobre la cabeza de la chica

- Sí, muy bien. ¿Y tú? ¿Todo bien con Alice?

- Perfectamente.

- No quiero que tengas problemas con ella por mi culpa

- No los tendré – aseguró – Pero tú eres mi novia y no voy a permitir que Alice te haga daño, por mucho que la quiera

- No me hace daño. Estoy acostumbrada a que la gente piense lo peor de mí. Sé que me lo he ganado yo con todo lo que he hecho

- Digas lo que digas, sé que te afecta. Ahora eres parte de mi familia, Bella. No permitiré que nadie te trate mal.

Le observó sonriente aunque sus ojos se humedecieron. Hacía mucho tiempo que no se sentía parte de una familia. Cuando primero Marie, y luego Kaure, murieron, con ellas murió la familia que Bella había tenido. Y por mucho que hubiera intentado tener una familia con su padre, hasta entonces no había tenido éxito.

- Gracias, Edward – susurró antes de acercarse a sus labios para besarle

- Tío Edward! – el pequeño grito de Cynthia les obligó a separarse

- Dime, cariño – dijo Edward girándose hacia la pequeña

- ¿Quieres montar en bici conmigo? – peguntó la niña enseñándole el casco rosa que llevaba en la mano

Edward se volteó hacia Bella interrogante y ella simplemente asintió sonriente.

Edward sostenía la bicicleta desde atrás mientras Cynthia se balanceaba pedaleando temerosa. Bella les observaba desde el porche encantada con el chico que ya ocupaba un importante lugar en su vida.

- ¿Puedo? – la voz de Alice a su lado la sorprendió

Levantó la vista para encontrarse con la joven que señalaba el lugar vacío a su lado en el balancín y ruborizándose asintió.

La chica se sentó a su lado observando a su hermano jugando con su pequeña hija.

- Es su tío favorito – comentó – Edward tiene mucho mejor trato con los niños que Emmett. Cynthia le adora.

- Se ve que es completamente recíproco

- Sí, lo es – confirmó Alice volteándose hacia ella – Edward también es mi hermano favorito.

Bella desvió la mirada para observar a su novio jugando con la pequeña.

- Creo que tú y yo no hemos empezado con muy buen pie – confesó Alice con sinceridad, aunque algo vergonzosa

Bella se mantuvo en silencio pensando qué debería contestar.

- La relación más importante de Edward fue Lauren – le contó incomodándola – Estuvieron juntos durante seis años, convivieron poco más de un año.

- ¿Por qué me lo cuentas?

- Lo siento, no quería incomodarte – se disculpó y a Bella le sonó sincera – En realidad, a lo que quería llegar era que aún con lo formal de su relación, nunca le vi tan feliz como parece estarlo ahora

- Oh – se ruborizó la chica

- Sí. Sé que no hace mucho que estáis juntos

- En realidad hace muy poco

- Lo sé. Pero aún así, Edward se ve feliz. Y Edward siempre fue una persona muy inteligente, así que estoy segura de que si él cree que eres buena para él, entonces será que lo eres.

- Espero serlo

- Edward me pidió que te diera una oportunidad. En realidad, me pidió que me dé a mí misma la oportunidad de conocerte, y pienso hacerlo.

- Gracias

- No es nada personal. Las chicas como tú nunca me han caído bien.

- ¿Cómo son las chicas como yo?

- Ya sabes

- No lo sé, en realidad. No sé a qué parte de mí te refieres, cuando dices las chicas como yo.

- Las chicas como tú – insistió la morena – Ya sabes, guapas, exitosas, con una vida fácil.

- ¿Crees que mi vida es fácil? – indagó con una media sonrisa triste

- No me convencerás de que tu vida es difícil – dijo Alice sardónica – Tienes todo lo que quieres, puedes hacer todo lo que quieres. De hecho, lo haces, con total impunidad.

- No sé a qué te refieres, Alice, pero estoy segura de que te equivocas. Tal vez para mí hayan sido fáciles, o sean fáciles, cosas que para ti no lo han sido. Pero puedes estar segura de que me cambiaría contigo sin dudarlo, sólo por tener la mitad de las cosas que tú tienes.

