Razón Para Vivir (+18)

Autor: MPattinsonCullen
Género: Romance
Fecha Creación: 03/11/2013
Fecha Actualización: 22/12/2013
Finalizado: NO
Votos: 15
Comentarios: 130
Visitas: 30556
Capítulos: 16

Isabella Swan, una joven dulce y tranquila, se muda a Chicago pero su primera noche en la ciudad, se torna su peor pesadilla.

Edward Cullen pensaba que su vida no tenía sentido que no tenía nada por lo que luchar, hasta que vio unos ojos chocolates aquella noche; sin saber que iban a cambiar su vida completamente.

 

 

N/A: Hola, como veréis soy nueva así que os ruego que tengais un poco de paciencia conmigo. Todos los consejos son bienvenidos y me aydarían con mis errores. Hasta ahora me limitaba a leer los fics de la sala, pero me he animado a escribir uno así que espero que me deis un voto de confianza y apoyo :)

 

Espero que os guste,

MPattinsonCullen

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Capítulo 10: Entre recuerdos y pesadillas

Estaba tumbado en la cama esperando que Bella saliese del baño.

Cuando oí la puerta abrirse vi a Bella y no pude evitar quedarme mirándola fijamente, estaba totalmente sonrojada.

-¿Te gusta?-Preguntó mordiéndose el labio.

-Dios mío Bella, estás condenadamente sexy.-No podía despegar mi vista de su cuerpo.

 

Sabía que la estaba mirándo como un bobo, pero no podía evitarlo.

Bella llevaba un diminuto camisón negro que se transparentaba desde debajo de sus pechos permitiéndome ver un diminuto tanga del mismo color, el pequeño trozo de tela que cubría sus redondeados pechos era de encaje evitando que mostrase más de lo necesario para provocar.

Ella se sonrojó más aún y se acercó a la cama lentamente, podía decir que estaba nerviosa y un poco tensa. Mis neuronas estaban totalmente fuera de juego porque no podía hilar dos pensamientos.

Cuando llegó a mi lado se sentó en mi regazo a horcajadas y rodeó mi cuello con sus brazos. Yo seguía sin poder reaccionar, se acercó a mi oído y yo me estremecí al sentir su aliento.

-¿Te gusta Edward?-Susurró, cogió mis manos las posó en sus caderas y poco a poco fue subiendo. Cuando sentí el peso de sus pechos en mis manos gemí de deseo, pero en ese mismo momento reaccioné. Quité mis manos y senté a Bella a mi lado tratando de no ser brusco.

-No Bella. Esto no está bien, no podemos.-Aunque todo mi cuerpo gritaba de deseo por ella no podía hacerlo, no estaba lista y ambos lo sabíamos.

-¿Por qué no?-Dijo frunciendo el ceño.-¿A caso ya no me deseas?-Sabía que estaba jugando sucio, pero no iba a ceder.

-Sabes que no es así te deseo más que a nada, pero no estás lista Bella.-Negó con la cabeza testaruda.

-Sí lo estoy.-Oí la duda en su voz y ella también pudo oírla porque se mordió el labio nerviosa.

-Estábas nerviosa, tensa y mientes fatal.-Ella bajó la vista.

-No quiero que me dejes.-Susurró, ¿de dónde había sacado eso?

-No voy a dejarte solo porque no tengamos sexo Bella.-Traté de no sonar demasiado brusco, me empezaba a alterar por el tema.

-Los hombres buscan fuera de casa lo que no tienen dentro. Lo he oído toda mi vida de Reneé y no quiero que eso nos pase a nosotros.-Me dijo con lágrimas en los ojos.

-Bella ¿de verdad crees que te haría eso?-No podía creer que me tuviese tan poca confianza. Ella negó con la cabeza.-Bien, porque tendríamos un serio problema en cuanto a confianza.-Preferí no hacer ningún comentario referente a su madre.

-Pero anoche-se mordió el labio-tú querías...-dijo mirándome directamente a los ojos, suspiré frustado.

-No puedo negar que te deseo Bella, porque lo hago y mucho; pero ya te dije que no necesito hacerte el amor para querer estar contigo.-Bella asintió.-No quiero incomodarte, pero ¿podrías cambiarte? Vas a hacer que muera de un infarto con esa ropa.

Ella se sonrojó y rió apenada.

-No tengo pijamas, Alice me los tiró todos y en su lugar solo me quedan estos "camisones".-Se mordió el labio. Iba a matar a mi hermana.

