La Heredera (+18)

Autor: belibeli
Género: Romance
Fecha Creación: 15/04/2015
Fecha Actualización: 17/08/2015
Finalizado: NO
Votos: 9
Comentarios: 33
Visitas: 43885
Capítulos: 28

El último escándalo de la heredera. Esa última portada sería el comienzo. ¿Qué iba a hacer él con una niña problemática y caprichosa? ¿Qué iba a hacer ella con ese hombre serio, arrogante y autoritario? Drogas, alcohol, sexo desenfrenado e irresponsable. Edward no estaba preparado para entrar en ese mundo pero, ¿realmente estaba Bella en él?

 

-Quiero agradecer a "kikicullenswan", por permitir publicar su historia. Los créditos son para ella y visiten su pagina.

https://www.fanfiction.net/u/2514643/kikicullenswan

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Capítulo 23: chapter 23

 

- Hola, cielo – saludó Edward abriendo la puerta de su departamento

Bella sonrió entrando y entregándole la botella de Chardonnay que traía para acompañar la cena.

- Hola – le saludó - Habías dicho Tailandés, ¿no? Creí que este vino le iría bien.

- Perfecto, cariño – aceptó cogiendo la botella con una mano y la mano de la chica con la otra para tirar de ella y hacerla entrar.

- Buenas noches – susurró contra sus labios antes de besarla mientras con su brazo rodeaba su cintura y la apretaba contra él

Edward vivía en un magnífico loft de cien metros cuadrados, ubicado en el ático de un edificio frente al Central Park.

- Wow! – exclamó Bella adentrándose en el salón – Me encanta tu casa

- ¿Te gusta? – sonrió Edward haciendo una ademán en derredor – Siéntete como en tu casa – sugirió – Ponte cómoda

Caminó hasta la zona de la cocina y dejó el vino sobre la isla. Cogió una hielera de una de las alacenas y la llenó con cubitos de hielo para dejar la botella reposando en su interior, mientras Bella deambulaba frente a la librería mirando los títulos que la abarrotaban.

- Te gusta leer – comentó despreocupada

- Bastante, sí – reconoció llevando las bandejas a la mesa del comedor – Leo cualquier cosa que caiga en mis manos

- ¿Incluso revistas de cotilleos? – dijo burlona

- Las he dejado. He descubierto que están llenas de mentiras – sonrió él mientras descorchaba el vino.

Se acercó a ella para entregarle una copa de vino y se paró a su lado observando también sus libros.

- Amo a Auster – confesó Bella señalando los títulos del autor americano que Edward tenía – Podría decir que es mi escritor contemporáneo favorito.

- Sí – aceptó él – Está entre mis favoritos."La trilogía de Nueva York" es excelente.

- Lo es, aunque mi favorito es "El palacio de la luna". Tengo una edición autografiada – se jactó pretenciosa

- Ah ¿sí? – se burló él estirando su brazo para coger su edición de Leviatán y entregársela

Bella rió al abrir el libro y encontrar la firma del escritor.

- Lo vi en el MoMA hace unos años cuando publicó Tombuctú

- Yo lo vi en Londres – sonrió

- Tú y yo tenemos mucho en común – susurró girándose hacia ella y acercándose a besarla

- Algo, sí – reconoció antes de fundirse contra él

Cenaron charlando sobre libros, música y todas aquellas cosas que les hacían saber más sobre el otro.

Bella descansaba sobre el pecho desnudo de Edward después de haber hecho el amor por segunda vez.

Edward acariciaba su espalda buscando la mejor forma de encarar el tema que llevaba evitando toda la noche.

- ¿Estamos bien, Bells? – preguntó sorprendiéndola

Bella levantó la mirada hasta enfocarla en su rostro.

- ¿A qué te refieres?

- ¿No hay nada que quieras decirme?

Más extrañada aún se irguió sobre él recostando su peso sobre el codo, observándolo con el entrecejo fruncido.

- ¿De qué estamos hablando?

Edward inspiró y exhaló enredando sus dedos en los mechones castaños que caían por la espada desnuda de su chica.