- No lo creo – se burló la chica displicente - ¿Qué podrías ambicionar tú que no puedas obtener?

- No tienes idea

- Explícamelo – demandó Alice

- Tienes una familia – Alice la observó entonces con atención – Tienes una familia que te adora por encima de todo. Tus padres, tus hermanos, y ni hablar de tu marido y tu hija.

- Tú tienes a tu padre

- ¿No sabes acaso que mi padre me odia?

- No lo creo. Tu padre se molesta contigo por tus escándalos. Tampoco es tan incomprensible.

- Mis escándalos, como tu dices, comenzaron cuando tenía veinte años. Mi padre me envió a vivir a Londres cuando tenía seis.

- Seguramente pensó que era lo mejor para ti

- ¿Tú crees? Que tu padre te culpe de la muerte de tu madre y te envíe al otro lado del mundo por ello no me parece que pueda ser lo mejor para ningún niño. Puedo contar las veces que le vi desde que cumplí seis hasta que cumplí veinte y saltó mi primer escándalo.. Tú tienes una hija, ¿te imaginas verla contadas veces en veinte años?

- No, no podría – confesó en voz baja Alice sintiéndose culpable

- Lo único que he deseado durante años ha sido que mi padre me llamara o quisiera verme. Empezó a llamarme cuando mi vida se convirtió en un escándalo tras otro. Puedes estar segura que nunca me importó lo que se dijera de mí si a cambio mi padre me llamaba.

- Pero todo eso en lo que te has metido...

- La mitad de las cosas que se dicen de mí, no son ciertas.

- ¿No? – indagó Alice recelosa

- No, puedes estar segura que no

- Pero todo eso de las drogas, el alcohol, las fiestas, los hombres...

- He ido a fiestas, sí, a muchas. Muchas fiestas organizadas por personas que no tienen una reputación especialmente intachable, es verdad, pero nadie te obliga a hacer nada ilegal o inmoral allí. Nunca he tomado drogas, salvo tres veces que fumé marihuana cuando tenía veinte, pero me mareaba y no me gustó así que no he vuelto a hacerlo. Me he emborrachado seis veces en mi vida y todas ellas han sido en mi propia casa con verdaderos amigos, nunca me ha visto la prensa realmente ebria. Respecto al sexo sólo te diré que no me he acostado con ninguno de los chicos que la prensa ha asegurado que lo he hecho – de hecho, pensó, su primera relación sexual databa de la noche anterior

- ¿O sea que todo es mentira? – preguntó Alice escéptica

- No todo pero la mayoría. Debo confesar que sí hice topless en Saint Tropez y fuimos a una playa nudista en Mikonos, pero fue por casualidad, ya que no supimos que era nudista hasta que vimos que nadie llevaba bañador. También fui a Ascot con un vestido demasiado corto y llamativo, pero llevaba ropa interior y no estaba ebria.

- Si todo es mentira, ¿por qué nunca has demandado a las revistas?

- Porque no me importa lo que la gente piense de mí. Creo que el que me conozca realmente sabrá lo que es cierto y lo que no. Además no importa lo que hagas, o cómo les demandes. Tus faltas siempre salen en portada con grandes titulares en letras amarillas. Las disculpas se publican en las páginas interiores, en pequeños recuadros en páginas pares, como una fe de erratas. Nunca verás una retractación en portada, sino escondidas en el interior. Nadie las lee.

Alice estaba pensativa intentando descifrar la verdad escondida en las palabras de Bella, cuando Edward se acercó a ellas temeroso.

- ¿Todo bien? – preguntó sentándose al otro lado de Bella y rodeándola con su brazo por los hombros

- Sí, todo bien – aceptó su novia recostándose en su pecho

La mirada especulativa de Edward se clavó en el rostro de su hermana.

- Sí, todo bien – reconoció Alice dejándoles solos

 

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Estoy cumpliendo en subir capi, espero muchas visitas =)

Capítulo 19: chapter 19 Capítulo 21: chapter 21

 
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