-Puedes usar una de mis camisetas.-me levanté de la cama y le di mi vieja camiseta de la universidad. Cuando estaba por meterse en el baño le dije-Pero no te deshagas de tus nuevos amigos, creo que más adelante nos serán útiles.-Le guiñé un ojo oí como se reía cuando cerró la puerta del baño, quería convencerla de que no me estaba negando a tener sexo con ella simplemente lo estaba atrasando.

Me desperté gritando y un sudor frío recorría mi piel. Sentí cómo Bella se despertó a mi lado.

-¿Edward? ¿Cariño estás bien?-Preguntó, negué con la cabeza y ella me abrazó apoyando mi cabeza en su pecho. Me aferré a ella tratando de tranquilizarme.

No dijimos nada durante un tiempo en el que Bella trataba de reconfortarme acariciando mi pelo y susurrandome que todo iba a estar bien. Cuando logré tranquilizarme Bella habló.

-¿Quieres hablar de ello?-Dijo dejando un beso en mi cabeza. Asentí, necesitaba contárselo.

-Soñé con mi abuela, cuando murio.-Hice una pausa larga en la que me perdí en mis recuerdos.

-¿Qué sucedió?-Susurró cuando vio que no continuaba.

-Yo tenía 12 años y por aquel entonces pasabamos todos los veranos con mi abuela, Alice se fue a un campamento con Emmett, pero este iba a empezar a trabajar allí, fue su primer trabajo; recuerdo que se sentía orgulloso de poder ganar algo de dinero por sí mismo. Por lo que me quedé ese verano solo con mi abuela. Yo la adoraba, desde que nací había pasado gran parte del tiempo con ella y había aprendido cosas con ella que no hubiese aprendido con nadie más. No me mal interpretes, mis padres me han educado más que bien, pero desde pequeño ella me enseño a ser un caballero como mi abuelo-reí ante el recuerdo-, decía que no podría casarme nunca con la mujer que estaba destinada mí si no era un caballero auténtico, que si era tan bruto con las niñas como Emmett la iba a espantar nada más verla. No me importaba porque no disfrutaba nunca tanto con nadie como con mi abuela, en los mejores recuerdos de mi niñez siempre aparece ella.

"El caso es que ese verano estábamos los dos solos en su casa, mi abuelo había muerto unos años antes y a ellos les encantaba tenernos en su casa a su lado. Un día salimos al cine a ver una película que habían anunciado de superhéroes, a la salida insistí en comprar chucherías y mi abuela se negó a comprármelas, cogí un berrinche y finalmente accedió. Era de noche y ella no tenía coche, siempre le había dado miedo conducir por lo que ibamos a todas partes caminando. De camino al supermercado apareció un hombre que me apuntó con un arma y amenazó a mi abuela con matarme si no le entregaba todo su dinero, ella se negó y se interpuso entre el atracador y yo. Él al ver que con amenazas no conseguía nada la agarró y le disparó, cuando ella cayó al suelo la registró y cuando terminó se fue tan rápido como apareció.

"Yo me quedé aferrado a ella, intentaba presionar su herida tal y como mi padre nos había enseñado por si lo necesitábamos en cualqier momento. No veía más que sangre y cómo la vida de mi abuela poco a poco se iba, para cuando alguien avisó a una abulancia y esta llegó ella ya había muerto. No pude dejar de mirarme las manos manchadas con su sangre y culparme por ello, si no hubiese insistido en comprar esas chucherías no habría pasado nada, todo era mi culpa.-Terminé mi relato y sentí cómo un peso se liberaba en mí.

-No fue tu culpa Edward.-Susurró Bella.

-Me ha costado verlo unos cuantos años, pero no puedo evitar que a veces sueñe con ello y otras tantas que tuviese que labarme las manos porque las sentía manchadas aún con su sangre.-No lo había reconocido ante nadie al menos no lo último.

-¿Todavía te sientes así?-Preguntó suave, negué con la cabeza.

-No, pero los sueños hay veces que vuelven como hoy. Siento haberte asustado Bella.

-No me has asustado, me siento muy halagada de que confíes en mí tanto como para contarme algo tan importante.

-Te quiero más de lo que he querido a nadie, no creo que pueda mantenerte algo en secreto, siento como si estuviéramos unidos.-Contesté con la verdad.

-Bueno amor, vamos a dormir.-Mi pecho se inundó de calor al oír esa palabra. Nos volvimos a echar y por primera vez era ella la que me sostenía a mí y no al contrario.

Una semana y media había pasado desde aquella noche, no volvimos a tocar el tema, pero en cuanto a la vestimenta noctura de Bella no podía asegurar qué me encendía más, si verla vestida con aquella diminuta "ropa" o con mi camiseta que se había transformado en su nuevo pijama.