- Sabes que estoy contigo porque tú me gustas, ¿verdad?

Bella se sonrojó imaginando a qué venían las palabras de Edward.

- Quiero que estés segura de lo que siento por ti

- Rose habló contigo – conjeturó bajando la vista a su pecho

Edward levantó su rostro poniendo sus dedos bajo su mentón.

- Bells, no quiero tener que enterarme de tus dudas o preocupaciones a través de Emmett. Quiero que seas tú quien me las haga saber.

- No se supone que tuvieras que saberlo

- Cielo, apenas estamos comenzando nuestra relación. No deberíamos llenarla de mentiras, dudas o sospechas.

- No quería herir tus sentimientos

- Cariño, si comenzamos con pequeñas mentiras para no herir nuestros sentimientos, cuando nos demos cuenta estaremos inmersos en un mar de dudas que nos ahogará

- Lo siento – confesó bajando la mirada

- No, cielo, yo soy quien lo lamenta. Lamento haber hecho algo para que tengas dudas

- Tú no has hecho nada – discutió Bella

- Claro que sí. Sé que fui innecesariamente duro contigo cuando nos conocimos, y no era verdad todo lo que dije entonces. No es verdad que sólo me preocupara el éxito o fracaso de Swan Investments. Tampoco pensaba realmente que no fueras adecuada para mí. Supongo que en ese momento creía todo lo que había leído sobre ti y el hecho de que me gustara tanto una chica tan problemática, pensaba que me haría sufrir. Pero me he sentido irremediablemente atraído por ti desde la primera vez que te vi. Sé que es pronto aún para decir que lo que siento sea amor, pero es algo que cada vez se le parece más – confesó dibujando en el rostro de la chica una tímida sonrisa – Y puedes estar segura que no estoy dispuesto a perderme la oportunidad de ver crecer este sentimiento. Quiero intentarlo de verdad, Bella. Estoy seguro que podemos ser muy felices juntos. Estoy convencido de que tú y yo juntos podemos hacer algo grande. Maravillosamente grande.

- Eso es lo que yo deseo también, Edward – aseguró Bella

- Entonces no dudes de mí, Bells – murmuró atrayéndola contra él para dejarla acostada sobre su cuerpo

- Prometo que no lo haré – afirmó – Es que todo lo de Volterra me sobrepasó

- Lo sé – reconoció él – Quiero que sepas también, que no he enviado el contrato a Italia

- ¿No? – indagó sorprendida - ¿Por qué no?

- Porque no estoy dispuesto a permitir que un estúpido contrato nos separe.

- Pero... no es un estúpido contrato... es importante...

- Tú eres importante – la contradijo – Tú y yo juntos. Eso es importante. Discutiremos nuevamente ese contrato y lo volveremos a discutir con ellos y si no llegamos a algo que realmente te satisfaga, pues no firmaremos.

- No puedes hacer eso, Edward

- Claro que puedo. No vamos a quebrar por no firmar ese contrato.

- Pero... – discutió

- Nada de peros – dijo haciendo una pinza con sus dedos pulgar e índice y cerrándola sobre sus labios

- Pero... – repitió ella entre dientes haciéndolo sonreír

- Deberé ser más eficaz en cerrar tus labios – sonrió Edward mientras bajaba su rostro para fundir su boca con la de ella

- Edward... – murmuró ella cuando por fin se separaron

- Shh... es viernes, Bells... disfrutemos el fin de semana y ya el lunes hablaremos de trabajo – pidió - ¿Ok?

- Ok – aceptó sonriente lanzándose sobre sus labios y restregándose contra él

Se giró en la cama para encontrarla vacía. Abrió los ojos lentamente sólo para comprobar que Edward ya no estaba allí, pero identificó de inmediato el aroma del café que inundaba el departamento.

Ya era bastante tarde así que decidió dejar de remolonear en la cama. Se calzó sus braguitas y la camisa oscura de Edward y bajó para encontrárselo preparando el desayuno.