El verla con mi ropa hacía que sintiese un deje de posesión hacia ella que solo incrementaba mi deseo, lo que tenía por consecuencia que cada mañana me diera una ducha bien fría.

Acababa de salir de la ducha y ya estaba preparado para irme al trabajo cuando me senté en la barra de la cocina para desayunar.

Bella me sonrió y sirvió los platos, esta mañana se veía un poco pálida. Me levanté e hice café para los dos, cuando me acerqué con las tazas a Bella se puso verde y salió corriendo al baño.

Dejé las tazas y la seguí cuando llegué estaba vomitando, le recogí el pelo hasta que terminó y se sentó contra la pared cuando tiró de la cadena.

-¿Estás bien?-Pregunté preocupado, ella intentó sonreírme.

-Sí no te preocupes, anoche noté un sabor raro en la comida china, pero creí que era yo. Ha debido de ser eso.

-Está bien, pero si te sientes mal me lo dices de inmediato.-Asintió con la cabeza e hizo ademán de levantarse, la ayudé, se labó los dientes y volvimos a la cocina.

-No creo que debas ir hoy a trabajar.-Al final había conseguido un trabajo en una librería, tabajaba por las mañanas allí y por las tardes se dedicaba a escribir.

Muchas veces se quedaba escribiendo hasta tarde, decía que trabajar entre libros la inspiraba y yo reía encantado de que se sintiese por fin agusto con lo que hacía.

Todavía le costaba mantenerse tranquila fuera de casa y me llamaba cuando veía que empezaba a entrar en pánico, pero después de unos minutos conseguía tranquilizarla y ambos volvíamos a nuestros trabajos.

-Llevo trabajando poco más de una semana Edward, no quiero perder este trabajo también. No tengo nada estoy bien.-traté de replicar pero me interrumpió.-Vamos a terminar de desayunar, iremos al trabajo y si me encuentro mal te llamaré inmediatamente ¿vale?-dijo con su mano puesta en mi mejilla. Acepté a regañadientes y me besó.

Terminamos de comer y limpié lo que ensuciamos mientras ella se preparaba. Habíamos acordado que ya que ella cocinaba yo después limpiaba todo, por mí no estaba mal si por mi fuera desde que ha empezado a trabajar no haría nada de esto, pero ella se negó.

El resto del día pasó tranquilo, llamé un par de veces a Bella para ver cómo se encontraba y ella me aseguró que estaba perfectamente. Me aseguré de tachar el restaurante chino de la agenda, después de ver el efecto que tenía su comida en Bella no me fiaba.

Cuando llegué al apartameto por la tarde estaba vacío, era extraño porque Bella no se atrevía del todo a salir sola a la calle si no era para ir al trabajo y era yo el que la llevaba por las mañanas y a la salida volvía con mi hermana ya que su tienda estaba en el mismo centro comercial.

Almorzaban juntas y Alice la dejaba en el apartamento de camino a casa. Dejé las llaves y me acerqué a la cocina, en la nevera había una nota.

 

He salido con Esme a comprar unas cosas

no te preocupes, volveré en seguida.

Te quiero,

Bella

 

Me alegraba que se llevase tan bien con mi madre, ella la quería como a su hija y podría decir que Bella se sentía así un poco.

Al rato estaba tirado en el sofá y me estaba quedando dormido cuando llamaron a la puerta, seguro que Bella se había dejado las llaves y sonreí por su despiste.

Cuando abrí la puerta me encontré con un hombre vestido de policía, uniformado y armado. Tenía el pelo de un castaño oscuro y sus ojos eran como los de Bella. Al verme frunció el ceño.

-¿Puedo ayudarle en algo?-Pregunté confundido.

-Busco a Isabella Swan, pero creo que me he equivocado.-Me tensé al instante, si un policía venía preguntando por ella algo relacionado con la violación había sucedido.

-No, no-me apresuré a deter al oficial que se había girado-es aquí.

El hombre se giró sorprendido y me miró frunciendo el ceño.

-¿Ella vive aquí, contigo?-Preguntó empezando a enrojecer.

Asentí confundido.

-Sí, ¿quíen es usted?¿qué sucede?-¿Para qué querría saberlo? De todos modos a un policía no debería importarle con quien vivía Bella después de todo.

-Soy su padre.

 


Chan chan!! Y apareció Charlie!!! Bueno ya sabemos también lo que le pasó a Edward ¿qué os ha arecido el capítulo?

Nos vemos en viernes chicas, muchos besos!! :)

Capítulo 9: De compras y la carta Capítulo 11: Tratando con Charlie

 
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