- Buenos días – murmuró abrazándolo por la espalda

- Buenos días, cielo – respondió besando su cabeza - ¿Dormiste bien?

- Mucho

Edward estiró su brazo para girarla y dejarla de frente a él mientras con la espátula de madera continuaba revolviendo los huevos en la sartén.

- Te estoy preparando huevos para recuperar energías – se burló besándola

- Las necesito – rió ella alejándose para servir dos tazas de café

Estaban desayunando cuando el timbre les interrumpió.

- Edward – se escuchó la voz en grito de Emmett – ¡Voy a entrar! ¡Deja lo que estás haciendo!

La puerta se abrió dejando paso a su hermano y la novia de aquel, mientras Edward se arrepentía del día que le había entregado a su hermano una llave de su casa.

- Buenos días, hermanitos – saludó sonriendo mientras se dirigía a la alacena para coger dos tazas y llenarlas de café

Rosalie sonrió y besó la mejilla de Bella sentándose al lado de ésta.

- Emmett – se quejó Edward – ¿No puedes simplemente llamar y esperar a que te abra la puerta?

- ¿Para qué? Supongo que me diste una copia de la llave para que pudiera entrar

- Sí, pero eso era para que entraras cuando yo estuviera fuera de la ciudad y fuese necesario. Y desde luego que eso era antes de que tuviera novia.

- Ya – se burló el grandullón sentándose junto a él después de entregarle su taza a Rosalie – Pero de todas formas, no creo que hagáis nada que yo no haya hecho

- Como quieras, pero te aseguro que no me interesa que tú lo veas.

- Vale, vale, de acuerdo – aceptó Emmett – Hubiera bastado con que gritaras ¡No entres!

- ¿Hubiera bastado? – preguntó Edward escéptico

- No – se rió su hermano – Hubiera entrado igual, para ver lo que me querías ocultar.

- Lo imaginé – dijo cogiendo las llaves que Emmett había dejado sobre la mesa y pasándoselas a Bella – Toma, cariño. Para ti.

Bella lo observó sorprendida, de la misma forma que lo hizo Emmett.

- ¿Para mí? – inquirió nerviosa

- Sí. Quiero que tengas la llave de mi casa.

- Wow! Gracias – dijo mirándolas con una sonrisa

Rose cogió su bolso y lo abrió para sacar un llavero de París con varias copias. Desenganchó un suplemento que contenía dos llaves y se las pasó a Bella sin decir palabra.

No fue necesario. Bella comprendió su gesto al instante y se las entregó a Edward.

- Supongo que tú deberías tener copia de mis llaves.

- Gracias – sonrió y se estiró sobre la isla para besarla

- ¡Qué romántico! – se burló Emmett ganándose un golpe suave de parte de Rosalie

Emmett había conseguido entradas preferenciales para ver a los Knicks esa noche, y sin darles opción a negarse quedaron en verse a la tarde.

- No tienes muchas ganas, ¿verdad? – preguntó Edward cuando detuvo el coche frente al bloque de Emmett esperando que él y Rosalie se les unieran.

- No muchas – reconoció volteando su rostro para verle

- ¿No eres de NBA?

- Ya sabes, soy más inglesa que americana, así que soy más de fútbol en realidad, pero no es por eso

- ¿Entonces?

- Ya sabes, fotos, prensa... ya no tengo fuerzas para lidiar con eso

- No les prestes atención – dijo estirando su mano para acariciar su mejilla

Bella recostó la cara sobre su cálida palma.

- Es difícil no hacerlo

- Bells, no puedes dejar de vivir sólo porque ellos decidan hacer pública tu vida

- Lo sé – aceptó

- Ignóralos. Sólo eres una chica saliendo con amigos para ver un partido de baloncesto.

- Gracias, Edward – dijo

"Te quiero" pensó, pero no se atrevió a ponerlo en palabras. No conocía el sentimiento pero si el amor era más fuerte que eso, no sabía si podría soportar perderlo después de sentirlo.

 

 

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Nos vemos en el proximo capi =)

Capítulo 22: chapter 22 Capítulo 24: chapter 24

 
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